Despues de buen tiempo, he vuelto, pero esta vez para ahora si poder actualizar mis fics dejados desde hace años. Por lo tanto espero sus reviews, y que pueda gustarle está historia que aun tiene mucho que contar, lo cual como ya saben, los personajes no me pertencen, pero los uso simplemente para adornar mi historia propia e imaginativa para deleitar a los que gustan de leer una historia distinta. Agradeciendo sus atenciones y el que se tomen unos minutos leyendo.


Academia Saint Athena. Dormitorio Norte N2

Estaba completamente recuperado desde su encuentro con la joven castaña, por lo que ahora, había vuelto al dormitorio, donde había sido recibido por sus amigos, los cuales estaban felices de volver a verlo. Sin embargo, la llegada del director de la Academia no le sorprendía del todo, así como la presencia del profesor Dohko, que incluso le habían recibido por su recuperación, pero lo que no se esperaba era una noticia, habiendo dejado no solo a él, sino también a sus amigos confundidos y extrañados.

— ¿Nos cambiaran de dormitorios?! —Exclamó Hyoga algo confundido ya que era extraño que hicieran tal cosa. Si lo pensaba, ellos no habían hecho nada, además el del problema siempre era el castaño.

— Asi es Hyoga, necesitamos que empaquen cuanto antes, para asignarles el nuevo dormitorio en el cual van a comenzar a quedarse.

— ¿Qué hicimos? —Cuestionó Shun preocupado de que tomaran dicha decisión, sobre todo porque ellos siempre trataban de respetar las reglas de la academia.

— Seiya ¿en verdad no hiciste nada? —Pregunto Shiryu mirando al castaño que le miró con una ceja levantada al instante, mirándole ofendido—Lo digo, porque siempre te estás metiendo en problemas

—En estos momentos me siento ofendido Shiryu.

—Lo siento, seiya, es solo que…

—Descuiden, Seiya no ha hecho nada —Interrumpió Dohko, al ver a los jóvenes, que estaban muy desconcertados al tener que mudarse a otro dormitorio. — Al menos no por el momento…—susurró bajo, por supuesto fue escuchando por Seiya, que se sintió aún más ofendido.

— Profesor, no tengo culpa que Jabu, siempre ande tirándome indirectas o queriendo comenzar una pelea. —Se defendió Seiya de brazos cruzados. Por su puesto, el nombrado, que estaba en su propia habitación, no pudo evitar estornudar al ser nombrado, preguntándose si estaba por enfermar o si hablaban de él.

Shion carraspeó llamando la atención de los jóvenes como de su acompañante. —En todo caso mañana habrá alguien esperándolos en la entrada de los dormitorios. A las 8 de la mañana, sean puntuales y no hagan esperar a esa persona, entendido. —Su expresión sería solo causo que los cuatros chicos asintieran conjuntamente.

Ambos hombres abandonaron el edificio en el que estaban para así encaminar de regreso a sus residencias. El de cabellos rojizos se detuvo y volteó a mirar dicho dormitorio que habían abandonado para luego dirigir su mirada en su acompañante.

— Shion, no crees que ha sido algo precipitado, tener que cambiarlos a ellos al otro dormitorio —Soltó de pronto Dohko que permanecía con la mirada fija en el nombrado.

— Tal vez tengas razón, Dohko —Hablo Shion que fijo su atención en su amigo deteniéndose para luego voltear y encararlo completamente. — pero si lo que investigo Aioros es cierto, no tenemos más opción que hacer que estos chicos comiencen a prepararse desde ya.

Las palabras del director eran ciertas, por lo que solo asintió con la cabeza comprendiendo la decisión de su amigo, por lo que miró por última vez el dormitorio para luego seguir avanzando con su amigo, conociendo a Shion, esté ya no tocaría el tema al menos en esos momentos


Capítulo 7

Clase S

Aquel dormitorio era distinto al que solía estar los otros estudiantes de la academia, miraba un par de veces la hoja que les habían entregado, por lo que miró a sus amigos que, de la misma manera, observaban la rejilla de entrada a aquel dormitorio, aunque pensándolo bien, más parecía una enorme mansión, ya que a lo lejos se veía el enorme jardín que poseía y más allá el enorme edificio.

— ¿Seguro? ¿qué es aquí, Shiryu? —Hablo el de cabellos verdes que miraba la zona del lugar pareciéndose más una residencia, que un dormitorio. Sabía que el terreno de la academia era extenso, y por ello, no había si quiera ido más allá de los dormitorios de tercer año.

El castaño elevo una ceja observando el lugar, por lo que miró el papel dudoso de ello, seguido fijo su atención en su amigo, el cual era uno de los mejores en buscar direcciones.

—Sin duda es aquí, Shun.

El resto se miró entre sí, aun inseguros de que aquel fuera el nuevo dormitorio-

—Bueno, si no entramos, no sabremos realmente si es el dormitorio que nos indicó el profesor Dohko —Hablo el rubio de ojos celeste que miró al resto, que al instante estuvieron de acuerdo en adentrarse al lugar.

Seiya fue el primero en adentrarse abriendo la reja sin problema alguno, al menos no estaba cerrado. Atrás de este le siguieron el resto, por lo que caminaron por aquel camino largo teniendo una buena impresión del lugar al tener un enorme jardín lleno de rosas rojas a los alrededores, por lo que se veía que ese lugar era bien cuidado por los que vivían en los dormitorios. Se mantuvieron por varios minutos caminando hasta que por fin podían ver que se estaban acercando a dicho lugar.


Desde dentro del edificio algunas miradas estaban enfocados en los jóvenes que recién acababan de adentrarse, por lo que uno de ellos de ojos verdoso mantenía la mirada fija en aquel castaño que parecía guiar al grupo.

—Ya están aquí.

— Era necesario traerlos aquí —Comentó uno de ellos que se cruzó de brazos observando al nuevo grupo que estarían de ahora en adelante compartiendo con ellos.

—Son las órdenes del maestro, Milo —Fue la respuesta de cierto rubio que fijaba su atención en su compañero para así volver a fijar su atención por la ventana.


Los cinco jóvenes se detuvieron por unos instantes frente a la entrada del edificio, por lo que el castaño volteo a mirar a sus amigos, los cuales estaban de igual manera curiosos y algo nerviosos, al no saber a quienes encontraría en dicho dormitorio.

—Vaya, así que el viejo, decidió traerlos acá.

Tras esas palabras los jóvenes buscaban dicha voz, por lo que para Seiya, le era muy familiar, el cual fue el primero en dar con la mirada fija de esa persona que les miraba, reconociendo inmediatamente que se trataba de la joven de cabellos castaños que le miraba con una media sonrisa en los labios.

—¡Karin! —Cada encuentro con esa chica era distinto, sobre todo porque podía ver como ella solía aparecer en los momentos menos inesperados frente a él. En esos momentos la joven se encontraba sentada sobre la orilla de un balcón observándolos despreocupadamente. —¿Cómo es que, estás aquí?

—Aún me recuerdas, Seiya —Soltó ella con esa sonrisa que muchas veces era indescifrable, por lo que la joven observaba a cada joven, pero principalmente al castaño, el cual no le quitaba la mirada de encima. —Veo que ya estás mucho mejor, eso es bueno, entonces…

La puerta se abrió llamando la atención una vez más de los jóvenes, los cuales observaron a dos jóvenes que les miraba con una expresión muy seria, lo cual incomodo a algunos, principalmente al castaño, ya que sentía la mirada de uno de ellos tan profunda hacia él, notando que eran dos gemelos.

—El maestro nos comunicó de su llegada —Hablo uno de ellos con un tono sumamente serio, el cual no mostraba ningún ápice de expresión. —Bienvenidos sean al Dormitorio Clase S, mi nombre es Saga y él es mi hermano Kanon.

— Sean bienvenidos, un gusto tenerlos aquí—Hablo Kanon, el cual, aunque parecía ser menos serio.

— Antes que nada, deben saber las reglas de este dormitorio y luego Kanon se encargara de darle un paseo por todo el lugar.

—por eso es que muchos salen huyendo de este lugar Saga —Expresó la joven que seguía sentada en el muro mirando desde su posición al nombrado— basta de formalidades y absurdas reglas Saga, solo harás que se duerman.

—Karin, no sé supone que deberías estar en clases sabatinas—Respondió el nombrado, al saber cómo era la joven, cerró los ojos para así solo suspirar. — Kanon encárgate de ellos, yo hablaré con Karin.

La nombrada por su parte soltó una sonrisa en los labios, lo cual desvió la mirada hacia atrás por unos segundos, para así sin pensarlo lanzarse hacia abajo, al sentir que alguien por detrás estaba por sujetarla, sin embargo esa persona solo maldijo al no poder atrapar a la joven.

—¡Atrápame Seiya!

—¿Qué?

El chico no supo cómo reaccionar por unos segundos, al ver como la joven se había lanzado, lo único que pudo hacer es alzar las manos dispuesto como pudiera en atrapar a la joven. Lo cual sintió el peso de la chica que lo hizo trastrabillar, pero soltó un suspiro aliviado de haber podido atrapar a la joven.

—¿Te has vuelto loca Karin?

—Suelen decírmelo frecuente sabes—Fue la respuesta de la joven que solo sonrió para así solo bajar con ayuda del chico y de esa manera mirarlo. — Te agradezco tu ayuda —Está acerco su rostro muy cerca de la mejilla del chico para susurrarle suavemente—estoy segura que será más divertido tenerte aquí…—aseguro ella para así separarse inmediatamente del joven ante las miradas atónitas de los presentes. — pero bueno, en otro momento nos veremos —fueron las palabras de ella que le sonrió e hizo un gesto sacándole la lengua traviesamente y despidiéndose de manera militar, y sin más salió corriendo ante la vista de los presentes.

—¿Qué rayos fue eso? —Pregunto Hyoga, el cual no comprendía la situación actual.

—Yo tampoco puedo responderte, pero ya es algo normal en ella aparecer y desaparecer de esa manera —Respondió Seiya, algo sonrojado, el cual se rasco la nuca, realmente ni el entendía del todo a la joven, pero sintió un escalofrío recorrer su espalda, por lo que su mirada se encontró con aquel muchacho de nombre Saga.

—Kanon encárgate de ellos…

Tras esas palabras el peliazul comenzó a caminar a pasos rápidos ante la mirada de los chicos, para luego mirar al otro gemelo que soltó un suspiro para luego mirarlo a ellos.

—Andando les haré el recorrido del dormitorio, aparte de que les presentaré a los que residen aquí —Hablo Kanon haciendo un movimiento de mano para que lo siguieran.


Al adentrarse al edificio los cinco chicos observaron aun grupo de chicos que estaban cerca de unas enormes escaleras, lo cual Kanon fijo su mirada en los cinco jóvenes para así luego mirar a los ya conocidos residentes del dormitorio.

—Les presentó a sus compañeros de dormitorio —Hablo Kanon, el cual volvió a mirar a los cinco jóvenes que seguían en silencio observando a los muchachos— Ellos son: Mü, Shaka, Aioria, Camus y Milo —Presento el de cabellos azul claro en lo cual indicaba a cada nombrado—Cualquier incomodidad o pregunta, incluso a ellos pueden hacérselo saber, hay otros chicos más, pero seguro con el tiempo podrán cono….-no pudo evitar terminar la oración cuando un grito un tanto extraño resonó en todo el dormitorio.

— Esa voz…-hablo Mü inmediatamente para luego soltar un suspiro.

— De seguro volvió hacerle otra travesura al pobre…—Hablo el rubio que estaba de brazos cruzados cuando alzo la vista para ver bajar por las escaleras y bata a cierto joven que tenía su melena de color rosado

—¿Afrodita? –parpadeo un par de veces Camus, al ver al nombrado con un cabello de color rosado

—¿Qué le paso a su cabello? —Pregunto Aioria que observaba con unas ganas de reírse, pero sabia que el pisciano iba a molestarse aún más

—¿DONDE DIABLOS ESTA ESA CHIQUILLA? –Pregunto este enojado mientras sostenía de la ropa al mayor de todos zarandeándolo de un lado al otro— JURO QUE EN ESTA NO SE ESCAPARA LE VOY A —ENSEÑAR A RESPETAR AUN HOM…—Y no pudo terminar su frase al sentir un fuerte golpe en la cabeza, lo cual lo hizo callarse y sobarse al instante para ver al responsable— pero que… ah Kanon, estabas aquí

—Será mejor que guardes tus comentarios, Afrodita —Hablo seriamente Kanon para luego mover un poco la cabeza informándole que no estaban solos y por lo tanto debía comportarse. A parte de que se soltó del agarre del susodicho

En esos momentos Seiya y el resto, no sabían si reír o que, por lo que trataban de contener la risa, mientras observaban al muchacho que había aparecido tan de pronto y había bajado las escaleras en una bata de color rojo y con el cabello claramente rosado, lo cual lucia demasiado femenina y para colmo su nombre no le ayudaba en nada.

— ¿Quiénes son ellos? —Pregunto el alterado muchacho al percatarse de la presencia de los jóvenes.

—Son los nuevos residentes, que estarán acá con nosotros —Informo Camus que miraba a los cuatro jóvenes

— Es extraño que el profesor Dohko a estas alturas manden nuevos estudiantes a nuestro dormitorio —Elevo una ceja Milo, el cual no estaba tan a gusto con la presencia de los cuatro jóvenes, ya que hacía tiempo que no aceptaban nuevos estudiantes en el dormitorio

— Siempre hay excepciones Milo —Agrego el rubio de ojos azules que observaba a los jóvenes— Talvez los maestros vieron algo distintos en ellos —fueron las simples palabras del ojiazul.

—¿Dónde está?! —Pregunto tan de repente Afrodita con el ceño fruncido cruzándose de brazos, como restándole importancia a la plática. — Ni sueñen en esconderle, porque esta vez sí le enseñare

—Saga fue en su búsqueda —Fue la respuesta de Kanon.

—¿Enserio? Ya está seria… -pensó por un momento intentando contar con sus dedos, para luego restarle importancia a ello— ya ni recuerdo, cuantas veces han sido, pero esa chiquilla es un dolor en el c…

— mejor calla Afrodita —Pidió Mü entrecerrando los ojos ante el comentario del susodicho para luego desviar su mirada en los cinco chicos— que no se les olvide, que estamos siendo acompañados por nuevos alumnos

— Ah, lo siento —Se disculpó al instante algo apenado al percatarse de que estaba con bata y lucir ante tales fachas, pero sobre todo con el color rosado que llevaba en su cabello, no le ayudaba en lo absoluto y sabrá que pensarían aquellos chicos. — Un gusto, yo soy Afrodita


Esa mañana el recibimiento de los cuatro chicos había sido un tanto movido, por lo cual estos al ser dirigidos por Kanon fueron hospedados cada uno en una habitación por separado, por lo que se veía que se sentían que había escalado como un nivel superior. Por lo que el castaño no pudo evitar lanzar su mochila aun lado y lanzarse a lo que sería su nueva cama, lo cual sonrió despreocupado, al menos era mucho mejor que la cama anterior que había tenido, y no es que se quejaba, pero sentía que la habitación individual era a un más acogedora. Se levantó de la cama para asi mirar todo a su alrededor observando otra puerta, lo cual se acercó para abrirla y ver que tenía un baño propio, seguido de ello salió para así percatarse que también había un balcón lo cual salió hacia este y observo el panorama viendo a lo lejos el instituto.

—Supongo que será un largo camino ida y vuelta, aunque no está mal —Se dijo sin más el castaño observando el edificio a lo lejos. — aunque… me pregunto ¿Por qué nos cambiaron a este dormitorio?

— ¿Aun no lo saben?

—¿Heh?

La mirada del castaño se fijó a su lado izquierda viendo a cierto joven de cabellos azulados que llevaba llevaba un libro para alzar la vista y mirarlo fijamente.

—Es increíble que los maestros, no les hayan dicho nada —Este cerro el libro colocándola sobre la mesa que tenía al frente para luego levantarse y mirar hacia el jardín.

— Camus ¿verdad? —El nombrado solo asintió con la cabeza. —No, no tenemos la menor idea, pero puedes decirnos

—Solo puedo decirte, que está este dormitorio es Clase S

—¿Clase S? ¿A qué te refieres?

—Pronto lo sabrás —fueron las palabras de Camus que decidió mejor agarrar el libro para asi adentrarse a su alcoba dejando a un castaño más confundido.


—¿Clase S?

—Si

Medito esas palabras Shiryu colocando su mano bajo su barbilla, por lo que luego fijo su mirada en el resto de sus amigos para luego negar con la cabeza.

—Chicos, a mí me parece, que escuche de la clase S, un día cuando caminaba por los pasillos de la escuela junto con June —Hablo Shun el cual estaba sentado en la cama del castaño, cabe resaltar que este había pedido al resto reunirse en su habitación, ya que, al ser fin de semana, no tenían que ir a clases.—Por lo que escuche, la Clase S, es para los estudiantes más sobresalientes del instituto

—Eso quiere decir que somos estudiantes sobresalientes —comentó Seiya algo sorprendido ante ello, al sentirse reconocido de ser un buen estudiante.

—¿Estás seguro de eso Shun?

—Eso no puede ser Seiya –le dijo Hyoga sin más, dudando de ello.

—¡Oye!

— No puedo asegurarlo, pero eso fue lo que escuche

Shiryu por su parte quedo en silencio analizando lo dicho por el peliverde para asi mirar hacia un Hyoga y Seiya, que discutían acerca de sus rendimientos como estudiantes, este soltó un suspiro, sabiendo que había algo más para ser trasladados a dicho dormitorio con la Clase S y seguro cuando el profesor Dohko, apareciera les dirían todo.


Academia Saint Athena – Día Lunes/Clase

— ¡Por fin! ¡Te dignas aparecer después de semanas, no, mejor dicho, meses… incluso pensé que estabas desaparecida! —Vociferó una joven de cabellos verdosos que poco le importaba que la estuvieran viéndole, y que con su voz llamara demasiado la atención de otros estudiantes.

—No sé supone que me viste en el hospital —fue una simple respuesta despreocupada.

— Y te volviste a ir.

— Pero ya estoy aquí.

— Ni las llamadas contestabas

— Estaba ocupada –esa respuesta causa que la peliverde frunciera el ceño.

— ¿Crees que esto terminara pronto? —Pregunto cierta peli rubia que miro a la de cabellos naranjas que solo negó con la cabeza, conociéndolas seguirían con las preguntas y respuestas.

— Al menos tenemos a una Shaina, de buen humor —Expreso una peliplateada que miraba fijo a la de cabellos verdes, notándose como está se sentía más expresiva.

— Hermana, no creo que Shaina este de buen humor —Expreso miró extrañada a su hermana ante el humor de la peliverde

— ¡Y ustedes que miran, piérdanse! —no pudo evitar fulminar con su mirada a los que les miraba atentos dentro del salón de clase, causando que muchos de ellos, salieron del salón asustados, por la atmosfera pesada y el aura oscuro que tenía la peliverde.

—Fleur, Shaina no suele mostrar fácilmente su felicidad, pero sin duda lo está —Fue la respuesta de Hilda, quién ya conocía más de dos años al grupo de amistades que tenía.

— Shaina llamas mucho la atención —Le recordó la peli naranja que observaba la escena en silencio para luego soltar un suspiró, viró su cabeza hacia un lado viendo a la joven Kido, que estaba con un rostro algo confundido y preocupada. —es normal esto entre ellas.

—solo no vayan a irse a los golpes, ambas son iguales —agregó una rubia de ojos azulados que sintió la mirada fulminante de la peli naranja, ya que no estaba ayudando en esos momentos. —¿Qué? Solo dije la verdad.

—No creo que sea lo correcto, solo preocuparas más a Saori —Fue el comentario de cierta pelinegra que miraba atento la situación entre sus amigas.

Por supuesto Shaina era vista como una de las chicas más problemáticas, si te topabas con ella y no le caías bien, podía hacer la vida de cuadros a más de uno. Por ende, se le conocía que tenía un pequeño círculo de amistad. Amistad, la cual para ella al principio le había costado aceptar, pero gracias a la presencia de la joven Shiba, su popularidad había resaltado considerablemente. Y esa amistad entre ambas era considerablemente vistas como grandes amigas.

— Oye... te estoy hablando —irritada la peliverde miró como su compañera buscaba algo entre su mochila- te estoy…—Pero se detuvo al instante que vio un par de papeles frente a su rostro.— ¿Qué?

Agito un par de veces las hojas hacia la joven peliverde que le miró por unos instantes y de mala manera le arrebato los papeles viendo como esta revisaba cada hoja, lo cual la hizo soltar una leve sonrisa al ver la expresión de la chica y ver como los ojos de ella se abrían.

—Estos son…

—Alguien me lloraba por componerlos, así que hay tienes

La curiosidad les había ganado a las otras chicas, las cuales se acercaron a ver que tanto miraba la peliverdel la cual parecía ya no estar ni alterada, ni molesta, al contrario, parecía estar más feliz por el contenido que tenía dichas hojas.

— Creo que en estos momentos… te voy a…

—¡Stop! —freno inmediatamente a la peliverde que abrió los ojos parpadeando un par de veces. — sé que me amas, pero no me gustan las chicas.

— ¡Idiota! —No pudo evitar reír por las barbaridades que decía su amiga, lo cual le dio un leve golpe en su cabeza.

—Créeme me matas las pocas neuronas que poseo –Se defendió la castaña que se sobo la cabeza luego del golpe para así luego cruzarse de brazos. — en todo caso necesitamos un tecladista, y un bajista.

— ¿Y eso que es? —Cuestiono la rubia que seguía de curiosa mirando las hojas, por lo que una de ellas se la quitó a la peliverde.

— Que no es lo más obvio del mundo, June —Respondió Shaina a punto de darle un golpe en la cabeza a la chica. June, por supuesto se alejó colocándose detrás de Hilda para ya no seguir recibiendo más golpe por la peli verde.

—Recuerdo que te gustaba bastante tocar el piano y componer música, aun lo sigues haciendo…—recordó la de cabellos lilas que sonrió mirando a la joven. La cual le miró y solo asintió con la cabeza.

—Bueno creo que iré a dar un paseo por los pasillos —Expresó la chica de nombre Karin, que llevaba sus manos detrás de su nuca y comenzaba a caminar hacia la puerta, sin embargo, tuvo que dar media vuelta al tener de frente a cierta mujer de presencia oscura, y que con solo la mirada le decía mucho. —Buenos días Directora Pandora.

— Buenos días señoritas, es bueno tenerla de vuelta señorita Shiba,

La joven solo esbozo una leve sonrisa para así voltear a mirar a la mujer que estaba mirándole y con solo su mirada le decía mucho, principalmente que no iba a salir de ese salón. Lo cual había olvidado que ese día les tocaba clase con la misma directora de la sección femenina, y en esos momentos odiaba el no haberse acordado de ello, sin remedio alguno tuvo que volver a su asiento soltando un suspiro, a diferencia de ella, sus compañeras estaban felices de tenerla en el salón principalmente una Saori que sonreía aún más.

Durante esas horas las clases habían avanzado sin ningún tipo de problema, para muchos profesores le sorprendía que la joven Shiba se encontrara en el salón de clase de lo más tranquila y sin dar problema alguno. Shion que se hallaba por los pasillos esbozo una sonrisa en los labios al ver a su estudiante formar equipo con algunos de sus compañeras, había sido buena idea el apoyo de Pandora, la cual parecía controlar mejor a la joven, que el resto de los profesores de la Academia.


Al menos las clases matutinas habían finalizado, ese día ambas secciones estaban dando por separado las clases, por lo que ese día no iba a poder ver a ninguna de sus compañeras, por lo que al menos no iba tener que estar en discusión con Jabu, ya que siempre que andaban ambas secciones junta, este le celaba con la peli lila. El castaño estiro sus brazos hacia arriba, al menos había dormido muy bien en esa cama que ahora tenía.

—Seiya.

El nombrado volteo a mirar hacia atrás para así de esa manera reconocer a aquel muchacho de cabellera azulado, sino mal recordaba era el mismo de ayer, llamado Camus. Aquello no pasó desapercibido para algunos de los estudiantes de aquel salón, lo cual empezaron a murmurar como era posible que el castaño conociese a aquel estudiante reconocido de la academia. Seiya, por su parte se levantó y camino hasta donde estaba Camus en la puerta, lo cual vio aun lado a su amigo.

—El director los mando a llamar. —Aviso Camus, el cual estaba junto con un Milo que al ver al castaño no pudo evitar ponerse muy serio. —Nosotros los acompañeremos, porque de igual manera nos citó a nosotros.

— ¿Eh? Si, muchas gracias, Camus. Ahora mismo les aviso a los otros.


Era un tanto incómodo para él y sus amigos, el tener la mirada seria de esos chicos del nuevo dormitorio, entre ellos se notaba que no le agradaba al amigo de Camus, Milo. Pero lo más incómodo, en esos instantes era ser visto por otros estudiantes, ya que parecían sorprendidos, que ellos estuvieran caminando por los pasillos, con dos chicos de nivel superior, cabe resaltar que sus uniformes era un tanto distinto al de ello, y lo que sobresalía era cierta insignia dorada que llevaban en su camisa.

—No soporto cuando se ponen a murmurar tonterías.

—Milo, debes tener tolerancia y no intentes, hacer nada contra nadie.

—No haré nada, descuida Camus. Confía en mí

Para nada las palabras del escorpiano le resultaban seguras al Acuariano, el cual solo le miro de reojo sin decir, ni una sola palabra, sabía que Milo era una bomba de tiempo, si hacían algún comentario inapropiado y en esos momentos pedía a los dioses que no hicieran algún tipo de comentario que lo irritara. Y no era para nada tonto, el malhumor que tenía el escorpiano, era porque aquel muchacho castaño, tenía una buena comunicación con la joven Shiba, algo que, a muchos de ellos, les costaba tener desde hace años.

Al parecer no solo eran Milo y Camus, también se encontraba Shaka, Mü, Aioria y esos dos hermanos gemelos, por lo que los cuatro muchachos permanecían en silencio mirando a los presentes, el silencio era un tanto incomodo hasta que por fin la presencia de Shion hizo presencia junto con Dohko, el cual al ver a los cuatros chicos solo les sonrió levemente para colocar justo al lado del director.

—Seiya, Hyoga, Shun, Shiryu, los hemos citado acá, porque sé que tienen muchas preguntas que hacer con respecto a su cambio de dormitorio. —los cuatro chicos no pudieron evitar asentir con la cabeza, en lo que Shion sonrió para asi levantarse de su asiento— Como ven, sus compañeros de dormitorio están a un nivel superior al de ustedes, pero para poder obtener dicha insignia de la Clase S, tendrán que ser entrenados

—¿Entrenar?

—¿A qué se refiere? —cuestiono Hyoga el cual no estaba entendiendo en lo absoluto la situación.

—Hay algo que solo muy poco saben muchachos, y creo que es momentos de informárselo, Dohko.

El nombrado solo asintió con la cabeza ante esas palabras, después de todo esos chicos eran elegidos para la misión que tenían todos ellos juntamente.

— Verán chicos, la Clase S no es igual al resto de las otras clases, ya que en este caso, los que están siendo elegidos para entrar a esta clase son personas con mayores capacidades de lucha, aparte de que….

— ¡Director!

Abruptamente la puerta se abrió para así solo dejar pasar a cierto peliplateado de melena corta junto con dos hombres casi idénticos, pero con melenas de diferente color, que sostenían a dos jovencitas, las cuales intentaban separarse de los fornidos hombres.

—¡Que me suelte! ¡La quiero matar, te mataré Shiba!

—Esto no puede ser… —había sido tan bueno, para ahora ver que esa paz había sido desecha por dos jovencitas, realmente últimamente las femeninas eran las que más problemas le estaban dando en esos últimos meses, más que los varones. —¿Qué está pasando aquí, señorita Geist?

—¡Esta idiota, no lo ve director, me corto el cabello!

Y si, sin duda, la pobre de Geist estaba con un corte todo raro frente a todos los presentes, tenía varios mechones disparejos, por lo que alguno de los chicos tuvo que aguantarse la risa ante ello o empeorarían la situación entre las dos chicas.

Continuara…