Lena bebe el último sorbo de té y mira su reloj. Los almuerzos que comparte con Kara suelen ser lo más destacado de su día, pero no logra encontrar en ella un gramo de arrepentimiento de que haya terminado, no teniendo en cuenta lo que viene ahora.

—Debería volver a trabajar—

—Ah, ¿Tan pronto? — Kara hace un adorable puchero, pero se levanta para recibir el abrazo.

El corazón de Lena ya está latiendo con fuerza en respuesta pavloviana a lo que se avecina. Kara la aprieta con fuerza, con una presión consciente y sentida, y delinea la pendiente del hombro del cuello de la pelinegra, en una caricia prolongada mientras se aparta, pero quedando cerca con las yemas de sus dedos en la base del cuello de ojiverde, los ojos azules cálidos y una sonrisa suave —¿Puedo...? — Pregunta con un gesto hacia la boca contraria con una ingenuidad delicada y como la coqueta más audaz que haya caminado sobre la jodida Tierra.

—Uh huh— Dice Lena entrecortadamente, porque las yemas de los dedos de Kara están en su garganta, porque el aliento de Kara está en su piel, porque Kara preguntó y no hay otra respuesta más que la de un sí.

Kara sonríe radiante, honestamente resplandece, como si nada pudiera brindarle mayor placer que este permiso poco elocuente para besar a Lena Luthor en la boca.

Delicadamente desliza su mano hacia la parte baja de la espalda de Lena acercándola más a su cuerpo, asegurándola como un botón a presión, pero sin el chasquido audible. Si su corazón pudiera hacer ese ruido, Lena está segura de que lo haría. Kara ahueca el rostro de La CEO con una mano ardiente, rozando con el pulgar la comisura de los labios pintados en rojo como si estuviera dibujando un contorno, ungiendo indeleblemente el espacio en la piel de Lena; a punto de ser besada por Kara Zor-El Danvers.

Allí, la inhalación, la inclinación de cabeza, la mano flexionándose en la espalda de Lena; allí, el roce cálido, seco y confiado de unos labios cerrados. Lena los ha observado y catalogado cuidadosamente, y los tiene listos para examinarlos en una multitud de sabores. Se ha vuelto una experta en todo esto, como si de una vieja amiga se tratase, y esta vez está bastante segura que no va a joderlo.

Los labios de Kara se separan, como siempre lo hacen, y Lena deja escapar un horrible y patético gemido, como siempre hace.

Los dedos de Kara se curvan alrededor de ella en respuesta, su cuerpo presionándose más cerca, su boca caliente, húmeda y abierta y su lengua en la maldita boca de Lena, y Lena abandona completamente la lucha, gime y le devuelve el beso.

El enfriamiento es tan dulce e ineficaz como de costumbre, los besos de Kara disminuyen hasta detenerse, su frente apoyada sobre la de Lena, sosteniéndola cerca.

—Adiós— Dice Kara con voz ronca, y le da a Lena un último y feliz beso en los labios antes de soltarse.

Así que… esto ha estado sucediendo por un tiempo. Lena probablemente podría recrear la experiencia de su primer beso; su primer beso con Kara maldita sea, hasta podría recrear la actividad neuronal individual, pero no podría explicar exactamente cómo comenzó todo esto.

Estaba bastante segura de que habían estado compartiendo el almuerzo, pero siempre lo hacían. Se habían estado riendo juntas, pero se habían estado haciendo reír mutuamente desde el principio. Lena había estado disfrutando del resplandor de Kara, pero ¿Cuándo no lo estaba? No hubo ningún cruce de umbrales en particular, ningún pequeño sonido de trompeta que significara un nivel superior de amistad. Un día Kara estaba resoplando malteada de fresa por la nariz, y al siguiente estaba preguntando: —Entonces, ¿Puedo darte un beso de despedida? — y lo estaba haciendo muy al estilo francés- kriptoniano.

Kara es siempre la que toma la iniciativa. Esa es la única e indiscutible regla de Lena que, al no comprender la causalidad y mecánica de esta magia extraña y hermosa, tiene el supremo cuidado de sus acciones para no disiparla accidentalmente.

Y Kara... Kara siempre pregunta. Han pasado más de tres semanas desde que se llevó a cabo este ritual místico y electrizante, y Kara sigue preguntando cada vez antes de chupar la cara de Lena como si fuera su sabor de helado favorito.

Lena por su parte ha preguntado por ahí. Discretamente, por supuesto.

Si Kara hubiera sido, oh, de cualquier otra especie alienígena, Lena podría haber abierto una búsqueda aleatoria en Google y encontrado un millón de guías prácticas que explicaban en detalle la etiqueta para saludar y despedirse. Pero no, Kara tenía que ser la última hija del planeta de los superhéroes, y Lena se vio obligada a hacerle preguntas raras a la hermana mayor de la rubia entrenada en combate.

—¿Rituales de despedida kriptonianos? ¿Como los últimos sacramentos? ¿Por qué quieres saberlo? — La hermana entrenada para el combate, como era de esperar, inmediatamente sospechó.

—Más bien, un rito amistoso de despedida después del almuerzo— Intentó explicar Lena.

La expresión de Alex cambió rápidamente de evaluar el nivel de amenaza a evaluar el nivel de idiotez —No— Dijo incrédula —Es la cosa más tonta que he oído en mi vida—

No es una cuestión de hermanos fue la conclusión a la que llegó Lena. Gracias a Dios.

—Eh, Lena— Dice Kara mientras esperan su moussaka —Hay algo que he querido hablar contigo—

La rubia juguetea con sus manos, girando y desenroscando su cuchara de metal y dejándola en la mesa con culpabilidad y un poco deteriorada. Lena pasa por las tres etapas de " Mierda, oh, no, y ¿Y si…?" — Demasiado rápido.

—Entonces, eh…— Kara vuelve a coger la cuchara, cambia de idea y esconde las manos debajo de la mesa —Me he dado cuenta de que tú realmente no tomas la iniciativa. Pero siempre dices sí cuando pregunto, y creo que, quiero decir, parece que te gusta, pero nunca lo mencionas—

Lena parpadea, aturdida.

—¡No pasa nada! — Se apresura a tranquilizarla Kara —Si lo prefieres, yo... ¿Pero si no quieres? Creo que tal vez he sido autoritaria. Simplemente no quiero que te sientas... ¿Ya sabes? — Kara la mira suplicante, claramente pidiendo que la rescate.

Pero Lena no lo sabe. Lena no tiene ni la más mínima maldita idea.

De todos modos, lo intenta, valientemente —Estamos, eh...— Se aclara la garganta, donde está su corazón, por cierto —¿Hablando de los besos? —

Kara asiente con entusiasmo, adorable —¡Sí! ¿Te gusta? — Pregunta, dolorosamente seria —¿Quieres parar? —

—Me gusta— Dice Lena, sin poder evitar que la emoción se le escape y se filtre en su voz. Espera que no sea demasiado notorio —No quiero parar— Kara se siente inmediatamente aliviada y Lena siente la necesidad de abrazarla.

—Está bien— Suspira Kara.

—De hecho, me encantaría tomar la iniciativa— Dice Lena con cautela —Pero… no estaba segura de qué era lo más apropiado—

—¡Es apropiado! ¡Súper apropiado! — Kara hace temblar la mesa ligeramente con la fuerza y emoción de su respuesta —También puedes, eh, tomarme la mano. Si quieres—

La mano de Kara roza la rodilla de Lena por debajo de la mesa, buscando y electrizando la piel de Lena. La CEO la agarra sin dudarlo —¿Eso es parte de todo? —

Kara parece confundida por un momento y finalmente dice: —¿Eso creo? ¿Sí? ¿Si te gusta? —

Lena sonríe con indulgencia. Kara era muy joven cuando perdió su hogar y Kal se crió en la Tierra. Y si ella no está muy segura de los detalles más sutiles de las costumbres kriptonianas, no es ninguna sorpresa —Me gusta— Confirma Lena nuevamente. La aclaración es muy importante en cualquier relación.

Kara sonríe, aprieta suavemente la mano de Lea y se inclina levemente sobre la mesa, con la barbilla levantada, ligeramente expectante.

Esta vez no es una despedida; la comida ni siquiera ha llegado aún, y eso resulta extrañamente significativo. Lena se traga ese vértigo presuntuoso, se traga también su ansiedad. Kara ha confiado en ella una parte de su identidad, su cultura, una parte tan preciosa y tenue que apenas la comprende. Ha confiado en que Lena comprenderá, será respetuosa, será lo suficientemente sensible culturalmente como para iniciar el proceso ella misma sin cruzar ningún límite. No hay forma en todo el cielo o en el infierno en que Lena vaya a tomar esa confianza y hacer que todo sea raro entre ellas.

Lena agarra con fuerza la mano de Kara y se estira para alcanzarla a mitad de camino. Aprieta su boca contra la de Kara, siente cómo sus labios se abren en un saludo practicado hasta los dedos de los pies y le desliza sólo un poco de su lengua en el más casto, amistoso y apropiadamente platónico de los besos.

Después de eso, las cosas se calman un poco. No los besos, oh, no, que han aumentado significativamente. Lo hacen al saludar y despedirse, y a veces también simplemente porque sí. Pero ahora que lo han dicho, lo han hablado clara y abiertamente, ahora que están exactamente en la misma página, la ansiedad de Lena se ha calmado por completo. Son simplemente dos buenas amigas, cercanas y respetuosas que participan en un intercambio cultural abierto, y no hay nada extraño en eso.

Qué más da si la frecuencia diaria de duchas frías de Lena ha aumentado un poco, bueno, la higiene personal es muy importante estos días.

Lena está acurrucada en el rincón de su sofá en la noche de cine, cómodamente envuelta en una afectuosa kriptoniana. Kara ha deslizado su mano justo debajo del dobladillo de Lena, frotando con el pulgar círculos directamente sobre la piel de su cadera. La sensación es hipnótica y Lena no tiene la menor idea de qué tipo de película están viendo.

Kara deja escapar un suspiro de satisfacción, se acerca y apoya la barbilla en el hombro de Lena. La pelinegra levanta la barbilla por puro instinto y Kara llena el espacio rápidamente, acariciando su garganta, rozando con sus labios su piel sensible y emitiendo un zumbido profundo y satisfecho.

—Sal conmigo— Dice Lena.

Kara frota el puente de su nariz, el arco de su ceja contra la mejilla de Lena, toca el lóbulo de su oreja y emite un pequeño sonido interrogativo que Lena puede sentir hasta en los dedos de sus pies.

—En.… en una cita— Se esfuerza Lena en decirlo antes de que el extraño coraje que le provocan las caricias se disipe —¿Lo harías? Lo siento si... no quiero hacerte sentir incómoda—

La cara de Kara se separa de la piel de Lena, lo cual es el peor resultado posible. Los ojos azules parpadean y mira a Lena, todavía luciendo bastante feliz.

—Puedes decir que no— Añade Lena débilmente.

La expresión de satisfacción de Kara se transforma hasta convertirse en confusión antes de destilarse en puro horror. Su pulgar se detiene sobre el hueso de la cadera de la ojiverde —¿Q…Qué? —

Lena lucha por no encogerse visiblemente. Vaya. Esa no fue exactamente la reacción que esperaba —Lo siento— Dice apresuradamente —Olvídalo no he dicho nada—

—¿Lena? ¿Cómo que si saldría contigo? ¿No hemos estado…?

—Lamento haberlo sugerido— Dice Lena con rigidez, mirando hacia otro lado —Por favor, no le des importancia. Valoro mucho nuestra amistad. Por favor, créeme cuando te digo que haré todo lo que esté a mi alcance para no hacer que las cosas se pongan raras—

—Lena. Lena. Mírame— Kara se acerca más, se inclina parcialmente sobre el regazo de Lena, prácticamente persiguiendo su mirada. Y Lena pensó que podría salir de esto con los ojos secos, cuanta ingenuidad de su parte.

—Lena. ¿Qué creías exactamente que hemos estado haciendo durante los últimos dos meses y medio? — Eso hace que Lena pare, parpadee y las lágrimas caigan —¿Qué? —

Kara apoya la palma de la mano sobre el muslo de Lena, con una expresión indescriptible en su rostro —Hemos tenido… tantas citas— Dice, un poco desesperada, un poco trastornada —¿No has notado los besos? —

—Sí, los he notado— Dice Lena, completamente perdida. Metafóricamente hablando, claro está. Físicamente, está inmovilizada con tanta seguridad como una flor bajo un pisapapeles.

—Oh, ya los notaste— Repite Kara —¿Pensabas que me estaba cayendo de bruces por accidente? —

—Pensé que estabas siendo educada— La voz de Lena viene de un lugar muy alejado de su propio cuerpo, está segura de eso.

La boca de Kara se mueve en el aire cerrándose y abriéndose sin emitir palabras, hasta que finalmente —Lena— Dice, impotente —Yo... yo... Dios mío. Te amo—

Lena intenta reaccionar de forma razonable. Decir algo como: " Lo siento, ¿Podrías repetirlo? " o "¿Podrías explicarme la naturaleza exacta de ese supuesto… amor?" Pero abre la boca y lo que sale de inmediato es un chillido muy triste.

—Te amo— Repite Kara —Vaya, realmente te amo mucho. Estoy enamorada de ti, Lena— El rostro de la ojiazul está ligeramente sonrojado, sus cejas fruncidas, irradiando sinceridad.

—Mierda— Susurra Lena, y luego se inclina hacia delante; apenas requiere un estiramiento está tan cerca, y presiona su boca contra la de Kara. Este beso es suave, practicado pero tentativo, y Lena vierte en él cada pizca de sentimiento contenido, cada pensamiento romántico perdido que consideraba inapropiado y corta de raíz tales pensamientos. Se le ocurre de repente que esta podría no ser la respuesta más clara dadas las circunstancias, de modo que se aparta para respirar —Yo también te amo— Y se sumerge de nuevo.

Kara emite un dulce y decadente ruido en su boca y se sube más a su regazo, deslizando la mano por debajo de la camiseta de Lena, atrapada entre el sofá y la espalda de Lena. Se balancea contra Lena, moviendo todo su cuerpo al ritmo del beso, y Lena la agarra por las caderas, hundiéndose un poco más en el sofá. Si hubiera tabulado cada elemento de los besos de Kara como si fueran partituras, entonces esta sería la emocionante y distintiva repetición.

—¿Realmente no existe ningún ritual de despedida kriptoniano? — Jadea Lena cuando salen a tomar aire.

—¿Eso implica besar a tus conocidos con la lengua? — Kara suelta una risa incrédula —No, Lena. Es solo para ti—

Solo para ti. Kara, sentada en su regazo, apoyándose sobre ella con todo su peso, acariciándole las mejillas, tocándole la espalda, besándola hasta dejarla sin aliento y haciendo esos ruidos que llenan su corazón hasta que está a punto de estallar. Solo para Lena.

Lena rodea a Kara con sus brazos, esconde la cara en su hombro y gime —Todo este tiempo, podríamos haber tenido esto—

—Podemos recuperarlo si actuamos rápido. Voto por empezar ahora—

Lena levanta la cabeza del hombro de Kara —Vámonos— Dice decidida, y finalmente se besa con su novia, sin el más mínimo rastro de sentimiento platónico.

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Espero que les haya gustado, Lena Lenta Luthor como siempre.

La traducción la acabo de termina así ya saben errores háganmelo saber por favor.

Besos Cuídense mucho y nos vemos pronto.

Recuerden que la obra no es mía, pertenece a gveret de Ao3 que muy amablemente me dio su permiso para hacer la traducción.

A los que no han leído mis otros fics los invito a leerlos, sobre todo Llama Gemela que ya iniciamos la cuenta regresiva de los últimos 5 capítulos.