Jugando a odiarte
Parte dos
Por culpa de la escoria de Ishigami Senku, Kohaku tuvo que tomar un tren que la dejaba a cinco kilómetros de la escuela y correr el resto del camino para intentar llegar a tiempo, lográndolo solo por los pelos.
Llegó jadeando pesadamente, con las manos en las rodillas, viendo que solo faltaban cinco minutos para clases.
—Ja… si no fuera tan veloz no habría llegado a tiempo… —Le había tomado solo diez minutos esa distancia de cinco kilómetros, pero se había cansado bastante.
—Ah, eso es bastante impresionante. —Kohaku se congeló al escuchar esa voz, alzando la cabeza, viendo a Ishigami Senku bebiendo despreocupadamente de una lata de bebida energética mientras la miraba desde arriba—. El musculo compensa la falta de cerebro, dicen algunos. —Rio maliciosamente.
Kohaku sintió que comenzaba a ver rojo, rojo por la sed de sangre, pero no cualquier sangre, sino la de ese bastardo derramada en ese mismo pasillo.
—Tú… —Se enderezó, avanzando un paso con fuerza, a lo que él solo la observó con una ceja en alto, incluso cuando ella tomó el cuello de su bata con furia, alzando un puño—. ¡Pudiste detener la puerta por mí! ¡Además, yo no soy ninguna descerebrada! ¡Y tu cerebro gigante tampoco te podría salvar de la paliza que quiero darte, bastardo! —Lo miró con rabia—. Además, ¿qué rayos haces en la entrada? ¿Esperabas a que viniera a golpearte?
Él señaló la máquina expendedora, luego le mostró la lata en su mano y después rascó su oído con indiferencia.
—Muy agresiva ¿eh? Eso es lo que hace la gente como tú, amenaza con los puños, porque es incapaz de mantener una discusión inteligente. Te quedas sin argumentos y amenazas mi integridad física, probando justamente mi punto: no eres tan lista como te crees ¿eh?
Ella lo miró en silencio, antes de soltarlo y retroceder un paso.
—¿Crees que eres tan superior a mí, eh? Y sin embargo, podría patearte en los testículos y te arrodillarías. —Él palideció un poco, pero ella mantuvo su expresión neutral—. Pero no lo haré, no soy tan malagradecida con tus padres dándonos techo a mi padre y a mí. Más bien debería agradecerte abrirme los ojos y darme cuenta de que no eres quien yo creía.
—Por supuesto que no soy quién creías, no me conoces, la gente que se enamora sin conocer a una persona es simplemente ridícula. —Bufó con frialdad, mientras que ella sintió otro puñal al pecho.
—Ja… tienes razón. —Le dio la espalda—. Fui ridícula, pero abrí los ojos… y espero con ansias el día en el que alguien te abra los ojos a ti y te baje de ese pedestal en el que crees que estás. —Lo miró con desprecio por encima del hombro.
Él rio secamente.
—¿Estoy o me creo? Ni siquiera conectas oraciones coherentemente. —El timbre sonó y Senku finalmente se dio vuelta y se dirigió a su clase, dejando a Kohaku con los puños muy apretados y temblando de la rabia.
¡Algún día alguien le daría una lección a ese bastardo! ¡Algún día!...
"¿O quizás… ese alguien puedo ser yo?", se preguntó mientras caminaba a su clase.
¿Pero cómo podía darle una lección a ese genio irritante? No podía ser con los puños, eso solo probaría su punto, entonces…
—¿Creen que si estudió mucho puedo superar a Senku en alguna materia? —preguntó a sus amigos ya en su salón de clases.
Ellos la miraron con el rostro en blanco unos buenos diez segundos, antes de largarse a reír tan fuerte y por tanto tiempo que solo se callaron cuando ella estrelló un fuerte puñetazo en su pupitre.
—¡L-lo siento! —Amaryllis y Titan se inclinaron nerviosamente, mientras Minami acallaba sus risitas tras su mano.
—Solo si fuera educación física, pero Senku la cambió por natación, y sorprendentemente es un nadador decente, así que no le baja su promedio… pero tú ya no te puedes cambiar a natación, ya estás en atletismo —comentó Minami—. De las materias que tienen en común es imposible, amiga. Él es el mejor promedio en toda la escuela, y hasta en Tokio.
Kohaku bajó la cabeza, gruñendo por lo bajo.
Ella tenía notas decentes, incluso destacaba en atletismo y matemática, pero ¿compararse a él? En verdad no tenía oportunidad…
Quizás si era tan ridícula como él pensaba, quizás no podía darle ninguna lección en nada, simplemente debía aceptar su derrota y ya… Ja, pero no aún, no se rendiría tan fácil.
Solo tenía que pensar en otra cosa…
Aun a pesar de su desesperanza en vencerlo académicamente, esa noche se decidió por estudiar más de matemática.
—Ja, esto es ridículo, es mi materia fuerte, debería estar estudiando química, esa la odio… —refunfuñó—, pero al menos debo intentarlo.
En eso estaba cuando de repente golpearon a su puerta.
—Adelante.
Byakuya y Lillian se asomaron, cargando bocadillos y té, ambos con un delantal rosa con corazones… Vaya, eran el uno para el otro ¿eh?...
—¿Estudiando, Kohaku-chan? —preguntó Byakuya mientras se sentaban a su lado en su sofá rosa con florecitas que ellos mismos le prepararon.
—Sí, quisiera reforzar mi materia más fuerte… a-aunque también debería estudiar química y física… son las que siempre repruebo o paso de pura suerte. —Bufó, tomando un bocadillo—. Antes al menos tenía a Ruri-nee para ayudarme…
Byakuya y Lillian intercambiaron miradas, sonriendo de forma un poco inquietante.
—¿Y no pensaste en… pedirle ayuda a Senku? —sugirió Byakuya.
—Ja, él y yo no nos llevamos muy bien… N-no es que tenga nada contra su hijo, claro. —Rio nerviosamente—. Es que… T-tiene mucha ciencia que hacer ¿no es así?
—Agh, sí, ese muchacho. —Byakuya cruzó los brazos, refunfuñando como niño—. Me ha convertido en el padre más orgulloso del mundo, pero siempre está con su mente en la ciencia, en las estrellas literalmente. —Rio—. Desde los seis años la ciencia ha sido su gran obsesión, no se concentra en nada más… temo que moriré sin ser abuelo… —Lloriqueó.
—Pero… tienen más hijos… —Kohaku señaló a Tomiichi, que estaba queriendo espiarlos en ese momento, pero al ver que lo notó se sonrojó y escapó rápidamente, cerrando la puerta—. El pequeño y el bebé que tendrán ¿no?
—¡S-sí, pero yo quiero que todos me den nietos! —Byakuya agitó los brazos infantilmente y Kohaku rio de buena gana.
—Tenle paciencia a mi esposo. —Lillian palmeó el hombro de Kohaku—. Le encantan los niños, es papá de corazón. Aunque bueno, a mí también. —Rio sonrojada—. Estoy muy feliz con este embarazo. —Palmeó su vientre apenas notable.
—¡Sí, y esperamos que sea niña! —gritó Byakuya—. Hace falta más toques femeninos por aquí, je, je. A ver si ese mocoso engreído de mi hijo mayor aprende a comportarse.
Kohaku rio otra vez, sintiendo que Byakuya le caía cada vez mejor.
—Oh… pero Senku no es ajeno al "toque femenino", Byakuya —comentó Lillian con una risita maliciosa que hizo que Byakuya contuviera la risa y Kohaku se confundiera mucho.
—¿Qué dicen? ¿A-acaso Senku tuvo una novia?... —preguntó sintiendo una punzada, pero entonces el matrimonio se largó a reír más fuerte aún.
—¡Oh, Byakuya, tenemos que decirle! ¡¿Puedo mostrarle?! —Lillian estaba que quería lanzarse al piso a seguir carcajeándose.
—¡Me ofendería si no lo hicieras, querida!
Kohaku solo se quedó ahí confundida mientras Lillian corría fuera de la habitación y regresaba en dos minutos con un álbum de fotos forrado en rosa.
—¡Tienes que ver esto! —Se sentó junto a Kohaku, abriendo el libro.
Lo primero que Kohaku vio, fue a una hermosa, adorable y dulce bebita como de dos años con un pomposo vestido rosa, coletas con moños y una muñeca Barbie. Y tenía cabello blanco-verdoso, ojos escarlatas y un mechoncito sobre su frente.
—Vaya… ¿Senku tiene una hermana? ¿La adoptaron también?
Ellos volvieron a estallar en carcajadas.
—Ese… es Senku. —Byakuya sonrió maliciosamente.
Kohaku casi se desmaya.
—¡¿ES SENKU?!
—¡JIJIJI! —Byakuya se sujetó el estómago—. Fue por un malentendido, en realidad. Estuve meses luchando para adoptarlo, y la trabajadora social me dijo que era una niña… —Rio un poco más avergonzado esta vez—. Hasta le escogí un nombre, ya que su pobre madre murió en el parto y mi mejor amigo meses antes… Iba a llamarla Senko. —Rio.
—En ese entonces él y yo apenas nos estábamos conociendo —continuó Lillian—, pero al saber que iba a adoptar a "Senko" me emocione y juntos fuimos a comprarle mucha ropa… De niña… para varios años… D-de hecho ambos nos endeudamos un poco… yo apenas comenzaba mi carrera.
—Luego finalmente pude verlo y… era niño. —Byakuya frotó su nuca—. Y Lillian y yo decidimos que no le haría daño usar la ropa… también porque no tenía mucha opción. —Rio nerviosamente—. ¡Pero míralo! ¡Era adorable!
—Yo me encargaba de peinarlo, ji, ji. —Lillian le enseñó varias fotos de Senku con coletas, con trencitas, con tiaras y moños.
Kohaku misma empezó a ser incapaz de contener la risa.
—No puede ser… el serio y brillante Ishigami Senku… ¿vestido de niña, eh? —Sonrió maliciosamente, pensando en su deseo de darle una lección.
—¿Quieres una foto? —preguntó Byakuya de repente, sus ojos brillantes—. Aunque debes prometer no decirle a nadie, Senku se pone muy irascible cuando recuerda esa época… Duró hasta los cuatro años vestido de niña hasta que tuvo la suficiente consciencia para quejarse, y vaya que se quejó mucho. —Rio por el recuerdo.
Los ojos de Kohaku se iluminaron por completo.
—¿Puedo escoger yo la foto?
.
Al día siguiente, ya en la escuela, a la hora del almuerzo, Kohaku estaba tranquila pensando en su venganza, cuando de repente la puerta de su salón de clases se abrió y una voz familiar la llamó por su nombre.
—Kohaku. —Era Senku, sorprendiendo a absolutamente todos de por qué podría estar buscando a la chica a la que hace tiempo rechazó tan cruelmente—. Necesito que vengas con tu mochila.
Aunque confundida, ella decidió hacerle caso, temiendo que tal vez algo malo hubiera sucedido en la casa.
Él la llevó hasta un lugar apartado, en el jardín, junto al árbol del alcanfor… Hmm, la mayoría de parejas se confesaban aquí, pero ella sabía que con este bastardo eso era imposible, así que descartó esa idea rápidamente.
Al asegurarse de que no había nadie mirando, Senku sacó su almuerzo de su bolso, enseñándole una caja envuelta en tela rosa con corazones.
—Hoy mi padre preparó el almuerzo y parece que confundió nuestra comida.
—¡Oh! Con razón me dieron tan poco, temía quedarme con hambre… —Sacó su almuerzo envuelto en una tela verde con símbolos matemáticos o algo así.
—En verdad comes como una leona, es bastante poco femenino y contradictorio a tu apariencia —murmuró mientras cambiaban almuerzos, para mala suerte de Kohaku que en ese momento sintió ganas de estrellar las dos cajas en su maldito rostro.
—¡Ja, supongo que tienes razón! Después de todo… —Sonrió oscuramente— tú eres mucho más femenino que yo, Senku, deberías enseñarme a pintarme las uñas…
Él se estremeció con evidente disgusto.
—¿Pero de qué tontería sin sentido estás hablando?
—Pues… —Guardó su almuerzo y aprovechó para buscar en un bolsillo interno de su mochila cierta foto especial— ¡de esto! —Le enseñó una foto donde Senku con unos tres años sonreía a la cámara, enseñando sus uñas pintadas, con dos coletitas atadas con moños rosas, una tiara con flores y un pomposo vestido rosa pastel con corazoncitos por doquier.
Senku jadeó horrorizado, palideciendo y pareciendo a punto de desmayarse.
—¡¿D-de dónde demonios sacaste eso?! ¡¿Fue el maldito viejo, no es así?!
—Ja, no deberías hablar así de tu gentil padre que ha hecho tanto por mi familia… como darme esta foto… —La agitó frente a su rostro, sacándola rápidamente fuera de su alcance cuando intentó quitársela—. ¡JA! ¿Crees que alguien con tus malos reflejos tiene la mínima oportunidad de quitarme esto? No gastes energía. —Rio victoriosa.
Él la observó con el rostro retorcido en furia, enseñando los dientes y todo, con los puños fuertemente apretados.
Exhaló como toro furioso un par de veces, antes de tomar aire y calmarse, pareciendo sopesar sus opciones.
—Bien… tengo maneras de amenazarte, pero ninguna que no me metería en problemas con mis padres si se los dices… —Entrecerró los ojos—. También soy consciente de que podrías simplemente pedirles más fotos y el traidor de mi padre te las daría… Entonces, te propongo hacer un trato. ¿Qué quieres a cambio de tu silencio?
Esta vez fue el turno de Kohaku de sonreír maliciosamente.
—Me ayudarás a estudiar para los exámenes —declaró—. Tanto en mis materias débiles como en mis materias fuertes. Quiero… —Bueno, superarlo en alguna materia era casi imposible, pero podía intentar otra cosa—. Quiero llegar al top 10 de promedios totales.
Senku bufó con tanta incredulidad que Kohaku se sintió ofendida de inmediato.
—¿Tú, en el top 10? He visto tus notas, en casi todas pasas por poco, además, eres una atleta, ¿qué te importa sacar notas excelentes si de todos modos te darán una beca por tus habilidades deportivas? No me hagas perder mi valioso tiempo en algo que ni siquiera necesitas, y mucho menos en algo que nunca lograrás, como el top 10.
—Me crees tan idiota ¿eh? —Cruzó los brazos—. Mira, mis motivos te deben importar poco, ahora harás lo que yo diga o todos en esta escuela van a saber de Senko-chan. —Cruzó los brazos con una sonrisa de superioridad.
Él gruñó con pura frustración.
—Bien. —Le tendió la mano—. Haré lo que esté en mi mano, pero no hago milagros, si fallas al final, será por tu propia culpa, yo solo prometeré dar mi mejor esfuerzo. ¿Es suficiente o me pedirás ir ida y vuelta a Próxima Centauri en cinco minutos? —Bufó.
—¡Ja, es suficiente! —Estrechó su mano sin pensar.
Solo al sentir su tacto cálido se crispó y se apartó de inmediato, dándole la espalda para que no viera su rostro rojo.
"Maldita sea… supongo que dos años de enamoramiento bobo no se borran tan fácil…"
Pero estaba segura de que pronto se le pasaría, más porque ahora tendría que soportarlo más para lograr su objetivo de llegar al top 10.
"Tal vez no pueda igualarlo ni superarlo en nada académico, pero le demostraré que no soy ninguna idiota como él cree, a ver si aprende a dejar de ser tan repudiable".
.
Esa misma tarde, Kohaku esperó a Senku para comenzar a estudiar, pero el bastardo tardó dos malditas horas en llegar a la casa de la escuela y cuando ella le reclamó él le dijo que no pensaba irse antes de su amado laboratorio en el club de ciencias solo por su capricho.
—O lo haces, o la foto le llegará por mail a toda la escuela —amenazó, sonriendo victoriosa cuando él comenzó a doblegarse no sin rabia.
—Bien… Pero déjame al menos una hora después de clases, y dos horas los viernes, y te prometo que los fines de semana estudiaremos extra.
—Muy bien —cedió, ya que, a pesar de todo, aún lo admiraba como científico, eso fue lo que hizo que le gustara tanto en primer lugar… se podría decir que era su única cualidad que aún le gustaba y respetaba.
Senku suspiro aliviado, luego fueron a su habitación y empezó a sacar lápices y libretas.
—Bien, comencemos.
Le hizo una serie de como ochenta preguntas para medir su nivel y Kohaku con solo ver las hojas quiso rendirse, mandar todo al diablo y entrenar con su katana.
"¿Por qué me metí en esto?..."
—¿Senku nii-chan? —En ese momento, Tomiichi asomó la cabeza, con su propia libreta y lápices, sus ojos verde oscuro brillantes—. ¿No me ayudas a estudiar a mí también?
—¿Por qué justo ahora me pides ayuda? —Senku lo miró con desinterés—. Siempre sacas buenas notas, no seas ilógico, Tomatichi.
—¡P-pero a ella la ayudas y ni nos agrada! —Infló una mejilla—. ¡Y sabes que odio ese tonto apodo!
—Eso te ganas por venir a molestar, te dije que estaré ocupado. —Rio maliciosamente y su hermanito se fue pisoteando.
Kohaku rio feliz de no ser la única que recibía bullying por una vez, antes de concentrarse por completo en las preguntas de ese idiota cabello de cebolla.
Respondió todo esforzándose lo más posible, sin querer quedar mal ante ese idiota que ya la creía lo suficientemente estúpida, pero cuando él revisó sus respuestas una de sus cejas comenzó a temblar.
—Tienes un nivel decente en solo cuatro materias, en el resto no he visto nada peor…
—¡T-tampoco soy tan mala! —gruñó molesta.
—Si tuviera que marcar cada pequeño error que cometiste en materias científicas estaríamos aquí toda la noche… Solo dos o tres bien contestadas como mucho en solo algunas de las materias científicas, esto es una vergüenza, ¿cómo siquiera te las arreglaste para llegar a último año de preparatoria?
Ella gruñó, conteniendo sus puños de no estrellarse "accidentalmente" en su cara.
Sin embargo, había algo que no podía negar…
—La verdad… Ruri-nee me ayudaba… —admitió, relajando las manos sobre su regazo y bajando la mirada—. Siempre tuve dificultad con muchas materias, pero ella me ayudaba a estudiar y así no me expulsaban de los equipos deportivos y tampoco tenía que ir a la escuela de verano, pero ahora está en esa clínica lejos de casa… —Suspiró—. Al menos se está recuperando, y me dice que puedo llamarla para estudiar, pero… prefiero que descanse. —Se mordió el labio.
Pudo sentir la mirada de Senku fija sobre ella, y por un momento se quedaron en silencio total, hasta que lo escuchó suspirar.
—Mira, resulta que tus peores materias son mi mejor especialidad, así que… —Kohaku alzó mucho la mirada, viéndolo sonreírle genuinamente— esto será emocionante. Me divertiré enseñando ciencia y tú te divertirás aprendiendo, ¡porque no hay nada más emocionante que la ciencia!
A pesar de su entusiasmo, Kohaku le arrugó el rostro.
—Ja, entiendo que tú pienses eso, pero yo no lo creo para nada, siempre me aburre en clases y no entiendo nada.
—Solo necesitas un buen profesor. —Se levantó y empezó a sacar libros de sus estantes, solo haciéndola sentir más desganada—. Empecemos por el principio: los conceptos. Pero sobre todo, empecemos con por qué son importantes, qué han logrado, cómo ayudaron a la civilización a avanzar y cómo nos ayudan en el día a día… incluso ahora, dándole luz a mi habitación en medio de la noche. —Ambos alzaron la vista hacia el foco del cuarto—. O con tu hermana, que está siendo ayudada por la ciencia médica.
Kohaku abrió mucho los ojos.
—Nunca lo había pensado de esa forma…
Siempre vio a Senku tan emocionado con sus juguetes científicos, pero lo que más la cautivo fue su confianza y determinación para continuar y continuar a pesar de fallar y fallar, nunca le prestó mucha atención a la ciencia en sí.
Senku comenzó a explicarle, y Kohaku lo escuchó boquiabierta, ya que decía las cosas de una forma que nunca se había planteado, era como si no conociera nada del propio mundo en el que vivía, e incluso aunque a veces no entendía algo él se daba cuenta de inmediato y la alentaba a preguntar, avergonzándola un poco, pero también haciéndola sentir aliviada porque se preocupaba mucho en resolver cada duda.
"Ja… este sí parece ser el Senku del que me enamoré…" pensó mientras tomaba unas notas, pero luego hizo una mueca. "No, da lo mismo, todo esto es por ese tonto chantaje, no debo dejarme engañar otra vez".
Luego de casi tres horas estudiando, la puerta se abrió con apenas un suave toc-toc y Byakuya asomó la cabeza con su mismo delantal rosa de la otra vez y una bandeja con bebidas y bocadillos.
—¡Hola! ¿Cómo están los niños estudiosos?
—Estábamos mejor antes de que vinieras a interrumpir… —Senku lo miró molesto.
—¡También te quiero hijo mío! —Les dejó la bandeja y se alejó unos pasos, viendo a Kohaku tomar un bocadillo y ofrecerle uno a Senku, y entonces sacó su celular y…
—¡¿Acabas de tomarnos una foto, maldito viejo?! —Senku lo miró como si quisiera matarlo.
—¡Lillian no querrá perderse esto! —Rio divertido—. Se ven realmente bien juntos… ¿no quieren casarse y darme nietecitos lindos, fuertes e inteligentes?
—No.
—No.
En eso ambos estaban totalmente de acuerdo, y Byakuya solo pudo hacer pucheros al ver sus rostros repletos de puro disgusto.
Finalmente se fue y ellos siguieron estudiando, y Senku le hizo un examen más breve para repasar lo que estuvieron estudiando y esta vez ella sacó un puntaje más decente.
—Nada mal, leona, pero aún así estás muy lejos del nivel del Top 10, eso te lo advierto.
—¡Ja, no me interesa lo que creas, yo sé que lo voy a lograr, no daré marcha atrás! —Alzó mucho la barbilla—. Sigamos estudiando otra hora.
—Y luego los miembros de mi club dicen que yo soy un explotador…
A pesar de sus quejas, continuaron estudiando. Senku le dijo que leyera algunas páginas de un libro de química y Kohaku se entretuvo bastante al principio, pero luego comenzó a marearse un poco y bostezó, mirando con cansancio a Senku para decirle que ya fue suficiente, pero entonces lo vio bien.
Senku se había quedado dormido sobre la mesita, su rostro apoyado en sus brazos cruzados bajo su barbilla.
La mirada de Kohaku se ablandó levemente.
—Ja… te ves mejor cuando tienes la boca cerrada… —susurró suavemente, apoyando su barbilla sobre sus brazos cruzados y mirándolo con una leve sonrisa.
Después de todo, no se había enamorado solo por su discurso, su confianza y su determinación, no podía negar que él era muy atractivo…
Tenía un ojos tan intensos… una sonrisa cautivadora y rasgos atractivos, pero así dormido y relajado… era un poco diferente, pacifico, lindo…
—Ja, eres lindo, Senku… apuesto a que te enojarías si te lo digo. —Suspiro—. Desearía poder dejar de sentir lo que siento por ti…
Minutos después, al ver luz todavía salir de debajo de la puerta, Byakuya se asomó a ver, sonriendo enormemente ante la escena que se encontró y rápidamente sacando su celular y sacando varias fotos, antes de correr de puntitas e ir a buscar a Lillian, que también sacó muchas fotos luego de casi chillar detrás de sus manos.
—Son muy lindos juntos… —susurró Lillian cariñosamente, viendo a Senku y Kohaku dormidos sobre la mesita, con sus brazos casi tocándose.
Decidieron dejarlos así y se fueron, pero Senku se despertó una hora después frotando su cuello y, sin consideración alguna, golpeó suavemente la frente de Kohaku con su libreta, diciéndole que se fuera a su habitación a dormir. Ella se levantó casi dormida y apoyó la cabeza contra la puerta, durmiéndose ahí y hasta roncando un poco, por lo que la ceja de Senku comenzó a temblar.
Suspiró, se levantó y se acercó a ella hasta tomarla por los hombros y sacudirla para que se despierte del todo, pero ella lo que hizo fue a abrazarse a él murmurando alguna incoherencia, mientras su ceja temblaba todavía más.
—Maldita sea, Hizashi, ¡despierta! —alzó un poco la voz, pero no demasiado, porque no quería despertar ni a sus padres ni a su hermanito.
Ella no le hizo caso, todavía roncando un poco.
Él bufó.
—Al diablo. —La tomó por la parte trasera de los muslos y la alzó con dificultad, caminando torpemente hasta llevarla hasta su cama, donde la arrojó sin mucha delicadeza, le arrojó descuidadamente su sábana porque hacía algo de frío y se marchó.
Al día siguiente, Kohaku se despertó muy confundida, con recuerdos borrosos de Senku echándola de su habitación y luego cargándola…
—¿De verdad lo hizo… o estaba soñando?...
Por la mirada cargada de fastidio que Senku le mandó apenas bajó a desayunar, se dio cuenta de que efectivamente no fue un sueño y se sonrojó profundamente, evitando mirarlo el resto del día hasta que volvieron de la escuela y comenzaron a estudiar.
Continuaron estudiando por las siguientes tres semanas hasta los exámenes, y Kohaku se sentía bastante confiada por todo lo que estaba aprendiendo, sobre todo porque hasta se estaba divirtiendo un poco con lo maravilloso que era Senku enseñando, y la hizo valorar mucho a la ciencia y cómo esta se usó para que el mundo fuera lo que era en esa época.
El día antes de los exámenes, también se quedaron hasta muy tarde, pero Kohaku no quería molestar a Senku porque después de todo él también tenía exámenes, aunque fuera obvio que iba a pasarlos todos, así que se fue solo después de dos horas y continuó estudiando hasta tarde por su cuenta, lo cual quizás no fue la mejor idea…
Se despertó tarde, con Lillian preocupada golpeándole la puerta.
—¡¿Kohaku?! Senku ya se fue, ¿no tienen exámenes hoy?
—¡Oh, demonios! —Corrió a ducharse y bañarse lo más rápido que pudo, saliendo de su habitación en solo cuatro minutos.
—Wow… —Lillian la miró impresionada—. Oh, por cierto, hice este amuleto de la suerte para ti. —Le tendió un sobre bien decorado.
—¡Oh, muchas gracias! —Lo tomó y lo guardó en su bolso de la escuela—. ¡Tengo que correr ahora, adiós!
Bajó y tomó una manzana de la mesa, para luego correr como loca hasta la estación de trenes.
Cuando llegó casi sin aliento, distinguió el extraño cabello de Senku entrando al tren a lo último… y también notó que las puertas comenzaban a cerrarse…
"Oh, no… ¡no otra vez!"
Sin embargo, de repente, la mano de Senku impidió que la puerta se cerrara, y Kohaku lo miró boquiabierta, pero no pensó dos veces y entró al tren, que estaba tan lleno que acabó bastante pegada a Senku, aunque él solo se concentró en mirar a su celular.
Bajaron y pronto llegaron a la escuela, donde Kohaku fue abordada rápidamente por sus amigos, incluido Titan que de la nada tomó sus manos con preocupación, haciéndola crisparse y mirar de reojo a Senku, que se estaba reuniendo con sus amigos Ukyo y Tsukasa.
—Te ves cansada… ¿estás bien? —preguntó Titan.
—Sí… solo… —Bostezó— estuve estudiando. —Estaba tan cansada que ni se molestó en apartar sus manos de las suyas.
—Vaya, veo que realmente te esforzaste esta vez. —Titan sonrió cálidamente—. Te deseo mucha suerte hoy, sé que mereces buenas notas en todo.
—Gracias, también para ti. —Kohaku le sonrió sinceramente.
Mientras tanto, Senku los miraba de reojo, su expresión seria e indiferente.
—¿Ella es la chica que se te confesó antes? —preguntó Ukyo, sorprendido—. Vaya, parece ser que ya tiene novio.
—¿Y a quién le importa? —Senku comenzó a caminar hasta su salón—. Vamos o llegaremos tarde.
Los exámenes comenzaron, y apenas Kohaku recibió su primera hoja sonrió confiada.
Esto era exactamente lo que había estado estudiando con Senku, je.
Continuó con un examen tras otro, pasando todos con una sonrisa confiada.
"Realmente eres un buen maestro, Senku…"
Una semana después, fueron a ver los resultados, que eran publicados en varias hojas, había una tabla con los cincuenta mejores, con los diez mejores en general y los diez mejores en cada materia.
Kohaku decidió ver antes que nada el Top 10 general, buscando ansiosamente si acaso había logrado quedar…
—Ahí estás. —De repente, una mano se colocó en su punto de vista, señalando a mitad de la tabla—. Puesto número seis… nada mal para una leona…
Kohaku estaba tan sorprendida que no se molestó ni por el apodo ni porque de repente se pusiera atrás de ella, simplemente miró boquiabierta su nombre allí en el puesto seis, casi sin poder creerlo.
—Lo… lo logré… —Sonrió temblorosamente.
—Ah, y otra cosa… —Senku rio entre dientes—. ¿Ya viste el Top 10 en matemática?
—¿Eh?... —Buscó la hoja con la mirada, identificándola rápidamente y jadeando al ver su nombre en el número dos, solo después de Senku.
—Realmente me sorprendiste, leona… —Senku se alejó levemente de la multitud y ella lo siguió aún boquiabierta—. Supongo que estaba equivocado sobre ti. —Le tendió la mano.
Kohaku lo miró sonrojada, pensando que finalmente iba a reconocer que era su igual, por lo que extendió la mano para estrechar la suya, pero él la apartó de un manotazo, dejándola pálida.
—Cumplí —dijo con frialdad—. Dame la foto, y nunca más te atrevas a chantajearme con mi pasado.
Ella frunció el ceño, pero claro ¿qué había estado esperando de él?
Sacó la foto bruscamente y se la estrelló en la mano.
—Ja, fuiste útil, y no te preocupes, ya no me interesa tener nada que ver contigo. —Le dio la espalda, feliz de que al menos lo hizo admitir de que estaba equivocado.
—Por cierto… —Antes de que pudiera irse, él habló de nuevo—. Lo siento por tratarte de ignorarte… realmente eres muy eficiente en todo lo que te propones… Felicidades. —Ella volteó a verlo boquiabierta, pero él solo le dio la espalda y se fue.
Ella negó con la cabeza, decidida a no pensar mucho sobre eso.
A la hora del almuerzo, mientras estaba con sus amigos, al sacar su almuerzo el sobre que le dio Lillian se le cayó y Minami lo recogió con curiosidad.
—¿Qué es esto?
—Oh, es un amuleto de la suerte que hizo mi tía. —Abrió el sobre bajo la atenta mirada de Minami y Titan, sacando un papel blanco que, al darlo vuelta, jadeó horrorizada al ver que era una foto de ella dormida en una mesita ¡junto a Senku también dormido!
Casi se desmaya mientras Minami y Titan gritaban con horror.
—¡¿Q-qué significa esto?! —graznó Titan.
Después de salir del shock, a Kohaku no le quedó de otra más que finalmente contarles que se estaba quedando con la familia Ishigami y que Senku la ayudó a estudiar.
—¡Lo sabía, seguro por eso estás tan estresada últimamente, todo es culpa de ese bastardo! —Titan pisoteó.
—No, en verdad estaba estudiando. —Lo miró mal—. Escuchen, tienen que prometerme que no le contaran a nadie bajo ninguna circunstancia, ¿me lo prometen?
Ellos se lo prometieron sin dudar, pero, al día siguiente, al llegar a la escuela, Kohaku pudo escuchar murmullos y risitas por todas partes que pasaba mientras la gente la miraba de reojo y no pudo evitar tener un mal presentimiento.
Apenas iba a entrar a su salón de clases a preguntarle a sus amigos si todo estaba bien, pero entonces sintió una mano en su muñeca.
—Hizashi Kohaku… —Senku la miraba con los ojos profundamente oscurecidos—. Tienes mucho que explicarme.
—¿Qué?
Él gruñó y la arrastró llevándola de la muñeca hasta el pasillo principal, cosa que Kohaku permitió solo por lo shockeada que estaba.
Finalmente, llegaron hasta la pizarra de anuncios y ella jadeó horrorizada al ver un cartel donde Senku y ella aparecían dibujados durmiendo juntos, anunciándole a todo el mundo que pasaron una "noche juntos" y escribiendo en letras grandes que iban a casarse pronto.
—¡¿Pero qué demonios?!...
—Sí, claro, sigue con tu acto de estúpida, te queda genial —gruñó Senku, arrancando el cartel y partiéndolo en pedazos.
—¡¿Crees que yo hice esto?!
—No tengo la menor duda. —Bufó—. ¿Qué no te queda claro que no me interesas? Si te ayude fue por un sucio chantaje de tu parte, eso ya se acabó, así que déjame en paz, no me interesan las relaciones y menos con alguien como tú que solo puede destacar aferrándose a mí como una sanguijuela. Ya fue suficiente, simplemente aléjate de mi vida —exigió con voz llena de frialdad, antes de alejarse pisoteando.
Kohaku se quedó boquiabierta, incapaz de contestar solo por el inmenso dolor en su pecho por la forma en la que acababa de hablarle.
Era como si de golpe la hubiera transportado de regreso a ese frío rechazo que sufrió semanas atrás…
Él seguía siendo el mismo, después de todo… Ella fue la idiota que pensó que quizás podría tener corazón.
Sus palabras sobre ciencia, sus enseñanzas, sus sonrisas, sus bromas tontas, su entusiasmo y ojos cálidos, su felicitación de ayer, su reconocimiento a ella y sus capacidades… nada de eso era lo que él en verdad era.
"Esto es él en realidad… ¿cómo pude olvidarlo?"
Las lágrimas comenzaron a llenar sus ojos.
"¿Cómo pude volver a enamorarme como una idiota?..."
Sin notarlo, había estado acercándose poco a poco a él, conociéndolo, escuchándolo, viendo su lado bueno y divertido, creyendo que él podía ser así con ella, llenando de tontas ilusiones su estúpida cabeza…
"Ja… Senku al final tiene razón, realmente soy una estúpida", pestañeó rápidamente para intentar que las lágrimas no se escaparan de sus ojos.
La última vez, su rechazó no había dolido tanto porque, al fin y al cabo, era solo un flechazo hacia un chico con quien nunca antes habló, pero ahora…
Ahora dolía peor que nunca, porque ahora se enamoró de verdad, y él seguía siendo el mismo insensible sin corazón que nunca podría amarla.
En su intento de demostrar ser su igual, acabó más enamorada y más humillada que nunca.
Y se lo merecía, por idiota.
Se merecía estar sintiendo este inmenso dolor en su estúpido e ingenuo corazón…
Continuará...
Holaaaa :D
Seguimos con la adaptación al red flag andante, pero yo se los advertí XD
Las q siguen leyendo esto es porque son masoquistas, niñas, no es mi culpa(? LOL
Gracias por todo su apoyo al fic, lamento la tardanza y me despido!
CELESTE kaomy fueraaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!
