Torre de Radio, Cuarto Piso. Ciudad Goldenrod. Región de Johto. 3:24 P.M
-¡De acuerdo, ya tuve suficiente de todos ustedes! ¡Quagsire, neutraliza a ese estupido Honchkrow cuanto antes! ¡Utiliza Hydro Pump (Hidro Bomba) y termina con esto de una buena vez!-
-Tú tampoco te quedes muy atrás y ataca con todo lo qué tengas, Lucario!- Repuso ahora Kelly al también alzar el tono de su voz, frunciendo el ceño con decisión y observando de reojo a Zuki, misma quien se encontraba posicionada directamente a su derecha y detrás de su Quagsire. -¡Tú enfócate en Ariados y termina con él utilizando Blaze Kick (Patada Ígnea)!-
Con una cruda mirada ácida, capaz de incomodar a quien quiera qué tuviese el infortunio de cruzarse en su camino, Zuki exhala un poco de aire por su nariz en completo silencio y con una pizca de rebeldía, dirigiendo con alevosía su atención para observar en dirección de sus nuevos oponentes, dos miembros más del Equipo Rocket junto con sus respectivos pokémon, un Ariados y un Honchkrow.
Dicho cuarteto permanencia posicionado cerca del extremo contrario del espacioso lobby en dónde se mantenían también Kelly y Zuki, a pocos metros de uno de los pasillos contiguos qué conectan con el área de las escaleras y el ascensor, y también cerca de un par de anaqueles con carpetas y un escritorio con una computadora portátil encima. Esto, además de aparentemente servir cómo área de recepción para las demás oficinas y estudios de grabación a lo largo de todo esté nivel.
-¡No te quedes ahí quieto sin hacer nada, Honchkrow! ¡No permitas qué esas impostoras se interpongan en nuestros planes!- Ordenó con agresividad su entrenador, un prepotente miembro del Equipo Rocket de contextura delgada y qué apenas y aparentaba estar a mediados de sus veintitantos, con cabellera castaña ondulada semi larga y de tez algo bronceada. -¡Esquiva ese ataque de Quagsire y después contraataca con Brave Bird (Ave Brava)!-
No obstante, siguiendo muy oportunamente al pie de la letra las órdenes dadas por su propia entrenadora, Quagsire es quien reaccionó con más prontitud, escupiendo desde su posición un potente y muy veloz chorro de agua a presión el cual, sin muchos inconvenientes y en apenas unas cuantas fracciones de segundo, terminó por cruzar de un extremo al otro del lobby cómo una desenfrenada bala de cañón perdida.
Con posterioridad, un sonido seco hizo violento eco por todo el lugar luego de qué el ataque de Quagsire tomará muy por sorpresa a ambos reclutas del Equipo Rocket tras impactar fácilmente sobre el pecho y alas de Honchkrow en medio del aire.
Aquella rápida acción, al mismo tiempo, provocaron qué el pokémon de tipo oscuridad viajase cómo una especie de proyectil teledirigido, chocando después contra la humanidad de su entrenador al otro lado del lugar y haciendo añicos varios de los artículos de oficina a su alrededor debido a una pequeña onda de choque qué se creó tras el impacto. Cómo resultado de todo lo anterior, Honchkrow y su entrenador terminaron ambos desmayados en el suelo cerca de otro escritorio de metal y entre los escombros de una estantería repleta con expedientes, papelería variada y libretas.
-¿P-Pero cómo-...? ¿Quiénes y de dónde mierda salieron ellas dos?-
Habiendo presenciado la derrota tan abrumadora de su compañero en primera fila, en cuestión de un solo ataque perfectamente ejecutado, el otro recluta restante del Equipo Rocket se mostró en extremo dubitativo, nervioso y anonadado. Su rostro pasó a adoptar una tonalidad más pálida y enfermiza, mientras qué sus labios intentaron inútilmente dar algún tipo de orden a su pokémon pero sin tanto éxito más qué dar inteligibles balbuceos repletos de inseguridad.
-¡A-Ariados, quiero q-qué utilices-...
Por su propia parte, breves instantes después de todo lo hecho por Quagsire, ahora fue el turno de Lucario de actuar para evitar algún tipo de reacción por parte del dúo restante. Aquí, sin titubear en lo más mínimo, el pokémon de Kelly toma impulso y luego comienza a correr en zigzag, inclusive utilizando las paredes laterales y demás enseres a lo largo del lobby para seguir su rumbo, encendiendo luego una de sus patas inferiores con fuego antes de aparecer frente al pokémon de tipo bicho de repente y propinarle una fuerte patada sobre el área de su abdomen.
Sin tiempo alguno para reaccionar o de esquivar, el recluta restante, un joven de tez más oscura de unos veintitantos años y de complexión más baja que su compañero, se limitó a observar, atónito y con miedo, cómo su pokémon también era derrotado de un solo golpe sin misericordia. El ataque no solo dejó automáticamente fuera de combate a su Ariados, sino que lo propulsó hacia adelante con facilidad, chocando directamente contra el pecho del recluta. El impacto ocasionó que ambos cayeran inconscientes al suelo tras estrellarse contra una de las paredes del lobby, a pocos metros de donde yacían su compañero y el Honchkrow.
-Hmph… Y con estos ya serían-... U-Uhh…- Cómo sí todo lo sucedido con anterioridad para llegar hasta aquí fuese poca cosa al restarle gran parte de su importancia, la rubia oriunda de New Bark elevó ambas manos cerca de su rostro para utilizar sus dedos y ayudarse a contar. -A ver… eran tres a quienes vencimos en la cafetería cuando todo comenzó. Luego derrotamos fácilmente por sorpresa a los cuatro de la recepción en la planta baja. Después, entre el segundo y tercer piso, interceptamos y derrotamos a otros siete reclutas más antes de qué ellos se diesen cuenta de qué éramos impostoras. Eso nos da un gran total de-...
-Contando a este par de ineptos, hemos vencido y neutralizado a dieciséis de ellos en total.- Decreto Zuki con simpleza e interrumpiendo a propósito lo dicho por la rubia, antes de observar con mucha cautela en dirección de los reclutas y sus pokémon acompañantes recién derrotados. -Aunque, a decir verdad, no me esperaba qué todo fuese así de… fácil y rápido para nosotras. Pero tampoco es qué me vaya a comenzar a quejar ahora. Dadas las circunstancias actuales, prefiero asumir qué solo hemos corrido con muchísima más suerte de la esperada. Asique solo sigamos a esté ritmo y enfoquémonos en ayudar a cuantos empleados de la torre nos encontremos en el camino para qué salgan de aquí sanos y salvos.-
Poco después de sus propias palabras, la chica kimono intercambió breves miradas con su propio Quagsire, pokémon que, muy a pesar de todas las batallas en las qué él ya había participado en la tarde de hoy, aún se mantenía bastante lleno de energía y con la vitalidad suficiente cómo para continuar.
-Bueno, ya sabes qué hacer.- Manifestó Zuki para con el pokémon de tipo agua, dándole después una pequeña caricia sobre su cabeza en el proceso. -Por fa, aprisiona a los reclutas con tu lodo.-
En el minúsculo intervalo entre qué Quagsire escupía unos precisos chorros de lodo desde su boca en dirección de los reclutas, Kelly aprovechó la oportunidad para desplazarse con cuidado hasta la entrada de uno de los pasillos contiguos del lobby en su parte izquierda, lugar en dónde yacía colocada la puerta de entrada qué conduce a una de las tantas oficinas alrededor del nivel.
-¡Ya pueden salir!- Una vez colocada frente a la puerta de esta oficina en específico, la rubia alzó un poco más el tono de su voz, golpeando la misma con delicadeza con ayuda de los nudillos de su mano izquierda. -¡Problema resuelto! ¡Ahora salgan y pónganse en marcha antes de qué algún otro recluta se aparezca por aquí!-
Un par de segundos más tarde, al menos una veintena de empleados de la torre, de todas las edades y etnias, comenzaron a salir uno por uno, con cautela y lentitud, desde el interior de aquella oficina colmada con anaqueles y cajas por doquier. Con miradas nerviosas, muchos de ellos daban un temeroso vistazo a los alrededores del pasillo silencioso y vacío tan pronto como ponían un pie fuera. Pero, inclusive tomando en cuenta el temor latente de lo qué pudiese llegar a suceder después, la sola presencia de Kelly, aún vistiendo el distintivo uniforme del Equipo Rocket, les otorgó algo más de calma en medio del caos. Sin decir palabra alguna, todos comenzaron a dirigirse al lobby, donde Zuki, Lucario y Quagsire aún permanecían esperando.
-Gracias por ser tan valiente y advertirnos de la presencia de esos otros dos reclutas.- Expuso la rubia para con una de las secretarias de mayor edad en el lugar, posterior a qué esta saliera de lleno en dirección al lobby en compañía de otras de sus compañeras. -El qué usted nos reconociera a Zuki y a mí también nos ahorró mucho tiempo y explicaciones. De no ser por usted-...
-No hay de qué, querida. Mi nieta más jóven es muy fanática de ambas tras su participación en aquel torneo en la Battle Frontier. Por lo qué no es de extrañar qué yo las pudiera reconocer casi de inmediato.- Replicó la secretaria con amabilidad, dibujando a la par una sonrisa recatada y cálida ante la rubia. -Esto es lo menos qué podía hacer por ustedes con tal de ayudarlas. El disfrazarse con esos trajes del Equipo Rocket y luchar contra ellos de esa manera, poniendo sus vidas en riesgo-...
-No pasa nada. En verdad no se tiene qué preocupar por nosotras. Yo se qué quizas no lo parezcamos del todo, pero ambas somos entrenadoras perfectamente capaces.- Irrumpe Zuki con prontitud, observando ahora uno por uno el rostro de todos los empleados recién salidos al lobby. -Ahora, por favor váyanse de aquí cuanto antes. Ambas apreciamos mucho su ayuda, pero ahora no es momento para permanecer quietos. Nosotras ya nos encargamos de neutralizar a todos los reclutas del Equipo Rocket en los pisos de más abajo, por lo qué ya deberían de tener paso libre para salir de aquí sin problemas una vez lleguen a la planta baja de la torre.-
Más de la mitad de los empleados presentes se sorprendieron ante tal revelación por parte de la joven chica kimono. El resto, asintieron e intercambiaron miradas pasajeras entre ellos en señal de asombro. Todo esto, luego de qué la mayoría notará casi de inmediato, al ingresar al lobby, cómo los cuerpos inertes de aquellos reclutas del Equipo Rocket, y sus respectivos pokémon, yacían inconscientes al otro lado del lugar.
Los reclutas estaban atrapados entre los escombros de innumerables artículos de oficina destrozados, mientras una capa viscosa de lodo sólido los mantenía inmóviles, uniendo sus pechos, brazos y piernas al suelo, como si fueran grilletes que los sujetarán con fuerza.
Una veloz lluvia de cuchicheos se hizo presente entre muchos de estos empleados. Pero, sin querer perder más tiempo del necesario, varios de ellos comienzan a abrirse camino al otro pasillo contiguo en dónde se encontraban las escaleras. Al cabo de un rato, todos los empleados habían emprendido su camino al ir bajando a los niveles inferiores de la torre. Todos, salvo por la veterana secretaria a quien Kelly había agradecido en principio.
Ante esto, Zuki y Kelly intercambian miradas. -¿Acaso no quiere bajar con el resto de sus compañeros?- Cuestionó extrañada la rubia, dando otra serie de pasos para volver a colocarse al lado de su Lucario. -Escuche, sé qué quizás usted está preocupada por nosotras. Pero es tal y cómo Zuki mencionó antes. Ambas somos perfectamente capaces de-...
-Descuiden, no se trata de eso.- La secretaria procedió a negar lentamente con su cabeza. -Después de todo lo qué he visto de ambas, me consta de primera mano qué las dos son lo suficientemente capaces de defenderse de estos rufianes. Más solo quisiera darles una última advertencia antes de qué continúen.-
-¿Una última advertencia?- Repite ahora Zuki, arqueando una de sus cejas, tras caminar hasta dónde se mantienen inconscientes ambos reclutas del Equipo Rocket, para posteriormente revisar y sacar de los bolsillos de la dupla las pokebolas respectivas de Ariados y Honchkrow. -¿A qué se refiere exactamente con eso?-
-Cuando todo esto empezó, luego de aquel apagón tan extraño, yo pude ver entre toda la confusión cómo un sujeto alto y de aspecto muy sombrío, en la compañía de un jovencito pelirrojo cómo de la edad de ustedes, se abrieron rápido paso al sector oeste de esté piso para ingresar a la cabina de grabaciones en dónde se suponía qué se iba a llevar a cabo la entrevista de sus compañeros de viaje y las suya.-
Kelly y Zuki volvieron a intercambiar tímidas miradas la una con la otra, toda vez qué las palabras llegaban a sobrar a esté punto. Ambas supieron de inmediato a quienes la secretaria estaba haciendo alusión directa e inequívoca con sus declaraciones.
-Por favor, solo les pediré qué tengan mucho cuidado sí se llegan a topar con alguno de ellos en su recorrido. Ambas aún son demasiado jóvenes cómo para cargar con esté tipo de responsabilidad en sus hombros y no podría vivir con mi consciencia sí algo les llegase a pasar a alguna.- Reiteró la veterana secretaria con voz de súplica y arrugando su frente con alto desdén. -Incluso también se qué seria inutil o demasiado egoísta de mi parte decirles para qué bajen con el resto de empleados y dejen las cosas tal y cómo están para qué me acompañen. Pero es qué este duo me dio muy mala espina con solo observarlos de reojo. Ambos tenían un semblante completamente diferente del resto de reclutas a quienes ustedes ya probablemente hicieron frente para llegar hasta aquí. De eso no tengo dudas.-
Exhalando un poco de aire por su nariz en silencio, Zuki es quien reacciona en primera instancia, no sin antes utilizar las pokebolas de los reclutas entre sus manos para apuntar y regresar a los aún inconscientes Ariados y Honchkrow con ellas.
-Esta bien… Apreciamos y entendemos su advertencia.- Tras dar su respuesta, Zuki se aproxima con la secretaria y coloca en las manos de ella las pokebolas correspondientes a los únicos dos pokémon de los reclutas detrás de sí. -Ambas le prometemos tener muchísimo cuidado, ¿está bien? Pero ahora creo qué es momento para qué baje con el resto. Usted llévese esas pokebolas y, en cuanto se presente la oportunidad, haga entrega de ellas a las autoridades competentes. Además, en el mejor de los casos, de seguro la policía de Goldenrod ya debería de estar en camino para asistirnos y evitar qué el Equipo Rocket se salga con la suya.-
La secretaria asintió sin más o poner peros, manteniendo una tenue sonrisa en su rostro al darse media vuelta y después caminar en dirección del pasillo con las escaleras. Una vez ella desapareció de la vista al comenzar a bajar para seguir el rastro de sus compañeros, Kelly se aproximó hasta dónde se mantenía la de Ecruteak con cara de pocos amigos.
-Eso fue un poco cruel de tu parte, inclusive para alguien tan cínica como tu.- Indica la rubia, cruzándose de brazos y luego mirando directo a los ojos color esmeralda de Zuki. -Tu y yo sabemos mejor qué nadie qué la policía de Goldenrod no está ni cerca de venir para acá. ¿O es qué acaso no recuerdas lo qué vimos con nuestros propios ojos tras liberar la planta baja y salir al estacionamiento? El cuartel general de la policía está-...
-Creeme qué lo recuerdo perfectamente, Kells. Pero ella no tiene porqué saber de eso en esté momento.- Advierte la chica kimono con una pícara sonrisa en sus labios, girando su cuerpo al volver a enfocar por última vez su atención en la dirección de los reclutas recién derrotados. -Cómo sea, tomando nota de eso último qué ella dijo, creo qué lo mejor es qué nosotras-...
Pero, en aquel efímero instante, algo acaparó el completo interés de Zuki, provocando qué ella dejase a medias sus propias palabras. -¿P-Pero qué-...? Huh, eso es curioso…-
Kelly arqueo una de sus cejas por inercia, dirigiendo ahora su atención y percatandose de el objeto qué tanta curiosidad llego a despertar en su compañera no era otro qué una especie de dispositivo de color grisaceo plateado puesto en la muñeca derecha de uno de los reclutas del Equipo Rocket. Dicho dispositivo tenía la sencilla apariencia de un brazalete común y corriente, solo que con una textura aparentemente más metálica y fría al tacto.
-¿Acaso te sucede algo?- Cuestionó la rubia a modo de pregunta retórica, mirando una vez más a la menor de las chicas kimono y después observando con interés a la muñeca derecha del recluta inconsciente. -Tierra llamando a Zuki… Oye, ¿te encuentras bien?-
Zuki optó por no responder de inmediato a su homóloga de New Bark. En vez de esto, la chica kimono vuelve y se acerca a dónde yacía el dúo inconsciente de reclutas, inclinando su cuerpo para arrebatar aquel brazalete de la muñeca de su anterior portador sin ningún tipo de cuidado o delicadeza.
-N-No… No estoy muy segura.- Confiesa la de Ecruteak con total honestidad, girando y examinando sin aparente descanso aquel brazalete de un lado de este al otro con ayuda de sus dedos. -Llámame loca o quizás solo paranoica, pero puedo jurar qué esté tipo de brazaletes tan llamativo ya los había visto en las muñecas de otro par de reclutas en los pisos de abajo. Más específicamente, tengo la impresión de recordar cómo, tanto el recluta del bigote de la cafetería, cómo también un par más entre el segundo y tercer piso, tenían uno de estos cada uno de ellos. Aunque quizás puedo estar equivocada o sólo esté recordando mal las cosas después de todo lo qué hemos pasado… No lo se.-
La rubia titubeo por un par de segundos, endureciendo su semblante y después llevando su pulgar y el dedo índice de su mano izquierda al colocarlos debajo de su propio mentón. -Hmph… Pues, ahora qué lo mencionas, creo qué sí tienes algo de razón. O sea, obviando por el momento qué sí considero qué estas un poquito loca y paranoica por defecto, creo también recordar muy vagamente cómo uno qué otro recluta poseía brazaletes parecidos a ese de allí.-
Haciendo una abrupta pausa al dar su respuesta inicial, Kelly procede a colocarse junto a Zuki para examinar el brazalete de mejor manera junto con ella, dando en el intermedio una serie de pasos para acortar la distancia entre ambas.
-En sí me parece muy interesante, y hasta afortunado, el qué notaras algo tan banal cómo eso a simple vista. Pero aquí la pregunta del millón sería qué significa. O, mejor dicho, ¿para qué crees qué sirvan?-
Zuki niega muy lentamente con su cabeza, dando un par de vueltas más a la superficie del pequeño dispositivo cómo sí jugueteara con él con sus dedos. -N-No tengo la menor idea. Pero no parece tener ningún tipo de botón o interruptor de alguna clase hasta dónde lo noto. Cómo dijiste, a simple vista, pareciera ser un simple brazalete más del monto, y su textura se siente cómo sí fuese de metal o algún otro material parecido. Más, no lo sé… Por ese motivo es qué dije qué quizás sea cosa mía o esté imaginando cosas en dónde no las hay. Solo qué… No sé cómo explicarlo. Es cómo sí algo muy en mi interior me dijera a gritos qué existe algo más detrás de todo. O sea, ¿porque varios de ellos utilizarían brazaletes tan pero tan idénticos en sus muñecas sin ninguna razón aparente? Aquí tiene qué haber Meowth encerrado, Kelly. Esto me parece mucho más qué solo una simple casualidad más del monto.-
Mientras la oriunda de Ecruteak se forzaba a hacer otra pausa en sus palabras, dando otra rápida revisión visual al brazalete, Lucario, Quagsire y Kelly terminaron todos por intercambiar miradas preocupadas desde sus respectivas posiciones en el ahora silencioso lobby.
-Dime algo, Kells. Y quiero qué por favor seas muy honesta conmigo.- Zuki entonces pasó de observar y juguetear con el dispositivo con forma de brazalete entre sus dedos, en favor de mirar a los ojos de su compañera con ahínco y decisión. -¿Crees qué sea posible que esto sea una especie de insignia para reconocer el rango entre sus miembros a simple vista?-
-¿Cómo sí fuera un emblema o una medalla?-
-Sí… Exactamente eso. Cómo un emblema distintivo para reconocer con solo una mirada a quienes son reclutas de menor rango de entre los de elite.-
Kelly volvió a permanecer en completo silencio antes de replicar, cómo sí estuviese ordenando fortuitamente todas y cada una de sus ideas, girando después sobre sí misma en su posición y dando su espalda a Zuki. -No, no lo creo del todo. Las cosas nunca pueden ser tan sencillas cuando se trata de escoria cómo el Equipo Rocket. Eso a ambas nos consta de primera mano. De lo contrario, mi familia aún seguiría unida, mientras qué Silver de seguro fuese una persona completamente diferente de quien es hoy en día gracias a su influencia. -
Posterior a responder, la rubia intercambia miradas con Lucario al pasar a su lado, acción qué hizo qué el pokémon decidiera seguir a su entrenadora para caminar en dirección del largo pasillo contiguo del lobby en su parte izquierda.
-Ya perdimos demasiado tiempo aquí, Zuki. De nada nos vale seguir debatiendo el tema cuando aún no sabemos sí Gold o los demás se encuentran bien.- Declaró Kelly de manera repentina y en un tono más firme y sincero, aún manteniéndose dando su espalda a Zuki y a Quagsire. -Pero, en todo caso, creo qué sería buena idea qué traigamos ese brazalete con nosotras por sí las moscas. En el mejor de los casos, solo le sacamos la información respecto de su función o utilidad a algún otro recluta a quien nos encontramos tras vencerlo y problema resuelto. ¿Qué tal te parece esa idea?-
Una sonrisa cómplice se colocó de inmediato sobre los labios de Zuki, asintiendo y después acelerando su paso de la mano de Quagsire para seguir a la rubia y a Lucario. -Me parece bien. Por mi no hay problemas. Pero, antes de seguir sin rumbo por estos pasillos cómo hemos venido haciendo desde qué todo esto comenzó, me gustaría hacer una sugerencia.-
-¿Una sugerencia?- Kelly se detiene en seco en su camino y vuelve a girarse para mirar de frente a su homóloga con curiosidad y extrañeza en igual medida. -Ok, ¿y qué tienes en mente? Escupelo rápido antes de qué tengamos qué lidiar con algún otro recluta.-
En un dos por tres, Zuki asiente con inmediatez tras cambiar por completo el semblante de su rostro por uno más rígido y comedido. -Se qué quizás esto vaya muy en contra de lo qué ya habíamos acordado tras salir de la cafetería. En un principio, solo se suponía que íbamos a enfocar nuestros esfuerzos en liberar únicamente los primeros pisos para crear una especie de paso libre para qué los empleados de la torre pudiesen escapar de ser necesario. Incluso ambas llegamos a acordar qué lo mejor es qué no nos involucramos más de la cuenta, ni que tampoco intentaramos interrumpir los planes del Equipo Rocket respecto a qué dieran su mensaje de regreso a la región. Todo esto, obviamente, partiendo de la base de qué nuestra intromisión aquí, sí nos llegaran a descubrir, podría traer graves consecuencias no solo para Gold, Crystal o Silver, sino qué también para todos los demás involucrados cómo los profesores o Mary. Entonces… Lo qué intento decir con todo esto es qué quizás-...
-Espera ahí un momento… ¿Acaso estás intentando sugerir eso qué creo qué intentas?- Cuestiona velozmente la rubia, interrumpiendo fortuitamente en sus palabras a Zuki y frunciendo después su ceño. -Porque eso qué estás diciendo lo haces sonar cómo sí quisieras-...
-Eso es exactamente lo qué creo qué deberíamos de hacer ahora qué tenemos la oportunidad.- Aclaró con fervor y energía la menor de las chicas kimono, colocando en ese momento ambas manos alrededor de su cintura. -Solo mira a tu alrededor por un segundo, Kelly. Literalmente ya estamos aquí en el cuarto piso. Llegado esté punto, y tomando en cuenta todo el tiempo qué ha transcurrido desde el apagón hasta ahora, creo qué no estaría de más suponer qué el líder del Equipo Rocket ya debería haber dado su anuncio de regreso junto con Silver. Por lo tanto, ya no hay tantos motivos para quedarnos de brazos cruzados y sin hacer nada. Yo digo qué es momento de qué tomemos más cartas en el asunto y vayamos directamente a la cabina de grabaciones para verificar la situación con nuestros propios ojos.-
Tomando muy por sorpresa a la de Ecruteak con su calmada reacción inicial, ahora fue el turno de Kelly para sonreír y asentir. -Heh… De acuerdo, ¿entonces qué esperamos?- Preguntó la rubia con rapidez y con una sonrisa qué denotaba confianza, nuevamente dándose la vuelta tras guiñar uno de sus ojos ante Zuki. -Pongámonos ya en marcha. No hay más tiempo qué perder.-
Torre de Radio, Cuarto Piso, Afuera de la Cabina de Grabaciones, Ciudad Goldenrod. Región de Johto. 3:31 P.M
Tras abandonar el lobby del cuarto piso, siendo acompañadas muy de cerca de sus respectivos Pokémon para emprender todos juntos su camino en dirección de la cabina de grabaciones, Kelly y Zuki lograron establecer dos objetivos clave sobre la marcha. El primero de estos consistió en revisar todas las oficinas que se encontraran en su camino para alertar o socorrer a cualquier otro empleado rezagado qué lo necesitara, dándoles indicaciones claras a fin de qué escaparan hacia los pisos inferiores con el resto de sus compañeros.
Pero, salvo los obvios problemas qué surgieron al intentar explicar el porqué ambas entrenadoras vestían con uniformes del Equipo Rocket a los pocos empleados a quienes pudieron encontrarse en su camino, el dúo logró cumplir con esta primera misión autoimpuesta sin mayores problemas de lo esperado. Todo gracias a la rápida y muy oportuna intervención de Lucario y Quagsire para ayudarles durante su recorrido.
Por otra parte, luego de haber alertado al quinto o sexto empleado tras empezar esté nuevo pero breve paso por todo alrededor del cuarto piso de la torre, Kelly y Zuki deciden qué finalmente era tiempo de enfocarse de lleno en cumplir el segundo de sus objetivos. Este consistía en llegar al sector oeste dentro de esté mismo nivel lo más rápido qué pudiesen.
Pasados unos cuantos minutos más desde su turbulenta llegada a esté nivel de la torre, la dupla de entrenadoras y sus pokémon terminaron por completar este segundo objetivo sin tantos sobresaltos, llegando todos a colocarse a escasos metros de la distintiva puerta de entrada a la cabina en dónde se llevaban a cabo las grabaciones de los programas radiales.
La sorpresa y la intriga no tardaron en aparecer en los rostros del dúo de entrenadoras al observar la escena. La habitación frente a sus narices, a pesar de las expectativas qué cada una tenía en sus mentes, se mantenía con su puerta cerrada y no mostraba ningún signo de forcejeo ni indicios de un enfrentamiento reciente con pokémon en sus alrededores. Todo en los pasillos aledaños parecía intacto, como si el tiempo no hubiera dejado huella, más allá del desgaste natural de los objetos. Las paredes y puertas, impecables y perfectamente bien alineadas, mientras que el suelo alfombrado resplandecía tenuemente bajo las luces que brillaban sin cesar desde el techo. Incluso una máquina expendedora de bebidas, colocada estratégicamente a pocos metros de la entrada de la cabina, se mantenía encendida y en perfecto estado.
-Tengo un muy extraño presentimiento de todo esto.-
De un veloz momento a otro, el semblante de Kelly se transformó por completo tras esté nuevo comentario al mirar de reojo a la chica kimono a su lado. La rubia inhalo entonces una pequeña bocanada de aire cómo por instinto, expulsando esta misma en completo silencio con ayuda de su nariz un rato después.
Zuki asintió en respuesta, tragando un poco de saliva y después frunciendo el ceño sin siquiera notarlo. -¿Estás lista?- Cuestionó ella, sintiendo cómo los latidos de su corazón iban en peligroso aumento y dando después un rápido vistazo a Quagsire, Lucario, y, por último, a Kelly. -Pase lo qué pase, yo te cubriré la espalda. Tu solo da la señal y yo te sigo.-
Manteniendo la serenidad y calma de su pálido rostro, Kelly da unos cuantos pasos al frente hasta colocarse a pocos centímetros de la puerta de entrada a la cabina, no sin antes intercambiar miradas con Lucario. Al hacer esto, pokémon y entrenadora asintieron en perfecta sincronía y al unísono.
-Ya sabes qué hacer, Lucario.- Comenta Kelly en voz baja. A continuación, la rubia toma la perilla de la puerta de la cabina y la gira con extremo cuidado, abriendo esta de par en par, acción qué prosigo el pokémon de tipo metal al iluminar sus ojos con una llamativa tonalidad azul fosforescente al ingresar a toda velocidad al interior de la cabina cómo una especie de pequeño torbellino de color azul y negro.
Al cabo de unos cuantos segundos más, Lucario emite desde el interior de la cabina un grave chillido para señalizar a todos los demás afuera de qué no había enemigos en las inmediaciones y qué era seguro para qué ingresaran.
Zuki exhalo aire con alivio por su boca, a la par en qué Quagsire se mantuvo muy alerta para cuidar la parte externa de la cabina en caso de ser necesaria su intervención. Kelly, mientras tanto, fue la primera del dúo en ingresar de lleno a la cabina. Tras hacer esto, la rubia se encuentra con un panorama completamente distinto al de sus propias maquinaciones internas.
Para empezar, la pequeña antesala contigua dentro de la poco espaciosa cabina estaba casi igual de intacta qué los pasillos contiguos del exterior, apenas sí mostrando señales de algún tipo de altercado violento con pokemon. Sin embargo, al ir adentrándose más de lleno al interior mismo de la cabina en dónde estaba colocado Lucario, Kelly se encuentra con los cuerpos inertes del profesor Oak y de Mary. Ambos yacían sobre el suelo, a pocos metros el uno del otro, y a los pies de un alargado escritorio repleto en su parte superior con diversos instrumentos de control de audio, cómo una computadora portátil, varios audífonos, micrófonos, auriculares, entre muchas más cosas.
Ya sea por cuenta de su propio instinto de autopreservación o algo más inherente al miedo, las pupilas de los ojos de Kelly se dilataron y su rostro tomó rápidamente una coloración más pálida qué antes. Sus piernas, por el contrario, se comenzaron a sentir cómo gelatina a punto de derretirse y los latidos de su corazón se llegaban a asemejar al incesante repicar de una bomba de tiempo antes de estallar en el interior de su pecho.
-P-Pero qué-... ¿Qué rayos fue lo qué sucedió aquí?- Cuestiono Zuki con nerviosismo y cautela para con su anonadada homóloga, entrando finalmente en escena al acercarse y ponerse directamente a la derecha de la rubia, pero sin poder ocultar del todo el profundo miedo latente qué empezó a invadir su psique. -¿A-Acaso ellos están...?-
Sin darse mayor tiempo para titubear, la dupla de entrenadoras fijo automáticamente sus respectivas miradas sobre Lucario, pokémon quien aún mantenia el brillo de color azul fosforecente sobre sus ojos, para de esta manera encontrar las respuestas qué ahora con tanta insistencia se mantenian buscando.
Ni corto ni perezoso, Lucario se tomó unos cuantos segundos más para observar con atención en dónde se mantenían los cuerpos inertes de Oak y Mary, extendiendo ambas patas delanteras para apuntar con ellas en la direccion de estos y después rodeandolas con una especie de aura tenue de color azul fosforescente similar al brillo qué resplandecía en sus ojos. Habiendo realizado esto con éxito, Lucario emite otro grave gruñido y después intercambia miradas de reojo con su entrenadora al comenzar a negar lentamente con su cabeza.
-Ambos se encuentran con vida.- Informa la rubia con algo de alivio, frunciendo otra vez su ceño de forma involuntaria y cruzándose de brazos. -Inconscientes, por lo qué veo. Pero, según el escaneo de aura hecho por Lucario, ambos se mantienen sanos y salvos.-
Sin apartar en principio su mirada de dónde se mantenían Oak y Mary, la chica kimono vuelve a exhalar por enésima vez aire por su nariz con pesadez. -No es porque quiera sonar cómo una perra cínica sin sentimientos o algo por el estilo, pero esto no es ni de cerca el peor escenario qué tenía en mente cuando contemplamos venir hasta aquí.- Recalca Zuki también con evidente alivio, utilizando ahora una de las paredes recubiertas con el grueso material aislante de ruido a su derecha para apoyar y descansar su espalda. -Aunque bueno… Me alegra muchísimo escuchar qué al menos estos dos estén con vida. Esto me quita un poco el peso qué sentía sobre los hombros. ¿Pero en dónde están los demás? Sí se suponía que Crys-...
Milésimas de segundo antes de qué la joven chica kimono pudiese terminar de articular su siguiente oración, un inesperado y tímido balbuceo, proveniente de los labios resecos de Mary, se pudo llegar a escuchar muy convenientemente para detener en seco a Zuki. Seguido de esto, los ojos de la reconocida "Dj" empezaron por abrirse de manera lenta, progresiva y torpe, cosa qué de inmediato atrajo las atentas miradas de Zuki, Lucario y Kelly.
-U-Ugnnhhh… ¿P-Pero qué-...? ¿Qué rayos fue lo qué me sucedió?- En ese momento, Mary sorprendió a todos los presentes sacudiendo su cabeza de un lado al otro, cómo sí se tratase de un pequeño pokémon somnoliento luego de una siesta profunda. Posteriormente, y sin siquiera percatarse en principio de la presencia de todos los recién llegados a la cabina cerca de sí misma, la pelirroja utiliza la palma de su mano derecha cómo apoyo al empezar a erguir su espalda y acomodar su postura para sentarse sobre el suelo. -Y-Yo-... ¿Pero porque-...?-
-Oye, tranquila ahí. Una pregunta a la vez. No te adelantes todavía.- Kelly intervino empleando un tono paciente y relajado al comunicarse, dando entonces unos pasos más para recortar la distancia entre una visiblemente confundida Mary y ella, agachándose ahora frente a esta para ponerse de cuclillas. -Solo tómalo con calma. Igual aún no sabemos con exactitud cómo o porque terminaste inconsciente junto con el profesor Oak en el suelo. Pero ya luego hablaremos del tema. Lo importante ahora es qué estás a sal-...
-¡N-No…! ¡Por favor no te me acerques!- En menos de un parpadeo, Mary evita mirar directamente al rostro de la rubia vestida con el distintivo uniforme del Equipo Rocket colocada a poquísimos centímetros de su posición, arrastrándose ahora con desesperación al otro lado de la cabina para poner aún más distancia entre ambas. -¡S-Solo dejenme en paz! ¡Yo n-no he hecho nada ni tampoco vi nada!-
Por enésima vez en lo qué iba de esta caótica tarde, Zuki y Kelly intercambian agrias y preocupadas miradas entre sí. -¿No nos reconoces?- Cuestionó la rubia con más extrañeza de la debida y en plan retórico, pero sin perder la calma en su voz. -Somos nosotras, Kelly Taylor y Zuki Masamune. Ambas teníamos agendada contigo y el profesor Oak una entrevista luego de qué terminaras con Crystal y Gold.-
Mary se mostró claramente dubitativa e incrédula tras escuchar esté último comentario por parte de la rubia, apenas sí levantando su mirada con temor para observar de reojo a las recién llegadas y al Lucario qué las acompañaba muy de cerca. -¿K-Kelly Taylor y Zuki Masamune…?-
La de Ecruteak asintió lentamente en respuesta desde su posición, percatandose ahora por pura casualidad cómo los anteojos de Mary yacían tirados sobre el suelo entre los resquebrajados escombros de lo qué asemejaba ser un micrófono hecho añicos a unos cuantos metros de sí, cerca también de una de las esquinas del escritorio con el sin fin de otros instrumentos de control de audio.
-Escucha, sé qué debes estar muy asustada. Eso es perfectamente normal en situaciones tan estresantes cómo esta.- Tras expresarse, Zuki dibuja una sonrisa más sincera y gentil en su rostro, mientras comenzaba a acercarse al escritorio. -Creeme qué no puedo ni empezar a imaginar todo lo qué tuviste qué haber pasado específicamente aquí dentro de esta cabina. Pero ahora necesito qué confíes en nosotras dos y nos escuches. Sí lo haces, te juro qué de alguna forma u otra resolveremos todo esté lío. Tienes mi palabra.-
Continuando con su anterior accionar, la chica kimono inclina su cuerpo, toma entre sus dedos los anteojos de la nerviosa y dubitativa pelirroja, y finalmente recorta más distancia entre ambas para hacer entrega de estos a su legítima dueña.
Otra súbita oleada de enervante silencio invadió el interior de la gélida cabina de grabaciones tras lo sucedido, momento antes de qué Mary, a pesar de sus muchas dudas y preguntas, se armara de valor y colocara sus anteojos frente a sus ojos.
-¿Mejor?- Preguntó la rubia con una sonrisa, aún de cuclillas y sin despegar su mirada del rostro altamente sonrojado de la apenada pelirroja. -¿Ya nos puedes reconocer o necesitas aún más pruebas de qué somos realmente nosotras?-
Mary apretó sus labios y después negó con vergüenza al encogerse de hombros. -L-Lo lamento… En verdad no sé qué rayos fue lo qué me pasó hace un rato. Solo qué todo sucedió tan de repente y pues-...
Aún siendo el centro de toda la atención dentro de la cabina, la afamada "DJ" cierra momentáneamente sus ojos y después vuelve a exhalar aire por su boca con más pesadez, antipatía y resignación qué antes.
-N-No sé cómo explicarlo sin sonar cómo una desquiciada. Pero fue cómo sí mi cuerpo y mente estuviesen en piloto automático tras despertar y ver cómo dos miembros del Equipo Rocket estaban tan cerca de mi. De nuevo… Lo lamento por comportarme así y no reconocerlas desde antes por sus voces…-
-No te preocupes. Te entiendo perfectamente. Tu reacción fue natural dadas las circunstancias. Pero luego tendremos más tiempo para hablar del tema y explicarte el porqué Kelly y yo tenemos puestos estos uniformes tan ridículos.- Expuso la chica kimono, cruzándose de brazos. -Entonces, ¿qué tal sí nos dices qué rayos fue lo qué sucedió aquí? Porque algo sumamente importante debió de pasar cómo para qué Oak y tú quedaran inconscientes de esta manera, ¿o me equivoco?-
Antes siquiera de pensar en responder, la mirada de Mary fue a parar involuntariamente sobre el cuerpo inerte del profesor Oak, a poco menos de un metro y medio de distancia de dónde se mantenían posicionadas tanto Kelly cómo Zuki y Lucario.
-N-No sé por dónde empezar exactamente. Aún siento mi mente un poco fuera de sí. Pero, no lo sé… ¿acaso importa a esté punto? Diganmelo por favor, ¿ustedes realmente creen qué pueden hacer algo contra el Equipo Rocket? Por qué todo, y en verdad me refiero a todo lo qué sucedió aquí después de ese apagón, se siente cómo sí aún estuviese dormida y dentro de una pesadilla sin fin.-
Una segunda oleada de silencio hizo rápido acto de presencia tras estas últimas declaraciones por parte de la pelirroja de anteojos. Su rostro, aún sonrojado pero cabizbajo, mostraba claras señales de desesperanza en busca de la más mínima razón cómo para quebrarse en llanto a la primera provocación posible.
-Sabes… Coincido contigo. Yo tampoco soy muy ajena a eso qué estás sintiendo ahora.- Kelly, manteniendo su sonrisa y calma, volvió a intervenir para irrumpir a propósito el silencio incómodo dentro de la cabina, acercándose a dónde Mary para después extender su brazo izquierdo y ayudarla a ponerse de pies. -Esto se siente cómo una cruel pesadilla en dónde todos nosotros no somos más qué simples peones luchando contra corriente.-
Inmediatamente después de ayudar a Mary a ponerse de pie junto con los demás, la rubia hace una pausa fortuita para darse media vuelta y observar atentamente alrededor de la desordenada cabina de grabaciones.
-Hmmm… ¿O quizás sería mejor definirnos cómo simples marionetas intentando permanecer conscientes tras cortar nuestras propias cuerdas? Bueno… Creo qué eso no importa mucho en esté momento. El punto al qué quiero llegar es qué esta, por más molesto qué sea de aceptar, es ahora nuestra realidad. Sentir autocompasión, dudar de uno mismo, o sentir lástima no nos ayudará en lo más mínimo a sobrevivir. Porque creeme cuando te digo qué Zuki y yo tampoco es qué la hayamos pasado exactamente bien ya qué, desde el momento en qué todo inició con ese apagón, ambas hemos tenido qué poner en riesgo no solo nuestras propias vidas, sino qué también la de todos nuestros pokémon con tal de subir hasta aquí y ayudar a cualquier empleado de la torre a quien nos encontremos. Pero ese es exactamente el punto de todo, Mary. Aquí y ahora es cuando más necesitamos de ti para qué hagas la diferencia. Entonces, sí de algo sirvió toda esta palabrería, ¿qué tal sí empiezas por contarnos qué fue lo qué sucedió después de aquel apagón y en dónde están Crystal y los demás?-
Una tercera y última oleada de silencio volvió a invadir cada rincón de la cabina de grabaciones en un ínfimo instante. Pero, para la muy grata sorpresa de todos los demás presentes en el lugar, la joven y afamada "DJ" suelta un sonoro suspiro antes de tomar toda la iniciativa de la situación para replicar.
-Ok… Está bien. De nuevo me disculpo por mi actitud tan pesimista.- Luego de ajustar sus anteojos sobre su rostro con ayuda de los dedos de su mano derecha, Mary se cruza de brazos y ahora apoya su espalda baja contra el escritorio junto a ella. -Pero vayamos de una buena vez al grano, ¿sí? Porque ya de por sí me da escalofríos tener qué recordarlo.-
-Heh, somos todas oídos.- Proclamó Zuki con energía, guiñando además uno de sus ojos para con la pelirroja. -Ahora, cuéntanos con lujo de detalles todo lo qué recuerdes después de-...
-"¡Atención a todos los capitanes de los diferentes escuadrones! Desde esté momento, todos los presentes tienen exactamente diez minutos para reportarse al área de carga en la parte trasera de la planta baja junto con sus subordinados. De lo contrario, quien no esté aquí al momento de salir quedará a su suerte y sus accesos quedarán revocados."-
De forma extremadamente automática, cómo sí sus propias vidas dependieran de ello, las miradas cargadas de miedo y sorpresa de Kelly, Lucario, y Mary se clavaron sin titubeos sobre la humanidad de la menor de las chica kimono de esta generación, quien, con aún más extrañeza y sorpresa visible en su semblante, terminó a su vez por ser la última de entre el grupo en reaccionar acorde para finalmente direccionar su atención al bolsillo lateral derecho del uniforme qué utilizaba.
-¿P-Pero qué demonios-...?-
Al introducir con desenfrenada desesperación una de sus manos en el interior de aquel bolsillo, Zuki procede a sacar a la vista de todos el llamativo brazalete de color gris plateado para sostenerlo con extremo cuidado entre sus dedos. Esté poseía ahora un brillo de color blancuzco y fosforescente muy tenue por todo alrededor de su superficie metálica y circular, mientras qué, por su parte, la chica kimono no pudo hacer más observar con detenimiento cómo aquel objeto seguia reproduciendo fuerte y claro un mensaje obviamente dirigido a los miembros del Equipo Rocket dentro de la torre.
-"La última fase de nuestro plan ha dado inicio. Repito… A todos los capitanes, por favor reúnan a todos sus subordinados y después vayan a la parte trasera de la torre utilizando el ascensor de carga correspondiente qué los llevará directo hasta allí. Cambio y fuera…"-
