Sombras al filo de la luz.
Kurenai estaba apoyada en uno de los troncos utilizados para practicar la puntería con los kunais. A su lado había un bolso gigante, casi alcanzando si cintura y bastante gordo lleno de múltiples cosas si acaso la misión se alargaba de más.
Levantó la vista y vio a su genin Aburame, caminando hacia ella con un bolso que, aunque un poco pequeño en comparación de Kurenai, igualmente era grande, pero lo que veía era lo mismo que paso ella cuando hizo su primera misión rango C, nervioso y cansado, aunque debió ser gracias a sus nervios y por cargar el bolso pesado que lo veía un poco agotado.
Poco después vino la Hyuga que se veía que tenía ojeras, nerviosa e igualmente cansada.
Y el último genin que se veía nervioso igualmente, pero había una grandísima diferencia comparado con la de sus compañeros.
- ¿Tu bolso? – pregunto la Sensei con una ceja levantada de forma confusa, como la de sus compañeros.
- La tengo guardada. – fue su respuesta ante la confusa mirada de todos.
Antes de que alguien pregunte, Naruto saco un sello de su bolsillo y son un simple signo de sus dedos apareció su bolso igualmente grande en su brazo.
Kurenai abrió los ojos de la sorpresa, esas cosas eran carísimas – Yo…Naruto….disculpa por haberte hacer malgastar ese sello de almacenamiento.
- ¿Malgastar? La hice.
Kurenai pestañeo, confundida – Pero esos sellos se usan una vez y ya no funcionan más.
- ¿De verdad…? Pues el mío se puede usar varias veces y aún no conozco el límite.
Cómo para probar el punto, guardo y desguardo el bolso varias veces ante la mirada impactante de todos, impresionados de que ese papel, usualmente de un solo uso, lo usase como si fuese un mero bolsillo.
- Supongo que el límite es tú bolso. – exclamó muy seguro el Aburame, con un tono un tanto celoso ante su facilidad de peso.
Pero Naruto negó la cabeza, haciendo levantar la ceja al Aburame y llamando la atención de las chicas.
- Metí, además de mi bolso… - como demostración, saco su bolso, una silla, una mesa y hasta otro bolso más grande, haciendo que las tres personas mirase al Uzumaki como si le creciese no una, ni segunda ni tercera, sino las cabezas de los Kages muertos.
Y, para añadir más a la locura que estaban viendo, saco otro sello y, con un simple movimiento de muñeca, apareció un plato de comida, aún humeante como si la sacase recién de la cocina – Es un experimento personal y funcionó a la perfección, la hice ayer.
…
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Los guardias estaban mirando a los miembros del equipo 8 de manera un tanto extraña, ya que estaban livianos de peso y caminaban como si ganasen la lotería. Kurenai con una mirada perdida, Shino masajeando la espalda de forma aliviada y Hinata comiendo un plato de comida recién hecho con corazones en los ojos.
El único que estaba normal era Naruto y tenia una mirada, aunque avergonzada, contenta al ver a su equipo.
Los guardias se miraron entre si "Novatos" susurraron entre si, pensando que se les olvido todo a pesar de estar en una misión rango C de vigilar las fronteras.
Los cuatro ninjas estaban corriendo a buen ritmo. Kurenai volteo su mirada y pudo ver cómo el Aburame y la Hyuga le preguntaban del limite o los sellos que podría hacer el Uzumaki
Aunque tenía una sonrisa, aún en su interior se preguntaba como esos dos reaccionarían…simplemente suspiro y fijo su mirada la frente, viendo una casa familiar que era un punto de control para que los ninjas o los viajeros pudieran echar cabeza, además de estar justamente al lado del bosque donde estaría la frontera en la que iban a estar vigilando por una temporada.
…
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Si no fuese por los sellos de Naruto, quizás hubiesen tenido bolsas tamaño de un niño pequeño en sus espaldas.
Después de unas horas de estar en esa casa y, preguntar, como está las fronteras, ya que la pareja de unos años casi mayores eran ex ninjas y junto con ellos una hija; ya que la familia era perteneciente de uno de los clanes más importantes de Konoha y simplemente la hija vino de visita.
No falta decir que Naruto hizo un poco de comida para la pareja y su hija, como un agradecimiento, y, si no fuese por el hombre con más autocontrol de la familia, se hubiesen abalanzado al pobre Uzumaki. Por eso estos regalos.
- ¿El poder de la comida? – pregunto sorprendida Hinata, ya que había escuchado varias cosas de esa pareja y no eran unos cualquiera.
- El poder de la comida Uzumaki. – Aclaro Shino igualmente sorprendido.
Naruto simplemente tenia una sonrisa un tanto nerviosa y Kurenai estaba formulado ciertos planes en un futuro imposible con resultados aún más imposibles.
Los ninjas del equipo 8 estaban saltado de árbol a árbol, ya que antes de entrar al bosque, cuadraron que Hinata y Naruto fuesen los ojos y el sexto sentido del grupo. También los bichos de Shino pero estaban alrededor un tanto lejos del grupo principal, en el caso de que algo pase.
Kuranai sabía perfectamente que no iba a pasar nada loco o muy peligroso, pero gracias a su experiencia sabía que la suerte podría darte una mala jugada.
Tanto Hinata como Naruto se detuvieron, haciendo que los demás se detuvieran solamente a una distancia de dos ramas.
Al frente de ellos aparecieron un pequeño grupo de ninjas y apareciendo al frente de ellos como si fuese un líder había un anbu de máscara de búfalo.
Varios ninjas charlaban con un tono audible, sobretodo para el Uzumaki y por qué era un ninja el "Mocoso demonio".
Antes de que alguien dijese algo, la atmosfera se puso…helada y el culpable era ese anbu en la que, inmediatamente, los ninjas detrás de él se pusieron tan firmes como flechas y caras horrorizadas como sabiendo lo que podría pasar si alguien abriese la boca.
- ¿Son nuestros remplazos? – preguntó de forma tajante.
Kurenai asintió y le lanzo el pergamino. El anbu lo agarro, lo abrió y asintió.
- Bien. – lo cerró y lo quemó con sus manos. - ¡Nos vamos y espero que nadie hable de aquí hasta la aldea!
Con un potente y aterrado "¡Hai!", los ninjas saltaron alejándose del equipo 8, siendo el único que se quedó al frente de ellos el anbu.
- La Mariposa estará observando.
Con un salto se fue, haciendo que los genins mirasen a su sensei algo confundidos y vieron que Kurenai estaba...nerviosa.
Los tres genins comenzaron a hablar de forma de susurros.
- ¿Creen que esa…Mariposa sea peor que ese anbu? – pregunto Hinata.
- Es una posibilidad…aunque también pueda ser algún tipo de instructor para ver si somos capaces de hacer otras misiones más complejas. – respondió Shino.
- ¿Pero por qué decirnos que…esa persona nos estará vigilando?
Los dos genins asintieron ante la duda del Uzumaki. Solo esperaba que no fuese un nombre en clave de algún ninja peligroso que frecuenta la zona.
O peor, esa anbu.
Pasaron varios días desde el comienzo de la misión y no había pasado gran cosa. Gracias a los insectos y a la cantidad ilimitada de Bushins, según Kurenai, va a ser la vigilancia de las fronteras más relajada que ha hecho en toda su carrera.
Claro, igualmente les dijo que estuvieran pendientes por cualquier cosa, ya que cualquier cosa podría pasar. Aunque la sonrisa medio tonta que intentaba ocultar le quitaba la seriedad de esas palabras.
Aunque los tres miembros no cocineros del grupo se enteraron algo impactante y era la cocina de Naruto.
Los tres pensaban que eran los ingredientes y estar en una zona "Calmada, relajada y con abundantes ingredientes" podría ser parte de que la comida del Uzumaki fuese divino.
Que equivocados estaban.
Después de que el Uzumaki hubiese agarrado varios ingredientes de la naturaleza-ayudado entre los Bushins y los bichos-preparo una sopa.
Decir que estaba delicioso sería una ofensa.
Las tres personas se preguntaron si Naruto fue bendecido por algún dios de la cocina.
Un día fue algo curioso. Tanto los Bushins del Uzumaki como Shino alertaron de que había un intruso pasando entre las fronteras.
Aunque eso sería un problema, los que causó más intriga y confusión era que el hombre no intentaba pasar inadvertido o esconderse, sino que estaba susurrando casi a gritos de forma bastante cabreada.
Cuando los cuatro llegaron, y antes de que los tres genins se lancen para capturarlo, Kurenai los detuvo diciendo algo que los sorprendió.
Los cuatro aterrizaron al frente del hombre, dándole un susto y, nuevamente, gruñendo de "Ninjas dándole paros cardiacos".
Este hombre era un comerciante, según las palabras de Kurenai.
- Hay rutas más legales e…ilegales que usted podría tomar ¿Por qué pasar por la frontera? – preguntó Shino curioso.
El hombre simplemente bufo – Soy un comerciante que quiere ir rápido a la aldea.
Naruto levantó una ceja, le sonaba algo este tipo de respuesta - ¿No serás un comerciante que trafica información por un monto?
El hombre cambio una mirada enojada a una más relajada y dio una simple risa, aparentemente la pregunta del Uzumaki se había respondido.
- Este tipo de personas son contratadas para ver cómo están las demás aldeas para ver su potencia económica internamente y también escuchar rumores. – explico Kurenai.
- Claro, por un monto. – añadió el hombre.
- ¿Entonces si te pagamos el doble nos podría darnos toda la información? – pregunto retóricamente el Uzumaki, haciendo reír al hombre.
- Espero que esa supuesta paga tenga 2 o 3 ceros adicionales, mocoso.
Los tres genins abrieron bastante los ojos, eso era mucho más de lo que pensaban con un "Doble"
El hombre levantó la mirada y vio que pronto anochecería. – Aunque quisiera irme a la aldea y mi cama, ya es tarde y lo último que quiero es enfrentarme contra un puto oso.
- Por aquí no se ha visto ningún oso. – cuestionó Kurenai.
Pero conociendo mi suerte me encontrare con una puta familia.
Naruto asintió, sorprendiendo al resto del equipo 8. Aparentemente este hombre ciertamente tiene una suerte no muy buena.
- Por aquí. – Kurenai guío al hombre hacia su campamento, e internamente rezando.
El hombre estaba riéndose como un loco y todos lo miraban como si hubiese perdido la cabeza.
¿La razón? Él tenía un plato de esta sopa que hizo el Uzumaki, claro, el hombre estaba bastante confiado que la sopa era todo menos rica. Por eso esa risa, él había ido a restaurantes gloriosos, magníficos, que solo gente de estatus alto o Kages podría ir-si llorando o no después de ver la cuenta era otra cosa-y él lo estaba comparando como si estuviese comiendo orina de caballo.
Y si, se refería a esos restaurantes con sabor a "Orina" en comparación.
- ¡Adelante, pregunten por cualquier cosa!
Todos estaban estupefactos ante el cambio de comportamiento.
- Bueno… - comenzó Naruto. - ¿Dónde estabas antes?
- En Kumo. Estaba reuniendo información.
- ¿Qué clase? – pregunto Hinata interesada.
- Bueno, no puedo reunir información crítica. Soy comerciante, no ninja. – Kurenai le relleno el plato de madera un poco temerosa por si le mordía el brazo, y sus ojos con forma de cubiertos y un poquito de baba sobresaliendo no ayudaba mucho.
- ¿Supongo que adquirías información relacionada con el comercio? – pregunto Shino, aunque sonaba más a una afirmación.
- En parte. También debía de tener un oído bien afilado si escuchaba algún rumor interesante. Hasta las tonterías de un borracho puede contener muchas verdades.
- ¿Has escuchado algo interesante? – preguntó Kurenai interesada.
El hombre asintió. – Uno de esos rumores, aunque puede ser una exageración, es que están construyendo algo grande en secreto, un armas…algo que es…difícil.
- ¿De creer? – pregunto el el Uzumaki, algo que negó con la cabeza.
- Si quieres crear un arma poderosa, gigante, o lo que sea se necesitan muchos materiales y siempre dejan algún rastro, no importando si lo intentan esconder.
- ¿Y este caso…. – pregunto Hinata curiosa.
El hombre negó con la cabeza – No hay ningún rastro. Aunque ciertamente vi, muy en la noche y madrugada, anbus y ninjas transportando cajas algo pequeñas. Sea lo que sea ciertamente están construyendo algo ¿El que? Ni idea. Aunque ciertamente hay un rumor si, me lo preguntas, es extraño.
- ¿Más extraño que esa construcción? – pregunto Shino.
El hombre levantó los hombros – Depende a quien se lo dices y es con respecto al Raikage.
Todos miraron curiosos acerca de este rumor. Si, ciertamente les llamo más la atención ese Kage que la cosa que estaban construyendo.
Viendo que tenía más la atención de su pequeño público - Según lo que escuche, el Raikage tiene dos días que ciertamente lo ponen melancólico. Uno de esos días es uno cualquiera, quizás se le murió alguien; pero el segundo si me llamo la atención aunque pudo ser una coincidencia.
- ¿Esa fecha es…? – preguntó Naruto muy curioso.
- El 10 de Octubre…el día que el Kyubi atacó Konoha.
Todos se sorprendiendo acerca de esa fecha tan…extraña.
Naruto bajo levemente la mirada intentando comprender esas palabras.
- Claro, para nosotros puede ser una fecha extraña para estar melancólico. Digo, apuesto si estuviese en Iwa hiciesen una fiesta nacional. – rio de forma un poco oscura mientras terminaba plato de sopa.
- Ese día…es el día que nací. – comento sin pensar el Uzumaki, haciendo levantar la ceja al hombre.
- Je, quien sabe, hasta podría ser que ese loco de los músculos sea tu padrino o algo así.
Si, esas fechas eran más curiosas que esas cajas y construcción misteriosa.
Al día siguiente, después de que el hombre se despidiese del, ahora, grupo favorito de ninjas-que en realidad era una lista bastante pequeña y eran los únicos integrantes- se fuese siendo acompañado por dos Bushins
Varios días pasaron y era algo monótono y nadie vino de la frontera hacia Konoha…Pero ocurrió un incidente que cambiaría todo.
- ¡Sensei, hay dos personas moviéndose rápidamente hacia nosotros! – grito Naruto haciendo levantar a todos y saltar hacia donde se fue Naruto.
- ¿De los nuestros? – preguntó Kurenai rezando internamente.
- Negó con la cabeza – Sean quienes sean tienen una bolsa grande y se están moviendo agresivamente.
- ¡Shino! – exclamó Kurenai y vio que algunos bichos regresaban a su dueño.
- Olor humano.
- Mierda. – maldijo Kurenai y vio detrás de ella a Hinata, que tenia un semblante frío. - ¡Dile a tus Bushins que lo detengan!
Naruto asintió. Creo un Bushins, le dijo la orden y desapareció inmediatamente.
Avanzaron por unos minutos y estaban escuchando un tremendo alboroto.
Aterrizaron en una rama del árbol y pudieron dividir a dos personas.
Uno de ellos portaba una espada que rebanaba cada Bushin con ira, tenía ropas negras y mangas largas con guantes de algún tipo de metal.
El otro lanzaba jutsus de piedra, que solamente tenía un par de pantalones ya que se notaba que alguien le hubiese lanzado una bola de fuego.
Y en el medio de los dos estaba la dichosa bolsa moviéndose como intentando salir.
- ¿Naruto? – Kurenai volteo hacia su genin y tenia un kunai con un papelito atado, era un sello.
- Nos ayudará en tener un problema menos. – Al lanzar el kunai e incrustando en el suelo al frente de los dos hombres. En un momento a otro comenzó a brillar intensamente cegándolos; uno de los Bushin corrió, agarró y lo lanzo hacía arriba. Uno de los hombres, ya con la ceguera un poco tenue, lo apuñalo y desapareció en una explosión de humo, sorprendiéndolo. En el aire, un Bushin se lanzo hacía la bolsa, agarrándola, y se fue al bosque a esconderse.
Por desgracia, la dirección en la que se fue el Bushin fue la misma dónde estaba el equipo 8 - ¡Ustedes! – grito enfurecido el hombre de la espada.
- ¡Me encargaré de uno de ellos! – grito Kurenai, lanzándose varios kunais y este se defendió usando su brazo con rocas. Este, enojado por el robo y brillo y vio a la jonin haciendo una cara graciosa haciéndole explotar.
- ¡Te voy a matar! – aunque su compañero le quiso detener, salió corriendo hacia la jonin, dejando solos a los genins aterrizando al frente del hombre de la espada.
Kurenai saltando, aún siguiéndole insultando a su perseguidor para alejarlo lo máximo posible de su compañero.
Aunque tuvo una…unas ayuditas que la sorprendieron.
Durante la persecución, varios Bushins del Uzumaki se lanzaron al frente, lanzándose kunais y hasta algunos que lanzaron su espada. Si, no ayudaban mucho para detenerlo pero si para frenarlo y cabrearle aún más.
Uno de los consejos que le dio, si el enemigo es fácilmente manipulable aprovecha para que cometa errores.
- ¡Basta! – grito, cabreado y, con un sello y posteriormente un pisotón a su alrededor salieron estacas de piedra eliminando a los Bushin de su alrededor. Lanzando rocas por cada Bushin que vio y escupiendo todo tipo de groserías hasta quedarse sin aliento.
- ¡Fallaste! ¡Ciego! ¡Cretino! – eran las múltiples groserías que las "Kurenais" detrás de los arbustos y árboles hacia el hombre, haciendo que su rostro se ponga aún mas rojo.
Mientras que la Kurenai original, apoyada en la copa de un árbol, miraba todo con una sonrisa nerviosa "Creo que le tengo que decirle que le baje un poquito de intensidad, me está dando un poquito de pena."
- ¡BASTAAAAAAA! – al hacer un sello y con un tremendo grito, sus manos tocaron el suelo y su alrededor de convirtió en un pequeño bosque de rocas, hasta el árbol que estaba Kurenai para observar temblaba un poco.
- Bueno, es hora de acabar con este circo. – salto hacia el suelo.
El hombre, con los ojos rojos y respirando fuertemente observaba por todos lados, hasta que vio un cuerpo. El hombre comenzó a reír como loco al acercarse al cuerpo que, por sus leves quejidos y movimiento aún estaba viva Pero muy malherida – Aparentemente necesitas tener un mejor truco, maldita perra. Te dejare vivir para que…¡! – al agarrar el cabello, en vez de ver una mirada herida o débil, tenía una sonrisa, le guiño el ojo y un "Puf" desapareció.
Su rostro pasó de ira y al levantar la mirada al ver una pequeña sombra paso de ira a confusión….y luego al horror.
- Tu…
Kurenai estaba detrás del hombre al pasar a un lado del hombre. El hombre tosió un poco de sangre y, como si alguien cortase las cuerdas, callo al suelo sin vida.
- Espero que los demás estén bien. – salto lo más rápido posible hacia sus genins, rezando que todo saliese bien.
Lamentablemente, este no fue el caso, al sentir una sensación aterradora y mortal muy familiar, haciendo acelerar el paso.
- Joder con ese maldito imbécil. – gruño el hombre de la espada, casi escupiendo. Miro al grupo de niños la frente de él y salió un instinto asesino para que se acobarden como ese trío de niños con un perro.
Para su sorpresa, a pesar de estar tensos y un poco temerosos, estaba frescos, aparentemente ya fueron entrenados para soportar este tipo de situaciones.
Puso una sonrisa asesina. – Me darán más diversión que esos tres mocosos.
Shino se preparó, Hinata activo su Byakugan y Naruto saco su espada.
El hombre gruño al ver la espada. – Así que esa perra tuvo un mocoso.
Naruto lo miró de forma un poco más agresiva, pero no se movió.
- ¡Entonces atacaré yo! – se abalanzó, alzando su espada.
Naruto se puso al frente de sus compañeros para detener la acometida, mientras que Shino lanzo sus bichos haciéndolo saltar hacia atrás. Hinata se lanzo de un salto al frente del hombre. La intento apuñalar, pero gracias a su flexibilidad paso debajo sin detenerse dando golpes con su juken en su brazo que sostenía la espada.
Este grito con frustración e intento contratacarla pero Naruto bloqueo su espada para después darle una patada.
Los tres se unieron nuevamente ante un sorpresivo y frustrado espadachín.
- Creo que easa espada es robada. Tiene un mal manejo. – susurro Naturo, haciendo asentir a sus compañeros.
El hombre escupió, sintiendo levemente dormido su brazo afectado. Sintiendo su orgullo pisoteado por dos genins recién salido de la academia. No pudo pensar mucho cuando, por primera vez, los genins le atacaron.
Lo hicieron retroceder viendo que dos genins batallando… - ¡El de lentes!
Al gritar, y como señal, una cantidad de bichos lo rodeo, gracias a Shino que se escabullo cuando el rubio y la Hyuga le atacaron.
Los dos se pusieron un poco tensos, en vez de escuchar gritos de dolor era…de risa. Adentro se veía un leve color rojizo para, con un pequeño torbellino, quemar a todos los bichos y los pocos que sobrevivieron fueron hacia su amo.
- ¡Te tengo! – lanzo el torbellino hacia donde los bichos se estaban escapando.
- ¡Shino! – Naruto grito al ver la pequeña explosión de fuego.
El hombre se rió y fijo su mirada a los dos genins - ¿Quién sigue? – sus brazos se encendieron en llamas, quemando su espada hasta dejarlo irreconocible.
Shino salió detrás del árbol, un poco quemado y sintiendo que los bichos sobrevivientes no superaban los 50 y ni siquiera estaba seguro.
Vio a sus compañeros pelear ante el hombre de los brazos en llamas, Shino apretó sus puños sintiéndose un inútil. Movió sus manos hacia sus bolsillos y comenzó a lanzar los kunais.
Naruro estaba a la defensiva desviando y cubriendo los puños de fuego y Hinata estaba, en lo posible, contratacando aunque las llamas le impedían un poco, Pero las pocas veces que podía atacar las llamas le desconcentraban y tenía que saltar hacia atrás para apagar las llamas e intentar nuevamente.
El hombre grito de dolor al sentir kunais en su espalda, suponiendo que era el mocoso de los lentes, pero no podía eliminar esa molestia por los mocosos delante.
Y aunque Shino le daba varios kunais a su objetivo, su falta de experiencia y falta de precisión le hicieron que lo lastimase poco y nada. Hubo un punto que se le acabaron la munición y vio a sus lados hasta hallar la respuesta.
La hyuga atacó sus piernas, la única zona sin fuego mientras Naruto desviaba su atención. Les dio de lleno y este salto hacia atrás. No pudo concentrarse ya que sintió un golpe en su cabeza; al girar su cabeza rápidamente era un zapato y cundo el hueco del zapato apunto a su cara, varios insectos de gran tamaño se lanzaron a su cabeza, haciéndolo gritar.
- ¡Basta! – grito, usando sus manos llenos de fuego a su cara eliminando a los insectos y quemando su cara en el proceso. Después se volteo violentamente y, haciendo un sello con su mano derecha, su mano izquierda tenía una bola de fuego del mismo tamaño que su cabeza y la lanzo hacía dónde estaba Shino.
La explosión lo sintieron hasta los genins.
- ¡Shino! – ambos gritaron de preocupación, y el hombre se volteo con una sonrisa descarada.
Eso hizo enfurecer al Uzumaki, que se lanzo hacía su oponente intentando darle en la cabeza, el hombre lo agarro con ambas manos e intensificó el fuego intentando destruir la espada.
Pero no funcionó, hasta inclusive parecería que la espada se estuviese burlando de él.
Naruto jaló la espada hacia abajo cortándole ambas manos y Hinata, debajo de ambos, le dio múltiples golpes en su estómago y posteriormente una patada en el mentón.
- ¡Estúpida zorra! – le dio una potente patada a su cara, la lanzándola varios metros.
- ¡Hinata! – grito de preocupación.
El hombre se burlo, viendo al único consciente o sobreviviente de los genins. – Ciertamente me dieron pelea…¡?.
El hombre, si estaba avanzando de forma victoriosa, se detuvo al sentir una sensación familiar….maldita familiaridad, haciéndolo retroceder unos pasos. – No…es imposible… - ante sus ojos vio lago que jamás había esperado ver…ese manto saliendo poco a poco de color naranja semi oscuro envolviendo al rubio… - Tu…¡¿Tu tienes el Kyubi?! – grito en pánico.
El Uzumaki se levantó, fijando su mirada al hombre que estaba retrocediendo lentamente. Sus ojos ya no eran azules cielos…eran rojos…rojos de ira; sus marcas en sus cachetes se pusieron mas gruesas y sus uñas se convirtieron en minis garras. Y su espada adquiría una tonalidad rojiza de ira.
Y señalando al hombre.
- ¡M-Muere! – grito en pánico, lanzando múltiples bolas de fuego, mientras Naruto lo esquivaba como si nada. Hasta que, a solo 3 metros, le atino de lleno, haciendo poner una sonrisa al hombre de alivio…
Hasta que, del humo de la explosión, salió Naruto a toda velocidad, empuñando su espada para apuñalar y le dio en el pecho, haciendo gritar en seco al hombre y tumbándolo.
En sus últimas fuerzas, vio al Uzumaki, con odio…y con horror.
- Mons….Monstruo… - fueron sus últimas palabras antes de morir.
Fue ese instante que el Uzumaki soltó su espada y fijo su mirada hacia donde hacía Hinata.
Fue en ese instante que Kurenai llegó a la rama de un árbol, sorprendida e impactada.
Fue en ese instante que un Bushin llegó con dos niños.
Fue en ese instante que Shino apareció, un poco quemado, pero vivo.
Fue en ese instante que Naruto se miró a si mismo.
Y fue en ese instante que un cuervo se fue volando.
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