Domingo 26 de enero.
Mansión del Olmo
8:15 pm
Su medicamento, Joven Santiago
No sé, para qué la tomo. Le contesto de forma golpeada.
Para curarse joven
Santiago se rio socarrón. ¡ Que me voy a curar! ¡ Como se ve que no eres tu el enfermo Cordelio!
Ojalá enfermara yo por usted joven Dijo en resignación, bajando su cabeza y mirando al suelo sumisamente.
¡Ya te dije que no me gusta la gente que se arrastra Cordelio! . Movió su cabello largo con una de sus manos en signo de exasperación. No me vayas a resultar tú también como todos, eh , le dijo, mirándolo desconfiadamente desde el rabillo izquierdo de sus ojos, y camino hacia uno de los sillones de su habitación.
Disculpe joven, no volveré a caer en el error. Con permiso. Se disculpó y se dio la media vuelta para salir de la habitación, con la bandeja sobre sus manos, donde llevaba el medicamento intacto, del que nuevamente Santiago se había negado a tomar.
Espera Cordelio
Dígame Joven
¿qué hizo mi parentela este fin de semana?, los he visto poco por aquí.
Si bueno, el día jueves fue el cumpleaños del joven Jorge Luis, y vino por la tarde por su madre y su hermana y las devolvieron de regreso hoy. Llegaron temprano y fueron a la iglesia, aparentemente a la misa de las 6 de la tarde.
¡A rogar porque yo me muera pronto y les deje todo!. Santiago se burló con sorna y coraje.
Seguramente joven . Cordelio le siguió la corriente, observando atentamente su reacción.
Sabes Cordelio . Hizo una pausa y lo miro divertidamente. Creo que tengo la solución, para no dejarles a estos buitres ni un centavo de lo que tengo
No imagino, como podrá usted evitar dejarle su herencia a su tía Malvina y a sus hijos . Cordelio aparento mirar con atención las puntas de sus dedos, de forma desinteresada, a través de sus guantes blancos.
¿Puede heredarme otra persona, no?
Pero ellos son sus parientes más cercanos. ¡Los únicos que le quedan!
Santiago lo escucho y después se levantó de su asiento con una sonrisa, camino, tres pasos. Dejaran de ser mis únicos parientes y herederos, si yo me caso
¿Casarse Joven Santiago?
¿Qué? , Él le contestó a la defensiva. ¿Crees que, así como estoy, nadie se casaría conmigo?
Cordelio, al verse descubierto, se retractó inmediatamente. No, no digo eso, pero , Hizo una pausa para verlo a la cara. Pero casarse, ¿Con quién? '. Le pregunto intrigado.
¡Con cualquiera! Él le contestó, haciendo una mueca exagerada, atento a la confundida cara de su mayordomo. ¡Enfermo como estoy!, ¡a cambio de todo lo que tengo! Estoy seguro de que alguna mujer se casara conmigo .
Cordelio se quedó perplejo.
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Lunes 27 de enero
En el patio de la vecindad.
10:35 am
María Mercedes venía llegando de la escuela de su hermanito, le había ido a dejar una torta de jamón para el recreo, cuando pasó por la puerta principal de la vecindad. Se encontró con la casera, que estaba barriendo el patio principal, y regando las plantas del recibidor.
Buenos días, Doña Chinita . Ella le saludó de manera jovial.
Que bueno que te veo mi hija. Pues para lo de la renta. Recuerda que debes tres meses, más este mes
La muchacha vio el suelo apenada, Solo he juntado lo de este mes, para el otro mes le voy completando el resto, ¿Está bien?
¡Que no está completo!, ¿ni siquiera lo de dos meses?, ¡hay meche! Es que el dueño ya me tiene con la misma cantaleta de que te cobre
Le prometo que poco a poco le voy a ir pagando, cada fin de semana le voy a ir dando dinero hasta que le liquide lo que le debo doña Chonita
Bueno, ¡pues que se le va a hacer! Me voy a agarrar del chongo con el dueño. Ve por el dinero pues muchacha..
Cuando María fue a su departamento y regreso con el dinero, la señora lo tomo y guardo en una de sus dos bolsas del delantal de franela que llevaba por encima de su ropa.
Oye hija. Comenzó a medir el tono de sus palabras, ¿No se ha aparecido tu papá, verdad?
María miró sus manos con tristeza y preocupación, rascando uno de sus dedos pulgares ansiosamente, Bueno, pues no, la verdad estamos-
¡Ruca!, ¿Qué paso con mi breakfast?
Cuando María mercedes vio al Chicho, como llamaban al hijo de la señora, inmediatamente intento irse, pasando desapercibida por el muchacho, para no cruzar palabra con él.
¿Qué onda mi lagartija?
¡Yo no me llamo lagartija! Le grito muy molesta y después volteo a ver por el rabillo del ojo a su madre, también presente, y bajando más el tono de su voz, continuo. Me llamo María mercedes . Se cruzó de brazos, y acomodo en forma de cruz sus dos pies.
Lagartija te llama tú brother Memo
Pues segurito que lo aprendió andando contigo, ¿no?
Hay mira, deja tranquila a María, por favor Chicho. La señora Chonita se acercó a la muchacha y la tomo del antebrazo de forma protectora. Y oye, ¿qué es eso que me pediste?
El desayuno vieja, en inglés se llama breakfast
Mira, Aquí estamos en México y no en el norte, ¡así que me hablas en cristiano!
Hay betabel, de veras que estás antigua eh. . Hizo un sonido chasqueando dos de sus dedos, dando a entender que se apresurara. Deja a la lagartija y vete a preparar la comida, ¿Simon?
¡Que no me llames así! María azoto sus pies en el suelo, muestra de su frustración.
¡Mira, ya está bueno de insultar Chicho eh! , ¡ya!
Aguas, no la defienda tanto, ¿no ve que es una ingrata? ¡Dice que no le gusto!
Hay hijo , y crees que un tipo como tú, grosero con tu mamá , engreído, desorientado, ¿le puede gustar a alguien?. Ella le contestó altaneramente.
¿y qué?, ¿A poco no estoy galán?
Pus , tan peor no estas. Hizo una pausa, observando sus manos, , pero con esas mañotas que yo sé que tienes, y con eso de quererte hacer el gringo. Sabes que, ¡le caes en los merititos hígados a cualquiera hijo!. Le reprocho bonito , mientras el muchacho se reía y peinaba su cabello, hacia el lado izquierdo. si, mejor te largas al norte, así nos libramos de tu desagradable presencia, ¿no?
El muchacho la observo, con un brillo dolido en los ojos.
Sabes que Chonita, ¡mejor me voy para no tener que seguir diciendo de cosas a su hijo!
No le hagas caso María mercedes
Ya me voy pues , Ella se dio la vuelta y se alejó, rápido, como alma que llevaba el diablo.
¡Adiós lagartija! , El muchacho comenzó a carcajearse mientras su mamá lo veía, y negaba con su cabeza.
Se me va a caer la lengua de tanto decirte que no molestes.
Pues me pasa un resto mother, mira ahora esta rebelde y arisca, pero ya caerá. ¡Yo sé que la lagartija va a caer!
……..
11:00 am
¡Créeme mother! , si la lagartija quisiera, podría ganar arta lana.
Hay no digas tonterías Chicho
La señora Chonita, estaba hablando con su hijo, que estaba terminando de comer, en la mesa de la cocina. Mientras ella lavaba los platos.
Ira. Se cuelga hasta el molcajete, se mete en el cabaret donde trabaja la Zafiro y gana la lana por montones
¡Hay mejor cállate! . Le dijo muy disgustada, ¿Qué quieres?
Tons, ¿tú qué? Prefieres que la girl ande con hungry, ¿o qué?
¿Con qué? Su madre le pregunto
Hungry, hambre en English ruca
¡Pero muy honrada!
La honradez es un estorbo
Si claro, para ti lo es, también para el hermano de Meche. Para el Memo ese, ustedes, en vez de trabajar, prefieren ser delincuentes. Ella le dijo a forma de reproche, después regreso la mirada al suelo y se quedó un poco pensativa. Ella, pobrecita. Lucha sin descanso para salir adelante, y no deja trabajar a sus dos hermanos menores. ¡Ve el carácter que tiene su hermana, la Rosario! , tampoco le es de ayuda, y su padre desaparecido, borracho, Memo ni se aparece
Ya, ya, no defiendas tanto a la María mercedes, que esa va a terminar rete mal fíjate. ¡Va a terminar como dicen que termino la madre!
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Lunes 27 de enero.
Mansión Del Olmo
3:35 pm
Cuando María, había llegado a la casa de Santiago para venderle lotería y tomar la merienda con él, como habían acordado el día anterior.
Lo encontró esperándola en el jardín.
Él estaba parado en medio del pasto, observando atentamente las contadas flores a un lado de los arbustos.
Sumido en sus pensamientos, y tenía las dos manos adentro de su pantalón. De hecho, parecía que tenía un poco de frío.
Usaba un pantalón de vestir en color negro y caída recta, una camisa de vestir en color blanco y sin ninguna arruga, junto con un chaleco azul rey abotonado.
Cuando se encontró con ella, había tardado poco para tomar todos los billetes de lotería que la muchacha llevaba consigo, arriba de una canasta con más cosas dentro, y rápidamente saco su cartera negra del pantalón, tomando un billete de la mayor denominación, que María nunca antes había visto o tocado. Era un billete de 100, 000 pesos mexicanos. En color morado y con el bonito dibujo de un venado al reverso, fácilmente podía notarse que era un billete nuevo.
A María le habían brillado los ojos, cuando Santiago le pidió que se quedara con el vuelto. Y estuvo acariciando y admirando el billete, alagando el dibujo del venado al reverso, por al menos treinta segundos.
Mientras su acompañante había llamado a un hombre, por el nombre de Cordelio, vestido en prendas elegantes en blanco y negro. Muy Limpio. Y le había pedido que llevara los aperitivos para la merienda que le había pedido, al desayunador.
Después, Santiago la invito a pasar adentro de su casa por primera vez. Él caminaba delante de ella, dirigiéndole el camino.
El piso era de bloques de Mármol limpio. Entre más se adentraba a la casa, le era de mayor dificultad no detenerse para apreciar lo extravagante que era, parecía un museo de lujo, había un montón de cuadros en las paredes , esculturas de todos los tamaños, antigüedades, y jarrones como los que había visto en las películas de antaño.
Tenía un aspecto extremadamente lujoso y pulcro.
Había un olor agradable en la casa, que María no logro identificar, pero era el olor a la madera fina de los muebles y otros adornos por las paredes y construcción de la casa.
Cuando llegaron finalmente al que Santiago había llamado desayunador.
Se encontró con una bonita mesa redonda en madera de caoba, con grandes sillas al rededor, el espacio estaba perfectamente iluminado por una pared completamente hecha de vidrio que daba directamente a un cuidado jardín trasero, en el que había una fuente de agua en constante movimiento.
María, en todo ese tiempo, se había quedado callada, observado con atención cada parte del lugar , desde que había entrado a la casa.
Era fácilmente el lugar más bonito en el que había estado.
Por primera vez, desde que habían entrado al interior de la casa. Santiago volteó a verla, encontrando con gusto la fascinación y sorpresa que se dibujaba en la cara de la muchacha. Él no pudo evitar mostrar una sonrisa ladina y astuta, que ella, aún embelesada por todo el lugar, no fue capaz de apreciar.
María salió al patio trasero , a través de una puerta también de vidrio.
El jardín era más, mucho más grande que el delantero. Y tenía más arbustos con flores. Había rosas rojas, rosas y blancas. Y un bonito muérdago adornado. Había, un montón de Peonias, una flor que ella nunca había visto antes.
Santiago había salido detrás de ella, acompañando sus pasos en silencio. Cuando vio como admiraba todas las flores, lo bien podado de los arbustos, y cómo se detenía a observar por un tiempo prolongado las Peonias, sonrió.
Esas eran sus flores favoritas, y él personalmente las cuidaba.
Normalmente, era celoso con el jardín trasero, porque había sido de las mayores felicidades de su madre en vida. Ella había cuidado personalmente la mayoría de las flores. Y a su lado había plantado algunas flores cuando era un niño, tenía muchos recuerdos con ella en ese jardín.
Por eso mismo, se incomodó bastante al verla tocando las flores. Pero su boca se quedó bien cerrada en una línea inmóvil, en la única muestra de su creciente molestia.
Mientras ella apreciaba lo bonito del jardín, alagándolo en voz alta cada vez que podía.
A pesar de lo incómodo que se sentía Santiago, sabía que su malestar no sería el mismo que hubiera sido, al ver a su tía Malvina o a alguno de sus dos hijos en el jardín de su madre , tocando las flores que tanto atesoraba. Encontrarlos en su jardín, podía fácilmente amargarle el día entero.
En cinco minutos, 'El pingüino ', como María lo llamaba mentalmente, apareció en el jardín, informándole a Santiago que ya llevarían la merienda.
Cuando los dos regresaron al desayunador, encontraron "al pingüino", en compañía de una joven con un vestido, también negro y blanco a juego, parecía un uniforme, la muchacha tenía una mirada tímida, que reflejaba una inmensa curiosidad. Ella le ayudaba a llevar un montón de galletas, duraznos en almíbar, fresas, uvas, y panes diminutos rellenos con queso crema, también había mermeladas de diferentes sabores, chocolate untable y crema de cacahuate. Y unas bolitas extrañas, diminutas, en color negro y de aspecto poco favorable que Santiago había llamado caviar.
Lo que él llamaba servilletas, no eran de papel, era de tela, y estaban a juego en el perfecto color blanco de la vajilla de porcelana, el mantel y todo lo demás, incluso los cubiertos brillaban y eran muy pesados, en un color plateado.
El pingüino, después de llevar una jarra de color plata, le pregunto a ella ¿qué era lo que quería beber? A lo que ella había contestado que 'un refresquito estaría re bien '.
La cara de Cordelio casi se le distorsionaba en una mueca de incredulidad y desconcierto, pero fue bien disimulada, cuando salió por la entrada rápidamente.
La muchacha que lo acompañaba, llevaba una jarra mediana, con jugo de naranja fresco, mientras el pingüino, a su lado, sostenía con él, una botella de champaña bien fría. Transportándola sobre un reposador largo, que llegaba hasta el suelo, con hielo en su interior.
Santiago bebería, mimosas de champaña con jugo de naranja, mientras a María, le habían llevado agua mineral con jugo de naranja, endulzado con jarabe embotellado.
Cuando se dispusieron a comer, Santiago optaba por las galletitas, untadas con queso y con lo que había llamado caviar.
'¿Toda esta comida es para nosotros dos cuate?' , Los ojos de María brillaban, viendo detenidamente todo lo que ocupaba espacio sobre la mesa frente a ellos dos.
'Sí , ¡para quien más podría ser! '
'¡Pero es un montón! '
María no pudo evitar imaginarse
, comiendo todo eso en compañía de su familia, con su padre, Memo , Rosario y Andresito.
Mientras ella comía, el pingüino la había visto disimuladamente en incomodidad, como parecía que no había cenado la noche anterior. A los panes les untaba un montón de mermeladas de diferentes sabores, y queso. Y tomaba la naranjada como un niño sediento. Sin vergüenza, o delicadeza.
Santiago , en vez de prestarle atención , se había enfocado en comer recatadamente, lo que estaba delante de él, y bebiendo su favorita Mimosa de jugo de naranja con champán, en una copa alta para vino espumoso.
Cuando le explico a María sobre su bebida, le comentó que era perfecta para disfrutarla en un día soleado como ese, en compañía de fruta fresca.
A pesar de que Santiago le había insistido en que probara lo que llamaba caviar en sus galletas, ella se había negado, por el aspecto que ese tenía.
Cuando pregunto ¿qué era?, y él le contestó que eran huevos de pescado, ella hizo una mueca de asco mientras él se reía divertido.
Rápido terminaron de comer y el pingüino retiró todo delante de ellos, únicamente dejando las bebidas.
María tuvo que morderse la lengua para no preguntar , ¿qué harían con toda esa comida que había sobrado?, pensando en su hermano.
Después, Santiago le pidió a Cordelio, que llevara las bebidas a una mesa con dos sillas que estaba en el jardín, a un lado de la fuente de agua.
Los tres salieron , y él le había pedido que los dejara solos hasta que volviera a llamarlo.
…….
Que suavecito me hablas últimamente cuate. ¿Lo que son las cosas verdad? Y el primer día que te conocí hasta te pusiste rete enojado conmigo. Dejo de jugar con la flor blanca que tenía entre las manos y le presto mayor atención, mirándolo fijamente. '¿Recuerdas la primera vez que te conocí? ¡Casi me caes a mordiscos! . Finalizo riéndose, como si estuviera contando un chiste.
Bueno, es que El bajo la cabeza, meditando bien lo que estaba a punto de decir. Ahora te conozco mejor y me caes bien , y te he comenzado a tomar cariño. La miro directo a los ojos, por fracción de dos segundos. ¿Sabes una cosa María Mercedes?
Ella lo observaba con ojos embelesados.
Creo que me estoy enamorando de ti.
María soltó una risita nerviosa.
¿Por qué te ríes he?
¡Pues hasta bromista estás hoy cuate! ¿Quién iba a pensarlo?, con esa cara, pareces un príncipe María se rio entre dientes. ¡Y tan ogro que eres cuando te enojas!
Disculpame María Mercedes, tuve mal carácter esa vez. Había discutido con muchas personas ese día. Pero te prometo que no volverá a pasar. Pestañeo dos veces intentando poner la mejor cara de convencimiento que podía. Estaba decidido a jugar todas sus cartas.A veces, puedo ser muy antipático para todos y, no debe de ser así. En especial para ti
¡Hay no me digas!, ¿en tan poquito tiempo supuestamente te enamoraste de mí?
¿No me crees? Con la mano derecha, hizo su cabello completamente hacia atrás, acariciando su frente, como un tic nervioso que secretamente era uno de sus moderadores de ansiedad.
¡Pues claro que no! Camino pasando de largo, a un lado de él, y se detuvo tres pasos adelante.
Acaso, ¿yo no puedo sentir amor por una muchacha?
Cuando María había volteado, escuchando su voz y viéndolo tan cerca a ella, lo rodeo nuevamente, evitándolo, y camino tres pasos en dirección opuesta. Pues me imagino que sí, pero no. No por una como yo. Termino eso con una risa entrecortada.
Sabes, el amor no mira defectos, ni pobreza . Los dos se voltearon nuevamente para hacer contacto visual. Además, tú serás pobre, desaliñada o sin educación, pero estás llena de vida . Santiago se volteó y tomo asiento lentamente en la silla más cercana. En cambio yo, yo tengo todo y, sin embargo, siento como la vida se me va rápidamente. Tú en medio de todo eres feliz. En ningún momento había volteado a verla directamente a los ojos.
Pero es que, tú, si quisieras, también podrías serlo. María, aun de pie, doblo un poco sus rodillas y se apoyó sobre ellas con sus dos manos.
¿Así?, ¿cómo estoy?
Ella se arrodilló sobre el pasto buscando su atención. Pero, ¿te puedes curar, no?
No María Mercedes, no. Parece que estoy condenado a muerte. Nada ni nadie me puede salvar de morir. . En ningún momento había intentado hacer contacto visual con ella, a pesar de su notable insistencia.
Se veía tremendamente vulnerable. Y la muchacha, comenzó a llorar.
¿Por qué lloras? . Levanto con la mano izquierda su mentón, para verla a la cara.
Pues ¿Que es lo que tienes? , ¿Por qué hablas así? . No hacía ruido al sollozar, pero gruesas lágrimas caían por sus mejillas rojas. Me emociono todo lo que dijiste, cuate'. Limpió sus lágrimas, y ahora era ella la que evitaba el contacto visual.
Tengo alrededor de dos años, empeorando de salud. . Hizo una pausa para inhalar aire, pesadamente, y después soltarlo como si estuviera sumamente cansado. Incluso hay posibilidad de que tenga cáncer de pulmón. Pero sinceramente no me siento listo para averiguar y hacerle frente a eso. Únicamente siento como la vida se me escapa rápidamente, independientemente de lo que yo pueda hacer .
Se quedaron en un silencio incómodo , que se sentía necesario.
Pero entonces, ¿no crees que pueda estar enamorado de ti he? ¿Piensas que estoy jugando? , ¿o que quiero burlarme de ti?
Ella lo vio desde su lugar, sentada en el pasto, como era de costumbre , y un rastro de dolor se reflejó en ella. Finalmente, había terminado por asentir con su cara roja, mientras lo miraba fijamente. Dime una cosa. ¿Cómo es posible, que puedas fijarte en una muchacha como yo? .
Acto seguido, se puso en pie, sintiéndose ligeramente mareada por la anemia que tenía. Ve mi ropa, y ve la tuya. Desvío la mirada hacia abajo, a su ropa, y toco su pantalón de mezclilla viejo, con sus dos manos. Aparte eres tan buen mozo. ¡Pareces un príncipe!. Sonrió, mientras sus ojos brillaban. Pero inmediatamente sus ojos se oscurecieron y su sonrisa se apagó. ¿Cómo podría un riquíllo como tú , Fijarse y enamorarse de una muerta de hambre como yo? Se dio la media vuelta y metió sus dos manos adentro de sus bolsillos del pantalón, intentando hacerse la dura.
Santiago se levantó de su asiento para acercarse a ella. Yo estoy enamorado de ti, ¿y no me crees verdad?
Ella lo encaró, ¡Quién sabe!, a lo mejor, lo que quieres es jugar conmigo, burlarte.
No , no Meche. No sé que me pasa contigo, pero. Se acercó poco a poco a ella. Parecía que todo estaba sucediendo en cámara lenta.
Hasta tenerla justo enfrente y la beso.
María, si bien no le correspondió el beso, tampoco se movió. Era como si se hubiera congelado en su lugar. Y Santiago, prontamente incómodo, se apartó de ella, esperando astutamente su reacción.
Si aceptas ser mi novia, prometo casarme lo más pronto posible contigo. ¡No estoy jugando Meche! . Ella lo observó con repentino interés. 'Si aceptas ser mi novia, nos casaremos el 14 de febrero. El día de los enamorados. . Él la miró atentamente, totalmente enfocado en su próxima respuesta. Todo lo mío será tuyo, no tendrás que volver a preocuparte por tu ropa o lo que sea, ¡esta será tu casa! Puedo recibirte con tu hermano menor si así lo deseas .
María Mercedes, se había quedado sin pretextos. Quería decirle que sí, que si quería ser su novia, pero sentía un nudo en la garganta, generado por la inseguridad que sentía de los sentimientos que él decía sentir por ella.
Se quedó muda.
Pero al mismo tiempo veía sus ojos tan fijamente, notaba como él estaba deseoso por recibir un sí en respuesta.
Yo te voy a dar toda la felicidad que nunca has soñado tener . Se acercó un poco más a ella y vio su cara detenidamente. Te voy a dar un futuro envidiable. Tendrás lo que nunca has tenido Meche, te voy a hacer rica. Multimillonaria
Sinceramente, ya me gustas. Lo miro detenidamente, con un poco de recelo. Rete arto y , ¿Pues a quién no le gustarías cuate?
Santiago no pudo ocultar su gusto por lo que ella decía, y sonrió triunfante, era la típica media sonrisa que utilizaba desde más joven, cuando se salía con la suya en cualquier cosa que quería.
Pero, voy a pensarlo si Ella lo observó atentamente, con duda , y el semblante de Santiago, antes airoso, se desinfló.
Dame tiempo para pensarlo cuate . Lo dijo casi en un susurro, que el bien alcanzó a escuchar.
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Gracias por leer .
