Entre Líneas
Capítulo 14 – Parte 2
El sueño más caliente de todos
Disclaimer: Los personajes de Naruto son propiedad de Masashi Kishimoto, esta historia es de mi total autoría no está permitida su publicación en otros sitios sin previa autorización. -Azulen-
Summary: ¿Qué harías si pudieras volver a empezar? Sasuke despierta de un largo sueño a punto de tomar una decisión que podría cambiar el destino de todos. SasuSaku. Fluff Romance. Lemmon.
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Se removió en la cama sintiendo el calor natural de un cuerpo a su lado abrigando su piel absolutamente feliz de ser aprisionada por dos fuertes brazos y tomó una profunda respiración embriagándose de su fresco aroma masculino con una tonta sonrisa abriéndose paso en su rostro.
-Buenos días.
La voz profunda y aterciopelada de Sasuke le incentivó a descubrir sus jades para observar su rostro sereno contemplándola dormir.
Si, había sido el despertar romántico post-sexo con el que siempre había soñado, creyó sentir algo de pudor estando desnuda bajo su aguda mirada, pero no podía sentirse más cómoda y relajada, toda la tensión generada por su desgastante carga de trabajo en el hospital había desaparecido y básicamente esa mañana era una mujer nueva.
Feliz, satisfecha y radiante.
Desayunaron en medio de una agradable plática sobre sus viejas misiones de gennin, entre el imparable parloteo de Sakura y los monosílabos de Sasuke contemplándola atentamente escuchando su dulce voz con una mirada cálida.
Todo parecía perfecto en su pequeño mundo ideal hasta que tomó la bolsa para la compra y abrió la puerta de entrada entonces repentinamente su preciosa experiencia de recién casada se vino abajo como el respeto que le tenían esos dos ANBU de pie en la entrada de su casa que claramente no habían dejado su posición en toda la noche.
Si
Toda la noche.
Palideció. La incomoda tensión era palpable y no estaba segura de si el más alto de los ANBU estaba a punto de reír o llorar y se congeló en la entrada, no pudo responder ni siquiera cuando el menos nervioso de ellos intentó darle un frívolo:
"Buenos días, Sakura-san" siento instantáneamente secundado por el otro guardia.
-B-b-buenos d-días- atinó a balbucear aún parada detrás del marco de la puerta sintiendo la mirada curiosa de Sasuke sobre su hombro y su rostro alcanzar una nueva tonalidad de granate a cada segundo que pasada.
Lo único en lo que podía pensar era en ella gritando "Más fuerte cariño" "No pares" como una jodida ninfómana caliente, y esos dos pobres ANBU de pie en su puerta degustando del espectáculo de escuchar a Sakura Haruno siendo apasionadamente follada por el amor de su vida, se mordió el labio sintiendo las garras de la humillación ascendiendo rastrera por su cuello y entonces escuchó esa profunda voz que le había encantado en primer lugar desde su espalda.
-Buen día, vamos, Sakura.
Tomó su mano entrelazando sus dedos, había algo en él que parecía irradiar un aura amenazante y sombría cuando lanzó una fugaz mirada afilada sobre los ANBU que de no ser por su instrucción seguramente habrían temblado de miedo ante aquella energía posesiva que emanaba de Sasuke.
Dios... ese hombre era tan… sexy.
Y era suyo, completamente.
•••
Al pie del edificio y en la panadería de la planta baja, las miradas azoradas, pícaras y reprobatorias de los pocos vecinos que tuvo la mala suerte de encontrarse a esa hora de la mañana parecían perseguirla y eso que solo eran las diez, a Sasuke notablemente le importaba un bledo caminaba tomando su mano ajeno a todo tipo de miradas, notó entonces que en realidad muchas de aquellas indiscretas miradas juzgonas no iban dirigidas a ella.
Rechazo.
Miedo.
Deseo.
Admiración.
Eran tan variadas y todas sobre él, pero a él solo parecía importarle una de todas ellas, la suya, aquella que le contemplaba con el cariño más puro.
-Ya no me parece tan alocada la idea de casarnos- rio empujándole suavemente con su hombro y escuchó una suave risilla disimulada de Sasuke antes de perderse en sus ónices destellantes de dulzura y sonreírle ampliamente de vuelta.
No podía dejar de observarla mientras sujetaba dos cajas de bombones rellenos debatiéndose si llevar de fresa o de avellanas, él llevaba el carrito y la veía meter cosas cualquier persona que no conociera su historia pensarían que eran un matrimonio completamente normal, dos jóvenes enamorados que habían decidido unir sus vidas por siempre, y no era en absoluto una mentira, porque muy en su interior mientras la veía asentir sonriente decidiéndose por los bombones rellenos con crema de fresa mirándole con esos grandes ojos emocionados supo que su destino siempre fue ese, que siempre por encima de todos acabaría eligiendo a Sakura.
•••
Voces.
Voces que sonaban atenuadas por una masa de agua, voces distorsionadas y lejanas flotando a su alrededor.
-Sasuke-le llamó una voz femenina desconocida antes de abrir los ojos y encontrarse con 3 pares de ojos negros como los suyos preocupados observándole desde arriba.
Se sintió mareado
¿Estaba soñando?
Era una sensación extraña como si estuviese a punto de vomitar, sintió la sacudida brusca de su cuerpo cuando unos brazos femeninos le rodearon casi desesperados.
-M-mi bebé- sollozó la mujer besándole repetidamente en la cabeza cerca de la ceja incomodándolo.
-M-mamá- su voz sonaba ronca e inútil con esfuerzo y ayuda de su hermano mayor se quitó de encima a Mikoto, se sentía adormilado y feliz así que sonrió relajado llevándose una mano a los ojos para cubrirse de la luz y gruñó en voz alta sobresaltando a los presentes.
-No tengo idea de qué fue lo que me puso Orochimaru pero tuve el sueño más caliente y hermoso de todos los tiempos…
Shisui estalló en carcajadas.
-¡Dios! ¿Qué es esa cosa? ¡¿Suero de la verdad?! - Mikoto azorada desvió la mirada hacia la joven médico casi con reproche.
-¿Sasuke-kun? ¿Qué sientes? - inquirió la médico de cabellos castaños presente en la habitación- tranquilo cariño, estás en el hospital, desarrollamos un antídoto, aunque es algo doloroso y te dimos un analgésico- ¿Tienes alguna molestia?
-Wow… Me encuentro mejor que nunca- rio el pelinegro con la mirada completamente perdida en el tejado y una sonrisa tontaina en los labios.
Estaba drogado.
Mikoto se escandalizó y empezó a reclamarle a la joven médico que atendía su caso por supuestamente sobredosificar a su pequeño quien estalló a carcajadas sin razón elevando las preocupaciones de la matriarca Uchiha mientras un pelinegro con una mirada pícara prácticamente se arrastró con discreción hasta su lado para preguntar:
-Oye Sasuke ¿Sakura estaba en ese sueño?
-Si... Dios Sakura es tan…- suspiró el pelinegro riendo antes de volver a desvanecerse sobre la almohada.
-Tranquilícese Mikoto-sama, él estará bien, solo es un efecto secundario del analgésico ni siquiera tendría que haber despertado aún- la castaña se sonrojó profundamente entrelazando sus manos a la altura de su regazo en una postura nerviosa, era la mejor doctora con la contaba el hospital actualmente y tenía una reputación que mantener, no podía decir lo mismo del chico Uchiha más risueño, a su lado el hermano mayor de su paciente observaba le deshecho en carcajadas casi con vergüenza ajena.
-Pareces un mocoso insoportable- puso los ojos en blanco y salió por la puerta negando resignado, en seguida Shisui lo siguió echándole el brazo en los hombros burlándose abiertamente de su hermano pequeño mientras le llamaba estirado.
-Sakura, cariño ¿Qué haces ahí? Pasa- la llamó la mujer pelinegra al escuchar a su hijo mayor y Shisui saludar alegremente a su pequeña casi nuera- Sasuke despertó, pero ha vuelto a dormir porque le han dado unos analgésicos- su voz delicada destiló cierto rencor, no aprobaba lo que sea que le haya dado esa doctora y realmente esperaba que haya sido alguna sustancia legal y controlada y no alguna droga "experimental"
-M-mikoto-san- la jovencita se acercó a ella visiblemente consternada y con sus jades acuosos pero aliviados y Mikoto enseguida le abrió los brazos acunándola como a su propia hija, ella inspiró profundamente el suave aroma a jazmin del perfume de la mujer.
-¿Cómo te sientes cariño? A penas despertaste hace unas horas deberías de estar descansando…- casi regañó con voz maternal mientras le acariciaba los sedosos cabellos rosas maternalmente.
-Lo siento yo… escuché que Sasuke-kun estaba aquí y quería verle por si despertaba- admitió sonrojada y Mikoto le dio una sonrisa tierna.
-Dormirá otra larga siesta, pero seguramente mañana por la mañana estará recuperado y consciente otra vez - no pudo evitar cierto deje de preocupación escurrir entre sus palabras.
-Así será- sonrió la más joven.
Mikoto suspiró y le sonrió con ternura antes de incorporarse en la silla y reír suavemente.
-Cariño, sé que deberías estar descansando, pero necesito regresar a casa y luego ir a la torre a atender los preparativos del funeral del tercero…- murmuró cuidadosamente con tristeza- ¿Podrás quedarte un momento con Sasuke?
-Por supuesto- sonrió tomando el asiento libre con una inocente sonrisa siendo correspondida por Mikoto quien salió por la puerta suspirando, había algo en su mirada cuando volteó por ultima vez a ver a su hijo antes de retirarse de la sala.
Miedo
-Hola Sasuke-kun- susurró a su lado tomando su mano entre las suyas, ya no estaba helado y sus mejillas poco a poco recuperaban su color, acarició sus cabellos muy despacio deslizando los dedos entre sus sedosas hebras azabaches- ¿Sabes? Desperté hace un rato, tuve un sueño muy extraño supongo que fue cosa del genjutsu de Orochimaru… Tuvimos mucha suerte de salir vivos de ahí ¿Verdad? – murmuró apesadumbrada- Eres fuerte Sasuke-kun… puedes despertar…
- ¡¿Qué es lo que buscas?!- rugió Sasuke, Sakura temblaba de pies a cabeza sintiendo la asquerosa textura escamosa de la piel de esa kunoichi y quiso vomitar cuando su larga lengua viscosa se deslizó por su cuello desde el esternón hasta finalizar en su oído haciéndole gritar asqueada y aterrorizada.
Sasuke no supo que hacer, no había señales de vida por parte de Naruto y estaba seriamente aterrado por la idea de tener que cargar con el cadáver de su mejor amigo y como pintaba la cosa también el cadáver de la persona que más amaba si no hacía algo en ese momento.
-A ti…- susurró con malicia aquella extraña persona y tuvo que saltar esquivando el largo brazo que se había estirado sobrehumanamente para atraparlo.
-¡Suéltala! ¡Te daré lo que quieras, pero suéltala! - casi rogó el shinobi viendo su expresión desesperada retorciéndose en los brazos de su captor - ¡Llévame si es lo que deseas!
-¡NO!- sintió su ya desgastada voz desgarrar su garganta en aquel grito repleto de horror que reverberó en el bosque tiñendo de sadismo la expresión del siniestro ser que la aprisionaba.
- ¿Sakura Haruno? - una voz suave y masculina se hizo escuchar en la habitación sacándola de sus recuerdos.
-Si- asintió y se apegó nerviosa al cuerpo inconsciente de Sasuke elevando su guardia inconscientemente- ¿Quién eres? – inquirió poniéndose de pie con ojo analítico.
-Tranquila señorita Haruno, mi nombre es Aoi Yamanaka, trabajo en la división de inteligencia- se presentó formalmente con una breve reverencia y una encantadora sonrisa.
Yamanaka
¿Un pariente de Ino? Entonces reparó en el cabello rubio cenizo ligeramente largo y ondulado que caía con gracia sobre sus hombros y su alta estatura, aunque sus facciones no delataban tener más que un par de años que ellos, quizás tenía quince o dieciséis, sus brillantes ojos ambarinos le repasaron fugazmente con la mirada expectantes por una respuesta de su parte, a su edad ya trabajaba en la división de inteligencia, significaba que era un shinobi talentoso o quizás un apuesto impostor.
Mantuvo su guardia arriba y su mirada jade se ciñó sobre él con seriedad, nunca había visto a esa persona, Ino no solía hablar de su familia, pero habiendo frecuentado su calle desde niña le resultaba extraño no conocer a ese tal "Aoi" guardaba cierto parecido a la madre de Ino, sus ojos eran del mismo color ambarino.
- ¿Por qué me buscaría la división de inteligencia?
- El hombre que los atacó en el bosque es un criminal de rango S buscado en las cinco naciones- explicó sin rodeos, su sonrisa amable se desdibujó de su rostro y señaló fugazmente con su mirada al pelinegro en la camilla.
Sakura se tensó.
-Quieren mi declaración- dedujo fríamente y el joven Yamanaka asintió en silencio.
Exhaló profundamente sin bajar del todo su guardia y volvió a sentarse en la silla junto a la cama viendo al chico relajarse también- por supuesto, voy a colaborar, pero como comprenderás Sasuke no puede quedarse solo.
-Te aseguro que no lo está- sonrió ladinamente de forma misteriosa y le guiñó un ojo- así que acompáñame por favor o me temo que tendré que reportarlo como una insubordinación, recuerda que Konoha se encuentra en estado de emergencia.
-Comprendo- asintió seriamente y tomó una profunda bocanada de aire- volveré pronto ¿sí? – se despidió del Uchiha acariciando su rostro y besó su frente con dulzura, el shinobi de pie cerca de la puerta no perdió detalle de la acción y al percatarse Sakura se sonrojó buscando una excusa que suene válida.
-No es información relevante para la investigación, no tienes que excusarte- declaró el chico ensanchando su sonrisa traviesa acrecentando su sonrojo.
-Aoi-san- llamó antes de alejarse del todo de la puerta de la habitación de Sasuke mirando de reojo en su dirección.
- ¿Si Sakura-san?
- ¿Puedo ver tu identificación de la división de inteligencia? Como comprenderás no puedo arriesgarme a dejar a Sasuke solo sin la certeza de que no estás trabajando con el enemigo- aseveró con voz suave pero firme.
En respuesta el chico llevó su mano al bolsillo delantero de su uniforme de inteligencia con una pequeña sonrisa comprensiva y sacó una pequeña tarjeta que le extendió.
Era auténtica.
-Entonces ¿Eres pariente de Ino?
-Y se supone que la interrogada aquí eres tú- rio suavemente el chico bromeando- Ino es mi prima, su madre y mi madre son hermanas- asintió dándole una mirada divertida de soslayo.
-Lamento ser tan desconfiada es solo que frecuento el barrio de los Yamanaka y nunca te he visto por ahí.
-Es porque no vivo cerca de ahí- se encogió de hombros restándole importancia- los todos los clanes obligan a sus miembros a vivir congregados- sonrió ladinamente- eso es una cosa de Uchihas.
Había cierto veneno en sus palabras que no agradó a Sakura en absoluto haciéndole componer un expresión seria casi reprobatoria.
Caminaron en silencio y la presencia de Itachi y Shisui saliendo por las puertas de la cafetería la tranquilizó cruzó miradas con ellos viéndolos fruncir el ceño intrigados y sus intenciones de acercarse a ella y el chico Yamanaka fueron obvias por lo que les dio una pequeña sonrisa para tranquilizarles haciendo un suave gesto con su mano señalando discretamente hacia el piso de arriba, en seguida ambos dirigieron sus pasos hacia la habitación de Sasuke siguiendo la indicación de la pelirosa.
Aún no podía descartar que el tal Aoi estuviera trabajando con el enemigo o fuera un enemigo utilizando su apariencia y documentación, la aldea había sido atacada hace a penas unos días, la posibilidad de ninjas enemigos infiltrados era latente.
Sus sospechas murieron cuando después de una un tanto larga caminata sumidos en un silencio incómodo ingresaron a las oficinas de inteligencia encontrándose con Ibiki Morino, a quien reconoció como el instructor del primer examen.
-Ibiki-senpai, traje a la señorita Haruno.
El hombre les dirigió una mirada fría intimidándola sin querer aún así rectificó su postura con solemnidad y seriedad mostrándose firme y sosteniéndole la mirada.
-Morino-san- saludó con un reverencia respetuosa.
-Gracias por venir Sakura, necesitamos tu colaboración con la investigación sobre el ataque, cualquier información que poseas con respecto al ninja perverso Orochimaru será de utilidad.
-Si- asintió intentando relajarse y se volteó hacia Aoi dándole una pequeña sonrisa amable.
-Siento haber desconfiado de ti, Aoi-san- pronunció en tono cordial haciendo una corta reverencia hacia el chico quien rio nerviosamente con un leve rubor apariendo en sus mejillas y llevando su mano a su nuca.
-Hiciste bien- sonrió ampliamente- eres una excelente kunoichi Sakura-san- halagó lanzándole una mirada indescifrable antes de retirarse dejándola a cargo de Ibiki Morino.
-Sakura Haruno, la única aspirante que respondió correctamente las diez preguntas de mi examen, tienes una mente prodigiosa para ser una novata - sonrió ladinamente el hombre con cierto orgullo- acompáñame.
-G-gracias- asintió sonrojándose por el cumplido del mayor sobre su intelecto antes de seguirlo por el largo, gris e intimidante pasillo.
•••
- ¿Sasuke?
La voz preocupada de su hermano inundó la instancia seguido del ruido que provocó las silla al deslizarse por las blancas baldosas, sintió su gran mano palpando su frente y llenó sus pulmones de aire sintiéndose como si hubiera sido arroyado por un tren de carga.
- ¿Itachi? – masculló somnoliento, los ojos le pesaban una vida y en cuanto los abrió solo un poco la luz blanca de la habitación le dio de lleno dejándole temporalmente ciego.
- Si, soy yo otouto- afirmó ayudándole a incorporarse en la cama- ¿Cómo te sientes? Dormiste unos tres días, nos diste un buen susto.
Tomó otra profunda respiración por la nariz con algo de difultad, sus pulmones no parecían querer despertar del todo y retuvo el aire un momento visiblemente cansado- no siento mi cuerpo- afirmó- y la cabeza me da vueltas como un puto carrusel.
La espalda de Itachi se crispó acomodando la almohada en la espalda de su hermano pequeño dejando escapar una risilla nerviosa antes de revolverle el pelo haciéndole fruncir el ceño molesto.
- ¿Dónde está mamá? – casi protestó malhumorado entonces pestañeó rápidamente intentando recomponerse- ¿Sakura? ¿Sakura está bien? - se removió preocupado alejando de su integridad las manos de su hermano.
-Tranquilo están bien, vuelvo ahora, debo avisar a la doctora que despertaste- le dio una breve sonrisa aliviada antes de dejar la habitación- llamaré a mamá, intenta soportar tu mal carácter hasta que regrese.
Sasuke le lanzó una mirada fulminante y se contuvo de fruncir los labios con molestia para no parecer un mocoso más de lo que ya lo parecía ante la mirada de superioridad que su hermano le daba desde su posición.
•••
Le gustaba mucho la casa Uchiha, su mirada jade se posó distraídamente en los peces koi que el líder del clan cuidaba con esmero, era un pasatiempo noble, un poco inesperado en un hombre como él pero con el tiempo había comprendido que a los Uchiha genuinamente les encantaban los animales, hace poco la perrita de una de las tías de Sasuke e Itachi tuvo crías y les había dejado adoptar a uno de los cachorros al que Itachi nombró Shiro atribuyéndose el derecho por ser el hermano mayor, Sasuke en realidad estaba mucho más feliz de lo que quería aparentar bajo esa fachada de chico frío, le había visto reír rascando la panza del pequeño nuevo integrante de la familia cuando pensaba que nadie le estaba viendo y jugaba bastante más con él de lo que reconocería en voz alta.
Rio sola sin despegar la mirada de los peces.
- ¿Qué es tan gracioso? – la voz dulce y risueña de Mikoto le provocó desviar la mirada hacia la puerta con una sonrisa.
-Pensaba en que Sasuke-kun es muy lindo cuando está con Shiro, está muy feliz desde que Itachi lo trajo a casa- su sonrisa se amplió risueña y sintió a la mujer arrodillarse tras su espalda dejando un cepillo, tijeras y algunas ligas transparentes sobre la madera del engawa y reír con suavidad acariciando los mechones de cabello rosa con delicadeza.
-Shiro ha estado durmiendo en su habitación todos estos días, supongo que le extraña- suspiró la mayor enternecida.
-Despertará pronto, hoy tenía mucho mejor aspecto- la pelirrosa le dio una pequeña sonrisa esperanzada y sintió los brazos de Mikoto rodearle los hombros y recargar un momento su cabeza en la suya con cariño antes de comenzar a cepillarle.
Sakura se relajó sintiendo el calor maternal desprenderse de ella, desde hace varios años Mikoto tenía por costumbre cortarle las puntas y cepillar su largo cabello rosa de vez en cuando mientras tomaban algo fresco en el engawa y comían algunos pastelillos, su madre no solía tener tiempo para esas cosas, desde que tenía memoria Mebuki era una mujer ocupada y con un carácter de temer pero no por eso era peor madre que Mikoto, no, en absoluto, amaba a su madre siempre dispuesta a defenderla a capa y espada, aunque carecía de la delicadeza y feminidad que irradiaba la matriarca Uchiha así que a veces sentía haber sido criada por ambas, a diferencia de los chicos Uchiha quienes parecían ir cada uno a su bola necesitando cada día menos a su madre, Sakura apreciaba la compañía y el afecto que Mikoto Uchiha le ofrecía pues odiaba estar sola tanto como ella y había encontrado en la mujer alivio, consejo y uno que otro regaño maternal, nunca se dio cuenta del vacío que sentía hasta que Mikoto apareció para llenarlo, nunca se lo había dicho directamente porque temía que pudieran pensar que sus padres eran unos negligentes o que no la querían, porque sabía que no se trataba de eso, pero estaba agradecida por ello.
Sintió el cepillo recorrer delicadamente sus hebras rosadas haciéndole sentir en extremo relajada y adormecida, el sonido de la tijera cortando los lisos mechones que caían perezosos sobre el lustroso piso y la delicada música de piano que emergía del interior de la casa era lo único que podía escucharse al son de sus corazones sincronizados.
La primera vez que Mikoto cuidó su cabello tenía diez años.
Recordaba que Naruto se había reído tan fuerte esa tarde que le había salpicado su chicle en el cabello, cuando consiguieron hacer que dejara de llorar y moler a golpes al rubio, Mikoto la había sentado en su regazo y retirado delicadamente el chicle de su cabello sin muchas pérdidas, se asombró porque su madre nunca había hecho eso con ella, con tanta paciencia y concentración, así que el tacto delicado de los dedos de Mikoto recorriendo sus medianos mechones y trenzándolos delicadamente fue todo un descubrimiento a su corta edad, Sakura conocía el amor materno pero no de ese modo, poco después Itachi les había dicho observándolas desde la puerta que antes de que Sasuke naciera Mikoto estaba entusiasmada porque fuese una niña, la mirada que la pelinegra le lanzó a su hijo con un profundo reproche le hizo entender a Sakura que no existía en ella ningún arrepentimiento hacia el género de su segundo retoño, pero la graciosa discusión en la que se enfrascaron madre e hijo sobre la supuesta decepción que representaba el impeinable cabello de Sasuke en la vida de Mikoto le había llevado a pronunciar inocentemente:
-Puede peinar mi cabello cuando quiera Mikoto-san, me gusta- sonrió ampliamente con las mejillas arreboladas.
Nunca olvidaría la sonrisa y los ojos brillantes de Mikoto Uchiha cuando la abrazó cálidamente y echó a Itachi de su vista con los mofletes inflados haciéndole notar de quien había heredado Sasuke aquella tierna mueca mientras escuchaba al chico reír a carcajadas internándose en la casa con oscuras intenciones puestas sobre los dangos caseros recién hechos que se enfriaban en la ventana de la cocina.
-Tu cabello ha crecido muchísimo- la voz suave de la matriarca Uchiha la sacó de su ensoñación sobre el pasado.
-Si, es un poco molesto, pero aún no me he decido a cortarlo, me gusta mucho llevarlo largo- rio bajito y un bostezo emergió de sus labios rosas escuchando la cristalina risa de Mikoto mientras cruzaba los mechones entre si buscando formar una larga trenza- En el hospital me dijeron que Naruto se ha ido a entrenar con un nuevo maestro.
-Si… escuché algo de eso- respondió un tanto pensativa, Sakura pudo sentir la bruma de la melancolía deslizarse entre las palabras y por fin se atrevió a dar respuesta a aquel enigma que durante años había llamado su atención.
-Mikoto-san, hay algo que me gustaría saber- inquirió cuidadosa y sonrojada jugando un poco con sus manos.
- ¿Si? ¿Qué es? - rio con suavidad la mujer seguramente creyendo que haría una de esas "preguntas de chicas"
-Yo… es que y-yo… h-he notado que a veces mira a Naruto y parece algo entristecida y me estaba preguntando ¿Por qué? ¿Hay algo malo con él?
Mikoto detuvo el movimiento de sus manos y la sintió removerse un poco a su espalda y suspirar, daría lo que fuera por poder ver su expresión, no sentía que estuviese enojada, pero desde luego había "algo".
-No se supone que los adultos hablemos de esto- comenzó- pero creo que tu sabrás guardar un secreto ¿Si Sakura-chan?
-S-si- asintió nerviosa y ansiosa ¿Qué podría ser tan importante?
-¿Sabes que en el interior de Naruto hay un enorme poder sellado verdad? - comenzó con voz suave.
-Las personas dicen que hay un demonio en su interior y que una vez destruyó la aldea- declaró con un suave asentimiento sintiendo como Mikoto sujetaba la larga trenza con las ligas y la echaba sobre su hombro antes de deslizarse un poco sobre el piso hasta su lado entonces Sakura por fin pudo ver su apacible expresión y la calidez del tacto de la mujer sobre su mano.
-Eso no tiene nada que ver con él, Naruto es un niño muy noble y de buen corazón, tal como lo era su madre- sonrió y los ojos de Sakura se ampliaron con sorpresa sus labios se entreabrieron ligeramente y Mikoto adelantó su respuesta antes de que pudiera preguntar- La madre de Naruto solía ser mi mejor amiga de la infancia pero el tercero prohibió a todos hablar sobre sus padres por su seguridad- casi susurró para ambas, es por eso que nunca he podido decirle a Naruto lo mucho que su madre lo amó- los ojos de Mikoto se cristalizaron y pestañeó rápidamente espantando las lágrimas traviesas, Sakura sintió la opresión en su pecho y las ganas de llorar invadirle claro, era por eso, Mikoto llevaba un gran peso en su corazón, debía doler mucho escuchar a Naruto preguntarse por qué sus padres lo dejaron sin saber nada sobre su origen sin poder esclarecerle nada.
-Lo siento Mikoto-san debe ser muy doloroso… ¿verdad?
-Me reconforta verle crecer sano- su mirada ónix volvió a ella brillando emocionada y sonrió- es un niño feliz, seguramente Kushina puede descansar tranquila ahora que sabe que siempre cuidaré de él como si fuera mío- suspiró desviando su tierna mirada ónix hacia el cielo dorado.
Sakura enrolló los brazos alrededor de su cintura recargándose en su costado afectuosamente buscando brindarle algún consuelo siendo correspondida por la mujer con una tierna sonrisa y una caricia en su coronilla.
-Naruto los adora, sé que ha encontrado en ustedes la familia que siempre ha querido- sonrió ampliamente- ama su comida y siempre está picando a Sasuke para que le deje venir a cenar, se que Sasuke es huraño, pero en el fondo le quiere como a su propio hermano igual que Itachi-san, además si no viene aquí él no comería verduras- rio sintiendo sus ojos aguarse- Naruto ahora tiene muchas personas que le quieren así que sus padres pueden estar tranquilos porque todos cuidaremos de él.
Mikoto le sonrió con ternura y le acarició el rostro despejado contemplando con cariño sus ojos jade.
-Eres una niña muy buena Sakura-chan- le tiró del moflete sonrojado riendo con suavidad.
El estruendoso sonido del teléfono retumbó por toda la casa sobresaltándolas a ambas y rompiendo el cálido y mágico ambiente que se había formado en el jardín, ambas rieron despacio y Mikoto se puso de pie para atender el teléfono.
Sakura miró curiosa hacia el interior de la casa como la expresión de Mikoto se tornaba cada vez más ilusionada y feliz.
Desde luego eran buenas noticias.
- ¡Si! ¡Iremos en seguida! - sonrió ampliamente cerrando la llamada y dejando el teléfono en su lugar.
- ¡Era Itachi! ¡Sasuke despertó! – saltó a sus brazos emocionada abrazándola con fuerza entre lágrimas de alegría terminando de llenar su represa, la rodeó con sus brazos llorando con ella y permanecieron así un corto momento antes de salir corriendo con dirección al hospital.
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Notas de autora:
¡Sasuke despertó! Ahora si habrá un mini time-skip en el siguiente capítulo y dentro de unos dos capis se viene el que es mi capi favorito xD algunos lo amaran algunos lo odiaran JAJAJA en fin.
¡Gracias por leer! No olviden dejar su amable review para saber si les esta gustando esta historia si alguien sigue leyéndola por aquí JAJAJA agradezco sus lindos comentarios, los leo todos, son geniales y me dan muchos ánimos, también me hacen reír y refuerzan el sentimiento de esta pequeña comunidad que estamos creando juntos :3
Con cariño,
Azulen.
