Capítulo 3x18: "El asesinato de uno."
Bosques
"¿Así qué Alaric Saltzman mató a mi padre?" preguntó Caroline mientras Elizabeth y ella caminaban por el bosque hasta donde Stefan les habia pedido que se encontráran con el.
"No fue él." Elizabeth trató de explicar. "Fue la cosa del anillo que lo hace ser una persona diferente."
"No trates de quitarle responsabilidad." Caroline pidió. "El fue quien atacó a mi papá y la razón por la que empezara con la transición."
"No trato de quitarle responsabilidad." Elizabeth aclaró. "Simplemente estoy tratando que entiendas que él es una víctima también. El no pidió que todo esto pasara. Como tú no pediste ser un vampiro, al igual que a ti a él también le paso. Simplemente sucedió, al igual que la madre de Bonnie, ella no pidio ser un vampiro. Tampoco lo hizo Stefan, Damon, o Tyler."
Caroline se quedó callada por unos minutos antes de suspirar. "Tienes razón... No es su culpa."
En ese momento Matt y Elena salieron de una parte diferente de los bosques frente a ellas. "Hola, ¿qué hay con el texto críptico encuentro secreto?"
Elena se encogió de hombros. "No sé... Stefan dijo que lo encontraramos aquí."
Matt asintió, al momento que Stefan y Damon se acercaron desde un lado diferente de los bosques dejando caer una bolsa deportiva frente a ellos.
"¿Dónde está Bonnie?" Stefan preguntó mirandolos. "Yo le envié un mensaje también."
"No vendrá." contestó Elena. "Abby volvió a irse y ella no esta preparada para enfrentarse a nadie en estos momentos."
"Lastima, pero no podemos distraernos." dijo Damon.
"¿Qué estamos haciendo aquí?" Matt pidió a los hermanos.
"Hemos encontrado algunas armas para terminar con Klaus." aclaró Damon. "Larga historia, esperen la película."
"¿Armas?" preguntó Caroline antes de que Stefan se agachara abriendo la bolsa dejándolos ver por lo menos unas doce estacas de madera.
"¿Son de roble blanco?" preguntó Elizabeth ganandose un asentimiento.
"Son las oportunidades que buscábamos para terminar con Klaus y toda su familia."
Elizabeth volteó a ver a Caroline quien le sonrió. "¿Como las consiguieron?"
"Con ayuda de una vieja amiga de Damon." respondió Stefan. "Sage."
Todos agarraron dos estacas que usarian en caso que tuvieran una oportunidad en matar a alguno de los originales.
"Klaus siempre ha estado un paso delante de nosotros. Pero ahora, nosotros tenemos la ventaja." Stefan continuó tomando una de las estacas girándola entre sus dedos. "Ahora todos estamos armados y ellos todos unidos, lo que significa que sólo debemos matar a uno... Debemos aprovechar la mejor oportunidad, lo que significa que debemos estar preparados para cada situación."
"Pero no podemos dejar que los sentimientos de nadie se interpongan a último momento." dijo Damon mirándo a Elena fijamente.
"No dejare que se interpongan." Elena le aseguró. "No después de todo lo que nos han hecho."
"Bien." aceptó Stefan. "Ahora hay que estudiar los diferentes escenarios."
"Escenario número uno." murmuró Damon antes de señalar a Elizabeth. "Tú, representarás a Klaus." halo de ella hacia adelante, poniéndola en el medio.
"Rebekah es nuestro objetivo." anunció Stefan, dirigiéndose a los demás. "De modo que debemos distraerla, la agarraremos por sorpresa y para eso debemos mantener a Klaus alejado."
"¿Y cómo haremos eso?" Elizabeth preguntó.
La mirada de Stefan se posó sobré Caroline quien se tensó molesta. "¿Por qué siempre tengo que ser la distracción de Klaus?"
"Porque esta obsesionado contigo." dijo Stefan.
"Pero por ahora, debes entretener a Rebekah." dijo Damon acercandose a ella para tomarla por los hombros y colocarla frente a Stefan. "También usaremos al mariscal de campo para distraerla; sólo mantenla hablando."
"¿Cómo?" cuestionó Matt.
"Hazte el interesado." contestó Damon encogiendose de hombros. "Está sola y desesperada."
"Y eso la llevó a acostarse contigo... Pobre." apostilló Elizabeth curvando los labios. Ni Caroline ni Elena pudieron contener la risa cuando Damon sonrió irónicamente.
"No nos distraigamos." pidió Stefan rodando los ojos. "Tenemos que ver como ocuparnos de Rebekah."
"Bueno, el semental sostiene la bomba, yo vengo por detrás de ella y le sostengo los brazos así..." Damon se colocó detrás de Caroline moviendo ágilmente sus manos llevando hacia atrás las muñecas de la rubia, las cuales crujieron en cuanto le tocaron la espalda... Ella se quejó pero no detuvieron la demostración.
"Y eso me da tiempo para un ataque." Stefan se adelantó apuntando la estaca al corazón de Caroline. "¿Entendido?"
Caroline volvió a quejarse por lo bajo, antes de empujar a Damon para luego soltarse.
"Bien." continuó Stefan. "Todos tenemos una estaca, la mantendremos oculta y buscaremos cualquier oportunidad."
"Sin ataques de lastima a último minuto para ninguno de ellos." puntualizó Damon mirando a Elena de nuevo.
"No se preocupen por mí." se defendió ella. "No después de lo que pasó con la mamá de Bonnie."
"¿Barbie?"
Caroline asintió. "Estoy lista. Haré cualquier cosa que libere a Tyler del lazo con Klaus."
"¿Ayudante de camarero?"
"¿Tengo alguna otra opción?" repuso Matt.
"¿Versión dulce de Klaus?" preguntó Damon en dirección de la híbrida.
Elizabeth rodó los ojos. "Estoy dentro."
Mystic Grill
"¿Ese no es el hermano de Klaus?" preguntó Matt señalando la entrada del Grill. Caroline, Elena y Elizabeth voltearon a ver a Finn entrar al lugar junto a una chica pelirroja sentandose en una de las mesas.
"Es Finn." Elizabeth murmuró.
"Llamaré a Stefan." dijo Elena sabiendo que esa era la oportunidad de atacar.
"Hablan sobre el sacrificio." dijo Elizabeth mientras escuchaba la conversación a lo lejos. "Ella se llama Sage." entonces esa era la famosa Sage, la vieja amiga de Damon... ¿Qué hacia con Finn?
Matt tomó su libreta caminando hacia ellos. Segundos después Elena regresó sentandose al lado de Elizabeth. "Stefan viene para acá, pero paso algo en la casa." dijo ganandose la atención completa de la híbrida. "Rebekah entró y atacó a Damon y Alaric y se llevo a Damon."
"¿Qué?" Elizabeth preguntó, con su corazón acelerandose con temor... ¿Por qué Rebekah atacaría a Damon y se lo llevaría?
Residencia de Klaus
Damon gimió ruidosamente cuando Rebekah puso sus manos en las torturadoras trampas para osos que ella usaba para contenerlo.
"Las encontré en el cobertizo." dijo Rebekah a través de los gemidos del Salvatore. "¿Qué clase de monstruo atraparía a un animal pobre e indefenso?" con eso caminó hacia la única mesa en la pared central del salón de baile donde mantuvo a su prisionero y agarró un pequeño cuchillo que usaría.
"Tengo que admitirlo." suspiró Damon sin dejar de ser su habitual bromista. "Incluso para mí... es un poco pervertido."
Rebekah ignoró su broma. "Fingiste estar interesado en mí y luego te acostaste conmigo para que tu malvada amiga Sage, pudiera robarme mis pensamientos... Desde entonces, sentí esta necesidad incesante de aplacarte." apareció lentamente, dando vueltas tentadoramete alrededor se él... Finalmente, se encontró cara a cara con él y después de una pausa, habló. "Así que he decidido sangrar la verbena de tu sistema."
Ella se adelantó y rasgó su camisa sin dudarlo, que prácticamente fue un cumplido para Damon... Mantuvo una sonrisa de suficiencia en su rostro mientras replicaba. "Ooh." elogió, pero sabía que la situación en la que se encontraba era mucho menos admirable... Rebekah sacó su arma, presionándola contra el duro pecho de Damon para extraer la sangre que se escapaba de la herida y goteaba a lo largo de su cuerpo, debido a la posición en la que estaba parado. Sus gemidos de dolor eran inconfundibles, pero eso no sucedió. "¿Quieres obligarme a ser tu novio?" escupió, riendo entre dientes.
"En realidad, prefiero obligarte a matar a tu hermano." Rebekah hizo una pausa. "O a Elena." Damon dejó caer su sonrisa satisfecha ante esas declaraciones, lo que causó que Rebekah inhalara bruscamente triunfante. "Pero, como los vampiros se curan, sangrar puede tardar un poco. Probablemente deberíamos quedarnos en las arterias principales." sugirió, sonriéndole con una sonrisa burlona... Su arma subió a la garganta de Damon, dibujando una línea gruesa de sangre de su cuello, que extrajo mucha más sangre que la anterior.
Como si no fuera lo suficientemente malo, Klaus entró en la habitación. "Bueno, mira lo que atrapaste." sonrió el híbrido mientras caminaba hacia la habitación para ver el juguete de Rebekah que estaba atado. "Tratando de... sangrarlo de verbena... ¿No crees que sería más fácil colgarlo boca abajo?"
"Soy perfectamente capaz de infligir dolor, muchas gracias." replicó Rebekah.
"Oh, bueno, perdóname." respondió Klaus. "No es como si tuviera alguna experiencia en el asunto."
"Sabes, si quieres una oportunidad en él todo lo que tienes que hacer es preguntar." Rebekah se encogió de hombros ligeramente, girándose para mirar a Damon.
"No, te lo dejo para ti sola. Tengo otras cosas que hacer." Klaus sonrió ampliamente, y comenzó a retroceder.
Una vez que se fue, Rebekah se volvió hacia Damon, sonriendo como una idiota. "Mm." murmuró burlonamente. "Ahora, ¿dónde estábamos?"
Mystic Grill
Elizabeth estaba esperando a Stefan fuera de la parrilla, cuando lo vió se apresuró hacia él. "Hola... ¿Cómo está Alaric?"
"Hola... Sólo está golpeado, ya hable con Matt y tenemos todo preparado para sacar a Finn del grill y matarlo sin que nadie nos vea." aseguró Stefan
"Primero deberíamos hacer algo para recuperar a Damon y después pensar en matar a los originales." Elizabeth le pidió.
"Se que Damon preferiría terminar con esto de Klaus y su familia y después preocuparnos por él."
"¿Acaso no te importa que lo maten o que lo estén torturando?" Elizabeth preguntó molesta. "Tal vez se enteraron de las estacas y maten a Damon por intentar algo contra ellos."
"Se lo que tenemos que hacer." dijo Stefan totalmente serio. "¿Estás conmigo, si o no?" cuando ella solo lo miró suspiró con frustración. "Está bien, haré esto yo mismo." sin decir más se alejó, dejando a Elizabeth sola en media calle.
La camarera en el Grill colocó dos tragos de tequila en la mesa de Finn y de Sage, el tequila que habían estado esperando por lo que pareció un largo tiempo.
"Finalmente." dijo Sage tan pronto como las bebidas estuvieron con ellos... Sin saberlo Stefan Salvatore que se encontraba sentado en el bar, se levantó y se fue por la parte trasera. "Oh gracias." continuó mientras levantaba su copa mirando a Finn. "Para vivir la vida al máximo."
Finn levantó la copa. "Para vivir la vida." Sage rió, con una sonrisa en su rostro, como ella y Finn tomaron sus bebidas. Luego comenzaron a toser. Dos vampiros uno más de 900 años de edad y el otro más de 1000 años de antigüedad y que no podían oler que su bebida había sido envenenada.
"Oh, ¿qué diablos?" Sage rompió.
Finn negó con la cabeza. "Verbena." volteó la cabeza, y tanto él como Sage vieron a Stefan dejando el lugar. Stefan se detuvo mirandolos, levantando las cejas con una sonrisa antes de salir por la puerta logrando que ambos vampiros se levantaran siguiéndolo.
Fuera del Grill Stefan estaba escondido en la esquina como un Finn y Sage vinieron caminando hacia fuera... Esperó su oportunidad y cuando la tuvo, salió para tratar de estacar a Finn, pero Sage lo agarró tirandolo al suelo... La estaca salió volando por las escaleras.
"¡Finn, la estaca!" dijo Sage mientras Stefan todavía estaba en el suelo.
Finn se volteo hacia donde ella señalaba, antes de correr por las escaleras que estaban en la parte de atrás de la parrilla para ir a la estaca.
Sin embargo Elizabeth apareció de la nada al tiempo que el Original se agachaba junto a las escaleras con la estaca de Stefan entre las manos... Sin pensarlo dos veces le provocó un aneurisma al sujeto que se dejó caer al suelo cuando aparecieron Elena y Matt.
La doppelganger aprovechó esa posición para disparar la ballesta que llevaba en sus manos... El zumbido de la flecha cortó el aire e impactó limpiamente contra el pecho del vampiro, quién se tambaleó quedando recostado contra los escalones. Matt también aprovechó para lanzarse hacia él, sujetando la estaca con ambas mano.
"¡Finn! ¡Finn!" chilló la otra mujer mientras Stefan forcejeaba con ella. Matt alzó el arma por encima de su cabeza y con todo el impulso se la clavó en el corazón al Original. "¡No! ¡No!"
Todos vieron como el cuerpo de Finn se envolvió con las llamas de la misma manera que Mikael cuando Klaus lo había matado, dejando ver qué estaba funcionando.
"¡No!" Sage gritó precipitandose por las escaleras hasta el lado de Finn... Cuando Matt y Elena desaparecieron hacia el interior de la puerta, comenzó a llorar viendo las venas grises formandose alrededor de la cara de Finn mientras moría... Ella arrastró su dedo por su mejilla mientras observaba a su amor muriendo.
Por su parte Elizabeth compartió una mirada breve con Stefan antes de irse rapidamente... A medio camino su teléfono empezó a sonar y era Bonnie.
"Bonnie... ¿Dónde has estado?"
"Klaus tiene a Damon." ella dijo de inmediato.
"Klaus debería estar muerto. Todos ellos deben estar muertos..." dijo Elizabeth comenzando a entrar en pánico. "Acabamos de matar a Finn."
"No, Elizabeth... Klaus me obligó a hacer un hechizo que desvinculó a todos los hermanos." aclaró Bonnie con voz temblorosa. "Él todavía está vivo."
El corazón de Elizabeth se hundió enseguida. "Está bien, Bonnie, ¿dónde está Damon?"
"En la mansión de Klaus... Es malo, Elizabeth." dijo Bonnie comenzando a llorar. "Amenazó a Jeremy y a mi madre."
"¿Estás bien?" Elizabeth preguntó.
"No sé... Lo siento, tengo que irme. Yo sólo... tengo que irme..."
"No, Bonnie sólo..." Elizabeth dijo pero fue demasiado tarde. Habia colgado.
Residencia de Klaus
Cuando Elizabeth se detuvo frente a la casa de Klaus, respiró hondo antes de caminar hacia ella.
"Sabia que te encontraría aquí." dijo Stefan apareciendo de la nada.
"Bueno, no pensaba quedarme de brazos cruzados al igual que todos los demás a los que no les importa Damon." Elizabeth se defendió. "Klaus logró romper el vínculo antes de que matáramos a Finn."
"Lo se, Bonnie me llamó explicandome todo." Stefan dijo.
"¡Genial! Con todo lo que está pasándole a Bonnie, lo que menos necesitaba era esto." dijo Elizabeth rodando los ojos.
"Traje esto." Stefan le enseñó la bolsa deportiva con las estacas de madera de roble blanco. "Nos servirá para hacer un intercambio."
"¿Son todas?" preguntó Elizabeth.
"No, son solo ocho... Ric tiene las demás, pero ellos no saben cuantas son y no podemos quedarnos desprotegidos." enseguida la miró seriamente. "Deberías irte a casa, Elizabeth."
"¿Estas loco?" Elizabeth preguntó. "En el momento que sepan que tenias esas estacas de roble blanco y que mataste a Finn, ellos te matarán y a Damon... Debo entrar yo."
"No vas a entrar ahí sola." Stefan negó enseguida. "Podría hacerte daño."
"Klaus no va a lastimarme." Elizabeth aseguró. "Al menos que no quiera ver esas estacas."
"Bien." Stefan aceptó a regañadientes. "Pero estaré aquí a fuera por si me necesitas."
Elizabeth lo miró confundida. Días atras había actuado como si nada le importara mas que su odio por Klaus, ¿y ahora se preocupaba por su seguridad? Definitivamente algo había cambiado. "Estaré bien... Solo esta pendiente para que entres con las estacas."
Stefan asintió, antes de que ella caminara dentro de la casa. Todo estuvo en silencio hasta que escuchó un grito de dolor... '¡Damon!'
Rápidamente corrió hacia una de las habitaciones donde provenía el grito y cuando entró vió a Damon colgado en el centro del gran salón, sujeto por las muñecas con dos trampas que podían ser fácilmente confundidas como trampas para osos, que provenían de las paredes. Era como una mazmorra de tortura del siglo XXI. Las cuchillas estaban casi absolutamente cerradas, traspasando la carne de sus muñecas, dejando entrever un poco de sus huesos. Su camisa estaba abierta, dejando ver su pecho ensangrentado y magullado, lleno de cortes y piquetes, aquí y allá... Lo estaban torturando. Su cabeza estaba baja y daba la impresión de estar muerto... pero el sonido extremadamente débil de su respiración, le dijo lo contrario.
"Damon..." llamó mientras se acercaba con cuidado hacia él.
Damon entreabrió sus ojos y levantó la vista lentamente mirándola a través de sus pestañas con tristeza e impotencia junta. "Otra alucinación no, Rebekah..." comentó débilmente con su rostro empapado en sudor.
Elizabeth se asustó cuando al momento en que sujetó su rostro con las manos él se dejó caer entre su agarre... Claramente había perdido mucha sangre y eso lo había debilitado bastante... Con un suspiro nervioso hizo que levantara nuevamente el rostro para que la mirara. "Damon, escúchame..." esperó a que abriera los ojos para continuar. "Vine a sacarte de aquí... Aguanta, ¿sí?" ver cómo había sido maltratado la hizo enfurecer demasiado.
"¿Elizabeth-?" la voz de Damon sonó más conciente que antes.
"Sí, soy yo." Elizabeth le dió una leve sonrisa.
"¿Qué haces aquí?" Damon gruñó tratando de mover las manos, pero solo se lastimó más. "Vete."
"No voy a dejarte solo." Elizabeth aseguró antes de centrase en sus manos pensando una forma de bajarlo. "Voy a quitarte esas cosas... Necesito que resistas un poco, ¿si?" lo miró esperando a que asintiera, cosa que hizo con dificultad. Cuando agarró el primer grillete no pudo evitar soltar un siseó de dolor. Miró su mano para verla quemada. "Verbena." susurró mirando las cadenas... Pensó unos segundos antes de cortar un pedazo de su camisa para envolver su mano e intentar de nuevo soltar las trampas que lo mantenían sujeto, mientras utilizaba su cuerpo para apoyarlo... Comenzó por su muñeca izquierda, pero apenas y tocó las cadenas de metal Damon que de haber tenido las energías para gritar lo hubiera hecho con todas sus fuerzas, gimió y apretó los ojos con fuerza, intentando no desmayarse.
"Miren a quien tenemos aquí."
Elizabeth se congeló unos segundos antes de voltearse encontrándose con Klaus y Rebekah frente a ella. Instintivamente cubrió el cuerpo de Damon con él de ella, en una vana manera de intentar protegerlo. "Déjenlo ir." exigió más que pedir ya no teniéndoles miedo como antes... Su tiempo de temerle a los Originales se estaba acabando.
"Oh, no es mi juguete, amor." Klaus exclamó con su conocida sonrisa torcida. "Es de Rebekah... Lo creas o no, por una vez yo no tengo nada que ver."
Elizabeth miró a Rebekah, con la petición escrita en los ojos, y ella sonrió cínicamente, dejándole en claro que no estaba en sus planes dejarlo ir. "¿Por qué lo tienes aquí?"
Rebekah sonrió mientras daba unos pasos hacia la híbrida. "El me usó para que Sage entrara en mi cabeza y supiera lo del roble blanco... Nadie juega conmigo."
Elizabeth tragó grueso. Sabía que Damon podía llegar bajo en ocasiones, pero no creía que tanto... ¿Acostarse con Rebekah? ¿De nuevo? Sintió su pecho oprimirse. Se sentía una idiota y lo peor era que aún a pesar de escuchar eso, sus sentimientos no cambiaban. Sus malditos sentimientos hacia Damon Salvatore no se iban. "Bueno, eso deberías decírselo a tu hermano que solo te usa cuando te necesita y te encaja una daga al corazón cuando le estorbas."
Klaus sonrió levemente. "¿Que es lo que quieres, cariño?" preguntó "Si vienes por la libertad de Damon, puedes irte."
"Vengo a hacer un trato." dijo Elizabeth cruzando los brazos. "Las estacas de roble blanco que tenemos, por que dejen en libertad a Damon... Y listo todos ganamos."
"El problema es que aún no me siento satisfecha." intervino Rebekah antes de que Klaus dijera algo. "Quiero que sufra un poco más."
"¿Las trajeron?" Klaus preguntó dando un paso cerca de Elizabeth, ignorando a su hermana.
"Si." asintió ella.
Él la miró fijamente por varios segundos buscando alguna mentira. "¿Dónde estan?"
"Aquí." dijo Stefan entrando a la habitación... Caminó hasta detenerse delante de donde estában Damon y Elizabeth, antes de tirar el maletín al suelo.
"¿Stefan, qué estás haciendo?" preguntó Damon preocupado.
"Ocho estacas hechas de roble blanco." dijo Stefan, ignorando a su hermano. "La parte del puente Wickery que olvidaste quemar."
Klaus miró a Rebekah como en busca de una explicación, pero la rubia negó con la cabeza por temor a su vida. "Eso es imposible."
"En realidad, no lo es." afirmó Stefan con la mirada y voz distante. "Finn está muerto."
Ambos hermanos lo miraron con caras llenas de odio; conteniéndose de querer arrancarle la cabeza.
"¿Mataste a mi hermano?" Rebekah habló entre dientes, con una mirada venenosa.
Stefan la ignoró y se dirigió hacia Klaus. "Damon a cambio de las últimas ochos armas que pueden matarte."
"¿Y cómo sé que no hay más de donde vinieron esas?" Klaus preguntó con desconfianza.
"Porque no las hay." respondió Stefan automáticamente.
"Hay que segurarnos de eso, ¿no?" Klaus se apartó de Stefan acercandose hacia donde estában Damon y Elizabeth... Ella se interpuso en su camino hacia Damon. "No estoy de humor... Te recomiendo que te hagas a un lado." cuando ella no se movió del camino, transformó su rostro, mostrandole sus colmillos. "Si no te haces a un lado, prometo que te morderé... Y no solo morderé a Damon, sino también a Stefan."
"Elizabeth..." Stefan la llamó, desviando la atención de Elizabeth en Klaus. Cuando ella lo miró, vió que tambien habia transformado su rostro, retando al híbrido por primera vez sin temerle. "Tranquila, hazte a un lado."
Elizabeth lo miró unos segundos, antes de mirar a Klaus y a Rebekah. Ambos estaban listos para atacarla si hacia un mal movimiento. Para su mal, sabia que no podia con ninguno... Resignada se hizo a un lado.
Klaus acortó la distancia que lo separaba de Damon, y sujetó su rostro con una mano, obligandolo a mirarlo. "Vete."
"¿Qué?" susurró Elizabeth intentando dar un paso hacia Klaus pero enseguida Rebekah se acercó interponiendose en el camino.
"No." Damon susurró debilmente con la poca energía que tenía, negándose a ser ordenado.
"Vamos." se burló Klaus con voz ligera. "Vete."
"Nik, él es mi juguete, no el tuyo." se quejó Rebekah.
Pero Klaus no escuchó a su hermana, en cambio levantó la mano rápidamente y agarró firmemente la garganta de Damon, haciendo que el Salvatore gimiera y se ahogara ante el gesto... Moviendo la cabeza del vampiro hacia él lo miró directamente a los ojos, probando su compulsión antes de que fuera real. "Dije que te vayas." obligó y finalmente liberó a Damon de su alcance.
La compulsión cobró su peaje, y Damon lanzó un grito de dolor cuando la fuerza de su propio cuerpo tiró sus manos de las trampas para osos, tratando de liberarse pero sólo se estaba haciendo más daño. Y a pesar de que le dolía de una manera inexplicable, lo siguió haciendo. No podía detenerse.
Stefan volvió la cabeza, incapaz de ver sufrir a su hermano, mientras Elizabeth observó como su rostro mostraba el gran dolor que estaba sufriendo y al ver cómo su piel se iba desgarrando con cada tirada que daba, hacía que sus ojos se cristalizaran y sintiera un dolor en el pecho. Damon siguió tirando de sus brazos, y pudo ver cómo la piel de sus muñecas se iba saliendo y formaba tiras de estas. "¡Klaus! ¡Deténte!" gritó al tiempo que su cabeza comenzó a doler, al no poder soportar cómo sufría Damon que siguió halando y halando, intentando huir. Podía oír sus ligamentos romperse conforme iba jalando; y supo que si continuaba mucho más, se separaría las manos de las muñecas. Las lágrimas en sus ojos eran notorias, y su respiración comenzó a dificultarse. Trató de apartar a Rebekah, pero ésta no se quitó. "¡Ya basta!"
"Pero si recién estamos empezando." contestó Klaus sin mirarla. Toda su atención estaba enfocada en cómo Damon tiraba de sus brazos desangrándose con cada movimiento.
El grito que dio Damon aquella vez, hizo que a Elizabeth le comenzara un ardiente dolor en un lado de la cabeza, como si estuviera a punto de explotar. "¡Basta! ¡Déjalo en paz!" pidió sujetando su cabeza con fuerza, con ambas manos sin tener ni la menor idea de qué le estaba ocurriendo. Sentía un dolor espantoso abrirse paso desde detrás de sus costillas. El dolor era horrible y los gritos de Damon no hacían más que empeorarlo. "¡Basta!" gritó con gran furia haciendo que de la nada las luces en la habitación comenzaran a parpadear fuertemente por su rabia.
Cuando Klaus miró a Elizabeth su sonrisa murió en su boca, al ver que sus ojos se habían vuelto entre rojos y negros en su rostro vampírico, aparte que las luces no paraban de titilar, indicando la magia de la chica. Rebekah instintivamente dió un paso atras, un poco impresionada por que la chica frente a ella fuera bruja también.
"Muy bien, para, para, para." dijo Klaus hacia Damon quitándole la compulsión.
Los ojos y el rostro de Elizabeth volvieron a la normalidad cuando Damon detuvo el forcejeo de sus brazos. Enseguida las luces en la habitación dejaron de parpadear.
"Puedo ver que finalmente puedes ser obligado." Klaus comentó hacia todos. Antes de acercarse nuevamente hacia Damon usando la compulsión una vez mas. Damon obedeció, incapaz de luchar contra el poderoso Original más de lo que ya lo había hecho. "Aparte de la estaca que usaron para matar a mi hermano, ¿cuantas estacas hay por ahí que pueden matarme?"
Damon no quería responder, pero una vez más, la compulsión lo obligó a hacerlo. "Once."
Stefan cerró los ojos, suspirando... Valió la pena intentarlo.
"¡Once!" exclamó Klaus en falsa sorpresa, atrapando a Elizabeth y Stefan en su mentira. "¿En serio? ¿Así que no son ocho, entonces?"
"Realmente no deberían haber mentido." advirtió Rebekah amenazante.
"Te conseguiré las otras tres." les aseguró Stefan dándolo todo con tal de que su hermano estuviese a salvo.
"Sí, eso sería gentil." bromeó Klaus mientras caminaba alrededor de los dos visitantes. Luego una expresión llena de odio y deseo de venganza apareció en su rostro. "O, ya que mentiste podría obligar a tu hermano a masticar su propia lengua."
"¡Suficiente!" Stefan gritó, dándose vuelta, por lo que sujetó a Klaus a la pared más cercana con éxito, sujetando una estaca junto al corazón del híbrido.
Klaus no se inmutó en absoluto, porque sabía que no podría hacerlo. "Renuncia." exigió lentamente. "O los tres morirán."
Y por mucho que Stefan odiaba admitirlo, sabía que Klaus era capaz de tal cosa, y eso era razón suficiente para que el Salvatore se echara atrás.
Klaus agarró la estaca de su mano mientras este retrocedió. "Listo... Ahora solo tendrás que conseguirme las otras dos."
"Esto es ridículo." interrumpió Rebekah rodando los ojos llamando la atención de todos. Caminó enfadada hacia Damon y comenzó a deshacer sus restricciones, ganándose una pregunta de cordura de su hermano.
"¿Qué haces?" gruñó Klaus al ver lo que estaba haciendo.
Por su parte Elizabeth corrió hacia Damon cuando este se arrodilló después de que Rebekah lo liberó... Sus manos comenzaron a cubrirse con sangre de las heridas, dándose cuenta de que prácticamente estaba arrodillado en un charco de su propia sangre... Tomó su rostro entre sus manos viendo que no podía ni mantener los ojos abiertos. Necesitaba recuperar fuerzas y energías.
Klaus observó con curiosidad cómo Elizabeth confortaba al roto Salvatore antes de mirar a Rebekah.
"Lo traje aquí... Puedo liberarlo. Mis reglas ahora." Rebekah se volvió hacia Stefan. "Tráenos las estacas y ustedes tres vivirán. Toma a tu hermano como un signo de buena fe."
"Traigan las estacas. Todas ellas." agregó Klaus tras un silencio. "O desataré una guerra sobre todos los que aman." tras su amenaza abandonó el salón seguido de Rebekah.
Rápidamente Elizabeth se mordió la muñeca sacando sangre, antes de acercarla a los labios de Damon. "Bebe... No es sangre humana, pero te ayudará por ahora." cuando él abrió levemente los ojos, asintió para que viera que estaba segura de lo que le pedía... Segundos después sintió sus colmillos encajarse en su piel, mientras empezaba a beber... Así pasaron unos segundos hasta que Damon alejó su muñeca de sus labios.
Stefan que había estado viendo la escena en silencio se acercó. "Hay que irnos."
Cuando Elizabeth asintió, ambos ayudaron a Damon a levantarse, antes de sacarlo rápidamente de la habitación. Lo subieron al auto de Damon que Stefan se habia traído y después salieron hacia la mansión Salvatore.
Todo el camino Elizabeth miró atentamente a Damon durmiendo en el asiento trasero y suspiró de alivio, al saber que al menos ahora estaba a salvo.
Pensión Salvatore
Una vez que llegaron a la mansión, Stefan acomodó el cuerpo de su hermano sobre uno de los sillones del salón. "Volveré en unos minutos, conseguire las bolsas de sangre de la nevera." dijo antes de irse.
"Trae algo para quitarle esta camisa desgarrada." dijo Elizabeth sabiendo que Stefan la escucharía. Mientras se quedó con Damon apoyando su cabeza en su regazo... Le dió leves caricias sobre su rostro, con mucho cuidado para no lastimarlo... Le dolía verlo en ese estado... Una vez que se curara, podría enfocar su ira, pero en ese momento solo quería que se recuperara.
Stefan regresó con las bolsas de sangre, con un cuenco de agua y una camisa limpia para Damon... Se acercó poniendo el cuenco en la mesa cercana y las tres bolsas sobre el sofá, le quitó el seguro a la bolsa que tenía en su mano, y le dió de beber a su hermano... Mientras Elizabeth le quitó el trapo que alguna vez había sido una fina camisa y con la toalla mojada sacada del cuenco, comenzó a limpiar la sangre de su pecho y luego su rostro. Una vez que terminó, se quedó junto a él observándo su aún débil respiración, la manera en que su pecho subía y bajaba... Aliviada se inclinó para acariciar sus cabellos y apartarlos de su frente, cuando abrió los ojos débilmente. "Hola." sonrió, cálidamente.
"Elizabeth..." Damon apenas pudo decir, intentando sonreirle también.
"No hables, mejor sigue alimentándote." Elizabeth le susurró antes de inclinarse para plantar un delicado beso en su frente.
Stefan que una vez más había estado en silencio viendo la interacción de la chica con su hermano, no pudo evitar sentir celos al verlos así.
Por su parte Damon al principio no respondió bien, pero conforme fue ingiriendo más sangre, se comenzó a ver más consiente. Había recobrado algo de color en sus mejillas. Sus heridas comenzaron a sanar lentamente cuando llegó a la segunda bolsa y ya estaba como nuevo tras llegar a la cuarta.
"¿Te encuentras mejor?" preguntó Elizabeth hacia él que después de un rato logró sentarse por si solo en el sofá.
"Sí, estoy como nuevo." Damon bromeó dandole una sonrisa muy típica de él. Esas torcidas que estaban reservadas solo para las mujeres.
Elizabeth sonrió sin mostrar los dientes, antes de que su mano impactara sin previo aviso con la mejilla de Damon que hizo un gran estruendo. "Eso es por la estupidez que hiciste." aclaró después de un corto silencio.
Damon se cubrió la zona golpeada con su mano derecha. "Bien, supongo que me lo tengo merecido." comentó con voz adolorida mientras siguió frotándose la zona que estaba con la silueta de la mano de Elizabeth. "Demonios, sí que golpeas fuerte."
Elizabeth sonrió levemente dejando por fin la tension del día a un lado.
Casi a mitad de noche Elizabeth entró en la habitación de Stefan que hacía girar una de las estacas en torno a sus manos. "Hola." lo saludó apoyándose en el marco de la puerta.
"Hola." saludó seriamente.
"No has dicho mucho desde que volvimos a casa." dijo Elizabeth dándo un paso en la habitación. "Me dio mucho miedo hoy... No hubieras sobrevivido si te hubieras enfrentado a Klaus por tu cuenta, lo sabes, ¿verdad?"
"Bueno, no tienes que preocuparte por eso." Stefan se encogió de hombros.
"¿Por que?" Elizabeth preguntó.
Stefan sacudió la cabeza. "Porque, no vale la pena. Durante todo este tiempo y la energía que he perdido en odiarlo, fue para nada... Está hecho, se acabó. Hemos perdido... Estoy de vuelta donde empecé."
"Eso no es cierto." Elizabeth frunció el ceño. "Sí, Klaus se arrastró por el infierno pero saliste por el otro lado... Tu lo golpeaste por ser mejor que él, Stefan."
"¿Y lo que perdí en el proceso?" Stefan preguntó dando un paso más cerca de Elizabeth que por alguna razon empezó a sentirse nerviosa. "Odiar a Klaus fue fácil porque me permitió hacer caso omiso de todo lo que sucedía a mi alrededor... Todo lo que dejé escapar. Ahora tengo que lidiar con eso."
"¿Qué quieres decir?" Elizabeth preguntó.
"No, no... Sólo dime. Dime la verdad Elizabeth." pidió Stefan en su lugar. "Yo sé que no me lo debes, pero necesito saber la verdad."
Por otro lado Elizabeth estaba confundida. '¿La verdad sobre qué?' "Yo... no sé de lo que estas hablando Stefan."
"Sí lo haces... Últimamente hemos hecho cosas que jamás pensé que haríamos." Stefan dió otro paso cerca de ella. "Nos hemos besado y has evitado hablar sobre eso... Pero ahora, quiero que me digas si sentiste algo."
"Stefan, ¿de que estás hablando?" preguntó Elizabeth nerviosamente.
"De que me estoy enamorado de ti." Stefan soltó, dejando a la híbrida frente a él petrificada.
"¿Qué? no. Stefan... Pero Elena..." Elizabeth tartamudeó un poco.
Stefan se acercó a ella poniendo una mano en su mejilla comenzando a acariarcala con su pulgar. "Yo la quería, aún la quiero... ¿Y es malo saber que Damon y ella se besaron? Absolutamente. Pero no puedes mirarme a los ojos y decirme que no sientes algo por mí."
Elizabeth no sabia qué decir. Se sentía como si no pudiera hablar y sus ojos comenzaron a humedecerse. "Stefan, lo siento... Pero yo... no siento lo mismo hacia ti."
Stefan la miró antes de pasar su pulgar por su mejilla de nuevo. "Claro, porque amas a Damon ¿no?" luego, lentamente, dejó caer su mano, mirándola fijamente... Cuando no dijo nada más solo recogió una estaca antes de salir de la habitación.
Enseguida que él salió, Elizabeth se deslizó por la pared de la habitación empezando a llorar, sobre todo. No sentía lo mismo por Stefan, pero saber que lo estaba lastimando la rompía en pedazos por dentro.
