No tengo los derechos de ninguna de las 2 franquicias principales ni ninguna de las que son referenciadas. Este es un trabajo de fans y para fans, espero lo disfrutes y deja un comentario y puntua eso de verdad ayuda a continuar la historia.

Era verano y la gente caminaba en asfaltos ardientes dejado las huellas de sus pisadas atrás, era extremadamente caluroso.

Six estaba encerrado como un animal de nuevo y el contexto mundial dado a cuentagotas por una pantalla que le permitieron mantener en su "habitación" lo inquieto un poco pero simplemente rodo con ello.

Parece ser que si era "Otro mundo".

No Covenant, no Conquista espacial y sobre todo, no había SPARTANS, en su lugar se encontró con estas extrañas armaduras potenciadas que solo podían ser pilotadas por mujeres y que había puesto en jaque el escenario político-militar en todo el mundo.

Sus días habían ido y venido como el agua, lidiando lo mejor que podía con todo lo vivido además convivía ocasionalmente con la mujer peliverde y con la pelinegra que se presentaban para alimentarlo y tomarle muestras sanguíneas con fines que aún le resultaban desagradables.

Ese día fue diferente, sin embargo.

Él se había levantado antes del amanecer y realizo una sesión ligera de ejercicio para reactivar su cuerpo luego del reposo al que sus heridas lo postraron, era un SPARTAN así que una semana de reposo se sentía como holgazanear. Cuando iba terminando la mujer peliverde entro en la sala y le entrego un montón de ropa variada junto con el ridículo trajecito que usaban en esta academia.

- ¡Buenos días, Connor!, te levantaste temprano de nuevo por lo que veo- Maya le dijo dejando la ropa sobre la cama -Y hiciste ejercicio, ¿No es un poco pronto para tanto esfuerzo? ...-

- ¿Ropa casual...? - Six paro en seco su intento de sacarle platica y ladeo su cabeza hacia las prendas.

Estaba vestido con una camisa grisácea y un pants caqui de corte simple que entregaron en la enfermería cuando le otorgaron el alta.

-Oh si, si...- Parecía algo avergonzada por el trato frio del joven. -Chifuyu-San quiere que te vistas como un civil. Traje tu ropa y vendré por ti a las 900 horas. -

El asintió levemente ante eso mientras revisaba lo que se supone que el debía usar, la mujer se quedó ahí parada durante unos solidos cinco segundos, Six simplemente la vio de reojo y luego movió sus ojos a la puerta sin disimular para pedirle que lo dejara solo.

-Ah, claro... Fue un poco difícil encontrar ropa para ti, ya sabes, eres un chico grande y esas tallas no son comunes en este lado del mundo, mucho menos en una academia de mujeres. - Ella ahora parecía francamente ofendida porque su gesto no fuera agradecido o reconocido.

Mientras ella salía aun renegando de su actitud él se preguntó si la mujer no racionalizaba la situación y intentaba ser agradable. Cuando finalmente lo dejo solo de nuevo el no pudo hacer más que agradecerlo. Si de entre todos los males tuviera que escoger al menor... prefería lidiar con la otra mujer, Chifuyu, al menos era tan directa y seca como él.

-Esta es una tierra de locos...-

Después de esas palabras comenzó a arreglarse con funcionalidad mecánica, ducharse, rasurarse y vestirse sin rodeos. No se pudo permitir manías ni costumbres que afectaran demasiado su tiempo, solo al terminar se permitió verse al espejo.

Piel algo pálida, rasgos caucásicos, sin bello facial, nariz promedio, ojos cafes y el cabello castaño que comenzaba a crecer y abandonaba la forma consistente del casquete corto. Se miro largamente por primera vez en años.

-Connor...- Hizo una larga pausa mientras le buscaba forma a la figura que veía en el espejo, como si no se reconociera a sí mismo. -...McDowell-

La razon por la que le dieron el alta paso por su mente.

Un día después de que le dieran el alta (Tenia que agradecer a sus mejoras por ello) Six había sido informado de que un grupo de diplomáticos de todos los países miembros del tratado de Alaska vendrían a revisar un tema espinoso.

El derribo de Silver Gospel, del cual él era completo responsable.

Llegado el día le dieron un traje, un desayuno ligero y una palmadita en la espalda antes de lanzarlo a los lobos en medio de una sala adaptada para esta sesión.

La gente presente era un desastre. Cada diplomático buscaba ponerles trabas a las demandas de sus similares de distinta patria. Él no era ajeno a este juego de chacales, fue el asesino personal de Ackerson y entendía bien cómo funcionaba la ONI.

Sin embargo, lo que no esperaba fue la intervención de Chifuyu en el pleno, menos como utilizo el desacuerdo general para tomar ventaja ella misma anunciando que ella tomaría su custodia legal como menor de edad.

Él se quedó plasmado con esa declaración y desde ahí las cosas fueron colina abajo.

Sus análisis sanguíneos revelaron la presencia de mejoras quimico-quirurjicas para el rendimiento físico, incluido el tratamiento hormonal para inducirle la pubertad, el pensó que ella utilizaría eso como argumento para hacerlo pasar como un menor. Pero, a sugerencia de una "estudiante" realizaron una prueba de paternidad con los registros genéticos que habían recuperado de un científico que murió en un accidente hace varios años, un tal Alexander McDowell.

Al ver el resultado positivo en una de las pantallas él se sintió ofuscado sin razón, pidió permiso para abandonar la sala y una vez concedido se apresuró a las puertas manteniendo la compostura como pudo, afuera se aflojo la corbata, respiro profundamente y después de ignorar una vez más a Maya él se alejó de la sala con paso firme.

El aire entro y salió de sus pulmones al mismo ritmo que sus pies tocaban el suelo, sintió que los pasillos se cerraban sobre él y que a cada momento el aire se hacía más pesado, eso no evito que intentara jalarlo con más desesperación por sus narices. El apellido rodo su mente, McDowell, era inquietantemente familiar pero aun así se repitió con firmeza su recuerdo más viejo, ¿Su reclutamiento?, no, había otra cosa, un poco más vieja, horas antes quizá.

El arrastrándose fuera de una gran estructura de metal caliente, su cuerpo herido moviéndose entre los huecos y tocando el suelo frio, hombres que se acercaban y lo recuperaban antes de que él se rindiera por el cansancio.

Su familia había muerto cuando covenant ataco su nave de evacuación en Jericho VII. No lo recordaba vívidamente, pero esas imágenes inconexas eran el recuerdo más viejo y fuerte que le había dejado la amnesia provocada por un traumatismo craneal del que apenas salió vivo.

Todo lo demás eran delirios que no tenían importancia...

Pero aun así, aunque no pudo recordar el nombre de su verdadero padre y madre, sabía que él no podía ser un mocoso que según ellos apenas rondaría los 16, nadie se tragaría esa burda mentira y cuando no hubiera otras razones para que él se mantuviera aquí los buitres se pelearían por el hombre de hojalata y quien se queda con que pieza de armadura... y del usuario.

Bajo con rapidez por unas escaleras de caracol que en su centro exhibían un Infinite Stratos semi desplegado, por distraerse con esa cosa choco con alguien en cuento llego a la planta baja.

Una mujer, rubia de cabello largo, atlética, traje informal de verano azul y gafas de sol. ¿Una estudiante rezagada?, negativo, parecía bien entrada en los veinte (igual que el). Ella le dio una rápida mirada y se retiró las gafas cuando pareció reconocerlo.

-Así que eres tú...- Ella dijo colgando sus gafas en el escote de su blusa y acercándose un poco más.

Six intento rodearla, no tenía tiempo para lidiar con esta clase de mierda ahora mismo pero ella se lo impidió, sus ojos y el tono de su voz se pusieron serios.

-No puedo permitir que la persona que derribo mi IS se vaya así como así-

Six era bueno para regularse a sí mismo y su expresividad pero toda esta situación se le estaba yendo de las manos. Ella puso un dedo sobre su pecho para pararlo en seco y Six trono los dientes por lo molesto que le resultaba todo esto.

-Así que esa máquina era tuya...-

Ella asintió con ligereza mientras se acomodaba el cabello rubio con su mano libre.

-En efecto, ¿Una maquina imponente no? Aunque el piloto automático aun requiere ajustes.-

¿Estaba bromeando con el?, ¿Qué demonios pasa con la gente en este lugar?

-Puedo notar la tensión así que yo misma rompere el hielo. Primero mi nombre, Soy Natasha Fairs, candidata a representante de los Estados Unidos- Una larga pausa, su tono se había rebajado en apenas un par de oraciones pero el sentimiento de tensión no abandono a Six cuando ella movió ligeramente el dedo con el que apuntaba a su pecho. -Y tu el hombre que derribo a un Silver Gospel renegado, por eso debería de agradecerte...-

Ella cerro sus ojos e intento acercarse con el hocico levantado y apuntando a su mejilla como si quisiera darle un beso, de nuevo, un mundo de locos.

-Realmente no estoy de humor para eso...- Él dijo fuerte y claro mientras la empujaba con mucha ligereza hacia atrás.

Ella abrió los ojos con sorpresa, esperaba otro desarrollo de los eventos, no verlo a el dando unos pasos hacia atrás rechazándola. No había vergüenza, un sonrojo o siquiera una muestra de incomodidad solo se encontró con un rostro inexpresivo a fuerza de tan revelador.

Six en sus pasos para alejarse de la mujer topo con algo solido a sus espaldas, puso la mano para tentar si era pared.

-Eres un hombre realmente interesante... Connor- Ella sonrió.

Claramente estaba informada de quien era el, pero su sonrisa era por otra razón, la mano de Six había tocado algo metálico y pasaron unos largos segundos para que razonara que era pero, en cuanto una luz cegadora fue emitida giro la mirada percatándose de que el IS estaba reaccionando a él.

Mierda...

Ahora Chifuyu tenía otra excusa para mantenerlo aquí, otro varón (REAL) que había logrado que un IS reaccionara a el.

Salió del baño y se sentó en la cama, prendió la TV y dejo el noticiario matutino que corrió entre reportes del clima a lo largo del país y la manera correcta de hacer bolas de arroz que lo acompañaban mientras se vestía.

Él no era consciente de la moda, eligió la simpleza, una camisa blanca de algodón, que era tan extraña en el espacio exterior y sus ropajes de polivinilos, junto con unos jeans azules que eran un invento tan brillante que llegaron al futuro espacial casi sin cambios.

Fue en ese momento que la puerta de la habitación se abrió, Maya lo vio, le indico que la siguiera y el obedeció. Le sentó bien estirar los pies a través del edifico hasta la oficina de Chifuyu.

La peliverde intento sacarle practica durante todo el camino, ella parecía más nerviosa que el mismo con esta reunión, cuando llegaron lo detuvo frente a la puerta y comenzó a revisar la información en su "Tablet" antes de darle permiso para entrar.

Con todo listo ella le asintió con una sonrisa incomoda que el no recíproco.

Mientras que el giraba el picaporte casi pudo jurar que escucho un "buena suerte", fue bajo como un susurro pero ahí estaba, el penso que ella exageraba pero al entrar y cerrar la puerta tras de sí pudo sentir el pesado ambiente.

Chifuyu estaba ahí, sentada tras su escritorio, mirándolo directamente a los ojos. Era una fuerza imparable contra un objeto inamovible, ninguno de los dos cedería a la intimidación del otro así que Six decidió terminar con esto rápido.

-¿Que necesitas de mi para atreverte a sacarme de confinamiento?-

-No debería ser tan altanero CONNOR, recuerde que al menos bajo la ley yo soy su tutora-

Ella también entendía que así no llegarían a ningún lado, toda esta reunión fue planeada como una manera de aligerar la tensión que rodeaba al "Muerto viviente" frente a ella.

Suspiro y abrió uno de los cajones de su escritorio sacando de el unas chapas de identificación.

Six que había permanecido a una distancia considerable entendió el intento de negociación y se acercó con lentitud al escritorio, puso su mano cerca de las chapas y unas vez que vio que no había ninguna trampa las tomo.

El numero B312 estaba inscrito en el metal.

-Tenía un par más conmigo cuando llegue aquí...- Six comento dispuesto a hacer su papel, al menos por ahora.

Chifuyu asintió con calma llevando una vez mas su mano al cajón y sacando las chapas que sacudió frente a Six.

-Lo sé, pero necesito que haga algo por mi...-

-¿Por qué yo?-

-Maya está ocupada con todo el papeleo extra que nos ha causado... y tengo que asegurarme que es de fiar si será un estudiante más de la Academia cuando se reanuden las clases.-

El no movió un músculo, estaba viendo las chapas de Emile y Jorge reflexionando la oferta, entendía el punto de Chifuyu y si el obtiene algo a cambio de esto entonces era "Justo" desde su posición tan poco privilegiada.

-¿Qué es?-

Chifuyu parecia satisfecha, regreso las chapas al cajón pero por alguna razón no lo cerro aun.

-Como si no fuera suficiente contigo, la señorita Huáng y la señorita Alcott también me han traído problemas. -

-¿Debería estar familiarizado con esos nombres?-

-Eran parte del equipo que lo intercepto, más específicamente las pilotos que ataco con un explosivo desconocido.-

-Supongo que no me han perdonado...-

-No sabía que fuera capaz del sarcasmo Connor- Chifuyu noto que él era mucho más cooperativo de lo que ella esperaba -Ellas han causado un gran desastre usando su IS en un lugar público, necesito que las recoja y las traiga de vuelta a la academia-

Ella sacó las llaves de un automóvil del cajón, lo cerro finalmente y deslizo las llaves sobre la mesa hasta el.

-¿Sabe conducir verdad?-

Six tomo las llaves y asintió ligeramente.

-Perfecto, hay un Nissan Fairlady Z que ha estado estacionado por años afuera, no es un vehículo oficial por lo que no llamara la atención- Hizo una pausa antes de recargarse en el escritorio y continuar -Tómelo, recoja a las chicas en el lugar que le indicara Maya y regrese, no desviaciones ni trucos-

Six miro las llaves de auto y luego sus chapas de identificación, tanta libertad y confianza tan de repente le parecieron extrañas.

- ¿En serio?-

-Discutiremos su situación a profundidad si completa esta tarea sin contratiempos, hasta entonces no tenemos más que hablar...-

Six entendiendo que esto era mejor que nada se dispuso a abandonar la sala, tenía preguntas, tenía dudas y aun no había tenido tiempo de descansar de verdad desde lo que paso en Reach pero aun así la idea de continuar era lo único que le quedaba.

Dudar es detenerse y detenerse es morir.