heart in a bottle
"... y sin querer se me abrieron heridas viejas, por golpes nuevos y así volví a sangrar donde un día dolió , y fue cuando me di cuenta que no somos tan fuertes como pensamos.."
Corrió, porque viviendo así entre sedosos capullos de protección no conocía nada del maldito exterior, corrió porque esa es ala forma en que todos escapamos de aquellas cosas que nos confunden y aquejan. Corrió hasta que un brazo torció el suyo, corrió hasta que el respiró jadeante que la perseguía logro alcanzarla y hacerse de su voluntad.
sus ojos, aquellos que podían aguantar un gran acorazado se recostaban en lagrimas con olas tan grandes como jamás hayas podido presenciar, y así tan absorta, tan culpable que el solo hecho de haberla robado con un beso hacia que el fantasma tan vivo y petulante de gilbert regresara con la fuerza de gran cañón.
intento evitar en vano que aquellas lagrimas se derramaran, pues cuando su mano intento alcanzar esa mejilla, el ceño fruncido de violet le desgarro la poca paciencia que le era conocida, y se detuvo. Pero ahí jadeante, poso su mano sobre su cintura y se vio empapado en sangre, volvió la vista hacia ella, y su mirada ya había menguado a preocupación, se acerco mientras levantaba la camisa sin permiso; la herida se había abierto, los puntos habían cedido.
Ella le miro de esa manera en que miran ellas, aun dolida y aun preocupada, entonces Dietfried tambaleo y se apoyo contra Violet, así juntos volvieron a la casa. Fue ella que en su habitación a escondidas del mundo; le ayudo a quitarse la camisa empapada en sangre, fue ella la que lavo la herida y con aguja e hilo volvió a coser no solo una herida superficial, sino que con ella cocía de nuevo aquellos innegables sentimientos, era como si en aquel instante aquel hilo no fuera uno simple y sencillo, sino un hilo mágico que la ataría a este hombre.
lentamente vendo la herida, Dietfried al tacto de sus manos su cuerpo solo reaccionaba con temblores, tomo sus manos en las suyas y sin mirarla le dijo que aunque habían sido reemplazadas por metal hacia tanto tiempo, no entendía como el aun así sentía el calor en ellas. apretó sus manos mientras alzaba la mirada, antes de decirle "gracias".
Ella no sabia que contestar, pero sin lugar a dudas que aquellas palabras calaron muy hondo en su corazón, tanto tiempo ella llevaba pensando que seria catalogada como algo menos que un ser humano, solo por aquel simple hecho de haber perdido sus brazos.
"ha cambiado y eso creo una tormento por dentro..."
sus manos se deslizaron alejándose lentamente, violet agradeció las palabras bridadas, recogió la ropa ensangrentada " creo que debe descansar capitán, yo me hare cargo del resto", Violet desapareció por el gran vestíbulo para ocultarse en el baño; pero ella no advirtió que continuaba en los dominios del capitán, mientras enjugaba la camisa con jabón sobre el lavabo sintió los brazos de Dietfried hacerse a su cintura mientras sentía como su rostro se hundía contra su espalda. "gracias" alcanzo a oír antes de que pudiera reaccionar el ya había desaparecido.
por un instante y solo por un instante pensó que lo había imaginado, movió la cabeza intentando volver a concentrarse en su misión. para cuando termino el capitán estaba ya dormido. se acerco y apretó su mano, se alejo, pero su mano apretó la suya: "¿te quedas conmigo?"
Como podía negarse si hace un instante sus heridas fueron culpa de sus arrebatos; Violet se sentó sobre la cama dietfried apoyo su cabeza contra sus faldas mientras ella acariciaba su cabello.
así hasta que violet cayo simplemente dormida entre estos enormes brazos que no eran aquellos que ella buscaba, y sus sueños se volvieron pesadillas, mientras estos brazos tan grandes como el universo rodeaban todo su cuerpo.
Dicen que tal vez aquello que no buscas es lo que necesitas, tal vez ya llevaba demasiado tiempo escondiendo sus sentimientos de ella misma, corriendo detrás de un sueño, despertando fantasmas que tal vez no quieren despertar.
podía sentir su corazón rendirse, ver como sus heridas se convertían en lapidas con su nombre. y desde las cenizas nacer como una semilla aquel nuevo y tan negado sentimiento. su corazón había encontrado la manera de meterse en una botella y de tanto vagar por el mar fue este hombre de cabello largo, de ojos opacados por la guerra y de hombros tan anchos como la bondad que había presenciado una vez, esta pequeña botella con su corazón logro encontrar un nuevo dueño.
