FIREFLY PATH

DISCLAIMER: Naruto es propiedad de Masashi Kishimoto, pero la historia es de mi autoría.

WARNING: Esta historia contiene descripciones y menciones de actos de violencia sexual, física y psicológica, así como de temas de abuso de poder y adoctrinamiento religioso. Por favor, tomarlo en cuenta antes de leer.

Capítulo 6. Las consecuencias de la crianza siempre llegan.

.

Las náuseas de Sakura empeoraron y amenazaron con hacerla vomitar ahí mismo, conforme su mente digería lo que tenía en frente.

Probablemente su rostro no disimuló la perturbación que sentía de ver un rostro tan parecido al de su marido, pero que no pertenecía a él.

Más aún cuando la personalidad de ese impostor tampoco se parecía en nada a la de Sasuke.

—Este lugar no ha cambiado en nada — el hombre de ojos cansados y cabello largo oscuro dijo mientras analizaba de pies a cabeza su casa de la infancia —. Incluso los rayones en esa pared siguen intactos.

Aun cuando el visitante quiso que volteara a sus espaldas para ver las marcas de crecimiento ubicadas justo en el muro detrás de ella, Sakura no lo hizo. Se sentía tímida y completamente alerta debido a su compañía. Tenía miedo de incluso cometer el error de perderlo de vista aunque fuera un milisegundo.

En cambio, prefirió seguir contemplándolo detenidamente y encontrando cualidades que lo diferenciaran de su esposo.

Sasuke una vez le mostró una fotografía familiar suya. En ella, Sakura había reconocido que, de la misma manera en que su marido se asemejaba más a su madre, Itachi Uchiha era idéntico a su padre. Si acaso tenía algo únicamente propio eran las peculiares y prominentes ojeras bajo sus ojos, pues el resto de él era tal cual el resto de su familia: piel blanca, ojos y cabello negros, rasgos aristocráticos y expresión apacible.

Sasuke también le había contado que todos decían que su hermano mayor era el más apuesto de los dos, pero ella no estaba de acuerdo.

Aun si Itachi aparentemente era más galante, suave y sonriente, Sasuke le parecía más genuinamente amable, hermoso e irreal.

Hasta ahora, lo único que concordaba con las descripciones que su marido le dio respecto al primogénito Uchiha era su capacidad de conversación, sus buenos modales y su ligera desfachatez al hablar.

Algo que ahora entendía por qué llegaba a causarle incomodidad a su marido, en el pasado.

Al final, ¿no era demasiado desvergonzado venir a su casa y hablar con ella como si se conocieran? ¿Cómo si no hubiera desaparecido de la faz de la tierra sin explicación durante tanto tiempo?

Sakura no le habría permitido la entrada de no ser porque él mismo entró por su propio pie y porque, de cierta forma no se sintió con derecho de pedirle que se fuera y esperara hasta que su esposo llegara, pues Itachi afirmó que la casa era suya, no de Sasuke.

Eso último podía ser una mentira, pero, tomando en cuenta la diferencia de trato que ambos hermanos recibieron en el pasado, ella no dudó que estuviera diciendo la verdad. Era mucho más creíble que los patriarcas Uchiha hubieran dejado la propiedad a nombre de su hijo favorito en lugar de al niño que hubieran preferido no tener.

Ese hecho, además de la forma tan inescrupulosa en que se lo dijo, hizo que los ya preexistentes sentimientos de animadversión que Sakura sentía por su cuñado se hicieran más grandes.

"¿Cómo podía su gentil Sasuke haber crecido con personas como esas? ¿Realmente ese era el hermano medianamente confiable que su esposo le había dicho tener?" pensó, apretando el puño sobre su regazo y luchando por no fruncir el ceño y que el invitado adivinara lo que estaba pensando sobre él.

—¿Sasuke no te permite darle tu propio toque a la casa, Sakura-chan? — Itachi la cuestionó y ella notó un tinte doble en su voz.

—No es eso. En realidad, me permite hacer lo que quiera, ya que dice que también es mi hogar — respondió, tratando de aparentar seguridad.

—¿En serio? — su labio superior se torció como si estuviera conteniéndose de soltar una risa, algo a lo que ella reaccionó con una expresión de censura —. Perdona que parezca incrédulo, es solo que, tomando en cuenta cómo ha sido desde niño, siempre creí que sería un marido... Estricto.

En efecto, Sasuke era estricto con ella en muchos aspectos, sobre todo en lo que tenía que ver con su seguridad, pero Sakura siempre había creído que de no ser porque vivían en constante alerta y miedo por el desconocido que los amenazaba allá afuera, el pelinegro le habría concedido más libertad.

Además, Itachi no tenía manera de saber que las circunstancias en las que la vida los había puesto durante el tiempo que él había estado ausente, volvieron a Sasuke vigilante y controlador, pues se suponía que no estaba informado de los últimos acontecimientos en Konoha.

¿Entonces porqué tenía esa idea de él?

—Las palabras "considerado" y "generoso" son mejores para describir el tipo de esposo que es — ella decidió puntualizar, logrando mantener su voz y su semblante firmes.

—Vaya, mis disculpas por la equivocación. Es solo que, bueno, así era nuestro padre...

La clara insinuación de que Sasuke podría asemejarse al tipo de hombre que su padre fue, hizo que Sakura se pusiera de pie, molesta y necesitada de ocuparse con algo para no explotar en rabia contra su cuñado.

Hacía mucho que no se sentía tan enojada.

Se suponía que debería estar dominada por la inseguridad por encontrarse con alguien que a final de cuentas era un desconocido, sin embargo, desde que Itachi se presentó como el hermano mayor de Sasuke, sin un ápice de arrepentimiento por su ausencia o vergüenza por sus faltas, todo lo que la pelirrosa podía sentir en su dirección era profundo rechazo.

Muchas veces se imaginó lo que haría o diría si tuviera la oportunidad de tener enfrente a cualquier miembro de su familia política, la mayoría de ellas cosas para nada amables, pero ahora que finalmente tenía a uno de ellos en su presencia algo la detenía de dejarse llevar por el rencor que sentía contra ellos.

Tal vez era su educación o su poca capacidad psicológica para manejar conflictos, aunque una pequeña parte de ella lo atribuía a su instinto de supervivencia.

Guardar la compostura parecía ser la mejor forma de salir ilesa de esa situación.

—Las personas pueden cambiar y escapar de los patrones o ejemplos con los que crecieron — fue todo lo que prefirió responder.

Itachi observó a su pequeña cuñada poner la tetera sobre la estufa para preparar té para ambos, nuevamente.

Había estado ahí menos de una hora, pero la joven había acabado casi ella sola con la bebida que hizo cuando él llegó, en un claro intento de distraerse de su incomoda conversación con él.

Sus ojos analíticos y oscuros se fijaron en la vestimenta cómoda y poco cuidadosa que llevaba, así como en la forma en que su cabello espeso y suelto caía por su espalda.

—Veo que eso también te incluye a ti, Sakura-chan... Te has convertido en una mujer muy hermosa, como todos, incluido yo, siempre pensaron que serias — él hizo una pausa mientras la barría de arriba a abajo con la mirada —. Aunque creo no todo ha sido en el buen sentido.

—¿Disculpa? — ella se dio la vuelta para verlo, confundida.

—Bueno, me refiero a que, si bien maduraste en toda una dama y obviamente ibas a perder mucho de lo que te caracterizaba cuando niña, creo que eso también incluye la luz tan inocente y dulce que tenías... Y eso es una verdadera lástima.

La perturbación que experimentó al escucharlo no la había sentido hacía mucho tiempo. Ni siquiera se comparaba con los sueños que se combinaban con recuerdos cada vez que dormía.

No se debía a lo dicho, sino más bien a quien se lo decía

Dejando de lado el hecho de que abiertamente le expresó, con palabras y su corporalidad, encontrarla atractiva de una forma que no estaba segura de considerar del todo apropiada, dada su relación familiar, hubo algo que le erizó cada vello en su piel y envió incesantes alarmas en su mente.

Por un momento, sintió que Itachi no era únicamente su cuñado, sino alguien más. Alguien que también había mostrado un interés en ella que la incomodaba y la hacía sentir insana, sucia e incorrecta.

Aun si lo que decía era totalmente cierto, ella no podía evitar sentir que sus intenciones no habían sido puntualizar un hecho que verdaderamente pensara que era triste, sino más bien hacerla sentir mal con ello.

Y lo último que necesitaba era que un extraño con el que nunca había hablado en su vida se creyera con derecho de aparecer y analizarla, cuando no se lo pidió.

Cuando, para empezar, no sabía nada de su pasado ni de su presente.

—Uchiha-san, preferiría si se limitara a esperar a Sasuke-kun, como se lo pedí, en lugar de tratar de relacionarse conmigo con tanta familiaridad.

—¿No se supone que, precisamente porque somos familia, podemos permitirnos tener que cierto grado de confianza entre nosotros? — él trató de ser juguetón, pero a ella no le produjo ninguna gracia.

—No cuando realmente nunca nos habíamos visto o siquiera hablado. Para mí, usted nunca había existido más allá de las historias que me contaron, hasta hoy.

Itachi siguió observándola con la misma misteriosa contemplación y poco a poco una inquietante sonrisa se extendió por su rostro.

—Ya veo... Es curioso, porque, por mi parte, siempre he sido consciente de usted. De su existencia, sus cualidades y su peculiaridad... — realmente ese hombre estaba haciendo un excelente trabajo incomodándola, pues Sakura comenzó a desear más que nunca que su esposo llegara y la salvara pronto de ese hombre —. Reconozco mi error al olvidar que soy un desconocido para usted, a pesar de usted no lo es para mí. Lo cierto, Sakura-chan, es que a pesar de eso me gustaría que pudiéramos tratarnos libremente y sin restricciones. Como verdaderos familiares.

—Yo no estoy segura de querer eso... Así como tampoco de que mi marido esté de acuerdo.

—¿No haces nada si él no lo aprueba? — el silencio que obtuvo como respuesta fue suficiente para ser considerado una afirmativa —. Entiendo. Eso quiere decir que, aunque afirmas que él ha cambiado, sigue conservando aspectos de su personalidad que reconozco de su infancia, como su adustez... Lo que me lleva a pedirte permiso para hacerte una pregunta.

—¿Permiso? Después de cómo ha aparentado conocernos a la perfección a mi esposo y a mí, sin importar si nos falta el respeto en el proceso, ¿quiere mi permiso para hacerme una pregunta? — ella frunció el ceño, sinceramente contrariada, y al escuchar la tetera anunciar que el agua estaba hervida, aprovechó para escapar del escrutinio de su cuñado.

Se tomó su tiempo para servir el té y volver a su asiento frente a él, necesitando al menos unos segundos para recuperar la paciencia.

—Es que creo que no puede ser más claro que empezamos con el pie equivocado y me gustaría revertir aunque fuera un poco esta percepción descarada que tiene de mi — Itachi trató de sonar sincero y conciliador —. Entonces... ¿Puedo?

Curiosa, ella decidió concederle la oportunidad.

No podía ser peor a todo lo ofensivo que ya le había dicho antes.

—Adelante.

Antes de hablar, la mirada del pelinegro cambió ligeramente, algo que ella podría haber notado si hubiera estado viéndolo y le hubiera dado la oportunidad de arrepentirse de su decisión.

Pero lamentablemente ya era muy tarde.

—Mi hermano... ¿La trata bien?

Pudo haber sido un cuestionamiento sencillo con una posible respuesta aún más sencilla, no obstante, sabiendo que no pudo haber sido hecha con las intenciones más inocentes, Sakura se sintió como si la hubieran cuestionado inapropiadamente.

De forma lenta y mecánica, la mujer se dio la vuelta hacia el invitado y si antes había tratado de contener lo mejor que podía el rechazo que sentía por él, en ese momento todos sus esfuerzos se fueron a la basura. Nadie que la conociera creería que sus normalmente suaves y gentiles ojos verdes fueran capaces de demostrar tal grado de aversión.

"Ni siquiera la influencia de Sasuke podría hacerla capaz de expresar tal negatividad", pensarían.

Aunque nunca se puede estar exento de equivocarse con la gente, ¿verdad?

Además de lo mencionado, la estupefacción también se hizo presente en ella y la imposibilitó de hacer algo más que mirar fijamente a su cuñado. Así entonces, obligándolo a explicarle el motivo de su pregunta.

—Verá, él siempre se ha caracterizado por no ser la persona más cálida o amorosa. Todo lo contrario. Desde que era niño fue frío e intransigente. Muy complicado por decirlo menos. Mi padre solía ser igual y me temo que, aunque usted afirme que Sasuke no se le parece en nada, pueda aun así haber heredado comportamientos suyos que no pueden escapar de la genética — con interés, Itachi analizó la forma en que la joven pelirrosa se crispaba casi imperceptiblemente cuando mencionaba su suegro y ello le recordó a la forma en la que su hermano menor también reaccionaba cuando escuchaban al hombre llegar después de un día de trabajo. Por ello decidió seguir llevando la conversación en esa misma línea —. Mi madre siempre fue sumisa ante él en absolutamente todo, todo el tiempo y sin importar las circunstancias o el daño que pudiera causar. De esos días yo no me lleve más que la presión de ser siempre perfecto, pero a Sasuke ellos lo hirieron y marcaron para el resto de su vida.

—"Lo herimos" — ella le corrigió, tajantemente —. Tú también lo lastimaste al abandonarlo y dejarlo lidiar solo con todos los problemas que tu familia provocó.

—Tienes razón. Yo también tengo mi parte de responsabilidad en el enorme daño que Sasuke sufrió... Pero aun así yo no tengo en mí ni un rastro de la maldad y crueldad innata de mi familia, en cambio, sé que mi hermano sí — completamente ofendida, Sakura estuvo a punto de tomar la tetera con el agua hirviendo y lanzársela encima, lo que Itachi debió imaginar que quería hacer pues de inmediato la detuvo siguiendo su discurso —. Es imposible que todo el trauma que experimentó no le haya provocado reacciones o influyera negativamente en su personalidad. Aunque no lo creas mi padre también fue resultado del maltrato al que lo sometió mi abuelo, así que no creo que sea inválida mi preocupación por que Sasuke haya decidido perpetuar esos patrones.

—En realidad sí es inválida por dos razones. La primera porque es imposible que sientas preocupación genuina por Sasuke-kun y la segunda porque no lo conoces y no sabes lo mucho que él ha luchado por ser diferente — Sakura defendió a su marido, fervientemente. De pronto había comprendido porqué su esposo no podía contenerse de salir en su defensa cuando la atacaban, a pesar de que ella pensaba que era más prudente simplemente guardar silencio. Era imposible detener el vómito verbal atorado en la garganta cuando calumniaban a alguien a quien aprecias con el alma —. Tú realmente no estás interesado en mi bienestar ni en el de tu hermano. Solo quieres satisfacer una curiosidad por nosotros que me pregunto por qué de repente te ha nacido. ¡Ni siquiera me has preguntado si algo ha pasado con el caso del asesinato de tus padres! ¡A ti no te importa nadie más que tú mismo!

No recordaba la última vez que había perdido la paciencia de esa forma o que hubiera temblado incapaz de mantener a raya el enojo que sentía. Nunca había odiado a nadie con tal rapidez y en tan poco tiempo.

Sorprendentemente, a pesar de su arrebato, el invitado se mantuvo impasible y nunca borró ni por un segundo la estúpida sonrisa en su rostro. Una que adquirió un nuevo y desconocido tinte perturbador antes de sus siguientes palabras.

—Puede que eso parezca, Sakura-chan, pero te juro que mis intenciones son puras... Además, ¿quién no querría saber si una joven como tú... Tan sola, frágil y desamparada... Está viviendo bien con un hombre que bien podría un día despertar y decidir retorcerle el cuello y matarla... ¿O bien, someterla al mismo tipo de tortura que él sufrió?

Incapaz de creer que alguien pudiera ser tan malintencionado y repudiable, Sakura sintió que las lágrimas se acumularon en sus ojos.

Quería pelear, pero al mismo tiempo acababa de darse cuenta que no tenía caso.

Itachi Uchiha resultó tan inescrupuloso como el resto de su familia y con personas así no sería posible razonar ni hacerles entender que su esposo realmente había logrado escapar de su terrible influencia.

A pesar de que también guardaba sus propias dudas y restricciones sobre Sasuke (sobre todo tomando en cuenta lo que había encontrado en su oficina previamente), ella era la única que quería creer que él era un buen ser humano.

Por eso, en vez de discutir decidió solo compartir lo que ella pensaba de él.

—Él nunca me haría eso. Nunca lastimaría a nadie y mucho menos a mí... No solo porque siempre me ha dicho que me ama, sino porque su alma es pura, justa y tierna... Mi esposo... Sasuke-kun... Él es realmente hermoso, dulce y bueno.

Sin querer, una lágrima se deslizó por la mejilla de Sakura e Itachi bebió de su bello y afectado rostro con el más grande júbilo.

Al parecer, esa joven no solo estaba atada a su hermano por la desgracia, sino también por una deleitosa devoción que cualquiera se sentiría afortunado de tener.

Cualquiera.

—¿En serio?... Que envidia...

Seguido de esa declaración la habitación se inundó en silencio, mismo que usaron para reflexionar cómo proseguir.

Para fortuna de ambos, antes de que Sakura pudiera decidir si quedarse un solo segundo más ahí para seguir siendo víctima de los ataques de su cuñado o de que Itachi quisiera seguir cuestionándola maliciosamente, la puerta de la entrada irrumpió de forma abrupta en el ambiente.

En cuanto Sakura volteó y cruzó miradas con su estupefacto esposo, se levantó rápidamente y corrió a sus brazos.

Aun a pesar de que Sasuke se quedó momentáneamente mudo y confundido por la presencia de su hermano mayor en su hogar, la sostuvo contra su pecho y la rodeó, protectoramente.

Su mujer no era de las que buscaban su resguardo frente a otras personas y al ver las lágrimas cayendo por sus ojos se dio cuenta de que, previo a su llegada, Itachi había molestado a la pelirrosa más allá de su simple aparición.

—¿Qué le hiciste? — fue lo primero que le pregunto al Uchiha mayor con voz fría y encolerizada, mientras sus manos temblorosas limpiaban las mejillas de Sakura.

No "¿qué haces aquí?"

No "¿a qué has venido?"

No "¿dónde estuviste todo este tiempo?"

Lo único a lo que su mente le demandaba una respuesta era a lo que le había dicho o hecho a su esposa.

Entre el par de hermanos las miradas que se dirigieron eran muy diferentes, pero aun así ninguna era positiva. Por más que Itachi tratara de disfrazarlo él también parecía descontento con Sasuke.

—Nada realmente. Solo hable con ella, pero, como ves, le produzco tanto rechazo como el que me tienes tú. Así que por qué no mejor hablamos afuera, solos tú y yo — Itachi respondió deteniendo indisimuladamente su mirada en la delicada y atractiva curva del cuello de su cuñada, que su hermano tanto insistía en acariciar para consolarla —. No quisiera seguir causándole más molestias.


Al exterior de la casa el atardecer ya había caído, pero aun con la cada vez más tenue iluminación, Sasuke pudo reconocer rasgos en su hermano que aún conservaba pese a los años que habían pasado, así como notar los que eran nuevos y desconocidos. Se había dejado crecer el cabello y lo llevaba atado en la nuca, sus ojos ya no eran amables sino cínicos y su sonrisa era señal de que ocultaba algo.

Itachi también se ocupó por un breve momento en un reconocimiento mental del físico de su hermano menor. Siempre pensó que sería alto cuando creciera, pero no que fuera a superarlo en altura y en masa muscular. Sin duda, Sasuke se había convertido en un inamovible muro humano. Dudaba que alguien pudiera siquiera atreverse a meter con él.

—Así que te casaste con esa chica. Bien por ti. Recuerdo que solías soñar despierto con ella todo el tiempo.

—¿Qué mierda haces en mi casa? — sin rodeos, el pelinegro menor lo cuestionó.

Itachi se tomó un momento para buscar un asiento cercano, eligiendo el viejo tronco que servía para cortar la leña y suspiró con cansancio.

En ese momento Sasuke se dio cuenta de que no solo lucia más mezquino, sino también delgado y débil.

—Es que necesitaba un lugar donde vivir y recordé que tengo este lugar.

—No tienes nada en absoluto. Esta casa es mía y de mi mujer.

—Lo era porque yo no estaba aquí, pero ahora que regrese...

—Pues no te quiero aquí — Sasuke lo cortó en seco y sus ojos obsidiana se endurecieron en su contra —. Quiero que te vayas y nunca vuelvas.

Itachi torció los labios y entrecerró los ojos, poniendo un puchero infantil.

—Pensé que estarías más feliz de verme y que te agradaría la idea de que volviera a estar cerca de ti, pero al parecer la sola idea te enfurece.

—¿Y cómo quieres que me sienta cuando no solo no he sabido nada de ti en años, sino que vuelves como si nada hubiera pasado y encima aterrorizas a mi esposa en mi ausencia? — como una pantera al acecho, Sasuke se acercó a donde su hermano estaba sentado y se posicionó sobre él para acorralarlo —. ¿Piensas que cualquier persona normal se sentiría contento de verte en esas circunstancias?

—Bueno, tú nunca has sido precisamente "normal" — el mayor se alzó de hombros, despreocupado —. Y por lo que veo tu esposa tampoco lo es.

—No hables de ella. No digas ni una puta palabra respecto a Sakura, ni la metas en esto — Sasuke advirtió, respirando con brusquedad y levantando un dedo en su dirección.

—Tú fuiste quien la metió en la conversación en primer lugar y además yo no creo que haya manera de dejarla fuera — Itachi no iba a dejarse amedrentar por su agresivo hermanito, lo conocía demasiado bien como para saber que nunca le pondría una mano encima —. Porque mi intención no es echarlos de la casa, sino vivir con ustedes un tiempo y eso obviamente tiene que ver con ella.

—¿Por qué?

—¿Qué?

—¿Por qué quieres vivir con nosotros? — quería saber qué tipo de mentira inventaría o si sería tan descarado como para decir la verdad —. Más allá del hecho de que digas que ésta también es tu casa debes tener un motivo.

El mayor se rascó la nuca distraídamente y por primera vez sus ojos huyeron de los de su hermano. Por primera vez desde que regresó a Konoha y al hogar Uchiha, se veía incómodo.

—Lo tengo... Pero no estoy seguro de que quieras saberlo.

—Sí quiero, así que habla — Sasuke demandó, impaciente y por una fracción de segundo su mirada se desvío hacia la casa para verificar si su esposa estaba cerca o si lo había obedecido y lo esperaba dentro.

—Bueno, es que... Estoy enfermo.

Al escucharlo, el Uchiha menor se mostró descolocado.

—¿Enfermo? ¿De qué? ¿Es grave? — las preguntas salieron por si solas, aunque no precisamente por preocupación hacia su consanguíneo.

—Algo así. Comencé a sentirme débil y mareado desde hace un año y hace poco empecé a toser sangre. Al principio creí que había contraído un virus o algún tipo de cáncer, pero los doctores que visité me dieron diferentes diagnósticos una y otra vez, además de que el tratamiento que me daban no estaba dando resultados.

—¿Y volviste porque quieres que te cuide?

—Al principio, no. Solo que ya no soy tan fuerte como antes para trabajar y mantenerme yo mismo y, aunado a eso, cada vez me sentía más y más inquieto por la posibilidad de morir solo. De morir y que tú no lo supieras... — hizo una pausa para darle la oportunidad a Sasuke de opinar, pero éste no dijo ni una palabra, en cambio, siguió contemplándolo implacablemente —. Así que volví... Pero en el camino me enteré de que te habías casado con Sakura-chan y que ella es doctora y estaba pensando que tal vez ella...

—No, Sakura no te atenderá ni siquiera para un pequeño examen.

—¿Realmente serias tan cruel con tu propio hermano como para negarle atención médica a sabiendas de que podría morir?

—Para mí llevas años muerto.

—Sasuke...

—No puedes esperar que te ayude cuando apareces tal y como te fuiste: sin ninguna explicación y desees que Sakura haga algo por ti, cuando hace solo unos minutos la hiciste llorar — de repente recordó las lágrimas desesperadas en el pequeño rostro de su mujer y la furia volvió a dominarlo —. ¡¿Qué mierda le dijiste?! ¡¿Qué le dijiste a mi esposa!?

Sorprendido por la manera en que su hermanito perdía el control cuando se trataba de Sakura, Itachi se tomó su tiempo antes de contestar.

Se suponía que Sasuke había aprendido a dominar sus emociones cuando era pequeño.

Fugaku lo castigaba duramente si mostraba algo más que estoicismo y se dejaba llevar por comportamientos propios de su edad. Su padre quería que fuera duro e intocable. Suficiente tenía con que Sasuke se pareciera tanto físicamente a su madre, por lo que no permitiría la más mínima muestra de feminidad en él.

Al parecer, Sasuke había olvidado todo lo aprendido a base de violencia y no le importaba perder el control siempre y cuando fuera por su mujer.

—Solo le pregunte si eras un buen marido — reveló como si no fuera la gran cosa —. Pero ella encontró mi duda ofensiva y se exaltó de más.

De nueva cuenta, la reacción que su hermano tuvo fue muy parecida a la de Sakura, mostrándose terriblemente ofendido. Atestiguando a su vez que habían adoptado costumbres del otro. Algo muy común entre parejas, tanto en lo positivo como en lo negativo.

El menor de los hermanos endureció su expresión y posó una mano en el hombro debilucho del mayor apretándolo paulatinamente.

—¿A eso viniste también entonces? ¿A perturbar mi matrimonio con preguntas estúpidas?

—No era esa mi intención. Solo quería verificar que ella estaba bien aprovechando que no estabas y ella podría animarse a ser sincera.

—Soy un buen marido, de eso no tengas duda y nunca te atrevas a volverlo a cuestionar.

—Eso es lo que ella dice y realmente nunca quise que se enojaran conmigo por tener mis dudas — Itachi no mostró signos de dolor por el agarre de su hermano. Podía ser que no fuera tan fuerte como Sasuke, pero su voluntad siempre había sido mayor a la de él y eso era algo que su padre siempre había dicho —. Tampoco creo que sea justo juzgarme por tenerlas, cuando los tres somos conscientes de lo que eres, por más de que lo intentes ocultar.

Si Sasuke ya estaba tenso, el exitoso intenso de su hermano por desequilibrarlo lo hizo sentir a punto de cometer una atrocidad contra él. Algo como cortarle la lengua con el hacha que estaba a pocos metros de distancia.

—¿Lo que soy? — cada sílaba sonó pesada, al nivel equivalente de su cólera.

—Sí. Esa persona rabiosa y fuera de sí que en este momento estás dejando salir — el pelinegro mayor siguió con su actitud charlatana, despreocupado de las consecuencias que sus desmedidas declaraciones podían traer. De hecho, estaba siendo escalofriantemente seguro de sí mismo. Tanto como para voltear a la casa en busca de cierta persona —. Me pregunto si Sakura-chan está viéndonos ahora mismo. Seguro le sorprendería saber cuan maligno y violento eres en realidad...

—Vete de mi casa, Itachi — Sasuke le exigió apartándose de él para evitar tomarlo él mismo de la ropa y arrastrarlo fuera de Konoha. No quería darle la razón en lo que decía ni que su mujer lo viera perder la cabeza —. No me interesas ni siquiera para saber dónde estuviste escondido todo este tiempo, ni ahora que afirmas estar en tu lecho de muerte. En lo que a mí respecta, mi única familia es Sakura y pienso protegerla de ti y lo que significas a toda costa.

—¿Ah sí? Pues vas a tener que pensar en una forma de hacerlo aún conmigo presente porque no pienso irme — Itachi respondió levantándose de su asiento para esta vez ser él quien se aproximara a su hermano y, aun cuando éste parecía tan amenazante e imponente, no se acobardó en acercarse a su oído —. A menos que quieras que le diga a tu inocente y amada esposa lo que hiciste.

En el instante en que lo escuchó y en que se dio cuenta de la mirada ganadora que su hermano mayor le estaba dando, Sasuke dio por muerta cualquier posibilidad de algún día perdonarlo por sus fallas con él a lo largo de los años.

¿Ese convenenciero y astuto hombre era en lo que Itachi se había convertido o siempre había sido así?

Sea como fuere, frente a él había una persona a la que no podía reconocer y de la que no sabía qué esperar.

Tal vez el hermano que una vez conoció, tan amable, conciliador y sabio, nunca habría sido capaz de amenazarlo con arruinar su mundo, su vida y su matrimonio, pero este nuevo Itachi parecía convencido de hacerlo si no obtenía lo que quería.

—No olvides que sé absolutamente todo sobre ti, querido hermanito, y que, como el único familiar que te queda, tengo derecho a disciplinarte si te portas mal... Aún más considerando que te hace falta cambiar y ser mejor — sonrió con abierta felicidad —. Y sobre todo si algún día piensas formar una familia con mi querida cuñada.


Tras unos minutos más de "conversación" Sasuke entró a su habitación bruscamente como alma que lleva al diablo, aunque su humor se vio disipado al ver la palidez en el rostro de su mujer.

—¿Sakura? ¿Qué te pasa? ¿Te sientes bien? — le preguntó aproxima dándose a su lado y tomando su rostro en sus manos para inspeccionarla.

—Sí, no te preocupes — ella respondió casi en un susurro —. ¿Qué pasó? ¿Tu hermano sigue aquí?

—Sí, piensa quedarse un tiempo. Está enfermo y dice que pronto morirá — Sasuke le contó desprovisto de cualquier pena o compasión por Itachi.

—¿Enfermo? ¿Tan gravemente como para morir? — ella se sorprendió sobremanera. Le había parecido que el hombre parecía débil, pero se imaginó que estaría moribundo.

—Eso parece. Quiere que al menos lo ayudes con el dolor que padece, pues no sueña ni con la posibilidad de ser curado... — él se detuvo antes de continuar meditando la prudencia de sus siguientes palabras, aunque aun así decidió decirlas —. Y realmente yo tampoco quiero que lo intentes. Solo voy a dejarlo vivir aquí hasta que muera, lo que espero no tarde mucho.

Sakura estuvo a punto de replicar y decirle que al menos podía tratar de aportar su propio diagnóstico, pero algo en la mirada acongojada de su esposo la detuvo. De repente, consciente de que Itachi no solo había llegado ese día a lastimarla a ella sino también a Sasuke, sintió que comprendía si él no quería que ayudara a su cuñado.

Sintió que comprendía si él no quería ni siquiera tenerlos en la misma habitación juntos.

Y reafirmo esa corazonada que sentía muy dentro de ella y les pedía a gritos que no confiara ni un poco en Itachi.

... Aun cuando también le decía que no se fiara de nadie en lo absoluto.

Y fue por eso que aceptó el pedido de su marido y decidió tomar valor para cambiar de tema y abordar algo que sabía que no podía dejar sin resolver.

—Sasuke-kun... Tú... ¿Podrías...?

Sin embargo, antes de que ella pudiera terminar fue interrumpida por una voz que no por última vez iba a importunar con su presencia.

—¡Sasuke! ¡¿Estás ahí?! Necesito tu ayuda para instalarme en mi vieja habitación.

Ante el recordatorio de que los próximos meses no estarían solos como estaban acostumbrados, Sasuke inhaló y exhaló aire completamente lleno de frustración y murmuró una disculpa a su mujer antes de besarla en la mejilla y levantarse.

—Hablaremos después, ¿de acuerdo?

—Sí, descuida — ella intento sonreír, para aminorar la carga emocional y psicológica que su marido debía estar experimentado.

Esta situación debía ser una maldita locura surrealista para él.

Sasuke estuvo punto de salir de la habitación, pero antes se dio la vuelta y le dedicó una mirada profunda.

—Y no te preocupes. No dejaré que él vuelva a lastimarte... No dejaré que nadie te haga daño y mucho menos en nuestra propia casa.

—Lo sé — Sakura respondió en automático —. Gracias...

Conforme, entonces su marido se marchó y dentro de esa habitación en la que ya no creía poderse sentir segura, solo quedó una joven confundida y llena de preguntas que dudaba fueran a dejarla dormir hasta ser respondidas.

Al menos hasta que la oportunidad de compartirlas con su esposo llegara solo le quedaba esperar y tratar de mantenerse cuerda, algo que solo podía hacer en un lugar en específico.

Cuando su marido volvió a la habitación no tardó en saber dónde se encontraba, ni en entrar a su lado para dormir juntos en ese oscuro y frío armario.

...

NOTAS FINALES:

Muy bien amixes, debo decirles que estamos a mitad de esta historia.

Como ya les había dicho debido a mis estudios estoy tratando de compaginar mi tiempo con este fic lo mejor que puedo y, aunque aún no me he visto en la necesidad de anunciar un hiatus de por lo menos una semana, no descarto que eso pueda suceder por lo que les pido me tengan mucha paciencia. De cualquier manera, esto es solo una suposición y aclaración por si en algún momento desaparezco sepan que regresare.

.

Bueno, como siempre quiero darles las gracias a todos los que no dejan abajo esta historia y a mí tampoco. De verdad muchas muchas gracias por estar aquí. Sé que quizá están molestos por haberme desaparecido un tiempo antes de volver con esta historia, pero les pido que encuentren perdón en su corazón para mi y me den una nueva oportunidad. Al final del día, sin quererlo, me convertí en adulta y con eso vinieron responsabilidades e impedimentos que nunca pedí.

Como sea, ¿Qué les pareció este capítulo? ¿Qué piensan que pasara ahora que Itachi dejo claro que no piensa irse? Todas sus teorías y opiniones no duden en escribirlas, que me muero por saber todo lo que tengan que decirme respecto a este fic.

Nuevamente, muchas gracias por todas las muestras de apoyo. Espero la vida les este tratando de maravilla. ¡Por el momento esto es todo de mi parte, así que sin más que añadir nos leemos en la siguiente actualización! Bye!