Capítulo 1: "La sombra del pasado"
La bella Koyuki Kazahana,Daimyodel País de la Primavera, esperaba en el puerto. El aliento formaba nubes blancas en el aire helado. Se abrazaba a sí misma, intentando inútilmente combatir el frío. Su mirada inquieta escudriñaba el horizonte. La nave que vendría desde el Imperio del Sol Naciente tardaba, y la espera se hacía insoportable, como una punzante aguja de hielo en su paciencia. Decir que la mujer estaba muriéndose de nervios sería un eufemismo; estaba al menos tres niveles encima de los nervios. Su corazón latía con fuerza, como un tambor desbocado en su pecho, y sus manos, ocultas en guantes de piel, temblaban ligeramente, traicionando su ansiedad.
No era para menos. Shiori Todoroki, la encargada de la Casa de Comercio del Loto Blanco en su país, le había asegurado que el torneo contaría con la presencia distinguida del emperador mismo y de, al menos, una o dos de sus esposas, así como su hija favorita. Una mezcla de emoción, anticipación y temor reverencial recorrió su cuerpo, como una descarga eléctrica, al recordar las palabras de Shiori y la magnitud del evento que se avecinaba. Y por esa misma razón es que se moría de miedo. Su rostro, habitualmente sereno y elegante, se contrajo en una mueca de preocupación. Sus ojos, normalmente brillantes y llenos de vida, se movieron nerviosamente de un lado a otro, buscando una vía de escape inexistente.
Como todos en el continente elemental, sabía que ese lugar, el mundo exterior, era salvaje e inhóspito. El solo pensar que un hombre solo haya conseguido no solo levantar un pueblo de simples alfareros, conquistado otros seis reinos para fundar una nación poderosa y, encima de eso, verse involucrado en la guerra madre de todas las guerras, saliendo victorioso, y no solo eso, sino que había conseguido lo que se creía imposible: pacificar completamente el gran mundo exterior... Una expresión de asombro, incredulidad y un respeto casi reverencial se apoderó de su rostro al considerar la hazaña del emperador.
El imaginarse a un hombre así, bueno, lo más cercano que podía pensar era un ser salido de sus mismas pesadillas, por mucho que la gerente le asegurara lo contrario. Un escalofrío involuntario recorrió su espalda, como una premonición oscura, al imaginar la figura imponente y poderosa del emperador. Shiori había afirmado que era un hombre bastante frío por norma general, pero no era un monstruo, incluso si era una montaña de músculos de casi dos metros de altura. De hecho, incluso podría considerársele un hombre gentil y noble en ciertos aspectos, por no mencionar que era un hombre increíblemente apuesto... Una leve sonrisa, teñida de curiosidad y una pizca de fascinación, se dibujó en los labios de Koyuki al recordar la descripción de Shiori, aunque rápidamente se desvaneció, reemplazada por la inquietud. Incluso si su forma de vestir dejaba en claro que no tenía ni idea de moda. Una mueca de diversión y desconcierto cruzó su rostro al pensar en el posible mal gusto del emperador, un pequeño detalle que contrastaba con la imagen imponente que se había formado de él.
Además de la propiaDaimyo, junto a ella se encontraban Tsunade, con los brazos cruzados sobre su pecho, en una postura tensa y expectante, su mirada fija en el horizonte, como si intentara adivinar la llegada de la nave; su asistente, Shizune, con una expresión nerviosa y preocupada en su rostro, jugando con sus dedos y mordiéndose el labio inferior; y la propiaShiori, quien era actualmente el blanco de las miradas de una buena parte de todos los presentes... y alguno que otro transeúnte. Shiori se mantenía erguida, con una sonrisa profesional y forzada en sus labios, aunque un ligero rubor, producto de la atención constante, teñía sus mejillas.
La mujer en cuestión, Shiori, era una joven que no podría tener más de unos 25 años. Tenía ojos heterocromáticos, siendo uno marrón y el otro azul cerúleo, y un cabello que era mitad rojo y mitad albino. Su apariencia llamativa y exótica, como una criatura de otro mundo, atraía las miradas curiosas y admiradas de todos a su alrededor. Si bien eso era algo que llamaría la atención de casi todos, lo cierto es que su atuendo era mucho más llamativo. Después de todo, lucía una falda corta azul marino, zapatillas a juego, medias negras y un top negro que dejaba al descubierto su vientre plano. Su cuerpo, esbelto y atlético, estaba sorprendentemente expuesto al frío, desafiando las bajas temperaturas. Lucía increíblemente hermosa, no la mal entiendan, pero... ese no era el tipo de vestimenta que alguien usaría en un clima que actualmente era de alrededor de doce grados bajo cero en pleno invierno. Koyuki no pudo evitar sentir un escalofrío por ella, y se abrazó a sí misma con más fuerza, sintiendo la crudeza del invierno en su propia piel. De hecho, era el atuendo que alguien usaría para un clima más bien tropical... en verano.
"—¿Cómo puedes vestir así con este clima? —finalmente, después de que no pudiera luchar más contra su curiosidad, Shizune hizo la pregunta que todos tenían en la cabeza. Su voz, llena de asombro e incredulidad, se elevó por encima del murmullo del viento mientras miraba a Shiori de arriba abajo, con los ojos muy abiertos."
"—Herencia de mi madre y de mi padre. —contestó la muchacha de cabello bicolor con su tono monótono y con un encogimiento de hombros, como si estuviera hablando de algo trivial y sin importancia—. La mitad de mi cuerpo es capaz de soportar temperaturas incluso por debajo de esta, esto por herencia de mi madre, mientras que la otra mitad es tan ardiente que para mí todo el tiempo está fresco, eso viene por padre... Creo que podrías decir que tengo un doble Kekkei Genkai, en tus términos, porque la mitad fría de mi cuerpo puede generar hielo y la derecha genera llamas ardientes, y puedo usar un fuego frío si utilizo mis dos mitades al mismo tiempo... el emperador lo llama exótico." Una leve sonrisa, casi imperceptible, se dibujó en sus labios al final de su explicación.
Esa respuesta, en realidad, sorprendió bastante tanto a Shizune como a su mentora. Ambas mujeres abrieron los ojos con sorpresa, intercambiando miradas de incredulidad. Ninguna de ellas se esperaba que Shiori tuviera una sorpresa como esa.
No pasó mucho más tiempo desde su explicación, cuando todos escucharon los poderosos motores del vehículo imperial por encima de ellas. Sus cabezas se levantaron al unísono, y sus ojos se dirigieron hacia el cielo, buscando la fuente del ruido. Y, efectivamente, cuando miraron hacia el cielo, a más o menos un kilómetro de distancia, notaron cómo había algo suspendido en el aire. Una enorme silueta oscura se recortaba contra el cielo invernal. Estaba a al menos 400 metros en el aire, si no es que más, si la perspectiva estaba jugándoles una mala pasada.
Por lo que la chica a su lado les estaba diciendo, Shiori, era una base de inteligencia móvil de operaciones destinada a nunca permanecer estática en un solo lugar para evitar que los focos de insurrección la detectaran y también para ayudar a las zonas devastadas por la guerra a volver a ponerse de pie. Asintieron con la cabeza, comprendiendo la función de la nave. Para gran alivio de todos, sólo habían usado el fuerte para el segundo uso hasta ahora... Una expresión de alivio se apoderó de sus rostros.
Aunque, convenientemente, Shiori eligió no decirles que eso era porque los grupos insurgentes eran destruidos tan pronto como eran descubiertos por uno de los reyes del cielo o cualquiera de los otros guerreros del imperio... Una sombra de duda cruzó sus ojos al darse cuenta de la omisión de Shiori. Ellas ciertamente no necesitaban saber de los problemas internos del imperio después de todo.
Finalmente, la gigantesca nave descendió y acuatizó, con un suave chapoteo que apenas perturbó la superficie del agua, a pesar de su inmenso tamaño. Sí, aparentemente podía moverse tanto en mar, aire y tierra. ¿Quién lo diría? Y pronto comenzó a navegar hasta situarse a poco menos de doscientos metros del puerto, junto con su gigantesca flota escolta. La flota, imponente y amenazante, se extendía hasta donde alcanzaba la vista.
Cuando todo estuvo calmado, las enormes puertas del vehículo se abrieron, con un sonido metálico que resonó por todo el puerto, dando paso a una pequeña fragata donde iban el emperador y sus dos esposas que se apuntaron a esta expedición, así como a los peleadores del torneo. La expectación y el nerviosismo aumentaron entre los presentes mientras esperaban la llegada del emperador.
Todo el espectáculo mostrado a la actriz y sus acompañantes duró diez minutos. Después, el emperador bajó de la embarcación. El nivel monstruoso de fuerza que el hombre poseía se hizo evidente en el mismo instante en que puso un solo pie en la madera del puerto. La madera se agrietó ante su mera presencia. El sonido de la madera crujiendo resonó por todo el puerto. Un escalofrío recorrió la espalda de los presentes. Poco después, bajaron su familia y el resto de los miembros de la comitiva del imperio. Koyuki observó con atención a cada uno de los que descendían, tratando de analizar sus rostros y sus posturas. Juró escuchar decir a uno de ellos que "no estaba pagando por la reparación del puerto". Una leve sonrisa, teñida de incredulidad y diversión, se dibujó en sus labios al escuchar el comentario.
Pero volviendo al tema del emperador, ahora entendía por qué razón Shiori afirmaba que el emperador y la moda no eran amigos. Una mueca de diversión y desconcierto se apoderó de su rostro al observar la vestimenta del emperador. El hombre vestía bastante extraño. Estaba segura de que lo que tenía alrededor de los hombros definitivamente era ropa de mujer. Levantó una ceja, perpleja, tratando de identificar la prenda. De hecho, el único accesorio que ciertamente le quedaba bien era la venda blanca y roja que tenía atada alrededor de sus ojos. Su mirada se detuvo en la venda, sintiendo una punzada de curiosidad.
En cuanto a sus acompañantes, salvo por el casco de metal con algo que ella asumió era piel en la cabeza de la más joven, Mordred, una chica que aparentaba ser una adolescente, con una expresión desafiante y una postura orgullosa, vestían relativamente normal. Al menos, normal para una reina, Arturia, con su armadura y porte elegante, irradiaba una presencia imponente y majestuosa. O un primer ministro, en el caso del pelinegro, Zeref, con su traje elegante y su expresión serena, pero con una mirada que denotaba inteligencia y astucia. Nealie, con su atuendo peculiar y su mirada intensa, emanaba un aura de poder y misterio. Juraba que Zeref fue el que dijo que no estaba pagando por la reparación del puerto.
"—Su alteza, es un honor estar en su presencia. —saludó Koyuki. Su voz, llena de respeto y nerviosismo, apenas era un susurro. Hizo una leve reverencia ante el que era considerado actualmente como el hombre más poderoso del mundo. Su cuerpo se inclinó con gracia y elegancia, pero sus manos temblaban ligeramente, traicionando su ansiedad."
"—El honor es todo mío. —el hombre correspondió el gesto con una reverencia. Su voz, profunda y resonante, transmitía una mezcla de cortesía y autoridad. Ella juraría que había escuchado su voz antes, pero eso era algo que eligió no investigar. Una expresión de duda y confusión cruzó su rostro al recordar la familiaridad de la voz. Después de todo, había conocido a muchas personas que tenían un timbre de voz similar y, honestamente, no podía recordarlas a todas, incluso si quisiera... Por no mencionar que dudaba que este hombre fuera un conocido suyo, teniendo en cuenta su historia. Sacudió la cabeza, descartando la idea como una simple coincidencia."
"—Le presento a mi amiga y directora del programa médico, Tsunade Senju. —Koyuki hizo las presentaciones, con un gesto de su mano hacia Tsunade. Sin que ella lo supiera, eran completamente innecesarias."
"—Tsunade Senju, una médico de tal reputación que ha dejado a los mejores médicos de mi mundo con el deseo de conocerla... aunque eso es algo que se podría arreglar. —La voz del emperador era suave, pero llena de un interés genuino. No era un halago vacío ni mucho menos. Los médicos de su reino estaban impresionados de que lograra tanto en un continente donde la electricidad era considerada una novedad, y no la norma. Una leve sonrisa, llena de admiración y respeto, se dibujó en sus labios."
Tsunade, en realidad, no tenía ni idea de cómo o por qué la gente del imperio sabía de ella y, honestamente, no estaba segura de querer averiguarlo. Una expresión de sorpresa y confusión se apoderó de su rostro, y sus ojos se abrieron ligeramente, sin poder ocultar su desconcierto. El hecho de que el emperador hubiera halagado a la mujer daba a entender que la mujer estaba en los buenos libros del emperador. Lo que, sin que ellos lo supieran... al menos en ese momento, provocó que cierto pervertido, Jiraiya, sintiera que sus días estaban contados. Una premonición oscura cruzó la mente de Tsunade, un mal presentimiento que la hizo estremecerse.
De regreso a lo importante, el emperador presentó a sus dos esposas y a labolita de azúcar sobreeditadaque tenía el gusto de llamar hija, con esas exactas palabras. Una sonrisa divertida y cariñosa se dibujó en sus labios al presentar a su hija, aunque sus palabras sonaran algo burlonas y exageradas.
También presentó al hombre que, bajo todos los sentidos, era su hermano en todo menos sangre, Zeref. Este asintió con la cabeza, con una expresión serena y un brillo de complicidad en sus ojos oscuros, reconociendo la presentación de Naruto.
Asimismo, presentó a todos y cada uno de los luchadores del imperio. Quienes, mientras el emperador iba al palacio feudal, con paso firme y decidido, rodeado de su familia y consejeros, fueron conducidos por Shiori a su lugar de alojamiento. Shiori caminaba con una sonrisa profesional, guiando al grupo con gestos amables y seguros, aunque un ligero tic en su ojo delataba su impaciencia.
Y, por supuesto, que la belleza de corazón helado, Koyuki, en realidad casi no pudo evitar sentir lástima por los imbéciles de Konoha... o de cualquier aldea. Una mueca de compasión y preocupación cruzó su rostro al pensar en el futuro de los competidores locales. Esto, al ver la sed de sangre que tenían la mayoría de ellos, los luchadores imperiales. Sus miradas intensas y sus posturas tensas, como depredadores listos para atacar, no auguraban nada bueno.
Al menos habían tenido suerte de que Pickle hubiera elegido que era un buen momento para hibernar o habrían tenido que lidiar con una bestia primitiva caníbal. Un escalofrío recorrió su espalda al imaginar a Pickle, recordando las historias que había escuchado sobre su brutalidad.
Aunque algo en su interior le decía que, en realidad, habían puesto al hombre a dormir para evitar un incidente diplomático. Muy seguramente para ligera decepción del emperador mismo... Una sonrisa irónica y divertida se dibujó en sus labios al pensar en la posible reacción de Naruto, frustrado por no poder desatar toda la violencia de sus guerreros.
Algunas veces se preguntaba si el hombre no era, en secreto, un dios de la venganza o algo por el estilo... Era considerado, por cierto Ghoul, como el dios de la guerra, así que no sería descabellado, por cómo funcionaban los dioses, que en realidad también fuera el dios de la venganza. Sacudió la cabeza, descartando la idea como una fantasía, aunque con una persistente sensación de duda, preguntándose si había algo más detrás de la fachada del emperador.
XXXXX
—Dos días más tarde, inscripciones del torneo—
Muchos no sabían por qué se había permitido, pero debido al patrocinador, las reglas para este torneo habían sido modificadas en gran medida. Una expresión de confusión e incertidumbre se apoderó de los rostros de los participantes y espectadores, mientras intentaban comprender los cambios. Normalmente, en el torneo solían enfrentarse 32 participantes que se escogerían en una ronda eliminatoria previa.
Sin embargo, este año solo había 16 lugares, ya que los otros 16 habían sido cedidos de forma directa a los peleadores del imperio. Una mezcla de sorpresa, indignación y resignación se extendió entre los participantes locales, que veían reducidas sus oportunidades.
También, y por alguna razón que nadie comprendía, había un límite de edad para los concursantes, situada, para gran frustración de muchos de los habitantes de la nación elemental, entre los 15 y los 27 años de edad. Una ola de murmullos y quejas recorrió la multitud, expresando su descontento. Curiosamente, solo dos años más de edad que tenía el emperador, por lo que muchos tenían entendido. Un murmullo de sorpresa y especulación recorrió la multitud al recordar la edad del emperador y la posible relación con el límite de edad.
Sin embargo, solo con esa restricción, las mejores cartas de Konoha, como lo eran Gai, Kushina, Hiashi, Tsume, Kakashi y el mismo Minato, habían quedado fuera del torneo. Una expresión de frustración y decepción se apoderó del rostro de Minato y los demás excluidos, que veían cómo sus posibilidades de participar se desvanecían. Al igual que Han y Roshi de Iwa, o el propio A de Kumo junto a su hermano y Jinchuriki. Un murmullo de incredulidad y preocupación se extendió entre los representantes de las otras aldeas, conscientes de la desventaja que suponía la restricción.
Así que, para ligera preocupación de Konoha, su destino recaía en los jóvenes hombros de Menma, Shio, Hashirama y Mito Namikaze, los hijos del Hokage. Quienes se miraron entre ellos con expresiones de determinación y nerviosismo, sintiendo el peso de la responsabilidad.
También estaban Hinata, Hanabi y Neji Hyuga. Los miembros del clan Hyuga adoptando una postura de combate, con sus ojos Byakugan activados, listos para demostrar su valía.
Rock Lee, con una expresión de intensa concentración y fuego en sus ojos, quemando con la llama de la juventud.
Kiba Inuzuka, con una sonrisa salvaje y sus colmillos al descubierto, ansioso por entrar en acción.
Sasuke Uchiha, con una mirada fría y distante, y una expresión de arrogancia en su rostro, como si se considerara superior a los demás.
Y Maru Sarutobi, antes conocido como Konohamaru. Quien, con el apoyo de su madre, el ahora Jounin de 20 años, había cambiado su nombre legalmente, pues le daba asco tener un nombre relacionado a un nido de ratas traidoras. Maru se mantuvo erguido, con una expresión de determinación y orgullo en su rostro, listo para representar a su clan y a su aldea.
"—¡No importa, aun así, Konoha se llevará la victoria! —exclamó Mito. Su voz, llena de entusiasmo y una determinación casi desesperada, resonaba en el lugar. Golpeaba el aire con el puño, con una sonrisa confiada, aunque ligeramente forzada, en su rostro. Quería demostrar su habilidad y potencial, ardía en deseos de patear algunos traseros imperiales, para al menos ganarse un poco del respeto de Maru. Una expresión de anhelo y desafío se apoderó de su rostro, mezclada con una pizca de inseguridad."
Las cosas entre la familia Namikaze y lo que quedaba de los doce de Konoha, como entre ellos mismos se llamaban, no eran precisamente agradables. De hecho, todo lo contrario. Una mueca de disgusto y frustración cruzó el rostro de Minato al pensar en las tensas relaciones, en la división y el resentimiento que corroían al grupo.
Menma, el hermano menor de Naruto, era muy insistente en pedirle una cita a Hinata. Esta lo había rechazado de todas las maneras imaginables, y algunas que había inventado únicamente para poder hacerlo más claro posible. Hinata se mantenía firme, con una expresión de determinación y hartazgo en su rostro cada vez que Menma se acercaba, como si estuviera lidiando con una molestia persistente.
A muchos, aunque no les gustaba la comparativa, era casi como recordar los constantes rechazos que Sakura recibía cuando intentaba cortejar a Sasuke sin clan. El autor deja escapar una risa maliciosa entre paréntesis, disfrutando de la situación.
Solo que con algo un poco peor en la mezcla. Hubo un par de veces en los que Hinata había golpeado al joven a una pulgada de su vida sin que este pudiera captar el mensaje. Una sonrisa de satisfacción y aprobación se dibujó en los labios de algunos espectadores al recordar esos incidentes, una pequeña venganza por la insistencia de Menma.
Para desgracia del joven y molestia de Kushina y Shio, esto había ocurrido durante su combate en los exámenes Chunin al año siguiente del destierro. Hinata había aplastado al llamado por sus padres, y por nadie más, "Prodigio Namikaze". Una expresión de triunfo y desafío se apoderó del rostro de Hinata al recordar su victoria, como si hubiera demostrado su valía de una vez por todas.
Y para un cierto nivel de reivindicación de Neji... o no tanto, debido a las circunstancias más que distintas del combate en cuestión, el joven prodigio Hyuga había sido quien derrotó a su hermana gemela, Shio. Esta había quedado prendada del joven Neji. Una expresión de confusión y decepción se apoderó del rostro de Shio al recordar su derrota, mezclada con una pizca de anhelo no correspondido. No es que eso fuera a darse jamás.
Para empezar, Neji tenía la bendición de su tío para salir con su compañera de equipo, Tenten. Neji asintió con la cabeza, con una leve sonrisa, recordando su relación con Tenten, un refugio en medio del caos. Además de que el prodigio Hyuga ni siquiera soportaba estar en la misma habitación que ella por más de cinco minutos. Una mueca de disgusto y frustración cruzó el rostro de Neji al pensar en Shio, como si su sola presencia le resultara irritante.
Ese día, tras aplastar a Menma, Hinata miró altiva y desafiante, como cierto joven de cabello negro había hecho en el pasado, hacia el palco Hokage. Casi como si estuviera diciéndoles: "¿Por esto lo dejaron atrás?". Su mirada, llena de reproche, dolor y un desafío silencioso, se clavó en Minato y Kushina, quienes bajaron la cabeza, incapaces de soportar la intensidad de su mirada.
Menma no podría ser más distinto a su hermano incluso si lo intentara. Él podría teñirse el cabello negro azabache como lo había hecho Naruto toda su vida, podría ocultar sus ojos detrás de suhitai-atecomo lo habría hecho su hermano, y aun así no estaría ni cerca de ser como su hermano.
Naruto era distante, es verdad, pero siempre era cortés; Menma era engreído. Naruto ayudaba a quien merecía su ayuda, incluso si no le agradabas; Menma era petulante. Naruto era tenaz, valiente y, pese a todo, jamás se rendiría ante nada, estando dispuesto a darlo todo de sí; Menma era cobarde y si las cosas no iban 100% a su favor, tendía a rendirse. Una expresión de desprecio, decepción y una profunda tristeza se apoderó del rostro de aquellos que conocían a ambos hermanos, al comparar sus personalidades y sus acciones.
Y para hechos, las pruebas, pues a Hinata le bastó con golpearlo dos veces a una pulgada de su vida para que Menma se rindiera. Una sonrisa de satisfacción y un ligero desprecio se dibujaron en los labios de Hinata al recordar su contundente victoria, saboreando el momento en que silenció a Menma. Especialmente triste y patético si se tomaba en cuenta que él tenía un arsenal ofensivo mucho mayor al de su hermano, y aun así no fue capaz de hacer nada ante una kunoichi del mismo clan que se decía era insuperable en Taijutsu. Una mueca de disgusto y decepción se apoderó del rostro de aquellos que presenciaron la pelea, sintiendo vergüenza ajena por la debilidad de Menma.
Nuevamente triste, considerando que Naruto superó a Neji en un combate de Taijutsu y Neji era superior a Hinata en todo aspecto. Una expresión de incredulidad, frustración y una pizca de admiración se apoderó de los rostros de los espectadores al recordar la hazaña de Naruto, comparándola con la patética demostración de Menma. Lo único bueno que salió de esa batalla es que Hinata fue capaz de desquitarse con él. Cada gramo de ira y frustración que sentía fue liberado en ese combate, como una presa que se rompe y libera toda el agua contenida. Una expresión de alivio, catarsis y una satisfacción vengativa se apoderó del rostro de Hinata al recordar la liberación de sus emociones reprimidas.
Y es que, a medio año de su regreso, ella y básicamente todos los demás se habían enterado de que, de los trillizos, solo Naruto tenía una mínima capacidad real de haber podido controlar el chakra del Kyubi debido a su cuerpo. Este reemplazaba el chakra especial que tenía Kushina en su interior. Una expresión de sorpresa, revelación y una amarga comprensión se apoderó de los rostros de todos al enterarse de la verdad, al comprender la magnitud del error que habían cometido.
Mientras que sus hermanos, al ser mestizos entre Uzumaki y un simple civil, poderoso sí, pero un civil al final del día, no tenían el chakra especial que poseía Kushina. Por lo que no podían acceder al chakra del Kyubi sin perderse completamente en la ira, permitiendo que la bestia tomara el control de sus cuerpos. Una mueca de disgusto, desprecio y una profunda decepción se apoderó de los rostros de aquellos que conocían la situación, al comprender la inutilidad de Menma y Shio como contenedores.
En otras palabras, abandonaron a Naruto por nada. Y debido a ello, y siguiendo la política de la aldea de "desquítate con quien no la teme ni la debe", Menma se convirtió en el chivo expiatorio de Hinata. Una sonrisa irónica, amarga y llena de sarcasmo, se dibujó en los labios de algunos al observar la dinámica entre Hinata y Menma, una retorcida justicia poética en medio de la tragedia.
Igualmente, Shio fue aplastada sin muchos problemas por Neji. Una expresión de decepción, frustración y una pizca de vergüenza se apoderó del rostro de Shio al recordar su derrota, sintiendo el peso de su fracaso. Y un par de años más tarde, Hanabi y, para sorpresa de muchos, Udon, quien se había vuelto más fuerte de lo que uno esperaría de él, habían logrado humillar a los dos hermanos Namikaze menores. Una expresión de sorpresa, satisfacción y un ligero orgullo se apoderó de los rostros de Hanabi y Udon al recordar sus victorias, sintiendo que habían reivindicado el honor de su clan y de su aldea.
Mostrándole con ello a la familia que habían apostado al caballo equivocado. Después de todo, Naruto, si bien podría haber perdido en batallas contra oponentes mejor preparados, al menos no se rendiría hasta, al menos y en sus palabras dichas a Zabuza en su tiempo: "Puede que muera aquí hoy, pero al menos te llevaré conmigo al infierno". Una sonrisa de admiración, respeto y un ligero temor se dibujó en los labios de aquellos que recordaban las palabras de Naruto, su valentía y su determinación inquebrantable. Luego, el mercenario Gatō rompió su contrato con dicho hombre y el resto es historia.
En cuanto al resto, bueno, la relación entre Lee y sus compañeros de equipo nunca volvió a ser igual y se vio replegado por ellos, aun con los muchos intentos de Gai por reconectarlos. Una expresión de tristeza, decepción y resignación se apoderó del rostro de aquellos que conocían la situación, lamentando la ruptura de la amistad.
Una situación similar ocurrió en los equipos diez y ocho con Kiba e Ino, aunque ahí fue un poco peor, ya que los disidentes tampoco perdonaron a sus sensei por sus acciones. Una mueca de disgusto, desaprobación y amargura se apoderó de los rostros de los disidentes, recordando la traición y la decepción.
En cuanto a Sasuke y Sakura, bueno, Sasuke era un imbécil de grado uno y Sakura, su cachorrito faldero fiel... Una expresión de desprecio, fastidio y una profunda aversión se apoderó de los rostros de aquellos que conocían a Sasuke y Sakura, hartos de su arrogancia y su actitud. Además, nadie quería nada que ver con un "sin clan", algo que Neji, en especial, disfrutaba de recordarle. Una sonrisa cruel, satisfecha y llena de malicia se dibujó en los labios de Neji al pensar en la situación de Sasuke, disfrutando de su caída en desgracia. Después de todo, la mayor parte del ego de Sasuke venía de ser un Uchiha, cosa que ahora ya no era.
"—Palabras valientes, dichas por una perdedora. —Maru simplemente no pudo evitar cortar las ilusiones de la Namikaze. Su voz, fría y cortante, resonaba en el lugar, llena de desprecio y burla. Su mirada, fija en Mito, era gélida e implacable, como el filo de una espada*.
Incluso si no tenía ni idea de que ella quería ganar puntos con él con esas palabras, y solo quería bajarla de su pedestal.
"—Konohamaru, esa no es forma de hablarle a la hija del Hokage. —le reprendió Asuma. Su voz, aunque intentaba ser severa, carecía de la fuerza necesaria. Su rostro reflejaba una mezcla de desaprobación y cansancio*.
"—No te mordiste la lengua, tío Asuma. —le respondió Maru con veneno en su voz,arqueando una ceja con sarcasmo y mirándolo con un desafío que helaba la sangre. Después de todo, era bien sabido que Asuma le había dicho palabras más cortantes e hirientes a Naruto en su tiempo—. Además, a diferencia de otros, mis palabras vienen de la verdad. Después de todo, ella nunca ha vencido a Moegi ni mucho menos a Hanabi, así que las cosas por lo que son. —Su voz era firme y llena de convicción, y su mirada, fija en Mito, era desafiante e inquebrantable*.
Nadie podía discutir con esa lógica, o mejor dicho, no querían hacerlo. Ya que realmente no necesitaban hacer una escena, así que simplemente se fueron al sitio de registro.
Se inscribieron con el menor número posible de incidentes. Solo para después separarse para buscar un lugar donde alojarse... sin mucha suerte para la mayoría de ellos, cabe decir. Los miembros del grupo se dispersaron, con expresiones de frustración, cansancio y resignación en sus rostros, buscando un refugio en medio de la hostilidad que los rodeaba.
XXXXX
Al día siguiente, los inscritos en el torneo se prepararon para ir a competir. Se reunieron en el lugar designado, con expresiones de anticipación, nerviosismo y una determinación férrea en sus rostros. Cada uno de ellos llevaba consigo sus propias esperanzas, sueños y temores.
Todos habían llegado temprano a la arena donde se llevarían a cabo las preliminares. Una vez dentro, una muy bonita mujer de cabello negro y ojos ambarinos les explicó las reglas. La mujer se paró frente a ellos, con una postura elegante y una sonrisa profesional, aunque ligeramente forzada.
Sin embargo, sus ojos no eran precisamente lo que les llamaba la atención, incluso si eran bastante bonitos. Lo que en realidad llamaba su atención, además de la gorra roja y su cuerpo más que perfecto, era que tenía orejas de gato negro sobre su cabeza y una especie de cinturón que, a muchos, más bien le parecían dos colas igualmente negras envueltas alrededor de su cintura. Los participantes la observaban con una mezcla de asombro, curiosidad y, en algunos casos, una lujuria mal disimulada, preguntándose sobre la naturaleza de aquella peculiar mujer.
"—Muy bien, este año tenemos un récord de asistencia por lo que me han informado, y yo quiero ir a tomar una siesta, así que seré rápida. —Su voz era sorprendentemente sensual para alguien que claramente no quería estar ahí. Habló con un tono de voz arrastrado, perezoso y ligeramente irritado, como si estuviera cumpliendo una obligación molesta y deseando terminar con la tarea lo antes posible—. Debido al número de participantes que tenemos, vamos a dividirlos en bloques. —Suspiró con resignación, como si la tarea fuera una carga pesada e indeseable*."
Justo cuando dijo eso, un pitido sonó en su oído y poco después simplemente tuvo que suspirar. Se llevó una mano al oído, con una expresión de fastidio y molestia en su rostro, como si estuviera lidiando con una interrupción inoportuna.
"—No voy a volver a ver a la mayoría de ellos, ¿por qué tengo que presentarme?... La cortesía es para diplomáticos, Shiro-chan... Bien, bien, tú ganas. —A muchos les cayó una gota de sudor por la pelea unilateral que estaba teniendo lugar entre la mujer y esa tal Shiro. Los participantes se miraron entre ellos, confundidos, divertidos y ligeramente desconcertados por la escena, preguntándose qué estaría pasando*.— Bien, dado que mi hermanita piensa que debo ser formal, el nombre es Kuruka Toujo, seré la juez principal de esta parte del torneo para evitar controversias y esas mierdas. Ahora, las malditas reglas. —Su voz se volvió más formal y autoritaria, aunque con un toque de sarcasmo, desgano y una clara falta de entusiasmo*.
Sip, claramente una mujer que amaba su trabajo... Una sonrisa irónica y divertida se dibujó en los labios de algunos espectadores, captando el sarcasmo y la actitud de Kuruka. Sin ellos saberlo, en realidad, la gente en el imperio, en realidad encontró esa escena, transmitida a nivel mundial, terriblemente graciosa. El público en el imperio estalló en carcajadas ante la actitud desinteresada y sarcástica de Kuruka, disfrutando de su peculiar personalidad. De ahí que su hermana menor la hubiera reprendido. Después de todo, al público rara vez le gusta un presentador que claramente está amargado.
"—Debido a la cantidad de personas, tendrán límite de tiempo de diez minutos. Si no hay ganador claro, ambos se van. —La voz de Kuruka era monótona, desinteresada y ligeramente arrastrada, como si estuviera recitando una lista de reglas aburridas y sin importancia, sin molestarse en mirar a los participantes*."
Por supuesto, las protestas no tardaron demasiado en llegar. Los participantes se agitaron, intercambiando miradas de incredulidad, frustración y enojo, y comenzaron a murmurar entre ellos, expresando su descontento con la limitación de tiempo.
Sin embargo, una mirada de sus ojos brillantes bastó para callarlos. Sus ojos, con un brillo intenso, frío y sobrenatural, recorrieron la multitud, silenciando cualquier intento de protesta o queja, como si tuvieran el poder de congelar las palabras en sus gargantas.
"—Oh, agradezcan que lo hicimos, llorones. Muchos de los imperiales tienen técnicas familiares que destruyen a nivel atómico. —Su voz goteaba sarcasmo, desprecio y una pizca de burla, mientras miraba a los participantes con una expresión de superioridad*.
Y eso bastó para callarlos. Los participantes palidecieron, sus rostros se contrajeron en expresiones de miedo y preocupación, imaginando el poder destructivo de esas técnicas, sintiendo un escalofrío recorrer sus espaldas. Ciertamente, con lo que se sabía de ese lugar del infierno, eso era creíble y una fortuna que no se les permitiera usarlas.
"—Obviamente, por razones similares, no se permite el uso de armas o jutsu. También, y aunque no está penalizado, les pedimos que no maten. Esto está transmitiéndose en vivo y hay niños viéndolo... no sé por qué esto legalmente es clasificación R. —Frunció el ceño, confundida, y se llevó una mano a la barbilla, pensativa, como si estuviera reflexionando sobre una cuestión filosófica profunda*."
Un nuevo pitido llegó a suoído.
"—¿Cómo que no es R? Son tipos golpeándose entre ellos por amor de Qin, Shiro, gente ha perdido ojos y orejas en esto antes. —Suspiró con exasperación, frotándose las sienes con cansancio, como si estuviera lidiando con una situación absurda e incomprensible*."
Y todos eligieron ignorar a la chica y a su discusión con Shiro, principalmente porque no estaban entendiendo una mierda de lo que estaba diciendo ahora mismo. Los participantes se miraron entre ellos, confundidos, ligeramente perturbados y preguntándose qué estaría pasando en la mente de aquella peculiar mujer.
Diez minutos después, la discusión llegó a su fin y, finalmente, Kuroka retomó la explicación.
"—Volviendo a encarrilar esto, si su adversario se rinde, cae de la plataforma, queda inconsciente, si sus lesiones le impiden seguir, o detectamos que están haciendo trampa, quedarán fuera y punto. Y créanme, me eligieron como juez porque puedo ver cosas que muchos otros no pueden ver, y dado que me respalda el mismo emperador, mi decisión es inapelable... aunque me están obligando a ser imparcial. —Su voz se volvió más firme, autoritaria y ligeramente amenazante, aunque con un toque de fastidio y resignación al final*.
Por alguna razón que nadie entendía, eso lo había dicho mientras miraba hacia Konoha. Los participantes de Konoha se removieron incómodos bajo su mirada, sintiendo una punzada de culpa y preocupación, como si la jueza supiera algo que ellos ignoraban.
No obstante, todos los demás asintieron en comprensión, con expresiones de seriedad, respeto y una ligera tensión en sus rostros. Todos teniendo la idea de que sería muy, pero muy difícil ganarse un lugar en este torneo.
"—Ahora, los iremos sorteando por orden de registro en uno de los ocho bloques para los combates. Solo los finalistas de cada bloque pasarán a la ronda final, donde, por el orden del bloque, se les asignará un número. Los ganadores del bloque uno son los finalistas uno y dos, y así hasta llegar a los 16 lugares. Una vez hecho eso, el día del torneo serán emparejados para luchar contra los luchadores del Imperio del Sol Naciente que han obtenido el mismo número que ustedes. —Con esto terminó su explicación, con una voz monótona, desinteresada y ligeramente cansada, como si estuviera recitando una lista de compras por enésima vez, sin molestarse en mirar a la multitud*—. ¿Dudas? —Miró a la multitud, con una expresión de aburrimiento, fastidio y una impaciencia mal disimulada*."
Ella ignoró los brazos que se habían levantado. Ni siquiera se molestó en mirarlos, como si las preguntas de los participantes no le importaran en lo más mínimo, como si fueran una molestia insignificante. No le pagaban para esto... está bien, lo hacían, simplemente ni siquiera quería el trabajo para empezar. Se lo habían dado porque "eres bonita, y tus comentarios secos divertirán al público", y el que estuviera de mal humor en realidad ayudó a dichos comentarios secos... que su hermana menor la cortara a media oración en varias ocasiones ayudaba también, por supuesto.
Fueron más participantes de los que la propia Kuroka había pensado que eran, cerca de 300, decenas más, decenas menos. Pero ella no quería contarlos y, honestamente, no era su trabajo llevar los registros de quiénes participaban y quiénes no.Suspiró con fastidio, sacudiendo la cabeza con desgano, como si la sola idea de contar a los participantes le resultara tediosa.
Pero volviendo al tema, debido a la cantidad francamente ridícula de participantes, en los cuales los oriundos de Konoha realmente la pasaron muy, pero muy mal. Eran la comidilla de tanto los jueces de cada bloque como de los peleadores... y en general de la ciudad misma.Una mueca de disgusto y desprecio se apoderó del rostro de los habitantes de la ciudad y de los jueces al interactuar con los de Konoha, tratándolos con una mezcla de burla y desdén.
De hecho, la situación llegó a tal que, en el hostal donde se quedaban, les cortaban el agua y la luz. Los de Konoha se miraron entre ellos, con expresiones de frustración, humillación y una creciente ira, sintiéndose víctimas de una injusticia constante.
En los restaurantes les negaban el servicio y, donde finalmente los decidieron atender, les cobraban el triple. Alegando "impuesto de idiotas" o cualquier otro impuesto ridículo que quisieran cobrarles y que no podrían negarse a pagar. Ya que, oh sorpresa, había un rey celestial rondando la ciudad, para asegurarse de que no hubiera problemas. Siendo dicho rey celestial nadie menos que el maldito Zeref Dragneel. Un escalofrío recorrió la espalda de los de Konoha al recordar la presencia de Zeref, sintiendo una mezcla de temor y resentimiento.
Y el hombre simplemente les dijo: "Paguen o váyanse; realmente no puedo ni quiero hacer nada por ustedes por el rencor de la gente que, algún día, con suerte, olvidarán". Zeref se encogió de hombros, con una expresión de indiferencia, desprecio y una crueldad sutil en su rostro, como si disfrutara del sufrimiento ajeno. Había dolido, especialmente al matrimonio Namikaze.
Después de todo, esas, sin que el hombre lo supiera, eran exactamente las mismas palabras que el Hokage le había dicho a su hijo muchas veces. Y pensar en eso solo los puso más tristes, ya que tenían que pensar en cuánto tuvo que sufrir y soportar sin enloquecer. Minato y Kushina bajaron la cabeza, con expresiones de culpa, dolor y arrepentimiento en sus rostros, sintiendo el peso de sus acciones pasadas. Lo cual continuaba el círculo vicioso, ya que solo los ponía más tristes.
(Curioso cómo no le dieron mayor importancia a que la "mano del emperador" estuviera rondando el torneo). El narrador deja escapar una risa sarcástica entre paréntesis, señalando la ironía de la situación.
Afortunadamente, para fortuna de Konoha, demostraron que seguían siendo uno de los pueblos con los shinobi más poderosos. Y que seguían teniendo la especialidad en Taijutsu por excelencia. Pues ellos fueron la nación shinobi con más concursantes en la final, siendo el resultado bastante prometedor para Konoha. Una chispa de esperanza, orgullo y una renovada determinación se encendió en los corazones de los representantes de Konoha, aferrándose a la posibilidad de redención.
Con Kiba, Neji, Menma, Maru, Shio, Lee y Sasuke, tenían un total de 7 luchadores en el torneo. Los nombrados se irguieron con orgullo, sintiendo una mezcla de nerviosismo y confianza, listos para enfrentar el desafío.
Las hermanas Hyuga y los dos Namikaze más jóvenes habían quedado fuera por poco... o simple mala suerte de emparejamiento. Una mueca de frustración, decepción y resignación se apoderó de los rostros de los eliminados, lamentando su fracaso. Hinata simplemente tuvo mala suerte de enfrentarse a Neji en una de las primeras rondas. Hinata suspiró, con una expresión de tristeza y aceptación en su rostro, reconociendo la superioridad de Neji. Y Hanabi con él, en palabras de Hinata, "animal bruto de Lee". Hanabi hizo una mueca de disgusto y frustración al recordar su pelea con Lee, reconociendo su fuerza bruta, pero despreciando su falta de refinamiento.
Maru, en realidad, había tenido la suerte a su favor. Después de todo, había golpeado a Hashirama como un saco de boxeo, sin saberlo, para gran diversión de cierto pelinegro de ojos vendados. Una sonrisa divertida, cómplice y llena de satisfacción se dibujó en los labios de aquellos que conocían la situación, disfrutando del espectáculo.
Mientras que Mito se había confiado en sus habilidades y perdió en una etapa temprana contra Shizuka. A quien ya de por sí odiaba por haber llamado a su hermano Menma "patético"... Una expresión de ira, resentimiento y frustración se apoderó del rostro de Mito al recordar su derrota y las palabras de Shizuka, sintiendo una punzada de humillación. Simplemente era injusto: todos comparaban a su hermano con su otro hermano, quien era, en términos simples, un verdadero monstruo de poder, incluso si su chakra era raro. Sacudió la cabeza, con una mezcla de resentimiento, frustración y una pizca de admiración hacia Naruto, reconociendo su inmenso poder.
Ahora, volviendo al tema de Shizuka. Hace unos cuantos años, ella y su guardaespaldas, Tokiwa, llegaron a la aldea para que el Sannin sapo cumpliera con cierta promesa que había perdido. Y desafió a su aprendiz, Menma, a un combate... el cual perdió, por cierto. Una mueca de disgusto, frustración y una profunda decepción se apoderó del rostro de Menma al recordar su humillante derrota, sintiendo el peso de su fracaso.
Al final de dicha pelea, Shizuka había exigido con desdén,con una voz fría y autoritaria, y una mirada llena de superioridad, pelear con el prodigio entrenado por el Sannin... aunque "entrenamiento" era una palabra muy fuerte para lo que había hecho Jiraiya por Naruto... era ser muy amable con el viejo verde. Una expresión de desprecio, amargura y resentimiento se apoderó del rostro de aquellos que conocían la verdad sobre el supuesto "entrenamiento" de Naruto, sintiendo una profunda indignación ante la injusticia.
Volviendo al tema, si no peleaba con Naruto, entonces tenían que pagar una penalización. Debido a motivos evidentes, Konoha había tenido que hacer precisamente eso a regañadientes... Minato apretó los puños con fuerza, sintiendo una oleada de frustración, humillación y rabia ante la imposición. En cuanto a la promesa que les había hecho el Sannin, basta decir que Kushina casi lo había matado a golpes por hacer esa promesa sin su consentimiento. Un escalofrío recorrió la espalda de Jiraiya al recordar la furia incontenible de Kushina, su rostro palideció y sus manos temblaron ligeramente.
Aunque, para ser justos, esa promesa se hizo antes de ser el maestro de Minato y él realmente no pudo haber visto venir que toda esta situación pasaría. Por no decir que genuinamente se había olvidado de la promesa. Jiraiya se encogió de hombros, con una expresión de resignación y una pizca de culpa en su rostro, tratando de justificarse a sí mismo.
Dejando eso de lado, de ahí que ella, Mito, le tuviera rencor a la bella amazona, Shizuka. Una expresión de ira, resentimiento y frustración se apoderó del rostro de Mito al recordar a Shizuka, sintiendo una punzada de celos y envidia. Aunque algo en su interior le decía que se llevaría bastante bien con su hermano Naruto. Una leve sonrisa, teñida de curiosidad, anticipación y una pizca de esperanza, se dibujó en sus labios al pensar en esa posibilidad, imaginando un futuro diferente.
"—Virtualmente, la mitad de los participantes de la nación oculta son de la aldea. —sonrió Kakashi. Su voz, llena de orgullo y satisfacción, resonaba en el lugar. Observaba a los jóvenes representantes de Konoha, con una expresión de confianza en sus rostros—. Es una lástima que les tocara enfrentarse entre ustedes en rondas preliminares. —Una mueca de decepción y frustración cruzó su rostro, lamentando la pérdida de potencial*."
Poco sabían que eso, en realidad, había sido bastante a propósito. Después de todo, el emperador no quería que sus brutos salvajes lastimaran a gente que realmente no le había hecho nada. Una sonrisa irónica, amarga y llena de sarcasmo se dibujó en los labios de aquellos que conocían la verdad, conscientes de la manipulación detrás de la aparente casualidad. Aunque Mito y Hashirama simplemente tuvieron suerte de beneficiarse de este hecho.
"—Aunque eso sea así, me preocupa el hecho de que no sabemos contra quién lucharán en la primera ronda. —Shikamaru, siendo el tipo pragmático, no pudo evitar dar a conocer su punto de vista de toda la situación. Su voz, llena de preocupación y seriedad, resonaba en el lugar. Frunció el ceño, con una expresión de inquietud en su rostro, analizando las posibles amenazas—. Algunos de los otros luchadores tienen cierta reputación, como Darui de Kumo, o Raizo de Ame. Contra ellos podemos idear formas de ganar, pero del imperio... solo tenemos rumores de sus peleadores y no estamos seguros de quiénes son. —Su mirada, fija en sus compañeros, reflejaba su incertidumbre y la necesidad de obtener más información*."
"—Cierto, cierto. —Sin embargo, Hashirama, el más pequeño de los hermanos Namikaze, no pudo evitar desdeñar las preocupaciones del Nara. Su voz, llena de arrogancia y una confianza excesiva, resonaba en el lugar. Una sonrisa petulante y engreída se dibujó en sus labios—. Pero mientras mis hermanos peleen, se llevarán el torneo.
"—Sabes, burlarme de ti era divertido, ahora solo es molesto y triste. —Maru ya ni siquiera se molestó en intentar burlarse. Su voz, cargada de fastidio, decepción y una profunda tristeza, resonaba en el lugar. Sacudió la cabeza con resignación, como si hubiera perdido toda esperanza en Hashirama—. Incluso si obviamos el hecho de que 25 años dio tiempo a algunos de ellos de pelear en la guerra de unificación, Shizuka está peleando en este torneo y ella ya le dio una paliza a tu hermano hace años, y dudo que estuviera sentada sobre su trasero todo este tiempo, así que yo no contaría con ellos, francamente hablando. —Su mirada, fija en Hashirama, era fría, llena de desprecio y un reproche silencioso*."
"—Maru, ya estoy comenzando a hartarme de ese desdén a mis hijos. —Y ciertamente, Kushina ya estaba bastante harta del comportamiento de Maru y su falta de respeto constante hacia ella y a sus hijos. Su voz, cargada de ira, frustración y una profunda decepción, resonaba en el lugar. Su rostro se contrajo en una mueca de enfado, y sus ojos brillaron con un destello peligroso—. No sé qué clase de modales te inculcó tu madre, pero yo te enseñaré algunos si no..."
"—Si me va a enseñar a abandonar a mi hijo como basura, puede ahorrarse la charla. —La voz de Maru era fría, cortante y llena de desprecio, como una daga afilada que se clavaba en el corazón de Kushina. Su mirada, fija en la pelirroja, era desafiante e inquebrantable*. Sin que el niño lo supiera, en el palacio de laDaimyo, cierto pelinegro,Naruto, en realidad había sentido la imperiosa necesidad de golpear a alguien en ese mismo momento. (No por el insulto a su "madre", sino por indirectamente llamarlo basura).Apretó los puños con fuerza, sintiendo una oleada de ira que recorría su cuerpo, pero se contuvo, respirando hondo para calmarse."
"—Nuevamente, hasta ahora me he limitado a decir la verdad; que les duela no es mi problema. Y siendo honestos, quienes tenemos más posibilidades de ganar somos Neji, Rock Lee y yo mismo, ya que nosotros nos especializamos en el Taijutsu. —La mirada de Maru, fría y calculadora, recorrió a los presentes, desafiándolos a contradecirlo*.
Eso era una verdad que realmente no podrían negar. No es que pudieran negar ninguna de las verdades del niño, ya que el motivo por el cual les dolía era porque siempre eran la verdad absoluta más cruda y dura.
Y aunque su clan,El Sarutobi, no se basaba en usar ese arte,Taijutsu, dado que él renegaba de básicamente todas y cada una de las tradiciones de su clan y ser un hipócrita... Después de todo, la verdadera Voluntad de Fuego, como la que los dos primeros Hokage verdaderamente valoraban, no permitiría jamás que un inocente sufriera como los otros dos,Naruto y Hashirama, lo habían hecho. Una expresión de determinación, convicción y un profundo desprecio por las tradiciones hipócritas de su clan se apoderó de su rostro.
Por eso, y aunque sabía jutsu elementales... era sencillamente estúpido no saberlos, demonios, incluso Neji tenía unos cuantos en su repertorio en caso de emergencia, simplemente él,Maru, se abstenía de usar los creados por su clan.
Y había estado entrenando en Taijutsu con Neji, logrando hacerse un muy buen maestro de Taijutsu de los estilos del mono y el puño borracho... Una sonrisa orgullosa y satisfecha se dibujó en sus labios al pensar en sus habilidades y en su progreso. Esto último para gran desaprobación de su madre, pero se calmó cuando se enteró de que, a diferencia de Lee, él podía usarlo sin necesidad de estar ebrio.
Ante el nuevo gancho verbal, Kushina simplemente tuvo que callarse nuevamente. Su rostro palideció, y sus ojos se llenaron de lágrimas contenidas, incapaz de responder a las palabras de Maru. Algo que, tristemente, estaba convirtiéndose en una rutina, especialmente cuando hablaba con los que habían visto a su hijo como un verdadero amigo, o en el caso de Maru, un mentor.
"—Bueno, bueno, propongo que celebremos que 7 de los nuestros han entrado al torneo. —Jiraiya, en realidad, solo estaba intentando dispersar el momento más que incómodo que había dejado el ataque de Maru a Kushina. Sonrió con nerviosismo, frotándose las manos y tratando de aligerar el ambiente, como si intentara desviar la atención de la tensión palpable en el aire—. Acabo de recibir el pago de regalías de este mes y, aunque somos muchos, al menos debe haber un puesto de comida donde podamos celebrar. —Se rascó la cabeza, con una expresión de duda y esperanza en su rostro, buscando una solución que pudiera calmar los ánimos*."
Le dolía bastante en su falso orgullo decir eso, pero debido al trato que les daban, no dudaba que ese dinero no duraría mucho tiempo en ningún lugar. De ahí que, si querían ahorrar algo, debían celebrar en uno de los puestos más pequeños.Suspiró con resignación, aceptando la cruda realidad de su situación económica.
Y cuando había ido a una audiencia con la jovenDaimyopara quejarse del trato abusivo que les estaban dando, no solo tuvo la mala suerte de que el rey celestial Zeref Dragneel estaba ahí, por lo que la idea de influenciarla se fue al traste,una mueca de frustración y derrota se apoderó de su rostro al recordar el encuentro fallido, sino que también ella misma le había dicho sin miramientos que los estaba haciendo sentirse como en casa, pues ese es el modo en que su aldea trata a los héroes.Una expresión de incredulidad, indignación y amargura se apoderó de su rostro al recordar las palabras de la Daimyo. Por lo que no les quedaba otra opción más que aguantar el maltrato si realmente deseaban llevarse el premio en metálico a casa.Apretó los dientes, conteniendo su ira y su frustración.
Y hablando de audiencias, gracias a su pequeña incursión en el palacio,Jiraiyase había enterado, y con ello todos los demás, de que el emperador había llegado unos días antes de iniciadas las preliminares. Para hacer un poco de turismo junto a dos de sus esposas y "su primogénita", así como para revisar la situación de la casa comercial en el país.Una expresión de curiosidad y sorpresa se apoderó de su rostro al recordar la información.
Obviamente, muchos habían intentado obtener una audiencia con el hombre. Pero todas fueron negadas por su hermano mayor, el rey Zeref.Una mueca de frustración y decepción se apoderó de los rostros de aquellos que habían intentado acercarse al emperador, sintiendo el peso de la negativa. Después de todo, si el hombre concedía una audiencia, entonces debería concederlas todas.
Y según el hombre mismo,Zeref, este era un viaje de placer para conocer el paisaje y disfrutar del torneo, no para los negocios.Zeref se mantuvo firme, con una expresión seria e inquebrantable, rechazando todas las solicitudes con una cortesía fría y distante. Y por lo que sus pocos espías en el lugar habían conseguido decirle, incluso Koyuki no había hablado con él de nada más allá de un insignificante asunto comercial entre ambas naciones...
Y ni siquiera se refería al imperio en su totalidad, sino a su país de origen, China, de la cual aún era rey además de seguir siendo el emperador del mundo conocido.Una expresión de asombro y respeto se apoderó de su rostro al pensar en el poder y la influencia del emperador. Y Koyuki era la anfitriona del evento.
Sin embargo, dado que el emperador no solo era el hombre más poderoso del mundo, indiscutiblemente, y que su hermano era conocido no solo como "el mago oscuro", sino también como "el mago de la muerte", nadie realmente quería importunar al rey.Un escalofrío recorrió la espalda de los presentes al recordar el poder y la reputación de Zeref, sintiendo una mezcla de temor y respeto.
Aunque, por lo que había escuchado, si se quería una audiencia, Zeref estaría más que dispuesto a agendarles una cita para cualquier momento posterior al festival de la unificación. Ya que antes de eso la agenda de su hermano menor estaba llena.Una leve sonrisa, teñida de ironía y sarcasmo, se dibujó en los labios de Jiraiya al pensar en la excusa de Zeref. Estaba seguro de que estaba mintiendo, pero no discutiría con la magia de la muerte.Sacudió la cabeza, resignado ante la situación.
XXXXX
—Palacio feudal, ocho días atrás—
LaDaimyoinvitó al emperador, junto a la familia real y a los participantes del torneo, a una cena de gala. Donde todos comieron y lo pasaron a lo grande.Koyuki sonrió con satisfacción, observando a los invitados disfrutar de la velada, sintiendo que había cumplido con su deber como anfitriona.
A dicha cena, por supuesto, también habían asistido los encargados de la Casa de Comercio. Pues obviamente, además de la propia Shiori, su hermano mayor, Touya, había sido designado como el guardaespaldas de la mujer.Una leve sonrisa se dibujó en los labios de Koyuki al recordar la presencia imponente y protectora de Touya.
No hacía falta decir que, al igual que su hermana, él usaba ropa que no encajaba para nada con el clima, solo que él mostraba menos piel.Una mueca de curiosidad cruzó su rostro al pensar en la peculiar vestimenta de los hermanos Todoroki. Aparentemente, su cuerpo estaba diseñado específicamente para soportar el frío, pero era extremadamente débil al calor... particularmente triste si se tomaba en cuenta que su poder ofensivo era la llama azul, un fuego particularmente caliente.Una expresión de compasión y asombro se apoderó de su rostro al pensar en la ironía de la situación de Touya, en su peculiaridad física.
Afortunadamente para el hombre, la tecnología médica del imperio hacía que el hombre pudiera sanarse cada vez que estas,las quemaduras, se volvían lo suficientemente malas como para ser notorias.Asintió con la cabeza, aprobando la eficacia de la medicina imperial y sintiendo un alivio por Touya. Eso solo había hecho que el hombre estuviera en sus buenos libros. Después de todo, se preocupaba genuinamente por la salud de todos sus súbditos, incluso si algunos de ellos tenían condiciones especiales, como la tenía el joven de cabellos blancos. Quien, según su propia hermana, antes de eso no había tenido una buena apariencia, mientras que ahora era bastante bien parecido.Una sonrisa de satisfacción y alegría se dibujó en sus labios al pensar en la transformación de Touya, en su nueva vida.
Cuando la cena finalmente terminó, los peleadores se fueron a su hotel para descansar del largo viaje.Los luchadores se retiraron, con expresiones de cansancio, satisfacción y alivio en sus rostros, agradecidos por la oportunidad de descansar. Mientras que el emperador y su familia salieron, exclusivamente en compañía de la Sannin, su asistente y laDaimyo, a tomar un paseo nocturno por el jardín del palacio. El cual era bastante hermoso por la noche.El grupo caminaba en silencio, disfrutando de la paz, la tranquilidad y la belleza del jardín iluminado por la suave luz de la luna y las estrellas.
"—¿Puedo hacerle una pregunta? —la Sannin inició la conversación, un poco más tímidamente de lo que le habría gustado.Su voz, ligeramente temblorosa, rompía el silencio de la noche. Su mirada, llena de incertidumbre y una profunda curiosidad, se dirigió hacia el emperador."
"—Todos tenemos derecho a hacerlas, y todos tenemos derecho a no responder. —la voz del emperador era tranquila,con un tono neutro, suave y una leve sonrisa enigmática, como si estuviera jugando con ella. Dejándole en claro que podría hacer las preguntas que ella quisiera, más responder o no dependía enteramente de su voluntad."
"—¿Por qué siempre eres tan ambiguo? —la primera reina, una mujer de hermoso cabello dorado y ojos verdes,Arturia, le preguntó a su marido.Su voz, llena de curiosidad y un ligero reproche, resonaba en el silencio del jardín. Su mirada, fija en Naruto, buscaba una respuesta sincera. Quien simplemente se encogió de hombros,con una sonrisa despreocupada y una expresión de misterio en su rostro, como si la pregunta no tuviera importancia."
Él mismo no sabía por qué razón hablaba de esa forma.
"—¿Alguna vez se llegaron a topar con un niño de ojos azules brillantes como estrellas? —La voz de Tsunade era esperanzada, pero teñida de una profunda ansiedad y un anhelo desesperado. La pregunta podría ser muy específica, después de todo, ojos como esos eran únicos, y si la hizo fue por dos motivos.
Número uno: el negro era uno de los colores de cabello más comunes del mundo, por no decir el más común, y distinguir a un solo individuo de esas características en un mundo miles de veces más grande que la nación elemental, directamente, era imposible.
Y dos: ella había estado presente cuando Jiraiya les había informado que Naruto había saltado el gran muro y, dado que el tapiz familiar Uchiha aún mostraba su nombre, tenía la esperanza de que el emperador lo haya conocido. Su mirada, llena de esperanza, expectación y una profunda necesidad de saber, se clavó en el emperador, buscando una respuesta que pudiera aliviar su dolor y su incertidumbre. Esperanza que la actriz y Shizune también compartían. Ambas mujeres contuvieron el aliento, con los ojos fijos en el emperador, esperando ansiosamente su respuesta, como si su vida dependiera de ello.
El emperador, por su parte, simplemente tarareó por unos momentos, con una expresión pensativa, mientras se llevaba una mano a la barbilla, como si estuviera reflexionando profundamente. Mientras miraba a sus esposas y a su mejor amigo, teniendo una especie de conversación silenciosa entre ellos. Sus miradas se cruzaron, intercambiando información, emociones y secretos que solo ellos podían comprender, en un lenguaje silencioso que trascendía las palabras.
"—¿Por qué desean saber sobre Naruto Uchiha? —finalmente, Arturia eligió hacer la primera pregunta. Su voz, llena de suspicacia, curiosidad y una cautela palpable, resonaba en el silencio del jardín. Su mirada, penetrante y escrutadora, se clavó en Tsunade y Koyuki, como si intentara leer sus intenciones ocultas—. Ciertamente, sabemos dónde se encuentra, pero dado cómo lo veían en su aldea, no creo que lo busquen para algo bueno. —Su rostro se contrajo en una mueca de desprecio, disgusto y un profundo resentimiento al recordar el trato que Naruto recibió en Konoha, como si la sola mención de la aldea le provocara una profunda aversión*."
Arturia había sido siempre la más cercana a Naruto, la más obstinada a nunca dejarlo solo. Una expresión de cariño, lealtad y una protectora determinación se apoderó de su rostro al pensar en Naruto, como si estuviera dispuesta a defenderlo de cualquier amenaza. Y aunque él mismo le había dicho que Tsunade siempre fue amable con él, Iruka Umino había hecho lo mismo y resultó ser poco más que un sucio, vil y miserable traidor. Una mueca de asco, desprecio y una profunda decepción se dibujó en sus labios al recordar a Iruka, sintiendo una oleada de ira ante su traición.
Y por eso ella no confiaría en nadie que fuera de Konoha. Motivo por el cual trajo a labomba nuclear con tetasa esta misión, mejor conocida como Nealie De Uruk.Una sonrisa irónica y resignada se dibujó en los labios de Arturia al pensar en la elección de Nealie como compañera. Quien, aunque le dolía en el orgullo, era mucho más poderosa que ella misma y tenía mal carácter, por lo que su filosofía era: "Mátalos primero, remátalos después y averigua en algún momento en el futuro si lo recuerdas". Cabe decir que hasta ahora la tercera parte nunca había ocurrido.Una leve sonrisa, teñida de diversión y admiración, se dibujó en sus labios al pensar en la brutalidad y la eficacia de Nealie.
"—Naruto Uchiha hubiera sido tratado como un héroe de haber venido a refugiarse de esa aldea ingrata. —intervino Koyuki. Su voz, llena de sinceridad, indignación y un profundo respeto por Naruto, resonaba en el silencio de la noche. Un brillo de admiración y cariño iluminaba sus ojos al hablar de él—. Para mí, es mi héroe y un gran amigo, también lo es para varias personas. Si él tiene la idea de que no es así, se equivoca. Sé que Suna lo habría recibido con los brazos abiertos, al igual que las Olas, los Pájaros, elTío, la Luna o los Manantiales. —Su rostro se iluminó con una sonrisa cálida, llena de cariño y gratitud al hablar de Naruto y de la amistad que los unía*—. Si sabe dónde está, si lo conoce, y él le pidió no decir nada de dónde vive, lo entendemos y jamás insistiremos que nos diga, pero por favor, al menos, ¿podría decirnos si está bien? —Su voz se quebró ligeramente al final, y sus ojos, llenos de una súplica desesperada y una profunda preocupación, se clavaron en el emperador, buscando una respuesta que pudiera aliviar su ansiedad y su dolor*.
El emperador no mostró expresión alguna. Su rostro permaneció impasible, como una máscara de indiferencia y misterio, ocultando sus pensamientos y emociones detrás de una fachada impenetrable, algo que fue notado por tanto la Sannin como por la actriz y sus acompañantes.
Por supuesto, él sabía desde el fondo de su corazón que durante su exilio, sus amigos de otros pueblos y países no lo abandonarían, pero no los pondría en peligro por un deseo egoísta de pertenencia. Tenía pocas amistades y por eso las valoraba más que a su propia vida. Una expresión de cariño, lealtad y una profunda gratitud se apoderó de su rostro al pensar en sus amigos, en aquellos que nunca le habían dado la espalda.
Por eso le había pedido a Fury, su director del centro de inteligencia de nombre tan largo que lo habían dejado en el acrónimo de SHIELD, que se infiltrara como la Casa de Comercio del Loto Blanco para, simplemente, mantenerlos vigilados y cuidados en todo momento.Una leve sonrisa, teñida de astucia y satisfacción, se dibujó en sus labios al pensar en su plan.
La fuerza de un rey recaía en su pueblo, y un amigo usaba toda su fuerza para proteger a sus amigos verdaderos, y Naruto era el mejor amigo de todos, al menos en palabras de Zeref... y hablando de tal. Una leve sonrisa, teñida de diversión y complicidad, se dibujó en sus labios al pensar en las palabras de Zeref y en su peculiar relación.
"—Oh, está bien, y es el bastardo más afortunado, desafortunado y molesto que conozco. —dijo Zeref con un suspiro, con una mezcla de exasperación, cariño, diversión y resignación en su voz, mientras se pasaba una mano por el cabello con un gesto cansado, como si estuviera lidiando con un niño travieso e incorregible*.
Llenando a las mujeres de esperanza y sacándoles una pequeña sonrisa al escuchar la forma tan cariñosa en la que la mano del emperador se refería al ahora hombre. Sus rostros se iluminaron con expresiones de alivio, alegría y una renovada esperanza, como si las palabras de Zeref hubieran levantado un peso de sus corazones.
"—Yo también te quiero, emo loco inmortal loliconero suicida. —respondió el emperador,con una sonrisa divertida y un tono de voz lleno de sarcasmo y afecto, mientras le dirigía una mirada cómplice a Zeref, como si compartieran un chiste privado. Sus ojos brillaban con picardía.
Provocando que las mujeres, Tsunade, Shizune y Koyuki, se ahogaran con un grito de sorpresa.Sus ojos se abrieron de par en par, y sus rostros reflejaron una mezcla de incredulidad, asombro y confusión, como si no pudieran procesar las palabras que acababan de escuchar. Se llevaron las manos a la boca, ahogando una exclamación. Él no se quitó la venda, no le gustaba hacerlo. Simplemente levantó ligeramente el lado derecho de la misma para permitir que Tsunade misma viera ese brillante ojo, azul, como una estrella, que había visto una vez hace ya diez años.Su ojo brillaba con una intensidad sobrenatural, captando la atención de todos los presentes, como un imán que atraía las miradas. Un ojo que nunca en su vida podría olvidar.Tsunade contuvo el aliento, sintiendo un escalofrío recorrer su espalda al reconocer ese ojo.
"—¿Y por qué desafortunado? —preguntó Zeref,ladeando la cabeza con curiosidad, con una expresión de interés genuino en su rostro, mientras se cruzaba de brazos, esperando la respuesta de Naruto."
"—Incidente de Elfrieden. —respondió Naruto,con una mueca de disgusto y fastidio, como si el solo recuerdo del incidente le resultara molesto. Sacudió la cabeza, como para alejar los malos recuerdos, y su voz se volvió tensa."
Naruto no tuvo tiempo de responder a eso, a la pregunta anterior de Zeref.
"—¡Na... Naruto! —pues antes de que pudiera hacerlo, la Sannin prácticamente lo abrazó con fuerza,con lágrimas de alegría, alivio y una emoción incontenible corriendo por sus mejillas, y lo mantuvo en ese agarre por un rato, apretándolo contra su pecho como si temiera que desapareciera, como si fuera un sueño hecho realidad. Su cuerpo temblaba ligeramente, y su voz se quebró al pronunciar su nombre."
"—¿Debería sentirme celosa? —le preguntó la reina más alta y de cabello más largo, Arturia, a su contraparte de cabello dorado y de estatura más baja, Nealie. Su voz era suave, llena de curiosidad y una pizca de diversión, mientras arqueaba una ceja con una expresión interrogante, observando la escena con interés."
"—Tiene la edad para ser su abuela, así que no creo. —Nealie susurró eso en voz baja,con una sonrisa divertida y un ligero encogimiento de hombros, negando con la cabeza. Después de todo, nunca debías meterte con la edad de una mujer. Además, esta escena era bastante linda, era una lástima que no tuviera una cámara ahora mismo...Una expresión de nostalgia, cariño y una pizca de diversión se apoderó de su rostro al observar el reencuentro entre Naruto y Tsunade, como si estuviera presenciando un momento conmovedor.
Poco sabía ella que, cerca del muro, cierto Ghoul fanático de Naruto llevaba varias horas siguiéndolos y tomando fotos en los mejores momentos del hombre. El ghoul sonreía con satisfacción,con una expresión de devoción y fanatismo en su rostro, capturando cada momento precioso con su cámara, como un cazador acechando a su presa.
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Cuando Tsunade finalmente lo soltó del abrazo,con un suspiro de alivio, una sonrisa radiante en su rostro y lágrimas de felicidad aún brillando en sus ojos, secándose las mejillas con el dorso de la mano, y tras las presentaciones adecuadas... Y de que Mordred se hiciera amiga del ahora llamado Sir Tonton de Camelot, para gran consternación de Arturia y diversión de los otros tres miembros del imperio,Arturia puso los ojos en blanco, suspirando con resignación y una pizca de cariño ante la amistad de su hija, mientras que Zeref y Nealie soltaban una carcajada, disfrutando de la situación y de la expresión de Arturia, los adultos se habían puesto al corriente, en varios aspectos.
Para empezar, el asunto de que Naruto, en realidad, les había mentido en cierto modo al revelarles que, en realidad, tenía un mejor entrenamiento que no le mostraba a nadie. Ya que intentaban matarlo cuando pensaban que era débil y no quería tener que lidiar con las consecuencias si se enteraban de que era más fuerte que incluso algunos de los Jounin de bajo nivel de Konoha en ese tiempo. Una expresión de sorpresa, comprensión, asombro y una pizca de admiración se apoderó de los rostros de Tsunade, Shizune y Koyuki al escuchar la revelación de Naruto, comprendiendo sus razones y reconociendo su astucia.
Ninguna de ellas pudo culparlo realmente por haber ocultado su verdadera fuerza. Incluso si Koyuki le había molestado un poco saber que, en realidad, podría haber resuelto el problema de su tío sin muchos problemas. Koyuki hizo una mueca de frustración, aunque rápidamente se resignó ante la situación, aceptando las decisiones pasadas de Naruto.
Ellas, por su parte, le contaron sobre cómo Konoha había estado sufriendo desde su partida. Sus rostros se ensombrecieron, y sus voces se llenaron de tristeza, preocupación, amargura y un profundo resentimiento al describir la situación de la aldea, el declive y el sufrimiento que habían experimentado. No es que se mostrara muy afectado por ello. Su rostro permaneció impasible, como una máscara de indiferencia y frialdad, como si las noticias de Konoha no le importaran en lo más mínimo, como si hubiera cortado todos los lazos con su antiguo hogar. De hecho, solo se mostró preocupado por la familia Ichiraku. Una leve sonrisa, teñida de cariño y gratitud, se dibujó en sus labios al pensar en ellos, recordando su amabilidad, su apoyo y los momentos compartidos. Pero estaban seguros de que harían algo para ayudarlos si las cosas se ponían realmente malas.
Otra cosa que le contaron fue cómo, con ayuda de la Sannin, Koyuki les había exigido el pago por haberse hospedado una semana en el mejor spa de su país. Una sonrisa divertida, satisfecha y llena de aprobación se extendió por sus labios al recordar la astucia, la determinación y el sentido de justicia de Koyuki. Algo que lo dejó bastante desconcertado.
Al menos hasta que le explicaron que, además de las misiones clasificadas de D a S, existen algunas misiones que típicamente no aparecen en la enseñanza de la academia: las misiones de rango X y R.Una expresión de sorpresa, interés y curiosidad se apoderó del rostro de Naruto al escuchar la información, ladeando la cabeza como si estuviera procesando algo nuevo.
Aunque Zeref les dijo muy, pero muy francamente, que la prostitución con un cliente no era una misión real. Incluso si se autorizaban por el shinobi en cuestión y se firmaba el acuerdo de confidencialidad...Zeref hizo una mueca de disgusto y desaprobación, sacudiendo la cabeza con incredulidad ante la idea de considerar eso una misión.
Naruto tuvo que estar de acuerdo con eso.Asintió con la cabeza, con una expresión seria y un ligero ceño fruncido, compartiendo la opinión de Zeref. De hecho, se preguntó si no era producto de una de esas misiones.Una sombra de duda, especulación y una pizca de humor negro cruzó su rostro. Después de todo, había casos raros de gemelos de distintos padres, y él ciertamente no se teñía el cabello, y era muy distinto a sus hermanos.
Las misiones R, en cambio, eran más bien una suerte de recompensa... y Naruto no tuvo reparos en decirlo.Una sonrisa irónica y ligeramente divertida se dibujó en sus labios al pensar en la naturaleza de las misiones R. Estas básicamente consistían en un cliente extremadamente satisfecho por una misión y le daba una compensación a los shinobi que, en el pasado, realizaron una misión por él.
Y ella,Koyuki, había patrocinado una misión de clase R. Donde se pagó para que todo el equipo 7 fuera a pasar una semana de relajación al mejor spa del país, libre de gastos para ellos, por supuesto.Una expresión de satisfacción, generosidad y un ligero orgullo se apoderó del rostro de Koyuki al recordar su acción, como si hubiera cumplido con un deber importante.
Sin embargo, Kakashi, Sakura y Sasuke sin clan habían engañado vilmente a Naruto.Una mueca de ira, frustración y decepción se apoderó del rostro de Naruto al recordar la traición de sus compañeros de equipo, apretando los puños con fuerza. No es que él les hubiera creído. Sin embargo, prefería no tener mucho que ver con ellos fuera de las misiones, incluso si Tenzo, un capitán ANBU y amigo cercano de Kakashi, era un buen mentiroso.Una expresión de desconfianza, resentimiento y una profunda decepción se apoderó de su rostro al pensar en Kakashi, Sakura y Sasuke.
Ellos habían intentado hacerle creer que irían a una misión especializada que requería de ellos y del mismo ANBU. MientrasqueTenzo había encargado a otro ANBU que mantuviera ocupado a Naruto con misiones de Rango D con el pretexto de que faltaban en su registro de misiones.Una expresión de indignación, enojo y frustración se apoderó de su rostro al recordar el engaño y la manipulación.
No es que el niño hubiera obedecido al ANBU en lo más mínimo, diciéndole: "No es mi problema si los idiotas no pueden cortar su p*to césped por sí mismos",con una voz llena de desprecio, rebeldía y una profunda falta de respeto hacia la autoridad. Lo cual fue virtualmente una molestia para los ANBU solteros, quienes pretendían usarlo para hacer sus labores del hogar, ya que ellos mismos no querían hacerlo. Y dado que Tsunade no era Hiruzen, no pudieron hacer nada para forzarlo a trabajar sin paga.Una sonrisa de satisfacción, orgullo y desafío se dibujó en los labios de Naruto al recordar su negativa a obedecer y su desafío a los ANBU.
A laDaimyole dijeron que Naruto fue a un festival en el País de las Olas como invitado de honor debido a que también los había salvado. Pero a ellos no lo habían invitado y por eso había elegido ir al País de las Olas y había sido lo suficientemente amable como para darle su lugar a Tenzo.Koyuki frunció el ceño, sintiendo una punzada de sospecha, duda e incredulidad ante la explicación.
No era mentiraper se, ya que Naruto les había dicho que, como no pensaba trabajar gratis con los ANBU, sí que se había ido al País de las Olas a visitar al viejo Tazuna y dio la casualidad de que llegó en medio de un festival por pura casualidad.Una sonrisa irónica y amarga se dibujó en los labios de Naruto al recordar la excusa que había dado y la verdadera razón de su viaje. Motivo por el cual el incidente no se descubrió hasta mucho tiempo después, ya que ella,Koyuki, no había sido lo suficientemente tonta como para creer ciegamente en un ninja; eran mentirosos por naturaleza, después de todo.
Sin embargo, cuando la Sannin llegó ala Primavera, ambas, Tsunade y Koyuki, notaron, al hablar,con expresiones de sorpresa, frustración y creciente indignación en sus rostros, mientras intercambiaban miradas incrédulas, que había ocurrido un engaño. Ya que al principal beneficiario, Naruto, no había ido por una mentira engañosa.Suspiraron con resignación, sacudiendo la cabeza ante la astucia y la manipulación de los compañeros de equipo de Naruto.
Incluso si, irónicamente, Naruto había pasado una semana bastante placentera en otro país por simple coincidencia.Una sonrisa irónica, amarga y llena de sarcasmo, se dibujó en los labios de Naruto al recordar la ironía de la situación, cómo el destino parecía burlarse de los planes de los demás. Aun así, Koyuki mandó a facturar la estadía de los vividores.Su rostro se endureció con una expresión de determinación y justicia, como si estuviera decidida a hacer pagar a los responsables. Y fue a Konoha para exigir el pago por la estadía.Apretó los puños con fuerza, sintiendo una oleada de ira y frustración ante la injusticia.
Claro, Sakura y Sasuke, para ese entonces sin clan, alegaron que merecían las vacaciones.Una mueca de desprecio, disgusto y una profunda aversión se apoderó del rostro de Koyuki al recordar la arrogancia y la falta de vergüenza de Sakura y Sasuke. Pero la feudal les recordó con lujo de detalles que Sakura fue más un estorbo en esa ocasión y que Sasuke no hizo nada significativo. Y Naruto no solo había hecho la mayor parte del trabajo,una expresión de orgullo, admiración y gratitud se apoderó de su rostro al recordar la valentía, la habilidad y el sacrificio de Naruto, por lo que, debido a que habían dejado apartado al verdadero héroe de su país, ellos debían pagar sí o sí la factura por su estancia... con intereses, por supuesto.Una sonrisa astuta, satisfecha y llena de determinación se dibujó en los labios de Koyuki al recordar su exigencia, como si estuviera saboreando una pequeña venganza.
Intereses que se arrepintió de no hacer compuestos cuando Naruto le explicó cómo funcionaban y cómo él usaba eso para mantener controlados a sus opositores más grandes, quienes estaban endeudados con él o con sus asociados.Una expresión de asombro, admiración y un ligero temor se apoderó del rostro de Koyuki al escuchar la explicación de Naruto, dándose cuenta de la astucia y el poder del joven. Koyuki tenía que dárselo; el chico era un político nato, incluso si no era corrupto.Asintió con la cabeza, reconociendo la habilidad innata de Naruto para la estrategia y la manipulación.
En cuanto a la factura, por supuesto que Minato había obligado a pagar a los involucrados en el asunto.Su rostro se contrajo en una expresión de furia, decepción y una profunda tristeza al recordar la traición y la injusticia cometida contra su hijo. Viendo solo una más de las tantas injusticias que a Naruto le habían hecho en la aldea.
Había de todo en esa lista: desde retenerle el sesenta por ciento de sus pagos por misiones porque era el "impuesto demoniaco",una mueca de indignación, asco y una profunda rabia se apoderó de su rostro al recordar esa excusa absurda y cruel, cobrarle por vivir en un agujero de mala muerte que era su hogar... no es que él hubiera pagado la renta nunca. Una vez que le dijo a su supuesto casero que igual nadie querría vivir donde vivía el niño demonio.Una leve sonrisa, teñida de amargura, desafío y una pequeña satisfacción, se dibujó en los labios de Naruto al recordar su acto de rebeldía. O los precios exorbitantes a los que le vendían las cosas...Apretó los dientes, sintiendo una oleada de ira y frustración hacia aquellos que se habían aprovechado de la vulnerabilidad de Naruto.
Para Minato, descubrir que su equipo lo había apuñalado de esa manera fue un golpe particularmente duro.Una expresión de dolor, traición, culpa y una profunda decepción se apoderó de su rostro, como si una herida se hubiera abierto en su corazón. Para Naruto, no tanto; fue algo que, en realidad, se había esperado.Una expresión de resignación, amargura y una profunda tristeza se apoderó de su rostro, como si la decepción fuera una compañera constante en su vida.
Volviendo al tema, habían dividido equitativamente la cuenta entre todos los involucrados en la estafa. Les había tomado alrededor de cuatro años pagar su parte debido al deterioro en la economía por la baja de las misiones, sumado a los intereses, que ahora se arrepentía que hayan sido simples y no compuestos, de la factura. Que originalmente había sido de doscientos cincuenta mil Ryo, pero que habían crecido a dos millones y medio.Una mueca de frustración, arrepentimiento y una pizca de rabia se apoderó del rostro de Koyuki al recordar la cantidad final y la oportunidad perdida. Oh, la idea de que con el interés compuesto hubiera sido al menos el doble o incluso el triple la hacían querer volver en el tiempo para decirle a su yo pasado cómo funcionaban.Sacudió la cabeza, lamentando su falta de conocimiento financiero en ese momento y sintiendo una punzada de envidia hacia la astucia de Naruto.
El que Naruto tuviera que darle un golpecito a Nealie cuando ella estuvo por hablar le hizo pensar que eso, en realidad, era posible, pero tendría consecuencias.Una expresión de sorpresa, curiosidad y una ligera preocupación se apoderó de su rostro al recordar la interacción entre Naruto y Nealie, preguntándose qué habría querido decir y cuáles serían las posibles consecuencias.
En cuanto al asunto de la deuda, esta había sido bastante mala para Tenzo, quien no era cercano a nadie y aún no podía pagar su parte.Una expresión de preocupación y compasión se apoderó del rostro de Koyuki al pensar en la situación de Tenzo. Algo que hizo que Naruto le sugiriera,inocentemente, claro está, que le informara que, por incumplimiento de pago, la deuda pasaría a cobrarle un interés compuesto anual del cinco por ciento, respaldado, por supuesto, por el Loto Blanco y, por ende, el imperio.Una sonrisa astuta y maliciosa se dibujó en los labios de Naruto al hacer la sugerencia, como si estuviera disfrutando de la situación. Si él no estuviera casado, ella podría haberlo besado ahí mismo.Una leve sonrisa, teñida de admiración y diversión, se dibujó en los labios de Koyuki al pensar en la astucia de Naruto. No es que sus esposas lo hubieran evitado.
Como sea, en cuanto a Kakashi, en realidad vivía de la caridad de Gai, Asuma y Kurenai...Una mueca de disgusto y desprecio se apoderó del rostro de Koyuki al pensar en la situación de Kakashi. El que Naruto gimoteara ante ese último nombre,Kurenai, fue algo que llamó la atención de Koyuki,frunció el ceño, sintiendo una punzada de curiosidad y sospecha, y el "sabía que había una razón por la que no quería ese nombre", dicho por el hombre, solo la hizo tener aún más dudas.Asintió con la cabeza, intrigada por la reacción de Naruto.
Sakura, por su parte, aún vivía con sus padres debido a que no tenía dinero para independizarse.Una expresión de desdén y desaprobación se apoderó de su rostro al pensar en la situación de Sakura. Y Sasuke... bueno, incluso si no tenía acceso a los fondos del clan Uchiha, controlados por Itachi, no menos, la gente de la aldea le besaba el culo y pagaron la deuda por él, y lo dejaban dormir y comer donde él quisiera completamente gratis.Una mueca de disgusto y frustración se apoderó de su rostro al pensar en el trato preferencial que recibía Sasuke.
Cuando la historia terminó, Naruto les contó sobre su viaje hacia el este... Resumen rápido: el muro es para mantener a los occidentales fuera... cuando eran débiles y no tenían la tecnología para atravesarlo como lo hacían ahora, claro está, y no se diseñó con la intención de evitar que los shinobi salieran.Una expresión de sorpresa e incredulidad se apoderó de los rostros de Tsunade, Shizune y Koyuki al escuchar la explicación de Naruto. Es decir, simplemente trepó el muro y luego lo bajó deslizándose en una maldita tabla de surf que un aparente negocio de deportes extremos le había facilitado cuando vio a "un shinobi con huevos subir el maldito muro por primera vez en 20 años".Una sonrisa divertida y llena de asombro se dibujó en los labios de Naruto al recordar su audaz hazaña.
"—Espera... ¿qué quiso decir con eso? —preguntó Tsunade.Su voz, llena de confusión e intriga, resonaba en el lugar. Frunció el ceño, tratando de comprender las palabras de Naruto. Por supuesto, le creía al chico, maldita sea, era un mentiroso terrible. Por eso le creyó cuando le dijo que los shinobi no cruzaban el muro por miedo y los exteriores porque no les importaba un carajo este continente hasta ahora, y eso solo por su asociación con Naruto. Pero, ¿qué era eso de "en 20 años"?Su mirada, fija en Naruto, buscaba una explicación."
"—Esa es una historia más larga. —murmuró Naruto,con una expresión enigmática y una leve sonrisa, como si estuviera guardando un secreto, antes de contarles sobre uno de sus reyes del cielo, a quien apodaban "el pelirrojo"."
Fin del capítulo.
