Capitulo 40: Peter y Susan se Encuentran

-*-*-*Escuela de Héroes, por la mañana/Sala Común*-*-*-*

En la mañana, lo que parecía haber sido un buen día en la Escuela de Héroes, que prometía ser mucho mejor a los anteriores que habían estado viviendo los estudiantes. Se había venido cuesta abajo cuando Maykol se entero, por la boca de la misma Rainie, que Mery no se había marchado a casa de sus tíos como le había contado. Sino que la muy imprudente había emprendido una peligrosa he importante misión, de la cual la joven Sward estaba más que informada.

Decir que el peliverde en esos momentos estaba enfadado era decir poco. Estaba que apenas y se contenía de dejarse llevar y hacer que fuertes tornados arrasaran la escuela. Cosa que más de uno de sus compañeros a su alrededor podía ver, cuando los el aires alrededor éste comenzaron a soplar con una inusual fuerza, dando entender a algunos que se estaba controlando para no provocar un desastre.

Algo que en especial quedó claro para su compañera Karen. La cual al poder ver las almas de las personas, podía ver lo irritada que estaba el alma del chico, mientras clavaba sus ojos en Rainie. Y es que incluso sin tener que verla, ésta se daba cuenta que el peliverde estaba a casi a nada de sacudir a la pequeña de ojos violaseos, para así sacarle las palabras por las malas.

Sin embargo y por fortuna para Rainie (aun ésta no parecía en absoluto intimidad por él), eso era lo último que Maykol quería hacer. Por más que su mente no dejara de estremecerse al pensar que la imprudente de su prima se estaba metiendo en algún tipo de peligro innecesariamente, era bastante consciente que el descontrolarse contra la enana no sería la mejor de sus ideas.

—Voy a preguntártelo solo una vez más Rainie, y quiero que me respondas de una manera concreta— le pidió el peliverde mirando a los ojos de la joven .

En eso todos los estudiantes, aunque nerviosos por lo que pudiera pasar, no podían dejar de mirar interesados la escena que Rainie y Maykol montaban, haciendo oídos sordos a los reclamos que Blue les daba para que pararan al par. Pues ella al igual que el peliverde, también estaba preocupada por el paradero de Mery.

—Bueno, yo se donde no esta...— le contesto Rainie mientras se acomodaba un mechón de cabello tras su oreja —Pero también donde podría quizás estarlo...— termino de decirle de manera astuta.

—¿Ósea que no sabes a donde has mandado a mi prima?— preguntó enfadado Maykol, ya cansado de su charla al estilo carrusel que no lo estaba llevando a nada, para luego mirarla seriamente a los ojos —No me hagas perder la paciencia...— le advirtió dando un paso más cerca de Rainie sin romper el contacto visual con ella.

Parte de Maykol al hacer esto se estremecía, no solo por miedo a dejarse llevar y hacerle algo a la pequeña, si no también por que su cuerpo aun recordaba lo peligroso que era el poder de Rainie y como se sintió casi morir cuando quedo atrapado en medio de éste. Sin embargo, la preocupación que tenia por el bienestar de su prima, era aun mayor que el miedo que pudiera provocarle la muchacha, desechando cualquier opción de echarse para atrás.

Sin embargo, ésta no era a la única a la que el peliverde tenia que confrontar para tener respuestas del paradero de su prima. Ya que de pronto sin que se lo esperara, Ezio hizo acto de presencia, interponiéndose entre él y la enana, para luego mirarlo serio a los ojos y no dejar que siguiera avanzando.

—Oye, bájale la espuma a tu chocolate Greenpiece...— le advirtió de manera seria. Aun a pesar de sus tontas palabras y del apodo que le soltó, a Maykol no le causo ninguna gracia.

—*Ahhh...* Mira yo no...— suspiro cansado, tratando de calmarse un poco antes de terminar iniciando una pelea innecesaria, para luego tratar de responderle... Sin embargo antes de que terminar de decirle lo que le quería decir, un gran resplandor salió de la nada en medio de la sala, acompañado luego por un leve humo gris.

En eso todos se cubrieron ante la sorpresiva interrupción, esperando solo unos segundos antes de ver asombrados como Mery, El Dr. Extraño y un joven que no sabían quien era, hacían su aparición envueltos en leves destellos mágicos.

—¡Mery!— Exclamo con asombro Rainie. Comprendiendo de inmediato al verla con el hechicero, que su misión había sido todo un éxito.

Ante esto, todos los estudiantes se acercaron a ver a Mery y a sus acompañantes. Siendo solo Maykol, Blue, Jhonnatan y Karen los que notaron que Mery estaba herida, aunque para su alivio no seriamente.

El peliverde, a pesar de estar inmensamente aliviado de ver a su prima con bien, no olvidaba en ningún momento el hecho de que le había mentido y eso bajo ninguna circunstancia podía dejárselo pasar así como así. Estaba herida y eso debía ser a causa de que la muy tonta se había metido en algo que no le incumbía. Lamentablemente conocía a Mary y sabia que ella no era de correr riesgos solo porque se le daba la gana. Seguramente, y lo más probable, es que haya querido ayudar a alguien que estuvo en problemas en una situación peligrosa.

A si que sin medir sus acciones, se acercó a su prima determinado tomándola de la muñeca, para luego llevarsela rumbo a la habitación que compartía con Ezio. Todos sabían lo sobreprotector que Maykol podía llegar a ser con Mery (tirando a veces a Mamá gallina), y tal vez en esta ocasión tenía todo el derecho a enojarse con ella. Aun que esperaban que éste no fuera demasiado duro con ésta solo por querer ayudar a los demás.

En eso cuando los primos salieron de su rango de visión, todos redirigieron la vista hacia el castaño. Quien se incomodo bastante al ser el centro de atención, para luego mirar a su izquierda, tratando de encontrar ayuda en Vincent. Sin embargo tarde se dio cuenta que éste ya se había ido a quien sabe donde, dejándolo solo con los estudiantes de aquella academia.

—He... creo que debemos presentarnos. Yo comenzare: Gusto en conocerte, mi nombre es Victor...— se presento el oji-dorado al notar lo incomodo que se veía el chico, y sentirse identificado al recordar como fue la primera ves que se presento con los demás. Rompiendo así sin querer la tensión que había en el ambiente tras la anterior discusión de Rainie y Maykol, además de la repentina partida de los primos —¿cual es tu nombre?— le pregunto mientras le extendía la mano en un saludo.

En eso Robert no tardo nada es darsela rápido y algo nervioso, estrechándosela con fuerza.

—M-mi nombre es Robert Russoe Donwey y Mery dejo que me uniera la Escuela... — le contesto rápidamente también, explicando su llegada al edificio. En eso todos parpadearon al unísono, consiguiendo incomodar al pobre de Robert.

Alice sonrió rápidamente interesándose en él.

—¡Mucho gusto, mi nombre Alice!— le dijo feliz la chica, incomodándolo aun mas —y dime ¿Qué clase de habilidades tienes?— le pregunto así sin mas, arrastrándolo con ella hacia el salón de Entretenimiento. los demás le seguían por atrás.

Al parecer tendrían un nuevo compañero de equipo.


-*-*-*En alguna parte de las calles de Nueva York, esa noche*-*-*-*

Peter Parker se balanceaba sin gracia alguna entre las oscuras y peligrosa calles de Nueva York, otra vez en esa misión sin sentido (para él), de seguir a esa joven que respondía al nombre de Susan Evans. Una muchacha pelirroja de la cual por alguna razón Ezekiel se había interesado y la quería de su lado. Aun la verdad aun no entendía porque ésta era tan especial, aun no había sido capaz de ver cuales eran los poderes de la chica y aquel maldito villano no le había contado nada sobre el tema.

—(¿O estará solo interesado sexualmente en ella?)— pensó de pronto, pareciendole de inmediato una idea tonta —(bueno, tampoco sería extraño, la muchacha es bastante guapa)— pensó para luego sacudir rápido la cabeza y fruncir el ceño.

Esa idea era peligrosa, no podía volver a dejarse llevar por algo así nunca más. Hace años había pensado que Juliet era una mujer preciosa, ¿Y como termino todo?. Muerto y siendo traicionado por ella con Storm.

Sin embargo ésta vez no se dejaría engañar por unos tontos ojos bonitos y encantadora sonrisa. Ésta vez cumpliría con la misión que se le fue encomendada, para luego matar a Juliet por su traición, lo cual Stane aun se lo debía. Solo debía seguir el plan con la mente y el corazón (que no tenia) fríos.

Peter siguió meciéndose entre los edificios poco iluminados ayudándose de su telaraña, aun sin ser visto por Susan. Sin embargo lo que el arácnido revivido no sabia, era que ésta sabia que desde hace un buen rato Peter venia siguiéndola.

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[...]

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Susan, una joven que no aparentaba mas de 15 años, caminaba por una intransitada calle, ya pasada las 12:00 de la noche. Su largo cabello rojo llamaba mucha la atención en la oscuridad, pero para la joven de grandes poderes, no había ningún problema con pasear por esa peligrosas calles a tan altas horas de la noche, ya que era perfectamente capas de defenderse de lo que sea (en su ingenua mente)

Además, tenía un verdadero motivo para hacerlo esta vez, pues quería saber porque ese sujeto que se hacía pasar por Spider-Man, la había estado siguiendo desde hace un buen rato, y no solo esa noche, sino que también las anteriores.

Antiguamente no había tenido el valor de encararlo, ya que él solo la seguía, más no la atacaba ni hacia nada que ella creyera sospechoso. Simplemente la seguía, de cerca y con sigilo

"¿Por qué hacía todo aquello?". Eso era lo que más quería saber.

En eso ésta de pronto se detuvo cerca de un callejón y entro rápidamente a él, haciendo que Peter mirara curioso tal comportamiento, dándose cuenta que se estaba comportando de manera extraña.

Peter ante eso bajó a tierra firme y con cierta cautela se asomo por el callejón oscuro, miro detenidamente dentro de el y se sorprendió al casi ni notar la presencia de la joven. Sin embargo en eso, sin tener otra opción, decidió meterse de una ves dentro de callejón, para terminar con aquella farsa y entregársela a Ezekiel lo antes posible.

Sin embargo, cuando dio un paso ya estando a mitad de camino de adentrarse en el aquel lugar, sintió de pronto como un puño se avecinada rápidamente sobre el. Su sentido arácnido le había fallado por alguna razón, pero de igual manera supo esquivarlo con gracia echándose hacia atrás. En eso miro fijamente a la muchacha y vio como su cuerpo había cambiado. Ante esto le prestó toda su atención, pero aun así no lograba comprender su cambio de apariencia. Ahora tenía la piel cubierta de un gris metálico, como si esta estuviese hecha totalmente de metal.

Esto lo desconcertó por unos segundos, pero no tardo nada en entender que éste debía ser el poder de Susan. Comprendió al instante que por esto debía ser que Stane la quería tanto.

Por otra parte la joven solo había atacado con la intención de llamar su atención, más no de herirlo, aunque para su sorpresa el hombre había podido adivinar su ataque estando en la oscuridad del callejón. Ante esto se presentó seria y firme, esperando por el contra-ataque del sujeto... uno que nunca llegó.

Eso la confundió un poco. "¿Por qué no se defendía?".

Solo estaba allí parado como un idiota.

Ante esto la muchacha sentía que se le acababa la paciencia. ¿Por qué éste la seguía tanto? ,¿Qué quería de ella?.

Después ya de un buen tiempo sin que sucediera nada, Susan decidió enfrentar a Dark-Spider de una buena vez.

—¡¿Que tanto quieres conmigo?!— Le pregunto enfadada la oji-verde, encarándolo de frente. Peter se sorprendió ante esto —¡Responde!— le exigió. El castaño simplemente negó.

—Tks... Eres gritona ¿Lo sabías?— le respondió sarcástico, mientras se cruzaba de brazos —Y yo que te veía más tranquila...— le confesó mientras se acercaba a ella. Sin embargo por simples reflejos, Susan se alejó dos pasos de él.

—No te me acerques... — le advirtió mostrando una pose defensiva mal hecha. No estaba acostumbrada a tener que enfrentarse a sujetos que seguramente le igualaban en poderes especiales. Y lo peor de todo, era que aun no sabia a quien se enfrentaba —Dime quien eres...— le volvió a pedir ya más tranquila, sorprendiendo nuevamente a Peter.

—Tiene un humor bastante peculiar... "Al igual que Juliet"— exclamó, traicionandolo su sub-consiente, para luego sacudir su cabeza, tratando de eliminar esos pensamientos de su mente.

Ante esto Susan lo miró confundida, aun asi no se atrevió a preguntar de quien hablaba y que era lo que le pasaba. Sin embargo volvió a ponerse en alerta, cuanto éste dirigió una vez más la mirada hacia ella, pareciendo que al fin iba a responderle sus preguntas.

—Mi nombre es Peter Parker...— le contestó de manera clara, para que ella le entendiera.

Susan abrió sus ojos de par en par y su boca formo una pequeña "o". ¿Acaso había escuchado bien?.

Negó tratando de convencerse que no era cierto, eso no podía ser. Miró desafiante al sujeto de negro.

—¡Eso no puede ser verdad!— le respondió enfadada, apuntándole acusadoramente con su dedo —Peter Parker murió en la noche del ataque de los 6 Siniestros a Nueva York...— le recordó.

Peter cerro sus ojos recordando su triste y patética muerte. ¿Por qué se lo recordaba?.

—Si, es verdad, morí esa noche...— le contesto serio para luego abrió lentamente sus ojos y clavarle la mirada —Pero me han vuelto a la vida para poder cumplir mi misión...— añadió, justo cuando de pronto una nube que cubría la luna se movió, dejando que el Astro Lunar brillara, mostrándole a Susan que las palabras del castaño eran del todo ciertas.

Llevo una mano a su boca a causa de la impresión.

—¡No puede ser verdad! Peter Parker a vuelto a la vida...— exclamó ya extrañándose ante la situación —¿Y que tengo que ver yo en todo esto?— exigió una explicación.

Peter suspiro y miro a un lado. ¿Darle una explicación cuando ni él sabía por que la buscaban a ella?. Él sabia lo lamentable que podía llegar a ser el destino, con las pobres personas como ellos que su único delito fue nacer diferentes, sabia muy bien que Susan era una buena persona que tuvo la desdicha de quedar bajo el ojo negro de los planes de Ezekiel Stane. Su vista volvió a posarse en ella y se encogió levemente de hombros.

—Tu eres mi misión, debo entregarte a mi jefe...— le dijo sin frenar, haciendo que Susan recibiera la noticia como si la hubiesen abofeteado.

Ella se mostró enojada.

—¿Y yo porque?— le volvió a preguntar. Si ese tipo planeaba algo, era mejor que le quedase claro que ella no iba a quedarse de brazos cruzados, iba a defenderse a como diera lugar. No le importaba si era un Vengador, todos sabían que Spider-Man había muerto ya hace años.

—No lo sé, solo cumplo ordenes...— le contestó bajando levemente la mirada —*Solo recibo ordenes...*—volvió a repetir más para si mismo que para la chica, sin darse cuenta que ésta había llegado a escuchar su susurro. Pensando que tal vez, solo tal vez, él no quería hacerle daño —Tampoco es como si tuviera otra opción...— le aclaró luego del silencio de pocos segundos. En eso Susan arriesgándose, deshizo su poder, dejándola ver de nuevo como una persona normal.

—¿Y si tuvieras otra opción?— se animó a preguntarle. Peter la miro directamente a los ojos.

—No te conozco... ¿Para que querría llevarte conmigo? Además, yo solo quiero vengarme de quien me daño llevándome a la muerte— contesto Peter sinceramente.

Susan no pudo evitar sentir lastima. Se notaba que Peter era ahora un alma en pena que había sido traído al mundo de los vivos sin su consentimiento. Su mente confusa y su obligación de tener que obedecer las ordenes de quien lo trajo de vuelta a este mundo, lo estaban llevando a un camino equivocado, un deje de sentimiento de querer ayudarlo nació de ella muy en el fondo. Peter no era malo, a su parecer. Solo estaba perdido en un lugar al que creyó que nunca iba a volver después del ataque de los Siniestros a Nueva York.

En eso ésta de pronto vio como el castaño se daba la media vuelta y se iba del lugar, dejándola sola allí. Dio un paso hacia adelante y le llamo, extrañándose hasta a ella misma.

—Espera...— le llamo. Peter paro su caminar pero aun así no volteo a verla —¿A donde iras?— de acuerdo, hasta a ella misma le pareció estúpido preguntar y no se extraño de que Parker no le respondiera —¿Qué pasara? ¿Acaso no debes llevarme con tu jefe?— le pregunto queriendo saber porque repentinamente él se marchaba.

Peter giro apenas su cabeza, Susan solo lograba verle el perfil.

—No, de pronto perdí tu rastro...— le contesto para luego seguir su camino y volver a perderse entre los edificios y la oscura noche.

Susan sabia que Peter había decidido dejarle pasar por alto este encuentro. Pero eso le llevo a pensar en que si la estaba protegiendo.

"De pronto perdí tu rastro". Eso es lo que él había dicho, la dejaría irse al menos ésta noche. La joven pelirroja sintió que la estaba dejando libre y presentía que muy pronto iban a volver a encontrarse, pues... ¿El debía atraparla, no?. Eso le daría tiempo a conocer las intenciones ocultas de Dark-Spider.

De a poco fue saliendo del oscuro callejón sujetándose fuertemente de su abrigado camperon, el frio nocturno se le hizo muy notorio ahora que la adrenalina ya no corría desesperada por sus venas. Lo mejor era conseguir una habitación y esperar al nuevo encuentro contra el renacido Hombre Araña.

Sonrió internamente. Al menos tendría un día interesante.


-*-*-*Escuela de Héroes/ Habitación de Mery y Alice (anteriormente también de Juliet)*-*-*-*

Mery estaba recostada en su cama tratando de dormir. Su mente, aun perturbada por los regaños que había recibido de Maykol: Sobre que solo era una niña irresponsable que se tomaba todo como un juego, entre otras cosas que le habían parecido hirientes, y ante la amenaza de regresarla a casa de sus padres si seguía comportándose imprudentemente. Ella no dejaba de pensar en el gran lobo negro de ojos verdes que la salvo. Aun quería agradecerle lo que había hecho por ella la noche anterior.

Quiso hablar con Robert respecto a su compañero. Pero éste había estado tan ocupado con su papeleo como nuevo integrante de la Escuela de Héroes, que apenas si había podido hablarle unos minutos. Sin mencionar que luego de estar ocupado con Ezio y los Vengadores, Alice se lo había llevado a recorrer el edificación sin darle el tiempo a nada. Haciéndole imposible a la pelinegra, encontrar aunque sea un poco de tiempo para hablar con él de aquel gran animal desde que llegaron

—Ahhhh...— suspiro largo y tendido, comenzando a levantarse en silencio para evitar despertar a su compañera, dirigiéndose a la ventana del cuarto. La noche cubierta de nubes no le dejaban ver más halla del Laberinto de las Rosas. Pero aun así, no podía evitar pensar que muy al fondo, perdido entre la naturaleza y la oscuridad de la noche, dos ojos verdes y fieros aún seguían observándola.