I got it – Lo tengo

Hola, hola

Disclaimer: Los personajes no me pertenecen, son de la gran sensei Rumiko Takahashi, pero la historia y las locuras escritas aquí sí.

Gracias a todas las personas que dejaron un rewiew, en esta ocasión no pude contestarlos, si lo hacía no alcanzaba a publicar, pero los leí todos y los amé de verdad muchas gracias.

Ahora si vayamos al capítulo.

Capítulo 9:

Kagome

Después de entrar en la habitación, InuYasha puso las cosas sobre la mesa de noche junto a la cama y me hizo una señal para que me acerará a él.

Camine y quede de pie junto a la cama. Se acercó a mí, tocó los bordes de mi blusa, levanté mis manos y me la quito, quedé sólo con el sostén. Pasó sus brazos entre los míos, con sus manos comenzó a buscar los broches de mi ropa interior, mientras con sus labios comenzaba a acariciar mi cuello.

El deseo en mí encabezaba todos mis pensamientos. Después de lograr su objetivo, bajo sus manos acariciando mi espalda hasta llegar al borde del short que llevaba puesto, comenzó a bajarlo junto a mi ropa interior, quedando así completamente desnuda.

Así abrazados ahora fui yo quien comenzó a quitarle la ropa. La primera prenda que le quité fue la playera sin mangas que traía, lo hice de la misma manera que él, por encima de sus brazos para mandarla alguna parte del suelo de la habitación.

Cuando termine, pase mis manos por su torso desnudo de arriba hacia abajo, lentamente disfrutando de sentir como ardía su piel bajo mis manos y escuchando los suspiros que salían de su boca. De igual manera bajé el short y su bóxer dejándolo en las mismas condiciones en las que yo me encontraba.

Siéntate en la cama- susurro muy despacio y yo obedecí sin dejar de verlo a los ojos.

Él se dirigió a la mesa de noche, tomó la crema para batir, la agitó y colocó un poco sobre mis pechos. Después fue por el chocolate derretido e hizo un camino de mis pechos hasta mi vientre. Finalmente tomó una fresa, la puso en mi boca y la sujeté en mis labios.

Se hinco, nuestros rostros quedaron un frente al otro, se acercó y mordió la mitad de la fresa de mi boca, para después juntar sus labios con los míos y comenzar una serie de besos que fueron incrementando poco a poco su intensidad.

Dejo mis labios, para despacio ir besando mi cuello hasta llegar a mis pechos y con su lengua comenzar a quitar la crema para batir que había en ellos. La corriente eléctrica que atravesó mi columna fue realmente increíble, estuvo en esa tarea hasta que no quedo rastro de la crema.

Sin embargo, no se detuvo ahí y continuo con el chocolate esparcido desde mis pechos hasta mi vientre bajo. Su lengua fría contrastaba con el calor que sentía por las sensaciones que provocaba en mí. Devoró todo con una lentitud que disfrutaba de sobremanera, pero a la vez me hacía desear más de él.

Y como si leyera mi mente, se acercó a mi entre pierna comenzando a dar suaves caricias con su lengua, con sus dedos al mismo tiempo masajeaba mi botón de placer. Poco tiempo después succionó con sus labios ese pequeño botón logrando que mis caderas reaccionaran y se movieran al ritmo que él marcaba. Sus caricias, poco a poco, me estaban llevando al borde de la locura.

Me sentí un poco frustrada cuando abandonó su tarea para subir nuevamente, tomar mis labios y poner una de sus manos en la nuca, haciendo que, mi sabor, el suyo, junto al de chocolate fueran realmente exquisitos.

Me recostó completamente en la cama sin separar nuestros labios. Llevo su mano libre entre mis piernas, los paso suavemente, el sonido de la humedad fue más evidente en la habitación, mis fluidos en esa parte eran demasiados. Me encontraba excitada y ansiosa por volver a sentirlo dentro de mí, para convertirnos nuevamente en un solo ser.

Retiro su mano por un momento, tomó su miembro erecto y lo coloco en mi entrada. Comenzó a moverse, provocando que de mi garganta salieran gemidos que se quedaban ahí por la intensidad de nuestros besos. Después de esos movimientos mis caderas comenzaban a reaccionar moviéndose para que el contacto fuera mayor.

InuYasha me penetro de un solo y profundo movimiento haciendo que me separa de sus labios, para que un sonoro gemido escapara por fin de mi garganta. Sentirlo nuevamente dentro de mí era una delicia. Sin esperar un segundo más, mis caderas comenzaron a moverse incitándolo a continuar con esa danza erótica y excitante que tanto deseaba realizar con él.

Estuvimos en esa posición durante unos minutos. Luego él paró, para girar su cuerpo y su espalda quedó sobre la cama sin separar nuestra unión. Ahora me encontraba encima de él, moví mis caderas por instinto, la sensación fue realmente placentera, InuYasha sujetó mis caderas con sus manos marcando un ritmo más rápido.

Los jadeos y gemidos no paraban de salir de nuestros labios. Los suyos me parecían una melodía que me hacían desear más de él. Y como si leyera mi pensamiento, con sus manos grandes y fuertes comenzó a masajear mis pechos. Esto hizo más que la corriente en mi vientre se incrementará y las palpitaciones que anunciaban mi orgasmo estaban cerca.

Inu… ¡InuYasha ya no puedo más! - fue lo que salió de mi boca casi en un grito.

Hazlo, bonita, córrete para mí- respondió.

Como si sus palabras fueran ordenes, sentí mi orgasmo llegar con un placer indescriptible. Unas embestidas más y sentí su culminación llegar de igual manera. Las experiencias que estaba viviendo con InuYasha eran magnificas e inolvidables. Él desde la primera vez, me hacía sentir el deseo y el amor que tenía por mí, de una manera única y diferente a la vez.

Nos quedamos un tiempo más en la cama, descansando y disfrutando del tiempo que estábamos compartiendo

Horas más tarde, mientras veíamos una serie en el televisor casi a la hora de la cena escuchamos el timbre.

InuYasha

Escuchamos que el timbre sonó, ambos estábamos sentados en la sala viendo televisión.

Deja voy a ver de quién se trata - y es que no esperábamos a nadie-. ¡Ya voy! – grite a quien se encontraba detrás de la puerta mientras me levantaba del sofá.

Cuando abrí la puerta, vi cajas de pizza, unas cuantas botellas de cerveza y una botella de vino.

¡Buenos noches, Taisho! - saludo Sango-. Es extraño tocar en mi propio departamento- exclamo Sango.

¡Hola, amigo mío! - me hablo ahora Miroku para luego desviar su mirada-. Tienes razón, es raro Sanguito ¿Cómo estás cabecita blanca? – regreso su vista a mí.

Buenas noches chicos- regrese el saludo, para luego hablar sólo con Miroku-. Uno, estoy muy bien, dos, te he dicho mil veces que no me llames así- respondí.

Y yo, te he dicho que lo seguiré haciendo, porque me gusta molestarte- alzo los hombros-. Eso hacen los verdaderos amigos- voltee mis ojos al escucharlo.

¿Qué hacen aquí? – le pregunté a ambos.

Pues… vinimos a celebrar, celebraremos que ahora viven en el departamento y lo haremos con un anoche de amigos- mencionó Sango.

Trajimos pizza y cerveza- ahora fue Miroku quien hablo y levantaron ambos lo que traían en sus manos.

Si, ya me di cuenta, pasen- me hice a un lado- pero pudieron avisar ¿qué tal que Kagome y yo queremos…-

¿Darse amor, comprensión y ternura? – respondió Miroku bromeando.

¡No, idiota! ¡Descansar! – Claro que quería hacer eso en la habitación con ella, pero no se lo iba a decir al tonto de mi amigo. No les daría detalles de nuestra intimidad, hasta que habláramos con los dos de nuestra nueva relación, y así no era la mejor forma de hacérselos saber.

¿Descansar?, pero si desaparecieron del bar muy temprano ayer- escuché decir a Sango-. Debieron descansar muy bien- sentía que detrás de sus apalabras había otra intención, sin embargo, no estaba seguro.

¿Qué sucede? ¿Por qué suenas molesto InuYasha? - Kagome se asomó hacia la puerta.

Pues, será porque estos dos se la pasan diciendo tonterías- para este punto ya tenía el ceño bastante fruncido por la molestia que sentía.

¡No son tonterías Taisho! – me grito Sango molesta, su semblante cambio cuando se dirigió a Kagome-. Amiga, solo le decíamos que nos pareció extraño que se fueran del bar ayer sin avisar. Además de que no contestaron nuestras llamadas, estábamos muy preocupados. Quería venir a buscarlos, pero Miroku me dij… - carraspeó su garganta- me convenció de no hacerlo y que ahora nos diga que quieren estar solos para… para descansar, nos resulta extraño.

Vi como la cara de Kagome se iba tornando seria e iba cambiando a una tonalidad completamente roja. Ella era muy mala para disimular y mucho más para mentir.

Bu…bueno… la verdad… es que… porque no pasan y nos sentamos a hablarlo con calma- propuso Kagome.

Estando todos sentados en la sala, ella comenzó a relatarles lo que sucedió en el bar, mientras comenzábamos a comer lo que nuestros amigos habían llevado. Kag también les contó sobre ese idiota que se le acerco, el beso que me dio y las razones por las que decidimos marcharnos sin avisarles, aunque ocultó algunos detalles que sólo nos pertenecían a ella y a mí.

Llegando al departamento pudimos hablar más tranquilos, declaramos nuestros sentimientos por completo, le pedí que fuera mi novia, me dijo que sí, tomamos unas cervezas juntos y nos fuimos a dormir- la interrumpí casi al final del relato, porque estaba seguro que se pondría nerviosa en ciertas partes de la historia, y que ella no sabría qué decir. No creo que ella quisiera que nuestros amigos supieran esos detalles tan íntimos, yo también deseaba que se mantuvieran entre nosotros por un tiempo.

¿Juntos? – pero, las cosas nunca salen como deseas, el idiota de mi amigo tenía que abrir su gran bocota.

Más respeto para mi novia Miroku, no me gusta lo que insinúas- le reclamé un poco molesto.

Esta bien cabecita de algodón, ustedes son niños buenos y se fueron a dormir- por el tono que uso estaba seguro que dudaba de mis palabras.

Bueno… bueno, sea como sea, me alegra que por fin ustedes dos se hayan decidido finalmente a salir de su relación de amigos. Además, que estoy orgullosa de que mi amiga haya dado el primer paso- cerró los ojos con orgullo la novia de mi amigo, para después abrirlos y continuar-. Era algo cansado, lo obvio que era para todos que se gustaban y que ninguno hiciera nada al respecto. Estoy segura que el tonto de InuYasha se tardaría años en hacerlo- sus palabras me sorprendieron.

¿Ellos se habían dado cuenta de nuestros sentimientos? ¿Tan obvios éramos? Imagino que sí. Aunque, no entiendo por qué yo era el único, que no me daba cuenta de los sentimientos de Kagome. Pensé por unos instantes y la respuesta vino a mí: ¡Claro! por algo mi fama de despistado. Ahora entiendo porque siempre me lo decían. Espera ¿cómo me llamó?

¿Cómo me llamaste Usuba? – comencé con mi reclamo.

Lo que oíste Taisho- me veía desafiante Sango.

Calma, calma muchachos- trató de conciliar Kagome, levantándose de su lugar y acercándose a su amiga.

Sango, ¿Puedes acompañarme a llevar la basura a la cocina? - le pidió a su amiga.

Claro, Kag, vamos antes de que le de a este chico su merecido- ella comenzó a empujar a Usuba con las pocas cosas que llevaban en las manos.

Las vi caminar hacia la cocina, hasta desaparecer detrás de la puerta.

Y bien coqueto ¿me contarás lo que realmente pasó? - escuché a Miroku y volteé a verlo con curiosidad.

¿De qué rayos estás hablando? – lo cuestioné algo molesto.

De que yo no me trago esa versión, hay algo más que me estás ocultando- entrecerró los ojos esperando que yo le dijera algo más.

No hay nada más que decir, de lo que ya dijimos- refute de inmediato.

Bien, no lo hagas Sango me lo contará todo- después se cruzó de brazos.

Excelente que te cuente tu novia, porque yo no lo haré. No traicionaré a Kagome- estaba decidido a no decirle nada, aunque se tratara de mi mejor amigo, mi deber como novio era proteger a Kagome.

Con eso me basta cabecita blanca- cerró los ojos y sonrió mostrando lo orgulloso que estaba con lo que obtuvo-. Con eso dijiste más de lo que piensas- finalizó.

¡Mierda! Este imbécil siempre encontraba la forma de hacerme caer en sus juegos y decir más de lo que debería.

Kagome

Necesitaba separar a esos dos, antes de que se siguieran diciendo cosas sin sentido. Pero no esperaba que Sango se lanzara sobre mí.

¿Y bien Kag? - se cruzó de brazos con una sonrisa traviesa.

¿Y bien qué? – respondí con otra pregunta sin saber a qué se refería.

Por favor, Kagome Higurashi, en verdad crees que soy tan tonta como para creer que tomaron unas cervezas y se fueron a dormir como dos angelitos- me miraba de una forma desafiente.

Pues… pues…- estaba muy nerviosa por contarle a Sango.

Me daba algo de pena hablar de lo que sucedió entre InuYasha y yo, aun no me sentía del todo preparada. Sin embargo, sabía que no se rendiría hasta que le dijera la verdad, o casi toda la verdad. Comencé a relatarle de forma rápida, sin tantos detalles íntimos todo lo que sucedió entre InuYasha y yo la noche anterior. Veía como se contenía por no gritar, saltar y aplaudir para que los chicos no nos descubrieran.

Kagome, amiga, me da mucho gusto que por fin estén juntos- me dio un abrazo fuerte que correspondí.

Gracias Sango, al fin soy feliz con el hombre que amo- mi sonrisa reflejaba lo que decía.

Ahora salgamos de aquí o esos dos comenzaran a sospechar que algo sucede- llevo su mano a la barbilla-. Bueno quizás InuYasha no, es muy complicado que lo despistado se le quiete de la noche a la mañana- comenzó a reírse.

Sango, deja de molestarlo con eso- pedí a mi amiga, pero yo también reí un poco, porque es verdad que sería complicado que InuYasha cambiará ese aspecto de su personalidad.

Esta bien, está bien, ya no molestaré a Taisho, al fin de cuentas ya es tu novio- Sango dijo algo resignada.

Gracias- reí un poco por la amistad que ellos dos habían forjado en estos años por el vinculo de ambos con Miroku.

Salimos de la cocina y regresamos con los chicos. Terminamos la comida y el vino que quedaba entre risas y anécdotas del pasado juntos. Sango y Miroku se despidieron de nosotros unas horas después.

Cuando nuestros amigos se fueron, InuYasha y yo nos fuimos a mi habitación a dormir. Estábamos muy cansados con lo que vivimos la noche anterior y las visitas que habíamos recibido este día. Sin contar que mañana debíamos ir a casa de los padres de InuYasha.

Despertamos el domingo temprano, desayunamos para que después cada uno se dirigiera a su habitación, comenzar a arreglarnos y salir a casa de sus padres para comer.

Me di un baño rápido y elegí ropa sencilla para ponerme. Mi maquillaje fue natural, usando un poco de sombras en los ojos y un poco de brillo labial. Después de unos minutos en los que me terminé, salí a la sala para encontrarme con InuYasha que estaba listo y esperándome.

Quedé impactada con la imagen que mis ojos observaron ¿Qué acaso había algo que no le quedara a la perfección a InuYasha? Vestía unos pantalones de mezclilla, tenis de color negro con suela blanca, una playera tipo polo del mismo color que lo tenis pegada a cada uno de sus bien formados músculos, un reloj inteligente es su mano derecha.

Para mí era la perfección hecha hombre. Me acerque a él que al parecer se había quedado en shock al verme y tenía su boca abierta.

InuYasha

Me levanté del sofá cuando escuché que Kag salía de su habitación. Giré a verla y me quedé en shock.

Ella parecía un ángel caído del cielo, con ese vestido blanco de tirantes delgados, el escote en línea recta le llegaba hasta el inicio de sus senos, se le ceñía a la cintura, tenía una fila de botones de color café desde el inicio del pecho hasta el final del vestido, con dos bolsas de la misma tela a los costados. En sus pies llevaba unas sandalias de plataforma color café claro, amarradas a desde sus tobillos hasta sus rodillas con unas tiras muy delgadas.

Ante mis ojos era la mujer perfecta de la que estaba total y completamente enamorado.

Te ves hermosa, amor- fue lo que pude decir cuando salí de mi trance.

Tu también te ves muy atractivo, amor- ella se estaba acercando a mí.

La abracé, comencé a besarla y justo cuando comenzaba a crecer la intensidad ella se separó de mí.

Será mejor que salgamos de una vez o llegaremos tarde a esa comida- me sentí un poco decepcionado de no poder continuar.

Tienes razón, si no nos vamos de una vez te arrancará ese vestido y no asistiremos a esa comida- nuestro deseo se sentía en el ambiente, sin embargo, debíamos ir a casa de mis padres o no me lo perdonarían.

Comenzó a caminar a hacia la salida mientras yo checaba en mi teléfono si el Uber ya había por nosotros. Bajamos a la entrada del edificio y el vehículo ya esperaba por nosotros. Tiempo después llegamos a casa de mis padres, bajamos y tocamos el timbre.

Mamá fue la que nos abrió la puerta y nos recibió con una sonrisa y un abrazo a cada uno.

¡Muchachos por fin llegan! - se separó mi madre de mí-. Los estábamos esperando para comenzar a comer.

Hola Izayoi. Gracias por invitarnos y disculpa que los hayamos hecho esperar- sonrió Kagome.

No te preocupes linda, seguro que InuYasha tiene la culpa de su tardanza-fue el comentario que hizo mi madre.

Gracias por el apoyo mamá- dije con sarcasmo.

De nada cariño- ella no entendió mi comentario, y si lo hizo lo disimulo muy bien.

Pasen chicos, vayamos al comedor- se hizo a un lado y con un gesto de su mano nos invitó a pasar-. Sesshomaru y tu padre nos están esperando ahí.

Nos dirigimos a la mesa del comedor. Cuando cruzamos la puerta mi hermano y mi padre guardaron silencio, como si estuvieran hablando de algo que no querían que nadie más supiera. Mi padre estaba en el lugar principal de la mesa, mi hermano en el lugar a su derecha y mi madre seguro se sentaría a su izquierda.

InuYasha, Kagome bienvenidos- papá se veía contento de vernos y se levantó para ayudarle a mi madre con la silla.

Hola Kagome, hermanito- una sonrisa burlona estaba en su rostro después de su saludo.

Gracias padre- lo saludé y luego me dirigí a Sesshomaru-. Hermano que tal- Sesshomaru no podía evitar ser molesto, ese era su pasatiempo favorito.

Hola sr. Taisho- Kag saludo a mi padre-. Sesshomaru me da gusto estar aquí.

Kagome cariño, ven siéntate a mi lado- mi madre señalo el lugar junto a ella. Yo fui a ayudarle a ella para que se sentara.

¿Y yo dónde me sentaré? – pregunte a mi madre, puesto que, mi lugar era el que ella le cedió a Kagome.

Puedes hacerlo a un lado de Sesshomaru- sonrió al decirme eso, asentí y volteé a verlo con los ojos entrecerrados. Sin embargo, debía hacer lo que mi madre me pidió, no quería discutir frente a ellas con el idiota de mi hermano.

La charla durante la comida fue bastante amena y respetuosa. Mi padre y mi hermano estaban comportándose bastante bien delante de Kagome. Hasta ahora no habían dicho nada que me pusiera en vergüenza.

Voy a preparar un poco de té, ahora regreso- se levanto mi madre y comenzó a caminar hacia la cocina.

La acom…- mi madre miro a Kagome interrumpiéndola- te acompaño para ayudarte Izayoi.

Claro linda, me vendría bien una mano- mi novia comenzó a caminar junto a mi madre a la cocina.

Tenía algunas cosas que aclarar con esos dos. Pero esperaría a que ambas estuvieran lo suficientemente lejos.

La apuesta que tenían ustedes dos era acerca mis gustos ¿verdad? – solté sin más pues no teníamos mucho tiempo antes de que ellas regresaran.

¿De qué hablas? – pregunto mi padre.

De la dichosa apuesta que tienen ustedes dos- aclaré a lo que me refería.

No, no era sobre eso, idiota- Sesshomaru fue quien hablo ahora-. Aunque, admito que, si dudaba que hubieras cambiado de bando, te comportabas muy extraño después de terminar con esa noviecita que tuviste hace años.

Tu hermano tiene razón- continuo mi padre- pensamos que esa jovencita te había hecho tanto daño, que ahora buscarías en el otro lado tu felicidad. Además…- mi padre hizo una pausa que me estaba desesperando.

Además ¿Qué? – a este punto empezaba a irritarme esta platica.

Además de que, casi todo el tiempo estabas con ese amigo tuyo, ese Miraculos, eran muy cercanos… demasiado- termino por decir mi hermano mayor.

Miroku, su nombre es Miroku- como pude aguante la risa, aunque, debía admitir que ese era un buen sobre nombre con el cual burlarme del idiota de mi amigo, sin embargo, debía continuar para saber más sobre la dichosa apuesta- ¿Entonces de qué rayos se refiere esa maldita apuesta?

Ya te lo dijimos hijo, no podemos decir nada hasta que todo lo que se aposto se lleve a cabo, o jugarás a favor de alguien- fue el argumento de mi padre.

Son un fastidio ¿sabían? – cerré mis ojos y respiré profundo tratando de tranquilizarme.

Piensa lo que quieras hermanito, pero el ganador será muy, muy afortunado, sabes a lo que me refiero- me hizo una seña con sus manos, entendiendo que se refería a dinero, el imbécil sonrió como si él se supiera ganador.

Saben algo, hagan lo que quieran, siempre y cuando mantengan a Kagome lejos de sus tonterías- me levanté de mi lugar, me dirigí a donde se encontraban ella y mamá.

Kagome

Estando en la cocina, mientras esperábamos que el agua estuviera lista, la señora Izayoi comenzó a hablar.

Kagome, linda, espero que mi hijo te traté bien- menciono la madre de mi novio.

Claro que lo hace Izayoi. InuYasha es un chico muy tierno. Desde que éramos solo amigos cuidaba de mí. Aunque, prácticamente hace nada iniciamos una relación formal, siento que lo conozco de toda la vida. Siempre he sentido que él me complementa. Tenemos gustos similares y disfrutamos la compañía del otro. Espero que este amor que sentimos los dos dure para siempre- no pude evitar decirle a Izayoi todo lo que sentía por su hijo.

Ella me miraba de una forma muy dulce, su forma de verme me recordaba un poco a la de mi madre.

¡Oh, querida! Todo lo que me dices de mi hijo es tan lindo– se acercó a mí para darme un cálido abrazo- Me alegra tanto escuchar eso. En ms oraciones siempre estaba, el que mi hijo encontrara una buena mujer que lo amara y lo hiciera feliz- me decía mientras acariciaba mi cabello.

Y lo amo Izayoi, amo a InuYasha con todo mi corazón- cerré mis ojos dejándome llevar por todas las emociones que sentía.

Yo también te amo Kag- escuche desde la puerta e Izayoi y yo nos separamos.

Bueno, los dejo un momento a solas- comenzó a caminar a la salida-. Los esperamos con las cosas del té en el jardín- la madre de InuYasha salió.

Todo lo que le dijiste a mi madre fue muy bello Kag- me ruboricé un poco.

Es lo que siento por ti InuYasha- me acerqué a él para darle un beso corto-. Y, si no estuviéramos en la casa de tus padres, te lo demostraría de otra manera.

Vaya, ¿Dónde quedó esa Kagome que era algo tímida y reservada? – InuYasha sonrió de una forma pícara.

Bueno, novio mío- coloqué mi dedo índice sobre su pecho-. Me has enseñado que una chica como yo necesita satisfacción y que mejor que en tus brazos- subí mi dedo hasta su nariz dando un pequeño golpe.

Creo que, no nos quedaremos por mucho tiempo por aquí- InuYasha me siguió el juego-. Necesito complacer a mi novia como todo un caballero.

Ambos nos sonreímos mirándonos a los ojos, con una promesa por cumplir al llegar a casa. Tomamos la tetera con el agua caliente, la colocamos en una bandeja, así como las tazas y nos dirigimos al jardín con los demás.

Ahí estuvimos una hora más aproximadamente, hasta que llego la hora de despedirnos.

InuYasha

La estamos pasando muy bien madre, pero es hora de que Kagome y yo regresemos al departamento- estaba ansioso por cumplir esa promesa que hicimos en la cocina-. Además, que debemos descansar, mañana iniciamos un nuevo trabajo. Yo en Shikon Designs y Kag en… es verdad amor, no te había preguntado ¿En dónde trabajarás? Soy un despi… un tonto– giré mi rostro para verla, su cara reflejaba sorpresa y parecía en Shock.

Ta… también comenzaré a trabajar ahí- pudo decir en cuanto salió de la sorpresa.

¡Qué buena noticia! – aplaudió mi madre haciendo que ambos la miráramos-. Ahora no sólo vivirán juntos, sino que también estarán juntos en el trabajo.

Al parecer, así será Izayoi- mencionó Kagome-. Solo falta saber si lo haremos en la misma área y con los mismos proyectos.

Sea, como sea, pero podrán hacer muchas más cosas juntos y eso es una maravilla- la felicidad de mamá no desaparecía.

Nos dirigimos a la puerta de salida de casa de mis padres, donde el Uber estaba esperándonos. Sólo ellos fueron a despedirnos, ya que, mi querido hermano recibió una misteriosa llamada, se despidió de todos y salió rápido a quién sabe dónde.

Los dos nos sentamos en la parte trasera del vehículo. Durante el recorrido de regresó a casa no pude evitar observar discretamente a Kagome, la mujer que ahora viajaba a mi lado. La mujer de la cual me enamoré desde hace varios años y que ahora podía amar libremente.

Era una mujer, con unos suaves y apetecibles labios rojos.

Una mujer, que se veía de maravilla con un vestido negro y tacones, o bien, con un sencillo vestido blanco y sandalias.

Una mujer, que amaba el rock and roll, igual o más que yo.

Una mujer, a la cual llevar un domingo a casa de mis padres.

Una mujer, con el alma más hermosa y pura que conozco.

Una mujer, que tiene amor para mí.

Kagome se percató que la observaba, me miro por unos instantes con sus ojos chocolate, para después poner su cabeza en mi hombro y yo rodee su cuerpo con mi brazo.

¿Qué sucede InuYasha? – pregunto mientras aspiraba el agradable aroma que desprendía su cabello azabache.

Que lo tienes, Kag, tienes todo lo que amo y necesito para ser feliz el resto de mi vida.

La abracé completamente, con mis dedos levanté su mentón para sellar mis palabras con un beso. Con ese beso esperaba poder transmitirle todo lo que sentía por ella, en una promesa de estar juntos por el resto de nuestras vidas y más allá.

.

.

.

.

.

.

.

FIN

Con esas palabras de InuYasha, cerramos esta historia que escribí con tanto cariño y amor para ustedes mis queridos lectores. Para aquellos que me dejan un bello comentario o rewiew y también para todos aquellos que se mantienen en las sombras jejeje. Pierdan el miedo, no muerdo jajajaja.

Espero no haber decepcionado la confianza que me dieron al comenzar a leer.

Gracias a todos y cada uno dedicar su valioso tiempo a leerlo y por acompañarme en esta travesía de la escritura de mis locas ideas.

Ahora sólo nos queda ese epilogo que cerrará con broche de oro este fic.

Saludos Karii.