¡Hola a todos!

Espero que se encuentren bien. Primero que nada, quiero agradecer el apoyo y los comentarios que han dejado en este fic. Muchísimas gracias. Son un amor

Especialmente quiero agradecer a las personas que siempre están comentando y dejando sus impresiones: SailorRoss, rdkslov3rr, Silverstrawberryy, Kyun_030, holqfr, Brenda19361, miazakura16, SharletShashi, MAANIAKKK, Benjami809xx, M00NCAKE_N1GHT y Nappeun_Salam, que parece que se leyo todo los capitulos en un dia xd Gracias por los votos. Me hace muy feliz saber que siempre esperan atentos en la espera de un capítulo nuevo. ¡Un abrazo a todos!

Y aunque a varios les parezca extraño este comentario. Quiero que sepan, que NO QUIERO UNA COMISIÓN. Muchos artistas me piden "colaborar" o "mejorar" mis fics con arte. Obvio, no dicen que quieren vender una comisión. No tengo nada en contra de los artistas, pero creo que primero debería querer una comisión para que me las ofrezcan. (cosa que nunca he pedido) Y creo que si de verdad han leído mis fic, como suelen decir, sobre todo este, deberían saber que mi amiga/beta michu es artista y si quisiera una comisión, se la pediría a ella. Por cierto, sigan a mi amiga en sus redes jaja Michu Paniagua animation en facebook y Michu_paniagua_z en instagram.

Bueno, si recuerdan… en el capítulo anterior, rompieron la barrera e iban a subir al cielo. Así que como se imaginan, se vienen los putazos! Me gusta pensar que es la mejor pelea que hemos escrito junto con Michu. A veces somos una cosa pero barbara xd (que no se repita jaja) En fin disfrutenlo

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~ Mi primera vida ~

Capítulo 34:

Freezer observaba con frialdad cómo su ejército se preparaba para el ascenso. Con un simple ademán de su mano, dio la señal, y los soldados se impulsaron hacia el cielo en perfecta sincronía.

Rápidamente se encontraron con el camino de la serpiente, pero esta vez no se detuvieron a contemplarlo; su objetivo se encontraba mucho más allá. Las nubes amarillas del paisaje infernal comenzaron a desvanecerse, cediendo su lugar a un cielo de tonalidades cada vez más azules. Un murmullo de curiosidad recorrió las filas de soldados, pero Freezer permanecía impasible, con los ojos fijos en el cielo.

Conforme avanzaban, las nubes adquirían un tono púrpura que proporcionaba al cielo un aura de tranquilidad y paz. Los soldados intercambiaban miradas inquietas, se preguntaban qué clase de territorio estaban invadiendo. El cambio en el paisaje era sutil pero innegable, y con cada segundo que pasaba, se sentía más lejos de la opresión del infierno.

Freezer, en cambio, sentía una creciente confianza. Sus labios se curvaron en una sonrisa apenas perceptible, mientras sus ojos escaneaban el entorno. Su intuición le decía que había algo más allá del camino de la serpiente, algo que había permanecido oculto durante demasiado tiempo.

Finalmente, entre las nubes púrpuras, una forma se materializó a lo lejos. El demonio del frío entornó los ojos, tratando de enfocar la vista.-¿Un planeta?- murmuró para sí mismo. El ejército también lo había notado, y un silencio expectante se apoderó de todos mientras contemplaban ese mundo.

Freezer se detuvo en seco, negándose a acercarse ese lugar sin tener más información. Detrás suyo, el ejército también se detuvo esperando una decisión por parte del emperador.-Escuchen bien. Quiero que un grupo se disperse y explore los alrededores. Informen si encuentran algo más que este planeta.-ordenó a través de su rastreador.

Un pequeño grupo de soldados cercanos asintieron y se dispersaron en distintas direcciones, desapareciendo entre las nubes, mientras los demás miraban expectantes. Freezer cruzó los brazos, flotando inmóvil mientras esperaba los informes. Pasaron solo unos minutos antes de que los primeros soldados regresaran, todos con la misma respuesta: no había nada más en el horizonte. Solo ese planeta.

Freezer chasqueó la lengua con disgusto.-"¿Un solo planeta?"- a pesar de su irritación, no podía ignorar la importancia de este descubrimiento. Si ese era el único punto de interés en la inmensidad de aquel cielo, entonces debía ser el destino que los peleadores del otro mundo querían proteger.

-Nos dirigiremos allá.- Ordenó con firmeza, y el ejército reanudó su marcha.-Estén atentos.

Al acercarse al planeta, comenzaron a distinguirse sus detalles. Una vasta extensión de naturaleza se desplegaba ante ellos: frondosos bosques y brillantes ríos que serpentean por el paisaje. A lo lejos, entre la vegetación, se alzaban formaciones de edificios que parecían antiguos y majestuosos, como si hubieran sido construidos hace milenios. Freezer frunció el ceño con atención. Aquel lugar emitía una energía diferente.

Con firmeza se dirigió hacia ese lugar, descendiendo con determinación, seguido por sus soldados. El silencio reinaba entre las filas, roto solo por el murmullo del viento que acariciaba las copas de los árboles.

Mientras se acercaban al suelo, Freezer no pudo evitar una sonrisa maliciosa.-"Veamos qué secretos esconden."-pensó, anticipando el enfrentamiento el cual sabía que estaba por venir.

Al aterrizar en el planeta, el ejército observó con detenimiento los alrededores. Los bosques y ríos parecían tan serenos que resultaba casi desconcertante, pero no tuvieron mucho tiempo para apreciarlo. De inmediato, sus miradas se dirigieron hacia una serie de edificios imponentes en la distancia, coronados por lo que parecía ser un palacio. Frente a esa estructura, un grupo de individuos caminaba con paso firme hacia ellos.

Freezer y sus soldados pronto notaron algo peculiar, aquellas personas también llevaban aureolas, igual que ellos. La tensión se palpó en el aire al reconocer a algunos de los individuos que se acercaban. Eran los mismos que habían enfrentado previamente en el camino de la serpiente.

-Ustedes otra vez.-gruñó Olivue, quien lideraba al grupo de luchadores.

Cell avanzó un paso, con los ojos fijos en una figura que sobresalía entre los demás: Paikuhan. Al instante, sus puños se tensaron, y una chispa de energía se liberó a su alrededor. Ambos sabían que el enfrentamiento era inevitable.

Freezer, por su parte, mantenía la vista fija en el palacio detrás de los guerreros. Algo en aquella edificación lo intrigaba, como si el lugar escondiera un secreto. Su ceño se frunció, y con un tono seco e imponente, dio una orden a través del rastreador.-Abran el camino.

Los soldados respondieron con sonrisas maliciosas, lanzándose a la carga sin dudarlo. Los peleadores del otro mundo, al ver las intenciones de los soldados también se lanzaron al combate. El choque fue inmediato y violento. Cell y Paikuhan fueron los primeros en encontrarse en el centro del caos, sus puños impactando con tal fuerza que desataron una onda expansiva que hizo temblar el suelo.

La batalla se convirtió en un mar de golpes y destellos de energía, con soldados y luchadores enredados en una lucha encarnizada. En medio de ese tumulto, Freezer avanzaba con agilidad, esquivando y derribando a cualquiera que se interpusiera en su camino. Su objetivo era claro: llegar al palacio.

Sin embargo, al instante de salir del torbellino de batalla, un golpe repentino lo obligó a retroceder. Aunque alcanzó a defenderse, se vio quieto por un instante y alzó la vista solo para encontrarse con Paikuhan, quien lo observaba con una expresión severa y decidida.

-No voy a dejarte pasar.-declaró Paikuhan, su voz cargada de autoridad.

Freezer frunció el ceño, su paciencia al borde del colapso.-Entonces, prepárate para ser aplastado.

El choque de energías resonó en el aire cuando Freezer y Paikuhan intercambiaron golpes. Los puños de Paikuhan eran rápidos, cada uno cargado con una fuerza que hacía vibrar el suelo bajo ellos. Freezer se movía con agilidad, desviando algunos ataques y devolviendo otros, pero era evidente que la ventaja no estaba de su lado.

Paikuhan lo golpeó en el abdomen con un gancho directo, enviándolo a retroceder varios metros. El demonio del frío apenas tuvo tiempo de recomponerse mientras contenía un gruñido de dolor, cuando Paikuhan ya estaba sobre él, lanzando una ráfaga de golpes rápidos que lo obligaron a esquivar y bloquear con desesperación.

-"Este maldito sigue siendo tan impresionante como siempre."-pensó Freezer, sintiendo el peso de cada impacto. Aunque su orgullo ardía de frustración, no podía negar que ese peleador seguía estando un paso adelante. Aun así, no se detendría.

Con un movimiento veloz, Freezer contrarrestó con una patada giratoria, que aunque fue bloqueada por Paikuhan, le dio el espacio necesario para ganar algo de distancia.

-No tiene caso.-dijo Paikuhan con frialdad, avanzando amenazante hacia el demonio del frío.- Sólo regresen al lugar del que escaparon.

Freezer se limpió la comisura de los labios, donde un pequeño hilo de sangre se había formado. En lugar de responder, sonrió con una confianza renovada, lo que dejó a Paikuhan desconcertado.

De repente, una figura surgió entre la confusión de la batalla. Cell, quien con una velocidad casi imperceptible, arremetió contra Paikuhan con tal fuerza que lo arrastró varios metros lejos de Freezer, antes de que este lograra frenar su ataque con ambos brazos.

-Pensé que te habías perdido.-comentó el demonio del frío, con una ligera burla en su tono.

El androide aterrizó junto a él, sin borrar la sonrisa de su rostro.-Recuerda que no puedo sentir el ki de nadie. Sé más considerado.-respondió, señalando ligeramente con su cabeza el tumulto de soldados y luchadores que peleaban a pocos metros de ellos.-Fue fácil entrar entre la multitud, pero encontrarte fue otra historia.

Con un destello en sus ojos, Cell volvió su vista hacia Paikuhan, quien se incorporaba con un semblante serio y molesto.-Además, no iba a dejar pasar esta oportunidad.-añadió, mientras su mirada se afilaba.

Paikuhan apretó los puños con fuerza, su energía aumentaba mientras los evaluaba con cautela.-"Antes no tenía ese poder."-pensó, sintiendo una mezcla de irritación y preocupación al observar al androide, quien ahora parecía una amenaza más seria de lo que recordaba.

-¡Oye!-le hablo Cell llamando su atención.-Si conociste a Goku, debiste pelear con él, ¿no es así?-Paikuhan no respondió, solo frunció el ceño inquieto por lo que estaba a punto de sugerir el androide.-¿Quién ganó?-preguntó en un tono burlón, provocando que Paikuhan solo apretara los dientes frustrado.

Lo cierto es que no sabía qué esperar de ese ser, sobre todo al tener los genes del saiyajin. Al no recibir respuesta Cell sonrió con gracia y satisfecho con la información.-Ya veo.- mencionó casualmente. Después de decir esto, adoptó una pose de combate, exactamente la misma pose de artes marciales característica de Goku.

El demonio del frío lo observó de reojo y suspiró un poco irritado, pero al mismo tiempo se había acostumbrado a verlo cambiar a esa posición de pelea que tanto lo molestaba.-A eso me refiero cuando digo que te pareces a ese saiyajin.-comento sin quitarle la vista de encima a Paikuhan, mientras también adopta su pose de pelea.

-Puede tener un lado bueno, después de todo Goku te derrotó.-declaró el androide, aun con una sonrisa confiada.-Y sospecho que a él también.

El demonio del frío resopló con molestia, pero sin perder la concentración de la batalla. -¿Tienes que mencionarlo?-expresó con fastidio al mismo tiempo que su ki aumentaba.

Cell solo soltó una sonrisa y sin previo aviso, ambos se lanzaron al mismo tiempo para atacar al luchador del Otro Mundo.

Paikuhan adoptó una postura defensiva, sus ojos analizaban cada movimiento de sus oponentes. Sabía que enfrentarse a uno de ellos se había vuelto un desafío, pero luchar contra ambos al mismo tiempo requeriría toda su habilidad.

Cell fue el primero en alcanzarlo, avanzando con una rapidez que obligó a Paikuhan a moverse de inmediato. Los golpes del androide eran precisos, cada uno dirigido a puntos clave, pero Paikuhan lograba bloquear o desviar la mayoría. Antes de que pudiera contraatacar, Freezer apareció a su lado con una patada giratoria que apenas logró esquivar.

-"Están sincronizados." - pensó Paikuhan, esquivando un nuevo ataque.

El demonio del frío y el androide mantenían una coordinación sorprendente, como si hubieran entrenado juntos por años. Cell atacaba con movimientos rápidos y ágiles, imitando el estilo fluido de Goku, mientras que Freezer aprovechaba cada apertura con ataques contundentes y brutales.

Freezer golpeó con un puñetazo directo, que aunque fue bloqueado, dejó a Paikuhan momentáneamente fuera de balance. Cell sin perder el tiempo, lanzó una ráfaga de patadas ascendentes, logrando impactar en el torso de su oponente y enviándolo hacia atrás.

Paikuhan recuperó el equilibrio en el aire. Sin embargo, antes de que pudiera tomar la ofensiva, Freezer y Cell ya estaban sobre él.

-¡Toma esto!-gritó Freezer, lanzando una esfera de energía que obligó a Paikuhan a desviarse hacia la derecha.

En el instante en que esquivó el ataque, el androide apareció a su costado y le asestó un fuerte golpe en el estómago, haciéndolo retroceder y toser por el impacto. Sin darle respiro, Freezer lo alcanzó con una ráfaga de golpes veloces, cada uno cargado con suficiente fuerza como para romper el suelo bajo ellos.

Mientras esquivaba un contraataque de Paikuhan, el demonio del frío no pudo evitar pensar que, nunca había peleado en conjunto a alguien, tanto por orgullo como por necesidad. Pero ahora se encontraba peleando lado a lado junto al androide.-"El estilo de pelea de Cell..."- pensó mientras fruncía el ceño, golpeando a su enemigo con más fuerza. Aunque ese estilo de pelea sea una copia del estilo de Goku, era demasiado familiar. Demasiado cómodo. Volvió a maldecir internamente.-"Maldita sea, hasta es fácil seguir".

Con un movimiento perfectamente sincronizado, Cell saltó por encima de Paikuhan, girando en el aire para atacar desde arriba, mientras que el demonio del frío barría el suelo con una patada baja. Paikuhan intentó defenderse de ambos ataques, pero no pudo evitar que la patada de Freezer lo derribara, y el golpe descendente del androide lo estrellara contra el suelo con fuerza.

El impacto levantó una nube de polvo mientras Paikuhan intentaba levantarse, sus ropas ahora rasgadas y su respiración pesada.

Freezer se cruzó de brazos mientras observaba a su enemigo tambalearse.-Espantosamente, hacemos una buena combinación.-comentó con una sonrisa un tanto incómoda, pero aun así altanera por los resultados.

El androide dejó escapar una sonrisa confiada.-Admito que no es tan malo trabajar contigo.

Freezer, a pesar de mantenerse serio, no pudo evitar sentirse ligeramente satisfecho al ver a Paikuhan tambalearse después de su último ataque combinado. De reojo, observó al androide, quien mantenía esa sonrisa que lo irritaba tanto. Se limitó a suspirar y a rodó de ojos.-No tienes remedio.-murmuró para sí mismo.

Cell, por su parte, intentaba mantener su habitual seriedad, pero era evidente que disfrutaba demasiado el combate. Su sonrisa, aunque altanera, reflejaba algo más que simple diversión. Al girar la vista hacia Freezer, sus pensamientos lo traicionaron por un instante. En ese lugar, en ese momento, sintió que estaba en su lugar. No en un ejército, sino a su lado. Freezer siempre estaba cerca cuando se sentía a gusto, casi como si fuera una costumbre.

Mientras el androide reflexionaba, Paikuhan se levantó lentamente, su aura se intensificaba en una explosión de energía que hizo temblar el suelo. Su mirada se dirigió a Freezer, evaluandolo rápidamente y notando las heridas visibles en el demonio del frío. Luego sus ojos se posaron en el androide, y con un brillo de decisión, formuló un plan.

Con una velocidad impresionante, Paikuhan se dirigió hacia el androide. Cell reaccionó a tiempo para bloquear, pero la fuerza del impacto lo lanzó a varios metros de distancia.

Freezer chasqueó la lengua con molestia, lanzando de inmediato un rayo láser directo a Paikuhan. Sin embargo, para su sorpresa, este detuvo el ataque con una sola mano, sin esfuerzo aparente.

-¿Qué demonios…?-Freezer murmuró, sus ojos entre cerrándose con incredulidad.

Paikuhan desvió el rayo y se lanzó hacia Freezer. Antes de que el demonio del frío pudiera reaccionar, Cell apareció entre ambos, bloqueando los puños de Paikuhan con ambas manos.

-Lo tengo.-dijo el androide con confianza, aunque el esfuerzo era evidente en su voz. Sus brazos temblaban ligeramente, pero mantenía a Paikuhan inmovilizado. Sin girar la cabeza a su compañero, agregó.-Tú sigue.

Freezer levantó una ceja, molesto por el tono presuntuoso del androide.-¿De qué hablas?-respondió con irritación.-No seas ridículo. Tú solo no puedes contra él. No hagas estupideces, cabeza hueca.

Cell, todavía sosteniendo a Paikuhan, giró los ojos con exasperación.-¿De verdad tienes tan poca fe en mí?-gruñó, esforzándose por mantener el agarre.

-No es falta de fe, es simple lógica.-replicó Freezer con una cara de pocos amigos.

Paikuhan aprovechó la tensión entre ellos y soltó un grito mientras liberaba una ráfaga de energía que empujó a Cell hacia atrás, obligándolo a soltarlo. Sin embargo, rápidamente el androide logró formar un campo de fuerza, el cual protegió a ambos de ese ataque.

-¡Te lo dije!- le gritó Freezer, avanzando a su lado mientras cargaba un ataque energético.

-¡Sí, sí, ya entendí!-replicó Cell, reincorporándose velozmente mientras se preparaba para el próximo asalto.

Paikuhan, aunque había sido lanzado hacia atrás, no se dejó intimidar. Apenas recuperó el equilibrio, su aura estalló nuevamente mientras se impulsaba con velocidad para contraatacar. Cell y Freezer estaban listos para enfrentarlo, apenas tuvieron tiempo de reaccionar cuando una patada impactó brutalmente contra Paikuhan, derribándolo al suelo.

Cooler, quien acababa de salir del bullicio de soldados y luchadores, aterrizó con elegancia, sin inmutarse, y se volvió hacia ellos con una mirada severa.-Yo me encargo.-declaró con frialdad.

Cell se cruzó de brazos, alzando una ceja.-¿Tú solo?- le replicó con un tono incrédulo.-No seas ridículo. No puedes contra él.

El demonio del frío lo fulminó con la mirada.-Puedo manejar esto sin ayuda.

Freezer, que había estado observando la escena, observando al androide y a su hermano repetidamente durante su pequeña discusión, finalmente soltó un resoplido, claramente irritado.-Los dos son un par de necios.-murmuró lo suficientemente fuerte para que lo escucharan. Antes de dar media vuelta y dirigirse hacia el palacio fijó su vista en Cell.-Ayudalo. No puede solo contra él.

-¡Oye!-le exclamó Cooler irritado, mientras observaba como su hermano lo ignoraba y desaparecía en el interior del palacio. Al mismo tiempo el androide río por lo bajo, aunque no tenía la intención de esconder que ese comentario del demonio del frío le hizo gracia.

A pesar de que rápidamente volvió su vista en Paikuhan alertando cualquier movimiento, Cooler también tenía su atención en Cell.-Dijiste que íbamos a entrenar de nuevo.-le recriminó visiblemente molesto.

Cell se encogió de hombros, adoptando una postura de combate mientras observaba como Paikuhan se levantaba lentamente.-Me distraje un poco.-dijo con una sonrisa desafiante.-¿Esto cuenta?

-No.-respondió Cooler con seriedad, sin apartar la mirada de Paikuhan.-Esto es una misión.

Cell soltó una pequeña carcajada.-No veo la diferencia.

Cooler sacudió la cabeza, comprendiendo de dónde provenía esa mentalidad. Después de todo, también tuvo saiyajins en su ejército.

Paikuhan aprovechó el breve intercambio entre ellos y se abalanzó hacia Cooler con un potente golpe. Cooler reaccionó a tiempo, bloqueándolo con ambos brazos, aunque la fuerza lo hizo retroceder un paso. Sin embargo, su contraataque falló al esquivar Paikuhan con agilidad. En el mismo instante, Cell intentó atacar desde un ángulo diferente, pero Paikuhan anticipó su movimiento y desvió el golpe del androide con su antebrazo, girando sobre sí mismo para lanzar una patada que ambos esquivaron por poco.

Ahora, tanto Cooler como Cell se arremetieron contra el peleador del otro mundo en un aluvión de golpes y ataques rápidos. Paikuhan se defendía con destreza, esquivando con movimientos precisos y contraatacando en cada oportunidad.

Entre golpes y destellos de energía, Paikuhan mantenía su enfoque con inquietud.-"Freezer está dentro del palacio."-se dijo a sí mismo pensando en los posibles escenarios en que podría resultar aquello.-"Debo terminar esto cuanto antes."- volvió a decirse con preocupación.

Con una expresión decidida, canalizó su energía y desató su Ataque del Hyper Tornado, una ráfaga de viento comprimido que giraba a alta velocidad, envolviendo el campo de batalla en un torbellino destructivo.

Estando cerca del ciclón que se formó, Cooler y Cell fueron arrastrados por el ataque hasta que finalmente fueron atrapados por este. A pesar de caer en el ataque, aún se encontraban firmes en el suelo. Resistieron mientras eran levemente empujados por el viento, el cual impactaba creando heridas cortantes en sus cuerpos.

-¡Tsk! ¡Ese maldito!-gruñó Cooler, usando su brazo para protegerse los ojos, ya que era casi imposible visualizar algo estando dentro de ese ataque.

Cell, aunque lastimado, se mantuvo firme, su sonrisa desafiante aún presente.-¿Eso es todo lo que tienes? -se burló, aunque su respiración agitada revelaba el esfuerzo por mantenerse en pie.

Ambos guerreros, a pesar del daño, no daban señales de rendirse. Cooler volvió a adoptar su postura de combate mientras Cell se preparaba para lanzar un contraataque.

-No vamos a perder.-declaró Cooler con frialdad.

-Eso nunca estuvo en duda.-agregó Cell, con la chispa de la batalla encendida en sus ojos.

Mientras tanto, Freezer entró al palacio con pasos firmes, su mirada fría escudriñando cada rincón del enorme salón vacío. Algo debía estar allí, algo importante.-"¿Por qué se tomarían tantas molestias en proteger este lugar?"-pensó mientras su cola se movía con impaciencia.

Avanzó por los pasillos con sus sentidos alerta. Finalmente, llegó a una sala amplia donde oyó unos leves murmullos.-Salgan de una vez. No tengo paciencia para estos juegos.-ordenó el demonio del frío.

Del otro lado de la habitación, detrás de un gran pilar emergieron los kaios, sus rostros tensos pero intentando mantener la compostura.

Freezer dio unos pasos hacia ellos de manera amenazante, por lo que de inmediato el Gran Kaio dio un paso delante de los demás, con las manos levantadas en un gesto de calma.-¿Qué buscas aquí? -preguntó con voz firme, aunque se notaba un leve temblor. Aunque en su tiempo fue un gran peleador, no tenía muchas expectativas sobre luchar contra ese ser.

Los observó detenidamente por un instante. Sus ojos se posaron en el Kaio del Norte, cuya aureola brillaba tenuemente.

-Está muerto.-hablo casi con desprecio. Luego dirigió su mirada a los otros kaios, que no tenían esa marca.-Pero ustedes no. Eso significa que pueden salir de aquí.

El Gran Kaio entrecerró los ojos, comprendiendo a que se refiere el demonio del frío.-Estás equivocado. Nadie puede abandonar el Otro Mundo.-manifestó aun intentando aparentar tranquilidad.-Es imposible

Freezer sonrió, aunque no había rastro de humor en su expresión. Su energía comenzó a elevarse, haciendo temblar ligeramente el suelo bajo sus pies.-¿Imposible? No me gusta esa palabra.-Su voz adquirió un tono amenazante. -Entonces díganme cómo salir, o tendrán el mismo destino que su amigo de allá.

El Gran Kaio mantuvo su posición, aunque unas gotas de sudor en su frente delataba su nerviosismo.-No hay forma. La única manera de salir del Otro Mundo es estando vivo.

El semblante de Freezer se oscureció, sus ojos brillando con furia contenida.

-¿Es eso todo lo que tienen para decir?-preguntó, acercándose lentamente a ellos.

Antes de que pudiera atacar, un grupo de guerreros aparecieron entre los pasillos seguidos de unos soldados del ejército que habían traído la pelea dentro del palacio. Rápidamente, algunos luchadores se abalanzaron sobre el demonio del frío con la intención de proteger a los kaios.

Freezer esquivó con elegancia el primer golpe y contraatacó con un rayo láser que atravesó a uno de ellos. Sin perder tiempo, giró sobre sí mismo y propinó una patada que envió a otro contra una pared cercana.

La sala se llenó de destellos de energía y del estruendo de la batalla. Freezer se movía con velocidad y precisión, eliminando a sus oponentes uno tras otro.

Finalmente, tras una última explosión que derribó a los últimos luchadores, Freezer quedó en pie, con pequeñas heridas y su respiración apenas agitada. Se volvió violentamente hacia los kaios, su paciencia estaba completamente agotada. Su mirada se fijó en el Gran Kaio, y en un abrir y cerrar de ojos, apareció frente a él.-Te lo advertí.-dijo con una voz helada antes de propinarle un golpe directo al rostro.

El Gran Kaio fue lanzado hacia atrás, chocando contra una columna, mientras sus lentes caían al suelo hechos pedazos.

El impacto del puñetazo resonó en la sala. Todo se detuvo. Los guerreros e incluso los soldados, que aún estaban de pie cesaron sus ataques, y un silencio sepulcral se apoderó del lugar.

El demonio del frío observó al Gran Kaio mientras este se sujetaba el rostro adolorido e intentaba incorporarse lentamente.

-Te lo preguntaré una vez más.-ordeno Freezer, su tono gélido.-¿Cómo salgo de aquí?

El Gran Kaio levantó la cabeza, aun cubriendo parcialmente parte de su rostro.-No puedes.-respondió con sequedad.

El demonio del frío apretó los dientes mientras una esfera de energía se creaba en su mano con una intensidad creciente. Sus ojos brillaban de furia, listos para borrar cualquier rastro de los kaios. Sin embargo, antes de que pudiera liberar su ataque, un temblor repentino sacudió todo el palacio, provocando que el suelo y las paredes crujieran peligrosamente.

Todos se detuvieron, sus miradas girándose hacia la fuente del movimiento. Unos segundos después, las pisadas apresuradas de Paikuhan resonaron por los pasillos. Apareció jadeando, con su ropa desgarrada y algunos rastros de sangre en su piel, pero sus ojos mantenían ese brillo feroz e inquebrantable.

El corazón de Freezer dio un vuelco. ¿Los derrotó? ¿Cell y Cooler no pudieron resistir? Su rostro empalideció por un instante, pero pronto lo reemplazó una mezcla de rabia y temor.

Paikuhan apenas dirigió una mirada en el demonio del frío y en la escena frente a él, antes de lanzarse contra el tirano como un rayo.

-¡Maldito insecto!-gruñó Freezer mientras intentaba bloquear el primer golpe, pero su defensa fue inútil. Paikuhan lo superaba en velocidad y precisión.

Freezer retrocedía con cada impacto.-"Esto no puede estar pasando"-pensó con angustia y rabia. Sus movimientos cada vez eran más desesperados. Conocía el poder de Cooler y de Cell, y aunque jamás admitiría que eran superiores a los suyos, saber que Paikuhan los había superado lo perturbaba profundamente.

Intentó contraatacar, lanzando ráfagas de energía que iluminaron la sala, pero ninguna alcanzó su objetivo, sino que terminaron impactando en las paredes provocando grandes destrozos. Paikuhan era implacable, cerrando la distancia una y otra vez con golpes devastadores. Finalmente, con un puñetazo tan rápido que Freezer apenas lo vio venir, el demonio del frío fue lanzado como una bala, atravesando una gruesa pared y aterrizando en el patio trasero del palacio.

Todo quedó en silencio por un momento. Los kaios y los soldados presentes intercambiaron miradas nerviosas.

Freezer yacía en el suelo, su visión parpadeando mientras luchaba por mantenerse consciente. En su mente, aún intentaba pelear, pero su cuerpo no respondía. El dolor era insoportable, y su vista se apagaba en intervalos, llevándolo al borde de la inconsciencia.

Paikuhan se acercó lentamente al agujero en la pared, su mirada estaba fija en el cuerpo inmóvil del demonio del frío. Quería asegurarse de que estuviera completamente derrotado.

Los soldados que presenciaron la pelea, aunque aterrorizados, no podían quedarse quietos. Con un grito de guerra, todos arremetieron contra Paikuhan al unísono, intentando proteger a su líder caído. Paikuhan los enfrentó con la misma determinación, venciendo a cada uno con movimientos certeros y devastadores. Los cuerpos de los soldados cayeron uno tras otro, hasta que el último sucumbió.

Paikuhan apenas logró tomar aliento cuando una presencia intensa lo hizo girar la cabeza sorprendido. Desde uno de los pasillos oscuros, la figura imponente de Cell emergió lentamente. Respiraba con dificultad, su cuerpo cubierto de cortes profundos y heridas abiertas, pero sus ojos aún brillaban con fervor.

-¿Tú otra vez?-murmuró Paikuhan, apretando los puños.

Cell dio un paso adelante, tambaleándose ligeramente pero sin perder su postura.-Aún no hemos terminado.-dijo con voz firme.

La tensión en el aire se intensificó, y ambos guerreros se prepararon para el enfrentamiento final.

Cell, con el cuerpo magullado y el dolor recorriéndolo como un veneno, adoptó nuevamente su pose de pelea. Su mirada ardía de determinación mientras escudriñaba rápidamente la habitación. No había señales de Freezer. Su ira se intensificó al dirigir sus ojos hacia Paikuhan, quien permanecía desafiante, listo para seguir luchando.

Con un rugido, el androide forzó su regeneración. De inmediato, las heridas de su cuerpo se cerraron a una velocidad impresionante. El aura a su alrededor estalló en un destello de energía, y su poder incrementó drásticamente.

Sin perder un segundo, se lanzó contra su rival. Sus golpes resonaron con furia en toda la habitación. Cada impacto parecía buscar atravesar la resistencia de Paikuhan, pero este se mantuvo firme, desviando algunos ataques y absorbiendo otros con su cuerpo endurecido.

Un rápido movimiento de Paikuhan desequilibró a Cell, lo suficiente para que un giro ágil lo dejara expuesto. En un instante, el luchador del Otro Mundo lo levantó del suelo con una patada directa al estómago, enviándolo hacia el techo. Antes de que Cell pudiera recomponerse, Paikuhan desapareció de su vista y reapareció tras él, impactándolo con un golpe contundente en la espalda. El androide fue lanzado violentamente contra el suelo, creando un cráter que sacudió toda la habitación.

Paikuhan observó por un instante el estado del androide. Al ver que éste permanecía inerte, suspiró con cierto alivio. Se giró lentamente, dirigiéndose hacia los Kaios, dando por terminada la batalla.

Sin embargo, apenas dio unos pasos cuando un temblor creciente sacudió el palacio. Se volvió inquieto hacia el cráter, de donde emanaba un poder arrollador que solo aumentaba con cada segundo.

Desde el abismo, emergió lentamente la figura de Cell, rodeada de un aura rojiza. Su mirada amenazante estaba fija en su contrincante, y su respiración pesada parecía alimentar la intensidad de su energía.

Paikuhan frunció el ceño, reconociendo de inmediato la técnica. Kaioken. Ya había enfrentado esa habilidad en su pelea contra Goku, pero nunca la había sentido tan cargada de ira y desesperación.

La furia del androide lo impulsó a moverse primero. En un abrir y cerrar de ojos, apareció frente a Paikuhan y lo golpeó con un puño en el rostro. El impacto resonó como un trueno, pero el luchador apenas retrocedió un paso. El androide no se detuvo, y con una serie de golpes rápidos y precisos comenzó a presionar a su rival. Cada ataque era más fuerte que el anterior, y aunque Paikuhan bloqueaba algunos, otros lograban abrirse paso, desgastando su resistencia.

Un golpe directo en el abdomen hizo que Paikuhan se doblara levemente, pero aun así mantuvo su postura. Con un grito feroz, Cell giró sobre su eje y conectó una patada que lo envió contra una columna, rompiéndola en pedazos. Pero, para frustración del androide, Paikuhan emergió de los escombros con el ceño aún más fruncido, su postura de combate intacta.

Los golpes siguieron, uno tras otro, con una velocidad y fuerza que hicieron temblar el suelo bajo sus pies. Paikuhan, aunque claramente sintiendo el impacto de cada golpe, no retrocedía. Su cuerpo mostraba signos de desgaste, pero su mirada permanecía firme, desafiante.

Finalmente, un golpe especialmente fuerte hizo que Paikuhan fuera impactado contra el muro, provocando que la batalla continuará en el jardín.

Cell aprovechó el momento y cargó con toda su fuerza, lanzando otro puñetazo directo que fue bloqueado en el último segundo. Las auras de ambos estallaron en una explosión de luz y energía, iluminando los alrededores mientras continuaban su combate sin tregua.

A pesar de la fuerza que desplegaba Cell, era evidente que su energía comenzaba a disminuir. El Kaioken había llevado su cuerpo al límite, y cada golpe que lanzaba requería más esfuerzo del que podía permitir. Gruñendo con frustración, liberó la técnica, dejando que su aura regresará a un estado más controlado y así bajando momentáneamente su intensidad para conservar fuerzas.

Ambos combatientes se separaron brevemente, jadeando mientras sus ojos se cruzaban con ferocidad. Fue entonces cuando algo en el paisaje destruido llamó la atención de Cell. Entre los escombros de las paredes derrumbadas, su mirada se encontró con el cuerpo inmóvil de Freezer.

Por un instante, Cell se quedó quieto, como si el tiempo se hubiera detenido. No era sorpresa lo que sentía. Sabía que Freezer, por "poderoso" que fuera, no era invencible, y tampoco era extraño que alguien como Paikuhan pudiera derrotarlo. Pero aún así, la escena lo perturbaba. ¿Ese ser, quien alguna vez le había inspirado tanto temor y odio, ahora yacía derrotado e indefenso?

Un nudo de emociones contradictorias se formó en su interior. Freezer, con toda su arrogancia y crueldad, había sido una constante en su vida, una figura a la que había temido, desafiado y, en un extraño giro del destino, apoyado por momentos. Verlo derrotado y reducido a esa condición le generaba un desconcierto que no podía ignorar.

-"¿Así termina su grandeza?"-pensó, sus ojos aún clavados en el tirano mientras apretaba los puños con tanta fuerza que la energía a su alrededor comenzó a vibrar. Un dejo de desprecio se asomó en su rostro. Pero también había algo más. Molestia. Molestia porque, pese a todo, Freezer tenía un plan para escapar del infierno. Un plan que estaba dispuesto a llevar a cabo. Que Paikuhan lo hubiera superado tan fácilmente era como un golpe directo a su propio orgullo.

Su furia comenzó a acumularse, creciendo como un torrente descontrolado. Cell no lo aceptaría. No podía aceptar que Paikuhan estuviera por encima de ellos, de él.

Con un rugido que sacudió los cimientos del palacio, su aura estalló en un mar de energía violenta. Relámpagos eléctricos comenzaron a emerger alrededor de su cuerpo, y su ki se elevó a niveles que nunca antes había alcanzado.

Paikuhan retrocedió instintivamente, sus ojos ampliándose al sentir ese cambio. Reconocía ese poder. Lo había enfrentado antes, durante su combate con Goku. Esa transformación, esa energía abrumadora… Cell alcanzó el nivel de Super Saiyajin 2, se dijo así mismo desconectado.-"¿Cómo es posible?"-murmuró Paikuhan, apretando los puños mientras el suelo bajo sus pies temblaba.

El androide, ahora envuelto en un aura electrificada, levantó la vista y la clavó en Paikuhan. Su mirada era un huracán de emociones: furia, orgullo y un deseo absoluto de demostrar que nadie, ni siquiera un guerrero del Otro Mundo, podía doblegarlo.

Con un destello de pura velocidad, Cell desapareció de su lugar, y en un parpadeo, su puño impactó contra Paikuhan sin que lo viera venir. La batalla había tomado un giro definitivo, y el androide, impulsado por una mezcla de rabia y orgullo, estaba decidido a demostrar que era el verdadero poder absoluto.

Con un movimiento rápido se incorporó, pero el androide ya estaba sobre él, lanzando un aluvión de golpes con precisión devastadora. Cada impacto resonaba, empujándolo hacia atrás con fuerza abrumadora.

El guerrero del Otro Mundo bloqueó algunos ataques con dificultad, mientras intentaba asimilar lo que sucedía. La transformación de Cell había llevado su poder a un nivel que pocos podrían igualar. A pesar de su sorpresa inicial, Paikuhan no mostró vacilación. Sus ojos se endurecieron, y, con un grito de determinación, contraatacó, lanzando ráfagas de golpes y ataques de energía en un intento desesperado por recuperar el terreno perdido.

Sin embargo, el androide era implacable. Con una velocidad que apenas podía seguir, esquivaba los ataques de Paikuhan, cerrando la distancia para devolver cada golpe con el doble de intensidad. Sus movimientos eran precisos, calculados, como si cada ataque estuviera diseñado para quebrar no sólo el cuerpo de su rival, sino también su espíritu.

Un gancho directo al abdomen dejó a Paikuhan sin aliento, obligándolo a retroceder. Apenas tuvo tiempo de estabilizarse cuando Cell apareció detrás de él, propinándole una patada que lo lanzó contra una formación rocosa cercana en el jardín. El impacto levantó una nube de polvo y escombros, pero no detuvo a Paikuhan.

El guerrero emergió tambaleante, con raspones y heridas visibles en su cuerpo. Su respiración era pesada, y su ki, aunque aún poderoso, comenzaba a fluctuar. Paikuhan reunió toda la energía que le quedaba y lanzó un poderoso grito de guerra, cargando hacia Cell con una velocidad impresionante.

Aun así, el androide lo esperaba. Con un rugido, canalizó su energía en un ataque devastador, que impactó directamente contra Paikuhan. El golpe lo lanzó al aire, donde el androide lo siguió sin tregua. En el aire, el combate continuó, y aunque Paikuhan lograba conectar algunos ataques, la diferencia de poder se hacía cada vez más evidente.

Cell lo alcanzó una vez más, sujetándolo por el brazo y estrellándolo contra el suelo con una fuerza brutal. El impacto generó un cráter humeante, y esta vez, Paikuhan tardó en moverse. Su cuerpo mostraba claros signos de desgaste; su ki disminuía rápidamente, y sus movimientos eran más lentos.

De pie sobre el borde del cráter, Cell observó a su rival con una mezcla de frialdad y satisfacción. Su aura chisporroteaba a su alrededor, iluminando la escena mientras levantaba una mano, cargando otro ataque.

Paikuhan logró esquivar el devastador ataque de Cell con una maniobra ágil, girando en el aire antes de aterrizar a una distancia segura. Su mirada calculadora se fijó en el androide, y en lugar de usar fuerza bruta, optó por una estrategia más precisa. Con su energía en descenso, decidió atacar los puntos vulnerables del androide.

Aprovechando un momento de distracción, Paikuhan se lanzó hacia su oponente. Cell, cegado por la ira, no anticipó el repentino cambio de táctica. Un golpe directo, preciso y brutal impactó su hombro izquierdo, envuelto en una explosión de energía que atravesó su estructura biomecánica como una lanza. Con un chasquido desgarrador, el brazo izquierdo del androide se desprendió, cayendo pesadamente al suelo.

El androide contuvo el dolor, dejando escapar sólo un gruñido furioso que resonó en todo el jardín. A pesar de la pérdida de su extremidad, no titubeó. Su cuerpo, bañado en el aura amarilla, se movió con una ferocidad casi animal. Con su brazo restante y patadas cargadas de fuerza sobrehumana, lanzó una serie de ataques que obligaron a Paikuhan a retroceder.

Finalmente, un poderoso golpe directo al rostro del guerrero del Otro Mundo, ocasionó que este fuera enviado al suelo con una fuerza que hizo temblar el terreno. El jardín quedó en silencio por un breve instante, roto solo por los jadeos de ambos combatientes.

El momento de calma fue interrumpido abruptamente cuando varios de los luchadores que observaban decidieron aprovechar el estado debilitado de Cell. Los pocos que se atrevieron, se lanzaron en su contra.

Sin embargo, el androide, a pesar de estar exhausto y herido, los enfrentó con una determinación implacable. Cada uno de ellos cayó ante su poder, derrotado por golpes precisos y explosiones de energía que mostraban la resistencia casi infinita de Cell.

Cuando el último enemigo fue derrotado, Cell se quedó de pie en medio del caos. Su respiración era pesada, su cuerpo cubierto de heridas, sudor y sangre. El dolor del brazo perdido ardía como una herida abierta, y con su mano restante presionó sobre el muñón para intentar detener el sangrado mientras trataba de recuperar el aliento.

Justo cuando comenzaba a relajarse, un sonido familiar lo puso en alerta. Entre los escombros cercanos, la figura de Paikuhan emergió una vez más. Su cuerpo estaba claramente dañado, su energía casi agotada, pero su determinación brillaba intensamente.

Con un grito que resonó como un trueno, Paikuhan comenzó a cargar su técnica del Hyper Tornado, acumulando la poca energía que le quedaba. Las ráfagas de viento comenzaron a girar a su alrededor, levantando polvo y escombros mientras su figura se tornaba aún más intimidante.

El androide gruñó con molestia al ver el ataque formándose. Sabía que no podría esquivarlo, mucho menos permitir que alcanzara a Freezer, quien yacía a pocos metros de distancia, vulnerable e inconsciente. Con su única mano, Cell comenzó a cargar un Kamehameha, una última apuesta desesperada para detener el tornado.

Ambos proyectaron sus ataques, provocando un brutal choque de energía que iluminó el cielo con destellos cegadores. El tornado avanzaba inexorablemente, arrastrando a Cell hacia atrás con una fuerza imparable. Sus pies se hundían profundamente en el suelo, dejando surcos a su paso mientras luchaba por mantenerse firme.

Por un instante, su mirada se desvió hacia el cuerpo inmóvil de Freezer. El demonio del frío no sabía nada de la batalla que ocurría a pocos metros de él, ni del sacrificio que Cell estaba dispuesto a hacer. Sin embargo, algo en esa idea le molestaba.

Un leve pensamiento cruzó su mente.-"No debería importarme."- se dijo a sí mismo, volviendo su atención a la batalla, pero esa reflexión no logró afianzarse. En su interior, algo más fuerte, lo obligaba a seguir luchando.

Entonces, un recuerdo lo invadió: Gohan. Aquella pelea que había cambiado su vida, en la que un niño había desafiado lo imposible, impulsado por una furia y una convicción que nunca había entendido del todo. Pero ahora, lo sentía. Una chispa que nacía dentro de él.-"¿Es esto lo que significa proteger a alguien?"

Una sonrisa amarga y cansada curvó sus labios. Con renovada determinación, dio un paso hacia adelante, enfrentando el tornado con todas las fuerzas que le quedaban.

Las palabras de King Cold también resonaron en su mente, aquellas que había despreciado en su momento.

Lo que sentía era confuso, algo que no lograba nombrar, pero que ardía con una intensidad que jamás había conocido. Esa necesidad de proteger, de mantener a Freezer a salvo y cerca, le daba una fuerza que nunca imaginó poseer.

Por primera vez, no rechazó esos sentimientos. Se permitió creer que tal vez era cierto. Una intensa aura dorada envolvió su cuerpo, amplificando su poder, y con un grito desgarrador, empujó el ataque hacia el tornado.

El choque de energías era tan violento que el suelo comenzó a desmoronarse. Las explosiones iluminaban los jardines mientras Paikuhan retrocedía involuntariamente. Aun así, recuperó su postura rápidamente, intensificando su técnica. El tornado creció en tamaño y velocidad, arrastrando consigo los escombros del palacio.

Cell, agotado hasta el límite, sintió cómo sus células regenerativas fallaban. Su único brazo temblaba bajo la presión, y el dolor era insoportable. Pero sus ojos, cargados de determinación, seguían fijos en su objetivo y lo que deseaba defender. No podía permitir que él cayera también.-¡No perderé…! ¡no otra vez!-Con un grito de coraje, acumuló toda su energía restante y dio un paso adelante, logrando empujar el tornado hacia el palacio.

El guerrero del otro mundo frunció el ceño, sorprendido por la fuerza inesperada.-¿Cómo puede seguir luchando?-murmuró Paikuhan para sí mismo con dificultad, retrocediendo unos metros y cuidando que su ataque no entrara en contacto con el edificio.

Un aura dorada envolvió a Cell, intensificando su transformación y desatando una ráfaga de energía que logra dañar a Paikuhan dentro del tornado.

Paikuhan soltó un gruñido de dolor que resonó como un eco en los jardines, pero sus ojos ardían con una determinación inquebrantable. Sus músculos temblaban bajo la presión, y su cuerpo entero parecía al borde del colapso. Aún así, se negó a ceder.

Con un grito desgarrador que sacudió el aire, Paikuhan reunió cada fragmento de energía que le quedaba, cada gota de fuerza que su cuerpo podía ofrecer. Sus manos brillaron con un resplandor cegador mientras canalizaba todo su poder en el tornado. La tormenta de energía rugió con furia renovada, expandiéndose y duplicando su tamaño y velocidad. Era un acto de pura voluntad, un desafío al límite de lo posible.

Cell, agotado, sintió que sus fuerzas lo abandonan. Su Kamehameha comienza a debilitarse, y el ataque se acercaba inevitablemente hacia él. Aunque intentó resistir, el tornado lo alcanzó y lo comenzó a envolver lentamente. Con un último esfuerzo, extendió su mano hacia Freezer. Utilizando su telequinesis, logró empujar el cuerpo del demonio del frío fuera del alcance del ataque. Por un instante al verlo a salvo, una inesperada paz se instaló en su pecho.-"Así que… esto es lo que se siente luchar por alguien más."

A medida que el vórtice lo consumía, los recuerdos de sus triunfos, sus derrotas, y los momentos que lo habían moldeado pasaron fugazmente por su mente. Por primera vez, aceptó que había algo más allá de la perfección que tanto había buscado: el deseo de proteger, de no estar solo.

Finalmente, los recuerdos de su pelea contra Gohan y las palabras de King Cold llenaban su mente. A pesar de aguantar el ataque con todas sus fuerzas, Cell no pudo evitar sonreír amargamente. Si bien, se había vuelto más fuerte.-"Pero…"- balbuceó, comprendiendo que, a diferencia de Gohan, no se trataba de la misma situación. No fue suficiente. -"Pero… no soy tan fuerte como tú."-se dijo a sí mismo pensando en el saiyajin.

Con esa última reflexión, el poder del tornado lo superó. Todo se volvió negro mientras el androide perdia el conocimiento, dejando el campo de batalla en un inquietante silencio.

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Gran parte del templo de los Kaios yacía en ruinas. Las columnas destrozadas y el suelo agrietado eran un recordatorio silencioso de la magnitud del enfrentamiento que ocurrió en aquel lugar sagrado.

Los pocos peleadores que aún podían mantenerse en pie se dedicaban a las reparaciones, trabajando en conjunto para restaurar lo que había sido destruido. Retiraban escombros, levantaban columnas, reparaban paredes y reemplazaban los vidrios rotos, mientras el eco de sus esfuerzos resonaba en el ambiente.

Paikuhan, aunque maltrecho por el combate, levantaba escombros junto a los demás luchadores del otro mundo, su respiración aún era pesada pero su determinación seguía intacta. En una esquina, los Kaios observaban el desastre con rostros sombríos, mientras el Gran Kaio les daba la espalda, con aire más resignado que nunca, se dedicaba a ajustar sus gafas con cinta, pues se negaba a no usarlas.

-Esto… esto es inaudito.-murmuró la Kaio-sama del Este, todavía tratando de procesar lo ocurrido. Su voz tenía un matiz de alarma.- El infierno está diseñado para mantener a sus habitantes en un estado de estancamiento.

-Es cierto.-añadió el Kaio-sama del Norte.- Es imposible que aumenten su poder allí.

El Kaio del Oeste asintió, cruzándose de brazos mientras sus ojos se posaban en Paikuhan, quien aún luchaba por recuperar el aliento.-Y, sin embargo, lo hicieron.-respondió con gravedad.- Freezer y Cell no solo se volvieron más fuertes, sino que alcanzaron un nivel que incluso Paikuhan tuvo dificultades para manejar.

Paikuhan escuchando la conversación, se irguió un poco, aunque su cuerpo seguía quejándose por el esfuerzo.-Es cierto.-admitió con voz firme, aunque ligeramente fatigada.- Ambos han cambiado. Cell alcanzó un poder que nunca antes había mostrado. Y Freezer… su fuerza y resistencia son más preocupantes.

El Kaio-sama del Sur frunció el ceño, visiblemente incómodo.-Eso no debería ser posible. Algo está mal… muy mal.

El Gran Kaio, finalmente volviendo su atención hacia los demás, ajustó sus gafas "reparadas", que brillaban tenuemente con la luz que se filtraba a través de los agujeros en el techo.-Esos dos juntos ya son un peligro.-dijo con una seriedad que pocas veces mostraba.-Si logran escapar…-se interrumpió un momento, suspirando con pesar mientras su mirada vagaba por las ruinas.- No quiero ni imaginar lo que podría ocurrir si alguno de ellos estuviera vivo.

Por un instante, un silencio sepulcral se extendió entre ellos, roto únicamente por el sonido constante de las reparaciones en curso.

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Cell despertó con un sobresalto, jadeando ligeramente. Su cuerpo, aún adolorido por la feroz batalla, le recordaba los límites que había desafiado. Intentó sujetarse la cabeza, pero una cadena fría y pesada alrededor de su muñeca se lo impidió. Incorporándose lentamente, observó la celda oscura en la que estaba confinado. Las paredes de piedra emitían un resplandor tenue y helado, y el aire estaba impregnado de una opresiva sensación de derrota de los soldados que lo rodeaban.

-¡Cell! ¡Despertaste!-exclamó Jheese al notar que el androide se sentaba con esfuerzo. Los miembros del escuadrón Ginyu se acercaron a él, aunque con una inusual cautela. Incluso en su agotado estado, el androide podía percibir su incomodidad.

-¿Estás bien?-preguntó Recoome, con una voz menos enérgica de lo habitual.

Cell echó un vistazo a la cadena en su muñeca y notó que, al ser capturado le faltaba un brazo, pero ahora lo había recuperado. Su cuerpo había empezado a regenerarse, pero seguía sintiéndose débil y decaído. Miró a los soldados, quienes evitaban su mirada. Algo no estaba bien.

-¿Qué ocurrió?-preguntó finalmente, su voz áspera.

Los soldados vacilaron, sus ojos esquivando los del androide, pero intercambiaron miradas entre ellos.

-Nos capturaron a todos… pero…-comenzó a decir Butter, pero guardó silencio por un instante, antes de continuar.-...a Lord Freezer lo llevaron a otro lugar.

Cell sintió que un escalofrío recorría su espina dorsal y su corazón pareció detenerse por un momento.-¿Otro lugar? -preguntó con un tono más cortante, la tensión era notoria en su voz.

Todos asintieron rápidamente.-Sí… Lo separaron de nosotros casi de inmediato. No sabemos dónde está.-Agregó Gurdo con preocupación.

Las palabras resonaron como un eco perturbador en la mente del androide. Los recuerdos de lo ocurrido con Babidi le vinieron a la memoria. En los últimos años, nadie nunca supo dónde estaba.

Apretó los dientes, su mirada fija en los barrotes de la celda. Por más fuerte que se hubiera vuelto, ahora lo veía claro. Había una vulnerabilidad en él que jamás había previsto: Freezer.

Era más que una simple alianza. Le daba demasiada importancia, al punto de que, para bien o para mal, le preocupaba. Esa preocupación, aunque antes habría sido impensable, ahora era una realidad innegable. Y los Kaios lo sabrían. Si mantenían a Freezer bajo su control, podrían usarlo como un arma contra él, para quebrarlo.

-"Una debilidad."-pensó con el ceño fruncido y los puños cerrados con fuerza. No podía negarlo.

Pero, al mismo tiempo, algo en su interior se resistía. La idea de admitir aquello le enfureció. Sujetó la cadena de su muñeca con su mano y, con un grito ahogado de frustración, hizo un esfuerzo monumental. Los soldados lo miraban con lástima, sabiendo que ese lugar era "especial". Ni siquiera Cell era capaz de romperlas… y, sin embargo, la cadena cedió.

El androide apoyó su espalda contra la pared, cerrando los ojos con visible molestia. Desde que se había unido a Freezer, su vínculo se había fortalecido de maneras que jamás habría imaginado. En el pasado habría despreciado esa conexión, pero ahora… ahora entendía cuánto significaba.

Quería saber dónde estaba Freezer, qué le habían hecho. Pero esa preocupación lo atormentaba. Era una sensación extraña y desgarradora. ¿Existía alguna forma de evitar ser herido a través de otro?

Suspiró profundamente, sus ojos se abrieron para contemplar la tenue luz que se filtraba en la celda, como si buscara claridad en la penumbra de sus pensamientos. Proteger y luchar por alguien había sido un impulso que lo hacía más fuerte. Pero esa misma fuerza venía acompañada de un precio: la vulnerabilidad. Tener algo -o alguien- que le importara lo exponía a ser herido en formas que jamás imaginó posibles.

-"Freezer es…"-dijo para sí mismo, el peso de las palabras se atascaron sin poder siquiera pensarlas. Una pausa lo envolvió, llena de emociones que no quería enfrentar. Finalmente, susurró con amargura.-…una debilidad.

El reconocimiento le dolió más de lo que cualquier herida física podría hacerlo. Porque, por primera vez, admitía cuánto le importaba Freezer. Y con ello, entendía el peligro que eso representaba, no sólo para su mente, sino también para su corazón. Esa conexión lo hacía más fuerte, pero también más fácil de destruir.

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¡Eso es todo por hoy!

Y si, chale… Cell casi desbloquea el poder del amor. Pero le faltó poco… Cuando lo logre va a estar rotisimooooo.

Bueno, creo que ya se imaginan dónde está Freezer. Y no, no lo voy a desaparecer como a Babidi xD Freezer saldrá en el proximo capitulo asi que no se preocupen.

Y, no se si recuerdan que cuando Cell entrenaba en el inicio del fic y parecía que no tenía avances. Bueno, es que no debería xD Pero ya saben, Freezer hace 10 flexiones y ya alcanzó otra transformación ajaja Y con cell es igual. Pero, aunque sea algo que inventé, fue para que no aumenten tanto los niveles de poder estando en el infierno.

Espero que les haya gustado las peleas. Fue difícil, pero sí se pudo c: (Si es hay otra pelea no será tan larga como esta xd)

Comenten que les está pareciendo la historia. Además de que una putiza al fin hizo recapacitar a Cell xd

Nos vemos por allá del 1 de marzo. ¡Los quiero a todos! ¡Nos leemos! bye bye!