Capítulo 3x16: "1912."
Parque central
Después de una larga y agotadora noche, llegó un nuevo día aunque estuvo cargado de tensiones y de mil millones de momentos incomodos. Luego de que Elijah les hubiera puesto el ultimátum para detener a Esther, Damon y Stefan se vieron obligados a destruir el linaje Bennett; obviamente no podían matar ni a Bonnie ni a Abby, por lo que debieron optar por una medida un tanto más extremista. Ahora, la mamá de Bonnie estaba a medio camino de ser un vampiro. Tampoco sobraba decir que su amiga estaba más que furiosa con Elena, por obvias razones, ya que por culpa de ella perdió a la mujer que la abandonó tantos años atrás. Sólo Abby tenía el poder de decidir si continuaba su vida como vampiro, o se dejaba estar como lo había decidido Bill Forbes. Por más que Bonnie insistiese en que no culpaba a Elena, era bastante evidente que se encontraba molesta.
Elizabeth por otro lado, se refugió en la tranquilidad del parque... Era temprano en la mañana y corría una suave brisa. Durante todo el tiempo que estuvo recostada sobre el banco de cemento, no se vio interrumpida por nada... No quería llamar a la mala suerte si decía que hasta el momento no había rastro de los Originales.
Aun teniendo los ojos cerrados, los rayos de sol traspasaban sus parpados pero no eran tan grotescos como para molestarla; al contrario, le agradaban. Mientras escuchaba música en su celular cosa que nunca había hecho antes con tanta libertad. Rompiendo sus pensamientos el celular comenzó a vibrarle haciendo que la música se cortase. Bufando, pero sin abrir los ojos, contestó con el manos libres. "¿Qué?"
"¿Podrías prestarme atención?" Damon demandó. "Hace diez minutos que estoy parado a tu lado y no te has dado cuenta... Y eso es raro viniendo de un vampiro."
Con pereza y cortando la llamada, Elizabeth abrió su ojo izquierdo notando que en efecto, el señor Salvatore se encontraba parado a su lado, acaparándole todo el sol con el teléfono en mano... Rodando sus ojos se sacó uno de los auriculares.
"Ya era hora." Damon murmuró.
"¿Qué quieres?" Elizabeth preguntó volviendo a cerrar los ojos.
"Alaric está en la cárcel." Damon soltó de la nada.
"¿Qué?" Elizabeth preguntó mientras Damon le levantaba las piernas, sentándose a su lado para luego volver a bajarlas pero esa vez sobre su regazo.
"Lo que has escuchado." repuso él. "Está en la cárcel, acusado de ser un asesino. La alcaldesa necesitaba un culpable y Liz lo encontró."
"Pero... ¿cómo?" Elizabeth se incorporó sobre su codo, de modo que su espalda quedó semi erguida. "¿Lo has visto?"
"Él está bien." Damon respondió. "Pero la alguacil me ha dicho que me mantenga fuera de todo esto."
"Obviamente, algo que no harás, ¿verdad?" Elizabeth preguntó.
"Parece tan buen plan como cualquier otro." Damon replicó.
"Espera." Elizabeth se reincorporó del todo. "Me estás diciendo que tu mejor amigo está preso acusado de asesinato, tienes que hacer algo... No puedes quedarte con los brazos cruzados."
"Bueno supongo que podría arrancarle la garganta a la Dr. Falsa Acusación o tal vez la lengua..." Damon ironizó. "Sabes, la podría masticar en pequeños pedazos y alimentar a las ardillas." con los dientes se mordisqueó los labios, generando un irritante sonido como si una rata estuviese mordiendo algo.
"Detente." Elizabeth pidió irritada por el sonido.
"Mantenerme fuera de la situación, de repente suena a buena idea, ¿no?" preguntó Damon encogiéndose de hombros.
"No es buena idea dejar que un inocente pague por un crimen que no cometió." dijo Elizabeth mirándolo fijamente, sabiendo reconocer que ya no le importaba hablar del tema.
Damon ladeó la cabeza hacia un costado y apenas separó los labios. "¿Sabes? Salvé la vida de Elena anoche y la tuya y ni un mísero gracias."
"No te pedí que convirtieses a la mamá de Bonnie en un vampiro... Eso no estaba en los planes." Elizabeth replicó. "Y deberías tener un poco de compasión... No deberías ir mofándote de tus proezas cuando alguien más está sufriendo."
"Lo sé." Damon suspiró levantando la vista. "Tienes razón, ella y su madre deben estar muy heridas en este momento... ¿Crees que debería enviar lasaña?"
"De acuerdo, estás comportándote como un idiota." dijo Elizabeth poniéndose de pie.
"Soy idiota, tú me odias." dijo Damon levantando las manos. "El mundo vuelve a su eje, aunque me volviera a su eje original..."
"¿Sabes qué?" Elizabeth cortó volviendose hacia él. "Si sigues apartando a la gente vas a terminar solo." con eso le dió la espalda caminando por el sendero que atravesaba el parque. Muy a su pesar debía de unirse con Elena para averiguar cómo ayudar al Dr. Saltzman desde afuera. Sí había que ir a hablar con la doctora Fell, irían y si había que recurrir a métodos más bruscos pues se recurriría.
Mystic Grill/Apartamento de Meredith
Cuando llegó a la cuadra del Grill, Elizabeth se encontró a Matt. Él llevaba las manos dentro de su chaqueta y se encontraba apoyado en su camioneta con la cabeza echada hacia atrás como si esperase a alguien.
"Bonita mañana, ¿no?" comentó una vez que Elizabeth se reunió con el.
"Eso creo." ella se encogió de hombros. "¿Elena?"
"Ahí viene." con el mentón Matt señaló hacia adelante. En la esquina opuesta a donde se encontrában, la figura de Elena se iba haciendo más grande a medida que se acercaba. Caminaba a paso enérgico y en pocos segundos estuvo junto a ellos. "¿Qué has logrado averiguar?"
"No sé cuáles son las intenciones de Meredith, pero sigue insistiendo en que Ric es un asesino." Elena se acomodó la bufanda sobre la garganta. "Parece haber indagado más que cualquiera de nosotros en su vida; es como si estuviese obsesionada o completamente desquiciada."
"Cualidades que son normales en la gente de este pueblo... A este paso, creo que solo Matt es el único completamente normal." dijo Elizabeth haciendo que él se ruborizase.
"También alcancé a hablar con Liz." continuó Elena. "Dice que la hora de muerte del forense fue entre la 1 y las 3 de la mañana, por lo que deja a Ric sin coartada."
"Deberíamos escavar nosotros en su vida, ¿no creen?" propuso Matt, con voz decidida. "Tenemos que descubrir con qué clase de persona estabas lidiando." se separó de la camioneta para luego bordearla e ingresar en el asiento del conductor. "¿Qué esperan?" preguntó, bajando la ventanilla. "¡Entren!"
Elizabeth miró brevemente a Elena para luego encogerse de hombros y abrir la puerta del acompañante. Asi se deslizó al medio y estiró las piernas, acomodándose lo mejor que pudo. "¿Alguno sabe dónde vive?"
"Podemos encontrar su dirección en la guía." respondió Elena situándose al lado de la híbrida cerrando la puerta. "El problema será abrir la puerta."
"Tranquila." Matt puso la llave en el contacto y finalmente el motor comenzó a vibrar. "De eso me encargo yo."
Tras quince minutos conduciendo, finalmente llegaron al edificio indicado. Se les complicó un poco la parte de ingresar al lugar, por lo que tuvieron que esperar a que alguien saliese para poder colarse dentro. Para poder adivinar el número del departamento, se fijaron en el portero eléctrico; ahí se encontraban los nombres de cada propietario, junto con el número y la letra de sus casas. Meredith vivía en el tercer piso, departamento 3B.
Tras haber tomado el ascensor, se escabulleron silenciosamente por el pasillo.
"Cúbranme." pidió Matt mientras se inclinó sobre el picaporte. Con Elena se colocaron detrás de él, mirando a las dos direcciones que desembocaban en un pasillo y la puerta que conducía a las escaleras de emergencia. A sus espaldas se escuchaba el traqueteo de algo siendo introducido en una cerradura. Matt murmuraba por lo bajo, hasta que con un chasquido la puerta se abrió.
Elena se volvió hacia él, con una expresión de admiración plasmada en el rostro. "¡Wow! Buen trabajo."
"Voy a agregar un allanamiento a la propiedad a la lista de favores que me deben." fue la simple respuesta de Matt.
"Memo, esta fue tu idea." Elizabeth replicó. "Tú mismo te ofreciste a abrir la puerta."
Matt sonrió y fue el primero en ingresar, mientras las dos chicas se apresuraron a entrar antes de que ojos curiosos se percatasen de ellos.
"De acuerdo." Elena cerró la puerta y apenas estuvo dentro se precipitó a lo primero que vio, buscando uno vaya a saber qué cosa. "No sé por cuanto tiempo estará en cirugía, hasta entonces, veamos lo que podemos encontrar."
"¿No crees que la policía ya rastreó el lugar?" preguntó Elizabeth revisando la cocina. "Ella debió de entregar todo lo que tenía."
"Sí, bueno, estamos buscando la evidencia que omitió." Elena repuso, mientras se sacaba la bufanda.
"¿Y estás segura de que es a ella a quién deberíamos estar investigando?" Matt preguntó.
"Lo conozco, Matt." aclaró Elena levantando la cabeza. "Ric es inocente y también sé que Meredith es una Fell."
"Una fundadora." murmuró Elizabeth tomando unas carpetas.
"Lo que significa." dijo Elena acercándose a una puerta. Cuando la abrió encendió una lamparilla, la cual iluminó el interior y comenzó a buscar. Había una estantería que contenía ropa, pares de zapatos, alguna que otra cartera y libros de medicina. Pero no era algo que realmente interesase buscar. "Aquí." corrió algunos abrigos y reveló un tramo de pared que no coincidía con el resto de la construcción.
"Esqueleto en el armario." Elizabeth canturreo colocándose a la altura. "Justo como un verdadero fundador."
Elena se hizo a un lado dejando que Elizabeth pudiese sacar la puerta secreta. Ella al ser vampiro tenia más fuerza que Matt y Elena. No tardó mucho en desencajar el tramo de pared verde y colocarla a un costado. El interior de aquel hueco estaba oscuro, pero a simple vista se lograba distinguir algo celeste. Cuando Elizabeth lo retiró, colocó ante ellos una caja de cartón sin rotular, pero cuando lo abrieron no era lo que esperaban.
"Brian Walters." leyó Elena, pasando una de las carpetas. "Bill Forbes."
"¡Ahí!" Elizabeth señaló la última. "Alaric Saltzman." la carpeta era demasiado gorda y contenía mil y un papeles que sobresalían por los costados.
"Tiene todo sobre él." murmuró Matt, echándole un ojo. "Registros médicos, viejos documentos de la corte... Esperen." del interior de la caja sacó un librillo pequeño y bien amarrado con hilo. "¿Qué es esto?"
Elizabeth lo tomo entre sus manos cortando los hilos haciendo fuerza con sus dedos... Una vez abierto, noto que todas las páginas eran de un color amarillento y desprendían cierto olor a papel mojado, como si tuviese mil años de humedad. "Es un viejo diario de los Gilbert."
"¿Qué hace con un viejo diario de tu familia en su closet?" Matt le preguntó a Elena. "Elena." sacó una hoja y tras ojearla unos instantes, añadió: "¿No dijiste que la hora de muerte del forense fue entre la 1 y las 3 de la mañana?"
"Lo hice." respondió Elena. "¿Por qué?"
"Porque la oficina forense del condado dice que eso es incorrecto." respondió Matt tendiéndole la hoja.
"Silencio." Elizabeth susurró ganandose la atención de Elena y Matt. Pero ella estaba escuchando atentamente el sonido que provenia del exterior del departamento. Pasos de alguien que venia. "¡Es ella!"
Elena se sobresalto enseguida. Los tres se apresuraron a guardar las cosas dentro de la caja, procurando hacer el menor ruido posible.
"Elena, tu bufanda." Matt susurró.
Elena se toqueteó el cuello varias veces, hasta fijarse en que su prenda estaba sobre la mesa.
"No hay tiempo para eso." dijo Elizabeth introdujendolos aún más al interior del armario apagando a luz, al tiempo que Elena cerraba la puerta del closet pero al mismo instante en que se abría la del departamento.
El espacio donde estában era muy reducido. Al otro lado se escuchó el estrepitoso trinar de las llaves siendo arrojadas sobre la mesa, luego una serie de pasos resonando pero al cabo de unos segundos se fue apaciguando, hasta perderse en alguna de las otras habitaciones.
"Creo que..." Elena se apresuró a taparle la boca a Matt, haciéndole señales para que permaneciera en silencio.
Jamás, de los jamases a Elizabeth le había gustado este tipo de situaciones. De haberse tratado de un vampiro, ya los hubieran descubierto ya que el acelerado palpitar del corazón de Elena los hubiera delatado... Escuchó de nuevo las llaves y luego la puerta cerrarse, pero aún escuchaba el corazón de Meredith. Cuando iba a decirle a Matt y a Elena, ya el chico había vuelto a encender la luz y Elena se apresuró a salir.
Elizabeth se pego en la frente con la mano. Sabía que habían hechado a perder todo. Cuando levantó la mirada, efectivamente Meredith nunca se había ido. Meredith aún estaba en la casa.
Oficina de la Sheriff
"¡¿Qué estaban pensando?!" cuestionó Liz, luego de que tres policías los hubieran trasladado hacia su despacho.
"Sé que no teníamos derecho..." habló Elena.
"¿Derecho? ¡Quebrantaron la ley!" dijo la sheriff con molestia.
"Pero encontramos algo que absuelve a Alaric." continuó Elena, manteniendo la calma. "Le da una coartada en el asesinato de Brian Walters."
"¿Te refieres a esto?" Liz levantó una hoja de su escritorio.
"¿Qué es eso?" preguntaron Matt y Elizabeth al mismo tiempo.
"Una carta de la oficina del forense del condado. Corrigiendo el error del tiempo de la muerte de Walters." Liz explico, los tres jovenes se miraron sorprendidos y sin tener la remota idea de cómo reaccionar. "Meredith Fell la recibió hoy y me la trajo un par de horas antes, llena de disculpas por haber incriminado a un hombre inocente."
"¿Por qué tenía una copia guardada en su ropero?" cuestionó Matt.
"No puedo preguntar esas clases de cosas. ¡Debido a que irrumpieron en su casa para encontrarlo!" La sheriff suspiró cuando Matt bajo la mirada. "¿Se dan cuenta de cuanto los estoy protegiendo a los tres?"
"Lo lamentamos." Elena murmuró mordisqueándose el labio.
"Sólo salgan de mi oficina." dijo Liz sentándose con calma detrás de su escritorio. "Y vayan a casa, por favor."
"¿Y qué hay del Dr. Saltzman?" Elizabeth se animó a preguntar.
"Será liberado en cuanto la carta sea autorizada." explicó Liz con un notorio esfuerzo por no llamar a los policías y lanzarlos dentro de un calabozo por el resto de la noche. "Ahora váyanse."
Los tres se despedieron de ella antes de salir en fila, como si fuésen niños pequeños castigados, de su oficina. No hablaron hasta salir de edificio, avanzando unas cuantas cuadras.
"Esto es demasiado raro." murmuró Matt. "No confío en ella."
"Ni yo." Elizabeth asintió. "Es como si sufriera bipolaridad o algo así."
"O tal vez estuviese equivocada." avaló Elena.
"Cuando fuiste a verla te insistió en que el Dr. Saltzman era el asesino. ¿No es que te contó cosas ni siquiera sabíamos de él?" preguntó Elizabeth antes de negar varias veces. "Esa chica tiene algunos tornillos flojos."
Al pasar por el Grill, se adentraron para buscar algo para cenar... Aunque Elizabeth tenía hambre era de sangre, no quiso hacer desaires así que comió como los humanos. Un empleado se apresuró a prepararles una bandeja con el plato del día: pollo a la portuguesa con papas y de postre bocaditos de chocolate y fresas. Una vez que tuvieron la comida, se despidieron del joven y continuaron con su camino. Cuando estuvieron afuera, se dieron cuenta de que ya era bastante tarde.
"¿Se quedarán a cenar?" Elena le preguntó a Elizabeth y Matt, luego de bajar los pequeños peldaños del Grill.
"Con gusto." respondio Matt enseguida. "Después de todo, yo pagué los bocaditos."
"Yo quisiera pero debo alimentarme de otra forma." aclaró Elizabeth encogiéndose de hombros. "Ustedes entienden, la vida de un vampiro."
"Claro que sí." Matt respondió cuando la híbrida entrelazó su brazo con el de él.
Antes de que llegaran a la boca del callejón, Elizabeth escuchó ruidos que la obligaron a mirar al interior del angosto pasillo. Elena y Matt se detuvieron también mirando al mismo lugar que ella... Sus ojos desarrollados detallaron tres figuras; una de ellas estaba tirada en el suelo y las otras dos se encontraban paradas a su alrededor... Dos de ellas las conocía muy bien. "Damon." murmuró soltando el brazo de Matt con molestia.
Elena se adelantó un poco. "Oye, ¿qué estan haciendo?" se aventuró a decir. La figura que estaba más próxima a ellos, que era Stefan, fue el primero en darse vuelta. Con toda la boca y barbilla empapada de sangre.
Quien se encontraba en el suelo era una pobre alma que tuvo la desgracia de encontrarse con ese par. "¿Stefan...?" Elena lo llamó sobresaltada con aquella situación. Él se limpió como pudo la sangre, pero consiguió embarrársela más en la boca.
"Elena..." Stefan jadeó.
Elena respiró profundo con sus ojos moviéndose inquietamente por toda la escena. "¿Qué están haciendo?"
"Relájate, Elena." dijo Damon alzando las manos, como si quisiera mostrarse inocente. "Sólo es un pequeño experimento, no hay necesidad de hacerlo más dramático de lo que ya es."
"Vámonos." murmuró Matt. Pero Elena no se movió de su lugar; tenía los ojos clavados en Stefan, quién insistía en borrarse la sangre. "¡Elena!" Matt la sostuvo por el brazo obligándola a mover los pies. Ambos se detuvieron mirando a Elizabeth. "¿Vienes?"
"No." Elizabeth negó sin dejar de mirar a ambos Salvatore. "Debo quedarme aquí."
"Bien, nos vemos." Matt se despidió llevándose a Elena con él.
Elizabeth mantuvo su mirada molesta en ambos Salvatore, antes de suspirar... El Stefan que estaba frente a ella no era el que en la mañana parecía querer volver a ser el de antes... Damon por su parte, se limitó a observarla sin decir nada. Por muy imposible que pareciera, Damon Salvatore se había quedado sin palabras.
Los ojos de Stefan estaban abiertos a la par y aunque tratara de tranquilizar su respiración, esta seguía estando muy agitada. A Elizabeth le rompió el corazón verlo de esa manera, tan asustado y vulnerable, pero no podía dar su brazo a torcer. No en eso. Estaba enfadada con Damon y desepcionada de Stefan. "¿Qué hacen los dos?" las palabras salieron de su boca casi en un susurro, mirando entre ambos en espera de una explicación.
"Elizabeth, esto no es lo que parece..." Damon comenzó tratando de excusarse pero Elizabeth lo interrumpió.
"¿No es lo que parece?" ironizó con enojo. "Corrígeme si me equivoco, pero a mí me parece que esto se trata de uno de tus experimentos en los que tratas de demostrar que tienes la razón, pero está de más decir que no la tuviste... Lo único que lograste fue tirar por la borda todo el esfuerzo que estuvo haciendo Stefan para controlar su sed de sangre." finalizo con mucho coraje, pero aún así dio a notar su decepción. Ambos hermanos se le quedaron mirando en silencio. "Y tú, Stefan... Por un momento creí que en serio querías volver a ser el de antes... Esperaba que fueras mejor que esto." dicho aquello, dió media vuelta abandonando el callejón dejando a ambos Salvatore atrás.
Residencia Gilbert
Elizabeth se fue a la casa de Elena aprovechando la prescencia de Matt... Y quería distraerse de los hermanos Salvatore. Mientras tanto, les preparó té y mientras lo hacía, su teléfono sonó en la mesa, haciendo que todo vibrara. Lo tomó exhausta para leer el nombre de Stefan en la pantalla e inmediatamente presionó el botón del correo de voz. Lo que no sabía, sin embargo, era que Matt la estaba observando.
"¿Lo estás ignorando?" Matt preguntó cuando se sentó y le pasó el té para que ella pudiera agarrarlo.
"No estoy..." Elizabeth se calló, deteniéndose. "No quiero hablar con él ni con Damon en este momento." tomo del té y sonrió. "Vaya, Donovan, haces un buen té de hierbas."
Matt sonrió también. "Bueno, no sólo trabajo en el negocio de los restaurantes, ¿verdad?"
"De acuerdo." se rió Elizabeth, y las cosas se callaron por un momento antes de inhalar bruscamente. "¿Qué dices si salimos solo tú y yo mañana?"
Matt se rió. "No gracias, no me siento cómodo con meterme en problemas de nuevo."
"¡Oh, vamos! ¡Sabes que te encantó!" Elizabeth protestó, sonriendo. "A veces meterse en problemas sube la adrenalina."
"¿Tu vida diaria no es suficiente?" Matt resopló.
Antes de que ella pudiera responder, la puerta se abrió y entró Alaric.
Inmediatamente, Elizabeth se levantó de la silla y corrió hacia él. "¡Dr. Saltzman! ¿Estás bien?!"
"Sí." Alaric asintió. "Sí, estoy bien."
"¡Elena!" Matt gritó por las escaleras para llamar la atención de la chica y hacerle saber que Alaric estaba ahí.
Elizabeth por su parte abrazó a Alaric que le correspondió con vacilación.
Después de un momento, Elena saltó por las escaleras, y Alaric y Elizabeth se alejaron.
"Dios, Ric." suspiró Elena, aliviada... Corrió directamente a sus brazos y lo abrazó con fuerza a lo que Alaric también le devolvió el abrazo.
Más tarde Elizabeth decidió que era hora de irse, asi que se despidió de todos y el último fue Alaric.
"El Sheriff me habló de todo lo que has hecho hoy y lo aprecio..." comenzó Alaric. "Pero, no quiero que te metas en problemas por mi culpa, ¿de acuerdo?"
"Eso es un poco difícil." Elizabeth sonrió. "Ya que estas entre las personas que ahora me importan."
Él rió entre dientes. "Bueno, pero se supone que debería ser al reves... Soy el adulto-"
"Oh, vamos..." Elizabeth rio ligeramente. "No me salga con lo de quien es el adulto... En realidad soy mayor."
"En edad vampiro sí." Alaric le aseguró. "Pero en edad humana y en apariencia eres una adolescente de quince años... La edad de la mayoría de mis alumnos."
Elizabeth negó con la cabeza sonriendo. "Así que prácticamente eres como una especie de padre sobreprotector, ¿no?"
"Algo así." Alaric hizo una mueca.
"Creo que aún eres muy joven para ser padre." Elizabeth inclinó la cabeza a un lado. "Pero estoy segura de que cuando lo seas, serás bueno en ello."
"Muchas gracias Elizabeth." Alaric sonrió agradecido. "Y quien sabe, si algun día llego a dirigir una escuela seas una de mis alumnas."
"Todo puede ser..." Elizabeth rio. "Pero me gustaría que me enseñarás como luchar... Deberas dar clases de lucha."
"No es mala idea." Alaric asintió.
"Entonces." Elizabeth comenzo despues de un agradable silencio. "Pasó veinticuatro horas enteras en prisión... ¿Cómo se siente estar finalmente afuera?"
Alaric se echó a reír. "Bien."
"Eso es bueno." ella rió tambien caminando hacia la puerta... Cuando la abrió se topo con Meredith.
"Sé lo que parece..." ella dijo mirando a Alaric que había seguido a Elizabeth a la puerta.
"¿Sí? Bueno, seguro que no." él le dijo. "¿Me disparas, me mandas a la cárcel y luego me liberas?"
"Lo hice por ti, Ric... Falsifiqué la nota del forense para limpiar tu nombre."
"Oh... Sabes qué, la gente tiene razón." dijo Alaric entre dientes. "Tú eres una psicópata."
"Ahora que te han aclarado, buscarán en otra parte, no volverán a verte." Meredith hizo una pausa. "Por favor... No tienes razón, pero necesito que confíes en mí, de todos modos... Si me dejas entrar, te lo puedo explicar."
Alaric suspiró, abriéndole la puerta. Con un suspiro de alivio, Meredith pasó el umbral y entró en la casa.
"Esta bromeando, ¿no?" preguntó Elizabeth mirando a Alaric.
"Elizabeth." dijo suavemente. "Vamos, necesitamos una explicación y ella tiene una para nosotros... Vamos a darle una oportunidad."
"Bueno, adelante." aceptó Elizabeth al fin. "Pero me quedaré a oirla... Somos todo oídos."
Meredith respiró hondo y se dirigió a la cocina. Alaric y Elizabeth la siguieron y observaron mientras sacaba un archivo y se lo entregaba a Ric que lo tomó vacilante. "Creo que tú eres el que está matando gente."
Elizabeth rodó los ojos. "Mira, Elena me dijo que habló contigo esta mañana... ¡El Dr. Saltzman no mató a nadie!"
"Pero como dijo el Sheriff, las víctimas fueron asesinadas con sus armas." explicó Meredith.
"Sí, ¡pero fui atacado!" Alaric se defendió.
"Con tu propio cuchillo." replicó Meredith. "Una herida que podría haber sido autoinfligida."
"¡Eso es imposible!" gritó Alaric. "Yo sabría si estuviera matando gente."
"¿Lo harías?" Meredith regresó desafiante. "¿Has tenido algún apagón? ¿Instancias de tiempo perdido?"
Alaric miró a Elizabeth, luego a Meredith, y luego solo se rió entre dientes. "E-estás loca."
"No." dijo Meredith. "Pero creo que tú podrías estarlo... Usas un anillo que te permite engañar a la muerte, Ric. ¿Cuántas veces puedes morir antes de que te cambie?" Alaric se sentó, incapaz de mantenerse en pie por más tiempo de la intensidad de la información. "Creo que estás enfermo y quiero ayudarte. Esto ha sucedido antes; hace casi cien años."
"¿Con quien?" intervino Elizabeth confundida, pero antes de que alguien pudiera responder, escuchó un paso y giró la cabeza para ver a Elena de pie en el umbral de la cocina, viendo a las tres personas dentro de ella.
"Elena." suspiró Alaric.
Elena miró el diario en su mano. "Ric, creo que tiene razón." dijo levantando el diario para que él lo viera. "Fue Samantha Gilbert quien mató a todas esas personas en mil novecientos doce." sus ojos se posaron en el anillo de Ric, con un solo pensamiento en su mente: 'Nada de eso podría ser bueno.'
