Entre Líneas

Capítulo 21

Por ella, con ella

Disclaimer: Los personajes de Naruto son propiedad de Masashi Kishimoto, esta historia es de mi total autoría no está permitida su publicación en otros sitios sin previa autorización. -Azulen-

Summary: ¿Qué harías si pudieras volver a empezar? Sasuke despierta de un largo sueño a punto de tomar una decisión que podría cambiar el destino de todos. SasuSaku. Fluff Romance. Lemmon.

•••

-Konoha, línea temporal secundaria-

Veintisiete días, contó mentalmente el tiempo que había transcurrido conviviendo con su compañera de equipo, quien actualmente era su ¿Pareja? ¿Era aquello tener una relación romántica?

No estaba seguro de la naturaleza de la relación que tenía con Sakura en ese momento, lo único que sabía es que le había propuesto matrimonio como una atolondrada medida precautelar para no dejar de verla cuando le encierren posiblemente de por vida, porque su consternada mente sentía que no podía estar un día más sin ella, maldita conmoción.

Un par de días después de su primer encuentro sexual se había recuperado del todo retomando su frío y distante papel en la vida, sintiéndose en silencio lo suficientemente apenado por su comportamiento inadecuado como para volver a tocarla o si quiera mencionar el tema de su extraño arrebato hormonal, desconectado por completo de su realidad apenas recordaba algún detalle de lo ocurrido, todo parecía desarrollarse en su mente como una especie de sueño lucido, pero no podía simplemente decirle que no estaba en sus cinco sentidos y que todos aquellos dulces momentos vividos a su lado le hacían mella en la cabeza al pensar en lo abiertamente patético y necesitado de afecto de su actuar pero no quería herirla ni hacerle sentir arrepentida pues él mismo aunque se sintiese como un tonto, no se arrepentía de haberle abierto al menos un poco su corazón, así que solo se disculpaba por darle molestias cada que tenía oportunidad y repetía mucho la palabra gracias, ella decía que ninguna de las dos cosas eran necesarias y que no debería de repetirlas tanto porque estaba exasperándola, entonces su cara ardía y volvía a disculparse arrancándole un suspiro desesperado rogando al cielo paciencia.

Cuando su seria y espectral personalidad regresó del todo a su cuerpo comenzó a sentirse más bien curioso sobre la mujer con la que tendría que convivir durante su raro momento de "prisión domiciliaria" pero tampoco es que se sintiera abrumado por su presencia, estar a su lado no era para nada desagradable, el que no hubiese vuelto a tocarla no significaba que no la desease como mujer, a fin de cuentas era un hombre de carne y hueso, habiendo probado las mieles del placer era innegable sentir aquellos impulsos incomodos que lo incitaban a acariciar su piel y el tenue roce de su cuerpo durmiendo junto al suyo todas las noches no hacía más que avivar ese fuego, encendía algo en él que años atrás había lanzado al fondo del baúl de su mente cegada por el odio y la venganza, pero eran tiempos distintos, básicamente no tenía nada mejor que hacer que meditar sobre aquellos pensamientos, pensar en lo que significaba poder hacer feliz a alguien más y a sí mismo pero simplemente...

Ella parecía demasiado avergonzada a la mañana siguiente por haberse dejado llevar de ese modo y temía que las cosas se volvieran incomodas si insinuaba algo sobre "el asunto con S" después de todo ella estaba tan agraviada por las miradas indiscretas de los vecinos que se habían mudado un par de días después a un sitio más cercano al hospital con la excusa de necesitar:

"Un sitio un poco más grande para los dos"

Ahora que sus turbulentos pensamientos no eran azotados por el odio y la venganza se permitía por momentos admirar el atractivo físico de la mujer sentada tras el escritorio, sintiéndose algo así como orgulloso de haberla tomado como suya porque Sakura era realmente hermosa no solo en el exterior, su amor era tan puro que se le antojaba inmerecido, pero le atraía todo su ser, su cabello caía con gracia en sus mejillas enmarcando su rostro cuando se hacía un rodete y no podía evitar que sus ojos se prendaran de sus labios cuando se retocaba el labial rojo que la hacía lucir más como una mujer y menos como una adolescente, había aprendido algunas cosas sobre ella en esos días, como el hecho de que tenía el hábito de arrugar graciosamente la nariz cuando estaba profundamente concentrada, su adicción al anmitsu que la llevaba a llenar su despensa de latas y latas de aquel postre, su forma de olvidarse de la existencia de todo y todos cuando estaba concentrada desarrollando algún antídoto o medicamento, se remangaba la bata cundo la cosa iba en serio, también el gran respeto que infundía su presencia en el hospital general de Konoha, por momentos sintiendo que eran todo lo contrario, ella tan respetada, profesional y él la representación física del deshonor y la miseria.

No podía vagar por la aldea libremente sin que su hermosa carcelera estuviera junto a él vigilándole, así que silenciosamente no tenía más opción que seguirla a lo largo del día convertido en su sombra, la acompañaba al trabajo y la observaba realizar papeleo del hospital con diligencia sentada tras su escritorio, Sakura tenía la enorme responsabilidad de dirigir ese lugar en ausencia de Tsunade y Shizune quienes después del retiro se habían tomado unas largas vacaciones para volver a viajar apostando, la manera en la que ella cargaba con toda esa responsabilidad de forma tan diligente lo hacía admirarla un poco más, porque era hermosa, inteligente, amable y tan modesta que jamás aceptaba un cumplido, aunque de cierto modo le alegraba que no aceptase cumplidos ni siquiera de los shinobi que durante sus primeros días con ella se le habían acercado con intenciones claramente románticas, ella los rechazaba amablemente pero sabía que su gentil negativa no era la razón por la que no regresaban, una sonrisa arrogante se deslizó por su rostro observando fijamente a la mujer que poco a poco resolvía sería suya, porque sus sentimientos eran un enredo y desde luego le era muy dificil comprenderlos pero si de algo estaba seguro... es que no quería dejarla ir esta vez, no como aquel día en la banca.

Por otra parte aquella "inusual" ausencia de pretendientes tenía una razón de ser pues era muy obvio que desde que ella le llevaba a todo sitio sujetando su mano entrelazada con la suya las miradas recelosas de algunos hombres se ceñían sobre ellos y ningún pobre tarado se había atrevido a acercársele pues su presencia los aterrorizaba, incluso si no podía hacer absolutamente nada en su contra.

Hacían bien.

Le vio fruncir el ceño y torcer los labios mientras revisaba los resultados de algunos exámenes en su experiencia eso significaba malas noticias, sin dudas no era fácil estar liderando un hospital entero en medio de una posguerra a sus escasos casi dieciocho años y más cuando desaparecía durante horas para realizar operaciones complicadas y salvar vidas, su labor era impresionante le hacía sentir que de los tres integrantes originales del equipo siete ella era de hecho quien había llegado más lejos en lo referente a la profesión que había elegido pues Naruto y él eran técnicamente unos gennin fracasados, a veces deseaba poder expresar en voz alta aquellos pensamientos sobre lo que sentía hacia ella y decirle "Me gusta como sonríes cuando las cosas salen bien" pero no cruzaban demasiadas palabras puesto que él era el silencio personificado y expresar sus sentimientos en voz alta jamás había sido su punto fuerte a menos que el sentimiento sea fastidio o enojo...

Aun así no le disgustaba cuando era ella quien iniciaba alguna conversación trivial pues el sonido de su delicada voz le aportaba una sensación cálida de cercanía y familiaridad en la que deseaba reposar para siempre, de igual manera tampoco le disgustaba cuando se acurrucaban en la cama viendo la televisión por las noches porque le hacía sentir seguro, la calidez que le transmitía le hacía imposible contener sus ganas de rodearla con los brazos y ella se acurrucaba en su pecho sonriéndole tiernamente, si tenía suerte ella le besaría la mejilla antes de dormir deseándole buenas noches y él dormiría completamente en paz abrazado a su cuerpo y sin pesadillas, porque era su manera de corresponderse, realmente le gustaba sentirla a su lado y descansar en su luz después de tantos años a oscuras.

Aunque no había otro sitio en el que quisiera estar, el pensamiento intrusivo de que ella estaría mejor sin él se colaba en sus pensamientos atormentándole de vez en cuando, ideas como el hecho de que existan personas que la merecían más, que no la habían lastimado como él lo hizo y que quizás Sakura estaba siendo una tonta al elegirle a él.

Pero al mismo tiempo era consciente de lo que sentían el uno por el otro y como Sakura solía decir "no podría cambiar el amor que siento por ti aunque quisiera" y aunque ella le dedicara tan tranquilizador discurso espantando todos sus pensamientos intrusivos le fastidiaba el hecho de que él jamás prendió a demostrar afecto, no sabía cómo hacerla feliz, no quería que ella no se sintiera amada pero ni siquiera sabía cómo demostrarle que estaba dispuesto a amarla de la forma en que ella lo hacía, que por fin tenía claro que quería estar a su lado y aceptar sus sentimientos y eso era frustrante.

Para su desgracia técnicamente Sakura era la única mujer en su vida de quien había recibido afecto femenino pues su madre murió cuando él aún era pequeño y no recordaba demasiado como era su interacción con ella, de vez en cuando se preguntaba cómo habría sido su vida si no hubiese estado tan solo.

¿Sería más feliz?

¿Sería él muy diferente a como era actualmente?

Sus ojos se posaron en Sakura nuevamente, en ese tiempo había adquirido el extraño habito de perderse en su rostro, a veces ella levantaba la vista de los libros o del trabajo encontrándose con su mirada perdida sobre su faz y se ruborizaba volviendo automáticamente a lo que sea que estuviera haciendo sin cuestionarle, era una emoción nueva sentir lo mucho que lo complacía el solo poder verla en la tranquilidad de su monotonía, aunque poco a poco parecía acostumbrarse a su silenciosa atención, a veces lo encontraba observándola y le daba una pequeña sonrisa arrugando tiernamente su nariz y el cariño brillaba en sus ojos verdes antes de volver a lo suyo haciéndole sonreír discretamente también.

A veces realmente sentía que ella le hacía de niñera, lo llevaba al trabajo y lo sentaba en una silla y él se estaba quieto allí por las siguientes horas como un niño obediente, le tomaba de la mano y le llevaba a probar diferentes sitios para comer algunos los repetían, otros los descartaban y la escuchaba parlotear mientras le secaba el cabello por las noches para que no se resfriase y él se dedicaba a relajarse en sus cálidas manos deseando secretamente no haberse perdido de tanto.

¿Era esa la vida que le había ofrecido años atrás?

Si, habría sido feliz así.

Eso mismo lo había llevado a descubrir que aún quería a Sakura, en su encierro y silencio había tenido tiempo suficiente para reflexionar acerca de sus sentimientos por todos, y se sintió feliz al darse cuenta de que tras tanto tiempo al fin podía aceptar al menos para sí mismo que sentía algo especial por ella algo que siempre había estado ahí en su corazón muy oculto y aislado de todo el odio y rencor que sentía, y estaba agradecido porque aquella parte de si no se contaminase porque había sentido genuino afecto y protección hacia aquella chica pelirosa siendo compañeros de equipo y estaba agradecido por su existencia y por lo que representaba en su vida incluso de niños su miedo a perder nuevamente a sus seres queridos era lo que le había impulsado a ser más fuerte hasta que Orochimaru le recordó cuál era su camino arrastrándolo a errar.

Ahora era consciente de que quizás de haberse quedado en Konoha habría descubierto la verdad eventualmente y quizás Itachi estaría vivo y Danzo sentenciado por su crimen. Es lo que tenía pasar las veinticuatro horas del día y los siete días de la semana con una sola muy ocupada persona, tienes tiempo para meditar sobre todos los errores cometidos en tu vida e imaginar escenarios, sobre todo siendo alguien tan silencioso e incapaz de iniciar una conversación, una pequeña sonrisa se dibujó en su faz asintiendo quedamente cuando ella se levantó de su lugar anunciando que llevaría una pequeña pila de carpetas a los archivadores y regresaría en seguida, solía decir eso constantemente y luego desaparecía durante horas porque alguien se estaba muriendo o tenía que atender alguna emergencia, extraer venenos, operar shinobis, salvar madres e hijos en partos riesgosos, Sakura hacía un poco de todo y eso también lo hacía admirarla, aunque nunca se lo decía en voz alta, le gustaría hacerlo algún día.

Ser capaz de expresar más emoción.

Ahora que al fin podía permitirse sincerarse consigo mismo habría de aceptar que Sakura siempre le fue atractiva ante sus ojos tanto como lo era para los de cualquier otro chico de doce con las hormonas a flor de piel, pero lo que más le gustaba de Sakura era su inteligencia y su tenacidad eran rasgos que la volvían una persona interesante, pero sin dudas tenía que reconocer que lo que más quería de ella era su cariño y atención como antaño, porque debajo de su fachada de frío vengador siempre se ocultó un ser humano, un ser humano que se sentía solo e incomprendido tras haberlo perdido todo y quería sentirse querido como una vez lo fue, por eso en el fondo de su alma siempre era a ella a quien sus ojos buscaban primero al despertar en el hospital tras ser herido, se permitía ser abrigado por sus frágiles brazos cuando estaban en soledad, ella era consciente porque era lo suficientemente lista para saber que no era ajeno a su cariño, ni a sus sentimientos, era la única a quien permitía acercarse tanto, odiaba el contacto físico, realmente odiaba que le tocasen y aun así podía respirar tranquilo cuando estaba en sus brazos sintiéndose protegido en la calidez de su cuerpo menudo, los días de tormenta, las noches con pesadillas e incluso cuando enfermaba y ella era la única que estaba allí junto a él para cuidarle y velar por su bienestar, realmente se sintió por un momento tentado a renunciar a todo y aferrarse a la calidez de sus brazos rogándole que no le deje ir, que no quería odiar a su hermano, solo quería vengar a la familia que tanto amó, porque seguía siendo un niño cuando dejó la aldea y en el fondo tenía miedo, en el fondo quería seguir sonriendo, quería seguir haciéndose fuerte con sus amigos y su maestro y quería seguir sintiéndose querido por ella así que cuando su pelirosa compañera le abrió su corazón la noche en la que la abandonó realmente lo consideró, por un momento quiso detenerse, abrazarla, aceptarla...

Pero su odio por su hermano y su deseo de venganza fueron más fuertes que todo el amor que había llegado a sentir por ella.

"Estoy enamorado de ti"

A veces las palabras luchaban por salir pero no sentía tener el derecho a pronunciarlas aún, aunque ella le amase con toda su alma aún sentía la necesidad de ganarse el derecho a apropiarse de ese amor después de todo lo que había hecho y recordaba a veces como se arrepintió de no habérselo dicho esa noche porque quizás ella le habría tomado de la mano, le habría llevado a casa, le habría preparado algo caliente y se habría quedado a su lado velando su sueños y habrían despertado juntos y quizás el amanecer en Konoha nunca antes habría sido tan bonito, pero no lo hizo y jamás se había arrepentido tanto como en esos días en los que estaban juntos bajo el mismo techo y su convivencia era tan cómoda que le hacía reafirmarse lo feliz que habría sido si realmente se hubiera quedado a su lado en Konoha, si no se hubiera marchado a los trece, si quizás hubiera tomado la decisión de volver sobre sus pasos, tomar su mano y aceptar su corazón seguirla lealmente y dejar que ella le haga feliz, permitirle seguir abrigándolo con su calor, sanando sus heridas y protegiéndole valientemente como siempre lo hacía, arrullando sus sueños con su dulce voz y hacer lo mismo por ella, porque tras hacerle tanto daño lo único que deseaba era enmendar su error y cuidar de ella, protegerla, hacerla feliz.

¿Pero quien podría ser feliz a su lado?

Ella merecía un mejor hombre… alguien a su altura, alguien sin pasado, alguien que pudiera expresarle cuanto la amaba y demostrárselo.

Porque si de algo estaba seguro eso es que amaba a Sakura incluso desconociendo el significado de aquella palabra.

El sonido del teléfono de la pelirosa vibrando en la mesa lo sacó lentamente de sus pensamientos y tiñó su mirada de curiosidad cuando la pequeña pantalla se iluminó anunciando el nombre de Kakashi, el teléfono vibró un par de veces más y luego la pantalla se apagó, antes de que pudiera volver a sumergirse en su introspección el teléfono volvió a vibrar con insistencia, pensó que debía de ser algo importante así que decidió tomarlo, lo abrió con curiosidad presionando el botón verde que había visto a Sakura con anterioridad presionar para responder y dijo sonando algo intrigado:

-Kakashi.

-¿Sasuke?

-Hn.

-¿Dónde está Sakura?

-Archivando.

-Dile que me llame a la oficina en cuanto regrese, por favor.

-Hn.

Sonaba asustado, probablemente no eran buenas noticias para él, quizás la alianza shinobi al fin había dictado el veredicto de ejecutarle sin más.

Cerró la tapa del móvil dejándolo de vuelta sobre el escritorio, pero la voz suave y risueña de Sakura lo sobresaltó ligeramente cuando entró seguida del ruido sordo de la puerta al cerrarse.

- ¿Así que husmeando en mi móvil? Lo único que encontrarás ahí son fotos de ti estando distraído y fotos que Naruto se hace a sí mismo y a los demás cuando descuido este aparato- bromeó riendo bajito.

Asintió tan serio como siempre y sin captar del todo su chiste.

-Kakashi llamó, parecía importante.

-Oh…- sus ojos le observaron tiñéndose de preocupación y pestañeó rápidamente, a estas alturas la conocía lo suficiente como para saber que estaba muy nerviosa por aquella afirmación.

- ¿Qué pasa? - inquirió sin más.

Ella suspiró profundamente y le tomó de la mano guiándole hacia el sofá de la oficina sentándose e invitándole a sentarse acción que obedeció con una mirada curiosa, sintió el cálido toque de sus manos en las suyas y sus ojos se ciñeron sobre ella consternados, conocía esa expresión y no significaba buenas noticias.

-Se lo que va a decirme… lleva diciéndomelo desde la semana pasada, el Raikage y el Tsuchikage han sido insistentes respecto a tu condición y el plazo de treinta días de libertad condicional por razones médicas para que te recuperes está por terminar- sus ojos verdes reflejaron su aflicción, pero él solo pudo dedicarle una mirada comprensiva.

- ¿Te dejarán venir a verme? - preguntó sonando más suplicante de lo que le gustaría, decepcionado la observó negar con la cabeza.

-Han limitado mis visitas médicas a una por mes- suspiró resignada- quizás lo de las visitas conyugales no era una idea tan loca…-se sonrojó.

Sasuke reprimió una silenciosa risita divertida.

-Te lo dije- su pequeña sonrisa se amplió y sus ojos brillaron determinados le dio un pequeño golpecito con sus dedos en la frente divirtiéndose con su expresión azorada y se sorprendió de verse a sí mismo inclinándose sobre su rostro para rozar sus labios tímidamente, un dulce toque totalmente inocente la única forma en que su cerebro le indicaba que podía demostrarle sus sentimientos - Estaré bien- susurró aún cerca de su boca entonces ella le rodeó el cuello llevando sus manos a su nuca y le besó con más firmeza y profundidad, aceptó algo impresionado pero gustoso aquellas caricias a sabiendas de que no volvería a probarla en un largo tiempo.

Quizás nunca más.

El temor de una sentencia de muerte pesaba más sobre Sakura que sobre Sasuke, a él genuinamente no le disgustaba, si lo sentenciaban a morir entonces se lo habría ganado a pulso, aunque Kakashi alegara que no podían perder el linaje legendario de los Uchihas cargándose al último que quedaba, lo único que le dolía de todo aquello es que no podría cumplir sus sueños al lado de Sakura, porque últimamente cada vez que la veía la idea del matrimonio se volvía más tangible y la visión de ella con un pequeño ser fruto de ambos en brazos era todo lo que le daba paz y fe en que podía crear un futuro feliz para ambos sabía que eran jóvenes para pensar en ello, pero su turbulenta vida le hacía sentir que tenía muchos más años de los que realmente tenía.

Además, anhelaba volver a sentir la calidez de tener una familia, volver a casa y ser recibido por el cálido abrazo de su mujer y ver crecer a su pequeño o pequeños alejado del odio y las maldiciones o al menos dejarle a Sakura algo que fuera de los dos una huella pequeña en el mundo, el último rastro de su existencia, pero ¿Cómo? Se preguntó viendo a Sakura escuchar lo que sea que Kakashi estuviera comunicándole por el teléfono, nada bueno por supuesto, sus ojos brillaban a punto de llorar.

Tragó grueso.

Ingresaron al departamento que compartían ya muy entrada la noche sumidos en un silencio sepulcral que los acompañó durante la cena y hasta el momento en el que se metieron a la cama y como ya era costumbre cruzó su brazo sobre su cintura atrayéndola suavemente hasta su pecho relajándose envuelto en el delicado aroma floral que se desprendía de ella, sintió sus dedos acariciar distraídamente el dorso de la mano masculina que descansaba sobre su abdomen.

-Estás muy callada- señaló con su voz que no reflejaba emoción alguna.

-Estoy pensando en una manera de… de conseguir más tiempo…-susurró su voz atenuándose decepcionada, podía sentir el miedo en el timbre de sus palabras y una diminuta sonrisa tranquila se dibujó en su faz.

-Vendrán por mi mañana mismo ¿verdad? – el cuerpo de Sakura convulsionó ligeramente reprimiendo un sollozo confirmando sus sospechas, notó como ella se tragó sus lágrimas inspirando con fuerza, Sasuke sintió el peso de su cuerpo al inflarse de aire antes de voltear, sus ónices brillaron intrigados encontrándose con los cristalizados jades de ella muy cerca de su rostro antes de verla asentir suavemente reprimiendo su dolor en el silencio.

Tomó una larga inspiración por su nariz exhalando con la misma lentitud, sintió la respiración cálida de la pelirosa golpear su nariz y viendose ligeramente avergonzado y tenso supo entonces que probablemente era su única quizás última oportunidad para demostrarle que todo aquello que sentía por ella era real aunque no encontrara las palabras para expresarlo y se acercó despacio como quien teme espantar a un animal herido, con timidez rozó sus labios otra vez como en la tarde disfrutando del lento contacto y la suavidad de la piel abrigando la suya ella le correspondió con la misma suavidad, deslizó la mano en su cintura hasta su cabeza profundizando el beso recorriéndola hasta detenerse en una ligera caricia en su mejilla y sintió las manos de ella acariciarle despacio el pecho, temerosa deslizó la punta de su lengua y Sasuke se estremeció sin saber muy bien que hacer, se sentía azorado y sabía que ella podía entender en silencio la intención de sus besos y estaba dispuesta, imágenes fugaces de su primer encuentro sexual le revelaron la intensidad del mismo, sonrojado se separó de ella como si sus labios repentinamente ardieran, sintió miedo, miedo de volver a lastimarla, miedo de volver a romper su corazón con su ausencia ¿Y si lo sentenciaban a morir? ella llevó sus manos de su pecho a su rostro sujetándole y sonrió con suavidad casi como si le leyera la mente.

-No tengas miedo, es natural…- susurró- ¿Qué sientes Sasuke-kun? – inquirió con dulzura, sus manos se habían movido a la parte posterior de su cabeza acariciando sus cabellos delicadamente arrancándole un suspiro casi aliviado y el repentino temor que lo abrumó al sentirse excitado salió de él junto con el aire, su ceño se frunció ligeramente analizando los ojos verdes que lo contemplaban con amor.

-No estoy asustado…-declaró orgulloso y escuchó su risita contenida antes de deslizar los brazos por su torso y pegarse a él acurrucada en su pecho.

-Entonces ¿Qué es lo que te preocupa?

-No quiero lastimarte…- susurró avergonzado- t-temo no saber hacer esto y que sea incómodo para ti, temo que mi ausencia te haga daño otra vez…

Ella soltó una leve carcajada y calló abruptamente sintiendo al pelinegro tensarse entre sus brazos.

-Eres realmente lindo- le halagó enternecida separándose para verle con una sonrisa- ya hicimos esto antes, no parecías tan abrumado la primera vez- rio, pero su mirada jade se tiñó de confusión cuando encendió la luz baja de la mesita y se encontró con los ojos ónice de Sasuke genuinamente desorientados y tristes.

- ¿Me creerás si te digo que no puedo recordarlo bien? Para mi… esos días se sienten como un sueño y estoy muy apenado de haberme comportado de ese modo tan… no lo sé… lo siento Sakura, yo… siento que me he aprovechado de ti- masculló y a ella se le antojó increíblemente tierna la manera en la que el rosa tiñó las mejillas de Sasuke.

-Entiendo… debió ser por la conmoción, recuerdo que te comportabas de una forma muy extraña pero… atenta… y dulce- rio algo en su voz tenían un tinte de decepción que le disgustó, como si se sintiera celoso de sí mismo, de esa versión desinhibida de sí que la había amado con pasión como él mismo no sabía si podría- Sasuke-kun, no tenemos que hacer esto si no lo deseas- declaró rozando la punta de su nariz con la suya en una caricia cargada de afecto- no te obligues a esto solo porque te encerrarán unos meses, tendremos mucho tiempo cuando todo pase.

-Quiero- afirmó sus ojos se clavaron en ella con firmeza- Solo… ¿C-como… debería yo...?

La ingenuidad de Sasuke la abrumaba un poco, se le antojaba tierna como algo que no combinaba en absoluto con su pasado oscuro, podía ver en el fondo de sus ojos ese brillo anhelante por encontrar la redención mezclado con deseo y curiosidad, era normal en realidad no es que ella fuese una experta en sexo pero había corrido con el lujo de tener una adolescencia más o menos normal con conversaciones femeninas normales y a fin de cuentas ser medico la dotaba de cierta ventaja en conocimientos anatómicos, Sasuke era un hombre, uno frío y distantemente respetuoso y prudencial pero un hombre con un torrente sanguíneo, hormonas y un órgano sexual, contrastó mentalmente al hombre semi-recostado a su lado que la observaba fijamente consternado y al hombre que le había hecho el amor en su primera noche juntos encontrándose con un brillo distinto en su mirada como si realmente fueran dos personas mucho más allá de una conmoción y no pudo identificar en realidad que podría estar ocurriendo dentro de esa hermosa cabeza suya.

Se incorporó de rodillas frente a él sabiendo que Sasuke la deseaba pero tendría que ser la persona que guíe el juego previo al menos hasta que se le quitara ese extraño bloqueo emocional que lo estaba reprimiendo de ser un ser humano, sabía que la naturaleza haría lo suyo y que Sasuke sabría que hacer si se dejaba llevar por sus instintos, él la observaba casi ansioso por lo que haría y se quitó la camiseta con lentitud desnudando su torso, un suave sonrojo se extendió por su rostro cuando la mirada de Sasuke se clavó en sus senos expuestos con intensidad un brillo especial apareciendo en sus ojos y sus labios ligeramente entreabiertos por la sorpresa.

- ¿Quieres tocarlos? – inquirió intentando no sonar nerviosa, él se incorporó sentándose en la cama con sus piernas extendidas, le hizo gracia la forma en la que sus cabellos despeinados se agitaron cuando asintió con suavidad, sonrojado y serio sin dejar de observarla fijamente a los ojos forzándose a no mirarle los pechos, entonces rio suavemente sentándose sobre sus muslos con sus piernas a los costados de los mismos y tomó sus manos guiándolas hasta sus senos, él sonrojo en su rostro se intensificó y ella se estremeció con el contacto- puedes mirar, está bien- susurró despacito, acariciándole el mentón antes de inclinar su rostro sobre el suyo elevándolo ligeramente para unir sus labios en un beso suave.

Nunca le había llamado la atención aquello y genuinamente no sabía nada sobre el sexo como una actividad placentera o sobre qué les gustaba a las mujeres durante el acto, no sabía… como satisfacerla pues sus conocimientos se limitaban al hecho de que el sexo servía para procrear, pero apenas podía hacerse una idea sobre lo que significaba hacer el amor y dar placer, y mientras le acariciaba los pechos con el rostro ardiéndole sintiendo su boca moverse tenuemente sobre la suya pensó en que desearía ver las reacciones de su rostro así podría encontrar arrepentimiento o decepción, pero tras todo aquello solo había un deseo, quería hacerle el amor.

Deseaba poder comunicarle con su cuerpo todo lo que sentía por ella.

-Relájate Sasuke-kun- susurró ella cerca de sus labios al separarse- estás muy tenso- acarició sus hombros presionándolos en un leve masaje y en ese momento se dio cuenta de lo verdaderamente tenso que estaba, procuró relajarse aunque en cuanto sintió los labios de ella moviéndose sobre los suyos otra vez y su lengua acariciándolo con intenciones placenteras finalmente se dejó ser y obtuvo imágenes mentales de lo que había ocurrido en la primera noche a su lado y otras cuantas ideas de su propia imaginación que encendieron una llama en su interior como nunca la había sentido.

Sus caricias antes curiosas se volvieron más audaces descendiendo por su cintura hasta acariciar los glúteos cubiertos por el short del pijama casi con temor a asustarla, ella gimió despacito en medio de su beso y sintiéndose aprobado aprovechó para tomar un poco de iniciativa y deslizar su lengua con cuidado en su boca encontrándose con la suya, ella se adueñó del momento profundizando el beso con una suave sonrisa deslizándose en medio y guiándolo con sus manos sobre las suyas que reposaban en sus pechos con movimientos circulares, jadeó cuando ella deslizó sus labios con cortos besos sobre su mejilla hasta posarse en su cuello lamiendo despacio- tranquilo… solo déjate llevar ¿Si?- suspiró contra la piel de su esternón depositando un fugaz beso, la empujó con delicadeza para recostarla sobre la cama, ella le dio una mirada expectante sonrojada hasta la coronilla por ver aquel repentino cambio de ánimo en Sasuke.

No estaba seguro de como continuar y temía estar incomodándola y arruinando el momento así que se posicionó sobre ella y probó sus labios una vez más con algo de torpeza guió el beso sintiendo como ella se relajaba y le cercaba a ella acariciando los cabellos de su nuca, recuperando el aire se incorporó ligeramente y se quitó la camiseta, no perdió detalle de cómo sus jades brillantes recorrieron su piel deseosos, ella le dio una pequeña sonrisa cuando posó sus manos sobre sus caderas, ella asintió adivinando sus intenciones y deslizó la delicada tela del pijama y su ropa interior desnudándola por completo para él, la contempló unos breves segundos preguntándose si aquello que ardía en su interior era lo que las personas normales conocían como deseo, porque realmente estaba sintiendo que la deseaba.

Le encantaba todo de ella.

Sonrojado pareció congelarse sin saber que más hacer ella rio bajito ruborizada y divertida de ver el bloqueo por el que estaba atravesando otra vez y se incorporó en la cama empujándolo despacio hasta hacer que se siente recargándose en el espaldar con las piernas estiradas como había estado previamente, parecía un muñeco con el rostro girado con una mezcla de lujuria y confusión cuando la vio recogerse el cabello en una coleta y arrodillarse frente a él deslizando sus pantalones hasta sus rodillas reprimió un brinco.

-Estás pensando demasiado- rio- cierra los ojos y siente…- le dio un fugaz beso sobre los labios y contuvo un gemido en su pecho entrecerrando sus ojos estremeciéndose de placer cuando ella tomó su miembro con su mano derecha moviéndola en un rítmico vaivén que estaba bloqueando su capacidad de pensar racionalmente, ella sonrió y abriendo uno de sus ojos la vio descender hasta su entrepierna, soplando un poco sobre la punta de su miembro haciéndole temblar, sintió como si sus piernas perdieran la fuerza por completo hundiéndose en el colchón relajado la vio lamerlo despacio deslizando su lengua con delicadeza, haciendo círculos y depositando pequeños besos.

-¿Te gusta?- preguntó ella deslizando su mano despacio por toda su longitud haciéndole jadear y juró que iba a correrse tan solo con la ardiente mirada que sus ojos le dieron desde su posición y asintió despacio sosteniendo un suspiro y empujando sus caderas ansioso, ella volvió a reír suavemente y por fin lo metió lentamente en su boca subiendo y bajando intercalando con suaves succiones, no pudo más que jadear quieto en su lugar apretando las mantas en sus puños con su mente completamente perdida en el enorme placer que le daba Sakura con sus gentiles caricias y movimientos, su boca hizo un sonido de pop cuando ella se detuvo y le sonrió sin dejar de acariciarle con sus manos y se le escapó mirarla suplicante empujando despacio sus caderas hacia ella instándola a chupársela otra vez, ella sonrió y casi se derritió cerrando sus ojos y deshaciéndose en un suspiro ahogado cuando ella volvió a engullirle.

-S-Sakura…-gimió- v-voy a…- demasiado tarde, sintió la dulce liberación gimiendo roncamente y echando su cabeza hacia atrás abrumado por el cúmulo de magnificas sensaciones que recorrían su cuerpo, ella tomó un pañito de la mesita de noche y limpió los rastros de su simiente que se habían deslizado por la comisura de sus labios- lo siento, tu no…-la observó afligido.

-Está bien- sonrió tiernamente antes de volver a su encuentro- ¿Cómo estuvo eso? ¿Te sientes mejor?

-Me siento mejor que nunca- admitió con una pequeña sonrisa- Enséñame, quiero hacerlo para ti…

Ella se sonrojó, pero contempló en sus ojos jade un destello ansioso aparecer fugazmente antes de asentir avergonzada, correspondió su sonrisa e intercambiaron posiciones, observó casi con curiosidad la piel sonrosada de su entrepierna y trató de imitar lo que le había sentido hacer, deslizó su lengua entre sus pliegues probándola despacio como a un helado y la escuchó gemir y jadear excitada, sonrió contra su piel explorando su cavidad sabía que por ahí su miembro tendría que entrar y salir generando una fricción placentera que intentó imitar con su lengua, Sakura tenía razón simplemente estaba dejándose llevar por lo que deseaba probar, la vio llevar sus manos a un punto de su anatomía descubriendo como ella frotaba con ansias el botón que coronaba su intimidad acrecentando la potencia de sus gemidos.

-A-Aquí…-gimió y contuvo un grito ahogando una maldición cuando paseo su lengua despacio por aquel punto sensible, observó interesado sus gestos, la expresión contraída y excitada en su rostro e introdujo uno de sus dedos iniciando un lento vaivén concentrado en el dulce sonido de sus gemidos reverberando en la habitación como si en el mundo solo existieran los dos, entonces metió otro dedo y ella le acompañó con el movimiento ansioso de sus caderas- S-Sasuke-kun… a-ahora…

No necesitaba ser un genio para comprender lo que deseaba, basta con seguir el hilo de su mirada, entonces esto es a lo que llamaban "Juego previo" se posicionó sobre ella mirándola a los ojos compartieron una suave sonrisa cómplice y ella pareció dejarse caer relajada sobre la cama cuando él tomó una de sus piernas recargándola sobre su cadera para tener mejor ángulo con su mano libre tomó su miembro nuevamente erecto y lo guió a su entrada sintiendo como ella se estremecía y movía sus caderas en su dirección asintiendo con su mirada entrecerrada, se deslizó entre sus piernas con suavidad quedarse quieto un momento hipnotizado por su expresión contraída de placer y sus manos enterrándose en las mantas con un fuerte apretón, sus inexpertas caderas se movieron en un lento vaivén escuchándola gemir, simplemente lo dejó ser, lento, profundo… más fuerte… más rápido…

Se agitó aumentando progresivamente la fuerza y profundidad de sus embestidas inspirado por los sensuales sonidos que escapaban de su boca, sus labios buscaron los suyos con necesidad perdido en el erótico eco de sus pieles chocando, jadeos y gemidos fusionados en el aire, mordió su labio deseoso probando toda su boca con su lengua, recorriéndola con sus manos, grabando a fuego en su memoria cada curva de su cuerpo, cada palabra, cada suplica que emitía su dulce boca, si, era justamente lo que anhelaba… era esto… hacerle el amor, ella pareció dejarse ir en un fuerte estremecimiento aceleró un poco más sus embestidas buscando su propia libertad sintiendo las paredes de ella contraerse con fuerza alrededor de su miembro extasiándolo mientras alcanzaban juntos la cúspide del placer carnal.

No hubo un te amo.

Las palabras nunca se le dieron bien, tan solo una larga caricia por su rostro y un dulce beso que esperaba le transmitiera todo lo que significaba ella en su vida, lo mucho que la extrañaría ahora que sería encerrado y quizás asesinado y por supuesto lo mucho que la amaba y siempre la había amado, incluso en la oscuridad cuando su recuerdo había sido su única luz y consuelo, había llegado a la conclusión de que no quería morir, lucharía porque realmente quería seguir viviendo…

Por ella, con ella.

Cerró los ojos somnoliento, se dejó caer en sus brazos acurrucado en la firme convicción de entregarle lo que le quedase de vida, se sentía seguro allí, en su presencia nada podría lastimarlo nunca más.

•••

Después de un año y cuatro meses en la cárcel en los que solo había visto a Sakura un total de diez veces pues durante alguna ocasión el día veinticinco en el que ella le visitaba para su revisión médica mensual no coincidía con su presencia en la aldea por estar cumpliendo con alguna misión haciendo que los siguientes treinta días de espera se volvieran infernales.

Finalmente tras una larga investigación y varias sesiones de juicios fue declarado un hombre libre y a sus diecinueve años lo primero que hizo fue plantarse en casa de Sakura y congelarse patéticamente con las palabras atoradas en su garganta antes de apaciguarse y pedir su mano a sus padres tartamudeando como quien no ha usado su voz en años, por supuesto sus suegros se mostraron algo recelosos, pero observando la expresión pletórica y suplicante de su hija sujetando su mano entre las suyas con todo su amor habían aceptado resignados a dejarla ir con el único chico que había amado toda su vida.

Lo entendía, a él tampoco le convencería demasiado si su hija apareciera de la mano con un exconvicto acusado de terrorismo y conspiración anunciando su deseo de casarse con él tras solo unas cuantas semanas de que este saliera de la cárcel.

Pero esas son cosas que quizás descubriría siendo padre.

Una de las cosas "buenas" de ser un huérfano es que no tenía nadie con quien compartir la enorme herencia de los Uchiha que ahora tenía la responsabilidad de administrar, tras haber estado persiguiendo su venganza durante tantos años y luego otros tantos meses en prisión había olvidado la existencia y de cosas cotidianas como ir al banco, hacer una fila y escuchar a su mujer parlotear con la anciana delante de ellos, Sakura se había reído bastante de él cuando tuvo que acompañarle a presenciar su primera vez realizando un trámite burocrático cotidiano y casi se había desmayado al mirar la exorbitante cantidad de ceros en su libreta de ahorros que ni el mismo sabía que tenía.

Realmente Itachi se había encargado de todo incluso de obligar al tercero a proteger su patrimonio, se preguntó por un momento si existía alguna especie de contrato firmado por ambos.

Su primera misión como hombre de familia: Buscar una casa.

No tardaron demasiado en decidirse por una preciosa casa tradicional en las afueras de la aldea que le recordaba a la casa en la que creció en su infancia, a Sakura le había encantado la vista privilegiada que tenía la habitación principal hacia una laguna privada en el extenso jardín que colindaba con el bosque que a él le había parecido práctico para entrenar, sobre todo cuando sus hijos tuvieran edad para aprender el katon, una propiedad de varias hectáreas lo suficientemente cerca de la aldea para llegar a cualquier sitio y lo suficientemente apartada para sentir su privacidad intacta.

Tres días después de mudarse ella había aparecido con dos patos que decía eran "Un regalo de Ino" con esa expresión nerviosa muy suya cuando estaba diciendo "mentirillas piadosas", pero estaba seguro ella había capturado esos patos de la laguna del parque liberándolos en su laguna privada para que viviesen ahí y "tengan patitos", cuatro días después él ya había acogido a un gato callejero que le siguió a casa al que habían nombrado "Kuro" por su oscuro pelaje y mirada aburrida, Sakura se empeñaba en recordarle que se parecía a él aunque realmente no entendía cuál era el parecido que le encontraba, quizás eran parecidos en el hecho de que a ambos les gustaba dormir la siesta sobre su regazo y ser acariciados por ella.

Faltaba todo un mes para la boda oficial, pero Naruto y Sai le habían convencido de ir a mirar trajes tradicionales para sacarle de casa, Sakura quería una celebración de boda tradicional pequeña e íntima con solo las personas más queridas para ambos, no tenía familia así que Kakashi le haría de padre y Naruto de padrino.

Caminó por la aldea a paso lento devolviendo saludos a un par de conocidos si es que asentir con la cabeza se podía considerar saludar, aún sentía todo aquello tan irreal y a veces realmente se preguntaba como aquellas personas podían estar tan tranquilas sabiendo que en algún momento de sus vidas él pensó en atentar contra ellos, el mismo hilo de pensamiento le llevó a recordar aquel aura de desconfianza que solía rodear a Mebuki Haruno en su presencia, era comprensible, era más bien una reacción realista y fresca para él, irónicamente su suegro era quien le había aceptado antes acogiéndole cálidamente en la familia refiriéndose a él como su yerno cada vez que lo presentaban a alguna persona cuyo nombre no podía recordar, no le desagradaba Kizashi Haruno, incluso le gustaba pasar algo de tiempo junto a él en la biblioteca que dirigía su próxima familia política, porque tenía la costumbre de hablar mucho como Sakura, y hablar mucho sobre Sakura aportándole información de utilidad sobre sus gustos y muchas anécdotas e historias sobre la pelirosa que se había perdido por estar lejos, así que a veces ayudaba a clasificar libros para no sentirse por completo un flojo o un adicto al entrenamiento, por el mismo camino, en ese tiempo compartido se había enterado de que Kizashi se había retirado del servicio shinobi después de la tercera guerra, su mejor amigo se había sacrificado para que él pudiera vivir por lo que decidió honrarle conservando la oportunidad de vivir por los dos.

Le hizo considerar brevemente retirarse de la vida shinobi para conservar su paz, dedicarse a otra cosa, quizás trabajar con ellos en la biblioteca para distraerse tal como lo hacía últimamente pues si de algo estaba seguro eso era de que su regularización como ninja iba a tomar mucho más tiempo, no le dejarían volver a servir tan fácilmente a la aldea que alguna vez quiso reducir a cenizas y sabía de sobra que una de las razones por las que estaba vivo era por conservar su rinnegan pero no le preocupaba en absoluto, con su herencia el dinero nunca sería un problema, Sakura no se quedaba atrás pues el salario de la directora del hospital no era para nada insignificante, pero al considerarlo seriamente concluyó la imposibilidad de dejar la vida shinobi, debido a todo lo que había hecho cargaba con una diana constante en su espalda y un largo listado de enemigos que ponían en peligro su vida y la de su nueva diminuta familia en la aldea como para simplemente retirarse como si nada, tenía que mantenerse alerta y en forma para proteger a quienes amaba.

-¡Cariño estoy en casa!- la voz cantarina de su esposa llegó a sus oídos desde el genkan, despegó sus ojos del ventanal desde el cual veía el árbol de cerezo cubierto por verdes hojas, esperando pacientemente a la primavera para ver florecer aquellos preciosos brotes que tanto le hacían pensar en ella, el gato saltó de su regazo corriendo ansioso hasta la puerta para sobajearse en su dueña, a paso lento se acercó para recibirla cuando ella entró a salón mimando al gato en sus brazos hablándole una voz aguda y melosa antes de cambiar su foco de atención dejando al pequeño animal en el suelo con delicadeza, se acercó casi con prisa a rodearle cálidamente con sus brazos y depositar un suave beso en sus labios.

-Llegas temprano- señaló dejando caer su mejilla sobre la coronilla rosa, ella no parecía muy dispuesta a soltarle así que solo deslizó las manos por su espalda con suavidad dejándose llevar por la calidez del contacto.

-No había mucho que hacer, es bueno, significa que la gente de la aldea está más sana- rio con suavidad y rompió el abrazo para disgusto del pelinegro quien empezaba a arrullarse en su calor – Huele bien ¿Hiciste la cena?

Sasuke asintió con suavidad.

- ¿Es tu faceta de amo de casa? ¡Vaya! ¿Así es como quedó uno de los shinobis más letales de la historia?- bromeó y risueña se alejó rápidamente hasta la cocina huyendo de él, dejándole plantado con los labios entreabiertos y la mirada indignada.

-Eres una ingrata Sakura Haruno- protestó rodeando su cintura desde la espalda aprisionándola entre sus brazos fingiendo una voz amenazante y escuchando su risa melodiosa inundar la habitación, sonrió habiendo perdonado aquel comentario osado, se dejó llevar depositando un beso en su mejilla desde su posición y la vio sonrojarse en el reflejo de la ventana antes de sonreír con amplitud acariciándole los negros cabellos desde su posición.

-Gracias por hacer la cena Sasuke-kun- casi suspiró dándose vuelta sin romper el abrazo y atrapando sus labios en un beso muy lento- ¿Sabes? He vuelto a mi horario regular.

- ¿Significa que ya no vivirás en el hospital? - susurró aun contra su boca robándole pequeños besos.

-Estás especialmente cariñoso hoy- suspiró Sakura correspondiéndole- ¿Acaso me estás engañando con otra y te sientes culpable? - bromeó.

-Sabes que jamás pondría mis ojos en alguien que no seas tú- respondió seriamente.

-Sasuke-kun…- suspiró y acarició su rostro con amor sonriendo enternecida- t-tengo que decirte algo- mordió su labio inferior con una expresión que solo pudo reconocer como felicidad combinada con nerviosismo y la sintió removerse y deslizarse de sus brazos hasta la estufa y sus ollas con comida caliente rebuscando ansiosa.

Encorvó una ceja sin poder comprenderla.

-¿Si? ¿Qué es? - recargó sus codos sobre la isla y su mentón sobre la palmas de sus manos observándola expectante.

-Bueno… también… he decidido tomarme una licencia, Tsunade-sama y Shizune han vuelto así que ya no tengo… uhm… jornadas exhaustivas y… y puedo estar más tiempo en casa porque…- ella aclaró su garganta y nerviosamente robó un takoyaki del bowl, recibiendo una silenciosa mirada inquisitiva por parte de su prometido.

-Porque…- le instó a continuar y su curiosidad creció cuando la vio tragar pesado el takoyaki tras masticarlo nerviosamente de más.

Sakura asintió repetidamente en silencio y su sonrojo creció antes de finalmente soltar la bomba apretando su brazo derecho con su mano izquierda sonriendo tímidamente.

-P-porque e-estoy… embarazada, Sasuke-kun, vamos a tener un bebé…- reveló finalmente con voz suave y cautelosa mirándole fijamente, su atención completamente enfocada en sus reacciones.

Sonrió emocionado y su rostro se iluminó como hace años no lo hacía y se acercó a paso rápido para rodearla con sus brazos nuevamente acunándola en su pecho suspirando aliviado por las buenas noticias.

-Siéntate ¿Por qué estás de pie? ¿Y si el bebé escapa? - inquirió repentinamente consternado.

-Cariño, es muy pronto para ponerte sobreprotector, no se va a escapar- rio ella divertida cuando él la elevó en el aire cargándola hasta el comedor y depositándola suavemente en una silla- no voy a estar lisiada solo embarazada, Sasuke-kun- protestó sonriente.

-Entonces… ¿Sospechabas?

Ella asintió emocionada.

-Tenia algo de nauseas y llevaba algunos días sintiéndome decaída, tendremos nuestro primer control mañana, Tsunade me dijo que era mejor si descansaba y tomaba la licencia desde ahora, puede que esté de unas seis semanas, pero… ya lo sabremos bien tras el examen- suspiró y sonrió tiernamente emocionada.

Se veía radiante, no pudo evitar sonreírle de vuelta sus ojos desbordando felicidad y esperanza.

- ¿Estás feliz? ¿Verdad? – susurró ella sonando ligeramente preocupada.

- Muy feliz- asintió acariciando su mejilla con suavidad- gracias, Sakura- se puso de pie y besó su coronilla susurrando un quedo "Traeré la cena" antes de dirigirse a la cocina sintiendo los ojos verdes ilusionados clavados en su espalda.

- ¡Tenemos que adelantar la boda o no voy a entrar en el Kimono! - la escuchó protestar desde el comedor y no pudo evitar que una suave risa de genuina alegría escapara de su boca.

Iba a ser padre.

•••

Despertó con un bostezo perezoso, se estiró en la cama sin abrir los ojos y tanteo a su lado esperando encontrarse con un el menudo cuerpo de la mujer que dentro de unas semanas por fin sería oficialmente suya encontrándose con una cama fría, vacía y… ¿Desconocida?

Imposible, se había ido a la cama con ella y tras dos intentos por meter a otro bebé junto al que estaba en camino finalmente se había quedado dormido.

¿Sakura?

- ¡Sakura! - llamó somnoliento- ¿Estas en el baño? - ante la ausencia de una respuesta finalmente abrió los ojos por completo teniendo de frente un tejado que no reconoció, decoraciones en la pared que definitivamente no eran las de la habitación que compartía con la mujer que desde ya llamaba celosamente su esposa, el pánico se apoderó de él levantándose de un salto percatándose primero de que en efecto llevaba ropa interior, pero solo eso.

Mierda.

Por favor no…

Buscó cualquier rastro de botellas de alcohol o algo mínimamente femenino en la habitación, al no encontrarlo descartó lo peor, bien no le habían drogado y quizás no le habían violado, no había despertado en la habitación de otra mujer sin poder recordar si la noche anterior habían celebrado algún tipo de despedida de soltero en la madrugada con la posibilidad de desatar la ira de su pelirrosa mujer con fuerza sobrehumana quien ahora estaba embarazada, no podía haberlo arruinado de esa forma ¿Verdad?

¿Entonces en la habitación de un hombre?

Eso era mucho peor.

¿Casa de Sai? ¿Yamato?

Se estremeció sintiendo nauseas, su rostro se tornó verduzco y preocupado no notó que su pie se había enredado en la sabana cayendo de bruces contra el suelo de madera sujetándose la cabeza.

-¡Argh! ¡Joder! - masculló dolido arrancando con rabia las sábanas enredadas en sus pies fulminando el objeto con la mirada, sus ojos viajaron por la habitación y encontró sobre la mesita de noche una nota con una caligrafía conocida que le hizo exhalar todo el aire en sus pulmones aliviado.

Lo siento cariño me fui temprano, tengo turno en el hospital, envíame un mensaje al móvil si puedes pasar por mi para almorzar juntos, te amo. PD: Ve a la torre Hokage, tienes que ver a Tsunade a las 11:00.

Sakura.

¿Sakura?

¿Turno en el hospital? Era miércoles, su día libre y además estaba de licencia y tenían control prenatal esa mañana.

¿La habría llamado?

A todo esto… ¿Tsunade? El Hokage era el pervertido de Kakashi…

La puerta se abrió abruptamente y el rostro preocupado de una mujer de largo cabello azabache que llevaba más de diez años sin ver le congeló en su sitio, sus labios se entreabrieron sintiendo sus ojos arder completamente confundido.

¿Murió?

-¿Estás bien cielo? Escuché un estruendo ¿Te caíste?

Impresionado fue incapaz de pronunciar palabra, sus reflejos le obligaron a reaccionar se colocó en guardia y activó su sharingan intentando detectar el truco.

- ¿Quién demonios eres y qué quieres de mí? - inquirió con ese tono frío y letal que llevaba años sin usar sin querer y por puro reflejo echó la mano hacia atrás intentando desenvainar una inexistente katana como en los viejos tiempos.

Casi se desinfló de decepción.

La mujer ladeó su rostro mirándole profundamente confundida y consternada.

-Ay no… ¡Itachi busca a Sakura-chan! ¡Tu hermano se ha hecho daño en la cabeza! - exclamó preocupada intentando acercarse a él.

-¡¿Más?!- escuchó la inconfundible voz de su hermano llegar riendo a carcajadas hasta la habitación, lejana y atenuada por las paredes de la casa.

Esa voz…

¿Itachi?

¿¡Oh por Dios estaba en la tierra de los muertos!?

.

.

.

.

Notas de la autora:

¡ES 25! ¡Mericrismas oficialmente!

¡Por fin! Estaba ansiando llegar a esta parte porque era más o menos la idea inicial de la historia, pero haber comenzado por aquí habría sido un poco brusco porque tampoco era el "foco" de todo, es más bien un arco que se veía venir pero es uno de los pilares que me llevaron a escribir esto en primer lugar xD Me gusta el timing que tuvo esto porque justo empieza este arco en el capitulo 21 y el capítulo 20 como especial de navidad sirvió como puente entonces me genera cierta satisfacción que el arco anterior cierre con el 20 con Sasuke y Sakura totalmente reconciliados y Sasuke agradecido por su vida porque cae este como ¡PUM! En plan ¿Dónde se fueron todos? Y era precisamente el efecto que quería crear, quería esta sensación de que ambos llegasen a un punto de felicidad y estabilidad en sus vidas para ¡bam! pero no podía lograrlo sin profundizar antes en las relaciones de este Sasuke que proviene de una realidad alternativa relativamente perfecta vs un Sasuke de un realidad en donde ha perdido a toda su familia y ha sufrido demasiado estando en proceso de reconstruir y recuperar todo lo que la vida le ha quitado, era importante para mi desarrollar sus personalidades para que la diferencia sea notoria.

Por cierto ¿Siguen aquí? Me gustaría que me dijeran en los comentarios si les sigue gustando esta historia, estoy algo pensativa respecto a si hacer una historia larga tipo de varios arcos o si cerrar esta historia con este arco que empezamos.

Con cariño,

Azulen.