Naruto se miraba a si mismo, viendo su cuerpo cubierto de un chakra de un color extraño. El chakra del Kyubi.
Levantó su mirada y, sin perder más tiempo fue corriendo hacia la ubicación de Hinata.
Al llegar, se arrodilló y tenía los ojos cerrados y una linea leve de sangre saliendo de su labio, pero estaba respirando para su alivio, le intento tocar para despertarla, pero tenia un poco de temor.
- ¡Hey, que haces con Hinata-neechan! – grito la niña corriendo hacia los dos.
- ¡Cállate o será la niña cara morada! – le gritó, haciendo retroceder levemente a la niña de ojos del mismo color de Hinata.
- Tran…Tranquilo. – una voz suave le llamo la atención, era Hinata con los ojos algo abiertos viendo a Naruto siendo rodeado por el chakra.
Inconscientemente alzó su mano y le tocó su rostro, su mano fue rodeado por el chakra de color naranja, haciendo sentir…especial.
Y como si fuese un botón, levemente el chakra disminuyó su potencia.
Después de que Naruto saliese corriendo hacia Hinata, Shino llegó justamente al lado del cuerpo aún con esa mirada de horror. Su mirada, que no tenía sus lentes por la explosión, miro la espada incrustada.
La agarró y…sentía algo extraño. Lo pudo sacar con facilidad del cuerpo pero…la espada era liviana pero a su vez pesada, era como alzar una pluma y a su vez una piedra pesada. Pudo sentir que a su lado apareció Kurenai, pero fue donde su compañero.
Cuando estaba detrás de él pudo ver que ese chakra se eliminaba poco a poco hasta desaparecer. Le tocó el hombro y este se volteó, viendo a Shino apuntándole el mango a su cara.
- Esto te pertenece.
Naruto asintió y lo agarro, pero vio su reflejo cubierto de sangre en la espada. Cerró los ojos con fuerza y se retiró, moviendo agresivamente la espada para quitar la sangre y guardarla.
Unos segundos después vino Gai, preparado para una pelea para ver a su pupilo rubio alejado del resto, Kurenai revisando el cuerpo sin vida del secuestrador, Hinata consolando a la niña llorando y al chico viendo al Uzumaki con ojos de estrella.
Suspiro aliviado, pero su preocupación era el joven Uzumaki, y aunque su mirada se fijó en sus ojos…
Gai se acercó hacia Kurenai.
- Ellos…
- …Si
Gai se sintió intranquilo ante esa respuesta amarga. Después llegaron varias personas, entre ellas Anko, Hiashi y una persona algo parecida a Shino que estaban sudando y respirando agresivamente por mantener el ritmo de Gai y la anbu Neko.
- El otro cadáver está al oeste, en unos 300 metros.
La anbu asintió y fijo su mirada hacia al Uzumaki con la cabeza baja para después irse.
Gai y la anbu estaban cargando los cadáveres en unos pergaminos mientras que los demás estaban revisando a los niños si no tenían algo.
El hombre parecido a Shino, que era su padre, estaban conversando acerca de la colmena, preguntándole si quería irse. El joven aburaMe se negó, haciendo asentir al hombre y transfirió una buena parte de su colmena hacia su hijo.
Después de hacer los preparativos, todos se fueron, aún con las quejas de Anko.
Han pasado dos días desde el intento de secuestro y la cosa estaba bastante fría.
Naruto era bastante reacio a hablar.
Cada vez que uno de los genins quiso hablar con el Uzumaki este más bien o se iba o simplemente se quedaba callado.
La única persona que podía hablar era Kurenai pero hasta ella tenía problemas.
OOOOOOOOOOOO
En el amanecer del tercer día, Hinata y Shino pusieron ver que Naruto se alejaba, lo hacía para estar solo. Según Kurenai se iba al lago cercano.
Los tres restantes tenían un silencio demasiado incómodo y no podían ni siquiera hablar. Los días en que todas las noches eran de risas y charlas amenas ahora eran silenciosos.
- Yo…iré a revisar las trampas… - se retiró Kurenai dejando a Shino y Hinata solos.
Después de unos segundos de silencio incómodo, Shino rompió el incómodo hielo.
- Tienes que ir con Naruto. – comentó Shino mirando a Hinata con sus lentes nuevos dados por su padre.
- Pero…. Kurenai podría….
- Sensei sabe algo que nosotros no. Eres la única persona que escucho el grito de ese hombre, yo apenas escuché su grito pero no sus palabras…quizás sea eso que Naruto…teme mirarnos.
Hinata pestañeo ante su compañero para después bajar la mirada, apretando sus manos en forma de puños.
- Iré…a llenar mi recipiente de agua. – al decir esas palabras salió corriendo hacia el lago.
- …Buena suerte.
Hinata estaba corriendo hacia el lago. No quería activar su Byakugan por temor que Naruto piense en algo distinto o raro.
Al llegar cerca del lago, detrás de un árbol, Hinata pudo ver a Naruto mirando el lago, mirando su reflejo.
Gracias a su leve cercanía, pudo escuchar su susurro.
- Creo…que todo debe terminar.
Hinata estaba un poco confundida ante sus palabras, hasta que vio su mano derecha y sus ojos se abrieron.
Había un kunai.
- ¡NO! – grito desesperada, haciendo voltear al Uzumaki de la sorpresa y cayendo al suelo por el giro brusco.
- ¿Hi…Hinata? – pregunto impactado y la Hyuga corrió al frente del Uzumaki caído.
- Naruto….por favor….¿Que pasa?
Naruto la miro fijamente a los ojos y la Hyuga se percató de su mirada…una mirada cansada…asustada…aterrada.
Aparto la mirada sin tener mucho valor en verla.
Cuando Naruto se levantó, se sentó al borde del lago y a su lado se sentó Hinata.
…
..
.
Naruto rompió el incómodo silencio.
- Tu…¿Escuchaste lo que ese hombre…
Hinata recordó vivamente esas palabras…asintió.
- Yo…yo tengo al Kyubi desde mi nacimiento…yo…yo soy un monstruo. – se abrazo las piernas temblando ligeramente ante las posibles palabras de…
- ¡Eso es mentira! – Naruto alzó la mirada ante su grito. – Se que no lo recuerdas, pero me salvaste una ocasión de unos patanes. Lo enfrentaste a pesar de todo para protegerme…tu…en ese momento fuimos amigos a pesar de todo, a pesar de ser débil tu…siempre me motivaste para avanzar y si caigo…jamás quedarme en el suelo.
Hinata alzó la mirada para ver al Uzumaki con una mirada sorprendida.
Pero no se detuvo.
- Te seguí a escondidas y…vi el trato que la gente te daba. Toda esa presión y…jamás te derrumbaste. Yo…¿Qué clase de excusa podía dar, ser simplemente débil? Yo…tu fuiste una figura a seguir alguien que jamás se rinde…hasta que desapareciste y reapareciste por una semana….no….no tuve el valor de acercarme cuando vi tus ojos…no me habías reconocido.
La Hyuga apretó sus puños con ira.
- Tuve miedo….tuve miedo en hablarte y me decía tonta a mi misma al ver tus sonrisas falsas…
- Pero…yo…yo.
- ¡No eres el Kyubi! – le gritó, sabiendo lo que iba a decir.
- …Por qué…¿Por qué?... – se pregunto el Uzumaki.
Hinata pudo ver cómo lágrimas de derramaba de sus ojos.
- Por qué te amo.
Naruto abrió los ojos de la sorpresa y lentamente retiró su mirada y la Hyuga pudo ver cómo el rubio temblaba.
- Yo…yo…no creo que sea dig…
Antes de que pudiese terminar esas palabras, Hinata lo abrazo.
Estuvieron así por unos minutos y Naruto levantó la mirada para ver a los ojos de Hinata.
Y ella le devolvió la mirada con una sonrisa.
Shino estaba avivando las llamas de la pequeña fogata. Habían pasado varios minutos desde que sus dos compañeros se fuesen y…estaba preocupado.
Detrás de sus lentes cerró los ojos para pensar internamente. Al abrirlos y levantar uno de sus propios pocos bichos para analizarlo. Asintió y dejo que enterarse en su ropa para estar en su colonia.
…
..
.
Suspiro aliviado, pero a su vez le daba una duda…algo que había ocurrido varios años atrás.
Pudo ver qué su sensei regresaba con un conejo. Obviamente su mirada desanimada y un poco culpable mostraba las verdades intenciones de irse temporalmente.
Antes de preguntar dónde estaban los genios faltantes, miro hacia atrás y ella levantó una ceja.
Naruto y Hinata llegaron al mismo tiempo. Naruto se notaba, aunque tenso, más aliviado que antes y Hinata tenía una sonrisa pero una mirada de triunfo.
Lo más curioso es que estaban tomados de la mano.
Kurenai pestañeo confundida y vio a su genin Aburame.
Ellos tuvieron una charla.
Suspiro. Internamente esperando que esa charla fuese algo positivo.
Y la verdad es que lo fue.
Al pasar una media hora sentados, Naruto siguió mirando al Aburame y asintió para si mismo.
- ¿Seguro? – pregunto Hinata un poco preocupada.
- Sin…sin mentiras.
Kurenai no iba a detener esto. Claro, si fuese por ella la "Charla" fuese en una situación y lugar no tan incómodo. Pero está es la decisión de su genin.
Detrás de su espalda tenía los dedos cruzados.
- Shino…yo…/Tienes al Kyubi.
…
..
.
El Uzumaki miro a su compañero con los ojos abiertos, sorprendido ante su respuesta.
- Co…¿Cómo?
Levantó su dedo y el mismo insecto que miró. No tenía nada particular, hasta que el mismo bicho alzo sus alas para mostrar su estómago con color rojizo.
- Normalmente nuestros bichos, al estar llenos, pueden brillar de un color azul en sus estómagos. La única cosa que nuestros bichos pudieron tener otro color fue el suceso de hace 12 años…el ataque del kyubi. Así que me hice dos conjeturas. La primera sería que tienes algo de chakra del Kyubi, sería imposible por todo este tiempo después del ataque…la segunda fue que, de alguna forma, tienes a esa bestia dentro de ti.
- …Tienes…¿Tienes algún…? – Kurenai miraba a sus dos genisn varones, un poco asustada.
La cara del Uzumaki era de sorpresa pero lleno de miedo.
Shino, por culpa de sus lentes y chaqueta era imposible ver lo que pensaba.
Hasta Hinata estaba preocupada.
- Puedo entender que…
Shino se quito los ojos.
Sus ojos mostró dos cosas.
Odio.
Y compasión.
- Quizá no compartamos el mismo…dolor… - le dijo mirando a los ojos del Uzumaki. - …pero puedo entender la carga.
Naruto miro al Aburame confundido.
- Nosotros portamos nuestros bichos casi desde el nacimiento. Somos uno con la colmena. Tenemos una mala reputación con muchas personas, desde civiles hasta nuestros compañeros shinobis. Quizás hace años nos insultaban o nos llamaron monstruos a la cara…hasta hoy en día aunque fuese a nuestra espaldas.
Shino se levantó y se acercó ante un Uzumaki sorprendido. – Quizás no portamos la misma carga, pero puedo entender ante un hermano de carga.
Naruto bajo la mirada y pudo sentir como el Aburame le tocó el hombro.
- Por eso te pido, como compañero, amigo y hermano de carga que, si piensas nuevamente en que eres un monstruo no te sorprenda ver un bicho del tamaño de un perro pequeño en la próxima comida en Ichirakure.
El Uzumaki, soportando las lágrimas asintió y levantó la mirada, con líneas de lágrimas en sus mejillas y una sonrisa. – Ya se a quien culpa si un bicho entra en la comida que este haciendo.
Shino comenzó a reír, para después siendo acompañados por Hinata.
Y Kurenai saco el aire de sus pulmones, sintiendo que hubiese sacado aire para toda una vida.
Ella esperaba que la revelación fuese en otras circunstancias y en un lugar más cómodo y seguro pero no le daría mala cara al ver este resultado.
Era de noche y estaban hablando tranquilamente entre todos…o casi todos.
Aunque el ambiente era más o menos y era casi similar antes de que esos rufianes llegasen, Naruto aún estaba callado…más bien ido.
Cada vez que alguien lo "Despertaba", daba un salto de susto, era como si estuviese concentrándose en algo.
Y al llegar a la hora de la noche, Naruto asintió para si mismo y se levantó, siendo mirado con curiosidad por todos.
- No más mentiras.
Todos se miraron algo confundidos.
- ¿Paso…algo? – pregunto Kurenai.
Naruto asintió – La verdad….de lo ocurrido en mi día de nacimiento… - comenzó a hacer sellos ante la mirada curiosa de casi todos.
Kurenai era la única con los ojos abiertos impactada.
Y el cuervo observando con atención cada detalle.
Había una bola de cristal, mostrando la vista del cuervo con un tinte casi rojizo.
- Nadie vivo sabe lo que ocurrió de verdad…¿Será que el joven aprendió algo más que el Kage Bushin? – Pregunto curioso el hombre, mira mirar a su maestra.
Mariposa, tomando una taza de su té.
- De ser así, muchas cabezas estarían en el suelo…no…un único testigo estuvo presente desde el minuto uno de esa noche infernal.
El sujeto inhaló de sorpresa ante la respuesta. - ¿¡P…Pero eso es un peligro?!
- Quizás gusano… - se inclino más adelante para ver su rostro ante el sujeto que ya estaba acostumbrado… - Es hora de ver lo de verdad ocurrido el 10 de octubre…el día de nacimiento de Naruto Uzumaki…y mi razón de aún tener pulso.
Kurenai lo quiso detener ante de que terminase el jutsu, pero era demasiado tarde.
Al terminar los sellos y poner su mano en el suelo, hubo una gran explosión de humo que tomo desprevenidos a los genins.
Todos tosieron hasta que poco a poco el humo se disolvía, mientras se disolvía todos pudieron ver una silueta entre el humo.
Todos abrieron los ojos cunado el humo de desvaneció para mostrar al ser.
- Saludos, equipo 8. – saludo una voz femenina pero gruesa. Era un ser cuádruple de un pelaje naranja rojizo, ojos de color naranja con una mirada serie pero divertida y sus nueves colas sondeando detrás del ser. Menos uno que estaba detrás del Uzumaki, mirando la ser impactado, aparentemente era la primera vez que lo veía en persona.
- Ky…Kyubi… - susurro entre impactada y en shock al ver a la bestia que, por un tiempo, le daba pesadillas cuando pudo ver muy de cerca su ojo en su ventana cuando era mas joven.
Las únicas personas que, aunque temerosas, tenían mas curiosidad que miedo.
- Esperaba algo más…tétrico. – comento Shino sin pensar.
Kyubi simplemente expreso con una sonrisa. – Lo tomaré como un cumplido, Aburame-san.
- Eres…más bonita de lo que imaginaba… - susurro Hinata haciendo sonreír al Kyubi.
Cuando Kurenai salió del shock al ver a la bestia tamaño perro, busco desesperadamente a Naruto y ahí estaba, justamente al lado del Kyubi como si nada y una de sus colas rodeándolo gentilmente.
Si antes estaba aterrada, ahora estaba bastante confundida ¿Dónde está esa bestia que vio hace años?
¿Acaso paso algo antes o…
Kyubi, al ver la mirada perpleja y perdida de Kurenai, suspiro y miro al Uzumaki. – Ya es hora que sepas que ocurrió esa noche…lo que de verdad paso.
Naruto, asintiendo seriamente, se alejo del Kyubi para estar con sus compañeros y detrás de ellos su sensei algo tensa, menos que antes pero con la guardia en alto.
Antes de que pudiese hablar, Shino levantó la mano, haciendo que Kyubi alzase una ceja.
- Pregunta.
- ¿Tienes la capacidad de cambiar de tamaño a voluntad?
El Kyubi sonrió ante su duda, sabiendo por donde iba.
- De poder, puedo. Pero cambiar de este tamaño, o uno mas chico, a un tamaño enorme como esa noche me tomaría varias horas. Si lo hago deprisa me podría tomar entr horas pero no estaría en mi total capacidad.
Shino asintió ante su respuesta, hasta Naruto asintió que esa era la verdad.
Pero había una que no estaba muy conforme.
- ¿Por qué le hiciste esa pregunta? – preguntó Hinata.
El Aburame giro su cabeza para mirarla. – En una ocasión le pregunté a Kaachan lo ocurrido en esa noche. Un minuto todo estaba tranquilo como cualquier noche y al siguiente ocurrió esa… - Kyubi asintió, sintiendo una mirada un poco temerosa – …desagradable noche por esa bestia. Y sabiendo que no puede cambiar a tamaño de forma instantánea sin que nadie se percate o seríamos el hazmerreír de todo el mundo al frente de nuestras tumbas.
- ¿A qué quieres llegar? – pregunto Kurenai curiosa ante lo que comentó su genin.
- Hay 3 motivos. El primero es que el Kyubi hubiese dado un salto de proporciones bíblica, algo imposible ya que hubiese aterrizado en medio de la aldea. La segunda fuese que sepa algún jutsu de teletransportación, imposible por la primera razón. O la tercera… - miro atentamente al Kyubi - …nos está mintiendo.
Kyubi sonrió ante su tercera opción. - ¿Cómo estás tan seguro?
- Estás en el cuerpo de Naruto-kun. Pudiste hacer algo para que todas tus palabras fuesen verdaderas o falsas…o hasta le distes esas habilidades sensoriales. – respondió Hinata, haciendo que Naruto la viese para después mirar al Kyubi.
Aunque ella asintió dándole la razón, aún tenía una sonrisa y mirándola. En vez de apartar la mirada, la veía ferozmente.
Ella bufo.
- Lastima que Kushina no estuviese con nosotros. – susurro para ella misma. – Respondiendo a tu pregunta, Naruto es una casa y yo estoy en ella en un cuarto pero completamente aislado sin puertas ni ventanas. Aunque quisiera no podría manipular su detección de mentiras. – miro a Naruto de una manera seria. – Soy Kushina.
Naruto pestañeo algo curioso. – Está…está mintiendo.
- Si quisiera, podría haberle mentido a Naruto desde el inicio, hace varios años ya sea para manipularlo o…matarlo. Y no, no tengo nada que ver con sus habilidades sensoriales hasta cierto punto.
- ¿Cierto punto? – pregunto Kurenai.
- La única habilidad sensorial que se atribuye gracias a mi es su capacidad de sentir las emociones humanas. Su habilidad sensorial y su detección de mentiras está completamente fuera de mi poder y control.
Naruto suspiro aliviado ante sus palabras.
- Alguien tiene otra pregunta… - miro a su alrededor y nadie tenía otra duda en mente. – Bien. Todo comenzó el 10 de octubre…el día de nacimiento de Naruto cuando Kushina estaba dándote la luz e intentaba hacer que el parto salga con el mejor pie, como dirían los humanos.
- Espera…quieres decir…¿Eras el jinchukiri de mi Kaachan? – pregunto Naruto y ella asintió.
- Es algo ocurrido cuando Kushina era una niña, pero eso es una historia para otro día. Cómo sea, estaba dando la luz y solamente habían doctores alrededor, una anciana desconocida para mí y, escondidos, algunos anbus.
- ¿Quién sabía este nacimiento? – pregunto Kurenai para ver si podría hallar alguna respuesta de lo ocurrido esa fatídica noche.
- Por parte del padre, ni idea, pero por parte de Kushina solamente lo conocía Danzo y Yugao. Hasta Kushina convenció a esa momia de solo mandar algunos anbus raíz para su seguridad…me preguntó si hubiese mandado el pelotón que ofreció…o toda la organización...hubiese cambiado algo.
Kushina tenía los brazos cruzados asintiendo con la cabeza, pero había una duda. - ¿Gai?
- ¿El hombre loco? Estaba fuera de la aldea cuando ocurrió mi…alboroto. Creeme, ese lunático es la única la persona en toda Konoha…en todo el mundo en ganarle una discusión y salir vivo.
Kurenai y Naruto pestañearon asombrados ante la importancia de Gai que tenía.
- El parto estaba yendo bien…perfectamente bien hasta que llegó…ÉL.
- ¿Él?
- No estoy segura que paso después del parto, pero el de alguna manera me saco de Kushina y estábamos en viejo sabe dónde. Lo último que recuerdo eran sus ojos…unos ojos que jamás olvidaré…después perdí el conocimiento hasta… - levantó su pata derecha, precisamente una garra. - …mate al padre y Kushina defendiendo en su último aliento a su hijo y el resto es historia.
Kurenai estaba curiosa por qué jamás menciono el nombre del padre, todos estaban confundidos.
Hasta que recordó algo…
- No…no puede…¡¿NO PUEDE SER?! – grito alarmada Kurenai.
Los 3 genins miraron su sensei asustados por el grito. Hasta que Hinata recordó algo que escucho a su padre hace años.
- Minato estaba al lado de una mujer…des…
Shino y Hinata miraron a Naruto con sorpresa e incredulidad. Naruto estaba perdido.
Poco después, abrió los ojos y comenzó a temblar. - ¿Por qué…
- ¿Cómo puedes preguntarle a un padre que sacrifique a su hijo si no puedes sacrificar al propio?
Naruto estaba temblando y Hinata se lanzo y lo abrazo. Shino se puso de su lado y puso su mano en el hombro.
- Ese…maldito…¿Lo sabía?
Solo un simple movimiento de cabeza fue todo lo que necesitaba para hacer que Kurenai diese un grito en el cielo y golease un árbol, dejando una importante marca y una ligera mancha de sangre.
Y un cuervo observando todo.
Pero había una duda más.
- Esa persona…familiar…¿Quién era? – pregunto con un nudo en la garganta Naruto.
Y palabras hicieron que los sentimientos de todos fuesen a un segundo plano.
- Madara Uchiha.
Todos miraron al Kyubi como si le creciese una segunda cabeza. Nadie quería decir el obvio zorro gigante de la habitación pero nadie dijo nada.
Nadie menos uno.
- ¿Te has enfrentado a Madara antes? – pregunto Kurenai, con voz algo rabiosa mientras se ponía un ungüento en su mano lastimada.
- Hace muchos años.
- …¿Es posible que no sea otro Uchiha?
- …Explícate.
- Quizás ese sentimiento que tuviste al ver a ese Uchiha sea igual con otro usuario. ¿No es posible, sabiendo que Madara fue el único Uchiha que te has enfrentado?
- ….. – después de un largo silencio. - …Aunque las posibilidades no sean cero, daré el voto de confianza. Pero seguiré en mi decisión que esa maldita rata de ojos rojos es Madara.
Aunque Kurenai le quería decirle algo más, estaba contenta de que tuviese la mente abierta ante esa pequeña posibilidad.
Pero de ser así, de que fuese otro Uchiha.
…
¿Quién sería el responsable y que quería...cuales serían sus objetivos?
Miro a su alumno con una mirada asombrada y obviamente en una pelea interna ante el responsable.
¿Lo iba a buscar nuevamente?
Pasaron varios minutos y Kurenai estaba a solas con Kyubi…o Kurama, que ese es su verdadero nombre ya que, en sus palabras, el equipo 8 le cayó bien.
La razón de estar caminando a solas en el bosque, lejos de los genins, era tener una conversación a solas.
Cuando regresaron, Kurenai tenía una mirada bastante pensativa mientras miraba a Naruto.
- Me despido. Espero que nuestro próxima encuentro sea menos dramática. – todos asintieron ante su comentario sarcástico y desapareció en una neblina rojiza que fue directamente hacia Naruto.
- Que día. – comento Naruto y todos asintieron.
- ¿Todas las misiones son así? – preguntó Naruto mirando a Kurenai con una mirada decidida.
- De ser así, mi pelo estaría tan blanco como la luna…hijo.
Naruto se quedó perplejo y volteo la mirada lentamente hacia Kurenai y está, con una sonrisa, asintió.
Naruto trago saliva y se acercó lentamente hacia la jonin.
- Por…por lo menos…no será…constante…Ka…Kaachan.
Kurenai lo abrazo, haciendo llorar a lágrima viva a Hinata y a Shino quitándose los lentes para limpiar el líquido en sus ojos.
Todo estaba yendo bien…hasta que…
- ¿Naruto? – pregunto Kurenai al escuchar un gruñido de dolor. - ¡Naruto!
Grito desesperada cuando comenzó a gritar de dolor, acostándolo y para su preocupación sus ojos salían líneas de sangre.
Tan rápido que vino, se fue y, al abrir los ojos, todos se quedaron sorprendidos.
- ¿Qué…qué pasó?
Sin responder, Kurenai saco su bandana, la limpio un poco, y lo uso como espejo improvisado.
Los ojos de Naruto se abrieron.
Si, va a ser una noche aún más larga.
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