Buenas lectores, espero esten muy bien y hayan tenido un buen inicio de año.
Les hago entrega de este capítulo que espero sea de su agrado.
Les agradezco de todo corazón a quienes aun me leen, de verdad gracias. Sin más que decir, los dejo con la lectura.
Estamos a tres capítulos más de finalizar esa historia.
Los días pasaron con calma para Nico y Maki. Los ratos juntas, bromeando y riendo, amándose, hizo volar el tiempo, y tan solo dos meses después de lo ocurrido con Jung, Maki se encontraba recuperada casi en su totalidad. Poco a poco regresó a sus actividades, incluso al trabajo, dónde Umi la recibió con los brazos abiertos y contenta de que su mejor amiga volviera al trabajo y a retomar sus actividades.
Por supuesto, la noticia de que Maki, junto al equipo de Umi, habían recibido una buena remuneración por ganar el caso no se hizo esperar, trayendo esto más demanda para el equipo, quienes a pesar de tener mucho trabajo, mejoraban y crecían cómo profesionales.
Cuando la noticia de que Jung Haesol era culpable de todos los cargos y pagaría muchos años en prisión por sus crímenes, sintieron que todo había valido la pena.
En cuanto a Nico, en ese periodo de tiempo, decidió dar un pequeño paso e, impulsada por Maki y Dia; y comenzó a llamar por teléfono a su madre.
Al principio fue complicado, pues no sabía que hacer o hablar, pero afortunadamente, Seah fue paciente y cariñosa, dejando que Nico se acoplará a su ritmo a sus conversaciones.
Para Nico aquello fue sumamente gratificante, sentía que recuperaba un poco de sí misma, se sentía afortunada de tener el cariño de su madre de vuelta.
Sentía que poco a poco recuperaba lo que más amaba en la vida y por lo que lloró tantos años.
Y por supuesto, no pudo faltar la visita incondicional de Dia al hospital para ver a Eli, quien se sentía tan feliz de poder seguir viendo a su pequeña cada día.
Finalmente todo comenzaba a estar bien, el mundo volvía a girar...
.
Aquella mañana, Nico recibió una llamada desde la oficina de Ren, lo cual la tenía sumamente desconcertada.
Finalmente, después de una larga disputa interna de si debía o no debía asistir, Nico caminaba por los pasillos de Bonnon Inc. Siendo observada por uno que otro empleado, pues la chica parecía desconcertada y disgustada al estar ahí.
-Disculpe, busco a Iwamura Ren- se dirigió a un guardia en una mesa, quien le prestó atención.
-¿Tiene cita?- preguntó desinteresado.
-No, el mismo me pidió que viniera, soy Yazawa Nico- explicaba, a lo que el guardia pareció despertar más y levantarse de su asiento.
-¡Oh! Mil disculpas, señorita; el señor Iwamura me dijo que vendría- el hombre le señalaba un sitio para que lo siguiera. -Por aquí-
Nico camino siguiendo al hombre, cruzaron un pasillo y finalmente, se toparon con una puerta que decía "CEO" al final. Esa sería la oficina de Ren.
El guardia tocó tres veces y abrió la puerta para Nico, quien tímidamente, ingresó con algo de curiosidad.
No imaginó una oficina tan sencilla, a decir verdad, no había imaginado el lugar tan pequeño, no era como si la empresa Bonnon lo fuera, pero tampoco era un imperio tan grande como lo pensó en un principio.
-Bienvenida Nico, pasa por favor- el chico la recibía con una gran sonrisa.
Nico caminó hasta el frente del escritorio, dónde Ren le ofrecía una silla para que pudiera sentarse. Una vez en el lugar, se quedó mirando al chico, en busca de respuestas.
-Hola... Realmente me sorprendió tu llamada, y más la forma en que lloriqueaste para que aceptará venir aquí- eran las primeras palabras de Nico, cruzando sus piernas al sentarse.
-A decir verdad, también me sorprendió que accedieras a venir, me sentí como un triunfador cuando por fin diste el si- confesó el chico riendo, sacándole una tenue sonrisa a Nico.
-Bueno, cómo sea ¿Que es lo que necesitas de mi?- preguntó Nico, dirigiéndose al grano, pues el chico seguía sin ser alguien muy grato para ella.
Ren sacó un par de hojas que entregó a Nici y después le mostró la pantalla de su computadora, dejando algo confusa a la pelinegra.
-Queria llamarte para hablarte del pequeño avance que he obtenido- el decía.
Nico lo miro confundida, no estaba entendiendo del todo, hasta que comenzó a leer un poco los papeles que Ren le entregó.
Uno de ellos era un documento que señalaba a Ren como el potencial comprador de Sunrise entretaiment.
-No ha sido nada fácil, principalmente porque Jung se negaba a ceder el imperio que creó. Pero afortunadamente logré hacerme del edificio de Sunrise, ya que se devaluó su precio después de desmantelar la red de crimen de Jung y Yasaeng. Seguí el consejo de Maki y Jung pagará los daños por los dos primeros años mientras yo comienzo a invertir- comenzaba a explicar el chico.
-Entiendo, parece que todo va bien para ti- Nico no parecía realmente interesada, y su intriga por saber que es lo que Ren buscaba de ella en aquel lugar, era más grande cada vez.
-No te mentire, Nico. No pude mantener a todos los trabajadores dentro de esto, pero si pude enviarlos como recomendados para otras empresas, dónde seguramente, por la buena recomendación con la que los envío, puedan tener un buen futuro- comenzaba dando aquella noticia que aliviaba a Nico. Con ello pudo entender que Ren la había llamado para explicarle cómo iba la petición, se sorprendió de pensar que Ren realmente deseaba redimirse con ella y demostrarle que estaba arrepentido por todo lo que causó.
Sonrió ante ese hecho recién descubierto por ella.
-Y no es todo, también pude convencer a dos tercios de los socios de Sunrise en quedarse para contribuir al levantamiento de la nueva Sunrise, aunque claro, quieren cambiar el nombre lo antes posible- explicaba, mientras señalaba algunas cosas en la pantalla de su computadora.
Nici no entendía mucho de lo que Ren hablaba, pero al menos lo que lograba entender, la hacía sonreír.
-Realmente me ha costado una fortuna, estoy llegando a números bajos en mi empresa por el constante gasto, pero si todo sale bien, pronto el imperio Bonnon crecerá y podré ayudar a todas esas personas, tal y como te lo prometí, Nico- terminaba de explicar el chico.
La pelinegra estaba realmente feliz, no podía creer que él realmente estuviera haciendo todo aquello para tener su perdón. Las acciones de Ren estaban tocando el corazón de Nici, quien simplemente le mostró una sonrisa mientras se ponía pensativa.
-Pues... Me sorprende mucho que estés cumpliendo tu palabra. Incluso con el hecho de que no hayas abandonado a nadie, ya es algo que me hace querer perdonarte aquí mismo- Nico decía en tono juguetón, ganándose una sonrisa timida del joven.
-Yo... Realmente quiero hacer algo bueno por alguien... Y por supuesto, por tí también. Se que lo que hice fue horrible Nico, pero ese chico inmaduro y soberbio no existe más. Lamentablemente el yo de ahora tiene que encargarse de lo que el yo pasado hizo, se lo debo a las personas que lastimé... A ti- el hablaba tímidamente, con sinceridad genuina; Nico podía sentirlo.
-Por mi no debes hacer nada, cómo te dije, yo no necesito nada... Poco a poco, los sucesos de mi vida han ido acomodándose, dándome una nueva oportunidad. Aprovecho cada día...- Nico parecía suavizar sus facciones con el chico por primera vez, haciendolo sentir relajado.
-Yo sé, así como se que realmente no puedo devolver nada de lo que te quité ni del tiempo que perdiste... Pero, si puedo darte algo, lo más pequeño que sea, lo haré sin dudar- el decía, entregando una nueva hoja a Nico, quien confundida, la tomó.
-¿Que es esto?- la pelinegra miraba confundida el papel.
-Es la razón verdadera por la cual te he llamado. Verás Nico, Bonnon comienza a crecer, por lo que este pequeño edificio necesita muchos ajustes nuevos- comenzaba a explicar. -Mis socios y yo comenzamos a discutir al respecto los nuevos arreglos, pero no logramos llegar a un acuerdo que nos tenga a todos conformes, por lo que decidimos contratar a alguien que pueda realizar algunos rediseños de las estructuras que deseamos remodelar- él le decía, mientras le dedicaba una gran sonrisa.
El corazón de Nico comenzaba a palpitar con fuerza.
Confundida miró de nuevo el papel entre sus manos, al final de el documento, había al menos cuatro hojas que explicaban la estructura del pequeño edificio y señalaba los sitios a remodelar.
-Espera... ¿Que es lo que...? No, no...- Nico se mostraba realmente nerviosa al empezar a entender que sucedía.
-Si, si, si... Nico, lo que te estoy pidiendo es que veas los planos y realices una propuesta para nosotros. Si tú diseño nos gusta, te lo compraremos por una muy buena suma de dinero, y personalmente te contrataré para que dirijas la elaboración de las nuevas salas de práctica y mi oficina- soltaba aquella noticia el chico, haciendo que Nico se quedara sin habla.
Toda su vida de universitaria, soño con el día en que alguien quisiera sus diseños. Ahora que lo tenía frente a ella, simplemente se encontraba tan abrumada que no sabía cómo reaccionar.
-Pe-pero ni siquiera tengo título, me faltan un par de meses para graduarme... ¿Tus socios saben que estás contratando a alguien que es primeriza y no tiene título?- ella estaba tan sorprendida que solo hablaba sin considerar tomar la oferta tan fácilmente.
-Se que no tienes título, y como yo soy la mayor causa de que no lo tengas, asumiré las consecuencias de cualquier fallo- explicaba para después dedicarle una sonrisa más amable a la pelinegra. -Maki me mostró una vez el diseño que hiciste para su oficina y creo que tú trabajo es muy bueno- halagaba el chico mientras se recargaba en su silla. -Además, si a mis socios y a mi nos gusta tu proyecto, te recomendaremos a otras empresas para que comiences a diseñar para ellos también ¿Que opinas, hacemos un trato?- él, aún sonriendo, estiraba su mano para estrecharla con la pelinegra. -No puedo volver el tiempo Nico, pero puedo abrirte una puerta... Es lo menos que puedo hacer por ti, te lo mereces-
Y los ojos de Nivo pronto se humedecieron, no podía creer que aquello realmente estuviera pasando.
Su sueño cada vez estaba más cerca de hacerse realidad y sin más, con completa confianza y decisión en si misma, estrechó su mano con el joven empresario.
-Bien, haré mi mayor esfuerzo- finalizó.
.
.
.
Aquella tarde, Maki miraba por la gran ventana de su oficina, no tenía una gran vista, más allá de la calle principal del ministerio público. Simplemente se había tomado un pequeño receso en el que se permitía perder su vista en las personas caminando de un lado a otro.
Se sentía realmente feliz con su vida actual. Nico realmente la hacía feliz y Día también se llevaba bien con ella, realmente ni siquiera notó en qué momento esas dos se llevaban tan bien.
Es solo que, había algo que la molestaba desde hace un par de días, y realmente no podía darle nombre a aquello que la tenía tan pensativa y desconcertada.
Alguien llamó a su puerta, y sin responder, espero a que quien llamaba, entrara al lugar. No tuvo que esperar mucho para que la suave fragancia a miel en el ambiente, y el sonido de unos tacones, le dijera que se trataba de Umi.
-¿Tomando un descanso de tanto papeleo?- Umi le preguntó primeramente, mientras se detenía al frente del escritorio, mirando la pila de papeles que la pelirroja aún tenía pendientes.
-Algo así, el aire fresco renueva los pensamientos- contestó Maki, mientras soltaba un suspiro.
-Ya veo, ¿No crees que sería más provechoso si abrieras la ventana?- y como siempre, Umi encontraba las incongruencias en lo que Maki hacía y decía.
Maki suspiró en respuesta, cómo siempre, Umi llegaba justo cuando su cabeza era un caos. Y sin decir nada, solo abrió la ventana, sintiendo el fresco viento acariciar tenuemente su piel.
-Se que tiene poco tiempo que te reintegraste a tus actividades y después de tres meses es algo complicado por la falta de práctica y rutina, pero... Vuelves a estar tan pensativa como cuando Nico apareció en tu vida de nuevo- La jefa de policia decía, esperando que Maki le dijera que exageraba y que ella realmente estaba bien. Pero inesperadamente, la chica frente a la ventana solo se quedó en silencio, mirando la calle.
-No me mal entiendas Umi, realmente soy muy feliz en esta nueva etapa... Nico es el amor de mi vida y todos esos escenarios que tuve cuando éramos novias en la preparatoria, ahora son una realidad tan dulce. Pero hay algo que no me deja tranquila- expresaba.
Umi estaba consternada por aquello, pues creyó firmemente en qué Maki por fin estaría en paz. Lentamente se acercó hasta la menor y se colocó a su lado, para poder hacerle compañía de mejor manera.
Al llegar con Maki, pudo ver en esa expresión incertidumbre.
-Me gustaría ayudarte a saber que pasa- comentó a su mejor amiga.
Maki solo rió levemente mientras peina hacia atrás su cabello.
-Me encanta que siempre estés dispuesta a ayudarme y aclararme, pero en esta ocasión es un poco más complicado de lo que esperaba... Yo realmente no sé que es lo que pasa, solo, repentinamente tengo la sensación de que debo hacer algo, pero... No tento idea de qué- la forma en la que Maki declaró aquello, fue tan auténtica que Umi comprendió que la otra abogada realmente era honesta con lo que decía.
Entonces, Umi simplemente posó su mano sobre el hombro de Maki, llamando su atención.
-¿Tienes que ver con Nico? O ¿simplemente es algo que desconoces?- preguntó, a lo que Maki pareció cuestionarse lo un breve momento.
-Realmente... No, creo que es más una sensación personal- trataba de explicar. -No siento que tenga que ver con nadie en particular- aclaró.
La peliazul suspiró y le dió un par de palmadas a la más alta, dedicándole una tenue sonrisa.
-Bueno, cuando sientas que sabes que es lo que te molesta y necesites ayuda, yo estaré para ti- declaró.
Maki sabía que Umi siempre estaría ahí para ella, de la forma más incondicional posible; siempre lo estuvo, y confiaba fielmente que sería ahora y siempre.
Maki simplemente correspondió las palmadas de Umi, palmeando el hombro de la mayor también y sonriéndole.
-Bueno, ya que estás tan empeñada en ayudarme y hacerme sentir mejor ¿Que tal y me compras una limonada? Eso sin duda me haría sentir mejor- y volvía la misma Maki de siempre.
-De acuerdo, pero mañana tu invitas las donas- agregó.
Ambas decidieron bajar hacia la cafetería del lugar, conversando de un tema diferente. Maki le contaba a Umi sobre como Dia había hablado con ella recientemente para dejar las clases de guzhen y dedicarse únicamente al taller de canto.
-Vaya, así que nuestra pequeña Dia comenzó a crecer. Comienza la etapa rebelde- bromeó mientras iba a la par de Maki.
-Creo que más bien, comienza a descubrir que es lo que realmente quiere hacer y le gusta, eso es grandioso- comentó. -Me pidió permiso para dormir en la casa de su amiga Mari hoy. Realmente no estaba segura de darle permiso pero, Nico y ella se encargaron de convencerme- tras decir eso, la sonrisa de Maki fue evidente.
-Así que ahora pasaron de no hablarse a aliarse en tu contra, definitivamente tienes problemas- se burló.
-No me imagino como será cuando decidamos dar el paso de vivir juntas, será todo un caos- pese a la idea de Nico y Dia aliadas en su contra para hacer travesuras, a Maki la hacía sonreír aquel hecho.
-Así que realmente lo de Nico es serio, tan serio que piensas vivir con ella más adelante ¿eh?- Umi no perdió la oportunidad de burlarse un poco más de su mejor amiga, quien simplemente respondió con un empujón amistoso.
-No lo sé, quizá - y con aquello último, ingresaron a la cafetería del lugar, dispuestas a pasar un rato agradable, antes de volver a trabajar.
.
.
.
Durante la tarde, Nico terminaba las actividades en casa de Maki y, después de usar ropa linda pero casual, decidió dirigirse al trabajo de Maki, tenía un par de noticias que darle y le encantaría saber que opinaba al respecto.
Ingresó al edificio con total calma, saludando a algunos de los presentes, quienes ya la conocían, esto por las constantes visitas. Y finalmente, se topó con la puerta de la oficina de Maki, tocando un par de veces, antes de escuchar a la chica diciendo un "adelante" del otro lado.
Nico entro tan jovial cómo de costumbre, encontrando a su amada, sentada frente a su escritorio y con un montón de papeles ordenados y listos para entregar, así como unos cuantos documentos más que aún revisaba minuciosamente.
-Señorita abogada, me parece que tendre que demandarla- dijo primeramente, notando cómo Maki levantaba la vista y le sonreía.
-¿Ah sí? Y ¿Bajo que cargos?- la pelirroja le siguió el juego e hizo a un lado los papeles pendientes que tenía para centrarse en Nico.
La mayor simplemente llegó hasta el escritorio de Maki y se sentó sobre este, mirando de forma traviesa a la pelirroja. Después, jugó coquetamente con el cuello de la camisa blanca de Maki y después la miró a los ojos.
-Robarse mi corazón- sonrió divertida, para después acercar a la abogada hasta ella y robar un suave beso en sus labios.
Fue rápido, pero agradable y cálido, cómo todos los besos que compartían. Nico jamás se cansaba de besar a Maki.
Cuando se separaron, se dedicaron una sonrisa mutua.
-Soy culpable de todos los cargos- Maki finalizó con la broma, saca dole una pequeña risa a Nico.
-Veo que tuviste mucho trabajo ¿Saldrás tarde hoy? - preguntó con más calma, a lo que Maki volvió a recargarse en su asiento y miró detenidamente los papeles en su escritorio.
-Realmente no sé, convénceme- Maki decía, dedicándole una sonrisa pícara a la mayor, quien hizo cara de sorprendida para después simplemente reír.
-¿Ah sí? Pues, tengo en la mente algo de pizza, o quizá una hamburguesa... Incluso Sushi. Y también, tengo algo que decirte que me tiene muy emocionada- con aquella intriga, Nico bajaba del escritorio de Maki y se acercaba a ella con normalidad.
-Vaya, realmente quieres parecer intrigante, me encanta- Maki sonrió y se levantó de su asiento para robar un beso más a Nico, antes de responder. -Bien, acepto; solo porque me darás pizza y sushi- la abogada daba su respuesta.
-Excelente, esperaré aquí a que termines- dijo Nico, poniéndose cómoda en el pequeño sofá que Maki tenía en la oficina.
-Bien, solo iré a entregarle esto a Chan y podremos irnos ¿Te parece?- Maki tomaba una de las cajas con papeles y se dirigía a la salida.
Nico esperó pacientemente a que Maki regresara. Cuando la más alta volvió, simplemente guardo un par de cosas en los cajones de su escritorio y se acercó a Nico.
-Bien, bella dama, estoy lista para que nos vayamos- dijo coqueta y Nico respondió con un beso en la mejilla de la más alta.
-Que guapa te ves, Maki. Verte con ese pantalón negro y esa camisa blanca, me mata- Nico respondía mientras caminaban a la par a la salida de la oficina de Maki.
Ambas chicas tuvieron un viaje ameno, dirigido por Nico. Ambas quedaron de acuerdo en comer algo de sushi y cuando encontraron un buen lugar, se sentaron cerca de una ventana para disfrutar la vista y poder conversar amenamente.
-¿Aun te gusta el sushi de salmón? Siempre me pareció muy duro comerlo con ese toque de wasabi- Maki le decía a Nico al ver el plato que le entregaban.
-El picante es lo mío, ya sabes- contestó con una sonrisa tenue.
- Bien pues, ya que tenemos comida y un lugar cómodo, dime ¿Que es esa noticia que tienes para contarme?- Maki daba un primer bocado a sus rollos de atún.
Nico simplemente sonrió tontamente, mientras movía inquieta sus piernas. Le emocionaba decirle la buena noticia a Maki.
-Pues, hoy recibí una llamada de Ren para reunirme con el en su oficina- Nico comenzaba a hablar.
-¿De verdad? Y ¿Que sucedió?- Maki de inmediato pareció curiosa al respecto.
-Pues, resulta que después de que me rogara por ir, accedí y me mostró el avance de su proyecto con el muerto Sunrise- Nico comenzaba a explicar, tomándose una pausa para tomar un rollo de sushi. -Bien, pues al parecer las cosas están saliendo bien poco a poco, me mostró un montón de gráficas y papeles que no entendí del todo, pero resulta que, realmente está cumpliendo con su palabra y está levantando ese lugar- Nico continuaba, poco a poco su sonrisa crecía pues estaba más cerca de decirle a Maki la noticia mayor.
-¿De verdad? Me alegro mucho que esté funcionando su plan y sobre todo, que te sientas feliz por qué lo este logrando- Maki era totalmente sincera.
-Pero eso no es todo, Maki chan. Después de que me hablara de eso, él me dijo que le gustaría que realizara un par de diseños para el edificio viejo de Sunrise. Si a sus socios les agrada mi proyecto, piensan comprarmelo y recomendarme con otras empresas- Nico por fin soltaba aquella información totalmente emocionada. - y no es todo, dijo que va a hacerlo incluso sin que yo tenga un título y que se hará responsable del resultado del proyecto- La sonrisa que Nico tenía al decir aquello, Maki no la había visto en mucho tiempo.
Se sentía realmente agradable, estaba feliz por su novia. Esa enérgica y alegre Nico de la que siempre estuvo enamorada, verla tan jovial cómo siempre llenó su corazón y claro, no pudo evitar sentirse contagiada por la alegría de la castaña, levantándose de su lugar y propinandole un abrazo que Nico respondió mientras daba un par de saltos.
-¡Maki chan, un grupo de empresarios están interesados en mi trabajo! De verdad estoy muy feliz- continuaba diciendo mientras se separaba un poco del abrazo y miraba directamente a la abogada. - Todo comienza a ser como antes... ¡No, es incluso mejor que antes! Maki, por fin algo de lo que hago es relevante y digno- dicho esto, Maki volvió a abrazarla, está vez de forma más tranquila y cálida.
-No digas eso Nico chan, siempre trabajaste dignamente y, lo que hiciste por Día y por mi siempre fue algo relevante, desde sacarnos sonrisas, hasta cuidarnos como lo haz hecho hasta ahora- Maki comenzaba, haciendo acelerar el corazón de la mayor. - Me alegro mucho por esto Nico, de verdad mereces todo lo que está pasandote, todo saldrá bien, tendrás a esos empresarios en tu bolsillo, ya verás- y alejándose un poco, besaba nuevamente los labios de la pelinegra, sonriendo mientras lo hacía.
-De verdad, me siento dichosa de que pueda compartir esto contigo... Realmente, todo esto ha sido posible gracias a ti- Nico acariciaba su rojo cabello.
-¿Que dices? Si esto ha sido posible por tu esfuerzo y dedicación- correspondió la caricia.
Nico simplemente bajo la mirada un momento, completamente apenada, para después ver fugazmente a Maki, el brillo de sus ojos, su sonrisa tan singular y con la cercanía, aspirar el dulce aroma a lavanda. Nico amaba ese olor, esa sonrisa, esos ojos violetas y brillantes que le decían que la amaban con pasión.
-Realmente eres un sueño- fue lo único que pido articular, sonriendo una vez más.
Maki simplemente soltó una risa tímida.
Una vez disfrutaron de aquel emocionante momento, volvieron a sentarse para terminar de disfrutar su comida, hablando de como había marchado su día y lo mucho que tenían por hacer.
-Es cierto, Día tendrá esa pijamada ¿Verdad? La escuché hablar por telefono con su amiga Mari en la mañana, antes de irse a la escuela- Nico mencionaba, a lo que Maki asintio.
-Si, tu y ella me lloriquearon la semana pasada para que la dejara pasar la noche con su amiga ¿Recuerdas? tendrán una pijamada y verán películas- Maki respondió.
Nico alcanzó la mano de Maki, para darle una caricia y dedicarle una sonrisa divertida a la abogada.
-Dia tendrá una pijamada y vera películas. Tu y yo también deberíamos de tener una pijamada, tengo helado y frituras en casa- la mayor proponía, notando cómo Mali la miraba con una sonrisa mientras arqueaba una ceja.
-¿Estás usando de pretexto eso para invitarme a tu casa?- La abogada parecía divertida.
-No es un pretexto, tengamos una noche de películas ¿Que dices? Prometo que tú auto no perderá las llantas- bromeó con la primera noche que pasaron juntas en el antiguo departamento de Nico.
Maki fingió pensarlo dudosa, pues sabía perfectamente que estar con Nico era su mayor deseo en ese momento, por lo que simplemente asintio.
-Bien, tendremos una pijamada de adultas, solo si el helado es de chocolate- aceptaba la invitación.
Y con los planes listos, ambas adultas terminaron su comida y, emocionadas, se dirigieron al departamento de Nico.
Cuando llegaron, se pusieron cómodas, Maki podía ver qué ese nuevo lugar era muchísimo mejor que el primero que visitó. Y aunque ya había estado en ese lugar, no se había tomado el tiempo de mirarlo más detalladamente. Seguía teniendo ese toque sencillo y hogareño, característico de Nico.
-Me encanta lo que hiciste con este lugar, es tan acogedor- Maki soltaba aquel halago para Nico, quien simplemente le sonrió.
-Para serte honesta, Nozomi me sugirió mucho sobre reacomodar los muebles y eso- contestaba Nico mientras se dirigía a la cocina.
-Pues, tiene buen gusto- Maki de verdad se sentía como en casa.
-Se pondrá feliz de saber que dijiste eso- Nico hablaba desde la pequeña cocina.
Nico salió de la cocina con el helado prometido y dos bolsas de frituras, listas para ser abiertas y saboreadas.
-¿Te molesta si vamos a mi habitación? La pantalla está ahí- decía Nico a Maki, quien simplemente se acercó para ayudarla a llevar las frituras.
-En absoluto, seguro miras la TV hasta tarde ahí- se reía Maki, sabiendo que seguramente por eso estaba aquella tele ahí.
Ambas adultas ingresaron al pequeño pero acogedor dormitorio de Nico y se pusieron cómodas en la cama de la mayor.
Nico tomó el control de la pantalla y comenzó a buscar entre todo el catálogo, algo bueno para ver, sabía bien que Maki prefería las películas de acción, así que decidió irse por ese lado. Mientras tanto, Maki abría el bote de helado para probarlo.
-¿Que te parece esa? Está tu actor favorito en la portada- Nici le preguntaba a Maki, quien pareció pensarlo un breve momento.
-Umm no me apetece mucho, baja un poco más- comentó mientras seguía mirando la pantalla.
Nico bajo un poco más hasta topar una película en especial que la hizo detenerse y soltar una pequeña risa.
-Mira, es la película que nunca terminamos de ver- Nico señalaba, cuando Maki vio de cual se trataba, entendió la risa de Nico.
-Oh no, jamás pude retomar esa película- Maki también reía, pero lo hacía un poco nerviosa.
No era cualquier película, se trataba de aquella que miraban la tarde en que Maki y ella estuvieron juntas por última vez; antes de la graduación de la pelirroja.
-Sabes... Yo tampoco la volví a retomar- dijo Nico, acariciando la pierna de Maki, dedicándole una triste sonrisa.
Ambas se miraron un breve momento, con esa melancolía en sus ojos. Maki fue la primera en romper con el silencio, sonriéndole a Nico.
-Bueno, pues quizá 9 años sean demasiado tiempo para retomarla, pero quiero hacerlo ¿Te parece bien?- propuso, a lo que Nico se calmó un poco y asintio.
-Bien, pues veremos Leon el profesional, después de tantos años- rio Nico mientras la seleccionaba, y una vez puesta, se acomodo en la cama al lado de Maki.
Ambas comenzaron a ver aquella película, calladas al principio, sorprendiendose de lo buena que era pese a tantos años de haberse estrenado. Pasaban los momentos tensos, así como los graciosos. Conforme iba pasando la cinta, comenzaban a comentar algunas partes entre ellas, incluso uno que otro recuerdo.
-¡Oh, recuerdo tanto esta parte! Realmente me parece adorable como él juega con ella pese a que no tiene ni idea- Nico menciona señalando la pantalla y Maki riendo al momento.
-Creo que yo no lo recuerdo mucho, fue aquí donde estaba ocupada en otra cosa- la abogada reía tímida al respecto.
-¿Que hacías?- Nico realmente era inocente del momento, cuando Maki comenzó a reír nuevamente.
-Estaba ocupada con mis manos bajo tu blusa- respondió sin más, logrando que Nico guardara silencio.
No lo noto inmediatamente, pero la mayor sintió el calor subir hasta su cara y concentrarse en sus mejillas. Quizá lo omitió de momento pero, aquel había sido el momento en el que Maki y ella habían decidido ir más allá de los besos y las pequeñas caricias la primera vez, momento que ni siquiera estuvo cerca de concretarse por la inesperada llamada de Nozomi aquella tarde.
Maki por su parte entendió el silencio de Nico y se sintió algo apenada también. Sin embargo, la creciente curiosidad no la abandonó en ningún momento, mirando a Nico con la mirada perdida en la pantalla.
-Venga, no ignores la película por segunda vez, Nico chan. A menos que la razón por la que la quieras ignorar sea yo- y haciendo aquel coqueto y atrevido comentario, Maki siguió mirando la pantalla, mientras daba un último bocado de helado.
El corazón de Nico realmente latía con fuerza y brusquedad, sus manos habían comenzado a sudar por lo último que había dicho Maki. Claramente aquello había sido una insinuación, o quizá Maki solo bromeaba, no estaba segura del significado, solo sabía que no podía con la emoción en su interior.
-Tienes razón, sería gracioso que no solo retomemos la película después de 9 años, sino también aquello...- en un tartamudeo, Nico también comenzó a reír, siguiendo con la broma de la abogada.
Ellas eran pareja actualmente, se besaban, sabían todo la una de la otra. Y aún con ello, Nico no se había imaginado en aquella situación con Maki, al menos no desde que entraron a su casa.
Ahora tenía un debate consigo misma, tratando de entender que pasaba, si estaba bien o si podría con ello.
Por su parte, Maki simplemente miraba a la mayor quieta y pensativa, con aquella expresión de incertidumbre y nerviosismo, por lo que supo lo que debía hacer.
Todo en Nico cambio cuando sintió a la pelirroja acercarse a ella, posar sus manos sobre sus hombros rígidos y depositar un beso en su redonda y ruborizada mejilla, para después seguir un pequeño recorrido de besos desde ahí, hasta su oreja.
-Acepto la propuesta, Nico chan- le Susurró, dejando que la calidez de sus labios, volvieran a besar la piel de la pelinegra, quien se estremeció con fuerza y aquella típica punzada agradable en el vientre bajo se hizo presente.
Nico giró su rostro hacia Maki, haciendo contacto visual con ella y pensando detenidamente si aquello era un sueño. Pero no lo era, su hermosa Maki estaba ahí, buscando la calidez de su cuerpo.
El brillo en sus ojos, sus labios rosados y finos.
Instintivamente relamio sus labios y los mordió levemente.
-¿De verdad está sucediendo?- preguntó Nico a la pelirroja, quien simplemente le dedicó una tenue sonrisa.
-Si, solo tienes que besarme otra vez- Susurró Maki , rosando su nariz contra el cuello de la mayor, permitiéndose embriagarse del dulce y suave aroma a vainilla de Nico.
A partir de ese punto, Nico se entregó a los brazos de Maki y todo siguió su curso.
Nico había tenido sexo anteriormente, pero, ni antes ni después, había sido la experiencia que esperaba. Si a ella se lo preguntaran, probablemente respondería con un "No te pierdes de nada" sin embargo, lo que estaba experimentando con Maki en ese momento, iba más allá de lo que podía haberse imaginado.
Desde el recorrido de sus labios en su cuello, pasando por las caricias de sus dedos contra su torso y abdomen, hasta el momento en que sintió el primer toque realmente íntimo.
Pasó del erizar simple de su caliente piel, a el sudor, paso de una profunda respiración a constantes jadeos que se permitían pronunciar de vez en vez el nombre de su apasionada amante, y paso de los besos, a mordidas y rasguños que sacaron uno que otro gruñido a la pelirroja que estaba amándola, haciéndola suya.
El rosar de su piel contra la de ella fue un punto exquisito, desde la desnudes del torso de la menor acariciando su propia desnudes, los dedos recorriendo sus costados y el borde de sus pechos, hasta los labios de la abogada recorriendo los muslos internos de sus piernas, buscando ascender hacía el ansiado tesoro que la aguardaba.
Maki se deleitó de su calidez y sabor.
Cuando fue su turno de tocar a Maki, se dispuso a qué sería la experiencia más anhelada y placentera para ella.
Tantas noches imaginó a la pelirroja bajo su cuerpo, con el rostro ruborizado y sudoroso, aclamando su nombre. Ahora la tenía ahí, retorciéndose ante el constante rosar de sus dedos contra sus puntos más sensibles, suspirando constantemente su nombre.
Vio tantos ángulos de ella, y como tanto lo anheló, pudo verla sudar y gemir como sus más oscuros y deseosos sueños se lo presentaron tantas veces.
Todo le encantó de Maki, desde su suave voz pidiendo más, hasta los mordiscos en su cuello, e incluso el sentir de los dedos enredados en su cabello negro, esto cuando está vez, Nico decidió disfrutar del sabor de Maki.
Finalmente ambas se fundieron entre el calor y deseo que sentían, pero sobre todo, entre aquel apasionado amor.
Nico le perteneció a Maki, y Maki a Nico en una primera vez llena de tantos sentimientos y emociones.
Fue justo ese momento, en el que finalmente se entregaron al amor de su vida totalmente.
.
La luz de un nuevo día golpeó el rostro de Maki, quien poco a poco se incorporó un poco, lo primero que vio al girar su rostro, fue la tersa y blanca espalda desnuda de Nico, quien dormía plácidamente a su lado.
Sonrió ante la vista y los recuerdos de la noche anterior, por lo que se acercó hasta la mayor y depositó un par de besos sobre su hombro desnudo.
La pelinegra no reaccionó, simplemente siguió inmersa en los dulces sueños que tenía.
-Nico chan, despierta pequeña perezosa- la abogada le susurraba al oído con todo el amor que podía expresar, pero nuevamente, Nico no se movió en absoluto.
Maki no volvió a llamarla, simplemente se dedicó a estirarse mientras bostezaba.
Al realizar aquella acción, pronto sintió un ligero picor en su espalda, no habría que ser un genio para descifrar que el picor en la espalda de Maki era obra de las uñas de Nico la noche anterior, por lo que la menor tentó un poco su espalda, notando que efectivamente, al tocarse el picor aumentaba.
-Oye Nico chan, ¿Tienes algo para el ardor?- preguntó Maki a la mayor, quien ni siquiera respondió.
Ante la falta de respuesta de Nico, Maki decidió buscar por su cuenta, dirigiendo su mirada a la mesita de noche a su lado. Sin problema alguno se estiró para abrir el cajón, con la esperanza de encontrar un poco de la pomada mentolada que Nico solía usar para las constantes rinitis que tenía, gracias a su sinusitis.
Maki remueve un par de cosas de aquel cajón con la esperanza de encontrar la ansiada pomada para aliviar su malestar.
Sin embargo, su búsqueda pasa a segundo término, cuando se topa con algo en el interior de aquel cajón.
La pelirroja parpadea un par de veces para asegurarse que está mirando bien, que no es una ilusión o un error en sus ojos, pero, por más que los talla, se da cuenta que lo que mira dentro de ese cajón es real.
Maki entonces, decide sacar aquel sobre del cajón de Nico, observándolo con evidente sorpresa e incertidumbre.
¿Por qué? ¿De que se había perdido?
Maki no pudo hacer nada, más que susurrar el nombre escrito en aquel sobre amarillo.
-Ayase Eli...-
.
.
.
