「Capítulo 1 - El Chico de las Alas Negras.」

Riqueza, Fama, Poder. Hace unos años existió un hombre que una vez obtuvo todo lo que este Mundo tenía para ofrecer. El Rey de los Piratas Gold Roger, un hombre del que, a pesar de ser una figura legendaria y conocida por todos, aún la mayoría del planeta no sabe muchas cosas, pues su vida está envuelta en un continuo misterio.

Sin embargo, si se sabe esto de él, que antes de que fuera ejecutado, sus últimas palabras enviaron a todo el mundo hacia los mares.

"¿Mi Tesoro? Si lo quieren pueden quedárselo. ¡Búsquenlo! Lo deje todo en ese lugar."

Esto hizo que todas las razas, inspiradas por la aventura que suponía encontrar el legendario tesoro supremo, el One Piece, se adentraran en el Grand Line en busca de sus sueños.

El Mundo Entero se encuentra en la Gran Era Pirata.

「North Blue. ・ Reino de Barea.」

El Mundo, ese era el nombre que recibía el inmenso planeta que se ubicaba en la zona habitable de su sistema solar. Con seis satélites en su órbita, los días duraban veinticuatro horas y los años tenían trece meses con veintiocho días cada uno. Este planeta tiene varios tipos diferentes de ambiente, pero la mayoría de la superficie estaba cubierta con agua, siendo las únicas formas de tierra firme las diferentes islas que se extendían por todos los mares, algunas más grandes que otras además del supercontinente que atravesaba todo el planeta, el Red Line y que separaba, junto al Grand Line, a los océanos en cuanto mares más pequeños, North Blue, East Blue, South Blue y West Blue.

Y todo esto es sin mencionar el Grand Line, la corriente oceánica perpendicular al Red Line y que atraviesa el Mundo desde el noroeste hacia el sudeste, este tramo del océano se dice que es el lugar más peligroso del Planeta entero, y es comúnmente conocido como el Cementerio de Piratas por la gente que vive en los cuatro Blues.

Este lugar está rodeado por los dos Calm Belt, que lo rodean en el norte y en el sur, son áreas que nunca tienen corrientes oceánicas ni vientos que soplen, además de que allí es donde anidan infinidad de Reyes Marinos y otras criaturas peligrosas, debido a esto es muy difícil y peligroso navegar por el Calm Belt, y se erigen como las barreras muy eficaces para los que tratan de entrar en el Grand Line, obligando a casi todas las personas a entrar a través de Reverse Mountain, ubicado en el Red Line.

Y es en este interesante Planeta, lleno de lugares misteriosos e inexplorados en donde se desarrollan aventuras sin fin, protagonizadas por todo tipo de personas que son capaces de surcar los mares.

En el North Blue, el Reino de Barea estaba ubicado en la isla del mismo nombre, era una nación que, a diferencia de muchas otras, no estaban afiliadas al Gobierno Mundial, y por lo tanto, no tenía representación en las reuniones del Levely, que se efectuaban cada cuatro años en el Castillo de Pangea, en la Tierra Santa Mary Geois, pero aún así, era una nación bastante pacífica y próspera.

En la ciudad capital, Baewood, la Familia Real, gobernaba con mano justa y firme, lo que les hacía ganarse el cariño y el respeto de los ciudadanos del Reino. Si bien no era la nación más favorecida del mundo, todavía garantizaba la paz y la seguridad de sus habitantes, y nunca se había metido en los asuntos políticos o militares del Gobierno Mundial, asegurándose al menos de que existiera respeto y relaciones de comercio entre ambas entidades.

En las calles abarrotadas de gente una figura caminaba entre la multitud, con su cuerpo cubierto por una capucha, daba grandes pasos dirigiéndose a su destino, hacía algunos años que se encontraba viviendo en esta isla, habiéndose mudado de la anterior después de haber pasado algunos años en ella, escondido con ayuda de su abuelo, sin embargo, ya tenía diecisiete años, y llevaba doce de ellos escapando del Gobierno Mundial, entrenando su cuerpo y las habilidades que heredó de sus padres para algún día zarpar al mar.

A lo lejos oyó el sonido de una campana, e identificó en seguida la dirección, era el lugar donde la iglesia del pueblo estaba ubicada, y supuso que algún sacerdote estaba llamando a las personas a la misa y a la oración.

"Vengan hermanos, es hora de rezar a los Dioses." Oyó él sin detenerse en su camino, el nunca rezaría a ningún Dios, y menos cuando sabía que los 'Dioses' a los que estás personas rezaban eran falsos, solamente eran mortales con más poder que la mayoría. "Por San Roswald." Comenzó el sacerdote, entrando en el gran salón de la iglesia.

"Por San Charlos." Continuó un hombre haciendo lo mismo, de su mano traía un pobre niño, que iba de camino a ser adoctrinado en esa creencia absurda.

"Por Santa Sharlia." Una mujer entro a la iglesia, y al igual que el hombre anterior, traía a sus hijos para continuar la tradición de sumisión que sus antepasados le habían enseñado.

"Vaya basura." No sabía cómo estás personas eran capaces de saber el nombre de todos los Tenryūbito de memoria, no eran pocos los nombres y cada año nacían más de esas escorias, aumentando más 'Dioses' a esta religión absurda. Lo único bueno que tenía, era que su práctica no era obligatoria, ya que a los Nobles Mundiales no les importaban para nada las personas que los adoraban religiosamente, y mucho menos estando tan lejos de Mary Geois, a pesar de que las iglesias dijeran lo contrario, sin embargo, a pesar de todo, la Fe tenía gran peso, y últimamente muchos países no afiliados al Gobierno Mundial han aceptado la apertura de estos centros religiosos en sus territorios, para que los creyentes y turistas pudieran rezar y practicar la religión…… y probablemente para evitar que sus ciudadanos fueran enviados a Tequila Wolf a trabajar. "Menos mal que pronto llegaré a casa."

Efectivamente, después de unos pasos más, la figura llegó al lugar en donde había vivido en los últimos años, era una casa bastante modesta, con dos pisos y hecha completamente de madera, la verdad, no podía decir que había sido feliz aquí, ya que no tenía ningún amigo debido a su condición, pero tampoco era tan malo, había entrenado bastante, aunque aún no se sentía con confianza para enfrentarse al mar de verdad.

"Viejo, ya llegué." Al momento de decir esas palabras tuvo que esquivar un golpe que fue directo a su cabeza, y que le habría dado de lleno de no ser por su reacción a tiempo.

"Mocoso irrespetuoso." Dijo si abuelo con un tono de irritación. "¿Como te atreves a decirle así a tu querido abuelo?"

"No tengo la culpa de que hayas nacido hace tanto tiempo." La respuesta de su nieto fue bastante directa, sin importarle que el hombre frente a él fuera reconocido a nivel mundial.

"Maldito niño. ¿Qué acaso no sabes quién soy?" Dijo el viejo algo indignado, a pesar de que estaba acostumbrado a esto, después de todo no era la primera vez que pasaba. "Soy el gran..." Fue interrumpido repentinamente en medio de su presentación.

"¿Vamos a entrenar hoy, abuelo?" Preguntó la figura sentándose en una silla, sabiendo que interrumpir al viejo en su presentación era algo que lo fastidiaba bastante.

Y como si fuera un profeta, el rostro del hombre frente a él se transformó en una expresión depresiva casi al instante. "Mi nieto no me respeta." Él sabía que eso no era verdad, pero es que muchas veces no lo dejaba terminar su gran presentación y lo llamaba un pervertido, como su madre antes que él. "Tal vez debí haber seguido el consejo de Garp y enseñarle a base de Puños de Amor." Pensó él, todavía no era demasiado tarde para eso...

"¿Y bien, viejo, vamos a entrenar o no?" Preguntó nuevamente su nieto con algo de impaciencia, quería saber qué era lo que iban a hacer el día de hoy, si no iban a entrenar, se podía coger el día para descansar.

Aunque hablando francamente, no sabía que más iban a entrenar, desde que su abuelo lo recogió hace doce años no había hecho otra cosa en más cantidades. Puede que el viejo fuera un pervertido sin remedio, y que quisiera pasarle sus hábitos sucios, pero era increíblemente fuerte, una leyenda viva, y, a diferencia de otros en su gremio, no lo capturaría ni lo entregaría en nombre de la 'Justicia'.

Y a él le debía su fuerza, fue la voluntad de sus padres que él lo entrenará en su ausencia, aunque el sabía muy bien que su abuelo le tenía cierto odio a su padre, más por el hecho de que haya corrompido a su preciosa hijita que por el hecho de que fue un criminal reconocido a nivel mundial.

Pero de todas formas, estos últimos doce años habían sido duros, pero gratificantes, el viejo era un monstruo sin corazón a la hora de entrenar, aún si se tratara de su propio nieto.

El hombre suspiró ante la pregunta de su nieto, la verdad era que no tenía nada que enseñarle por el momento. "¿Estás seguro de que no quieres encontrar el One Piece?" Si él zarpara al mar para encontrar el legendario tesoro de Gol D. Roger, tal vez si podría enseñarle un par de cosas más, pero sabía que el no iba a ir a Laugh Tale por eso.

Como lo esperaba, y también como temía, su nieto sacudió la cabeza en negación. "Mi sueño va mucho más allá de ser el Rey de los Piratas. Tú lo sabes viejo." Ser el Rey de los Piratas está muy bien, pero él quería otra cosa, algo más, iba tras el mismo objetivo de su padre.

El viejo suspiró, ya estaba decidido. "Pues entonces no tengo más nada que enseñarte. Tu entrenamiento conmigo ha terminado." Por el momento, quién sabe, tal vez más adelante en su viaje podría enseñarle un poco más. "Es hora de que comiences tu viaje." Dejaría que el Mundo fuera su maestro ahora.

Eso trajo una sonrisa de emoción al rostro de su nieto, después de tanto tiempo, por fin una a comenzar el viaje para completar su sueño. "¿Y cuando puedo empezar?" No podía creer que por fin había llegado el día, el día en que comenzaría su gran aventura.

El viejo también sonrió, esperaba ver a su nieto hacerse un nombre en el futuro, estaba seguro que a Sengoku le darían varios dolores de cabeza, ahora que él era el Almirante de la Flota de la Marina. "Mañana mismo comenzarás, prepara las cosas el día de hoy y asegúrate de no dejar nada pendiente antes de irte de aquí."

Hubo una sonrisa mucho más oscura está vez. "Oh, no te preocupes por eso, no dejaré nada pendiente por hacer."

Esa noche. ・ Iglesia de la Ciudad. ・ Santuario Central.」

La iglesia de la ciudad, si bien no era un lugar tan grande como otros centro de culto religioso que existían en el Mundo, era bastante espaciosa. Este era un lugar en donde las personas acudían a realizar y manejar sus asuntos de forma religiosa, para estar más cerca de los 'Dioses'. Bautismos, matrimonios, misas, todo esto se realizaba en este tipo de instituciones.

Pero muchas de ellas también albergaban algunos secretos más oscuros, que los sacerdotes no querían que las personas supieran.

Por esa misma razón, Tiberius, el sacerdote de la ciudad, se preparaba para un viaje, había estado en esta ciudad durante cinco años, y en ese periodo de tiempo había realizado su famosa peregrinación al Archipiélago Sabaody, para estar más cerca de la Tierra Santa Mary Geois, y rezar en la mayor iglesia del Mundo, que se encontraba en ese lugar, ubicada ahí porque los plebeyos no estaban autorizados a poner un pie en la Ciudad Sagrada, a no ser que fuera con collares y cadenas. Como estaba en el North Blue, tendría que ser llevado en un barco de la Marina, para poder atravesar el Calm Belt y poder pasar a través del Red Line, con permiso del Gobierno.

Mientras que el hombre preparaba condiciones y provisiones para el viaje, escucho una voz a sus espaldas. "¿Tiberius Holland?"

El sacerdote se sobresaltó por la sorpresa al escuchar la voz, que era claramente masculina, se suponía que nadie debía estar aquí a estas horas. "S-Sí, soy yo, ¿en que puedo ayudarte hijo mío?" O por lo menos asumía que era un hombre, con tanta diversidad de razas que existían en el Mundo, nunca se sabía con qué te ibas a topar, y no podía discernir bien su género y apariencia debido a que estaba cubierto por una capucha.

"Oh, ¿está preparándose para viajar?" Dijo el hombre viendo que al lado del sacerdote habían unas cuantas maletas y cofres.

"Hmm, parece que no hay peligro." Pensó el sacerdote con algo de alivio, si jugaba sus cartas bien, tal vez podía ganar algo de esto. "Sí, voy a mi viaje anual de peregrinación al Archipiélago Sabaody, pero puedo hacer un servicio de última hora antes de irme." No perdía nada en hacer un último trabajo antes de irse, y además, había posibilidad de que esté extraño trajera más personas, lo que significaba más dinero cuando llegara a Sabaody.

La figura ladeó la cabeza, preguntándose si este hombre de verdad pensaba engañarlo. "He estado aquí durante algunos años, ¿sabe padre? Y durante estos años noté algunas cosas."

El sacerdote comenzó a sudar un poco, ya estaba preparándose para cualquier eventualidad que pudiera ocurrir en este intercambio. "¿Có-Cómo qué?" Era imposible, había sido muy cuidadoso cuando lo hacía, no había forma de que alguien pudiera darse cuánta de eso.

"Cada vez que usted sale de viaje, desaparecen varias personas en la ciudad." Puede que él no hiciera amigos, pero se fijaba en las cosas que pasaban en el lugar donde vivía, y ahí fue cuando se dio cuenta de lo que estaba pasando, por supuesto, las personas que desaparecían eran pocas, para evitar que muchas personas de dieran cuenta, era una ciudad grande después de todo. "Y también que el equipaje que usted lleva a Sabaody es muy grande, demasiado para una estadía de solo una semana."

"¿Qu-Qué quieres decir, hijo mío." Ya tenía preparado el puñal para poder defenderse, o en última instancia matar a este hombre.

"Exactamente lo que usted y yo sabemos, que usted ha estado vendiendo esas personas a las Casas de Subasta de Sabaody, o directamente a los Nobles Mundiales." Cualquiera de las dos era igual, al final las personas que este sacerdote secuestraba terminaban muertas o esclavas.

"¿Seguramente no creerás que un hombre santo como yo...?" Su excusa fue interrumpida por las palabras del hombre.

"Entonces demuestre que estoy equivocado padre, abra su equipaje, si estoy equivocado puede llevarme al Gobierno para enfrentar un juicio justo." Aunque por supuesto, no estaba equivocado en lo más mínimo, pero teniendo en cuenta el nerviosismo de este hombre, era probable que atacara.

No tuvo que esperar mucho para que el sacerdote sacara un cuchillo de su espalda y corriera hacia él con intención de herirlo. Rápidamente tomó la muñeca que sostenía el cuchillo con su mano, aplicando una ligera fuerza, lo que hizo que el hombre rugiera de dolor y soltara el cuchillo, cuando el arma estaba cayendo al suelo, el encapuchado lo cogió con mano libre y apuñaló al sacerdote en su lado derecho, rompiendo varias de sus costillas y perforando uno de sus pulmones.

"Gahhh." El hombre escupió sangre en el suelo, y sus piernas empezaron a temblar, luchando incontrolablemente contra la sensación de pavor que lo invadía.

"Pensé que los sacerdotes no decían mentiras." Dijo el encapuchado sacando el cuchillo y tirándolo a un lado, viendo con tranquilidad como el hombre comenzaba a desangrarse e intentaba fútilmente detener el sangrado con sus manos, mientras que al mismo tiempo la figura dio una patada al hombre que lo envío a volar hacia atrás, destruyendo la pared que había a sus espaldas.

El hombre incorporó en el suelo con dificultad, todavía tosiendo algo sangre e intentando detener la hemorragia, sin éxito. "Tu no lo entiendes." Mientras más hablaba más sangre soltaba, iba a morir pronto, de eso estaba seguro. "Es la voluntad de los Dioses, ellos deberían estar honrados de servir a los sagrados ciudadanos de Mary Geois."

"Mhhh." El hombre sacó una espada de la funda que estaba en su cintura y comenzó a caminar hacia el hombre. "No estoy tan seguro de eso, pero bueno, eso ya no importa, ya no podrás enviar más personas hacia la 'Sagrada Ciudad'." Dijo con burla mientras seguía dando pasos hacia el hombre caído.

El sacerdote apretó los dientes con furia. "M-Maldito." Ni siquiera tenía un pistola a mano, si tuviera una tal vez podría llevarse a su asesino con el a la otra vida. "¿Quién eres, Demonio?"

Y fue cuándo lo vio, las llamas comenzaron a subir por las escaleras, lo cual era extraño, porque no recordaba haber encendido velas, lo que significaba que el extraño las había encendido. "Bueno, de todas formas vas a morir, así que no está de más que te de una pista." El encapuchado levantó parte de su vestimenta, evitando que su cara se viera, pero su espalda quedó al descubierto, y de ella salieron un par de grandes alas emplumadas y negras como la noche.

Eso hizo que el miedo y enojo del sacerdote se convirtiera en sorpresa, sus ojos se abrieron grandemente ante la vista, sabía que cosa era la persona frente a él. En el Mundo había infinidad de razas, y algunas estaban siendo buscadas y cazadas por el Gobierno Mundial y algunos otros individuos poderosos, pero ninguna tanto como esta. "T-Tú..." Las palabras no le salían, delante de él estaba la raza por la cual el Gobierno ofrecía cien millones de Bellys solo por proporcionar cualquier información que este relacionada con ella, por muy pequeña que fuera. "Tú eres un..."

"Sí, lo soy." Y con eso la espada que el encapuchado tenía en su mano fue enterrada fuertemente en la cabeza del sacerdote, dividiéndola en dos y matándolo al instante, la sangre salpicó a borbotones, como una fuente bizarra, la cual salpico un poco la ropa del extraño, pero por suerte se apartó a tiempo para evitar más manchas rojas.

Después de eso, y de limpiar su espada con una de las cortinas del lugar, la figura abrió uno de los cofres, el más grande que pudo encontrar, para confirmar lo que ya sabía. Dentro de ese cofre habían cuatro personas, atadas de pies y manos, amordazadas y con los ojos vendados, una mujer, un hombre y dos niños. El hombre era bastante fuerte físicamente, mientras que la mujer era bastante hermosa, y los niños tenían rasgos faciales de ambos adultos, probablemente una familia. "Así que de esa forma evitó las sospechas." Era probable que el sacerdote secuestrara solo a las familias que estaban próximas a viajar o mudarse, para que su desaparición repentina no ocasionara ninguna investigación en la ciudad.

De todas formas, ya había terminado aquí, y era hora de dejar que el infierno viniera a llevarse a este bastardo, así que cogió el cofre que contenía a la pobre familia que estuvo a punto de ser vendida como esclavos y salió volando al cielo nocturno, dejando que las llamas consumieran la iglesia por completo.

「Al día siguiente. ・ En el mar.」

En un pequeño barco de vela, el encapuchado veía el mar con tranquilidad, hace unas horas había salido de la ciudad, con la satisfacción de saber que, aunque las personas se enteraron del fuego en la iglesia, no pudieron apagarlo, haciendo que la iglesia se quemará hasta los cimientos, mientras tanto la familia que había sido abducida despertó en un hogar cercano, y sin recuerdos de lo que había pasado la noche anterior.

Ahora se dirigía a una isla invernal, en el norte de North Blue, en donde su abuelo lo dejaría para que comenzara su viaje.

Dicho abuelo caminó cerca de él poniendo una mano en su hombro. "¿Estás preparado, chico?" Preguntó el hombre con algo de preocupación, no quería admitirlo, pero no quería que el mocoso se fuera.

"Estoy listo." Ya había cumplido diecisiete años, era hora de que su viaje comenzara, la Gran Era Pirata apenas está comenzando y no podía esperar para ver las aventuras que iba a vivir.

Eso hizo que el viejo suspirara, no podía detener a su nieto, tenía la misma naturaleza aventurera de su madre, además de parte de la personalidad serena del estúpido de su padre, y no sabía que era lo que resultaría de esa combinación, por lo menos logró quitarle la arrogancia que tenían la mayoría de los de su raza. "Entonces cuídate mucho." Era el último recuerdo que tenía de su amada hija, y además era su familia, a pesar de que no fuera de su propia sangre y carne. "Estoy seguro de que nos veremos algún día."

"Eso dalo por hecho." Si continuaba con su aventura, eventualmente entraría en el Grand Line, en donde su abuelo generalmente se encontraba por razones de trabajo, y por lo tanto lo vería.

Después de unos minutos, el barco llegó a la costa, el cielo estaba nublado por completo, y todo el suelo estaba cubierto de nieve, lo que significaba que esta isla tenía un clima predominantemente, por no decir completamente invernal, a la distancia se podía ver un gran bosque, y estaba seguro que de que si pasaba a través de el, encontraría civilización.

"Muy bien, ya llegamos, creo que es momento de que te quites la capucha." Dijo el hombre a su nieto, que asintió, y procedió a quitarse la ropa que le servía para que no lo identificaran mi reconocieran.

Y eso reveló su verdadera apariencia, con una altura de 1. 78 metros, piel algo morena, pero aún así clara, cabello rojo como la sangre que corría libre por su espalda hasta la cintura, aunque habían varios mechones cubriendo su rostro a los costados de los ojos, y otro formando un pequeño fleco en la frente, sus ojos también eran de color rojo. Su vestimenta era por completo negra, con una camisa de mangas largas algo abierta en el área del pecho, mostrando un poco sus pectorales, y con una capa que se movía al viento invernal, un pantalón que se mantenía en su lugar por un cinturón plateado que tenía varias cadenas colgando estéticamente en su cintura, y del lado opuesto de las cadenas, había una espada en su funda en los muslos tenía varios cinturones rojos que se ajustaban a ellos, llevaba en sus zapatos botas, mientras que en sus manos usaba un par de guantes sin dedos, además, en los antebrazos y las pantorrillas usaba protecciones de metal negro, que iba a juego con su vestimenta.

A simple vista se notaba que el joven era fuerte físicamente, pero lo que más llamaba si atención de el eran sus alas, que salían directamente de su espalda, alas grandes, negras y emplumadas, que con seguridad lo podían llevar por los cielos a una gran velocidad.

"Oye idiota, esconde tus alas." Le gritó su abuelo con exasperación, puede que las personas no conocieran su rostro, pero estaría en problemas si vieran sus alas negras.

"Sí, sí, ya voy." Era problemático tener que guardar sus alas momentáneamente, pero por lo menos sabía que era una cosa temporal, una vez que se hiciera al mar y comenzará a ganar fama, el Gobierno Mundial lo empezaría a perseguir y no tendría sentido ocultaras, podría mostrar sus alas todo el tiempo que quisiera.

"Me vas a dar un infarto un día de estos."

"Si no te has muerto hasta ahora ya no te vas a morir, viejo pervertido."

Esas palabras hicieron que al anciano se le hincharan varias venas en la frente, en señal de enojo. "¿Acaso quieres pelea? Que sepas que puedo patearte el trasero cuando quiera."

"Sigue soñando, viejo." Dijo el joven con una sonrisa burlona, aunque si fuera sincero consigo mismo, lo que dijo su abuelo era cierto, por ahora, eso es.

"De todas formas." El viejo puso su mirada en la isla en la que habían desembarcado. "Esta es la Isla Frostpeak, en la que se ubica el Reino del mismo nombre, es una nación pequeña pero resistente, con personas que son igual de resistentes ante las adversidades. Es aquí donde comenzara tu viaje." Ya le había contado algunas cosas del Reino, así que sabía que podría arreglárselas.

"Mmm, interesante." Dijo su nieto, con interés, todavía no sabía lo que esa isla le deparaba, pero estaba ansioso por averiguarlo.

"Y también escuché algo interesante, en los meses donde más frío hace, en los días más duros del invierno, la gente raramente acostumbra a salir de casa, y aproximadamente nueve meses después es cuando la mayor tasa de natalidad del país es reportada, así que me imagino que es lo que hará la gente en la comodidad de su casa en las frías noches de invierno." El viejo tenía una sonrisa pervertida mientras se imaginaba a las parejas divertirse en la noche cuando apagaban las luces.

"Pervertido." Si su abuela lo escuchará diciendo esas cosas, hubiera golpeado al viejo hasta dejarlo inconsciente, pero lamentablemente, ella no estaba aquí ahora.

"Cállate mocoso, algún día lo entenderás." Todavía no perdía la esperanza de que su nieto descubriera las maravillas del sexo femenino, esperaba que ese descubrimiento fuera pronto. "Por cierto." Su semblante cambio a uno más serio. "Escuché esta mañana sobre el incidente de la iglesia." Eso tenía la firma de su nieto por todas partes. "El edificio entero se quemó hasta los cimientos, mientras que el sacerdote todavía no ha sido encontrado, pero se cree que murió quemado vivo dentro."

"Sabes bien que fui yo, no lo voy a negar." Dijo él sin ninguna preocupación.

"Te podrían haber descubierto." Respondió el viejo con el ceño fruncido.

"Pero no lo hicieron, y el idiota recibió lo que se merecía."

Esas palabras hicieron que el anciano suspirara, sabiendo perfectamente que lo que su nieto decía no era ninguna equivocación. "En eso tienes razón." Pero eso no significaba que le gustará el hecho de que anduviera por ahí a punto de descubrirse.

Hubo un silencio que se extendió por unos minutos entre ellos, los dos se quedaron mirando al bosque, hasta que el pelirrojo habló. "Supongo que ya es hora de despedirse."

Su abuelo sonrió. "Han sido unos doce años molestos a tu lado chico, espero que disfrutes de tu aventura y hagas muchos amigos." Dijo revolviendo el cabello de su nieto como cuando era un niño.

"Supongo." Se quedó ahí un tiempo más hasta que dio el primer paso en la nieve, y ese primer paso se convirtió en el primero de su largo viaje, que iba a estar lleno de aventuras.

El viejo vio a su nieto entrar al bosque, y de espaldas le recordó a su madre, ella estaría orgullosa de ver el hombre en que se había convertido su bebé, y en cierto modo, el inútil de su padre también estaría orgulloso, de eso estaba seguro, y por supuesto que el también lo estaba y su abuela también.

Ya había terminado su deber aquí, así que dirigió el barco en sentido opuesto al de la isla en la que acababa de entrar su nieto y se adentro en el mar, debía volver a Marineford, estaba seguro de que Sengoku lo regañaría por perderse otra vez, pero por lo menos tenía a Garp para relajar la tensión, él lo comprendía, por lo que tenía entendido, él también tenía un nieto problemático. Le dio una última mirada a la isla, mientras sonreía. "Cuídate, Naruto."

「En el bosque.」

Naruto caminaba en medio de la nieve que cubría todo el lugar, era un espacio bastante acorde con lo que le había dicho su abuelo, troncos altos y secos sin una hoja a la vista, con algunas aves y nidos aislados en algunos de ellos, un cielo completamente nublado, sin ningún espacio para que la luz del sol se filtre por las nubes hasta la tierra, fiordos congelados por el frío inmisericorde y ruidos de animales salvajes que seguramente lo estaban mirando como un pedazo de carne.

Camino por un par de horas en soledad, a pesar del ocasionar graznido periférico de las aves del bosque invernal. Tenía algunas prioridades en su viaje aquí, debía conseguir un barco, una buena nave que lo llevará por todo el North Blue y más allá, o, de lo contrario, un barco de transición en el que navegar por este mar hasta que pudiera conseguir una mejor embarcación que lo llevará por el Grand Line, también mecesitaba provisiones, y, ¿por qué no? Algún que otro contacto o incluso un miembro para su tripulación.

Debería estar a unas horas de la ciudad, sin embargo, vio algo que lo hizo detenerse en su camino, una pequeña zorra blanca, sola en el bosque, se veía hambrienta y deprimida, y se notaba que estaba lastimada, pero no fue eso lo único que lo hizo detenerse, no. Lobos, Lobos de Invierno, tenían tres metros de largo, con el típico pelaje característico, gris con algunas manchas blancas, y un ligera crin del mismo color, con ojos rojos como el vino tinto, tenían un Nivel de Captura de 7, otorgado por ciertas organizaciones gastronómicas, afiliadas al Gobierno Mundial que se encargaban de proveer, investigar y capturar ingredientes de todo tipo alrededor del Mundo, cualquier persona podía capturar ingredientes y entregarlos a estás organizaciones, a cambio de dinero. Muchos de estos ingredientes iban a parar a las bocas de los Nobles Mundiales o los Reyes de mucho países, que tenían el efectivo suficiente para pagarlos.

Y estos lobos tenían el Nivel de Captura 7, según lo que había aprendido de su abuelo, por lo tanto, sería prácticamente imposible para una persona normal eliminarlos. Por suerte para la pequeña zorra, él no era una persona normal. Podía verlo claramente, el pobre animal tenía los ojos bien abiertos, estaba asustada y rogando su ayuda mirándolo silenciosamente. Así que decidió tomar acción.

El primer lobo que saltó con la intención de matar a la vulpina fue decapitado rápidamente por la espada del pelirrojo, creando un charco de sangre en el suelo que tiñó la nieve de rojo. Fue en ese momento que los lobos se dieron cuenta de que no estaban solos, y Naruto aprovechó para poder colocarse en el medio de la manada y tomar a la pequeña zorra para ponerla en su hombro.

"No te preocupes amiga, ya estás a salvo." El animal asintió con la cabeza, tan raro como eso sonaba y se acercó a su cuello para estar más seguro. "Ahora bien, si quieren atacarlo tendrán que atacarme a mí." Tenía algunas dudas acerca de esto, sobre por qué depredadores como los Lobos de Invierno que cazaban animales mucho más grandes, estaban intentando comerse a este pequeño zorro.

Pero ahora no había tiempo para esas cosas, ya podría pensar bien en eso cuando saliera de esta. "¡¡¡GRAHHHHH!!!" Un lobo, impaciente, impulsó su enorme y pesada garra llena de uñas filosas de forma descendiente en su dirección, a lo que él tuvo que esquivar moviéndose a un lado, justo a tiempo para ver cómo el suelo sobre el que aterrizó la garra se partía por la fuerza.

"Son fuertes." Susurró el pelirrojo en voz baja, eso debía tener una presión de varios cientos de kilogramos por centímetro cuadrado.

"¡¡¡GRRRRRRRRRRR!!!" De nuevo fue forzado a moverse cuando otro lobo vino por atrás, está vez con ambas garras, que fueron enterradas con furia sobre el suelo, sin duda imaginando que era su cuerpo el que explotaban como una sandía. Ese mismo lobo, al ver cómo su ataque había sido ineficiente, abrió su boca y expulsó un torrente de viento gélido en dirección a Naruto que tuvo que contrarrestarlo con un torrente de llamas que expulsó desde su mano, haciendo inútil el ataque del canino.

Está era una de las razones por las que se les llamaba Lobos de Invierno, además de habitar exclusivamente en zonas invernales, su aliento era suficiente como para congelar a un hombre adulto en pocos segundos. "Si sigo defendiéndome así estaré en desventaja." Eran demasiados, y aunque podía ganar fácilmente, no lo haría si no comenzaba a atacar.

De un salto, llegó rápidamente al lobo al cual se estaba enfrentando y clavo su espada profundamente en su cuello, sacándola rápidamente para que se desangrara, un segundo lobo decidió aprovechar su distracción para atacarlo con su garra, pero Naruto movió su cuerpo rápidamente, tomando el pelaje de la garra para coger impulso, y clavándole también su arma en la yugular profundamente, cuando la saco el líquido vital rojo salpicó por todos lados, haciendo que el depredador se desplomara en el suelo igual que su compañero.

"Ya solo faltan tres." Viendo cómo había despachado rápidamente a sus compañeros de manada, el resto de los lobos se mostró con más cautela ante la nueva amenaza, retrocedieron unos pasos con la cara fruncida en señal de disgusto.

Sin embargo, el pelirrojo no iba a esperar a que atacaran. "Gokakyū. (Gran Bola de Fuego.)" De su mano soltó un gigantesco proyectil igneo que llegó rápidamente al cuerpo de uno de sus adversarios, el lobo intento combatirlo con su aliento gélido, pero las llamas eran muy calientes para él y terminó rostizado vivo, era una de las debilidades de estos animales.

Los otros animales fueron distraidos por la muerte repentina de su compañero, y Naruto aprovechó la distracción para matarlos rápidamente con su espada, esparciendo su sangre por todo el lugar.

Sin embargo, la batalla no había terminado, había alguien más ahí, podía sentirlo, rápidamente se echo a un lado para esquivar algo qué iba directo a su cabeza, cuando vio mejor lo que había esquivado, se dio cuenta de que no había nada ahí, sin embargo escucho un pequeño sonido, y una serie de árboles se partió por la mitad.

"Fallé." Naruto escuchó una voz femenina detrás de él, y se volteo para ver a una chica que tenía más o menos su edad, estaba vestida con ropas invernales, con un chaqueta larga de cuello alto fusionada con una capa qué se extendía hasta casi tocar el suelo, junto con unos pantalones, todo era completamente blanco como su piel, sobre los hombros tenía algo de pelaje blanco de algún animal, sin duda para calentarse en este clima congelado, llevaba un cinturón doble de cuero marrón, botas blancas a juego con su indumentaria y en sus hombros, antebrazos y en el espacio debajo de sus pechos llevaba ornamentos de metal similares a partes de una armadura, para protegerse de los golpes.

Lo que más sorprendió al chico fue su cabello, rojo, casi tan rojo como el suyo propio, y el cual le llegaba a la mitad de la espalda y caía en cascada libremente.

"¿Y quién eres tú?" Podía sentir que era peligrosa, así que se preparó para la batalla poniéndose en posición de pelea.

"Eso no es de tu incumbencia." Dijo la chica, mientras sacaba lo que parecía ser un arma, pero al ver lo que iba a utilizar para pelear, el pelirrojo se sorprendió.

"¿Una flauta?" Efectivamente, su oponente sacó una flauta de sus ropas y puso la boquilla en su boca, comenzado su canción.

"Appunti di Anglio. (Notas Cortantes.)" La flautista empezó a soplar por su boca mientras tapaba y destapaba los agujeros del instrumento para producir una música bastante agradable, una que Naruto estaba empezando a disfrutar, sin embargo, sus instintos le dijeron otra cosa, pudo agacharse a tiempo para ver como algo invisible rozaba su cabello, y acto seguido, los árboles secos de invierno que estaban a su espalda fueron cortados limpiamente.

"Así que esta es tu arma." Dijo el pelirrojo mientras se incorporaba. Rápidamente cargó contra ella con su espada en la mano, y asegurandose de que el pequeño animal en su hombro no se cayera. "Pero si solo puedes cortar cosas entonces no serás rival para mi." Con su arma iba a cortar a esta mujer.

Pero ella no se dejó intimidar. "Bocca Chiusa. (Boca Cerrada.)" Nuevamente toco su flauta y la espada de Naruto en vez de encontrarse con su carne, fue detenida por lo que parecía ser un muro invisible de sonido y música, qué resumbaba en sus oídos, la chica aprovechó la momentánea parada de su enemigo para intentar coger al pequeño zorro en su hombro, pero él fue más rápido y se echó para atrás, aumentando la distancia entre ellos.

"Mmmm, es mejor de lo que creía." Pensó mientras revisaba a su pequeña compañera, viendo que todo estaba en orden. "¿Estás bien pequeña?" Como si hubiera entendido lo que había dicho, la zorra asintió, lo que hizo que Naruto sonriera y asintiera de vuelta.

Pero justo después tuvo que esquivar otra espada de sonido que venía en su dirección, y que cortó más árboles qué estaban en los alrededores.

"Dame a la zorra y te dejaré ir." Dijo ella, esta era la segunda vez que le hablaba directamente, así que Naruto aprovechó en intentó sacar más información.

"¿Que es lo que quieres con ella?" Estaba seguro que ella venía con los ojos de antes, así que nada bueno debían querer con la zorra.

"Eso no te interesa." Dijo ella con la misma frialdad con la que había hablado al principio.

"Claro que me interesa, tiene que ser importante si tiene a tanta gente tras ella." Esta no era una zorra normal y corriente, eso lo sabía, pero quería saber porque.

"No hay trato entonces." Ella rompió las negociaciones mientras se preparaba para atacar de nuevo, no tenía sentido que le dijera lo importante que era la zorra a alguien que iba a ser asesinado por ella.

"Muy bien, no digas que no lo intenté." Llamas extremadamente calientes comenzaron a salir de su cuerpo, rodeando su figura y su espada, con cuidado de que no tocaran a la pequeña zorra en su hombro. "Es una lástima matarte, pero no me dejas otra opción." Lanzó un tajo de su arma, lo que extendió una línea de fuego hacia su enemiga. Ella saltó para esquivarlo y el ataque siguió, quemando una parte de los árboles qué estaban detrás de ella.

Naruto también tuvo que moverse rápido, a tiempo para ver como unas líneas eran grabadas en el suelo, producto de sus espadas de sonido, qué se extendieron en el campo de batalla.

"¿Donde está?" El pelirrojo miró a la izquierda, a la derecha, adelante y hacia atrás, pero no la encontró, y solo había una solución posible a su problema, no importa lo ilógico que pareciera. "Arriba." Y ahí la vio, flotando sobre lo que parecía ser una nube invisible de sonido. "Gokai Gōka. (Fuego Infernal de los Cinco Mundos.)" Invocó de su cuerpo cinco pilares de llamas que se curvaron y se dirigieron al mismo tiempo hacía su objetivo, la chica que estaba flotando en el aire.

"Marcato. (Marcado.)" Con su flauta, la pelirroja expulsó una onda de choque que repelió y disipó las llamas, quedando intacta ella, flotando en su nube de sonido.

"Mierda, ni siquiera eso funciona." Si seguía así tendría que usar otros ataques más poderosos y eso podría destruir este bosque seco. "¿Acaso eres una usuaria de Fruta del Diablo?"

Era la única explicación que encontraba para sus poderes, las Frutas del Diablo son unas frutas misteriosas y peculiares repartidas por todo el mundo, conocidas por otorgar a sus consumidores poderes sobrehumanos permanentes, así como una gran debilidad al agua marina, arrebatando la capacidad de nadar a sus usuarios. Cada Fruta del Diablo otorga un poder especial a quien la come y cada una de ellas es única, no hay otra igual, es decir, no hay una fruta del diablo que tenga el mismo poder que otra.

Sin bajarse de su nube, ella le respondió. "Comí la Ako-Ako no Mi. (Fruta Acústica-Acústica.) una Paramecia. Soy una mujer Acústica." Dijo la pelirroja simplemente, pero cogió impulso para seguir la conversación, viendo algo que no le cuadraba. "¿Cuál es tu secreto? Se perfectamente que la Mera-Mera no Mi. (Fruta Fuego-Fuego.) ya tiene usuario, entonces, ¿cómo es que puedes controlar las llamas?" Preguntó con verdadera curiosidad.

Eso hizo que Naruto sonriera siniestramente. "Tú tienes tus secretos, yo tengo los míos." No podía divulgar esa información, al menos no por ahora, era demasiado pronto, y no podía tener al Gobierno Mundial detrás de él, no todavía. "¿Por qué no lo dejamos por hoy? Viendo que ninguno de los dos tiene una ventaja sobre el otro." Era claro que ninguno de los dos podía luchar con todo su poder en este espacio cerrado.

"Mmmm, me intrigas." Dijo ella con algo de interés en el misterio que rodeaba a su oponente. "Muy bien, acepto, pero la próxima vez no contarás con tanta suerte."

"Espera..." Dijo él antes de que ella tuviera la oportunidad de irse. "Antes de que te vayas, quisiera saber tu nombre."

"Tayuya, mi nombre es Tayuya." Dijo ella preparándose para irse.

"Naruto, encantado de conocerte." Ella asintió y se fue rápidamente flotando un su nube de sonidos y música, dejando el área destruida donde había tenido lugar la batalla.

"Tayuya." Iba a recordar ese nombre, luego de asegurarse de que no hubieran más enemigos cerca, Naruto tocó suavemente al animal en su hombro. "Ya pequeña, el peligro ya pasó." Cómo si lo entendiera, la zorra lamió su rostro suavemente en señal de agradecimiento. "Supongo que descansaremos aquí por un tiempo, además me está dando hambre." Dijo viendo a los lobos que había matado justo ahora, aunque fueran animales salvajes, eran comida después de todo e ingredientes reconocidos.

Así que colgó los cuerpos de los que había cortado para que su sangre terminara de drenarse y busco un claro del bosque cercano en el que había un río que no estaba congelado para que él y su nueva compañera pasaran la noche, ahí encendió un fuego y con unos cuando árboles construyó un pequeño refugio improvisado.

Luego termino de cocinar el lobo que había quemado, aprovechando que su pelaje se había rostizado por completo y comenzó a comer, la zorra tuvo algunas dudas al principio, pero también comenzó a probar de la carne de lobo.

"Mmmm, delicioso." Puede que no fuera de las mejores cosas que había probado en sus diecisiete años de vida, pero el sabor era aún digno de recordar, tal vez era debido a que no había usado ninguna especia durante su cocción, a pesar de eso, tenía un sabor parecido al pollo, solo que un poquito más salado, además a diferencia de lo que se esperaba, la carne era bastante tierna, debido a que los músculos se disolvían al cocinarlos, lo que hacía que toda su fuerza se esfumara.

Cuando terminó con el lobo lo que quedaron no fueron más que los huesos, que decidió también llevar consigo, puede que le buscará algún dinero si los vendiera en la ciudad.

Sin nada más que hacer, decidió que había sido suficiente por hoy, él podía continuar pero debía darle tiempo a su pequeña compañera para que descansara, así que se acostó en el suelo de su pequeño refugio con la zorra arriba de su pecho y se durmió.

「Al día siguiente.」

Naruto, junto con su compañera peludo, y arrastrando los cuerpos de los lobos junto con los huesos del que se había comido, los árboles cortados de la batalla de ayer y el carbón qué resultó de los árboles qué fueron quemados por él, llegaron a la capital del Reino de Frostpeak era una ciudad impresionante, con edificios hechos de piedra sólida, e incluso había algunos hechos de hielo, se podía sentir el bullicio del comercio y a las personas que iban de un lado al otro haciendo sus vidas, muchos lo estaban mirando, sin duda debido a la mercancía que estaba cargando, y no era para menos, ya que todo eso era muy preciado allí.

El pelirrojo recordó las cosas que le habia dicho su abuelo sobre el Reino. Frostpeak es una pequeña pero reciliente nación del North Blue, que no estaba afiliada al Gobierno Mundial, pero que aún así en los últimos años había aumentado la presencia de Marines en su territorio, y había rumores de que la Iglesia también tenía interés en establecerse aquí, la actividad económica principal del Reino era la minería, con varias minas de metales y gemas preciosas a lo largo y ancho de su territorio, sin embargo con el duro invierno amenazando sus vidas, la mayoría de la comida de los ciudadanos venía de la caza y el comercio.

Su gente estaba acostumbrada a vivir en condiciones extremas, y con el tiempo terminaron desarrollando una cultura única pasándola de generación en generación, por ejemplo, su arquitectura era algo extraordinario, y aún así acogedor, con varios edificios hechos de hielo y piedra, y sus ropas eran prácticas, diseñadas para soportar el frío invierno.

Con un ejército pequeño pero formidable, compuesto principalmente de sabuesos criados y entrenados especificamente con propósitos militares y soldados especialistas en conflicto invernal y guerra de guerrillas, expertos en pelear en circunstancias nevadas y heladas, listos para defender el Reino ante cualquier amenaza.

La gente dependía mucho de la caza y el comercio para conseguir comida y recursos, muchas eran cazadores acostumbrados a tratar con diferentes animales como renos, venados, caribus, bisontes, lobos invernales y osos polares y comerciantes habilidosos que navegaban el terreno traicionero con facilidad y viajaban a varios reinos vecinos para vender sus productos.

Eran un pueblo orgulloso y resiliente con una alta herencia cultural y un fuerte sentido de comunidad, en los crudos meses de invierno, la gente de Frostpeak se juntan para sobrevivir, comparten sus recursos y conocimientos, asegurandose de que todos tengan suficiente para comer y mantenerse cálidos. El invierno era una amenaza pero también era un recuerdo de la fuerza y resistencia del Reino.

Eso era algo de lo que sabía del Reino, pero esperaba ver algo interesante mientras estaba aquí. Se dirigió a algo que parecía una tienda, junto con lo que había cazado ayer, que se había conservado con el frío del ambiente y con el pequeño zorro montado sobre su hombro, como si fuera una pequeña bola de nieve.

El que lo recibió fue un hombre que parecía que había vivido aquí toda la vida, con nada de pelo en la cabeza y que tenía un aspecto rudo, de acuerdo con la naturaleza de este lugar, con un parche en el ojo, piel algo morena, un tono más oscura que las demás personas que veía, y además, varias cicatrices en todo el cuerpo, que decían que no era ajeno a la batalla.

"Buenos días, quiero vender esto." Dijo señalando a su mercancía del día anterior.

El tipo lo miró, aparentemente sin estar impresionado y luego volvió a lo que estaba haciendo. "Dos mil Bellys por cada lobo, trescientos por cada árbol y quinientos por cada kilo de carbón." Dijo simplemente. "Te puedo dar doscientos por los huesos.

Eso hizo gruñir al pelirrojo, que no podía creer el descaro de este sujeto. "Pensé que el precio regular era Veinte mil por cada lobo, Tres mil por cada árbol para leña, cinco mil por cada kilo de carbón y dos mil por los heusos." El sabía de esas cosas, su abuelo le había enseñado.

"Eso es en otros lugares, aquí son a ese precio." El calvo no despegó los ojos de sus actividades, sin prestarle la menor atención a Naruto.

"Mhhhh, entonces creo que me desharé de ellos." Dijo llevándose sus mercancías a otra dirección, si no podía venderlos por el precio acordado, prefería no tenerlos en absoluto, limitaba su movimiento, y no podía permitirse eso. "Pensaba que aquí estas cosas eran siempre necesaria, supongo que me equivoqué."

No caminó ni tres pasos cuando oyó la voz del hombre. "Espera, chico." Eso puso una sonrisa en su rostro. "Te los compro." No parecía particularmente feliz con esto, pero no tenía otra opción, era cierto que tenían que tener toda la comida y materiales que pudieran recoger, los tiempos eran duros y no muchos hombres tenían éxito en las cacerías últimamente.

"Encantado de hacer negocios con usted." Dijo el pelirrojo recibiendo el dinero y dejando la mercancía en frente del negocio. Con cuatro lobos, veintiún árboles para leña, tres kilos de carbón y los huesos, había sacado ciento sesenta mil Bellys, nada mal. "Por cierto, ¿sabe de alguna nueva posada en la que pueda pasar mi estadía aquí?" Preguntó mientras contaba el dinero.

"Sí, hay una al final de la calle, tiene habitaciones disponibles." A pesar de que estaba increíblemente molesto por su intento de estafa fallido, por lo menos le dijo eso. "Deberías..." En ese momento se fijó en el pequeño animal que estaba en el hombre de Naruto, y se quedó visiblemente sorprendido. "Chico, ¿esa zorra...?"

"¿Mmm, ella? Me la encontré en los bosques." Él no se había perdido el cambio de actitud del calvo cuando vio a su pequeña compañera, había algo que el no sabía, y presentía qué no tardaría en descubrirlo. "Vamos pequeña." Había contado todo el dinero y era suficiente para quedarse unos cuantos días aquí.

Una vez que se hubo ido, y que estaba a una buena distancia, el hombre de la tienda cogió un Den Den Mushi que tenia debajo de su estanco y comenzó a llamar. "Hola, soy yo, la he encontrado, avísale al Primer Ministro."

「Horas después.」

Naruto se encontraba en una habitación de la posada, una alta en la que se veía toda la sección de la ciudad, estaba acostado en la cama, viendo como el pequeño animal dormía sobre su cuerpo, a unos minutos tendría que bajar para comer algo, pero aun así, se preguntaba que era lo que pasaba con ella, el comportamiento del tendero había dado un giro de ciento ochenta grados cuando la había visto, y se preguntaba si era coincidencia de que la hubiera encontrado junto antes de que entrara a la ciudad.

"Supongo que si me quedo lo suficiente lo averiguaré." Dicho esto se dispuso a bajar, para poder pedir algo de comida y tal vez explorar algo de la ciudad de noche.

Pero las cosas ya estaban en movimiento.

「Palacio de Frostpeak.」

En la oscuridad del lujo del palacio real, el tendero se encontraba arrodillado mientras esperaba, ya había sido informado de que el Primer Ministro lo vería de inmediato.

Esto era un riesgo, nadie sabía que trabajaba para él, pero el dinero que recibía por informar era bastante bueno, así que no le importaba vender a quien fuera.

Las cortinas qué estaban a un costado de la espaciosa habitación se deslizaron suavemente hacia un lado y el Primer Ministro entró, vestía una túnica con mangas largas, de color blanco, con un cinturón de seda rojo y botas negras, qué resonaban a cada paso, su cabello era blanco y largo, separado en tres mechones atados casi al final de cada uno con una cinta, y sus ojos tenían una particularidad, eran heterocromáticos, el de la derecha era castaño claro, mientras el de la izquierda era azul oscuro, rápidamente se ubicó frente a el mientras esperaba su informe.

"¿Así que la viste?" Pregunto el joven gobernante con aparente curiosidad.

"Sí, mi Señor, la tenía un joven que acaba de llegar a la ciudad, esta en una posada local." Dijo el calvo con cierto miedo, y no era para menos, sabía del carácter algo infantil del hombre frente a él, pero aún así no podía permitirse perder el dinero. "Un joven pelirrojo y alto, vestido por completo de negro, es bastante hábil, pudo cazar unos cuantos lobos invernales en el bosque, así que aconsejaría discreción y cuidado."

"Sí, su nombre es Naruto, es el hombre del qué me advirtió Tayuya." El Primer Ministro no había estado feliz de que la cazadora de recompensas que había contratado hubiera dejado escapar a su presa, pero eso le dio información valiosa. "Mmmm." Se puso a pensar con cuidado, y luego de unos segundos, una sonrisa apareció en su rostro, una bastante divertida y cruel. "Bien hecho, voy a darte tu dinero." Eso puso algo de alivio a su espía, sin embargo. "Después de que cumplas tu otra misión."

"¿Qu-Qué otra misión?" No podía explicar el miedo que estaba atravesando su cuerpo ahora mismo, pero sus instintos decían que debía huir de ese lugar.

"Iras personalmente a buscar a ese hombre y traerlo ante mí, por supuesto que a la zorra también." Dicho esto, toco al hombre arrodillado. "Mui Tenpen. (Mutación Libre.)" Y el tendero comenzó a cambiar y deformarse, convirtiéndose lenta pero seguramente en una criatura horrorosa qué soltó un rugido desagradable en cuanto respiró el aire del mundo. "Ahora ve, mi creación cumple mis órdenes."

Lo que anteriormente era un hombre, soltó un gruñido bajo, y salió por una de las ventanas, rompiéndola y dispersando los cristales en el aire, mientras desaparecía al amparo de la noche.

"Ahora bien..." Se dijo a si mismo el Primer Ministro de Frostpeak, Mahito, mientras caminaba para salir de la habitación. "Me pregunto, que tan divertido será esto."

「Fin del Capítulo.」