No supe a dónde ir, me negué a volver con padre para estar presente en el día de la masacre después de tal humillación y vergüenza que sufrí, así que fui a la cantina mas cercana, obviamente como estaba cerrado entre ilegalmente, agarre todas las botellas de alcohol posible y empecé a bebérmelas todas mientras cantaba una clásica.
Sebastian: ¡El fin llego, y eso es criminal! El tiempo vuela nos trae el final, así que adiós, me voy, ya tengo que partir, los dejo aquí con gran pesar, adiós, me voy, adiós.
Sebastian: ¡El fin llego, y eso es criminal! El tiempo vuelo nos trae el final, así que adiós, me voy, ya tengo que partir, los dejo aquí con gran pesar, adiós, me voy ¡Adiós!
Luz: Owww ¿Practicando tu canción de derrota acaso?
Sebastian: Oh... Eres tú de nuevo, ya vuelve al infierno que es donde perteneces.
Luz: No puedo, al menos no por ahora, no hasta que se te pase el efecto de tus queridas drogas.
Sebastian: No puedo creer que haya alucinado, especialmente contigo.
Luz: Bueno, tú me deseaste, y heme aquí de nuevo.
Sebastian: Ya vete y déjame solo ya con mi preciado alcohol.
Luz: Ya te dije que no puedo irme hasta que se te pase el efecto.
Sebastian: Me lleva el diablo... Entonces no me hables de tonterías de ayudarme de nuevo.
Luz: Como quieras.
Seguí bebiendo de mi preciado alcohol, todo eso mientras me veía esa maldita ilusión de esa mocosa.
Luz: Entonces... ¿No vas a ir a ver la victoria de tu querido padre el emperador?
Sebastian: ¿Por qué te importaría algo así?
Luz: Pues tú mismo dijiste que darías un gran espectáculo cuando sucediera la masacre.
Sebastian: Ya no tengo tantas ganas de presentar mi cara a millones de personas que van a morir.
Luz: Triste tu caso, supongo.
Sebastian: Mejor me quedo aquí, y luego me iré a dormir al basurero mas cercano que haya.
Luz: Oh, no seas tan negativo, amigo, ve y disfruta de este que puede ser ultimo día para millones de personas, además tú mismo dijiste que querías ver como es tu hogar.
Sebastian: Hmm... En eso tienes razón, a fin de cuentas, eres una parte de mí que cree con mi mente ¡De acuerdo, iré ahora mismo!
Luz: ¿En ese estado iras? Bueno, como quieras, a fin de cuentas estoy obligada a seguirte.
Me subí a mi bastón y me fui volando hasta donde se llevaría a acabo la masacre, cuando llegue me tope con la sorpresa de que el eclipse ya había pasado tan rápido ¿Qué esta pasando?
Sebastian: Hmm, aquí hay algo que no me huele bien, y eso que me bañe esta mañana, para empezar ¿Ya se murieron todos? ¿Ganamos ya?
Decidí investigar mas a fondo, baje para ver si estaban muertos, a uno le tome el pulso y por desgracia seguía vivo, mientras que vi a algunos respirando y retorciéndose del dolor, me lleva el diablo ¿Por qué no están todos muertos? ¿Qué fue lo que ocurrió? Entonces lo vi a él... ¡Al Coleccionista! No lo entiendo, creí que padre dijo que no lo iba a liberar ¿En qué quedamos entonces? Entonces también lo vi a él, el perro raro ese, no lo entiendo ¿Qué quiere el mocoso con ese? Pensaría que el perro lo libero si el fuera... No... No es posible ¡El perro es un Titán! Mejor voy a buscar a padre mientras el Coleccionista se distrae con esos tontos, uno pensaría que ya se fue de vuelta a casa, pero hay algo aquí que no me cuadra igual.
Sebastian: ¡Padre! ¡¿Estas aquí?!
Luz: Si sigues gritando así de fuerte, el Coleccionista te va a descubrir.
Sebastian: No le temo a ese mocoso.
Luz: ¿En serio crees qué no se haya ido ya?
Sebastian: Pues tengo una pequeña corazonada de que...
No pude terminar lo que le iba a decir a esa ilusión mía ya que me encontré con una extraña sustancia en el piso, llegue a la rápida conclusión de que esa sustancia eran los restos de padre.
Sebastian: Padre... ¿Pero qué te han hecho?
Luz: Oye, el portal parece que ya fue usado.
Sebastian: Me lleva el diablo, ahora jamás podre salir de este infierno de lugar y conocer las maravillas de mi hogar.
Sebastian: El Coleccionista... Él hizo esto, me las pagara, pero ahora no, ya que es muy poderoso para mí, mejor a buscar un lugar seguro para así planear mi plan de venganza.
Volví a subirme nuevamente a mi bastón para así alejarme del Coleccionista, volví al palacio para así buscar todas mis cosas y largarme a un lugar seguro.
Sebastian: ¿Hola? ¡Hay tamales! Exquisitos tamales oaxaqueños ¡Tamales!
Luz: ¿Por qué haces eso?
Sebastian: Pues quiero saber si hay alguien, parece que no, todos se fueron, mejor aún.
Fui a mi habitación, agarre todas mis cosas, luego a mi laboratorio y ahí también hice lo mismo... También agarre el mechón de cabello de la humana, no sé por qué lo hice, me volví a subir a mi bastón y fui rumbo hasta donde estaría a salvo, había vuelto al lugar donde había sido creado; el Coleccionista jamás me encontraría aquí.
Sebastian: Bien, aquí será perfecto para idear mi plan de destruir al Coleccionista.
Luz: Se puede saber ¿Por qué agarraste el mechón de cabello?
Sebastian: Hmm... Solo una pequeña idea que se me vino a la mente, en caso de que mi futuro plan no funcione.
