La bocina se repitió un par de veces, Tigresa concentrada en su cuaderno y los ejercicios, no se quería levantar e ir; la hiena le pone la mano en el hombro y ella se levanta, con cara sería.

Ven. — le dice al panda pasando por su asiento, este se levanta y la sigue

Bien hecho idiota, mira lo que provocaste — dice uno de los compañeros antes de que salgan.

Llegando, Po toca el botón del ascensor

Po, escaleras. — él la mira y echa la cabeza hacia atrás y la sigue, subieron piso, tras piso, topándose de vez en cuando con alumnos y profesores, llegaron a la recepción y pasaron por el pasillo hasta la dirección.

El león estaba firmando unas cosas, mientras estaban sentados esperándole.

Vaya, ni un día aquí, y ya te has metido en problemas, ¡propio de un Hammerfield! — dice el felino dejando de lado el bolígrafo y juntando sus manos.

Podríamos dejar el protocolo de tomar como escoria mi apellido, para que termine de decir lo que tenga que decir. — dice el panda recostado en el asiento; Tigresa lo ve sorprendida por su tono.

Señor, creo que no es prudente… ver su apellido como algo "llamativo" — ahora él le ve.

Tigresa, y tu, estoy sorprendido, no sueles hacer escenas… ¿te hizo algo? — ella suspira

Le dije que era una tonta. — interrumpió el panda rodando los ojos — supongo que tenía razones para…

Golpear un alumno no está permitido Señorita Own — dice el león.

Pero si a él lo golpearon ayer y los hermanos osos esos no tuvieron consecuencias — dice señalándolo

Fueron advertidos, tal como a ti la primera vez — el panda sonríe al escuchar eso; a la felina se le eriza el pelo mientras ve como el león sella una pequeña nota, luego la levanta — espero esta sea la última. En cuanto a ti Po, dado tu historial previo a este instituto, no lo tomaré en cuenta para futuras sanciones, así que estas limpio, ¡Ja!, puedes dar un golpe sin consecuencias… — le sonríe

¿Entonces puedo golpearlo a usted y no tendré consecuencias?

¡Po! — exhorta la felina, aun con cejo fruncido viendo la nota en el escritorio.

JAJAJA no, que va, eso sería expulsión inmediata, y no quieres eso — el panda bufa — eso si, te daré esto, es una nota para tus padres; asegúrate de que lean la parte donde dice expresamente que los alumnos entran por la puerta de enfrente — Po la toma doblándola con cuidado, a modo que quepa en su bolsillo — chicos, no peleen… estamos haciendo reformas importantes, tanto al instituto y en las personas, recuérdelo — dice ladeando el cuerpo señalando con la mano el cuadro que había colgado Tigresa la noche anterior — aprovechando que tenemos un panda con nosotros es la oportunidad perfecta para posicionarnos entre los primeros institutos full especies. — dice con una gran sonrisa viendo al panda — así que Po, pórtate bien lo suficiente, al menos para esto funcione y así podamos empezar a borrar ese pequeño… estigma en contra de tu… raza. — dijo esto último mirando con altivez.

¿Ya acabamos?, las ilusiones no son lo mío… — la tigre ve al panda levantarse para irse, abre la puerta y ella se levanta.

Tigresa, tu no. Quédate — le sonríe; Po rueda los ojos y se va, cerrando la puerta. Esperaron un minuto sin decir nada, mientras sonaba el tic tac de un reloj, ella miraba el escritorio sin verle, quieta — revisa.

Tigresa se levantó y abre la puerta, no había nadie en el pasillo, más allá de la recepcionista al fondo de este. Tigresa cierra y vuelve a su asiento. El león, se apresura a destapar la cabeza de un león, para sacar un poco de polvo raro de el, sobre la mesa.

¿Qué quiere decirme?, si en verdad es por la pelea que tuvimos… lo arreglamos, está bajo control el panda… por hoy, al menos — se cruza de brazos, observando aspirar el polvo y lamer el sobrante. Ella mira sorprendida

No, que carajo. Se bien que eres capaz de controlar a ese peludito jeje.

Entonces, ¿Era necesaria esta not…? — sin terminar y levantando la nota, el león toma esta, arrugándola y metiéndola en su bolsillo

Esas notas debo ingresarlas primero en el sistema, para que sean efectivas dentro de tu historial — dijo despreocupado, eso relajó a la felina quien despreocupó su postura — ese panda, por ejemplo tiene diez y seis notas de estas en más instituciones y clases privadas qué cualquiera que haya visto pasar por aquí. Eso sí es de preocuparse.

Tigresa mete sus garras en sus rodillas escuchando sus palabras.

El simple hecho que esté aquí es por la desesperación de sus padres — dice viendo al techo — mantenerlo aquí es prioritario para ganar los méritos suficientes donde otros fracasaron; además esa es la promesa para aumentar nuestro presupuesto…

¿De eso se trata entonces?, creí que era porque quería lograr que cambie y todas esas babosadas que dijo al respecto — dice viéndole sería.

¡Claro!, si cambia lo suficiente, se mantendrá aquí, y si se mantiene aquí nos darán el visto bueno y luego… el cielo es el límite — señala con el dedo con gran sonrisa — un panda y encima un Hammerfield; es una oportunidad una en un millón

Es utilizarlo de una manera muy rastrera, por dinero… — dice ella viendo la ventana.

El dinero es importante, si… además No es nada diferente a lo que harías tú… — dice viéndola cautelosamente — ¿sabes cuantos pandas estarán dispuestos a entrar una vez él salga de aquí?, piensa en las futuras generaciones, señorita Own…

Generaciones… si. — dijo dejando volar su atención al cielo detrás de esa ventana. Empezaba a pensar en su pasado hasta el día de hoy, fijándose en la cara de aquel panda. Chasquea los labios — como sea; supongo querrá que lo siga vigilando para que no se meta en problemas.

Claro, eso es exactamente lo que deseo. Pero es importante evitar conflictos entre tu y él, ¿comprendes?, por eso la nota… te ayudará a que él piense que no debes meterte en problemas — Tigresa suspira — ¿ves?, todos ganamos.

No sé cómo exactamente eso ayudará, pero conque no haya sido real, me es suficiente.

Salió y volvió, aunque antes de bajar al piso correspondiente de su salón, miró el ascensor por un segundo; negó y llegó al salón, miró al panda y se fue a su asiento. Entre clases se comportó usualmente, haciendo sus ejercicios, leyendo sus lecturas y trabajando en lo explicado por el profesor, pero aún así dirigiendo una fugaz mirada al panda que al aparecer se comportaba adecuadamente en clase. El receso llegó junto a las campanadas que lo indican.

La hiena junto a Tigresa se dirigieron a donde usualmente comían su almuerzo, aquella banca bajo la sombrilla, sacó su libro casual y distraída comenzó a leer.

¿Te pido lo usual? — dice la hiena de pie con las manos en la cadera

¿Ah?, si, si… — dice la felina mirando a su alrededor, esperando ver al panda, pero no lo vio. Pasaron minutos y seguía si aparecer cerca, ella suspiro cerrando su libro, fue ahí cuando la hiena regresó con la bandeja de comida.

Entonces… ¿si te sancionaron? — pregunta la hiena, al verla de brazos cruzados y sería. Tigresa la ve

Si. Por culpa de ese tonto — responde sin expresión

Tranquila, si te dejas llevar por como te sientes, solo habrá más problemas — dice esta, Tigresa le vuelve a ver de reojo — aunque es patán se lo merecía y más; como yo aún no tengo advertencia, podría pegarle una patada en la entrepierna, ¿qué dices?

Karia… — dice la felina sonriendo y tomando uno de esos panes rellenos. Comiendo pensó de nuevo en donde podría estar el panda.

Te noto distante, un poco más seria de lo normal… — la hiena trata, y mueve nerviosa los dedos por la mesa — oye debo contarte algo… ah… pero… — la felina la voltea a ver mientras come — aunque creo no es el mejor día para hacerlo; quizá mañana, te prometo hacerlo.

Karia, ¿Por qué dilatarlo?, solo cuéntamelo, es mejor pasar los tragos amargos de una sola vez…

Ay, chica… es que es algo doloroso — dijo la hiena cruzando sus dedos. Tigresa suspira

¿Murió alguien que conocemos o has perdido algo que te regalé? — dice la tigre desviando sus pensamientos hacia lo que tenía que decir ella.

Ah, es sobre Toc… ya, lo dije — dijo moviendo las manos de un lado a otro cerrando los ojos. Tigresa alza una ceja

Es cierto, no he llamado a Toc desde hace tres días, préstame tu teléfono

No… — se niega la hiena — Tigresa, lo siento pero Toc te está siendo infiel. — la felina sintió bajar algo a su pecho abriendo los ojos y ensordeciendo un poco su oído.

Dame el teléfono… — dijo con el cejo fruncido

No, Tigresa. Intento cuidar tu salud emocional…

Karia, si me estás mintiendo enserio que estas muerta. Dame el teléfono, le hablaré — dijo extendiendo la mano con autoridad, respirando un poco ansiosa.

Fue en su cumpleaños Tigresa, se que estaba ebria; pero creo, haberlo visto besándose con otra… en… en un sofá. Y Frank evita el tema, sa-sabes que son amigos y… — dijo con sumo nervio

El teléfono, Karia — dijo con una mano en rostro y la otra extendida.

Quizá si me equivoco y… y… no es así; Tigresa, lo siento — dice dándole por fin el teléfono; la felina se levanta y marca su número, la primera llamada no la contesta, caso contrario de la segunda.

Hola cariño, ¿Qué tal estás?

Ey, Tigresa… estoy bien, ¿cómo estás bebé?, ¿todo bien?, no habías llamado los últimos días…

No, lo siento; ya sabes me estresa estar al mando de todos aquí jeje… — ella traga grueso — oye…

No, creo que no — dijo frunciendo el cejo y con tono más serio — Toc, ¿Cuánto tiempo llevas con esa otra chica?

Toc, responde…

No me tomes por estúpida, Toc…

Idiota, varios te han visto con otra; estoy hasta la coronilla de que me lo restrieguen en la cara, por eso no te había hablado antes… —miente. La hiena quien escuchaba con el semblante decaído miraba sus expresiones de enfado, quería quitarle el teléfono, seguían discutiendo — que idiota eres, ¿solo por eso?

Eso fue solo una vez… — dijo entre el enfado

La felina comienzan a respiras con acelero, intentando calmarse.

Toc… — susurra, en un tono diferente, más calmo — Creí que ibas a ser honesto conmigo…

¿Cambiar?, dijiste que me querías tal como era y que no cambiara nunca — dijo en tono burlesco, pero bajo.

Toc… dímelo a la cara

Eres un cobarde… ¡Ahg!

— cuelga.

¡Toc!, maldito infeliz… — ella le marcar de nuevo, al no contestar, vuelve a llamar, pero la hiena interviene quitándole el teléfono

Basta nena — suspira, colgando — eliminaré y bloquearé su número, se acabó — Tigresa con los dedos en la sien es llevada por su amiga a sentarse. La hiena hace lo que dijo — al menos me quité la espina de contártelo, no iba a ser cómplice de ese baboso.

Que idiota, mentiroso, cobarde — dijo llevándose las manos a las orejas con cierto rencor y los ojos llorosos.

¿Qué cosas feas te dijo?

Eso que importa… lo importante es que ya soy libre de ese… bruto — dijo apagada tanto en ímpetu como ánimo

Tigresa, lo siento… ojalá te lo hubiera contado mañana o antes — Tigresa miraba aquel penecillo relleno que aun quedaba, tenía ganas de comer, comer y comer, pero en su lugar derramó una lagrima; la hiena lo nota y la abraza, quitando la lágrima, sonriéndole — vamos, cariño, estarás bien, vales más que cualquier cosa que te haya dicho. Los hombres siempre mantienen afilada la lengua, como una de las espadas de esas historias que lees — frota su melena contra ella, y luego peina su cabeza

Gracias Karia — le sonríe — animarme es difícil. Aunque, sabes, tenía mis sospechas desde antes…

¿Fue eso lo que sucedió el día de su cumpleaños? — la felina asiente, lento — oh, ¿Quién más te lo dijo?

Nadie… se volvió más desafiante conmigo al punto de reprocharme demasiadas cosas — la hiena ríe a lo bajo, apartándose un poco — quería obligarme a ser… algo que no quiero — dijo rascándose el brazo y viendo al pan

¿Algo… sexual? — susurra con algo de temor. La felina niega

Es un cobarde, jamás llegó a pedirme cosas así… y tampoco hubiera accedido, si es que estás pensando estupideces — la hiena niega con una mano.

Tigresa, no, que cosas dices… esas cosas son, bueno… bastante personales — dice sintiéndose cohibida, por ello abotonó su camisa y ajustó su corbata — lamento haberte sugerido lo de las fotos sexis, vale más que no lo hiciste… quien sabe lo hubiera hecho con ellas ahora — Tigresa veía el pan, mirando con desánimo. De repente el celular de la hiena empieza a sonar, la felina levanta las orejas — jeje no, tranquila, es mi chico… y aunque quisiera no podría llamarme, bloqueado por imbécil. ¿Si nene? — responde el teléfono — Claro que si, estaré ahí — la felina nota el tono con que le hablaba, uno más dulce y calmado; como se le dibujaba la sonrisa incluso — si, solo dame un segundo… y te contaré el chisme; porque tenemos que hablar seriamente de un par de cosas tu y yo… si… si… de él… adivinaste Frank. Ya voy, Chao cariño — cuelga — Tigresa, debo dejarte, Frank dice que debemos hablar sobre… bueno Toc. Parece que lo llamó igual.

Espero no… sea algo malo — dice preocupada — qué esto no trascienda a su relación también

Cariño, en las relaciones entre hienas, los pantalones los traemos nosotras — dice señalándose, la abraza, cargando su maletín y le da un beso en la mejilla, para despedirse — te invitaré un helado después.

Tigresa se queda sentada sacando aquel reloj de su bolsillo, mirando la hora.

"Aún queda bastante tiempo… "—se levanta y carga su maletín y camina si rumbo alguno, perdida en sus pensamientos, sin expresión definida, pero aun así decaída —"Me está afectado más de lo que creí, ni siquiera me gustaba del todo Toc; simplemente hirió mi ego, yo debía cortarlo primero" — Idiota. — caminó de regreso al salón, abriendo la puerta y cerrando notó qué el panda estaba ahí, apoyado en la mesa de su escritorio —"¿Dormido?, que holgazán… podría estar practicando las clases que lleva en retraso y con calificaciones peores" — pasó de largo y se sentó en su mesa —"Bueno, chicos que quieran ser mi pareja sobran, quizá el pequeño de primero, el de las tres rayas en la frente sea más servicial "—pensó con una sonrisa decorosa, hirviendo en rabia, mientras pensaba en ese tigre y la palabras que le dijo por teléfono —Idiota —"Debería mandarle una foto provocadora para que vea de que se pierde… ay, no ¿Qué estoy pensando? "— Idiota… — "No puede afectarme esto… "— Idiota — "¿y si me disculpo?, podría ser mejor, digo si puedo ser más cariñosa… "—No, idiota…

Cállate carajo… — dice el panda despertando.

Vuelve a dormir holgazán…

Eso intento — dijo apoyando la parte superior y la cabeza en la mesa, cerrando los ojos. Tigresa lo ve, tranquilo e intentando dormir

Tu — llama ella. Po frunce el cejo, volteando la cabeza al otro lado — Bien, podría hacer que este tipo le diera una paliza a ese tonto… — ¿Seguirás haciendo lo que te diga?

Me dijiste que vuelva a dormir, pero haces mucho ruido

Aquí todo el tiempo hacen ruido, es un instituto — dice pasivo agresiva levantando las garras. Oye exhalar al panda.

Necesito que golpees a alguien…

No. No voy a golpear a nadie aquí… el idiota de la cima de la torre, ¿recuerdas?

No es de este instituto, es de afuera. Es un particular — dijo desde su asiento, luego se levanta y se sienta en la silla de la mesa de al lado — quiero que golpees donde sea, pero que sufra y que le digas "Tuviste que jugar bien tus cartas" … Hamm… "gato", no sé algún insulto que suene fuerte al final. — el panda voltea riendo, se levanta

Debes estar de broma — la felina desvía la mirada — apenas llevo un día aquí y quieres que vuelva a la calle a molestar gente que ni conozco. ¿Dónde quedó lo de "debes cambiar, ser mejor", y todo eso con que me bombardean ustedes? — la felina mira al suelo

Puedes cambiar mañana… o pasado

Tu favor acaba hoy… — Tigresa frunce el cejo. Se levanta y apresura el paso, tomando aquel pan envuelto qué se trajo del almuerzo.

Ten, puedes comerte este pan; es bueno — se lo ofrece al panda.

Jaja Así no funcionan las cosas — dijo apartando el pan y sentándose derecho

Hoy… hoy no puedes pegarle a ese tipo, porque no se donde está, pero mañana o pasado mañana si… puedo traerte más comida si quieres, ah, no sé, ¿bambú? — él alza una ceja

Muy estereotípico el comentario, pero así no funciona, yo debo pedírtelo… y tu dármelo sin reusarte — La felina mirando el pan, y sin palabras que decir, destripar el pan frente a él y lo tira contra el pizarrón

¡Vete al diablo entonces!, ¡Uurgg, mentirosos idiotas!, tu, ese otro idiota, ¡todos! — dijo levantándose y limpiando su mano con una hoja que arrancó del cuaderno encima de esa mesa donde estaba. Po la mira con seriedad — tu y esa promesa, seguro son una mentira.

No miento…

Cállate y limpia la maldita pizarra — dijo enfadada, sentándose llevando su mano a su frente. El panda se levanta y suspira, agarrando su cuaderno, para arrancar hojas y limpiar la pizarra; escuchaba gimotear a la felina y respirar rápido, hasta que se tranquilizó; él por otro lado ya había visto esos comportamientos, y esperó a que se tranquilice. Una vez limpia la pizarra y recogido el pan se para frente a ella con las manos en sus bolsas

¿Qué te pasa?

No vas a empatizar conmigo, así que vete al carajo… Po — dijo enfadada. Viendo al suelo

¿Eso quieres? — ella lo mira, destapando su rostro.

Haces lo que quiero cuando te conviene, ¿no?, eres un inútil

Tu te aprovechas igual, porque te conviene. Lo que me pides no me conviene y creo que tampoco a ti — dice sentándose.

Cállate, yo se bien lo que me conviene

Como digas… — el sonríe cerrando los ojos y recostándose en la mesa sobre sus brazos.

Me da asco esa frase… — se levanta y suena la campana — por cierto, quiero que te eches en el suelo hasta que llegue el próximo profesor, idiota.

Po exhala con fastidio. Pero hace lo que dijo. Como no fue de otra manera los alumnos empezaron a llegar uno a uno viendo al panda tirado ahí, unos pasando de él, mirándolo extraño, otros riendo y otros a modo de reto lo saltaban; en su lugar la felina miraba con desdén todo, hasta que llegó su amiga, quien fue otra que vio raro al panda

Que forma más estúpida de ver bajo la falda de las chicas, idiota — dijo la hiena al lado, el comentario hizo apartar a algunas chicas del panda quien solo tenía un brazo encima de la cara. La diversión terminó cuando la profesora antílope llegó y ordenó a Po levantarse, quien lo hizo.

Ignorando los papelitos que le tiraban el panda sostenía su cabeza en su mano, mientras garabateaba en su cuaderno, poniendo atención a la profesora, desviando la mirada hacia la única persona que contestaba las preguntas de la profesora; Tigresa. Una y otra y otra y otra vez…

Cariño, que no te afecte — dijo evitando que la siguiente pregunta la contestase ella; la hiena le susurra a su enfadada amiga, pues la felina contestaba para despegar su mente.

Pasó una clase y luego otra. La felina se levanta recibiendo una serie de papales de parte de una osa de secundaria menor; pasaba por algunos asientos repartiendo dichos papeles, en su mayoría eran cartas, notas de dirección, de profesores, paquetes, anuncios, dirigidos a algunos alumnos, una de ellas era para Po, le importó poco abrirla frente a todos para leerla y luego se la estampó en la mesa, haciendo que el ratón temblara.

Vaya, te odia… — dice el ratón

Púdrete Quiz — dice la felina, a lo cual muchos se sorprenden, pues ser mal hablada no era lo suyo; viéndola varios luego voltearon a ver al panda.

¿Qué? — responde éste.

Que esté enfadada es tu culpa — dice una leona al frente, enojada.

Ni un día aquí y has jodido todo — una pantera habla también.

¿Sabes que Gangan dejó de venir al instituto desde que se enteró que un Hammerfield iba a entrar? — murmuró una Boa a sus demás amigas boas. El panda restó importancia, pensando en casa, tomando la nota, la saca de sobre; era sobre el traje del instituto, ya estaba terminando y debía ir por el al término de clases.

No te sientas mal, acá todos sobreviven por la indecencia — dice el ratón, señalando a todos — no te aconsejo abrir la boca demasiado con alguna de estas arpías — varias de las que hablaron le gruñen — y vas bien, demasiado bien, la única de fiar, ya le caes bien… — ambos voltean a ver a Tigresa.

La última clase finalizó y Po fue el primero en levantarse aún si salir el profesor, cosa por la que varios se quejaron; este enseñó la nota al profesor, pero este le resto importancia dejándolo salir

Y como les decía, mi esposa… — el profesor pantera continuó su historia, el panda salió, entre todos los alumnos se hizo paso hasta la sastrería del instituto. Toca la puerta.

¡Entra! — él lo hace, dentro estaba una antílope probándose su traje, mira al panda y le estira la cara —Bah, deja de ser tan prejuicio ciervo tonto — el mono le tira un pedazo de tela; el antílope se va — pasa, pasa. Trabajé gran parte de la noche en tu traje, pruébatelo

Gracias. — Po se pone el traje con cuidado, entro al vestidor; cual era una simple pared de tela — el pantalón… ¿debe ser tan suelto? — pregunta desde dentro.

Eres un chico grande, un poco de soltura no te hará daño, ¿el traje está bien?

El traje es perfecto. — el mono chasque los dedos en aprobación. Po sale y se ve al espejo, un traje gris, igual al de la mayoría — no está mal.

¿Quieres té? — Po asiente. El mono se sienta en su banquillo. — tengo mucho tiempo de no tomar las costuras para un panda.

Si, son un poco herméticos — dice él tomando el té — espero no haber sido molesto ayer, sé que hizo… preguntas.— el señor mono niega con la mano

Claro, los pandas deben ser así, es lo que recuerdo. No son altaneros como ciertas familias venidas de los fundadores, a excepción de los Hammerfield… — lo señala, el panda se limita a beber su té

¿Decide decir lo que todos dicen? — pregunta el panda terminando su té

Para nada; soy un humilde sastre, mi vida ha sido larga y se acorta, como para desperdiciarla en prejuicios jmjmjm — ríe, señalando a quien estaba a sus espaldas. Era Tigresa. — fue una corta pero agradable charla señorito Po.

¿Qué haces aquí? — pregunta el panda quitándose el traje, metiéndolo en su bolsa.

A darte los lineamientos de uso de tu traje; no es ropa cualquiera, señor Hammerfield… — dijo en tono y semblante más parecido al que conoció aquella vez

No importan mucho, Tigresa — dice el mono, entregándole la corbata, gris y roja al panda — siempre es un placer cocer un buen traje

Debes portarlo dentro del instituto siempre, no… — ve como se quita los pantalones, voltea al lado, cerrando los ojos con fuerza — lo dañes, ni manches; fuera del instituto trata de portarlo, identificará a donde asistes, en caso de perdida e identificación, tu apellido estará gravado en el interior del traje; usarás camisa de espectros bajos, debajo con la que portarás siempre tu corbata… — él se terminó de poner los pantalones y el suéter que traía — los pantalones deben ser… a fines con el traje… — dice frotando sus ojos suspirando con algo de fastidio. — ¿queda claro?, que no se repita lo de hoy por la mañana, asegúrate de que tus padres lo sepan… — esperó alguna respuesta de él, bañada en burlesco tono. Lo mira, esta con una mano en la bolsa y la otra cargaba la totalidad del traje.

¿Algo más antes de que acabe este día…? — dice viéndola, la felina respira hondo y niega. El panda pasa de ella y se va.

Escuché lo que pasó en la mañana entre él y tú — señala el mono con una regla, ella miraba al suelo — las noticias pasan volando. Podría hablar con el director para que… la sanción que te hayan puesto, no amerite algo en el expediente.

Está bien así. Solo debo hacer bien mis obligaciones — dice sirviéndose té sin preguntar

Tampoco seas tan duro con él, no se mucho del muchacho, pero tiene… algo — dice limpiando una manga de un traje

¿Algo…? — dijo de brazos caídos viendo al suelo, dejando el té en la mesa.

En mi vida solo e conocido a pocos pandas, tres, quizá cuatro, ninguno Hammerfield, y en todos noto lo mismo, encierro — dice enhebrando una aguja — muchos de ellos forman familias numerosas en el afán de no sentirse solos, institutos propios o círculos sociales de alta estima.

¿Dice que él es diferente, por qué… esta solo? — dice la felina cruzada de brazos. Él no dice nada — Que cliché… — rueda los ojos.

Jojojo… claro, así sería de no ser que es un Hammerfield, y todos sabemos que ellos nunca lo están. Mientras en los demás miré barrotes… en el vi… libertad. — ello hizo incomodar a la felina, pero de su sorpresa — Sabes bien que no tengo prejuicios, pero mi deber es al menos, advertirte sobre posibles peligros… y un Hammerfield, no suele estar acompañado de bienaventuranzas.

Esta bien señor Chow; lo tendré en cuenta… investigaré más de… los Hammerfield, también. Me está empezando a hartar qué todos sepan más que yo. — ella se dispone a salir y abriendo la puerta el mono la detiene con sus palabras.

Es un buen chico jiji…

Por la noche, después de la reunión semanal del Consejo de cursos; una reunión para discutir temas de índole de calidad de vida e institucionales, del cuál forma parte ella y otros representantes estudiantiles, esta salió de ahí, negando cualquier proposición de tiempo extra, salida o acompañamiento; caminando sola por uno de esos callejones solitarios, empezó a patear una bolsa de basura en un callejón.

¡Maldito Toc! — dijo recogiendo su maletín, peinando su pelo, luego caminó más a prisa, quiso sacar el aquel papel, cual dejó caer de la cólera que traía; tropieza queriendo agarrarlo, pero este cae suavemente al lado de aquella banca… ¿Cómo llegó ahí?, se levantó con premura cuando se fijó qué alguien estaba sentado en la banca, no podía ser otro más — ¿Qué diablos haces aquí? — dijo levantando el papel, él abre los ojos lento, viéndole

Esperaba el bus…

¿Eres tonto?, te dije que a esta hora no pasan — dijo algo alterada — sabes que, olvídalo, buenas noches… — camina de paso, dejándole, él le sigue con la vista.

¿Te pasa algo?, tonta… — ella para en seco, gruñe, agarra su maletín de la correa con ambas manos, y como si se tratara de un mayal iba a estampárselo, pero el panda desvía el golpe con el brazo, se quejó del dolor, si, pero el maletín salió volando al lado — aparte de tonta, loca…

Ve sus ojos brillosos, aguantando el llanto y respirando agitada. Él suspira.

No te estoy pidiendo que me cuentes tu vida, solo veo que necesitas sacar esas… mierdas de adentro.

Apenas te conozco, ¿Qué diablos te pasa? — rehusó ella, abrazándose. El panda palmea la banca, el espacio del lado, ella lo mira, señalando con los ojos.

Ya no me debes nada…

El día no ha terminado, aún te queda como seis horas… — responde él

Muérdete el brazo — ordena ella, viéndola con desconfianza. Po se encoge de hombros y lo ve morderse el brazo, así por unos segundos, hasta verlo sangrar ella reacciona — basta… — ella se limpia los ojos, él solo agita el brazo y cubriéndolo — me has mentido hoy por la tarde… no hiciste lo que te dije…

A ninguno nos convenía… eso se nota. ¿Aun quieres que golpee a ese tipo? — ella mira al suelo, dando un paso adelante.

Si… — dijo sin ánimos, sentándose a su lado, sube los pies y cubre parte de su rostro en las rodillas, abrazándolas

Dame un motivo, que supere MIS motivos para rehusarme, y lo haré con todo el gusto — la felina lo ve de reojo.

Ya debes hacerte una idea…

¿Un chico?, ¿una chica llorando?, me puedo imaginar cosas… ese tipo te amenazó o ¿hizo algo para perjudicar tu imagen?… entiendo que eso es importante para ti — la felina lo pensó; tenía la excusa, quien lo ejecutara, pero algo en ella, en ese instante, no quiso hacerlo; así que solo negó

Me mintió… je, ni siquiera lo quería — dijo viendo al cielo, más seria, pero limpiando las lágrimas.

Yo creo que si lo querías — dijo cerrando los ojos sonriendo de forma burlesca

No, no lo quería. Quería humillarlo… pero él lo hizo primero.

Oh, entonces, ¿te hizo ver como tonta?, es un motivo divertido… — se burla, Tigresa mira al lado; por su cabeza empezaron a revolotear momentos con ese tigre, se rascó la cabeza apretando la mandíbula

Qui-quizá… al principio, si quería aprovecharme de él… — Po la ve, callado, relajando su semblante — quería algo de atención de las personas con las que él se rodeaba; probar… cosas nuevas, dinero gratis, comidas… ser la consentida de alguien… obtener lo que quería. Tener el poder… pero, me acostumbré a él— dijo levantando la mano, sin verlo y chocándola en su pierna — me costaba ser como decía que fuera, hasta el punto que el control ya no estaba conmigo… Idiota.

Perder el control, no me parece motivo para golpearlo.

¿Por qué te cuento estas cosas?, a penas te conozco desde ayer… — reprocha

Soy bueno haciendo amigos… — dice divertido él alzando los hombros, a la felina se le escapa una pequeña risa. — además nos hemos visto más veces, así que lo de conocernos poco a poco pierde validez, además… me defendiste con el idiota de la torre

Eh, tu igual… — dice ella sonriendo, limpiando su nariz — pero era parte del trato… o el favor…

¿Te cuento un secreto? — dice él inclinándose ligeramente, aun con las manos en la bolsa

Lo del favor era falso, ¿no es así?, mentiroso — él niega

Soy como soy, porque también me han mentido mucho… — vuelve a su posición — desde esos días yo no suelo mentir, prefiero no decir nada cuando me avergüenza demasiado algo… pero intento no mentir desde hace años. — Tigresa piensa, limpiando de nuevo su nariz. Hubo silencio

Yo no… detesto las mentiras… lo que en verdad detesto es… — Po la hace parar levantando la mano.

Saber demasiado, también me hizo tener problemas, así que para ahí… — dijo respirando hondo, cerrando los ojos. La felina lo ve; por primera vez sintió genuina curiosidad sobre el tipo que tenía a su lado, sonríe.

Tienes razón, ¿qué clase de villana sería, si alguien conoce mis planes? — dice viendo al suelo

Ambos guardaron silencio un rato, escuchando el sonido del suburbio, grillos y algunos autos a lo lejos.

¿Aún me queda tiempo… ? — pregunta ella viendo con melancolía el suelo, llenando de lágrimas sus ojos.

Si.

Dime que soy linda, una vez.

El panda la mira con la misma expresión de antes, alza los hombros.

Tigresa, eres la más linda y preciosa chica que pude conocer…

La felina empezó a llorar con sonoro llanto, tras escucharlo, ocultó su rostro en sus piernas. — su mente arrojaba imágenes de aquel tigre junto a ella.