Primera misión rango D.
Kurenai estaba en el campo de entrenamiento temprano, muy temprano de la reunión habitual con sus nuevos Genins.
No podía dormir.
Anko había exagerado bastante tomando casi toda la botella para ella misma, a pesar que la celebración era para la nueva sensei. Pero con su borrachera ella habló.
Ayer, en el día de los escuadrones Genins, estaba afuera haciendo alguna misión. Después de decirle de cómo torturo algún pobre diablo con una rata, una cubeta en su estomago y un jutsu Katon, le comentó que de regreso, en la aldea, estaba bien patas arriba, ya que varios Anbus, Jonins y algún que otro Chunin de rango mayor estaban buscando a alguien.
Aunque Kurenai preguntó a quien, ella simplemente levantó los hombros ya medió dormida por su borrachera.
Aunque si le comentó esto:
- Un Jonin de mi lista negra dijo acerca del demonio robando el pergamino.
Desde ahí Kurenai se estaba preocupando.
En el mejor de los casos, quizás el Jonin estaba cansado ya que esa búsqueda desesperada-y creía que era por el pergamino prohibido-ya que era muy de noche y estaba bastante enojado.
En el peor de los casos, y se preguntaba ¿por qué Naruto robaría el pergamino? Eso no tendría sentido y dudaba que Hiruzen le mostrase a un niño la ubicación del objeto más poderoso de la aldea.
Pero aún así, su mejor amiga no tenía ninguna idea. Hasta ni ella sabía al actual ubicación del maldito pergamino y eso es decir bastante después de ver un secreto del Hokage.
Aunque quiso saber, solamente le dijo "Te lo dejo de tarea".
Suspirando, regresando a la realidad y sabiendo por qué estaba aquí, sacando de su falta de sueño, pudo ver a la lejanía a dos personas corriendo cómo unos maniáticos. Y aunque este jonin sabía que debía de dejar esta ruta de correr cómo un loco ya que va a estar ocupado aún así lo estaba disfrutando a su manera la última vuelta.
Kurenai dio una señal con la mano y, cuando los dos, un hombre y un niño de un año mayor que sus Genins se detuvieron delante de la kunoichi.
El Jonin, Maito Gai, era un hombre extraño, con una personalidad muy fuera de la norma pero bastante serió a su manera, con un mono de batalla de color verde de cuerpo entero que se preguntaba. Cejas de gran tamaño, ojos negros, tes blanca, unas especies de medias grandes de color naranja, un poco menos llamativos que la ropa de Naruto pero la verdad es que ahí escondían sus pesas.
- ¡Hola Kurenai-san! - grito con una sonrisa bastante enorme y un brillo extraño en sus diente. Siempre le daba jaqueca - ¡Estás aquí para acompañarnos en nuestras últimas vueltas en este bello campamento 8! - Kurenia bufó algo fastidiada.
- Ni loca Gai, pero si tengo un favor. - lo dijo de la forma más sería posible.
Gai, sabiendo que no iba a ser un favor cualquiera, sobre todo ya que ella jamás pedía favores con la excepción que fuesen cosas serías, fijo su mirada a su "Mini Gai".
Rock Lee, un poco menos raro que Gai pero le daba pelea. Era muy similar a Gai, con la excepción que este tenía los ojos un poco más grandes y tenía vendas en sus brazos ¿para qué? Nadie, con la excepción de Gai sabían.
- ¡Lee, quiero que te adelantes y le muestres al mundo tu poder de la juventud!
- ¡Hai, estaré afuera del negocio sombrío. Si llegas a mi lado o ante que yo escalare la montaña de los Kages con las manos atadas! - salió corriendo, haciendo preocupar bastante el destino de su Genin por estos dos locos.
Ya estaba un poco sensible y no quería que este loco fuese su figura a seguir. Ya el mundo tenía suficiente con un dos Gais, nadie estaría preparado con uno tercero.
- Muy bien Kurenai-san ¿Qué favor querías? - Kurenai casi dio un brinco, ya que no estaba acostumbrada a su cambió de humor tan rápido.
Cuando le miró, vio que tenía una expresión muy sería, cómo un hombre de negocios y no había nada del Gai que estaba hace apenas unos segundos – Me gustaría que me ayudes en algo.
Gai levantó una de sus cejas gruesas - ¿Una ayuda? Tu no pides ayuda de manera tan fácil.
Kurenai negó la cabeza, aparentemente no se había enterado aún – No soy yo, es para uno de mis Genins.
Gai se masajeaba el mentón, sabiendo que el favor que pedía sería algo relacionado con el taijutsu - ¿Quién sería?
Internamente Kurenai trago saliva. No sabía cuál sería la opinión de este sujeto con Naruto. Quizás no se veían mucho pero jamás escucho algún comentario negativo con el niño.
Solo cruzaba los dedos.
- Es con respecto a Naruto Uzuamki.
- ¡¿Uzumaki?! - preguntó sorprendido, haciendo confundir a Kurenai.
- ¿Qué pasa?
- Simplemente Naruto iba a estar en mi tutela para enseñarle el taijutsu, hasta inclusive le pedí permiso a Hokage-sama después de que me hizo un favor hacia mi Genin. - Kurenai estaba sorprendida. Si fuese así ¿por qué es tan malo?
- ¿Por qué es malo entonces? - susurro, pero Gai lo escucho.
- No le enseñe mal. Simplemente desapareció una semana entera de golpe cuando alguien importante vino. Cuando lo vi lo salude y simplemente me miro raro y un poco de temor. - se cruzo los brazos, con una expresión algo fastidiada – Me vio una vez entrenando con Lee y quiso entrenar conmigo, después de hacerme el favor, pero al día siguiente desapareció.
¿Desapareció? ¿Sin recuerdos? ¿Favor? Eso no tiene sentido alguno, pero - ¿Qué favor te hizo y que personaje vino?
- Con respecto a la persona no tengo la menor idea. Estuve presente ahí pero lo único que vi son solo samuráis protegiendo a alguien importante yendo a la torre del Kage. Debió ser algún pez gordo de algo. - negó con la cabeza y miro a la lejanía, justamente a la dirección donde se fue Rock Lee – Naruto hizo algo con Lee, le dijo algunas palabras o algo así, la verdad es que Lee es bastante reservado con respecto a eso, pero le dio un espirito inquebrantable que tiene. - bufo divertido – Lee tiene problemas con el Chakra y gracias a muchos comentarios de los futuros genins y la muerte de sus padres le dieron ya las ganas de renunciar todo. Naruto vino y lo arreglo, aunque salió golpeado. - miro a Kurenai con una mirada sería – Entrenare a Naruto. Dile que nos vemos en Ichiraku a las 5 para nuestro entrenamiento y si tenemos una misión o ustedes y nos avisamos.
- Hai, pero a cambió de este gran favor le enseñare a tus Genins cómo pelear contra los genjutsu.
Gai dio una sonrisa sin ese brillo molesto ante la propuesta de kunoichi – Que mejor sensei para la "Maestra de los genjutsus". - extendió su mano y ella se lo devolvió.
Aunque dolía.
- Pero no lo transforme a tu "Mini yo" o veras lo que vio ese pobre desgraciado para que me diesen ese titulo.
Riéndose, no de forma nerviosa sino más bien retadora ante la amenaza de Kurenia – Solo haré eso para ver si ese título está bien puesto en tus hombros ¡Adiós Kurenai, tengo que llegar con Lee para ver si su Fuego de Juventud aún sigue ardiendo! - salió corriendo aún más rápido que Lee, haciendo que mucho humo y haciendo toser a la Kunoichi.
- La próxima avisa, loco.
No quería salir de la casa, ni de la cama.
En estos últimos dos días pasaron muchas cosas y no muchas eran muy agradables.
Ahora no sabía si seguir viviendo.
Con esos pensamientos pesimistas, Naruto se levantó de la forma más perezosa posible, haciendo un recuento de todas las cosas.
Hizo la tontería de los rostros.
Lo regañaron y si no fuese que Hiruzen estaba ahí posiblemente lo hubieran golpeado.
Hiruzen lo regaño diciendo que hizo una tontería y luego lo mando a limpiar después de que saliese de la academia y esperaba que se graduase. Siempre odiaba eso, siempre el anciano decía eso y jamás lo ayudaba...nadie lo ayudaba. Quizás la familia Chef de Ichiraku Ramen pero solamente eran simples civiles, nada más. Pero algo ocurrió. Alguien le pego en algún momento un papel en su espalda diciéndole "Buen trabajo, eso demuestra que la aldea necesitaba más seguridad" pero gracias a su problema de la lectura simplemente pensaba que era otro "Muérete" que siempre recibía y simplemente lo tiró por ahí.
Luego estaba el día de la graduación, el momento que siempre estaba entrenando.
Y cómo siempre, fracasaba con ese maldito Bushin.
Cuando estaba en ese columpió, quería romper a llorar pero su promesa de jamás llorar le hizo frente. Ver a las familias con sonrisa felicitándolos por sus graduaciones siempre le daban un muy mal sabor de boca, recordando que siempre estaba solo.
Luego ocurrió con esa rata de Mizuki, el pergamino y su secreto.
Ya sabía por qué siempre estaba solo y ahora…
Con su mano en los ojos aguantando las ganas de llorar, trayendo pensamientos aún más oscuros ¿sus padres lo abandonaron por eso? ¿murieron por su culpa? Pero ¿por qué el Yondaime lo eligió?
Acaso...¿solo era un estorbo para todos?
Aunque las palabras de Iruka estaban ahí, aún así era solo un mero polvo ante un huracán.
Pensaba que iba siempre estar solo, hasta inclusive tenía pensamientos de quitarse la vida.
A pesar de todo ¿a quien extrañaría a un monstruo?
La primera vez que sintió un poco de esperanza con toda esa oscuridad vino una voz...una voz femenina raramente familiar.
"Hay personas que importan si desaparecieses"
Le dio un poco de animo, pero no suficiente para quitarle toda la pesadez que sentía en sus hombros.
La verdad...solo quería despertarse de la pesadilla llamada "Vida".
Pero no solo fue eso.
El equipo 8.
Hinata no lo miraba pero no fue por odio o molestia.
Shino miraba cada tanto al Genin.
Kurenai no eran cómo todos-excepto Iruka-los senseis le miraban mal, ella más bien le miraba con compasión.
Al sacar las habilidades más fuertes que tenemos, no me regaño o me hizo rebajarme cómo un insecto...me alago.
Cuando Kurenai quiso hablar conmigo a solas, pensaba que era para hablar de que se aleje de los otros dos Genins, que el Kyubi era una perdida de tiempo.
Lo ayudo...ella lo quería ayudar.
Sintió rabia, enojo, tristeza...esperanza…
Por primera vez en mucho tiempo sintió que su mascara se rompía, que sus lagrimas iban a salir...pero lo que le dio el empujón final era por la mentira que le contó.
En realidad Hiruzen no le prohibió eso, sino más bien no quería que ella, la primera persona que le ve con otros ojos. No quería que le viesen cómo un tonto e inútil.
Cuando Kurenai se distrajo por algo, dejo el dinero que tenía en su bolsillo y salió lo más silenciosamente posible para irse a casa, sacando todos las emociones que tenía encerrado en su ser.
Ahí...ahí sintió las ganas de levantarse.
Se paró y puso la misma ropa naranja que tenía. Solo tenía eso pero no sabía por donde encontrar un lugar que no le echasen a patadas.
Antes de salir, escucho un ligero maullido. Giro hacia la única ventana que tenía en su hogar y ahí estaba un gato negro. Subiéndose por la cama para abrir la ventana, dejó entrar la gato que este tenía un collar, pero no podría identificar su nombre.
- Lo siento señora Sombra, pero me tengo que ir. - le dio un plato con la poca leche buena que tenía en casa – Pero tengo que reunirme con sensei y no quiero hacerle perder el tiempo. - acarició la cabecita del gato y salió lo más rápido posible.
Quizás era aun temprano, pero ya era un ninja.
La gata miro al niño con una mirada triste y con habilidad salió por la ventana con un buen salto no sin antes de usar su cola para cerrar la ventana.
Hora de la tortura.
Kurenai se estaba limpiándose el polvo de su ropa por la carrera repentina de Gai. Cuando termino de limpiarse lo mejor posible, vio a una mancha naranja corriendo hacia ella. Agarrando su reloj de bolsillo vio que estaba una hora más temprano.
Aunque estaba feliz por su hora de venida temprana, aún así estaba curiosa.
Mientras guardaba su reloj, Naruto estaba delante de ella con unas ojeras pequeñas y con una actitud algo cambiada. Quizás aún no tenía esa actitud que siempre escuchaba quejarse por otras personas, pero por lo menos estaba un poquito mejor. Era peor que nada.
- ¿Eso que viniste una hora temprano?
- B-Bueno, no pude dormir bien. - eso se notaba por las leves ojeras.
Kurenai asintió, suponiendo que la charla que tuvo con Naruto le afecto más de lo que pensaba – Muy bien Naruto, haz un Kage Bushin.
Naruto la miro un poco confundido, pero hizo lo que pidió y apareció otro Naruto, para poco después aparecer otra Kurenai, que esta le indico que el clon de Naruto la siguiese.
Los clones estaban caminando a través del bosque mientras que la clon de Kurenai calculaba la mejor distancia entre su lugar de "Recuperación" y donde estaba su yo verdadero. Aunque no importaba mucho, era lo mejor que los otros dos genins no se enterasen de su entrenamiento exclusivo, no quería que pensasen que estaba haciendo favoritismo a Naruto. Aunque con Hinata quizás no tendría muchos problemas quizás Shino se sentiría apartado.
Aunque claro, si Kurenai se lo explicase lo entenderían aunque el problema sería sus burlas hacia su compañero.
En estos instantes, su Genin estaba bastante indefenso aunque no se notase.
- Aquí. - Kurenai se detuvo e igual cómo Naruto.
- ¿Qué haremos?
- Arreglar tus problemas más graves. - de su bolsillo sacó un libro infantil, haciendo que Naruto inclinase su cabeza de manera confundida.
- ¿Vamos a leer?
- Así es ¿algún problema?
- ¡¿N-No?! - negó de forma abrupta, asustando un poco a Kurenai por su simple negación – E-Es que pensaba que leer y escribir no era necesario para los ninjas.
Kurenai levantó una ceja con respecto a ese comentario - ¿Quién te dijo eso?
Naruto apartó un poco su cabeza, mordiéndose los labios de los nervios. Kurenai suspiro de forma interna, simplemente Naruto era una caja fuerte y le era imposible saber lo que pensaba y eso le preocupaba bastante. Acercándose a su genin y agachándose para estar a su altura y acariciando levemente su cabeza, haciendo que este se pongo un poco tensó haciendo morderse su labio inferior. Pero no necesitaba desconcentrarse – Me preocupo mucho por ti. Sea quien sea que te dijo esa mentira era un entupido. Un ninja no solamente necesita ser fuerte y ágil en todo sino también necesita saber cómo interactuar con otras personas, elegir las palabras adecuadas, saber leer entre líneas. Estar preparado para todo.
- ¿Pero los ninjas no son combatientes?
- Si, pero a veces los ninjas necesitan jugar con la política, negociar, planificar y otras tareas. - se levantó, mirando al horizonte – Mi misión más importante que no incluye el combate era negociar con un mercenario para que se nos uniese con nosotros. - Kurenai se rio un poco, cómo si recordase algo – Me pregunto si aún sigue vivo ese maldito ciego.
- ¿Ciego?
Kurenia le dio una sonrisa algo competitiva – Si lees este libro completo y respondes mis preguntas de forma correcta te lo diré.
- K-Kurenai… - apartó la cabeza un poco, sintiéndose cálido que la Jonin le diese tanta...tanta…
Kurenai sintió que su corazón se le estrujase, viendo cómo Naruto batallaba consigo mismo para no romper a llorar. Cuando se tranquilizo, Kurenai le dio el libro y comenzó a leer.
- Muy buen trabajo, Genins. - felicitó Kurenai a sus los jóvenes que se veían un poco cansados. Quizás Naruto era el único que estaba un poco más fresco que los otros dos pero aún así se veía un poco agotado.
Durante las próximas 2 horas, los Genins estaban siendo entrenado hasta el agotamiento teniendo un poco de todo, desde leve entrenamiento de chakra-o bastante para el caso de Naruto-, perfeccionando lo mejor posible sus habilidades que saben y un poco de taijutsu.
Kurenai pudo saber un poco las habilidades y debilidades de cada uno.
Hinata era tímida y era alguien que no le gustaba pelear, y aunque necesitaba entrenar en ese comportamiento vio que el taijutsu base que dan los Hyugas era muy tosco para ella. Necesitaba hablar con Hiashi para algún consejo. Tiene un buen manejo del chakra pero se agotaba de forma rápida en actividades físicas, daba pelea pero tenía un limite corto.
Shino era muy callado y bastante estoico. Quizás Hinata no era una persona muy comunicativa pero por lo menos se defendía levemente bien si se le presionaba los botones correctos, pero con el Aburame era tan...Aburame que para cualquiera se le pondría los pelos de punta o peor. Un taijutsu normal aunque se le daba puntos por utilizar sus Kikaichu en sus puños para que se le pegue a su oponente, un combate imaginativo para un Aburame. Un control de chakra a un nivel normal y no se agotaba tanto aunque se necesitaría ponerse una chaqueta un poco menos gruesa para mayor movilidad. Quizás Hianta tendría el mismo problema pero su chaqueta era grande pero muy versátil.
Naruto...Naruto era un caso extremo y sus dos compañeros se dieron cuenta. Naruto era una persona muy callada, y aunque no era un secreto para nadie pero su comunicación era...grave, no podía responder bien las preguntas sencillas o no entendía para nada la pregunta. Un taijutsu que, aunque ciertamente se sorprendió por ser muy impredecible pero aún así era cómo ver luchar a un loco, y aunque le dio pelea a Shino aún así le gano por tener una estrategia ya que tiene experiencia batallando con otras personas, pero Naruto lamentablemente no y aparentemente sus otros dos Genins se enteraron de eso aunque no sabía a que nivel. Su manejo del chakra era un chiste, hasta inclusive Hinata le dio unas pequeñas palabras que le ayudaron un poco pero aún así batallaba y además utilizaba más chakra de lo normal para una simple cosa y su ropa...bueno, necesitaba un cambió de ropa inmediata.
- Bien Genins, ahora… - Kurenai se quedo un poco callada con la mente en blanco por un segundo, poniendo una sonrisa al principió y para que cambiase de golpe para matar a cierto anciano. Vio a Naruto, que este simplemente se estaba levemente preocupado, haciendo que los otros dos Genins mirase un poco confundidos.
- ¿N-Naruto-kun?
- S-Soy un idiota… - puso su mano en la cara y camino a un lado.
Shino y Hinata querían seguirlo, pero Kurenai los detuvo – Naruto tuvo una...revelación importante.
- ¿Qué revelación? - pregunto Shino confundido.
Kurenai se agacho y los dos Genins se acercaron – Ya saben, pero Naruto tiene problemas de comunicación. - los dos Genins asintieron pero aún no hallando el problema – Verán, Naruto no solo tiene problemas de comunicación sino también problemas de aprendizaje y no entiende algunas palabras en su perfecta definición.
- Por eso vi a un Naruto y Kurenai a lo lejos. - susurro Hinata, pero lo suficiente fuerte para que lo escuchase los dos.
Kurenia suspiro – Naruto no sabe leer ni escribir y nadie tuvo el tiempo de ver ese problema y resolverlo, por eso lo estoy entrenando en esa materia. - los dos asintieron pero su aura irradiaba entre tristeza e ira ante su compañero.
- ¿Cómo que no entiende acerca de algunas palabras? - pregunto Hinata y para la sorpresa y temor de la Jonin su mirada irradiaba un fuego tan potente que quemaba.
Kurenai cerró los ojos y simplemente dijo – Él pensaba que "Novios" era un paso más de amistad, algo así como "Súper amigos" y no una relación.
Los dos se miraron confundidos ante esta revelación - ¿Quién le dijo eso?
Kurenai apartó la mirada para ver a Naruto, ya desahogado aunque con una mirada que mostraba que le apuñalaron la espalda – Naruto le tendría que decirle eso. Me dio permiso para comentarle esto si había algún problema pero lo demás...se lo tendrán que preguntarle. - los dos asintieron, pero aún así la furia interna de Hinata no disminuía al acercarse Naruto.
Más bien aumentaba y se juró a su misma que se alejaría corriendo si explotaba.
Y Shino, era un poco estoico pero pareciera entender su dolor. Quizás no todo pero si entendía como ser alejado por los demás por no tener control por algo. Aunque no sepan del verdadero peso de su compañero...y quizás amigo.
El equipo 8 estaban en la torre del Hokage, yendo por primera vez a las malditas misiones rango D.
La primera de muchas caminatas en equipo a través de la aldea no fue tan...placentera.
Los dos Genins pudieron ver a primera mano cómo Naruto era mirado por todas personas y para la sorpresa de Kurenai los dos estaban siendo bastante...agresivos.
Kurenai pudo escuchar cómo los bichos de Shino zumbaban molestos y hasta vio alguno que otro saliendo de sus mangas, asustando alguna que otra persona.
Mientras que Hinata y para su sorpresa tenía activado su Byakugan y mirando agresivamente a las personas.
Naruto era algo ausente acerca de sus compañeros, defendiéndolo en silenció, aunque Kurenai estaba confundida ¿por qué los dos estaban molestos? Entendía que estaban molestos si miraban mal a su compañero pero en este caso era cómo si le mirasen mal a un familiar.
Agradecida pero muy curiosa la escena, lastima que Naruto estaba en su mundo pensando las cosas y no viendo a sus compañeros, quizás se sentiría seguro por eso.
Agitando la cabeza y concentrándose, estaba al frente de la puerta y, para su gran sorpresa la secretaría no estaba en su lugar.
Curioso.
Pero antes de abrir la puerta, salió Kakashi aún leyendo el libro naranja. Levantó la vista y la miro de forma agresiva – Buenas tardes. - su voz sonaba enojada y avanzó, apartando un poco agresiva a Kurenai entre enojada y confundida.
¿Qué mosca le pico?
Pudo escuchar un ligero sonido de tristeza y sabía a quién le pertenecía, miro a Naruto que miraba cómo se iba Kakashi – Lo siento Kurenai-sa...sensei – los dos compañeros miraron entre Kurenai y Naruto muy confundidos.
Kurenai suspiro enojada. Agradeciendo a Kakashi de hacerle su trabajo con Naruto más difícil de lo que era. Acercándose a su genin, puso su mano en su cabeza acariciándolo – Es un problema que tenemos entre los Jonins, no tuviste nada que ver con el enojo de ese tuerto. - Naruto bajo la mirada con una sonrisa de agradecimiento.
- ¿Ese problema se podría saber? - pregunto Shino curioso. Haciendo negar con la cabeza a la Jonin.
- Aunque nuestra pelea no sea confidencial si es algo que ustedes no entenderían. - los dos Genins asintieron, y hasta Naruto le miró aún agradeciéndole de forma silenciosa.
Sonrió Kurenia, agradeciendo a Kakashi de hacerle su trabajo un poquito fácil, aunque aún se merecía el golpe que ella quería darle.
Entrando a la oficina, vio que el Hokage no estaba solo, estaba al lado Iruka revisando unos papeles aunque estaba refunfuñando algo de "Tuertos estúpidos".
Levantando su mirada de esos papales, Iruka miro al equipo 8 con una sonrisa - ¡Hola! - con un saludo un tanto fuerte, haciendo que el Hokage levantase la mirada con una...¿mirada seria?
- Kurenai-san, me alegro de verte. - miró al genin rubio que este apartó la mirada. Pensando que había ocurrido algo miro a la sensei - ¿Naruto hizo algo molesto? - Naruto se mordió el labio masajeándose las manos.
Por primera vez, pensaba que Kurenai iba a inventarse un cuento acerca de Naruto, haciendo que de forma interna se insultase a si mismo cómo un "Tonto" en confiar a alguien, igual cómo Hiruzen, mintiéndole todos los días en todo. Pero este no es el caso.
- Hokage o no, no insultes a mi Genin en mi presencia por algo que JAMÁS ha hecho. - Kurenai estaba enojada por la acusación de Hiruzen ¿él pensaba por simplemente venir con Naruto hizo algo malo? ¿acaso estaba ciego y no vio al resto del equipo?
Hiruzen se sonrojo levemente de la vergüenza, sabiendo que había metido la pata. Vio a Naruto y para poner más sal a la herida vio que lo miraba traicionado.
Suspiro, era demasiado viejo para esto.
- Lo siento Kurenai-san, la costumbre. - sabiendo lo que dijo, miró a los demás con miedo.
Kurenai con las ganas de arrancarle la cabeza.
Iruka mirándolo enojado.
Shino mirándolo fijamente con sus bichos saliendo poco a poco.
Hinata con una mirada muy fría.
Naruto mirándolo con los ojos abiertos estupefactos ante esas palabras y simplemente salió de la oficina.
Y una Anbu escondida emanando mucha sed de sangre.
Golpeó su cabeza en el escritorio por decir esas palabras – Soy demasiado viejo para esto.
Iruka le dio un papel que le decía su misión, sabiendo que Hiruzen estaría indispuesto en estos momentos. Kurenai se lo arrebató con odio y se fue de la oficina junto con su equipo.
Kurenai suspiro enojada, quizás Naruto hacia muchas bromas pero ¿llegar al extremo de solo traer significaba que había hecho algo malo?
Naruto estaba afuera, sentado en uno de los bancos con la mirada baja.
Kurenai señalo que los esperase mientras iba hacia su Genin. Antes de decir algo, Naruto levantó la mirada en un tono triste – Lo siento.
Kurenai negó con la cabeza – Hiruzen es un tonto, no le prestes atención. Pero también ponte en sus zapatos, tus antecedentes de bromista diario le deja uno una marca.
- ¿Diario? - pregunto Shino, acercándose a los dos.
- Según escuche, Naruto hacia bromas todos los días a prácticamente a medio mundo. - miro a Naruto que prácticamente bajo la mirada nuevamente – Aunque no crea esos rumores ya que varios días que estuve en la ladea estaba prácticamente tranquila. Pero eso no deja que Naruto hizo muchas bromas durante todos estos años.
Los dos Genins se miraron entre sí algo confundidos – A-Aunque N-Naruto-kun ha hechos b-bromas, no lo h-hace todos los días.
- Hai, solo recuerdo 10 bromas en todo lo que le conozco.
Kurenai miro a Naruto, cómo buscando una explicación.
- He hecho varias bromas, pero hay muchas veces que alguien me lleva ante el Hokage, dice que hice una broma sin evidencias, me regaña y siempre veo al sujeto con una sonrisa victoriosa.
Los 3 abrieron los ojos ante esa aclaración, hasta Shino se pudo verse las cejas de la impresión.
Pero no acaba ahí.
- Los Anbus me defienden diciendo que no he hecho ninguna tontería pero le da igual… - apartó la mirada muy enojado - ...él cree más a unos ciudadanos cualquiera que a sus Anbus solo por ser yo...lo odio. - Kurenai se sentó al lado suyo y le puso una mano en su hombro, acercándola hacia ella dándole un improvisado abrazo.
- Yo te creo. Se que no me mentirías por algo cómo esto. - suspiro entre agotada y enojada, viendo a sus dos compañeros genins y estos se acercaron.
- Si algo pasa y simplemente te acusan por alguna broma que no cometiste, te defenderemos.
- H-Hai, s-se que no querías hacer bromas solo por qué si, siempre hay un m-motivo tras esa broma. S-Siempre te creeré.
Kurenai puso una sonrisa ante las verdaderas palabras de sus Genins y la valentía que pudo reunir su tímida kunoichi. Miro a Naruto y este tenía una sonrisa, agradeciéndoles a los dos en confiar, aunque un poco, a él.
Puso una sonrisa al levantarse y darles una seña a su equipo para completar la misión.
Lo último que quería era que el anciano arruinase este momento solo por que le dio la gana.
Al llegar la ubicación que se vio por ultima vez su objetivo, los Genins se miraban confundidos. Quizás Naruto estaba más confundido ya que ningún sensei le dijo acerca de las misiones cómo ninjas iban a hacer. Kunerai le dijo que, dependiendo de la letra será más o menos difícil la misión, haciendo que Naruto entendiese un poco mejor pero aún así estaba muy confundido cómo sus dos compañeros.
Y la responsable de su confusión era por Kurenai, que estaba bastante nerviosa y malhumorada, susurrando cosas cómo "Ese maldito gato aún no ha muerto".
- Hinata conoce mejor a Kurenai. - comentó Shino, mirando a una nerviosa Hinata - ¿Kurenai odia a los gatos?
Hinata lo negó con la cabeza rápidamente. Los dos varones se miraron entre si algo confundidos.
Hasta que Naruto vio a alguien conocido detrás de Shino - ¡Señorita Sombra! - caminando hacia la gata que conocía siendo seguidos por sus dos compañeros mientras esperaban que Kurenai se tranquilizase.
Después de algunos minutos de imaginarse cómo torturar al gato demoníaco y aa mismo tiempo tranquilizarse, formulo un plan – Bien chicos este es el plan de atrapar a ese gato. Hinata activaras tu Byakugan y avises de cualquier gato que veas, Shino utiliza tus insectos para poder perseguirlo si es que escapa, Naruto utiliza tus Bushin para rodear al gato ¿entendido?
- … - pero ninguno de los genins dijo algo.
- ¿Chicos? - se volteó.
Ahí estaba.
El demoníaco gato.
En los brazos de Naruto cómo si fuese un gato normal siendo mimada por Hinata y Shino sacando el papel para la identificación del gato ya que este tenía un collar.
- Lo tenemos, esta es la gata Tora. - comentó Shino al saber que Kurenai los miraba.
Pero a pesar de la idea de una felicitación, Kurenai pareciera que vio algo imposible ocurriendo al frente de sus ojos.
- ¡Kurenai-sensei, la tenemos! - dijo alegre Naruto, haciendo reír a Hinata de su alegría y Shino comentando "Ya se lo dije" pero asintiendo.
Pero Kurenai estaba en shock.
- ¡¿K-Kurenai-sensei?! - los tres genins gritaron de la sorpresa cuando Kurenai fue al árbol más cercano, agachándose en una pose muy triste con una nube de depresión encima.
La gata riéndose de su desgracia.
Kurenai diciendo "Un Genin me supero" con una voz falta de fuerza.
Y un cuervo diciendo "Tonta, tonta" mientras se alejaba.
Los tres genins se miraban entre si, mirando a la sensei y al gato que descansaba plácidamente y cómodamente en los brazos del rubio.
"Es solo un gato" pensaron los tres al mismo tiempo con los ojos en blanco.
Después de que Kurenai se recuperase de su depresión, los tres le preguntaron a Naruto desde cuando conocía al gato.
Naruto les respondió de hace casi tres años, además de ver a la familia "Madre e hija" visitando varias veces su casa.
Kurenai estaba estupefacta ¿Naruto se hizo amigo de los gatos demoníacos cómo si nada?
Kurenais suspiro moviendo la cabeza de un lado para el otro – Eres una caja de sorpresas. - Naruto se sonrojo un poco por ese comentario amistoso.
Al llegar a la torre del Hokage y entrar a su oficina, no sin antes de ver a una secretaria pero más amistosa, según las palabras de Naruto.
Kurenai supo a lo que se refería.
Al entrar, vieron que estaban Iruka y Hiruzen, pero al frente del escritorio había una mujer de huesas grandes ya preparándose para irse.
Hiruzen suspiro - ¿Naruto hizo algo malo?
Con un buen pisotón y un fuerte chillido de amenaza haciendo asustar a Hiruzen.
¿Qué es peor que hacer enojar a una mujer? Enojar a una gata legendaria que hacia hacer la vida imposible hasta los Kages.
- ¡Tora! - agarrando rápidamente al pobre gato, abrazándola fuertemente. Quizás no la quería lastimar pero aparentemente la mujer grande no prestaba mucha atención.
- Disculpe, señorita. - Naruto interrumpió el abrazo mortal que le hacia al pobre gato.
Hiruzen iba a detener a Naruto de quizás una de sus bromas, pero la mirada de Kurenai junto con un poderoso instinto asesino de una de sus anbus le hizo callar.
Para la sorpresa de muchos y de nadie, Naruto le enseño de cómo cargar bien al gato, en que posición para mantenerla y que no hacer, cómo ese abrazo de oso. En menos de 5 minutos, la gata estaba ronroneando ante la dueña mientras que esta le acariciaba levemente su cabecita.
- Gracias señor. - agradeció la mujer mientras sacaba un sobre que tenía en su pantalón café. - le iba a pagarle a un experto de cuidado animal. Cobraba una barbaridad por unos imples consejos pero no tenía más alternativas. Pero viniste a mi rescate. Aquí tienes un bono.
- P-pero y-yo… - a pesar de la muy inútil protesta de Naruto, la mujer le dio el sobre en su mano con una sonrisa casi rallando en lo maternal. Mientras se iba y se despedía, la gata también se despedía viendo a Naruto, haciendo reír a la señora.
- Le agradas y bastante. - se fue.
- Bueno, por lo menos un problema menos. - suspiro aliviado el Hokage.
Por una vez. Kurenai estaba de acuerdo.
Hiruzen miró a Naruto y extendió la mano – El sobre.
Naruto miro el dinero que le dio la señora y se lo iba a entregar. Sabiendo que no podía hacer nada.
Nuevamente, estaba equivocado.
- ¿Disculpe? - Kurenai estaba muy furiosa lo que estaba viendo, mirando agresivamente al Hokage.
- Kurenai-san veras…
- ¡Veras nada, ese es el primer bono que le dan y simplemente se lo quitas!
- Bueno, es por los desastres.
- Que desastres. - pregunto ya muy al borde de aventarlo por la ventana.
- Ya sabes, sus bromas.
- Sus bromas eran inofensivas. - comentó Iruka muy confundido – Son muy molestos si, pero no daño nada.
- Las quejas de los civiles...
- ¡¿Y tienes pruebas que paso eso?! - interrumpió Kurenai, asiendo negar la cabeza.
- El consejo civil…
- ¿¡Y los desastres, desaparecieron de un minuto a otro o qué!? - no le dejo terminar el Hokage, haciendo que el anciano mirase a la Jonin.
- Soy el Hokage y mi palabra es ley.
- Si, eso es verdad. - Naruto miro sorprendido al Hokage.
- Entonces el sobre.
Antes de que Naruto, abatido de que su sensei le abandonase por una pelea perdida, Kurenai puso su mano en su hombro.
La verdad, el Hokage cavo en su tumba.
- ¿Eso significa que todos los ninjas que recibieron un bono automáticamente necesitan dártelo a ti?
- N-No, eso no…
- Prácticamente estás haciendo eso. - se señalo a si misma – Por consciente, todas las personas que están en esta habitación han recibidos bonos por los clientes ¿por qué no se lo pides?
El Hokage cerró la boca y apartó la mirada, sacando un suspiro – Me estoy haciendo viejo para esto.
- Pues muérete de viejo. - Kurenai se sorprendió al decir eso, pero ya estaba tan enojada que Hiruzen prácticamente le estaba haciéndole un robo a su Genin – Ya estamos cansados. Mañana seguiremos con nuestras misiones. - se volteó, haciendo que sus sorprendidos genins la siguiesen.
Pero antes de irse, una Anbu apareció por un Shunshin y le dio un sobre que tenía el dinero de su misión.
Kurenai agradeciéndole a la Anbu, se fueron.
- Iruka-san. - la voz de la Anbu era tan fría cómo el aliento de la Shinigami, haciendo sudar al Chunin – Puedes irte a casa.
- H-Hai. - tan rápido cómo lo dijo, se fue.
- N-No puedes d-dar ordenes s-sin mi permiso. - tartamudeo asustado el Hokage, mirando detrás de ella y no había otros Anbus para intentar detenerla.
- La única persona que me podría mandar las ordenes. - se quitaba su guante derecho tan despacio para disfrutar el miedo que emanaba el anciano – Esta muerta por tu incompetencia.
- E-Espera, d-discúlpame por tratar a N-Naruto de esa manera.
- Ya es tarde. - puso su pie en el pecho del Hokage para que no intentase escapar.
- ¿¡L-Los otros anbus!?
- Viendo cómo su capitana te esta dándote una paliza para que abras los ojos...cómo ella lo hacia.
Y gracias a los sellos de silenció, nadie pudo escuchar los gritos de auxilió que demandaba el Hokage.
XXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXX
