"era valiente y fuerte, pero también estaba toda rota"

"Sus dedos se posaron delicadamente sobre su mejilla manchándola con sangre y no tenía la certeza si era suya o de ella, y mientras la sangre escurría por entre las heridas manchando su traje militar, mientras la vida se le escurría por entre las heridas fatales solo tenía una cosa en mente y esa era la única responsabilidad que mientras siguiera respirando tenía el deber de cumplir: dejarla ir.

y era dejarla ir una realidad que le carcomía las entrañas y devoraba su corazón en instantes en que decir adiós en las circunstancias más hostiles era pan de cada día. Y allí estaba con la eternidad de su radiante e inocente ignorancia, su brazo derecho colgaba sin vida de su cuerpo mientras un hilo de sangre brotaba de la sonrisa que en medio de la guerra ella le regalaba.

y se sentía como un maldito perro, como si su enemigo no fuera aquel detrás en las trincheras escondidos entre los arbustos, sino que, parado ahí frente a ella, el causante de todo su dolor y era tan irónico porque si la miras ¿cómo podría un ser humano sonreír mientras su carne desprendida del hueso cae inerte frente a ti?

Algunos dirían que no es humana, que jamás lo fue, pero no saben que la guerra la hizo fría y sin sentido, había conquistado el dolor casi desde su concepción y allí le miraba esperando la próxima orden atenta y esquivando las balas y granadas".

Los recuerdos del último instante que Gilbert había compartido con Violet eran violentos e intensos en medio de un bombardeo, sangre y remordimientos, Violet veía como la puerta del estudio se cerraba detrás de la nuca de Gilbert y la mirada cabizbaja y derrotada de Dietfried.

Y no podía evitar sentirse culpable, su corazón comenzaba a dividirse a la mirada de uno u otro, pero en realidad su corazón extrañamente ya había tomado su decisión, era la sensatez, la culpa y el remordimiento de haberse visto feliz cuando tal vez la vida de Gilbert mientras ella se descubría a sí misma le pesaba.

"los sentimientos más tristes ardían con ellos en aquel asedio y la decisión más cruel y unilateral hacia un agujero oscuro en su corazón, uno que jamás dejaría de doler, una herida que nunca dejaría de sangrar.

"debes irte, violet por lo que más quieras por favor, vete" la desesperación del mayor en su tono solo hacía que violet se sintiera aún más determinada a quedarse y salvarlo, violet se acercó e intento con sus dientes arrastrarlo a un lugar más seguro, pero el peso del mayor era demasiado para su pequeño cuerpo flagelado.

"violet... tienes que vivir" la miro confundida de que era lo que le querían decir con vivir " es una orden?" pregunto aturdida, el mayor esbozo una leve sonrisa, alzo la mirada hacia ella " te amo, desde el fondo de mi corazón, vive" ".

Violet no era la única que se sentía culpable, Gilbert cargaba con el peso de sus propios sentimientos, de sus propias y egoístas decisiones, sin haberse dado cuenta que Violet iba a hacer realmente lo que él una vez le pidió y eso era vivir, pero en el fondo deseaba que pudiera regresar a él una vez que ella descubriera lo que sus palabras significaban, que pudiera darle un sentido a su declaración y en su viaje no hubiera encontrado a alguien a quien llamar amor.

La puerta trono al cerrarse, dentro de aquel estudio los corazones en conflicto de dos hermanos ponían en riesgo la tranquilidad del hogar bouganvillea. Dietfried se sentó en su estudio apoyando su codo contra la mesa y su mejilla contra su palma. Gilbert no reparo en su hermano y volteo hacia la enorme biblioteca adornando la pared cerca de la chimenea, una pequeña manta de color verde sobre la silla llamo su atención y se acercó para tocarla. "Violet la tejio, le gusta leer aquí"

Gilbert volteo hacia su hermano, sus ojos golpearon como huracanes sus pupilas, entre la sorpresa de Dietfried al ver como su hermano se sentía naturalmente atraído a todo aquello que llevará hacia ella, Mientras que Gilbert se daba cuenta de cómo Violet había llevado el calor los lugares más fríos de su hermano.

Gilbert se acercó hacia la mesa y se sentó frente a su hermano, Dietfried le miro detenidamente, todas y cada una de sus heridas, el tiempo no pasa en vano, y las cosas que no decimos, que no hacemos nos convierten en esclavos, Gilbert había perdido un ojo y un brazo, pero el saldo había sido más que físico, algo de su alma también se había llevado violet y la guerra.

Si bien Dietfried no había perdido nada físico, su seguridad se había vuelto insegura, y aquella mirada determinada y seria se habia ablandado tal vez esos eran los efectos de Violet, Gilbert se mordía los labios por dentro, recordando que fue el quien le pidió a dietfried cuidarla, sin darse cuenta fue el mismo quien llevo a Violet directamente hacia su hermano.

Dietfried sonrió estúpidamente intentando tal vez incomodarlo de alguna manera, entonces su mano se posó sobre la suya "bienvenido a casa hermano" fueron las palabras que salieron de su boca e inesperadamente descolocaron a Gilbert quien esperaba una declaración de guerra. Gilbert sonrío algo confundido y asintió con la cabeza " he regresado" respondió.

Dietfried sabía que había una declaración de guerra, tenía miedo de perder aquello que estaba recién construyéndose con Violet, pero era su hermano, lo había llorado cuando pensó que había fallecido y Violet sufrió las consecuencias de su pérdida de la manera más cruel jamás antes vivida por alguien y lo soporto, cargo con una culpa ajena sobre sus hombros mucho tiempo.

Dietfried se puso de pie y camino hacia su hermano, poso su mano sobre su hombro apretándola "Sé que la amas, sé que volviste por ella y rece muchas veces porque este momento ocurriera, y ahora todo depende de ella" palmoteo su hombro antes de desaparecer del estudio.

"Cause you weren't mine to lose"

Gilbert

"Dibujas recuerdos que no puedo borrar"

Sus ojos se congelaron frente a los míos, la mirada atónita, casi vacía ondeando sobre mí, aquel enorme poder que solo esos ojos tenían, podía quebrarme en un segundo y así como la pólvora devoro las paredes, como el fuego que carcomió los pasillos ambos violet y yo desaparecimos en aquel asedio dejando no solo partes de nuestro cuerpo en aquel lugar.

ella era aquello que me daba motivos de seguir adelante y era las ganas de dejar toda la vida militar atrás, era todo eso que deseamos que puede ser peligroso, que puede llevarnos a lugares donde jamás nos habrían dejado ir. Y era por eso por lo que tenía que encontrar un motivo una razón para alejarla de mi sin hacerle el mayor daño de todos.

y el menor daño posible, era simplemente romper su corazón, hacerle creer que perdiendo aquello que sabía que amaba sin que ella pudiera saberlo era algo que apretaba mi corazón cada día. el recuerdo amargo de verla partir cada día de la tienda de campaña y verla volver cubierta de sangre, lavar sus heridas, coserlas y vendarlas como si de una simple muñeca se tratara. no podía seguir así, con aquella vida miserable, viéndola sonreír por cada pequeña orden que significaba opacar una vida.

cada vez que la miraba resonaba en mí una canción de carruseles tan dulce como ella misma, y con todas mis locas fuerzas deseaba poder ser capaz de darle aquella vida que merecían no solo violet. Ya no quería acariciar su rostro con el pretexto de vestir sus heridas, sentir su piel fría y no poder abrazarla.

ver su espalda magnánima esfumarse entre las bombas y el fuego me hizo feliz por un instante, sentirla que tal vez así estaba a salvo calmo a este viejo y loco corazón, pero la verdad es que de forma inmediata la nube negra cubrió de pesar mi existencia cuando ella simplemente se esfumo sin mirar atrás, y sin saber si realmente había logrado sobrevivir.

así con la incertidumbre de un hombre que ha engañado a quien ama fue que me arrastre por los muros y puedes creer que a momentos podía escuchar su voz entre mis pensamientos?, puedes creer que a momentos podía verla en esos pasillos guiándome hacia la salida, podía ver con claridad entre mis heridas su espesa cabellera y su ribete color rojo, intentaba desesperadamente alcanzarla, aunque fuera con un solo brazo.

"Ella vive en la poesía que no puedo escribir"

Abro los ojos y ya no puedo verla, ni su cabellera ni su ribete, solo un techo de madera y mi mano y un ojo, el resto está oscuro. entonces cerca puedo escuchar a claudia y a las enfermeras pidiendo mesura a una paciente, y escucho su voz.

me levanto como puedo con el ardiente dolor en un brazo que no existe y un ojo que no ve. apoyándome contra la puerta intento verla, y su ojo encuentra al mío antes de poder siquiera reaccionar, vuelvo a ocultarme, dejando una cama llena de sangre logro escabullirme por las demás habitaciones y oigo la voz familiar de Dietfried y mi pecado fue rescatado por ángeles de la muerte dispuestos a engañarla por mí.

Gilbert abrió los ojos y ya era de mañana, el sol se colaba por entre las cortinas, había sido un sueño, pero no, eran sus recuerdos convirtiendo sus sueños en pesadillas, la tragicómica historia repitiéndose una y otra vez en su cabeza, cazándolo hasta en sus sueños, se levantó quedando frente al espejo mirando su cuerpo castigado, el muñón desgarrado de su brazo todavía le ardía, su única mano se posó sobre el parche en su ojo, y se preguntaba qué tipo de hombre podía ser para Violet así.

habia generado gran impacto en la cena vistiéndose tan elegante, observo la ropa de la noche, pero no se sentía cómodo, se vistió de una forma más simple, quería salir al establo y ver los caballos, tal vez recorrer el campo y alejarse un poco, salió de su habitación vistiendo pantalones azules y una camisa holgada blanca desabotonada.

se escabullo entre los pasillos, era todavia muy temprano y las cocineras estaban preparando el desayuno, logro salir sin toparse con nadie y sin generar incomodidades, mientras caminaba por los senderos que recorrió de pequeño, a lo lejos con el sol en la sien vio el campo de violetas frente a él, el viento se sentía bien y los recuerdos del día en que le dio su nombre a ella volvieron frescos y dulces a tal punto de erizar su piel, era demasiado evidente, todavia la amaba, habia sobrevivido un infierno por ella y todavía no habia podido preguntarle si sabía lo que significaba su declaración.

siguió andando hasta toparse con el enorme establo, los trabajadores le rindieron una venia mientras se acercaba "Señorito gilbert, que bueno verlo, ¿ha venido a ver sus caballos?" la sonrisa de gilbert ilumino a los criados quienes lo guiaron hasta sus animales " estará contento señorito la ama a cuidado muy bien de sus caballos". Gilbert entro al establo y al acercarse a una de las caballerizas se encontró con Violet peinando a uno de sus caballos " le dije que la señorita habia cuidado muy bien de sus caballos amo"

Violet estaba allí, frente a él peinando a uno de sus caballos, sonriendo y vestía tan simple como él, un vestido blanco y sus botas color café y su cabello lo traía suelto armado en una trenza desordenada, su cabello habia crecido demasiado y no lo habia cortado, para él se veía demasiado hermosa y quedo un instante embelesado ante la imagen.

"¡Señorita Violet!, el amo Gilbert está aquí!" grito en criado, Violet volteo y sus ojos se encontraron, ambos se sonrojaron, Violet se acercó a ellos y le entrego la peineta a Gilbert evitando su mirada intento desaparecer sin decirle nada, pero el roce de sus dedos cuando le entrego el peine provoco mil sensaciones, volvía a recordar cuando le compro aquel relicario verde que ella tanto habia suplicado, su sonrisa cuando le regalo su nombre y cuando le enseño el campo de violetas en honor a ella. Gilbert quería voltear e ir tras de ella, pero no pudo.

volvió la mirada hacia el peine sobre su mano que ahora se habia convertido en un gran tesoro, Violet habia cuidado personalmente de sus animales, si le importaba, aun ahora, tal vez tenía una oportunidad. volteo hacia su caballo y continúo peinándolo, mientras el criado le comentaba todo lo que Violet habia hecho en estos últimos años por él.

"Conquisto sus demonios, y lucio sus heridas como alas"