Capítulo 3x20: "Gentileza."


Pensión Salvatore

Al día siguiente Elizabeth caminaba por la casa hablando por teléfono con Alaric.

"¿Dónde has estado? Te he estado llamando todo el día."

"Sí, lo siento por eso. Sólo tenía que conseguir mi cabeza junta." Alaric dijo.

"¿Así que entiendo que Rebekah consiguió la daga?" Elizabeth preguntó rodando los ojos.

"No lo sé. Me desperté solo. No hay señales de ella."

"Precioso." Elizabeth se burló. "¿Ahora qué?"

"Bueno, yo creo que tengo que salir de la ciudad. En algún lugar aislado." aclaró Alaric. "No dejo de perder el conocimiento, lo que significa que todavía soy una amenaza para todos."

Elizabeth sabia que tenia razón, pero no podia dejarlo. "No sé si ahora sea el mejor momento para que estes pensando en una búsqueda espiritual."

"Es sólo por un par de días. Estoy abastecido de hierbas de Bonnie, así que debería estar bien... Me tengo que ir." rápidamente Alaric colgó.


Hospital Whitmore

Elizabeth estaba en el hospital esperando alguna señal de Meredith, mientras en su mente estaba el nombre de Damon, que había regresado, pero ella sabía que algo habia ocurrido entre el y Elena. Asi que había escapado practicamente de la pensión para no demostrar lo mucho que eso la lastimaba. Sus pensamientos se cortaron cuando vió venir a Meredith en la esquina del hospital.

"Meredith hola." saludó a la mujer presentandose delante de ella, asustándola.

"¡No hagas eso!" Meredith dijo sobresaltada.

"Lo siento." Elizabeth se disculpó enseguida. "Queria hablar contigo."

"¿Qué ocurre?"

"Necesito consejo médico para un amigo... Alaric, lo recuerdas, ¿verdad?." Elizabeth preguntó.

"¿Cómo está?" Meredith preguntó en serio. "¿Aquellas hierbas que Bonnie hizo para él trabajaron?"

"No sé." dijo Elizabeth sacando el tarro de hierbas. "¿Pueden trabajar si no las toma? He encontrado estos en su apartamento sin tocar." cuando la cara de Meredith cayó inmediatamente supo enseguida que eso no podría haber sido una buena cosa. "Oh Dios."


Pensión Salvatore

Despues de despedirse de Meredith llamo a Damon diciendole lo que habia descubierto, luego de eso se quedo sola en la pension, ya que ambos hermanos Salvatores estaban en la fiesta de la escuela de su amada Elena.

Así paso casi toda la tarde y la noche recostada en su cama viendo el techo de su habitación, hasta que su telefono comenzo a sonar. Soltando un bufido molesta lo recogió para ver quien era. Era Jeremy. Frunció el ceño antes de contestar.

"¿Jeremy?"

"Elizabeth." Jeremy dijo enseguida. "Tienes que venir ahora."

"¿Qué pasó?" Elizabeth preguntó levantandose enseguida de la cama al escuchar la agitacion en su voz.

"Es Elena." él logró jadear. "Esther se la llevó. Están en el antiguo cementerio. Por favor necesitamos tu ayuda."

Elizabeth se quedó callada unos segundos dudando de si ir corriendo en salvarle la vida a la persona que estaba empezando a odiar... Pero al final asintio a regañadientes. "Nos vemos allá."

Con eso colgó la llamada, para vestirse con lo primero que encontró e irse rápidamente a la escuela.

Cuando llegó enseguida vió las siluetas de Jeremy y Matt corriendo hacia ella. "¿Tenemos un plan o algo parecido?" preguntó cuando ellos llegaron.

"Se lo ponemos fácil: tiene dos opciones." respondió Matt mientras le pasaba una de las armas que traía a Jeremy. "O nos dice dónde está Elena, o la matamos."

Elizabeth no estaba muy convencida del todo, ya que sospechaba que Esther no les dejaria ésa situación tan fácil. "¿Y los demás?" preguntó mirando a la escuela.

"Estan adentro." Jeremy respondió mientras subían al auto de Matt. "Esther puso un bloqueo evitando que los vampiros salieran."

Ahora Elizabeth entendió porque la habían llamado. Si no era claro que Damon y Stefan, los dos caballeros de brillante armadura de Elena hubieran ido a su rescate sin pensarlo dos veces. "Bien, nos toca salvar el dia." dijo antes de que Matt arrancara el auto.

Quince minutos después, estacionó la camioneta en la entrada del cementerio. En las paredes de ladrillo habían dos faroles con una tenue luz ambarina que iluminaban el cartel de concreto que resaltaba el nombre del lugar.

Siguieron el camino trazado, adentrándose al sendero de árboles y viejas tumbas. Klaus había dicho que su madre iría a una cripta especial y que de allí sacaría el poder suficiente para hacer lo que tenía en mente. La misión era interrumpir el hechizo y acabar con ella antes de que fuera capaz de finalizarlo.

"Ahí está la cripta de los Salvatore." informó Jeremy que se acercó sigilosamente. "En el interior se ve movimiento."

"Bien." dijo Elizabeth acomodándose el cabello detrás de las orejas. "Nuestro objetivo es sacar ilesa a Elena y dejar bien maltrecha a Esther, para luego salir corriendo... ¿Entendido?"

"Deberíamos rodear la bóveda y de esa forma tendríamos todos los frentes cubiertos." propuso Matt.

"Buena idea." asintió Jeremy. "Yo tomaré el lado izquierdo... Matt, tú ve por el derecho."

"Yo iré por el frente." aclaró Elizabeth antes de que Jeremy hablara.

Matt cargó una vez más su arma antes de dirigirse hacia el lado indicado.

"Elizabeth." dijo Jeremy antes de irse también. "Ten cuidado."

"Eso debería decirte yo a ti." Elizabeth replicó sonriendo.

Él sonrió levemente antes de irse hacia la izquierda.

Elizabeth respiró profundamente nuevamente antes de con suma decisión enfilarse hacia la senda que conducía directamente al interior de la cripta... A medida que se acercó pudo ver luces y movimientos. ¿Qué podría haber estado haciendo Esther durante todo el tiempo que les tomó encontrar la ubicación? ¿Le habría hecho algo a Elena? ¿Sería capaz de lastimarla con tal de destruir a su hijo?

"¡Esther!" llamó, en cuanto llegó a la entrada. Mirando de reojo hacia los costados vió a Matt y Jeremy puestos en posición "¡Esther!" pasaron unos segundos hasta que la aludida finalmente salió.

Ella caminó hasta situarse junto a las rejas que encerraba la bóveda.

Y ahí estában. Las dos mirándose fijamente. Los segundos parecían eternos y con sólo tener que verla a Elizabeth le revolvía el estómago y le hacía burbujear la sangre.

"Elizabeth." habló Esther con voz suave, pero firme. "Por alguna razón te estaba esperando."

"¿Dónde está Elena?" preguntó Elizabeth frunciéndo el ceño.

"Tenía la certeza que vendrías." continuó Esther haciendo caso omiso.

Se escuchó claramente como Matt cargaba su rifle. "¡¿Dónde está Elena?!"

Esther miro hacia ambos lados, percatándose que estaba rodeada pero ella no se vio intimidada en ningún momento; sus ojos se mantuvieron serenos al igual que su expresión.

"¿Elizabeth?" Elena dijo saliendo del interior de la tumba.

"Deja que se vaya." ordenó Jeremy cargando su ballesta.

"Que tonto de su parte arriesgar sus vidas en defensa de aquellos que los matarían." habló Esther, sin alterarse ni un poquito. Miró a los tres antes de levantar la cabeza. "Pero si esa es su decisión." con las palmas mirando hacia el suelo comenzó a elevar sus manos. En aquel momento Elizabeth sintio una corriente que circulaba por cada centímetro de su cuerpo, empujándola hacia adelante. Realmente no quería moverse, pero sea lo que fuese que ella estuviera haciendo la forzaba a ir contra su voluntad. Ni siquiera podia usar su magia en contra de Esther... Estaba bloqueada por completo. Pero eso no era lo más grave; lo peor era que las armas que transportaban Jeremy y Matt tampoco obedecían a lo que ellos querían y se iban torciendo forzosamente hacia un costado, apuntándola.

"¡Matt!" gritó Jeremy, tratando de controlar la ballesta. "¡Baja tu arma!"

"¡No puedo!" respondió él, mientras los brazos le temblaban.

Elizabeth intentó hacer fuerza hacia atrás, pero el hechizo era más poderoso y con sus intentos sólo consiguió caer al suelo y ser arrastrada por las irregularidades del mismo.

"¡Esther, detente!" bramó Elena.

Las espinas ocultas bajo los mantos de hojas secas se le clavaron en la piel a Elizabeth y al ser arrastrada produjeron severos rasguños. Ella intentó aferrarse al piso con las uñas, pero sólo consiguió tener tierra debajo de ellas.

Esther la dejó en medio de Jeremy y Matt, siendo carne de cañón. Cuando ella desease daría la orden y ellos matarían a Elizabeth involuntariamente, aunque ella había sobrevivido a una estaca en el corazon, no creía que tendría esa suerte de nuevo. Para amortiguar la situación cerró los ojos. Algo le decía que Esther no sería capaz de asesinarla, pero sí de alterar la mente de Jeremy y Matt.

"¡Detente!" lloriqueó Elena.

Elizabeth apretó los parpados aguardando la estocada final, pero retrucando todos los pensamientos que había tenido segundos atrás, se escuchó un ruido húmedo y algo cayendo pesadamente contra el suelo. Mágicamente la presión que la retenía en el suelo desapareció por completo y fue libre de moverse, también de comprobar que Matt y Jeremy había conseguido recuperar el control de sus armas y que éstas ya no atentaban contra su vida.

¿Y a qué se debia todo eso? Simple: Alaric habia matado a Esther.

"Oh, Dios mío. ¿Dónde está mi anillo?" preguntó Alaric un poco agitado. "¿Qué ha pasado?"

Elizabeth respiró de alivio al saber que Alaric estaba temporalmente en sí mismo de nuevo... Lo malo es que estaba en transición.


Cementerio

Elena se encargó de contarles todo lo que ocurrió dentro de la bóveda en el tiempo que estuvo secuestrada: Esther había convertido a Alaric en vampiro, haciéndolo a partir del mismo hechizo con el cual transformó a sus hijos y para eso requería la sangre de la Doble, por lo tanto él era un Original en transición. Él había sido creado para convertirse en cazador y con eso acabar con Klaus y sus hermanos, lo que llevaría a una exterminación masiva de vampiros.

"Damon está aquí." informó Jeremy cuando regresaron al interior de la cripta. "Y Klaus ya se llevó el cuerpo de Esther."

"¿Sabe lo de la estaca?" preguntó Alaric. A todo eso, la bruja lo había equipado con la última estaca de roble y mediante un hechizo la hizo indestructible.

"No." Elizabeth respondió. "Sólo que ella intentó convertirte en un arma y falló."

Tanto Alaric como Elena intercambiaron una mirada y luego los dos miraron al suelo.

"¿Qué ocurre?" preguntó Jeremy.

"Escuchen..." habló Alaric lentamente. Tragó saliva y aguardó unos instantes en finalizar la oración.

"¿Qué está pasando?" Elizabeth insistió para alentarlo a que continuara.

"No voy a completar la transición." aquella noticia cayó como un balde de agua fría sobre todos. "Mi lado oscuro ya era suficientemente peligroso como humano, no puedo ser un vampiro."

"¿Entonces qué?" cuestionó Jeremy. "¿Vamos a dejarte aquí encerrado para dejarte morir?" tanto Elena como Ric permanecieron en silencio y de alguna forma contestaron la pregunta. "¡No! no podemos."

"Es lo correcto, ¿sí?" repuso Ric. "Después de todo lo que ha pasado, después de todo lo que he hecho, puede que lo haya visto venir."

Jeremy se dio media vuelta encarandose hacia la puerta.

"¡Jer! ¡Espera!" Elena lo llamó, él se detuvo, pero no volteó. "Alaric, esto no es tu culpa."

"Por favor, no hagan esto más difícil de lo que ya es." Alaric pidió. Los cuatro permanecieron en silencio. Costaba asimilar que él quería dejarse morir después de todo eso. "Deberían irse." dijo luego de unos instantes. "Damon está aquí; él se asegurará de que todo salga bien."

Jeremy, aún de espaldas, asintió y volvió a emprender su camino hacia la salida. "Hey." llamó Ric. "¡Hey!"

"No lo hagas." pidió Jeremy. "No me des la charla sobre ser el hombre de la casa."

"De acuerdo." asintió Alaric. "No lo haré." luego se limitaron a abrazarse, aunque Jeremy cortó aquel acto de inmediato antes de finalmente salir.

Alaric se giró lentamente para mirar a Elena, que ya estaba llorando.

"Todo esto es mi culpa." sollozó Elena. Alaric negó con la cabeza. "Si no hubiera... tal vez si..."

"No hagas eso, ¿de acuerdo?" regresó suavemente, una pequeña sonrisa tiró de sus labios. "Cuidar de ti y Jeremy ha sido... ha sido lo más cerca que he estado de la vida que siempre he querido."

Elena se tomó un momento, pero a través de su llanto se lanzó hacia adelante y tiró a Alaric en un abrazo.

Duró unos segundos antes de que él volviera a hablar. "Deberías irte." le dijo mientras se separaban.

Elena suspiró pesadamente y asintió, volviéndose hacia Elizabeth con sus ojos brillantes, y luego se fue para estar con el resto de ellos afuera.

Quedaron Alaric y Elizabeth, ambos de pie, separados, hasta que ella cerró el espacio con un abrazo, tomando toda la energía que tenía para no llorar en ese preciso momento... Cuando le devolvió el abrazo se dispuso a romper el silencio. "Desde la muerte de mis padres, no había sentido este tipo de dolor." susurró sintiendo las lágrimas asomándose en sus ojos. "Nunca pude decirles adiós, así que no sé cómo despedirme."

Alaric dudó, pero finalmente hablo. "Entonces, no lo hagas... Será más fácil si no lo haces."

Elizabeth asintió ligeramente, y despues de un tiempo en el abrazo, se separaron. Ambos asintieron y no dijeron nada más cuando comenzaron a caminar hacia afuera para enfrentarse a Damon, Elena, Matt y Jeremy nuevamente.

Cuando salieron los vieron y aparte de ellos a Caroline, Stefan, Tyler, Matt, Bonnie, e incluso Meredith. Todo el mundo estába ahí porque todo el mundo amaba a Alaric.

"Creo que eres parte de la familia de todos." dijo Elizabeth volteando a verlo. El se inclinó tomando la mano de ella apretandola con fuerza antes de soltarla.

Alaric miró hacia todos durante un corto tiempo; conteniendo las lágrimas mientras se dirigía hacia cada rostro para recordarlo por última vez. Luego de eso, les dio una última mirada para después volver a ingresar a la tumba de donde había salido.

Fue cuestión de tiempo para que los presentes se fueran retirando de a poco. Los primeros fueron Jeremy junto con Matt, luego Bonnie, y después Caroline y Tyler. Los últimos en quedar fueron Meredith, Elena, Stefan, Damon y Elizabeth, pero el grupo quedó reducido a dos cuando Elena y Stefan fueron rumbo a la escuela y Meredith ingresó a ver a Alaric.

"Creo que debemos irnos a casa." dijo Damon rodeando los hombros de Elizabeth comenzando a caminar, pero ella no se movió ni un centímetro, logrando que se detuviera. "¿Qué ocurre?" preguntó con un tono de confusión, pero sobretodo de tristeza.

"Deberías quedarte con él." dijo Elizabeth seriamente. "Eres su mejor amigo y no creo que que quiera pasar sus últimos momentos de vida solo."

"Es lo que él quiere." comentó Damon como si no le doliera, pero Elizabeth sabía perfectamente que sí.

Ella dió un paso cerca tomando su rostro entre sus manos mientras juntaba sus cejas. Era la primera vez desde que él habia regresado que hablaban estando tan cerca. "¿De verdad crees que es lo que él quiere?"

El rostro de Damon cambió totalmente. La máscara que utilizó se había caído, mostrando así como se sentía realmente. Una expresión de dolor y tristeza invadió su rostro, y Elizabeth sintio como su corazón se encogió, doliendole verlo así.

"Le he dado un sedante... Se dormirá primero." comentó Meredith, quien ya había salido de hablar con Alaric. "Se irá cómodo."

Elizabeth asintió antes de volver a dirigir su atención hacia Damon. "Ve con él, ¿sí?" trató de sonreír levemente para él, pero la tristeza pudo más con ella y sólo logro hacer una mueca que estaba muy lejos de parecer una sonrisa.

"Elizabeth tiene razón, Ric necesita a su amigo en estos momentos." Meredith intervino apoyando a la joven.

"Te veré cuando salga de aquí." aseguró Damon abrazando a Elizabeth rápidamente.

Ella solo asintio, sabiendo perder a un amigo no era nada fácil y si pudiera quitarle todo ese dolor a Damon, lo haría sin pensarlo.


Elizabeth se quedo rondando el bosque cerca de la casa de huéspedes. Necesitaba pensar y al aire libre era la mejor opción que tenia. Recostada en unos de los árboles miraba al cielo que estaba estrellado.

"Lo perdimos." Elizabeth murmuró, hablando por primera vez después de mucho tiempo con sus padres. "Perdimos al Dr. Saltzman... Era bueno para escuchar y dar consejos, así como tu lo fuiste papá... Me recordaba mucho a ti." murmuró entre sollozos. "Se preocupaba por nosotros y ahora simplemente no está... Él morirá y no hay nada que pueda hacer para evitarlo." cerró los ojos con fuerza llorando. Dejando todo el dolor salir... llorando como hacia tiempo no lo hacía, incluso sintió sus manos temblar. "Ya no quiero perder a nadie más, ya no... Estoy cansada de sufrir lo mismo una y otra vez-"

"Elizabeth." Stefan llamó a la híbrida... Se había guiado hacia su llanto tan pronto como la escuchó.

Elizabeth se esforzó por contener las lágrimas reprimidas, pero estaba fallando.

"¿Estas bien?" Stefan preguntó cuando ella no le respondió nada.

"¿Tu que crees?" Elizabeth preguntó antes de volverse a mirarlo. "¿Me veo bien? Pues no lo estoy."

"Elizabeth, por favor... Cálmate." Stefan pidió acercándose y poniendo sus manos sobre sus hombros.

"No puedo Stefan, ¿de acuerdo?" Elizabeth se rompió antes de bajar la voz. "No puedo pensar en el hecho de que Elena y Jeremy no tendran a nadie que cuide de ellos nunca más... Estarán como yo... Todos hemos perdido otro amigo, es que... No puedo pensar en nada más."

"Quiero que vengas conmigo." dijo Stefan con calma.

"¡No quiero ir a ningun lado!" Elizabeth gritó sin querer.

"Por favor." Stefan le pidió tomando su mano.

Elizabeth titubeó, pero después de un tiempo tomó una respiración profunda antes de asentir siguiéndolo por el bosque terminando en la casa de huéspedes.

"Recuerdo cuando estaba en el gimnasio de la escuela la noche que Klaus me obligó a apagar mis sentimientos." Stefan recordó. "Pensé que tocaría fondo en los años veinte, pero después de que mordí a Elena no quería sentir nada de nuevo... Pero alguien me decía que era normal sentir sin importar lo mucho que doliera... Que nuestras emociones son lo que nos hacia humanos, bueno o malo y para no perder nunca la esperanza."

"¿Quién te dio ese horrible consejo?" Elizabeth preguntó con una pequeña sonrisa.

"Una chica realmente impresionante que solía ser mi mejor amiga." dijo Stefan sonriendo también.

"¿Quién ha dicho que dejé de ser tu mejor amiga?" preguntó Elizabeth, pero su sonrisa desapareció a medida que volvieron las lágrimas. "No tengo a nadie más."

"Me tienes." afirmó Stefan acercándola en sus brazos para un abrazo a medida que ella continuó derramando todas sus lágrimas sobre su camiseta.