I got it – Lo tengo
Hola, hola
Disclaimer: Los personajes no me pertenecen, son de la gran sensei Rumiko Takahashi, pero la historia y las locuras escritas aquí sí.
¡Por fin estoy de vuelta! Ya sé que me tardé un poco, pero enserio, no sé porque este ciclo escolar se me ha hecho más pesado que otros, pero, en fin, lo que importa es que regresé para compartir mis locuras con ustedes.
Esta es una canción que me encanta y al escucharla surgieron algunas ideas que se me ocurrió plasmar y compartir.
Aclaración importante para evitar linchamientos futuros: será un FIC CORTO, hasta ahorita tengo planeados 7 capítulos y el epilogo. Claro que esto podría cambia o quizás no, para que estén listas y después no haya reclamos como en el fic pasado jejejejejejeje.
Dejando todo claro, ahora si empecemos.
Capítulo 1:
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Kagome
La noche era hermosa eso no podía negarlo, aunque algo calurosa me percate en cuanto salí del aeropuerto de la bella ciudad de Tokio. Este clima no era nada comparado al frío y húmedo que tenía Londres la mayor parte del tiempo. Estuve viviendo por algunos años en esa ciudad debido a que antes de terminar la universidad me llegó una oferta de trabajo realmente tentadora, el único inconveniente fue que era en el extranjero. La propuesta que me hicieron fue muy difícil de rechazar, me ofrecían un buen sueldo y además tendría la oportunidad de aprender de los mejores y más prestigiados diseñadores gráficos.
Me dolió dejar a mi familia, al abuelo, a mi hermano y por supuesto a mi madre. Estar sola y lejos de los que amaba fue muy difícil, los extrañe todos los días mientras me encontraba en esa ciudad.
Pero sin duda alguna de quién me fue más difícil alejarme y a quién mi corazón extraño más fue a él, al hombre que era dueño de mi corazón, aunque él no lo supiera, solté un leve suspiro y mire por la ventana.
Ahora voy en el tren de camino a Tsukuba, la ciudad donde viví toda mi vida hasta después que terminé la universidad. Viaje a Londres casi inmediatamente después de mi graduación y trabajé en esa prestigiosa empresa de diseño hasta que por fin logré que me transfirieran a la nueva filial que había terminado su construcción unos meses antes y comenzaba operaciones la semana siguiente.
El viaje de regreso fue largo y cansado, pero sé que al final valdrá la pena al ver la cara de todos por la sorpresa que les daré. Me sentía feliz de estar de regreso y también porque tendré una semana para ponerme al día con todas las novedades en casa. Y es que el trabajo no me daba mucho tiempo libre para hablar con ellos, absorbía gran parte de mi tiempo y cuando llegaba al departamento donde vivía me quedaba dormida casi inmediatamente.
Pero ahora eso no importaba, me encontraba camino a casa. Los paisajes que veía pasar en el tren eran conocidos y hermosos, tal y como recordaba, resaltaban mucho más puesto que faltaba poco para el amanecer. Llegaría a casa justo a la hora del desayuno cuando todos estuvieran despiertos, o eso esperaba.
Después de salir de la estación de tren tomé un taxi, le di la dirección y me acomodé para lo que restaba del trayecto. Mi vista estaba fija en las calles por las que transitaba el coche. Abrí los ojos lo más que pude cuando por un instante creí verlo correr cerca de un parque. Parpadeé por un momento, él ya no estaba, cerré los ojos unos segundos y me deje caer en el asiento del vehículo, quizás era la falta de sueño y el cansancio por el viaje.
Por fin el auto se detuvo frente a la fachada de la casa, pagué el viaje, bajé mis maletas y unos segundos después me encontraba frente a la puerta de mi hogar, el hogar que extrañé todo este tiempo.
Ansiosa abrí la reja exterior y caminé hacia la puerta principal. Entre con cuidado para que nadie me escuchara, me quité los zapatos, dejé las maletas en la entrada y caminé rumbo a la cocina segura de que ahí encontraría a mi madre. Y así fue.
¡Sorpresa!- grité cuando comencé a caminar dentro de la cocina hacia ella.
Ahhhhhh- gritó mi madre asustada en un inicio- ¿Kagome, hija, eres tú?- me miró con los ojos abiertos, su rostro reflejaba la sorpresa que sentía y luego de eso reflejaron el amor con el que siempre me recibía al volver a casa.
¡Claro que soy yo! ¡He vuelto a casa mamá! ¡Para siempre! - le dije con una inmensa alegría y corriendo a abrazarla.
¿Cómo? ¿A qué te refieres con eso?- preguntó curiosa mamá mientras nos separábamos un poco.
¡Qué pedí mi transferencia a la filial de esta ciudad!- dije completamente feliz.
¿Es en serio Kagome?- vi la alegría de mi madre por la noticia.
Si mamá, ¿El abuelo y Sota dónde están?- voltea a todos lados porque esperaba verlos ahí.
Seguramente arriba aún dormidos.
Continuamos platicando mientras ella terminaba de preparar el desayuno. Cuando bajaron Sota y el abuelo también se sorprendieron.
Luego del shock inicial nos dimos un gran abrazo con todo el cariño que teníamos guardado después de mucho tiempo de no vernos. Seguimos charlando de todas las cosas que habían sucedido durante mi ausencia, sin embargo, ninguno lo mencionó no sé porque motivo.
Después de terminar el desayuno subí a mi antigua habitación a cambiarme y acomodar las cosas que traía en las maletas.
Quería tomar una siesta, pero algo en mi interior me tenía un poco intranquila, no se explicarlo, sentía la necesidad de ir a ese parque donde creía verlo.
Le avise a mamá que saldría a caminar un poco. Caminé un par de calles después de salir de la casa hasta llegar al parque, me senté en una banca junto a un bonito lago.
Los recuerdos comenzaron a llegar a mi mente.
Aquí nos traían nuestros padres a pasear a Sota y a mí cuando éramos más pequeños. Luego cuando papá falleció solo lo hacíamos con mamá, aún así los recuerdos que teníamos en el eran realmente maravillosos.
Después de recordar los momentos familiares, fue inevitable que la imagen de él apareciera en mi mente, de mi gran y querido amigo. Su rostro, con esos rasgos tan varoniles y atractivos, sus característicos y únicos ojos dorados como la luz del sol, ese cabello largo y plateado que ataba cuando corríamos por las mañanas en este parque, el cuerpo atlético y bien trabajado que cuidaba con mucho esmero.
Esta por demás decir que estaba total y locamente enamorada de él, pero no era, ni podía ser correspondida, solté un suspiro antes de que mi mente regresará a los recuerdos.
Los dos habíamos compartido muchos momentos en ese lugar. Algunas tardes que él tenía libres solíamos caminar para despejarnos un poco.
Platicábamos sobre nuestros trabajos y tareas de la universidad, esos eran los temas de conversación, debido a que él siempre evitaba hablar de ella. Tal vez era porque a él le incomodaba o porque sabía que yo no era santo de su devoción. Poco me importaba, a decir verdad, pero tampoco quería causarle problemas con su novia.
Aunque él siempre me defendía y le decía que no tenía de que preocuparse, que entre él y yo sólo había una bonita amistad, bajé mi cabeza y miré mis piernas cuando recordé eso.
De cierta forma él tenía razón, su novia no tenía de qué preocuparse, porque a pesar de que lo amara con locura, mis padres me educaron bien y yo nunca intenté nada para destruir su relación. La respetaría a pesar de que mi corazón doliera al verlos juntos.
Regresé mi vista al frente y me sorprendió lo que vi, quizás mi mente cansada me estaba jugando una mala pasada de tanto recordarlo.
Él caminaba hacia mí con una gran sonrisa, tan guapo y varonil como lo recordaba, no, mucho más de lo que recordaba. Mi imaginación era muy buena porque parecía real.
Hola, Kagome- su voz, era su voz , abrí los ojos completamente sorprendida. ¿En serio era él? Me pellizque el brazo rápidamente y dolió, ¡Era real! ¡Él estaba frente a mí! Mi corazón latía a gran velocidad que parecía se me saldría del pecho. Después lo escuché reírse de mi por lo que hice.
No te burles de mi InuYasha- fruncí el ceño, un poco molesta por su actitud, me levanté de la banca como resorte.
¿Es así como saludas al amigo que no has visto en mucho tiempo?- me reprochó.
Es lo que mereces por burlarte de mí, amigooooo- recalqué la ultima palabra para burlarme también de él.
¡Vaya! No has cambiado en nada, a pesar de los años.
Ni tu tampoco, sigues siendo el mismo de siempre.
Con mucho orgullo chica- alzó la barbilla y cerró los ojos para dejar en claro su punto.
¡Qué gusto volver a verte InuYasha!- me lance hacia él y lo abracé muy fuerte. Esperaba con ese abrazo dejar muy claro lo mucho que lo había extrañado.
A mi también me da gusto volverte a ver, Kagome- correspondió mi abrazo, con una mano me sujetaba por la cintura y con la otra acariciaba mi cabello.
Así nos quedamos por un rato. El sol comenzaba a ocultarse por el horizonte, acompañando la escena de dos amigos reencontrándose. Aunque en el fondo de mi corazón, él no era mi amigo, era el amor de mi vida.
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CONTINUARÁ
Bueno si llegaron hasta aquí muchas gracias por acompañarme en esta nueva historia.
Me gusta comenzar mis proyectos en fechas importantes y para mi este día lo es.
En México e de noviembre los mexicanos recibimos a las almas de nuestros seres queridos que han fallecido. El 2 de noviembre es el día más conocido dentro y fuera de nuestro país, porque se reciben a los adultos. Pero el 1 de noviembre se recibe a las almas de los que partieron de este mundo siendo niños. Y como algunos sabrán hace 10 años esperaba a mi tercera hija que nació antes de tiempo y falleció dos días después.
Este proyecto va dedicado a ella, desde el fondo de mi corazón donde ella vive y vivirá mientras yo lo haga.
Saludos, Karii.
