Disclaimer: la mayoría de los personajes mencionados son propiedad de Stephenie Meyer, la trama es completamente mi invención.
Capítulo 11
Tiempo actual…
Edward
― ¿Qué haces aquí? ¿No te enseñaron que existen horarios de visitas?
Pasé por un lado de Lauren y me adentré en la iluminada sala de estar; miré hacia todos lados y clavé mis ojos en la cama improvisada que estaba sobre el sofá.
― ¿Dónde está Bella y mi bebé?
Lauren se cruzó de brazos. Había puesto los ojos en blanco mientras me daba la espalda y se tumbaba sobre el sofá, se cobijó las piernas con la manta color marrón.
― ¿Vienes solo o traes a tu amigo? ―frunció los labios al ver que no hablaría de Alec, sus problemas eran de ellos y no me involucraría―. Hemos estado lidiando con Emmy.
― ¿Por qué? ―pregunté angustiado―. ¿Está enferma?
― No. Ella simplemente ha llorado mucho, exige un peluche, luego biberón y después necesita esto y lo otro, es un patrón sin fin. Bella dice que quizá extraña su entorno.
― ¿Qué tiene que ver su entorno?
― Sí, con su familia ―sus hombros se escogieron―. Hace minutos Emmy al fin se quedó dormida y le pedí a Bella que descansara con su bebé, están completamente agotadas, las dos, aunque mi amiga se haga fuerte sé que la está pasando mal.
Exhalé. Me molestaba que no me tomaran en cuenta ¿qué parte debo cubrir?
― ¿Por qué no me hablaron?
Lauren centró sus ojos en mí dejando escapar un resoplido suave por sus labios.
― Ni siquiera quisiste escucharla. Tampoco es que vayamos a hablarte sabiendo que estás enojado.
― ¿Estas de su lado? ―increpé―. Aún sabiendo la mierda que viví cuando me dejó, aún así ¿estás a su favor?
― Mira, no se trata de bandos porque sería una tontería. Y sí, también estaba enojada, dolida con ella y no quería recibirla, pero algo en mí me animó a hacerlo y no me arrepiento. Porque Bella está muy sola, ha pasado por tanto que de solo pensar, duele ―alargó su mano y empezó a jugar con mis dedos―. Feo, habla con ella, escuchala. Hazlo por Emmy que es la más inocente.
Sentí que mi cabeza se hundía entre mis hombros. La pesadez se debía a todo el estrés que sentía desde que Bella volvió. No negaba que necesitaba respuestas, despejar mis dudas y estar en paz, sin embargo, algo dentro de mí me impedía acercarme y preguntar.
No era tan fácil dejar mi orgullo de lado. Pero pensaba en Emmy y sabía que necesitaba seguridad conmigo, no podía negarle mi protección. Tampoco a Bella.
― Están durmiendo en mi habitación ―mencionó, señalando el pasillo.
Con pasos indecisos anduve a la habitación. Suspiré hondo mientras lentamente abría la puerta, la tenue iluminación del dormitorio me dejaba apreciar que ambas dormían.
Sigilosamente me acerqué a la cama. Emmy se removió de un lado a otro y de sus labios rosas se formó un puchero, sabía que soltaría el llanto.
― Shhh… ―la tomé en brazos. Ella se resistió un poco, pero al ver mi cara sonrió, quizá reconociéndome―. Soy Edward.
La cargué. Empecé a arrullar su pequeño cuerpo, frotando suavemente su frágil espalda. Se quejó, restregaba con furia sus pequeños puños en sus ojos.
― Mami ―gimoteo.
― Ella quiere el chupete ―dijo Bella adormilada. Se había sentado en la cama y tanteaba la cama con los ojos cerrados.
― ¿Cómo le has hecho todo este tiempo? ―quise saber―. ¿Cómo ha sido su crecimiento y cuidados?
Bella cubrió la boca ocultando un bostezo. Empezó a pasar sus dedos por sus largos mechones castaños llevándolos detrás de sus orejas.
Su semblante estaba cansado y ojeroso.
― Siempre he sido paciente con ella ―murmuró al ver que Emmy empezaba a dormir en mis brazos. Mi niña apoyó su carita en mi pecho―. ¿De verdad quieres saber lo que ha pasado?
Me quedé pensativo. Dudando si debería quedarme o no.
― ¿Por qué te fuiste? ―reproché sin ocultar mi dolor―. ¿Por qué tenías que dejarme de esa forma tan humillante? Una estúpida carta diciéndome que no era suficiente para ti, ¿crees que fue la forma?
Ella sacudió la cabeza.
― Yo nunca te dejé ninguna carta.
― Me dejaste una carta con Irina.
― No ―siguió negando―. Específicamente le pedí a Irina que te avisara que mi madre había intentado suicidarse y debía marcharme.
― Ella dijo que te fuiste con un tipo. Con el mismo que te visitaba cada noche.
Bella pateó las sábanas y bajó rápidamente de la cama. Estaba frente a mí y mantenía su mentón en alto mientras sus ojos estaban fijos en mí.
― ¿Le creíste? ―preguntó.
― Qué podía pensar, desapareciste.
― Jamás te dejé con ella ninguna carta. Y sí, me fui con un hombre porque lamentablemente es mi cuñado, pero nunca había ido a buscarme ni él ni ningún otro hombre que no fueras tú.
Balbucee incrédulo. Bella no podía ser tan mentirosa.
― Era tu letra ―sisee―. Leí esa estúpida carta una y otra vez.
― Pues no. No te dejé ninguna carta ―insistió.
― Entonces, ¿por qué no me buscaste? por qué hasta ahora apareces si sabías que Emmy era mía, ¿por qué?
― He intentado decírtelo desde que llegué, pero insistes en no dejarme hablar.
Descansé mi mano en la espada de Emmy y di un paso hacia Bella. Mas ella no vaciló, se mantuvo firme y con su rostro en alto, mirándome con determinación.
― ¿Por qué me olvidaste? ―oculté mi amargura detrás de un tono indiferente―. Quiero saberlo.
Les agradezco mucho su entusiasmo. Ellos hablarán y yo espero volver pronto con otro nuevo capitulo ¿qué les parece?
Por cierto, hoy hubo capítulo de El vuelo de la mariposa*
Gracias totales por leer
