¿Borroso?

Naruto era una persona madrugadora. Quizás muchos no lo creyesen esa parte de él. Se despertaba muy temprano en la madrugada, ya sea para para pensar en las cosas que iba a hacer, idear alguna pequeña broma o hasta inclusive que la Señorita Sombra apareciese, o en este caso, la Señorita Tora.

Esos eran días buenos, los malos…

Agitando la cabeza para alejar esos pensamientos negativos y llegando a su destino donde estaría su nuevo sensei en la hora y lugar indicado.

Kurenai, después de que le dijese la verdad, le dijo que ese tal Maito Gai iba a estar en Ichiraku Ramen. Pensaba que solamente iba a encontrarse con Gai, ya que dudaba que el dúo Padre e Hija, que atendían el puesto de comida, estuviesen presentes. Quizás Naruto no estaba muy pendiente en la hora de abertura y de cierre, pero ¿Qué puesto de comida abriría a las 5 de la mañana?

Y al llegar, para su sorpresa, estaba Teuchi cargando unas cajas y metiéndolas dentro de la tienda gracias a la puerta trasera junto con un joven desconocido para Naruto.

Teuchi al voltearse y buscar las demás cajas, vio a un Naruto sorprendido - ¡Hola Naruto-kun! - saludo amigablemente, llamando la atención del joven y haciendo asomar una cabeza.

El joven desconocido tenía una mirada que mezclaba respeto y admiración mirando al joven. El adulto que asomaba la cabeza salió de la tienda para ver la interacción entre su pupilo y Naruto.

Gai miraba cómo Lee hablaba sin cesar y sin dejar de respirar a Naruto, preguntándole un poco de todo y aún así no dejaba de admirarlo. Gai se masajeaba el mentón con respecto a esta interacción, pero al ver a Naruto pudo ver que este estaba casi llegando al shock ante el acercamiento de su genin.

Acercándose detrás de su pupilo, lo golpeó la cabeza de su genin deteniéndolo.

Mientras que Lee se masajeaba la cabeza por el dolor, pudo mirar que Naruto se alejaba un poco del dúo.

Gai suspiro, no era el primer contacto que esperaba.

- ¡Lee! - llamo agresivamente. El joven se puso tan firme cómo una flecha mirando a su sensei - ¡Que te dije de acercarse de esa manera a personas desconocidas!

- ¡P-Pero es Naruto! - el joven miraba a Lee impactado.

- ¿C-Cómo sabes mi nombre? - pregunto un poco de temor en su voz.

Gai miraba a Naruto un poco aterrado, haciendo casi romper sus mismos dientes, ese tipo de miedo no se generaba de la noche para la mañana, debió de pasar algo horrible que simplemente alguien lo conociese significaba malas noticias para él.

Claro, Kurenai y los demás del Equipo 8 estaban excluidos de esa regla, ya que Kurenai sabía del conocimiento de su pupilo por ser el jonin sensei de los genins y los dos niños por estar en el mismo salón, pero ver a un completo desconocido sabiendo de su nombre sin razón alguna…

Antes de que Lee pudiese espantar más a Naruto, el brazo de Gai rodeo a Lee con una sonrisa algo forzada con un leve tic en el ojo izquierdo – Espere un momento. - los dos se alejaron dejando a Naruto solo con Teuchi.


- Entonces...¿no se recuerda de mi? - pregunto muy dolorido Lee después de que Gai le explicase un poco de la situación de Naruto. No todo, ya que esa información era crucial para una pequeña investigación que haría y no quería llamar la atención.

- Hai, aparentemente perdió la memoria en algún momento después de su reunión.

Lee se cruzaba los brazos un poco...¿aliviado? - Por razón, al verle en la academia por ahí siempre me miraba un poco confundido al verme, pensaba que me odiaba por mi incapacidad.

- Ya...Ya veo. - Gai estaba aliviado que Lee no tuviese malos sentimientos con respecto a Naruto.

- Por razón siempre andaba solo después de que apareciese de un momento al otro y no tuviese ese collar que siempre cuidaba. - Gai miraba extrañado ante ese comentario de su pupilo, pareciera que sonaba muy extrañado con respecto a eso.

Quizás no quería ahondar mucho en ese tema, pero quizás le podría ayudarle con alguna pista - ¿Estaba con alguien y a que te refieres con collar?

Lee se rascaba la cabeza intentando recordarlo – Nunca los vi y siempre se reunía a escondidas por alguna razón; al único que vi acercándose a escondidas fue con Shikamaru y a una mujer que gritaba y miraba mal a Shikamaru por ser perezoso y mirar de forma muy preocupada a Naruto...¿era bipolar? - Gai se rascaba la barbilla, quizás la mujer era la kaa-chan de Shikamaru ¿acaso ella tendría algo que ver con el problema de Naruto?

- ¿Collar? - recordó lo que dijo su pupilo – Él no tiene ningún collar.

- Si y eso es lo raro. Cada vez que lo veía jamás se lo quitaba, hasta inclusive defendió con garras cuando Sasuke le quiso arrebatarle o eso decían los rumores. - miraba muy serió a Gai – Quizás no lo conozca a la perfección, pero Naruto atesoraría a niveles muy emocionales con ese collar.

Gai asintió – Ya veo. - susurro Gai ya bastante preocupado internamente.

¿Qué clase de collar tenía Naruto, acaso era una persona importante para él?

¿Quién era?

- Aunque ciertamente esto duela, necesitas actuar cómo si no se conociesen.

- ¿Por qué?

- Bueno… - Gai se mordió el labio inferior mirando a su genin – Esta algo...sensible en muchas cosas y no esta muy acostumbrado con tu fuego de la juventud ¡así que bájale la intensidad para no quemarlo y espérame ahí!

Con ojos encendidos con puro fuego mirando a Gai - ¡Hai, si no puedo tranquilizarme me amarrare en una roca hasta la madrugada! - y al decir eso, salió corriendo donde estaba Naruto.

Mientras que Lee se iba, Gai se puso muy pensativo acerca de ese collar. Sabía el peso sentimental que ese tipo de objeto podría representar a una persona y que de la nada ¿se le olvidase que lo tenía?

Pero ¿por qué? Naruto no era una persona importante, claro, era el Jinchuriki del Kyubi pero de ahí era más bien un don nadie ante la gente. Si fuese el único miembro de su clan, un clan de cierta importancia, lo podría entender, pero ¿por qué tanto empeño de borrarle la memoria a un niño desconocido ante el mundo? Si fuese alguien cómo Sasuke para después manipularlo se podría entender, pero eso no tenía ningún sentido.

Maldita sea, hasta su pupilo, Lee, tenía más importancia pública que Naruto.

Masajeándose la cabeza para quitarse la leve jaqueca que tenía, camino donde estaban Naruto y demás. Confiaba en su pupilo en mantenerse lo más calmado posible pero no quería arriesgarse por una clase de alboroto.

Al llegar, pudo escuchar la finalización de la conversación que tenía entre el chef y Naruto – Increíble que abrieses muy temprano y cerrase muy tarde. - comentó Naruto algo impactado.

Mientras que el chef simplemente se reía y le acariciaba su pelo.

Y detrás de los dos, tan recto cómo una fecha, estaba Lee viendo la conversación.

- Así que hablando de tus horas de abertura y de cierre. - comentó de una forma un tanto chistosa Gai mientras se acercaba al dúo.

- Si, para atender a locos cómo usted, Gai-san.

Gai miraba un poco de malas al hombre un poco mayor – Que gracioso eres, Teuchi.

El hombre simplemente se reía y le daba una bolsa de color café, que tenía una carta de regalo con un nombre – La saludare de tu parte, Naruto-kun. - Teuchi se metió en su tienda para abrir y acomodar las cosas que tenía en las cajas.

- ¿Puedo saber que te dio?

- B-Bueno… - antes de que pudiese responderle, Lee estaba detrás de Naruto y, con una mirada asombrada, asustando a Naruto ya que tenía su cabeza a un lado al rubio.

- Lee, que te dije... – antes de poder terminar su regaño algo suave, Lee lo interrumpió.

- ¡Esta es la comida de Ayame-chan! - inclinándose al frente de Naruto y haciéndole reverencias cómo si fuese el mensajero de algún dios - ¡Por favor, dame un poquito de la comida de Ayame-chan, es tan gloriosa y deliciosa!

Naruto estaba retrocediendo un poco de la situación muy fuera de lo normal.

Gai miraba a su pupilo con una sonrisa muy forzada, con un fuerte tic en el ojo derecho y una vena a punto de reventar.

Teuchi asomo su cabeza por escuchar un tremendo golpe y vio a Maito Gai regañando a su pupilo por algo mientras tenía su mano derecha al rojo vivo.

Rock Lee, con un gran chichón en la cabeza y un poco de humo y su cabeza enterrada un poco en el suelo.

Naruto con una cara de shock ante la situación que vio y abrazaba el desayuno que preparo con tanto empeño Ayame cómo si fuese un objeto muy preciado.

Curiosa mañana para trabajar.


- Muy bien, llegamos. - al llegar a su destino, el campo de entrenamiento 9. Qué tenía varios maniquís con una forma más realísticamente posible de un ser humano, varios blancos, un pequeño lago y un camino que lo rodeaba.

Se giro para ver a sus estudiantes.

Naruto se veía bastante nervioso, estando con dos completos desconocidos ya debería de ser lo suficiente para él y lo que paso más temprano le restaba aún más puntos.

Y Lee...tenía la boca tapada con una manzana que en su interior tenía la salsa más picante de toda Konoha amarrada con un candado y Gai con la única llave. Ese era la "Manzana de la buena lengua", un castigo que hizo Gai cada vez que sus genins decían alguna tontería que podría afectar su misión de alguna manera, la mayoría de las veces lo tenía su otro estudiante masculino por su creencia algo tonta pero tenía un trauma que tenía detrás y esta es la tercera vez que Lee lo tenía.

No quería recordar cuando quiso invitar a una hija de algún pez gordo desconocido, de un comportamiento muy infantil por ser hija de esa persona desconocida.

Volteándose para ver a sus dos genins, mientras Lee estaba aguantando las ganas de llorar por la "Manzana de la buena lengua", Naruto dejaba la comida preparada debajo de uno de los maniquís.

- Muy bien. - llamo Gai cuando Naruto regreso aún con un semblante algo nervioso – Vamos a calentar, vamos a hacer cinco vueltas alrededor del lago.

Lee intento decir algo. Gai miro a su pupilo entendiendo – Aunque hacemos muchos más, Naruto es nuevo para este tipo de calentamientos y necesito ver cuanto puede aguantar. -Gai miro a Naruto y este asintió – Bien ¡A avivar nuestro fuego de la juventud!


Kurenai estaba yendo a la residencia Hyuga para poder hablar tanto con Hiashi y Hinata acerca de su taijutsu muy forzoso. Conocía a Hiashi de hace mucho tiempo y aunque fuese una de las personas más serías que conocía también podía escuchar, aunque claro, si alguien decía alguna tontería o una tremenda obviedad puede ser una persona muy amarga para hablar.

Al revelar sus intenciones a uno de los guardias Hyugas y esperar, vio que venía Hinata con una mirada algo confusa y Kurenai la miraba de forma igual - ¿Por qué esta muy despierta en la mañana? - preguntó Kurenai, ya que eran las 6 de la mañana y pensaba que Hinata iba a estar despierta un poco más tarde.

- B-Bueno, siempre me despierto a estas horas para poder entrenar. - su respuesta fue muy honesta y nada forzada, aparentemente ella siempre hacia eso ¿Hiashi tuvo lago que ver con eso? No lo sabía pero lo conocía lo suficientemente bien para saber que no la obligaría.

Kurenai asintió y siguió a Hinata a una de las casas. Aunque las casas eran prácticamente iguales en tamaño, simple casas de dos pisos de colores un poco opacos de color blanco, había excepciones de colores un poco más vivos pero en general eran casas que no llamaría mucho la atención.

Bueno, todos menos uno.

La casa, al lado de la casa de Hiashi, eran de colores muy fuertes de color rojo en toda la estructura con franjas negras tanto de forma vertical y horizontal, y el símbolo Hyuga, de gran tamaño al frente de la casa, el símbolo fuego era de un color negro muy oscuro y dentro del símbolo que rodeaba el dibujo del fuego era de un blanco muy potente.

- ¿Esa casa? - pregunto sin saber en voz alta ante la casa más bizarra para los estándares Hyugas.

- ¿L-La casa de oji-san y y oba-san? La verdad que no lo sé. S-Solo sé que de un día para el otro su casa tuvo este diseño. Oji-san dio el grito en el cielo por eso y mando a arreglarla. Eso fue hace años.

Kurenai miraba a su genin con una ceja alzada - ¿Hace años? - pregunto muy confundida.

Hinata le explico – La razón que sigue así es que oba-san siempre quería pintar la casa y oji-san jamás la dejaba, además de que lo amenazo por algo si intentaba quitar solo un poquito de la pintura.

Kurenai miraba a la casa. Conocía a ese maldito anciano por ser una de las personas más tercas que haya conocido y de siempre ver a los no Hyugas de la familia principal cómo cucarachas, pero su esposa era todo lo contrario de él – ¿Sabe quien contrato para hacer eso?

Hinata negó con la cabeza – Es un secreto que se lo va a llevar a la tumba...aunque si soy sincera ¿por qué tanto alboroto por un extraordinario pintor?

Kurenai asintió con la cabeza dándole la razón.

Al entrar a la casa, pudo ver a Hiashi esperándolo con una mirada algo curiosa, no esperando a ver a la jonin de su hija tan temprano en la mañana – Por aquí. - los guió hasta la sala que tenía una pequeña mesa de té de reuniones de 4 personas. Al sentarse los 3, el hombre le pregunto acerca de su visita temprana.

- Ayer, en el entrenamiento, combatí un poco con Hinata para saber las mejores cualidades de mis genins y, aunque no soy experta en el juken se lo suficiente por mis misiones con otros Hyugas para ver que Hinata estaba forzando bastante de lo normal.

Con los ojos cerrados, Hiashi asentía ante las palabras de la jonin – Eso es un trabajo que tengo de hace mucho tiempo y jamás encuentro la manera de que pueda usar el juken de la manera correcta.

Kurenai se masajeaba el mentón, hasta que recordó algo – En una de las misiones que hice con un Hyuga me contó que el juken depende mucho de la naturaleza del chakra ¿verdad? - Hiashi asintió – Y tienen distintas ramas dependiendo de la naturaleza.

- Hai, si un Hyuga de naturaleza katon intenta hacer el juken de doton su estilo va a verse muy comprometido en un combate.

- En ese caso ¿no sería lo mismo con Hinata? - Hiashi miró a Kurenai cómo si le creciese una segunda cabeza.

- Eso es imposible, su naturaleza ya fue detectada y la entrenamos desde entonces.

Kurenai se masajeaba el mentón, intentando encontrar alguna respuesta ante esto, hasta que Hinata interrumpió la conversación.

- Kurenai-sensei, oto-sama ¿se refieren cuando oji-san me hizo probar el papel de chakra?

- Exacto, cuando lo agarraste…

- ¿Agarrar? - Hinata negó con la cabeza – Oji-san me dijo que no tenía un buen control del chakra y me dijo que podía explotar si se le administraba mucho. Me dijo que le tomase la mano mientras que él tenía el papel en la otra, que era la forma más segura de hacerlo y de ahí te dije que mi naturaleza era doton.

Kurenai miraba sorprendida ante esta revelación ¿por que ese maldito anciano haría tal cosa? Al ver a Hiashi, vio que tenía un fuerte tick en el ojo derecho y se ponía rojo de la furia, haciendo que las dos chicas retrocediesen un poco; ver a Hiashi enojado era una cosa, pero verlo cabreado era cómo vivir un pandemónium.

Hasta que su ira se alivió un poco al escuchar algunos pasos y todos se giraron para ver que era.

Y ahí estaban, el anciano que hizo avivar aún más el enojo de Hiashi y la esposa que miraba un poco confundida tanto a Kurenai cómo a su hijo que estaba más rojo cómo un tomate.

La anciana Hyuga, que todos la llamaban "Abuela" era una mujer dulce y amigable pero dura de carácter, ojos de todo Hyuga aunque el de ella era más blanca de lo normal, un kimono simple de color bellota, piel blanca perla.

El anciano Hyuga, Sho, era todo lo contrario de su esposa. Siendo muy tacaño y solo escuchando lo qué él quiere escuchar, aunque en más de una ocasión su esposa lo manda a callar. Piel morena, ojos completamente blanco cómo si estuviese ciego, kimono muy formal de color marrón con el símbolo Hyuga en su espalda y una mirada penetrante dirigida hacia Kurenai.

- ¿Qué ocurre? - pregunto la Abuela.


- Para ser el primer día de nuestro calentamiento lo has hecho mucho mejor de los esperado. - comentó Gai entre satisfecho y un poco sorprendido. Inicialmente iban a hacer 5 vueltas alrededor del lago, pero viendo que Naruto, un poco cansado, seguía sin parar hicieron unas 5 más, de ahí hicieron calentamiento para los brazos, piernas y el cuerpo en general, 75 para cada uno.

Gai miro a sus dos estudiantes, a Naruto recuperando un poco el aliento y a Lee, que su mirada estaba muy insatisfecha por el calentamiento tan pobre, aunque lo ocultaba bien para no incomodar a su amigo.

Después de unos minutos de descanso, Gai les dijo que hiciesen un poco de taijutsu para ver cómo combatía el rubio.

Mientras luchaban entre si de forma amistosa, Gai pudo observar algo muy interesante en los movimiento, eran muy impredecibles. Gracias a los años de entrenamientos y de combatir con diversos ninjas pudo prever varios movimientos y ese es el problema, más de una ocasión Naruto hacia un movimiento que sorprendía tanto a Gai cómo a Lee. Ocurrieron, durante el combate, cómo cinco veces que sorprendía a Lee, aún con la guardia alta, y le daba un buen golpe.

Gai se masajeaba el mentón, había visto algo parecido pero no recordaba bien por dónde "Tendré que investigar en mi biblioteca si consigo algo" - ¡Suficiente! - Gai se acercó a los dos jóvenes, que se veían muy cansados, aunque Naruto se notaba un poquito más fresco que Lee aunque no estaba tan seguro si tenía alguna relación con el Kyubi o su resistencia natural - ¡Lee, quitare el castigo de tu boca, espero que aprendas a cómo controlarte! - gruñendo de afirmación y saludándolo en un saludo militar, Gai le quito el castigo, haciendo que Lee inhalara de forma muy exagerada por la boca - ¡Ahora quiero que me esperes en la reunión de los demás dentro de una hora!

- ¡Hai! - Lee corrió hacia la lejanía, despidiéndose y aguantando las ganas de pedirle un poquito del plato legendario hecho por los dioses.

- Muy bien, Naruto. - el rubio miro a Gai, que se acercaba a él – Vamos a refinar un poco tu taijutsu.

- ¿Refinar?

Gai puso una sonrisa algo presumida – Créeme cuando te digo que notaras bastante la diferencia.

En la próxima hora, Gai le ensañaba y le explicaba los varios errores que hizo durante el combate de entrenamiento de Lee.

Naruto, en su interior, se preguntaba por que hace un ligero movimiento de pie al dar tanto una patada cómo un golpe eran tan importante.

Y cómo dijo Gai, notó la diferencia.

Al hacer ese movimiento leve del pie no sólo podría regresar a su postura más rápido, sino que podría estar más atento en su entorno y estar preparado para cualquier ataque en algún punto ciego. Hasta inclusive Gai le explico que en varios ocasiones en el entrenamiento del sus genins se tapaban los ojos para entrenar su "Sexto sentido", es muy útil si el oponente usaba una especie de genjutsu que lo hacia invisible; un jutsu que lo hacía, literalmente, un camaleón humano; en completa oscuridad y hasta inclusive que el oponente tenga alguna técnica que lo hacia camuflarse, cómo crear una neblina tan espesa que hacia que los ojos fuesen inútiles.

Naruto, al saber ese entrenamiento más intenso, le pregunto acerca de los otros sentidos.

Gai le respondió que al entrenar su sexto sentido, de forma indirecta, estaría entrenando los otros sentidos.

Para un ejemplo, Gai se tapo los ojos y le pidió que le lanzase cualquier cosa.

Naruto miro de primera mano lo asombroso y peligroso que podría resultar Gai.

Si lanzaba las rocas Gai las destruía o las agarraba y las lanzaba por ahí.

Si Naruto, ser lo más silencioso posible, se acercaba a su espalda lo detectaba enseguida antes de tocarlo, aunque Gai le dijo un poco impresionado que no lo detecto hasta el último minuto, ya que normalmente podría sentir cuando alguien le miraban la nuca.

Y finalmente, y un poco de miedo, le lanzo un kunai aunque más bien fue Gai que le dijo que hiciese esa acción.

Le lanzó varias y para su sorpresa las esquivaba o las bloqueaba con su kunai propio. Y el último kunai que le lanzó lo agarro a centímetros de su cara.

- Lo vez. - Gai se quitaba la vendas de los ojos – Este es el nivel más avanzado en el taijutsu que uno puede alcanzar con normalidad.

- Nor...¿Normalidad? - Naruto pregunto algo confundido.

Gai se rio ante su pregunta algo inocente – Créeme cuando te digo que el siguiente nivel puede no solo romper tus huesos sino tu espíritu.

Tragando saliva con un poco de nervios, Naruto asintió, dándole una sonrisa amistosa.

Y después los estómagos de los dos hicieron ruido exclamando comida.

- Bueno ¡Hora de comer para restaurar nuestra fuerzas!


- Lo siento por lo que paso, fui tan ciega en confiar a ese papanatas. - gruño de ira Abuela.

Los tres salieron de la casa de Hiashi después de UNA hora de discusiones de padre e hijo, no importando cuanto tanto Hinata y Abuela intentasen detenerlos seguían igual y empeorando.

Antes de que la discusión durase toda la mañana, la abuela golpeó a los dos con un juken a mano cerrada en la cabeza de ambos hombres haciéndolos detener después de una hora de discusión mientras que las chicas salieron de la casa para comer algo y explicarle del cambió de entrenamiento que iba a tener Hinata de ahora en adelante.

- Solo no quiero imaginarme cómo sería una pelea más...agresiva. - comentó con leve temor Kurenai.

La abuela suspiro – Créeme cuando te digo que si no fuesen por estas amigas… - alzando sus puños e emitiendo un poco de chakra - ...ese imbécil hacía cualquier cosa con que su arrogancia le diga. - suspiro frustrada – Si no fuese por ese idiota de esposo y el consejo de ancianos quizás pudiéramos eliminar este sello hace mucho.

Kurenai miraba un poco confusa a la anciana – No tengo mucha experiencia lo que ocurre dentro de los clanes, pero hasta donde tengo entendido los más viejos solo están para dar consejos por su experiencia.

Abuela asentía dándole razón – Si fuese otro clan, si, eso sería verdad. Pero ellos quieren aferrarse ese poder con garras y dientes. - suspiro muy agotada – El clan respiraría mucho más tranquilo si ese grupo desapareciese de la faz de la tierra.

Kurenai miraba un poco preocupada por la nueva amiga Hyuga, aunque tuvo un molesto dejavu con respecto a su nueva...¿amiga?

Las dos dejaron de hablar cuando Hinata ya estaba lista para irse al campo de entrenamiento 8, aunque lo curioso era que tenía un pergamino en mano.

- Supongo que Hiashi te dio el papel de chakra para saber tu verdadera naturaleza del chakra ¿no? - Hinata asintió ante el comentario de la abuela - ¿Puedo saber?

- Hai, tengo dos. Futon y Suiton.

- Oh mi…

Kurenai miraba ante la debilidad de su voz y su mirada de sorpresa melancólica y ella susurro en algo muy bajo que no pude entender. Cuando miro a Hinata se notaba aún peor que la abuela.

No falta decir cual es el problema de esto.

- Muy bien...¿nos vamos Hinata-chan? - cómo si fuese una señal, la mirada muy melancólica de Hinata fue cambiada por una de determinación y fue con Kurenai no sin antes de despedirse de la abuela.

Al irse del complejo Hyuga, Abuela miraba a su nieta, viendo por un segunda un reflejo de ella – Estarías orgullosa de tu hija. - susurro recordando los momentos que paso con esa mujer de buen corazón y de puño de hierro que podría ser.

- Disculpe. - su viaje al pasado fue interrumpido por un guardia Hyuga.

- ¿Si?

- Alguien quiere hablar contigo.

La abuela alzo una ceja, no esperaba a nadie para este día, pero no iba a ser irrespetuosa ante su invitado sorpresa. La abuela movió su cabeza y siguió al Hyuga con la persona que quería hablar.


- ¡Ahora sé por qué Lee esta tan emocionado en comer esta comida! - Gai estaba muy sorprendido ante el plato que Ayame preparo para Naruto.

Su delicia.

Su dulzura.

Su cariño.

- ¡Es cómo si los mismísimos dioses de la cocina hubiesen bajado para preparar esta comida tan celestial!

Naruto se reía un poco más calmado que antes, le había dado un poco de comida a Gai y este le daba un poco de la suya, aunque la comida de Gai estaba llena a reventar de carne, verduras y oros alimentos de alta proteína, sabía muy normal, aunque no fue para el caso de Gai.

- Yo siempre quise cocinar, Ayame me ayuda a aprender.

- ¿En serió? - pregunto Gai – Me imagino que tu comida sería de igual de buena cómo la de Ayame...algún día.

Naruto se reía sin ganas, llamando la atención de Gai – Quisiera, pero…

- ¿Pero?

- … - Naruto apartó la mirada y la atmósfera alegre se había congelado por completo.

- Oh...lo...lo siento… - Gai se mordía el labio, sentía que había metido la pata, aunque no quería preguntar que tan metida.

- No...no importa. - se levantó y se despidió de Gai de la forma más agradecida posible.

Gai suspiro y se fue donde usualmente se reunían su equipo, ahora necesitaba pensar en un plan para pedirle disculpas...pero…

¿Cómo?


Shino no estaba comiendo con ganas.

Ayer fue todo un espectáculo y el centro de ese espectáculo estaba Naruto Uzumaki, su compañero de equipo. Él sabía que algo andaba mal con él desde la primera vez que lo vio hace años. Siempre podía ver que todos los adultos lo miraban mal, cómo si fuese una paria que se tendría que sacar o exterminar de la aldea.

Los Aburames estaban acostumbrados de que siempre se le miraban raros por ser colmenas de insectos con patas. Pero no pasaba más de ahí, pero con Naruto era distinto.

A pesar de buscar respuesta ante esa interrogante siempre se chocaba contra una pared en un callejón sin salida.

¿Eran por las bromas? Ninguna de esas bromas eran destructivas, hasta su okaa-san siempre comentaba de tono burlón de querer contratar a Naruto para que los Aburames no sean tan estoicos.

¿Sus padres? Esa era la solución más optima, pero recordó que era huérfano y en ningún momento se contó de algún "Uzumaki" haciendo algo desastroso para que la gente mirase mal a los Uzumakis.

Lo único que faltaba era lo que paso hace 12 años...el Kyubi.

Eso era imposible ¿Cómo un monstruo se disfrazaría de un niño humano en vez de huir y lamerse las heridas? Y si fuese así sería mucho más cauteloso de su presencia y solo actuaría cómo un niño normal hasta que le día llegase. Pero vio a Naruto muy...indefenso y eso no cuadraba con un monstruo disfrazado para atacar cuando todos bajen la guardia.

Si no fuese así, él no estaría vivo ayer por el entrenamiento amistoso que tuvo con él.

Suspiro, llamando mucho más la atención de sus padres, su okaa-chan miraba con preocupación a su hijo que no tocaba mucho su comida y tenía una mirada muy analítica. Mientras que su oto-san tenía una idea de lo que estaba batallando con su hijo, aunque se preguntaba el silenció tan muerto que lo rodeaba.

Aunque uno de los dos quisieran hablar con él, no estaban muy seguros si quería hablar de ese tema.

Después de comer y despedirse de forma bastante formal de lo normal, los padres se miraron entre si.

La madre tragó saliva - ¿Tu...Tu crees que sospeche del pequeño Naruto?

Shibi, mirando donde se fue su hijo – Hace años que no se ven...cuando regrese se lo preguntare.

La madre asintió, solo esperando que, si su hijo se enterase que Naruto es el Jinchuriki del Kyubi no lo odie. Pero solo el tiempo lo dirá.


Kurenai, junto con Hinata a su lado, vieron que Naruto ya estaba ahí y segundos después vino Shino. Cómo ayer, los clones de Kurenai y Naruto se fueron al interior del bosque, aunque esta vez habían dos Narutos y Kurenais, ya que los segundos iban a practica con la escritura.

Durante su tiempo de entrenamiento con Kurenai, la jonin vio algo bueno en todo lo que había pasado.

Cuando Naruto estaba peleando en un combate amistoso contra Shino pudo ver que Naruto no batallaba cómo un loco, ya había un poco más de elegancia en sus movimientos, hasta inclusive ya no caía tantas veces por la mano de Shino, aunque este tampoco era un rival fácil de vencer.

Shino era igual, aunque se notaba que tenía una mirada más fija de lo normal con Naruto, solo esperando que no sospeche lo que tiene Naruto, no sabría lo que pasaría si Naruto se abriese ante el Aburame, se enterase de su secreto…

La verdad no quisiera ni verlo en sus pesadillas.

Hinata estaba entrenando por el pergamino que le dio su abuela y, a diferencia de ayer, este tipo de juken era más natural para ella, si, combatía muy mal cuando se enfrento contra Shino por ser la primera vez que lo utilizaba pero se notaba bastante más suelta y relajada.

Fijando su mirada, teniendo los recuerdos de sus dos Bushin, a Naruto, este pudo ver que tenía una mirada un poco más...penetrante, haciendo suspirar a Kurenai ¿Cuántas tontería tiene que descubrir que ese maldito anciano hizo antes de que se vaya a la tumba? ¿Qué paso con el Hokage que siempre escuchaba, que era el más poderoso y sabio de todos los ninjas?

- ¿Kurenai-sensei? - pregunto una tímida Hinata, haciéndola sobresaltara un poco.

Kurenai asintió, mirándola a la Hyuga. Hinata miro su mirada, de forma muy leve, a un Naruto muy pensativo - ¿C-Conoces a otro Uzumaki?

Kurenai levantó una ceja ante la curiosa pregunta, claro, Kurenai también se hizo esa pregunta hace mucho tiempo. Con una mirada triste, negó con la cabeza – Hasta donde tengo entendido, no recuerdo o conozco a otro Uzumaki… - mirando a Naruto, que a su lado estaba Shino y no sabía si estaba hablando o no gracias a su chaqueta - ...la verdad no sé si hubo un clan, familia, grupo...lo que sea Uzumaki en la aldea o en la Nación.

Vio a Hinata mordiéndose el labio con una mirada triste - ¿C-Crees que "Uzumaki" no sea…?

- No necesitas pensar en ello. - se agachó a un lado – En estos momentos él necesita amigos fieles que él puede confiar ¿puedo encargarte esa tarea? - con una mirada determinante, asintió agresivamente y corrió donde estaba Naruto y Shino, donde el Uzumaki se estaba riéndose por algo.

Kurenai sonrió viendo la pequeña interacción que tenía sus tres genins.


Estaban al frente de la secretaría después de que el Equipo 8 hubiesen terminado su mañana de entrenamiento; la mujer detrás del escritorio estaba buscando un cuaderno especifico. Ninguno de los 4 estaba molesto por eso aunque si curioso que no los dejaban pasar de una si Hiruzen estaba solo, aunque este no sería el caso ya que Hiruzen estaba con alguien aunque ella no sabía quien era ya que no estaba ahí cuando la misteriosa persona entro.

- L-Lo siento. - se disculpo la secretaría con una sonrisa algo nerviosa, poniendo un libro encima del escritorio que en la portada decía "Los equipos ninjas".

- ¿Eso…? - pregunto Kurenai no muy segura lo que esta viendo.

- Es simplemente si Hokage-sama me pide alguna información de algún ninja. Ayer me pidió la documentación de un tal Sasuke pero jamás lo he visto y no sé quien sería ese ninja. - ella se rio un poco inocente por su comentario – La verdad me sorprende que fuese un Uchiha.

- ¿N-No eres de la aldea? - pregunto Naruto. Kurenia miro por rabillo a su genin y tenía una mirada algo esperanzadora.

- Hai, aunque era una niña cuando me fui, horas antes de que ese maldito monstruo hiciese de las suyas. - Kurenai miraba nuevamente a su genin que se tocaba el estomago...aunque se notaba algo raro aunque no sabía en qué – Pero recuerdo a una mujer muy bonita y embarazada paseando la aldea, solo espero encontrármela nuevamente en algún momento y que no le pasase nada cuando ocurrió esa noche.

Todos asintieron, dándole buena suerte para encontrarse nuevamente a esa mujer...aunque Naruto se notaba más tocado por esa revelación.

Abriendo el libro, miro a la sensei - ¿Equipo y nombre?

Kurenai asintió – Kurenai Yuhi, Hinata Hyuga, Shino Aburame - señalo al genin de la chaqueta gruesa, para que no se confundiese – y Naruto Uzumaki.

- ¡¿Uzumaki?! - grito sorprendida la secretaría - ¡¿Ese es el apellido de la mujer que me dio su peine?! - todos miraron a Naruto muy sorprendidos, pero este estaba en completo shock – Pero si me fijo bien...te pareces mucho a ella.

Apartando a todos, se puso al frente de la secretaría - ¡¿Sabes algo de ella, por favor, dímelo?!

- B-Bueno… - ella saco del cajón un peine de color blanco y lo más raro era que tenía el mismo símbolo que Kurenai siempre veía en las ropas de los chunins y jonins, hasta se miro en su manga y era el mismo símbolo.

Era un emblema circular de color rojo y una espiral cómo un remolino.

Naruto vio el artículo en las manos de la secretaría, queriendo tocarla, tocar el objeto que alguna vez le perteneció a su…

Tan rápido se lanzó, retrocedió, sentándose en una de las sillas, mientras los dos genins se acercaba a su abatido compañero para consolarlo.

- Naruto no tuvo una infancia...normal. - miro a la secretaría que por un momento pensaba que se iba a ponerse a llorar – Él no sabe si esa tal Kushina es su verdadera kaa-chan.

- P-Pero tienen el mismo apellido ¿eso no es una evidencia muy fuerte?

Kurenai miro a la mujer por unos segundos – No sabía de la existencia de esa tal...Kushina Uzumaki hasta hoy, puede ser una mujer...una kaa-chan cualquiera.

- ¡¿C-Cualquiera?! - la secretaría se ofendió, levantándose de golpe para mirar cara a cara a Kurenai - ¡Kushina-chan no es una mujer cualquiera, estamos hablando de la Akai Chishio no Habanero, una de las kunoichis más poderosas y temidas de la aldea!

Kurenai miraba sorprendida a la secretaría, haciendo que la secretaría alzase una ceja - ¿No sabes nada? - Kurenai negó con la cabeza.

- ¿C-Cómo sabes eso? - al borde de las lagrimas, Naruto interrogo a la mujer.

- Mi kaa-chan era muy buena amiga de Kushina...las mejores amigas de la aldea y me dijo que el nombre que iba a poner era… - abrió los ojos y miró a – Naruto Uzumaki.

El Uzumaki se acercó a la secretaría, aún con lagrimas en sus ojos - ¿D...De verdad?

La secretaría puso una sonrisa y extendió su mano el peine – Lo siento por tener esto y no otra cosa...pero se que lo apreciaras bastante.

Naruto agarró el peine en sus manos, cómo si el objeto fuese hecho de vidrio y se devolvió junto a sus compañeros.

La secretaría estaba limpiándose los ojos con un pañuelo mientras que Kurenai miraba, quizás, la primer pista de su familia...aunque esperaba que no fuese la última.

Después de que se tranquilizase Naruto, dándole a Kurenai el peine ya que debería de tener más experiencia en tener este tipo de objetos.

La sensei miraba impresionada a Naruto, pero con una sonrisa acepto el objeto preciado de su genin y prometiendo que se lo iba a devolver.

La puerta de la habitación del Hokage se abrió y vieron a un hombre anciano teniendo una buen aparte de su rostro en vendas con un kimono entre blanco y negro, una marca de una "X" en su mentón, cabello negro y una mirada algo furiosa con las arrugas muy profundas que tiene.

Cuando vio al Equipo 8, se relajo un poco – Buenas. - se fue no sin antes de mirar un poco a Naruto.

- ¿Quién era él? - pregunto Naruto por su mirada algo penetrante en el rubio.

- Danzo. Solo...una persona que no te debes acercarte. - respondió Kurenai no sabiendo muy bien cómo responder sin sacar un montón de rumores alrededor del anciano.

Naruto miró a Kurenai y luego a Danzo, que caminaba en un paso firme y lento, solo...sentía algo raro en él.

Al entrar a la oficina, pudieron ver al Hokage en su resplandor, con un buen ojo derecho morado con una muy buena marca de una mano femenina en su cara.

Todos pestañearon ante la vista un tanto...golpeada del Hokage, todos quitaron levemente la mirada del anciano cuando este tosió - ¿Misión? - todos asintieron y el Hokage le dio una hoja con la misión escrita y salieron.

Jamás vieron a un Iruka aguantándose las ganas de reírse.

Al salir de la torre, todos vieron de que se trataba la misión y era simplemente arreglar una casa. Acordaron todos de primero ver cuál es el daño de la casa y de ahí van a idear un plan.


- ¿Soy yo o Gai-sensei esta más...callado de lo normal? - pregunto una chica mirando un poco de preocupación con Gai.

La chica de test algo morena, ojos marrones y su cabello del mismo color aunque tenía dos moños en forma circular siendo sujetada por dos palillos, franela rosada y pantalones verdes oscuros, en su cintura llevaba varios rollos de distintos colores.

- Quizás solo sea una tontería. - excuso un chico perteneciente al clan Hyuga por el color de sus ojos. Pero en ese instante fue golpeado por la chica en su cabeza.

El joven era un Hyuga por el color y tono de ojos y tenía una mirada algo severa, de cabello algo largo que le llegaba a sus hombros de color marrón casi oscuro, una chaqueta algo gruesa de color beige y pantalones azules oscuros.

- ¡Tontería! - grito enfurecida - ¡Gai solo esta en ese "Modo serió" cuando algo le preocupa!

- Estamos en una misión rango D. - se defendió, masajeándose la cabeza – Lo único que deberíamos preocuparnos sería que nos pique un mosquito.

Ella bufo muy irritada – Vale, por lo menos tengo otra persona que podría darme una respuesta más satisfactoria.

Él bufó – Lee seguramente no te dirá nada ya que no sabe nada.

- ¿Cómo lo podrías saber Neji?

- Por qué lo dice el desti… - fue detenido nuevamente por otro golpe de la chica, que ella bufó más molesta que antes.

Caminando agresivamente hacia Lee, que estaba cavando para poner las cercas de una granja afueras de la aldea.

- Lee. - el joven miró un poco confundido a su compañera enojada.

- ¿Tenten?

- ¿Sabes que le pasa al sensei?

- Bueno...la verdad también estoy preocupado, digo ¿por qué le preocuparía Naruto?

- ¿Preocuparse? - preguntó confusa la chica, hasta que recordó el nombre - ¡El Naruto que siempre comentas!

- El mismo. - le respondió con una sonrisa – Pero lo raro es que no me conoce por nada. - suspiro metiendo una tabla en el suelo.

- ¿Tan importante es?

- Hai, gracias a él me saco el hueco que estaba enterrado. - miro de muy sería a su compañera, haciendo que esta le mirase con compasión, ya que no era un secreto para nadie que sus padres murieron cuando su situación en la academia estaba empeorando por su problema del chakra.

- Pero ¿no será que se olvido de ti?

Lee negó con la cabeza – Aunque fuese así, me hubiese reconocido cómo un conocido, pero, literalmente, me vio cómo un completo desconocido ¡Hasta me vio cómo un loco!

Tenten tenía las ganas de reírse por ese comentario, ya de por si su sensei y Lee son un poco locos, pero la seriedad y preocupación le quitaron las ganas.

- Posiblemente sea un completo fracasado. - Neji apareció con una mirada fija – Lo decreta el destino.

- ¿¡Y que evidencia lo decretas?! - declaró furiosa Tenten.

- Si es amigo de Lee, eso solo significaría que también es patético.

- ¿Ah si? - la voz de Tenten marcaba un notorio sarcasmo - ¡Qué paso ayer, que Lee te dio una paliza!

Neji apartó su mirada con un bufido – Estaba medio dormido.

- ¿Medio dormido? - pregunto con los ojos en blanco a su compañero, para cambiarlo a ira - ¡A las cinco de la tarde, medio dormido!

- ¡Basta! - el grito de Gai hizo callar a los dos genins. Los tres vieron a su sensei con una mirada muy molesta - ¡Si tienen la suficiente fuerza para gritarse, entonces tienen la suficiente fuerza para hacer el trabajo!

- ¡Hai, sensei! - los tres gritaron muy asustados ante la mirada de su sensei y continuaron trabajando.

Neji apartado de los dos y los restantes estaban juntos para terminar lo más rápido posible – Entonces ¿Cómo es ese Naruto?

Lee, con una sonrisa, le explico cómo era físicamente Naruto, pero Tenten lo detuvo en un punto.

- Espera ¿rubio, con las marcas en sus mejillas cómo un zorro, ESE Naruto? - Lee sintió, algo confundido.

- ¿Lo conoces?

Tenten negó con la cabeza – Siempre quise conocerlo, ayudaba a mi tou-san en su trabajo moviendo cajas y siempre le daba cómo pago un poco de dinero y algunos kunais para la academia.

Lee miraba un poco impresionado a Tenten – Creo que es mucho por solo mover unas cajas.

Tenten asintió – Estoy de acuerdo, pero Naruto siempre ayudaba sin pedir nada a cambió ¡hasta preparo una comida a mi viejo y era delicioso! - los ojos de Tenten tenía corazones con y dentro de este tenía un plato de comida - ¡Siempre lo preparaba cada vez que terminaba de ayudarlo y ese era una forma de pago; por eso, desde que lo probé quise conocerlo en persona!

Mientras que la chica estaba diciendo todas las maravillas que hacia Naruto, los dos no sabían que el odio de Gai estaba prestando atención a su conversación.

- ¿Y hablaste con él?

La mirada de Tenten se puso de tristeza ante esa pregunta – Si, hubo un día que estaba desocupada y sabía que Naruto iba a ayudar a tou-san, además de ver con él y tou-san la venida del Daimyo.

- ¿Daimyo?

- ¿Recuerdas ese día que hubo una especie de persona importante que vino de visita al cementerio? - Lee asintió – Vi la armadura de los samurais y el emblema y diseño de las mismas solo podrían pertenecer a un grupo selecto: los guardias personales del Daimyo.

- Increíble. Pero ¿Cómo lo sabes?

Tenten puso un dedo en su propio labio – Secreto de cliente. - le guiño el ojo. - Cómo sea, iba a invitarlo pero apareció un anbu y se lo llevó...desde ahí no lo vi jamás.

- Espera ¡lo conocí ayer de ese día!

Los ojos de Gai se abrieron de sorpresa, no era mera casualidad que Naruto desapareciese cuando el Daimyo-si su genin no se equivocaba-vino para su visita extraña al cementerio, sobre todo un anbu con las ordenes del Kage.

- Tenten. - la chica se puso firme ante la voz sería de su sensei - ¿Viste que tipo de anbu era?

- ¿Tipo? - se volteó, pero la pregunta se fue tan rápido que vino por la mirada serie de Gai - ¡N-No lo sé, sabía que su mascara estaba pintada de algún animal pero no lo vi bien por tantas personas!

- ...Ya veo. Continúen. - Gai fue con Neji para ayudarlo.

Los dos genins se miraron entre sí muy confundidos – Lee… ¿no creerás que ese anbu le hizo algo a Naruto?

- … - Lee no dijo nada pero tenía una mirada muy sería apretando fuertemente sus manos ¿qué clase de monstruo haría eso, sobre todo a Naruto, el que lo saco de su depresión?


- ¡Quién diría que los insectos de Shino, el Byakugan de Hinata y los Bushin de Naruto haría la tarea más rápida!

Los cuatro estaban en un humor extraño y Kurenai quiso aliviarlos un poco con la victoria de su segunda misión del equipo ¡en menos de media hora, mucho menor para reparar la casa de una persona!

Los bichos de Shino detectaban la madera podrida o infestada y era remplazada o descontaminada de inmediato.

Hinata era una experta en la decoración y pudo hacer que la casa sería más cómoda para vivir o para los visitantes.

Y Naruto fue a reparar el jardín ¿Quién pensaría que el rubio sabía algo de jardinería?

Y todo eso fue gracias a un ejercito de Narutos que estaban por todas partes.

Una misión que tomaría toda la tarde ¡pero hicieron un récord!

Si fuese algo normal, Kurenai los hubiese invitado al restaurante que fue con Naruto para celebrar...pero hasta inclusive las palabras, las mismas palabras que dijo Kurenai eran un método muy forzoso de victoria.

Naruto...Naruto era el problema.

Hinata y Shino estaban muy preocupados, aunque estaban muy felices que su compañero quizás haya encontrado algo perteneciente a su, quizás, kaa-chan, fue la causante del estado emocional actual del grupo.

Tanto Hinata cómo Shino querían alegrar a Naruto, que siempre veía el peine, pero estaba en un circulo cerrado en sus pensamientos. Ayudo mucho en la reparación de la casa pero igualmente se noto su ausencia.

- ¿Quizás me abandonaron? - esas fueron las primeras palabras que dijo Naruto en todo ese tiempo.

Kurenai iba a decir algo, pero para su sorpresa fueron sus dos genins.

- ¡Claro que no! - Naruto miró a Hinata con sorpresa - ¡Escuchaste a la secretaría, ella te esperaba con ansías y quería tenerte, de seguro te protegió por el ataque del Kyubi con su vida!.

- Estoy segura que ella jamás te abandonaría. - la mano de Shino se puso encima del hombro de Naruto – Arriesgarse en tener el nacimiento en el mismo día de ese desastre para tenerte. Murió cómo una reina protegiendo a sus crías hasta el último respiro.

Naruto miró a sus dos compañeros y miro su peine. Se limpió un poco sus ojos para que sus compañeros no lo vean llorar, aunque fue en vano por las pocas lagrimas que se derramaban – A...Arigatou, chicos...lo siento por cómo actué hoy.

Los dos negaron con la cabeza – N-No es necesario tu d-disculpas, Naruto-kun.

- Sabemos que fue un duró golpe saber la noticia de tu kaa-chan de esta manera.

Naruto, tragando saliva, miró a sus compañeros – Arigatou. - y con una sonrisa enorme, miró a sus dos compañeros - ¡Hoy invito al mejor ramen de la historia!

Hinata puso una sonrisa al ver a Naruto un poco contento y muy sonrojada por ser invitada.

Shino se ajusto sus lentes – Siempre comes ramen, aunque es necesario que comas otros alimentos para no ocurrir algún desastre estomacal, siempre fui curioso de tu fascinación al ramen.

- Hai, lo intento pero los comercios no me venden nada o me lo venden podrido ¡pero te aseguro que ese ramen sería tan delicioso que tus bichos pedirán mini ramens!

Aunque la explicación de la comida les impacto, escucharon un leve bufido y un sonido del enjambre dentro de la chaqueta del Aburame – Aceptamos el desafió.

- Hai...amigos.

Kurenai sonrió ante esta interacción tan bonita y vio que Naruto se abrió un poco, y aunque no quisiera, tosió un poco llamando la atención a sus genins, sabiendo que necesitaban tener otra misión hasta terminar el día.


"Espero que esto sea suficiente cómo disculpa" Gai, con dos bolsas grandes de mercado, estaba yendo a la casa de Naruto.

Para la sorpresa del hombre, Naruto no vivía en un lugar cualquiera, vivía en la zona roja. Viendo a su alrededor a gente con miradas de poco amigos cómo a las mujeres de compañía que cualquier hombre quisiera tocar.

Gai suspiro ¿Cuánta inocencia tendría Naruto? Y no quiso saber esa respuesta.

Pero lo que más le impresiono a Gai era la misma gente, cada vez que preguntaba donde vivía Naruto ellos siempre eran muy reacios en responderles, no importando si compró cosas para Naruto.

Al principió pensaba que tendría que jugar al adivinador, hasta que una mujer de un burdel, uno de los más grandes y famosos de Konoha, apareció ante él.

- ¿Estás buscando la casa de Naruto-san? - la ceja de Gai se levantó un poco por la amabilidad de esta mujer.

- Hai. - levantó las dos bolsas grandes de comida – Esto es una pequeña disculpa por una tontería que dije más temprano.

La mujer le sonrió y asintió – Sígueme. - Gai siguió a la mujer, aunque con la guardia más alta.

Caminaron por unos minutos viendo a la gente pasar y habían miradas que lo veían muy fijamente que lo ponía un poco confuso – Lo siento por todas esas miradas. - se disculpó la mujer – Naruto ha hecho muchas cosas buenas para nosotros, los habitantes inadaptados de la zona roja.

- ¿En serió?

La mujer asintió - ¡Siempre malgastaba todo su dinero para comprarnos comida y él mismo lo preparaba, hasta siempre defendía a las mujeres cada vez que un hombre se ponía violento! - ella suspiro muy melancólica – Aun extraño cuando Naruto venía a nuestro burdel para tener compañía amigable y un hombro donde llorar...y un lugar para dormir tranquilo.

Gai, por un instante, se imagino a Naruto sentado en las piernas de una mujer y encima de su cabecita unos buenos senos; Naruto compartiendo cuartos con otras chicas en bikini que escuchaba; y Naruto acostado en la cama con una de esas mujeres.

Gai se ponía un poco celoso y un poco rojo ante la vista imaginaría, pero fue golpeado en su estomago por el codo de la chica – Déjame decirte que Naruto jamás perdió la inocencia por alguna de nosotras...o lo poco que le queda. - lo último le dijo muy triste y Gai sabía de que estaba hablando.

Tener una infancia mala era una cosa, pero si lo que dice la mujer era verdad y su vida era mucho peor…

"Por Kami, ese niño tiene la voluntad de un diamante"

- Aquí esta. - sacando de sus pensamientos de un Naruto sediento de sangre, vio un pequeño conjunto de residencia de dos pisos, que casi desaparecía la pintura, la estructura era tan mala que con solo un estornudo podría derribarse – Lamentablemente Naruto es la única persona que vive ahí. Más de una de nosotras lo queríamos en nuestras casas, pero siempre venía el Hokage a quitárnoslo.

Gai pestañeo muy confundido ante las palabras de la mujer – ¿Por qué el Hokage haría tal acción?

- No lo sé. Hasta inclusive los anbus protestaron ante esa acción...hubo una ocasión que una anbu de mascara de Neko que, si no fuese por otro anbu, le arrancaría la cabeza.

- ¿Sólo uno?

- Hai, tenía la mascara de Inu, era el único que no protestaba.

Los ojos se pusieron en blanco, conociendo a ese anbu "¿Por qué Kakashi aprobaría esa acción?"

- Bueno, me tengo que ir antes de que me extrañen. - ella le dio una reverencia al hombre – Salúdalo de mi parte.

Antes de irse, Gai lo detuvo – Naruto...¿Naruto se olvido de ustedes?

Los ojos de tristeza reflejaban la respuesta y se fue.

"Memoria borrada, Kakashi Hatake, el Hokage…" - No tiene ningún sentido.

Maito Gai fue a la puerta mejor conservada, que estaba en el segundo piso. Quiso abrir la puerta y estaba cerrada con llave. Reviso otros lugares que usualmente las personas esconderían una llave de repuesto: debajo de la alfombra, debajo de una maceta sin plantas, tocando la puerta si Naruto lo pinto para camuflarlo. Nada

Miro fijamente por la puerta, pensando lo que tenía que hacer. Si fuese la casa de Lee simplemente la hubiese echado abajo con una buena patada, ya que él tenía una buena economía para comprarse varias puertas, pero Naruto no. La mejor opción era por la ventana.

Suspirando derrotado, iba a dirigirse por la puerta, hasta que sintió que su pie derecho bajo un poco. Aunque cualquiera pensaría que fuese por la madera podrida, Gai sabía este tipo de truco aunque también puede ser un error.

Agachándose donde estaba el pequeño desliz de la madera, la lazo y estaba pegada justamente ahí. Bufando gracioso por el escondite menos esperado, ya que era imposible que dicho objeto se puede verse abajo y se necesitaba una buena memoria para no destruir todo el piso para buscarla sin llamar la atención de alguien.

Con su tesoro hallado, abrió la puerta y, para ser un huérfano, estaba impecable. Claro, había alguna que otra ropa suelta y un poco de polvo por ahí, pero si se comparaba con su pupilo, que su casa estaba casi patas arriba de pesas, rollos de taijutsu y ropa por todas partes, este lugar era más impecable.

Dejando las cosas en la cocina, abrió la nevera y vio que había una leche con una nota, casi ilegible, que decía "Botar" ya que estaba vencida. Metiendo las cosas en la nevera y otros en algunos cajones, bastante limpios y sin insectos a pesar de lo desastroso que era el lugar, escribiendo una nota y se iba.

Antes de irse, escucho un ruido, dentro del único clóset, sacó un kunai de su porta-kunai. Su casa estaba muy limpia y dudaba que hubiesen ratones por ahí, así que debe de ser un civil escondido para atacar a Naruto.

Preparándose, abrió la puerta y lo que vio no era un humano.

Era un gato y salto a Gai, sorprendiéndose y cayendo al suelo ante el salto del gato.

Giro su cabeza rápidamente viendo que el gato abría la ventana con su cabeza, le bufo a Gai y se fue, cerrando la ventana con su cola.

Gai pestañeaba ante la cosa más extraña que vio - ¡¿Qué hacia ese gato del demonio en la casa de Naruto?! - el gato tenía ese listón y esas marcas en su frente, ese era el gato de la mujer del Daimyo.

Pero ¿Qué hacia ese gato aquí? Sobre todo robándose un paño de un desconocido.

Suspirando, y solo esperando que ese sea solo eso, un pañuelo, salió de la casa de Naruto y guardando exactamente la llave de Naruto de dónde lo saco.

"Solo espero que esta disculpa arregle el malentendido que hice...y que no le cuente a Kurenai". Tragando saliva nerviosamente ante la vista de una Kurenai cabreada le hizo aterrar y salió corriendo hacia sus genins.

Y un cuervo salió volando.


- Vaya, que día. - suspiro un poco agotada Kurenai y detrás sus genins igual de cansados.

¿Una misión de mucho esfuerzo físico? No, ya que tenían a Naruto y sus incontables bushin para hacer ese trabajo.

- Ni siquiera los ancianos de mi clan son tan fastidiosos. - Shino estaba furioso y, gracias a que un anciano le lanzo un plato a la cara se le rompieron los lentes y se notaba un ligero tick en el ojo.

- Creo que lo hicieron por estar a mi lado. Lo siento chicos. - se disculpo Naruto.

- ¡Eso no es verdad, simplemente esos ancianos son unos imbéciles que se creen los reyes de su colina imaginaría! - grito enfurecida Hinata y su cabello completamente arruinado ya que una anciana le quiso cortarle el cabello para su nieta. No lo logró pero si le hecho avena. Se limpió pero se notaba un poco desordenado.

Kurenai suspiro. Su deber era regañarles y decirle que se acostumbrasen. Pero en este caso no. Los ancianos hicieron todo lo posible para joderles la misión hasta el hartazgo – Ahora sé el por qué a Gai tiene una regla de jamás visitar ese lugar. - recordó una de sus charlas de lo cabreado que estaba.

Al llegar a la torre, al frente de la secretaría, la mujer se impresiono por sus caras largas - ¿Q-Qué paso?

- Solo ancianos imbéciles que la palabra "Buena gente" no existe. - le respondió Kurenai y la expresión enfurecida de la secretaría le daba indició que lo conocía.

- He escuchado de muchas cosas malas. Pensaban que eran exageraciones por ser ancianos. Pero ¿tan es así?

- Cuando un anciano quiera cortarte el cabello por que sí, de ahí hablamos.

Suspiro y anotó en una nota. Sacó un cuaderno que tenía de portada "Misiones por revisar". Todos miraron el cuaderno un poco confundidos y ella se lo explico – Esto es para analizar las misiones de Rango D que fallan. Si reúno 10 le notificare al Hokage.

- ¿Cuántos tienes? - Kurenai estaba curiosa ante esta noticia.

- Dos, el otro es un tal Maito Gai, cuando le dije que clase de misión iba a estar simplemente se puso blanco.

- Ya me imagino por qué.

Después de despedirse y entrar a la oficina y entregarle la culminación de la misión. No sin antes de ver a Naruto con ojos un poco decepcionados.

Kurenai tenía el presentimiento que había recibido una acusación falsa y miró al Hokage, que este simplemente cambió de mirada por uno más blanco y continuó con el papeleo.

Todos se miraron confundidos, hasta que se voltearon y vieron a la anbu Neko, que irradiaba una sed de sangre tan grande.

- Es la última vez que me sacas de una misión falsa para hacerte de las tuyas, anciano incompetente. - gruño furiosa, haciendo sospechar un poco a Kurenai. Ella se acercó al Hokage que se notaba muy nervioso – La primera fue esa maldita misión de entregarle una carta a un viejo amigo ese día. La tercera te decapitare ¡Y si me enteró que algunos de ustedes le está ayudando…! - la sed de sangre era tan grande que, por un instante, todos sintieron que su sangre se congelaban y estaban helados. El único que se movió fue Naruto, que se escondió levemente detrás de Kurenai.

Cuando la cara de la anbu miro directamente a Kurenai, que esta trago fuertemente, ella se relajo con un suspiro y tan rápido cómo vino se fue esa sensación monstruosa.

- Lo siento...Naruto-sama.

Kurenai fue la única que pudo escucharla, o eso sospechaba ya que nadie reacciono, haciéndose tantas preguntas que no sabría cual sería la respuesta.

Cuando la anbu le entrego el sobre por las misiones, gracias a una rápida y tartamudeada explicación de Iruka, el Equipo 8 se fueron.

Cuando los cuatro estaban afuera de la torre, todos sacaron el aire de sus pulmones que retenían – Recuérdenme no hacerla cabrear a esa anbu ¡en ningún sentido! - exclamó asustado Naruto.

- Mis insectos se pusieron locos y sentía que querían entrar en mi piel...esto es lo más horrendo que he sentido en mi vida. - el fuerte escalofrió de Shino fue muy notorio, hasta el zumbido que emanaba dentro de la chaqueta de Shino sonaba muy aterrado.

- J-Jamás he sentido tal sed de sangre, n-no sé si decir que fue aterrado o monstruoso. - Hinata temblaba y se abrazaba a si misma.

- He sentido todo tipo de instinto asesino, sed de sangre...pero esta es la primera vez que sentí que mi alma iba a salir de mi cuerpo. - Kurenai miró a sus genins – Esto, aunque es el peor ejemplo, es la demostración de un instinto...sed...lo que sea que vamos a estar en las misiones más avanzadas. Para la semana que viene entrenaremos eso para estar lo más calmado posible en este tipo de situación.

Los tres genins asintieron – ¡Sin ella! - los tres gritaron al mismo tiempo.

- Tranquilos, quiero que mi alma se quede conmigo el mayor tiempo posible. - todos se rieron por ese chiste malo y haciendo relajar la situación.

Aunque todos tenían la misma pregunta ¿por qué esa anbu estaba muy cabreada por el Hokage?

Los genins no podrían hallar esa respuesta, pero Kurenai tenía, posiblemente, una pista y justamente estaba viendo a Naruto.

- ¿Naruto-kun? - sacando de la conversación de sus dos amigos, el rubio miró a su sensei - ¿Alguna vez has visto a esa anbu?

Naruto negó con la cabeza – He visto a varios anbus, pero jamás he visto a Neko en mi vida.

- Ya veo… - Kurenai se masajeaba el mentón, aparentemente y de alguna manera esa anbu conocía a Naruto y lo veía cómo una figura de...¿respeto, autoridad? Y esa misma línea estaba esa tal Kushina Uzumaki "Primero el pergamino, su memoria ¿defectuosa, borrada?, Kushina Uzumaki y esa anbu, todos llevan a la misma dirección" miró a Naruto que estaba conversando un poco más calmado y los dos genins varones intentaban sacar de la burbuja de miedo a Hinata "Pero ¿por qué se conectan? Es Jinchuriki del Kyubi, pero ¿hay algo más…" miró a las ventanas de la oficina del Hokage "...que no este viendo?"

- Kurenai-sensei. - la jonin miró a sus genins – Me preguntaba si querías venir con nosotros para celebrar nuestro buen día. - la oferta que hizo Naruto era muy jugosa y sabía que iban a ese tal Ichiraku.

Pero no podía ser este día – Lo siento Naruto, pero tengo que ver algo. Será para otro día.

- ¡Hai! - aunque su mirada era un poco triste, Kurenai le devolvió su sonrisa.

- Pero para la próxima, la primera ronda será por parte mía.

Naruto asintió y los tres genins se fueron ante su comida de victoria.

Kurenai fue a buscar información.

Y un cuervo miraba atentamente lo que ocurría.

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