Cambios

el Equipo 8 estaba saliendo de la torre, en una mezcla entre enojo y un poco de miedo, aunque lo último lo tenían los Genins al ver a Kurenai en un estado bastante cabreado, casi escuchando cómo sus dientes se arrastraban por la ira. Además de tener los ovarios bien grandes para batallar con el Hokage sin salir mal parada.

- K-Kurenai… - el simple susurro de Naruto, con un tono de voz casi culposo hizo devolver a la realidad a la sensei.

Suspirando e intentando tranquilizarse lo mejor posible, miro a sus genins – Lo siento por mi actitud. Ese anciano no debió actuar de esa manera. - se agacho al frente de sus genins ya curados del susto…

Bueno, menos Naruto.

- N-No te preocupes. - Hinata tartamudeo levemente.

- Aunque Hiruzen tiene esa clase de poder, pero usarla para robar a sus súbditos por algo que no hay evidencia alguna solo demuestra lo estúpido y ciego que es.

- Arigatou. - solo Kurenai pudo escuchar el leve sonido fantasmal de su alumno.

Cerró los ojos y sabía que necesitaba hablar con él a solas, además de explicarle algunas cosas más. Aunque confiaba en sus otros alumnos para poder hablar con él, lamentablemente estaba bastante delicado y con su GRAN problema que tiene y posiblemente pudiese malinterpretar algo y que la situación fuese a mucho peor.

Sudando internamente, vio un posible final para todos si no cuidaba bien a su genin.

Levantándose, miró a sus genins – Pueden irse. - sujeto al hombro de Naruto, haciendo que este le mirase – Naruto y yo tenemos que hablar. - los dos genins asintieron y dándole palabras de alivió a su compañero se fueron.

Mientras que los otros dos se fueron a otro lado.

- ¿Qué quieres hablar? - Naruto pregunto, al ver una tienda de ropa a la lejanía, ya que estaban dirigiéndose hacia ese lugar.

- Un cambió de ropa. Vamos a estar en misiones que se necesitan no solo silenció sino también mezclarse con el ambiente hasta tal punto de ser invisible ante la visa. - se detuvo y miro a su genin mirándose su mono - ¿Algún problema con tu mono?

Naruto negó con la cabeza – En realidad me la quiero cambiar de hace mucho, pero… - no dijo nada más, haciendo que los dientes de Kurenai se apretasen nuevamente.

Pero en estos instantes necesita calmarse, lo único que necesitaba era que Naruto creyese que ella esta enfada con él.

- ¿Tienes algún color preferido?

- Bueno...me gusta el naranja. - Kurenai levantó una ceja confundida.

- Tienes naranja.

Naruto negó con la cabeza – Naranjo rojizo. - se sonrojo levemente cómo su tuviese algo de vergüenza – Me gusta el atardecer, ese naranja rojizo me tranquiliza.

Kurenai sonrió ante ese comentario algo tierno – Aunque compartimos ese gusto ¿tienes algún color preferido que se use para el camuflaje?

Naruto pensó un poco - ...¿Negro estaría bien?

Kurenai negó con la cabeza – Aunque el negro es un color para pasar inadvertido en la oscuridad y en espacios cerrados oscuros, no hay muchas posibilidades que nuestras misiones sean de noche sin luna y además ver una mancha negra a la lejanía llamaría mucho la atención. Por eso te recomiendo algo de color verde oscuro para que pases un poco más inadvertido a la distancia. Además… - continuo caminando junto con un pendiente Naruto, que asentía ante los consejos cosméticos que le aconsejaba su sensei.

Entre otras cosas, una especie de capucha o una bandana para cubrirse el cabello oro dorado.

Aunque Naruto, al estar afuera de la tienda se mostraba muy nervioso, Kurenai le dijo que él estaría bien si van juntos.

¿Qué podría salir mal?


- Voy a matar a alguien. - la sed de sangre que emanaba Kurenai era antinatural.

Todas las personas que la veían, corrían, hasta el anbu que le advirtió que se relajase salió corriendo al ver sus ojos rojo sangre mirándole directamente su alma.

La única persona que era inmune por eso era Naruto, que le sujetaba la mano cómo si fuese un niño pequeño acompañando a su madre.

Quizás era ridículo que un genin sujetase la mano a su sensei, pero gracias a eso Kurenai no se lanzaba al siguiente, siguiente, siguiente y siguiente comerciante que la echaba a patadas por simplemente estar con Naruto.

Y para añadir mucha más sal a la herida, Naruto se disculpaba con ella cada vez que pasaba, cómo si fuese su culpa.

Tranquilizándose lo mejor posible, entraron a una tienda que era en apariencia algo sombría. Se juraba si misma que, si esta persona la echaba a patadas le iba a lanzar el peor genjutsu que tenía en su arsenal.

Al entrar la tienda, vieron que la tienda estaba llena de distintos productos. No solo herramientas y medicina ninja, sino también ropa, algo raro ya que todas la tiendas que Kurenai conocía-y que jamás iría nuevamente-solo tenía un tipo de productos.

O vendías armas o vendías ropa o vendías medicina.

Esta es la primera vez que veía una mezcla de las tres cosas. Aunque lo más raro de la tienda era una línea amarilla en el techo, cómo si dividiese algo. El lado derecho estaba la mezcla de armas, ropa y medicina, mientras que el izquierdo había solamente armas.

- Buenas. - saludo una persona, saliendo de la habitación de atrás. Viendo a los dos y cuando fijo su mirada en Naruto escondiéndose detrás de Kurenai cómo un niño pequeño.

A diferencia de lo que creía que iba a pasar, el hombre puso una gran sonrisa - ¡Bienvenidos!

El hombre era la persona más alta que Kurenai había visto en su vida, de piel tostada natural, una herida ya vieja traspasaba de su frente a su ojo derecho y en ese mismo ojo tenía un parche. A pesar de ser una persona que podría dar un poco de precaución a cualquier persona, la atmosfera que rodeaba al hombre era bastante amigable, el ojo visible era de un color marrón oscuro, la ropa era de un color verde un poco tostado.

Kurenai pestañeaba ante esa bienvenida tan...honesta.

- ¿Qué necesitan mis nuevos clientes? - sonrió ante la estupefacta jonin.

Kurenai cerró los ojos para tranquilizarse mejor y miro al hombre sonriente. - Necesito una ropa de color verde oscuro.

El hombre, masajeándose el mentón ante la sugerencia de la ropa – Un ninja para pasar descubierto en las líneas enemigas. - susurro para si mismo, mirando a los dos con una sonrisa – Tengo lo que busca para…

Kurenai miro confundido ante el silencio del hombre, mirando aparentemente a la nada - ¿Hijo? - pregunto, pero no era una pregunta sino más bien un comentario chistoso.

- ¿H-Hijo? - miro su mano, aún sujetando la de Naruto. Soltó la mano de su genin y vio que Naruto se veía su propia mano y con ello le hizo morder el labio.

¿Acaso era la primera vez que sostenía su mano de manera protectora, cariñosa?

Al pensar en esas posibilidades hizo hervir su sangre.

El señor, con una sonrisa algo payasa, fue a la trastienda. Mientras que eso ocurría, Kurenai se agacho al lado de su genin.

- ¿Estás bien?

Naruto, no muy seguro, asintió – Es...es la primera vez que estoy en una tienda y… - miro a su alrededor, pensando que había otra persona escondida - ...me atienden cómo una persona cualquiera.

Kurenai le sonrió, haciendo que su genin le devolviese una sonrisa.

No era temerosa, no era sarcástica, era verdadera. Naruto confiaba en ella ¿cuánto? No lo sabía pero iba a seguir así.

Quizás, algún día, Naruto pueda abrirse ante el mundo, aunque ese mundo fuese del tamaño de una caja.

Levantándose y viendo al señor regresando con un paquete en sus brazos. Lo soltó en el mostrador – Ahí están los vestidores. - señalando a la derecha y Naruto, agarrando el paquete, fue lo más rápido posible.

Al estar dentro de los vestidores, el hombre dio una carcajada algo suelta, cómo si no tuviese el animo de reírse – Ese genin pareciera muy nervioso ¿es la primera vez que venía a una tienda para la especificación de matar?

Kurenai miro de forma muy sería al hombre – Digamos que tiene muy malos tratos con las...demás tiendas.

El sujeto, con una ceja alzada por la curiosidad, miraba a la jonin – Pues no se ve cómo un mocoso problemático, más bien temeroso. - se apoyo en el mostrador – Pareciera que los odiase por que si. - bufo de forma sarcástica – Eso sería imposible por donde se le mire.

Kurenai cerró los ojos, deseando que fuese así – Es mucho más complejo que simplemente ser un payaso de la aldea.

- Bueno. - simplemente alzando los hombros quitándole un poco de importancia al asunto – Pero si te doy sincero… ¿ese gaki no se parece un poco al Yondaime?

Kurenai miró al hombre con una ceja alzada – Eso es imposible. - el hombre la miro de forma un poco acusadora, cómo diciéndole en silencio que se lo explicase – El Yondaime nunca tuvo a alguien cercano en su vida para tener un hijo.

- ¿No será que era un mujeriego a puertas cerradas?

Con una risa burlona miro al comerciante – No es cómo su sensei, era más bien algo reservado. Creo que es más bien una coincidencia estética. "Y si fuese así no tendría el tipo de vida que tuvo". Pensó para sus adentros esa verdad. Claro, Naruto era muy similar al Yondaime, pero sería imposible ya que todos pegarían el grito en el cielo si el hijo del héroe que sacrifico su propia vida para detener al Kyubi. Aunque esto sonaba mal, y se golpeaba a si misma por esos pensamientos, que Naruto sólo era un niño cualquiera dentro de un montón de niños en la aldea.

Cerró los ojos, si algún día se encontrase con sus padres vivos por ahí, ella les daría una pequeña sorpresita.

Sino, bueno, encontraría otra manera de darle su pequeño regalito.

El hombre simplemente levantó los hombros y se apartó para hacer unas cosas.

Kurenai miró cómo las cortinas se abrían y revelaban la nueva ropa de Naruto y viéndose un espejo que estaba al lado de los vestidores.

Acercándose y pudo mirar mejor su ropa.

Su franela era de un color verde algo claro, casi similar al césped aunque podía ver un leve cambio de color a gris, su pantalón era de un color más oscuro del verde con un tiente levemente al marrón, unas medía de color negro noche y zapatos de color azul marino.

La ropa era buena para estar escondido en el exterior, aunque se preguntaba un poco si su vista estaba mal ya que podía ver un leve cambio de colores en su ropa, muy imprescriptible.

Aunque la ropa fue un cambio gigante, ver la cara de Naruto lo fue aún más.

La cara de Naruto se veía...sería, cómo si estuviese pensando algo de su más profundo de su ser, podía ver cómo apretaba sus manos con fuerza. Cuando se acerco para poner sus manos en sus hombros para poder relajarse, Naruto hizo un poco lo contrario.

- Juro Kurenai. - por el espejo miro a Kurenai, con un semblante serio mirándole a sus ojos – Que protegeré al Equipo 8...a mis amigos. -Se volteó para mirar a su sensei con una sonrisa pequeña – No importa lo que pase...jamás te defraudare.

Kurenai sonrió ya acariciando su cabeza con una sonrisa – Espero tanto de ti cómo los demás grandes cosas...y yo no te defraudare.

Naruto asintió, y cuando Kurenai quito su mano, vino otra pequeña sorpresa. Naruto levanto una capucha de la ropa, muy imprescriptible ante la vista y no solo oculto su cabello sino una parte de la cara. Si no supiese que portaba estás ropas no lo reconocería y sería un completo misterio.

- Así que descubriste uno de los secretos que tiene. - comentó de forma graciosa el hombre con una sonrisa.

- ¿Hay más? - Kurenai susurro - ¿Podrías decir los demás secretos?

El hombre simplemente puso su dedos en sus labios - ¿Dónde estaría la diversión?

Después de comprar la ropa e irse, prometiendo regresar mañana; se fueron de la tienda.

El hombre puso una sonrisa, y al escuchar un graznido fue a la ventana para abrir y dejar entrar a un cuervo con un símbolo en su pecho. Asintiendo, agarro un papel y puso la información de la tienda, se lo puso en su pata y se fue.

- El zorro salió de la madriguera y esta mostrando sus primeros dientes… - miro la puerta con una sonrisa - ...me pregunto cómo será cuando madure y no tema en atacar.


- ¿Cómo te sientes? - pregunto Kurenai a su genin muy callado después de sus sentimientos de pertenencia. Kurenai pudo sonreír con respecto a eso, ya que Naruto quizás se sienta seguro alrededor del equipo 8. Y claro, estaba lejos de la aldea, en el campo de entrenamiento 8, ya que estaba segura que él no quisiera hablar con toda esa gente mirándolo.

Y la verdad, no lo culpaba.

- ...Extraño. - apenas un susurro escuchable, mirándose las mangas para después mirar a su sensei.

Kurenai le dio una simple sonrisa. Pero lo que la sorprendió fue que el niño se lanzase para abrazarla. Sin esperar esa acción, ella cayo al suelo y miro al genin sorprendida y vio cómo líneas de lagrimas se derramaban.

- E...Eres la primera que me ayuda tanto y… - él simplemente cerró los ojos cómo si intentase parar de llorar aunque en vano, ya que salían aún más - ...yo jamás te defraudare y… - él trago saliva, diciéndolo esas mismas palabras otra vez, cómo si él mismo intentase grabar esas palabras en su propia cabeza.

Kurenai puso su mano en su cabello y puso su cabeza justo en su corazón.

Y por primera vez, desde hace mucho, cómo si fuese un recuerdo lejano, le canto una pequeña cuna que su Kaa-chan le cantaba cuando era una niña.

Cuando termino, Naruto se levantó con un notable sonrojo, disculpándose de su comportamiento.

Kurenai simplemente sonrió – No tienes que preocuparte, sé que necesitabas apoyo por todo lo que estás pasando. - la sensei se acercó y se puso a su lado – Si tienes problemas con algo o simplemente quieres charlar, puedes venir conmigo. - giro su cabeza y Naruto hizo lo mismo, viéndose a los ojos mutuamente – Mis puertas siempre están abiertas por cualquier cosa...hasta un refugio si fuese necesario.

Naruto abrió los ojos y asintió.

- Y también una cosa más. Te he puesto a un sensei en taijutsu, uno de los mejores de la aldea por tu problema en el combate cercano. Y creo que lo conoces.

- De...¿De verdad? - su tono de voz era un poco asustada, aunque él confiaba en ella aun había un poco de cautela en sus ojos.

- Hai, es un poco...raro, pero se llama Maito Gai...¿lo conoces? - y para su prueba interna acerca del conocimiento del sensei loco del taijutsu, Naruto se miraba muy confundido.

- ¿Maito qué?… - se cruzo los brazos, para después sujetarse la cabeza con dolor – N-No recuerdo quien es aunque me suene.

Kurenai cerró los ojos, confirmando su sospecha acerca de su genin. No tenía problemas de la memoria, eso quedo descartado después de leer ese libro infantil y preguntarle diversas cosas y con todas las respuestas casi correctas, tenía muy buena memoria hasta tal punto de decirle que ingredientes tenía la sopa ayer, alguien manipulo y quizás borro lo memoria de su genin.

Ahora la pregunta era ¿Quién fue? Aunque su principal sospechoso fuese el Sandaime Hokage, aun así era un poco tonto ya que podría ocurrir muchas cosas malas, hasta la liberación del Kyubi accidental. Entonces debe de ser alguien que tenga un poco de conocimiento de Naruto y saber perfectamente cómo manipular la mente de una persona.

Y lamentablemente tenía el clan sospechoso, pero la persona no. Gruño internamente, hasta inclusive pudo haberse escapado de la aldea después de su fechoría.

- Es raro que no lo conozca...aunque entendible por tu situación. Maito Gai es un Jonin que maneja el taijutus cómo ningún otro. Él es mejor que yo para sacarte del hoyo en que estas.

- A-Arigatou sensei.

Kurenai sonrió y los dos se pararon, pero antes de irse, Naruto le agarró su manga - ¿Paso algo?

Kurenai vio cómo Naruto se mordía el labio inferior, cómo si quisiera decir algo pero no podía. Después de unos minutos de su pelea interna, le miró a los ojos – V-Veras...te mentí acerca del pergamino prohibido...no me dijeron que estaba prohibido decir lo que paso. - Kurenai asintió, pero no estaba enojada. Quizás un poco...curiosa del porque no le prohibieron decirle esta información ¿acaso creían que por ser él nadie le creería? Vale, era un genin cualquiera y posiblemente se inventase ese cuento para ser genial ante alguien importante o alguna chica, pero aún así era información muy delicada si alguien con los oídos adecuados-o inadecuados-lo escuchase.

Saliendo de su curiosidad, escuchó todo lo que paso esa noche.


- Tengo tantas respuestas pero genero aún más preguntas. - se quejo Kurenai en el mismo restaurante de ayer pero estaba en el bar, tomando un vaso del más fuerte licor que tenían. Quizás no bebía regularmente cómo su amiga Anko, pero aún así tomaba esos momentos de felicitarse a si misma o con un grupo por alguna misión exitosa o darle los respetos a un camarada caído.

Esta vez, era solo para apagar su cerebro, pero más bien le daba más gasolina por las cosas que descubrió de su genin al respecto de esa noche.

Naruto adentrándose perfectamente y sin alarmar a nadie acerca de su infiltración.

La verdad de su condición dada por Mizuki.

Y al final Iruka dándole su Hitai-ate.

Aunque en esos momentos había huecos que Naruto no supo llenar, ya que principalmente no sabía que había dichos huecos.

¿Cómo Mizuki descubrió donde se guardaba el pergamino? Quizás tuvo suerte, pero Naruto decía que estaba muy seguro acerca de su ubicación, cómo si él mismo lo hubiese guardado ¿Quién le contó la ubicación exacta?

¿Cómo Naruto consiguió el pergamino? Tenía su ubicación, pero no sabía por donde estaba guardado, hasta inclusive podría estar dentro del escritorio del Hokage y nadie se daría cuenta. Pero al tocar la pared con su mano se abrió un compartimiento secreto que había tres pergaminos. No sabiendo cómo era el pergamino prohibido, agarró el grande y al salir del compartimiento se cerró automáticamente y se fue a la ubicación donde estaría Mizuki. Según Naruto, y por lo que aprendió un poco de su aprendizaje al leer, los pequeños decían "Para nuestro hijo". Eso la dejaba perpleja ¿Cómo Naruto abrió ese cuarto secreto sin destruir media oficina? Acaso...¿esos pergaminos eran los padres de Naruto? Pero eso no tenía sentido alguno ya que ahí estaba el pergamino prohibido y dudaba un poco de que Hiruzen lo ocultase en su oficina en ese cuarto.

Suspiro, había muchas preguntas con lo concierne tras esa noche, pero habían dos presentes en su mente:

¿Cómo Naruto pudo abrir ese compartimiento cómo si nada? Y ¿Quién sería el traidor que sabía la ubicación del pergamino con tal exactitud?

- ¿Problemas? - pregunto el sujeto que atendía el bar y era el mismo de ayer.

- Nada. - se dio el trago entero y sintió el poderoso licor atravesando su cuerpo, dándole un poderoso escalofrió – Sólo un problema entre mi genin y yo, no te incumbe. - no tenía ganas de hablar con nadie y más bien tenía las ganas de romperle la cabeza a cualquiera que le provocase solo un poco.

Sería un buen desahogo darle al Sandaime Hokage el peor genjutsu en su arsenal, aunque lastima que sería imposible pero aceptaría las consecuencias si lo viese sufrir solo unos cuantos segundos.

Al darle el pago y antes de irse, vio cómo la misma pareja de ayer, conversando acerca de...algo, estaban discutiendo más agresivamente, hasta inclusive pareciera que la Maid se iba a lanzarse al hombre.

No queriendo saber que pasaba, simplemente quería irse a casa para poder tranquilizarse lo mejor posible. Pero lo poco que pudo ver por sus labios fue "¡Esa desgraciada le esta haciendo algo a él!"

Al salir del restaurante y caminar directo a su casa, tambaleándose un poco – Mierda, que tan fuerte era ese licor. - refunfuño caminando aunque tenía la vista un poco temblorosa.

Al caminar unos metros, se apoyo en una pared para sujetarse la cabeza por lo mareada que estaba. Y para su sorpresa, alguien puso un trapo en su boca para después dejarla inconsciente.

Solo pudo escuchar – La presa fue atrapada.


Al abrir los ojos de golpe vio a su alrededor que estaba en una cabaña. Al mirar por todas partes pudo ver solamente un tragaluz que iluminaba muy poco gracias a las nubes que opacaba la luna. Al tranquilizarse lo mejor posible, vio que no estaba sola.

Al frente había una persona, que lo cubría la oscuridad.

- A pesar de la notable oscuridad, me viste. - la voz de la mujer era tan suave y nítida cómo si fuese un ángel y eso le daba más ansiedad a Kurenai.

Al intentar mover las manos pero no pudo, las tenía atadas por...¿cuerdas, grilletes? No lo sabía. Alrededor de su cabeza había una especie de aparato. Sujetando su cabeza pero no quería saber si tenía una función adicional.

Tragando saliva vio, o intento ver, a la mujer que podía ver muy sutilmente sus manos para escuchar un simple sorbo. Al escuchar la taza siendo puesta en un plato de cerámica, pudo escuchar algunos pasos, por el peso de esos pasos deberían de ser hombres.

- ¿Podrías decirme algo de Naruto Uzumaki? - la pregunto que hizo la mujer sorprendió a Kurenai.

Apretando los dientes de la furia - ¿Por qué?

Vio de nuevo los movimientos de sus manos y escucho un simple sorbo – Ya sabemos cuál sería la respuesta.

Kurenai estaba mirando a la mujer ¿traicionar a Naruto, después de todo lo que paso?

¿Traicionar su confianza?

Kurenai temía por su vida, no sabía el por qué la secuestraron.

Tragando todo el miedo que tenía mirando a la sombra de la mujer con furia - ¡Primero muerta antes de decirte algo de Naruto!

- ¿Segura? - escucho el sorbo – Naruto es un completo don nadie, un hazme reír...una perdida de tiempo. - escucho el sorbo nuevamente – Todos querían tener a otros estudiante… - Kurenai sintió cómo la mujer la miraba fijamente - ...o hasta inclusive a ese Uchiha. Sería todo un honor.

Aún así, la mirada de Kurenai no titubeo – Yo elegí a Naruto por un deuda de vida...algo que olvide. Pero ahora no retractare mi decisión con respecto a mi genin ¡me importaría un maldito colmillo si ese Uchiha fuese hijo de Kami! - miraba fijamente a la mujer, con las ganas de arrancarle la cabeza - ¡Jamás te revelaría algo para lastima a Naruto Uzumaki, futuro Hokage de la aldea!

Escucho un simple bufido gracioso y después se escucho un simple sorbo. Al poner esa taza en su plato para ponerse en alguna mesa – Ya veo...ya diste tu elección. - escucho un chasquidos de dedos y pudo escuchar cómo los pasos de un posible hombre se acercaba a sus espaldas.

Sintió su mano en su hombro y Kurenai cerró los ojos.

Moriría, pero no se arrepentía de su decisión de proteger a su genin.

Escucho algo rajándose, pero no era su ropa.

Al abrir los ojos, sintió que sus manos estaban libres para pocos después escuchar una especie de cerradura abriéndose y le sacaron el objeto que tenía alrededor de su cabeza.

Masajeándose las manos mirando a la mujer cubierto por la oscuridad con una mezcla de odio y curiosidad.

- Solo estaba probándote, Kurenai Yuhi. - Kurenai miro sorprendida ante el conocimiento de su nombre completo. Claro, ella estaba el algún libro bingo pero no era muy conocida ya que era bastante sigilosa y muy cautelosa con sus habilidades.

- ¿Por qué te interesa Naruto? - una de las sombras, gracias a la muy poca iluminación del lugar, se pudo observarse que era un hombre pero aún no podía ver cómo era. Dejo dos tazas y una tetera de color blanco hueso en la mesa que estaba en medio de las dos.

Kurenai miro cómo la mujer agarraba la tetera. Pudo observar que su mano no era tan blanca y perfecta, tenía cicatrices curadas pero profundas, quemaduras muy desagradable de la vista y su mano entera estaba vendada por completo.

La mujer sirvió el té a las dos tazas y el resto de su brazo era lo mismo cómo sus mano, pareciera que la mujer se había escapado de una casa de maniáticos sueltos.

Al terminar de servir el té, la mujer agarró su taza con su plato de cerámica – Toma. - Kurenai miraba a la mujer con ojos sospechosos, pero no quería jugar mucho a su suerte.

Además de que pudo escuchar cómo sorbía su té cómo si nada.

- Y respondiendo a tu pregunta…digamos que tenemos el mismo trasfondo aunque termino de maneras distintas.

Kurenai trago un poco del te con dureza, necesitaba elegir inteligentemente sus palabras para no enfurecer a la mujer - ¿Cómo te salvo?

Ella simplemente se rio de forma leve, para tomarse un trago – Eso aún lo tienes que ganar, Kurenai Yuhi...¿Cuál es tu deber de vida?

Kurenai miro a la taza. Quizás no debía de decirle nada, pero no quería jugar a la ruleta con esta mujer – Cuando era chunin, unos...seis años después del ataque del Kyubi. Estaba caminando a través de la aldea cómo un día normal...

- ¿Cuántos años tenías en ese momento? - interrumpió la mujer.

Tragando saliva, para después tomar un leve sorbo – 16 años.

- Ya veo, una experimentada chunin ¿me equivoco?

- Tenía 2 años de chunin.

- Continua.

Kurenai tomaba otro sorbo, un poco tranquila a pesar de las circunstancias – Vi a un jonin, quería hablar conmigo… - apartó la mirada, como si intentase borrar ese recuerdo pero podía sentir la mirada afilada de la mujer. Tomando un pequeño sorbo para tranquilizar un poco sus nervios – Fuimos a un callejón, ya que era una información importante del Hokage para mi…

- Esa información no se le dice a cualquier shinobi de segunda. - tomo un sorbo de su té – Lo sé por experiencia.

Aunque tenías ganas de preguntar, pero no quería jugar con su buena...voluntad – Él me entrego una carta con el sello del Hokage, las vi muchas veces para saber si era autentico o no...no sé cómo lo hizo pero era autentico.

- ¿Todo y firma?

Kurenai negó con la cabeza – Sólo tenía el sello. Era todo correcto, figura, color, impresión. Era perfecto.

- Ya veo…continua.

- Fuimos a un callejón con muy poca gente, no quería que la información cayese en oídos interesados...pero no era una información. Al abrir la carta la vi vacía y el me ataco. Tenía su kunai en mi cuello y… - sufrió un escalofrió en su columna - ...sus manos estaban tocando mi cuerpo, cómo si le perteneciese.

- Eras una chunin experimentada ¿por qué no lo atacaste?

- Quería, pero él me dijo que tenía un familiar en el consejo civil, si me resistiese o gritase mi vida quedaría arruinada...me deje llevar, aceptando que no podía hacer nada.

- Podría ser una mentira.

Kurenai negó con la cabeza – Él sabía el nombre y me dijo su apellido. Además de que escuche una vez del Hokage discutiendo con una anbu de ese jonin y que no podía hacer nada por ser familiar de ese...monstruo.

- Ya veo.

- Todo iba a terminar, mi vida...mi dignidad… - levantó la mirada, viendo el tragaluz, viendo la luna asomándose a la lejanía - ...Y apareció él. - tomo un pequeño sorbo – Se montó encima de él. No sabía si estaba pasando por ahí o huyendo por una de sus bromas pero lo quito encima de mi. El hombre lo quito y lo pateó lanzándolo lejos y preparaba un jutsu para exterminar al demonio y "Convertirse en un héroe". - ella gruño agresivamente ante ese recuerdo – Lo dijo, cómo si fuese un maldito héroe que lanzo Kami por ahí. Y ahí lo termine.

- ¿Terminar?

- ...Lo mate, el mismo kunai que me amenazo lo lance a su cuello. Él se volteó, mirándome con incredulidad, me lance encima de él y le saque el kunai y lo penetre una...y otra...y otra vez hasta que solo tenía ojos...blanco. - bajo la mirada hacia la mujer – Hasta que alguien apareció pero en ese instante me desmaye.

- ¿Quién apareció?

Kurenai negó con la cabeza – No lo sé. Posiblemente un anbu, solo pude escuchar "Gracias por rescatarlo y exterminar a una...plaga" – Kurenai se sentía dormilona y dejo caer su taza en el suelo.

- Ya veo...un deber de vida… - tomo otro sorbo cómo si nada – Pasaron 6 años y por un trauma tu cerebro lo bloqueo, hasta que rompiste esa barrera...no todos lo pueden hacer, con la excepción de la Maestra de los Genjutusus.

Kurenai miraba a la mujer, muy débil y muy dormilona - ¿Quién eres?

La mujer se inclino hacia ella, cómo si intentase decir un secreto y detrás de ella había un símbolo.

- Alguien que resucito entre los muertos.

Kurenai se durmió al escuchar esas palabras…

Y al abrirlas estaba en su cuarto, en su casa.

Se levantó de golpe, mirando por todas partes y vio que aún era de noche a través de su ventana. Sentándose en su cama, masajeándose su cabeza "¿Fue un sueño?" Kurenai estaba en shock, lo que vivió, vio y escucho era tan surrealista que no lo podía creer.

Tragando saliva y levantándose de la cama para tomar algo en la cocina, escucho un graznido de un pájaro.

Al ver por su ventana vio un cuervo negro, mirándola fijamente a sus ojos y en su pecho...en su pecho…

Estaba el mismo símbolo que vio detrás de la mujer.

Un gusano con colmillos tan afilados en su cara y con muchas agujas en su cuerpo y detrás del insecto había una mariposa volando detrás de él y observando atentamente. Pero en vez de mirar a la oruga pareciera que miraba más bien a todo lo que pasa a su alrededor, cómo si estuviese atenta a toda cosa que ocurriese.

El cuervo se fue cuando Kurenai se acercó a la ventana. La abrió y pudo observar cómo el cuervo se iba a la lejanía.

- ¿Quiénes son?...¿Quién es ella?

Kurenai estaba metida en sus pensamientos acerca de este grupo.

Lo único que sabía era tener cuidado con ellos.

Y cuidar de su genin de esa mujer.

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Nota 1: el gusano del símbolo existe en la vida real, con la excepción de la colmillo que yo le puso, se los dejo de tarea.