- ¡VAYA!, ¡MIREN LA HORA!, TE-TENGO QUE RETIRARME, O LLEGARÉ TARDE AL PRIMER DÍA DE CLASES – Expresó el chico de corta estatura, mientras se retiraba de la, ya desde el principio, muy incómoda reunión familiar ajena que estaba presenciando. Aunque si era honesto, más que por la incomodidad, lo hacía por el temor de lo que llegó a presenciar de esta al final.
Al levantarse de su cama, se había hecho a la idea de que su primer día de clases, podría ser tanto, emocionante, como agobiante, pero dentro de las posibilidades que había barajado, no esperaba que algo como lo que había observado se cruzara en su camino, ¡Y ni si quiera había puesto un pie en la escuela!
Pero, no sabía si era, por la oportunidad de tal vez, hacer un amigo antes de que empezaran las clases, la curiosidad que le generaba el enorme hombre del abrigo blanco con el que había chocado, o el hecho de oír un nombre tan influyente de una manera tan personal en una conversación callejera, pero simplemente se había encomendado a que su discreta estatura, le ayudara a pasar desapercibido durante un obvio momento personal. Pero tal parecía que no era el caso, cuando después de que el más alto, había derribado al otro, y le dirigiera unas palabras, que ahora no tenía claras. Estaba en completo shock de lo poco que pudo ver y entender.
Simplemente se marchó a paso ligero, pero no del todo veloz, solo para disimular un poco la consternación que está sintiendo. La velocidad la guardo al dar vuelta en la primera esquina que encontró, y ahí, corrió a lo más que sus cortas piernas le permitían. Se había cerciorado durante su huida, de que no lo seguían, al ver como el chico derribado le decía unas palabras al más alto, así como no oír nada al momento de correr hacia la escuela, o, eso era tras las primeras dos cuadras recorridas.
Al notar otros pasos que estaban cerca de alcanzarlo, volteo, solo para comprobar que era el mismo chico que había dejado atrás. Ahora que lo recordaba, irían a la misma escuela, así como al mismo grado, a pesar de que su estatura indicara otra cosa. Maldijo, además de su suerte, su memoria. Por ahora, lo mejor sería rezar por el milagro de alcanzar la escuela, antes de que el gigante de particular peinado lo alcanzara.
Y parecía que ese iba ser el caso, tras unos 10 o 15 segundos de rápido trayecto, diviso las puertas de la escuela preparatoria. Ese fue un buen incentivo, como para impulsarse más allá de sus límites, y llegar a la entrada. Definitivamente en ese lugar, no corría tanto riesgo, de lo que fuera que el ese chico pudiera hacerle. Una vez atravesadas las puertas de la escuela, se permitió parar para reponer su aliento, y, dicho sea de paso, suspirar de lograr sobrevivir a un día más.
- ¡Greato daze! Parece que lo logramos – Alcanzo a oír decir al chico, a través de suspiros mucho más discretos que los suyos. Volteo a verlo, tras particular expresión, este lo miraba con una sonrisa, pero no maliciosa como lo hubiera esperado.
A decir verdad, dicha expresión parecía, por extraño que la pareciera, amistosa. No esperaba para nada que el chico que vio cambiar de temperamento de manera tan drástica, pudiera verle de esa forma. Ahora, recordaba que antes de que insultaran su estilo de peinado, el no mostraba hostilidad alguna, sino incluso, una inesperada amabilidad, así como ahora lo hacía con él.
Una inesperada sensación de culpa se empezó a formar, y no hizo más que acrecentarse al notar como un hilo de sangre escurría de la comisura del labio inferior del alto. Era notable de que no había tenido tiempo de limpiarse tras el golpe recibido, sin contar el cómo la mentira de la hora, parecía haberlo hecho correr junto a él para el inicio de clases. Así que, por un inesperado instinto, saco su pañuelo de su bolsillo, y se lo ofreció.
Tras unos segundos de una sorprendida expresión, el alto parecía caer en cuenta para que podría usarlo, y con un gracias, lo tomo, para limpiarse la boca.
- De nuevo te lo agradezco. Por cierto, mi nombre es Higa…
- Higashikata Josuke, lo sé – Le cortó al momento de tomar de nuevo su pañuelo.
Después de otra expresión de sorpresa por parte del más alto, este retoma la sonrisa amable – Cierto, había olvidado de que, de hecho, estabas ahí.
La mención de su presencia, junto a la sonrisa, denotaban de nuevo, esa inesperada amabilidad. Debería de mirarlo con precaución, o por lo menos, con algo de disgusto, ya que había oído y visto cosas que no eran de su incumbencia, sin si quiera haberse presentado.
- Por cierto, soy Hirose Koichi, estudiante de primer año de preparatoria – Puede que la presentación no cambiara el hecho de su previa imprudencia, pero por lo menos, respondía a las intenciones cordiales que le había brindado, o eso pensaba mientras se inclinaba, aunque, más como intento de disculpa, a pesar de no haber sido vocal con ello.
- Mucho gusto Koichi. Espero que logremos llevarnos bien, ya que parece que estamos en el mismo grado – Respondía el de mayor estatura, mientras le devolvía su pañuelo – Y sobre lo que viste…
La primera frase parecía remplazar la inesperada mezcla de miedo y culpa, con un muy necesario aire de tranquilidad, o así era hasta oír la segunda, lo que le hizo prepararse instintivamente para lo peor, fuera lo que fuera.
- … En verdad, lamento que hayas sido testigo de eso – De nuevo, el chico de baja estatura se sorprende al oír la reacción del chico frente suyo. Es tal la sorpresa, que tiene que levantar la vista para comprobar que no haya escuchado mal. Al hacerlo, nota como él ahora es el que está en una posición de cabeza baja hacia su persona.
¿Podría este chico, si quiera, dejar de sorprenderlo por un instante? De nuevo, no había entrado si quiera al salón, y ya está por perder la cuenta de veces que lo ha hecho ya.
- N- no hace falta que h-hagas, eso, d-de hecho, debería ser yo el que se disculpe por entrometido – Intentaba responder de manera un poco torpe, debido a que aún no se recuperaba de dicha impresión.
- Bueno, no siento que haya sido así, pero si lo sientes así, podríamos dejarlo ahí – Respondía erguido esta vez, junto a una expresión serena.
Finalmente, la tranquilidad termino de colmar su mente, y en dicho estado, se permitió admitir de que el chico, no es mala persona, o pueda tener algo en contra de él. Incluso podría ser su primer amigo en la escuela. Pero aún está el detalle de lo que sea que paso cuando se puso hostil con el hombre del abrigo.
No entendía muy bien, o bueno, para nada que realmente había pasado. Tratando de recordar lo que mencionó ese hombre, solo se le venía a la mente la palabra STAND, y de que era algo que venía de dentro de algunas personas, pero no mucho más que eso.
- Bueno, no siendo más, me dirigiré a los casilleros, espero que podamos coincidir en el mismo grupo de clases, Koichi. Nos vemos – Procedió a despedirse el chico, mientras se dirigía al edificio de la escuela.
- S-sí. E-espero q-que así s-sea – Logro articular de media forma el de baja estatura a la par que hacia un gesto de despedida con la mano. Puede que pudiera ser un buen candidato de amigo, pero el extraño detalle seguía presente en su mente. Aunque no quisiera evitarlo por eso, por lo menos si le gustaría tener cierta distancia por un tiempo para digerir mejor sobre dicho detalle. Tal vez otro día. Sí, sería lo mejor, por lo menos de manera cordial.
Mientras el pequeño chico llegaba a su conclusión, el otro decidía entrar por las puertas del edificio, mientras un pensamiento se hacía presente. Puede que no haya sido el mejor inicio del primer día de clases (No esperaba que el padre del que muy poco sabia, decidiera finalmente hacerse presente en su vida, por decirlo de alguna forma), pero no pensaba dejar que eso defina este día.
Con una expresión de determinación y confianza, se acercó a los casilleros, para tratar de ubicar el suyo. Junto con la mejor actitud, estaba preparado para lo que sea que le tuviera hoy la preparatoria, mientras tenía un pensamiento conciso en su mente en ese instante.
¡PREPARATORIA PRIVADA ITAN, JOSUKE HIGASHIKATA ESTÁ LISTO PARA LO QUE SEA QUE TENGAS!
Y, bueno, esto sería lo que definiría como el prólogo.
Al final, termine dejándome llevar, e imaginando como podría desenvolverse Josuke en un cast como el de esta escuela, y acá está.
Como podrán ver, no estará solo, así que también veremos algunos estudiantes que originalmente iban a la escuela Preparatoria Budogaoka acá, porque también creo que podrían ofrecer cuanto menos, perspectivas interesantes.
Iré pensando en cómo acomodar la época, para evitar cualquier posible anacronismo, y demás que se vayan presentando
Por ahora, espero que este prologo cumpla sobre presentar un poco la idea de lo que tengo pensado para esta historia. Estoy al pendiente de sus reseñas y feedback.
Por ahora, adiós.
