"al menos vivimos bajo el mismo cielo"
El corazón de violet se entumecía en dudas, la tensión sobre la mesa era más que evidente, se podia escuchar el corazón de Gilbert casi desbocarse de su pecho, y la mirada ardiente de Dietfried sobre el escurridizo corazón de Violet. En aquella mesa, aquella noche nadie podia estar tranquilo, Violet agobiada se puso de pie para desaparecer por el vestíbulo y subir rápidamente las escaleras, antes de que nadie pudiera detenerla.
En su habitación, enredaderas de duda enclaustraban a su tan pequeño e inocente corazón, corría de un lado a otro dando vueltas, buscando respuestas, apretando sus manos sobre su pecho aprisionado.
Ya no sabía, no había certeza si cuando pensaba en Dietfried había pensado en Gilbert, y se sentía estúpida, tan estupida que le daba vergüenza dudar de la veracidad de su propio sentimiento. quería escapar, alejarse de todos y encontrar un momento de serenidad, donde los ojos de los hermanos bouganvillea no pudieran encontrarla.
cuando la mano de gilbert apretó la suya y cuando sus ojos robaron los suyos en ese instante una oleada de incendios comenzó a entramarse en su interior, Y sintió como si otra vez la mirará como la primera vez, con fuego cuando comenzaron a arder.
Otra vez, los recuerdos de pólvora y dolor amanecían en sus ojos opacados por la guerra, y allí donde se suponía que no existía el amor, floreció entre la sangre y el dolor y creció, y fue cuidada como si no existiera otra igual, así de poderoso era su amor. Así la miraba Gilbert, y así podia sentirlo desde las raíces en su interior Dietfried Bouganvillea, como el miedo anidaba en su corazón, como su alma la albergaba ante la duda que Violet le había impuesto a su amor.
Desesperada, sus ojos comenzaron a llenarse de lágrimas, sus manos comenzaron a moverse, se quitó los guates, desabrocho sus vestidos, se quitó los zapatos, se desarmo las trenzas y cayó sobre sus rodillas llorando sobre su cama, Dietfried había llegado después de una larga ausencia, después de tantas heridas ella había esperado tanto.
Su corazón se oscurecía de pena, ahogó un grito de dolor contra su almohada hasta quedarse dormida. La puerta de su habitación trono al abrirse, pero Violet estaba tan cansada que bajo su guardia. Unos brazos la tomaron cargada para recostarla sobre la cama y antes de cubrirla con las sábanas, Violet sujeto su mano dormida "Porfavor no te vayas".
aquellos brazos que la cargaron desnudaron sus mejillas con una caricia, borrando con sus manos las lágrimas de su rostro. Era el capitán Dietfried, que celosamente entro sin permiso, así como apareció para robar su corazón. Sus ojos pasearon sobre Violet como gaviotas sobre el muelle mientras la recostaba sobre la cama, y esbozo una sonrisa antes de robarle un beso, Violet refunfuño moviéndose y acurrucándose entre sus sabanas.
Dietfried apago la luz y apenas la puerta de la habitación se cerró se encontró con Gilbert, así reafirmaba su amor por ella, aun cuando no tenía la certeza de si ella se sentía igual.
"Nuestra historia termina aquí, pero te extraño demasiado"
Sus ojos cruzaron miradas con desdén, celos y amor, todos mezclados, como si solo por este día hubiera existido algún tipo de tregua, y si algo de verdad hay en esta historia era aquella que contaban sus ojos; deseando que la circunstancia hubiera sido distinta, que el escenario que embestía a dos hermanos por el corazón de Violet no hubiese existido, que en primera instancia aquel sentimiento jamás se hubiera implantado.
La culpa en sus ojos era más que evidente, Gilbert desde el fonde de sus entrañas deseo haber se quedado enterrado en esa lapida en aquel jardín con flores que llevaban el nombre que amaba. Pero ese mismo amor que ardía en su interior y que hizo que la alejara de él fue el mismo que lo mantuvo con vida, sin importar cuantas veces quisiera abrazar la muerte, ni cuanto la deseara, la vida estiraba su mano y lo sujetaba enredándose en su corazón.
Quería pensar que así tal vez la misma vida le daba una lección que jamás debía olvidar, nunca negar aquello que sentimos.
Cuanta razón tenía la vida al darle aquella valiosa lección, aun podía recordar los ojos pequeños y redondos de Violet llenándose de lágrimas, brillando con su sonrisa y el imaginaba que tal vez en otra vida, en otro universo había dos personas como ellos en ese instante que pudieran lograr lo que el cobardemente no podía "aceptar sus propios sentimientos", y en vez de eso el simplemente enterró su corazón y asesino con dudas la inocencia de Violet.
y sí, el miedo siempre era más poderoso y es con miedo que tomamos las decisiones que nos llevan al límite, la determinación de Gilbert de mostrarle otro sentido a sus sentimientos, de llevar a violet por un vaivén de sentimientos solo para que ella misma pudiera descubrir qué era lo que sentía por él hizo que esos sentimientos se volcaran hacia lo más cercano que existía, su hermano. hermano que golpeó, insultó y denostó el valor de aquella muchacha regalándosela a él.
Dietfried cruzo miradas con su hermano antes de desaparecer escalera abajo en dirección a su estudio, Gilbert le siguió, desde que habia llegado no habían cruzado palabra alguna.
