O
—¿Pasa algo? —preguntó Akane a Ranma que de nuevo la miraba con una fijeza extraña.
El chico no respondió estaba sumergido en sus pensamientos. Recién llevaba dos días desde que la aparente maldición de Akane había llegado a su final, lo que nadie sabía es que la suya propia también lo había hecho. Cuando salió del templo Akane ya estaba despierta, le pregunto algunas cosas y luego durmió. Él la llevo a casa, sabía que el último sueño era el correcto.
Era fácil saberlo, porque en ese sueño se reflejaba el alma de Akane. Libre, hermosa y desinteresada, siempre más preocupada por ayudarlo que por obtener algo para sí misma. Aunque el primero y el segundo le habían provocado un placer desconocido hasta entonces para él. El despertar de un deseo que tenía desde hacía tiempo.
En ese momento estaban en la habitación de Akane, el resto de la familia veía la televisión y los habían mandado a estudiar debido a que habían perdido días por la enfermedad de la menor de los Tendo. Él no prestaba demasiada atención a los estudios, pero estaba fascinado de verla a ella.
—Akane tú me gustas mucho —pronunció él sin vacilar.
Y a partir de esas cinco palabras la vida de ambos se unio de forma definitiva.
FIN
Gracias por sus bellos comentarios, hasta otra historia :)
