Descargo de responsabilidad: No soy dueño de Naruto. Lamentablemente mi plan no funcionó, pero no es momento de tirar la toalla, pensaré en otro plan y lo pondré en marcha.
N/A: Mientras escribía esto, terminaba mis trabajos de la universidad y me preparaba algo para comer. Me siento un dios.
- Hola - (persona hablando)
Hola (pensamiento)
Capítulo 9
Rápidamente tuve que esquivar un conjunto de shurikens que volaron en mi dirección, seguidos de una enorme bola de fuego.
Tch, no se está reservando nada
Lancé uno de los shurikens que había logrado atrapar con la mano y luego hice un kawarimi con él. Cuando cambié de lugar con el arma arrojadiza, fui recibido por un fuerte puñetazo en el rostro, seguido de una patada en las costillas de la cual estaba seguro que fue reforzada con chakra.
Fui enviado a volar hacia uno de los lados de la arena con un fuerte dolor en el rostro y las costillas.
Hugh, eso dolió… ¿Quién creería que una persona que se esconde todo el día detrás de sus secuaces podría golpear tan fuerte?
- ¡¿Qué pasa?! ¡¿Te quedaste sin comentarios inteligentes?! – exclamó el número 8 con clara arrogancia en su tono.
- Je, me das dos golpes y ya te crees la gran cosa, perro – le respondí, mientras me levantaba del suelo.
- ¡Te dije que no me llamaras así! ¡No soy el maldito perro de nadie! – gritó.
- Si, si, lo que digas, perro.
Una gran cantidad de instinto asesino explotó del furioso adolescente, mientras cargaba a gran velocidad hacia mí.
Hmm… creo que al fin llegó a su límite…
Traté de esquivar la mayor cantidad de golpes lanzados hacia mí, aunque el dolor en mis costillas hacía difícil moverse rápido y me retrasó lo suficiente como para recibir al menos uno o dos golpes.
Este idiota se ha convertido en una especie de berserker cegado por la ira, necesito alejarme de él y enfrentarlo con ataques a distancia.
Me agaché debajo de uno de sus golpes y le di un uppercut cargado con chakra en la barbilla, seguido de una patada giratoria en el abdomen, luego realicé un kawarimi con uno de los shurikens que me había lanzado antes para alejarme un poco más.
Bien, piensa… este idiota obviamente es mejor que yo en taijutsu, parece saber un jutsu de fuego, pero eso no me sirve para saber si puede hacer más, también tiene una fuerza bastante grande si esos pocos golpes que lograron llegar a mí son algo por lo que dejarse llevar… creo que es un buen momento para probar uno de los jutsus que estado practicando en secreto, aunque me hubiera gustado probarlo en un lugar más tranquilo y donde nadie pudiera verme.
Hice una sola señal de manos y murmuré; Kokuangyo no Jutsu.
Fue divertido e interesante ver como el berserker que era mi oponente se desorientaba rápidamente y comenzaba a gritar.
- ¡¿Qué demonios?! ¡¿Por qué no puedo ver?! ¡¿Qué me hiciste?!
- Sería bastante estúpido si te dijera que fue lo que hice, ¿cierto? – me burlé.
Bueno, parece que encerrarme en las duchas a leer el pergamino de jutsus de Aoki sirvió para algo al final.
Canalicé chakra en mis piernas y me acerqué rápidamente a él.
Estoy seguro que después de esto el genjutsu se deshará, así que debo hacer que valga la pena.
Saqué mis cuchillos del sello en mi mano y me preparé para cortar en pedacitos a mi enemigo.
Una vez que estuve lo suficientemente cerca, lancé un corte con la mano derecha, pero nunca llegó al cuerpo de mi enemigo, ya que una pared de tierra se había alzado en frente de él. Miré con confusión la pared y luego tuve que saltar hacia atrás ya que varias lanzas de tierra salían del suelo y trataron de atravesarme.
Maldita sea, ¿Cómo diablos pasó esto? Se supone que está bajo un genjutsu de muy alto nivel, no podría salir tan fácilmente de él y mucho menos hacerlo a tiempo para levantar una pared en frente suyo.
Una vez que las lanzas dejaron de salir volví a mirar el lugar en donde estaba mi oponente, pude ver una figura parada en frente suyo. Era un clon.
- ¿Cuándo hizo un maldito clon? – gruñí.
Pude ver como el clon sacaba del genjutsu al perro y luego se deshacía en barro.
- Je, ¿en serio creíste que pelearía contigo sin tener una solución a tus malditos genjutsus? Te he visto pelear en varias ocasiones maldito mocoso, no puedes hacer nada sin que yo tenga un plan para contrarrestarlo – se burló.
- Es gracioso que digas eso luego de haber estado gritando como niña porque no podías ver.
- Tch, voy a tener que enseñarte respeto antes de matarte – gruñó.
- No respeto a alguien que obviamente no se lo merece, perro.
- ¡YA ME TIENES ARTO CON ESE MALDITO APODO!
- Si, si, lo que digas, perro.
Vi con fascinación como mi oponente pasaba por varios sellos de manos a una gran velocidad.
Hum… siento que esto es malo…
Me preparé para lanzar un kawarimi con los shurikens que aún seguían en el suelo, pero me fasciné al ver el ataque del número 8.
- Yōton: Shaku Garyūgan no Jutsu – gritó, mientras enormes bolas de roca y lava salían de su boca.
Genial…
Al darme cuenta de que me había quedado quieto, hice varias señales de manos y formé un muro de agua para cubrirme de algunas de las esferas.
Okey, parece que este era el tipo que mencionó Futsu, el que se encargaba de matar a los peleadores de Kakuzu… creo que tardaré más de lo esperado con este combate.
Logré realizar un kawarimi con uno de los shurikens lejanos antes de que mi pared de agua se deshiciera y fuera atrapado por las esferas de roca y lava. Una vez estuve algo lejos del ataque, hice una sola señal de mano y utilicé de Teppōdama para atacar a mi oponente, o así hubiera sido, si otra pared de piedra no se hubiera levantado justo a su lado, protegiéndolo de mi ataque.
- ¡Oh, vamos! ¡¿Cuántos malditos clones tiene?! – me quejé.
- Más de los que esperarías – murmuró una voz a mi lado.
Me giré y lancé un corte con mi cuchillo de trinchera, pero fue detenido por una mano. Al mirar bien, me di cuenta de que era otro clon.
Esto va a doler…
Recibí un poderoso golpe en medio del rostro y fui enviado a volar contra la pared de roca. Antes de que pudiera impactar contra esta última, un dragón de tierra se formó y voló en mi dirección.
- Maldita sea – murmuré.
Hice la señal de carnero y desaparecí del lugar, dejando una nube de humo atrás.
- Parece que aprender el Shunshin fue una buena elección – dije, mientras trataba de orientarme.
- Tch, quédate quieto para que pueda matarte – gruñó mi oponente.
- ¿Aprendiste eso de tu amo, perro? – pregunté.
- ¡Argh! ¡Te dije que dejaras de llamarme así! – gritó, mientras lanzaba más esferas de lava.
No estoy seguro de si seguir molestándolo sea la mejor idea, pero al menos es divertido hacerlo.
Hice otro shunshin y aparecí a su lado. Antes de que pudiese reaccionar, le di un fuerte golpe cargado con chakra en el rostro, luego hice una señal de manos y le lancé varias esferas de agua mientras realizaba un segundo shunshin y esperaba en el lugar hacia donde estaba volando, esperándolo con otro puño cargado de chakra. Lamentablemente, tuve que saltar de mi lugar, ya que otro de los malditos clones de tierra había salido del suelo tratando de atraparme.
- En serio, ¿Cuántas de esas cosas hay aquí? – me quejé, mientras veía como el clon atrapaba al original en el aire y lo movía del camino de las esferas de agua.
Mientras pensaba en una forma de sacar a todos los clones antes de atacar al original, sentí como algo escurría entre mis dedos. Miré mi mano para darme cuenta de que era sangre, sangre la cual estaba por todo mi cuchillo y dedos.
Oh, cierto, me olvidé que los llevaba puesto cuando le di el puñetazo… no creo que esté muy fel…
Mis pensamientos fueron interrumpidos por un fuerte grito proveniente de mi oponente.
- ¡AHHH! ¡MI ROSTRO! ¡MI BELLO ROSTRO! – gritó, cubriendo su rostro sangrante.
Creo que podemos diferir en esa última parte…
- ¡TÚ! ¡MALDITO HIJO DE PERRA! ¡VOY A MATARTE! – exclamó con furia, mientras me señalaba con su mano llena de sangre.
- Hey, si te hace sentir mejor, creo que te ves mejor así – me encogí de hombros.
- ¡Yōton: Gōremu! – gritó, mientras terminaba un conjunto de señales de manos y luego las ponía en el suelo.
Vi con asombro como un enorme gólem de roca y lava se formaba del suelo.
Si… en momentos como estos me molesta no haber reencarnado como un usuario de Yōton, sería genial poder hacer algo como eso…
Tuve que dejar mi asombro de lado, ya que el enorme monstruo de lava se abalanzó sobre mí con su gigantesco puño.
Lo más aterrador no es que este idiota pueda hacer algo como esto, sino que es el número 8, o sea, técnicamente es uno de los más débiles, así que no quiero imaginarme lo que sería enfrentar a Haku en un combate a muerte… seguramente estaría muerto antes de darme cuenta que fue lo que me golpeó.
- Okey, piensa Hideki, que demonios puedes hacer contra esa cosa… - murmuré.
- Ja, no puedes hac…
El discurso del clon detrás de mí fue interrumpido por un corte de mi cuchillo de trinchera.
- Ya estoy cansado de estos malditos clones – me quejé, mientras esquivaba otro golpe del gólem.
Bien, este idiota debe haber gastado una cantidad insana de chakra entre los jutsus de lava y los estúpidos clones que parecen no tener fin. Más temprano que tarde debería quedarse sin chakra, lo que significa que esta cosa se deshará, pero dudo que se quede quieto mientras espero a que se agote.
Mis pensamientos fueron correctos, ya que pude sentir como algo atrapaba mi pierna. Al mirar abajo me di cuenta de que había un agujero en el suelo de donde sobresalían una cabeza y dos brazos que sostenían mi pierna. Era mi oponente, el real, si el enorme corte desde su barbilla hasta su ojo era algo por lo que dejarse guiar.
- Hey, hola… - dije, mientras buscaba algo para hacer un kawarimi.
- Nada de "Hey, hola". No volveré a dejar que hagas un maldito kawarimi con mis shurikens, y mucho menos que hagas un shunshin.
- Entonces, ¿Qué tal si hago esto?
Hice tres señales de manos y dije; Suiton: Suidan no Jutsu. Luego lancé una gran cantidad de agua desde mi boca hasta el agujero en donde estaba el número 8. Como tuve que hacerlo rápido, ya que el gólem de lava se estaba acercando demasiado, no pude canalizar mucho chakra, así que no fue un ataque mortal, para mi desgracia.
Una vez que las manos de mi oponente soltaron mi pierna, pude realizar un shunshin apresurado, alejándome un poco del enorme monstruo.
Dios… eso estuvo cerca… que hermoso jutsu que es el shunshin, bendito sea quien lo haya inventado.
*Mientras tanto en el patio*
- ¡Vamos Hideki! ¡Tu puedes! ¡Patea su trasero arrogante! – exclamó Kaori mientras miraba el combate de su amigo a través de una pantalla en el patio.
- Je, lo dices como si ese mocoso pudiera derrotar al número 8 – se burló una voz a su lado.
Al mirar, Kaori se dio cuenta de que era el número 3.
- Oh, hola señor 3, ha pasado un tiempo, no intentarás matarme como lo has estado intentando con el número 10, ¿cierto? – preguntó Kaori, mientras miraba al adolescente a su lado.
- No veo porque tendría que hacerlo, después de todo, mi problema es con ese mocoso, no contigo, Kaori – respondió Akiro con una voz suave.
- Si tienes un problema con él, entonces también lo tienes conmigo, Akiro – dijo Kaori, con una voz sombría que no concordaba con su alegre sonrisa.
- Tch, no sé que le ves de especial, solo es un idiota que se cree la gran cosa – se quejó.
- Al menos el no se esconde detrás de sus matones y el dinero de su amo – respondió Kaori.
- ¡¿Qué has dicho?! – gruñó el número 3 – Yo elegiría bien mis siguientes palabras si fuese tú – advirtió.
- Oh, ¿Qué harás? ¿Mandar matones a mi celda a las 3 de la mañana para que intenten matarme como lo has hecho con Hideki? ¿O tal vez prefieras que intenten matarme mientras me ducho? ¿O que lo hagan mientras estoy en el patio? ¿O mientras estoy comiendo? Dime Akiro, ¿Qué harás?
Con cada palabra, un poco más del instinto asesino de Kaori se liberaba, haciendo que todos a su alrededor se tensaran por si una pelea se desataba.
- ¿Podrías contarme un poco más sobre todo esto? – preguntó un adolescente, mientras se acercaba a ambos.
- ¡Oh, número 1, es bueno verte! – exclamó Kaori, dejando que su instinto asesino desapareciera.
- Ha… Haku-san, ¿Qué haces aquí? – tartamudeó Akiro.
- No he hablado contigo, número 3, estoy hablando con Kaori – respondió Haku con un tono helado – Ahora, Kaori-san, ¿podrías contarme más en cuanto a estos intentos de asesinatos de los que hablaste? – preguntó Haku.
- Claro – respondió la número 4 con su sonrisa alegre siempre presente.
- Haku-san, no creo que esas cosas sean de tu interés, después de todo, son simples juegos entre el número 10 y yo, no es nada de qué preocuparse – dijo Akiro rápidamente.
- ¿Le estás diciendo al número 1 que es de su interés y que no? – preguntó otro adolescente apareciendo detrás de Akiro.
- Sui… Suigetsu-san, es bueno verte, ha pasado un tiempo…
- No has respondido mi pregunta – murmuró Suigetsu en su oído.
- No, yo nunca diría algo así, es solo que…
- ¿Solo que…?
- No es nada, me retiraré por el momento, fue bueno volver a verlos – dijo Akiro, mientras se retiraba rápidamente.
- Je, idiota.
- No deberías hablarle así número 2 – le dijo Kaori.
- Meh, tu también sabes que es cierto, ¿verdad? – preguntó Suigetsu, mirando a Haku.
- Puede ser, pero es de mala educación decirlo en voz alta – respondió el número 1 – Ahora, Kaori-san, ¿podríamos hablar de estos intentos de asesinato en contra del número 10?
- Claro, pero primero quiero ver como termina su pelea – respondió Kaori, devolviendo su mirada a la gran pantalla.
- Está bien, puedo esperar.
Haku se sentó al lado de Kaori a mirar la pelea, mientras tanto Suigetsu se quedaba parado.
*Con Hideki*
Ya me estoy cansando de esquivar las malditas esferas de lava mientras tengo que preocuparme al mismo tiempo del estúpido gólem. Necesito un plan para terminar con esto lo antes posible… ¿qué haría Aoki en un momento como este?
- Hmm… seguramente la primera estupidez que se le venga a la cabeza… - murmuré, mientras un plan comenzaba a formarse en mi mente.
Meh, por intentarlo que no quede.
Hice un shunshin y quedé detrás de mi oponente, luego traté de darle un golpe, pero antes de que impactara hice otro shunshin, quedando en frente suyo y así golpeando su rostro, luego realicé un tercer shunshin y me alejé de él.
- Wow… en realidad funcionó – dije con sorpresa, mirando al perro sostenerse el rostro cortado nuevamente.
- Maldita sea, deja de arruinar mi bello rostro – se quejó.
- En mi defensa… bueno… nada… solo quería hacerlo – me encogí de hombros.
Estuve a punto de hacer otro shunshin, pero…
Oh… creo que me quedé sin chakra…
Por obra y arte de la buena beneficencia argumental, el gólem de lava se deshizo, lo que significa que el número 8 también se había quedado sin chakra.
- Supongo que será una pelea a muerte con cuchillos – murmuré, limpiando la sangre en mis cuchillos de trinchera.
- Maldita sea, no puede ser que me hayas obligado a llegar hasta este punto – gruñó el número 8, sacando dos kunais y sosteniéndolos en un agarre inverso en cada mano.
Hum… en momentos como estos debería haber una hoja, o una gota de agua, o alguna otra cosa que indique el momento donde debemos empezar a pelear.
Nos miramos incómodamente hasta que decidí lanzar una roca al aire y luego esperamos a que cayera. Una vez la roca estuvo nuevamente en el suelo, nos lanzamos a gran velocidad el uno al otro.
Cuando estuve al rango justo, lancé un corte ascendente a su rostro, pero fue bloqueado por uno de sus kunais, luego el trató de apuñalarme con el otro, pero fue bloqueado por mi cuchillo restante. Hicimos presión por unos segundos, pero ninguno se movía de su lugar, entonces decidí terminar este concurso de fuerza con una patada en su abdomen, lo que hizo que se doblara hacia abajo, aproveché la apertura y le di un fuerte rodillazo en el rostro, haciendo que levantara la cabeza. Cuando estaba a punto de cortar su cuello con mi cuchillo, mi oponente se agachó y me clavó uno de los kunais en la pierna, haciendo que gruñera de dolor, y luego trató de clavar el ultimo en mi corazón, pero fue interrumpido por un corte en su ojo.
- ¡Argh! ¡Hijo de perra! – gritó, mientras se tambaleaba hacia atrás.
Aproveché que estaba ocupado sosteniendo su ojo herido para quitarme el kunai de la pierna y lanzárselo a la cara. Lamentablemente se movió a tiempo para esquivarlo.
Maldita sea, quiero correr y golpearlo, pero ese maldito kunai causó bastante daño a mi pierna y moverme solo hará que la herida empeore…
Traté de canalizar chakra para ver si ya había recuperado, aunque sea lo suficiente como para lograr un pequeño shunshin, pero estaba vacío, si gastaba lo que tenía me desmayaría y posiblemente moriría por agotamiento de chakra.
Antes de que pudiera reaccionar, mi oponente se había acercado rápidamente y me otorgó un poderoso derechazo en la mandíbula haciendo que me tambaleara hacia atrás, luego lanzó su kunai restante hacia mi pierna sana con intensiones de que se incrustara en ella. Por suerte logré moverme a tiempo para esquivar el arma, pero el brusco movimiento y mi mareo por el golpe hicieron que caiga sentado al suelo, dejando una gran apertura para que mi oponente atacara, apertura la cual el número 8 no dejaría pasar, ya que corrió en mi dirección, agarrando el kunai anteriormente lanzado en el proceso y luego se lanzó sobre mí, tratando de apuñalarme mientras estaba en el suelo.
- ¡Déjate matar maldito mocoso! – gritó en mi cara, mientras trataba y no podía clavarme el kunai
- ¡Jamás! – le respondí, mientras sostenía su mano con el arma.
Estoy seguro de que Aoki le escupiría en el ojo restante en una situación como esta… que ahora que lo pienso no es mala idea…
Junté saliva en mi boca y le escupí el ojo restante al perro que no dejaba de intentar apuñalarme.
- ¡Argh! ¡Bastardo! – se quejó mientras cerraba el ojo, pero no dejaba de hacer presión.
No pude haber creído en serio que algo como eso funcionaría…
Aproveché que mi oponente tenía los ojos cerrados y le di un cabezazo en la cara. Pude sentir como su nariz se rompía luego de ese golpe, lo que hizo que se hiciese para atrás, cosa la cual utilicé para sacarlo de encima de mí pateándolo con mi pierna buena.
¡Es mi momento!
Me puse de pie y luego me abalancé sobre mi oponente y traté de clavar uno de mis cuchillos en su garganta, pero sus manos sostenían las mías y no dejaban que mis armas llegasen a su cuello.
Okey, situaciones difíciles necesitan soluciones aún más difíciles. O bajas, en este caso.
Levanté mi pierna dañada y le di un fuerte rodillazo al número 8 en sus partes privadas. Pude ver como sus ojos se abrían en sorpresa y escuchar como la mayoría de los espectadores hombres jadeaban ante tal movimiento.
- ¡AHH!
Lo siento, si te hace sentir mejor, a mí también me dolió hacerlo.
Utilicé el momento de debilidad que había provocado mi bajo acto y acerqué más y más los cuchillos a su garganta.
- ¡MUERE DE UNA MALDITA VEZ! – grité mientras hacía un último esfuerzo.
Bajé lentamente mis cuchillos y pude sentir como tocaban su piel, utilicé un poco de la pequeña cantidad de chakra que me quedaba y lo canalicé en mis cuchillos, haciéndolos más filosos.
- No se me ocurre ninguna frase antes de matarte, así que solo te diré esto; buena pelea.
Luego de eso bajé por completo mis cuchillos sobre su cuello y le hice un profundo corte con forma de X en la garganta de mi oponente. Pude escucharlo ahogarse con su propia sangre y tratar de decir algo, sentí su último intento de lucha antes de que su cuerpo se volviera flácido y dejara que las frías garras de la muerte se lo llevaran.
Un momento después, sus brazos habían caído y sus ojos se habían vaciado de cualquier vida. Estaba muerto.
Por unos segundos todo se quedó en silencio, estaba seguro de que si alguien dejaba caer un alfiler se hubiera escuchado en todo el lugar.
- Je, demasiado fácil… - murmuré, mientras caía de espaldas a un lado del cuerpo.
Estaba completamente cansado física y mentalmente, no tenía chakra y había un agujero en mi pierna. Estaba seguro de que, si Akiro quisiera matarme ahora, lo lograría.
De repente en todo el coliseo se pudo escuchar la voz del anunciador.
- ¡El GANADOR Y PRIMER PELEADOR EN PASAR A LA SIGUIENTE RONDA! ¡EL NÚMERO 10! ¡HIIIDEEEKIII!
Los espectadores explotaron en vítores de celebración, mientras que otros estaban molestos por haber perdido dinero en esta pelea. Por otro lado, un ninja renegado de Takigakure estaba feliz mientras contaba el dinero de los maletines que le habían traído.
Supongo que disfrutaré de mi victoria con una muy merecida inconsciencia.
Lo último que vi antes de caer dormido fue a un grupo de médicos que entró en la arena y me subió encima de una camilla, también tomaron el cuerpo del número 8, supuse que me llevarían a la enfermería, así que no le presté demasiada atención.
*En otro lado*
- ¡CLARO QUE SI MALDITA SEA! ¡ESE ES MI AMIGO! – exclamó Kaori, saltando de alegría mientras abrazaba a Haku.
- Kaori-san por favor suéltame – dijo Haku tratando de soltarse del poderoso agarre de la niña.
Kaori solo ignoró las peticiones del adolescente y siguió lanzándolo de un lado a otro. El resto de personas en el patio solo miraron la escena con diversión clara en sus rostros, después de todo, no todos los días podías ver al poderoso número 1 siendo aplastado en los brazos de una niña mientras esta lo mueve de un lado a otro como si fuese un muñeco de trapo.
- Oye, ¿qué tal si sueltas a mi amigo aquí y te acompañamos a ver al número 10? – preguntó una voz a lado de la chica.
Al mirar en su dirección, se dio cuenta de que era Suigetsu y luego se dio cuenta de lo que había dicho.
- Oh, si, tienes razón vamos a verlo – dijo la niña, dejando caer a Haku y corriendo en dirección a la enfermería.
- Je, parece que me debes una grande – se burló Suigetsu.
- Ni lo menciones – murmuró Haku, mientras se ponía de pie y alisaba su ropa.
- ¿Crees que deberíamos ir?
- No veo porque no. Sería bueno hablar con el número 10 y preguntarle a él si todo lo que me dijo Kaori-san es correcto.
La expresión de Suigetsu se puso seria de repente.
- ¿Qué planeas hacer si lo que dijo esa niña resulta ser cierto?
- No lo sé… Akiro es un buen amigo, pero últimamente ha estado actuando increíblemente cruel…
- Demasiado, diría yo.
- Es posible que la arrogancia por ser uno de los 3 mejores por fin se le haya subido a la cabeza.
- Hablarlo no ayudará de nada, por ahora vayamos a ver a ese chico Hideki, puede que incluso pueda preparar un pequeño combate de exhibición con él para cuando se recupere – dijo Suigetsu con una sonrisa en el rostro.
- Recuerda el plan de Zabuza-sama. No hagas que te maten hasta que se complete – reprendió Haku.
- Si, si, no dejarse llevar por la emoción de la batalla y esperar a que tu amo nos venga a rescatar. No crees seriamente que pueda sacarnos de aquí, ¿cierto? Este lugar es una maldita fortaleza forrada en oro, no podría entrar aquí ni con todos los ninjas renegados que el dinero pueda pagar, y para colmo las paredes están cubiertas de sellos que absorben chakra, y no me hagas hablar de los guardianes de Oyashiro.
- Solo apégate al plan y no hagas estupideces – dijo Haku, mientras comenzaba a caminar en la dirección de la enfermería.
*suspiro* - Está bien – murmuró.
*Con Kaori*
Luego de salir del patio, la niña corrió en dirección a la enfermería con tal de ver a su amigo y felicitarlo por haber salido victorioso en su primer combate del torneo.
Hmm… ¿tal vez debería llevarle un dulce como premio? Aunque también podría darle una pequeña caricia en la cabeza, parecen gustarle mis caricias, aunque el nunca me las devuelve, eso es malo, debería exigirle una caricia alguna vez – pensó Kaori.
- ¡Alto!
Sus pensamientos fueron interrumpidos por un grupo de los que reconoció como los amigos del señor 10. Estaban parados en frente de las puertas de la enfermería impidiéndole el paso.
- ¿Qué sucede? – preguntó Kaori.
Matón genérico 1 - No puedes pasar.
- ¿Por qué?
Matón genérico 2 – El señor 3 nos ha ordenado que no dejáramos pasar a nadie a no ser que el lo pidiera, así que vete.
- Pero tengo que ver a mi amigo Hideki, acaba de terminar su pelea y quiero ver cómo está – dijo Kaori.
Matón genérico 3 – Te hemos dicho que no puedes pasar, ¿Qué maldita parte no entiendes niña?
- Oye, se los estoy pidiendo de buena manera, no me hables así – se quejó la niña.
Matón genérico 4 – Como sea, ahora vete o sino…
- O sino… ¿Qué? – dijo Kaori, con una voz helada que contrastaba con su dulce sonrisa.
Matón genérico 5 – Ja, la mocosa cree que puede intimidarnos.
Matón genérico 4 – Tal vez deberíamos darle una lección tal y como hará el jefe con ese mocoso de número 10.
- Oh, así que este es otro de los estúpidos intentos de asesinato por parte de Akiro… - murmuró Kaori.
Matón genérico 2 – Maldita mocosa, hablaras con respeto del se…
Las palabras del matón fueron interrumpidas por una lanza de piedra que salió de la pared y le atravesó el cráneo.
- ¿Alguien más quiere decir algo? – preguntó la niña, con su sonrisa siempre presente.
Los matones se miraron conmocionados por unos instantes y luego se abalanzaron sobre la niña. Ninguno se había dado cuenta de su chaqueta que tenía el número 4 estampado en ella.
*Con Hideki*
Cuando desperté lo primero que vi fue a un grupo de médicos curando mis heridas. Traté de levantarme porque me sentía incómodo, pero uno de ellos puso una suave mano en mi pecho y me pidió que me quedara recostado para que pudiera curar mis heridas más rápido, yo solo asentí y me quedé recostado mirando el techo. La pelea que había tenido hace unos instantes había sido bastante dura. Nunca lo admitiría frente a nadie, pero pelear contra el perro fue bastante emocionante, nunca antes había sentido tanta adrenalina recorrer mi cuerpo.
Fue maravilloso…
Mis reflexiones mentales interrumpidas por los médicos que dejaron de curarme y salieron rápidamente de la enfermería.
- Oigan, no estoy completamente curado, ¿Qué demonios hacen? – me quejé.
- Diría que es bueno volver a verte, pero sería una vil mentira – dijo una voz que reconocía bien.
- Akiro – gruñí.
- El mismo – respondió, saliendo de atrás de una cortina.
Por lo que pude ver en las sombras de la cortina que cubría mi cama, no estaba solo, había al menos otros 3 matones juntos al idiota.
- ¿Qué demonios quieres? – pregunté.
- Oh, nada importante, solo tu corazón – dijo, con una sonrisa tortuosa en su rostro.
- No me balanceo de esa manera, pero seguro que el perr… oh, cierto, lo maté, una lástima – me burlé.
Pude ver la molestia en sus ojos, pero rápidamente desapareció.
- Ja, muy gracioso, sabes – apretó fuertemente mis costillas haciendo que gruñera de dolor – Creo que esta es la primera vez que te veo tan débil, así que me pregunté a mí mismo, ¿Por qué no aprovechar y darle una agradable visita a mi querido amigo Hideki? – volvió a apretar mis costillas.
- Sácame las manos de encima sucia escoria – gruñí, tratando de canalizar chakra, pero fallando.
- Oh, tranquilo, no intentes hacer eso, no servirá de nada, después de todo, agotaste todo tu chakra en la pelea con número 8, ¿cierto? Y aunque ese no fuera el caso, esta cama tiene sellos de chakra para que los peleadores no despierten y ataquen a los enfermeros pensando que son enemigos.
- Tch, una vez que salga de aquí te romperé ambos brazos y piernas y te haré arrastrarte por tu vida – gruñí – Puede que te hayas salvado escondiéndote de mí estos últimos meses, pero ahora que te tengo aquí no esperes a que no haga nada.
- ¿Escondiéndome? No, no… no querido, estás equivocado. No me estaba escondiendo, ¿Por qué tendría que ensuciarme las manos teniendo tantos hombres a mi disposición? Las personas como yo, personas poderosas, con influencia, no nos ensuciamos las manos con personas como tú, solamente nos quedamos al margen mirando mientras comandamos la mano de obra para que haga el trabajo pesado por nosotros.
- En pocas palabras: mandas a los idiotas a tu disposición a tratar de matarme mientras te escondes en algún lugar.
- Llámalo como quieras, las palabras de un muerto no significan nada para mí.
- Lo dices como si me hubieras matado – me burlé.
- Aún no, solo estoy… ¿Cómo se dice…? Saboreando el momento – dijo, mientras me daba un puñetazo en las costillas.
Contuve un grito y simplemente dejé salir un pequeño gruñido.
- Oh, vamos, no es divertido si no gritas – se quejó.
Luego me dio otro golpe en el mismo lugar que antes. Pude escuchar como algo se rompía dentro mío, posiblemente una costilla.
- Je, golpeas como niña.
- Oh, tranquilo, solo estoy empezando.
Chasqueó los dedos y dos de sus secuaces sacaron las cortinas y la usaron para atar mis manos. Luego me levantaron de la cama y sostuvieron en el aire.
- Hum… sabes… Jiro era un buen amigo mío… y tú lo mataste – gruñó mientras daba golpes en mi abdomen.
- Je… así… qu... que… ese perro tenía nombre – dije entre fuertes toces
- Hmph, no te di permiso de hablar – dijo, mientras me clavaba un bisturí en la pierna recién curada.
Mordí mi labio para no dejar salir el grito que estaba conteniendo.
- Como si necesitara permiso de un cobarde para hablar – le dije, mientras le escupía sangre en la cara.
- Oh, ¿y por que soy un cobarde? – preguntó.
- ¿En serio lo preguntas?
- ¿Te refieres a esto? Yo no lo llamaría cobardía, sería más como… trabajo en equipo.
- Si, si, lo que digas.
- Hum… sabes, aun estoy algo molesto por lo que le hiciste a mi hermano… creo que merece ser vengado por su cariñoso hermano mayor.
Luego de eso sacó el bisturí en mi pierna y lo clavó profundamente en la otra. Esta vez no pude contener el grito y dejé que saliera.
- Oh, si, a eso me refería, por favor sigue – dijo, con una expresión de sádica alegría en su rostro.
Estuvo a punto de continuar, pero fue interrumpido por un fuerte grito proveniente del otro lado de las puertas.
- ¿Qué demonios está pasando allí afuera? – se quejó.
- No lo sé señor – respondió el matón cercano a la puerta.
- Entonces ve a mirar, y diles a esos idiotas que no interrumpan mi diversión – le ordenó.
- Claro señor.
*suspiro* - Cada vez es más complicado encontrar gente competente – murmuró.
Cuando el matón abrió la puerta, su cabeza fue atravesado por una lanza de piedra que salió del suelo. Lentamente la lanza se retrajo hacia atrás y dejó que el cuerpo cayera de espaldas, dejando espacio a una sonriente Kaori la cual estaba cubierta de sangre y entraba a la enfermería dando brincos.
- K… Kaori… - tartamudeó Akiro.
- Hey, seño…
Las palabras de la niña fueron detenidas al ver mi estado, a los matones sosteniéndome en el aire y la mano de Akiro aun en el bisturí clavado en mi pierna.
Puedo jurar que por unos segundos vi como una forma espectral parecida a un demonio se alzaba por detrás suyo, ensombreciendo todo el lugar y aterrorizando a Akiro y sus matones.
- Señor 3, ¿podrías explicarme que es lo que le estás haciendo a mi amigo? – preguntó Kaori.
El tono que usaba era tan frío que no pude evitar temblar.
- Eeh… bueno… verás… - dijo Akiro, tratando de encontrar una salida.
Parecía que la situación no podía empeorar. O al menos así fue hasta que llegaron Haku y Suigetsu y vieron lo mismo que Kaori al entrar. Mi cuerpo mantenido en el aire por los hombres de Akiro mientras el sostenía un bisturí en mi pierna.
- Vaya, parece que llegamos un poco tarde – murmuró Suigetsu.
- Ha… Haku… lo puedo expli…
Las palabras de Akiro fueron interrumpidas por un poderoso instinto asesino proveniente de Kaori y Haku. Fue interesante ver como el suelo y las paredes se agrietaban y comenzaban a congelarse poco a poco, mientras tanto Suigetsu salió de la habitación con la excusa de limpiar el pasillo.
Por otro lado, los hombres de Akiro y él mismo cayeron de rodillas al suelo, dejándome caer a mí en el proceso y logrando que el bisturí se incrustara un poco más. No pude evitar soltar un gruñido al sentir como la maldita cosa se clavaba aún más en mi pierna, y fue aún peor cuando traté de sacarla de ahí.
- Akiro, te hice una pregunta – dijo Kaori, todo rastro de su sonrisa siempre presente había desaparecido.
- Es… es su… es su culpa… - logró decir.
- ¿Cómo es culpa de Hideki que tu vinieras a atacarlo mientras se recuperaba en la enfermería? – preguntó Haku.
- Si… si… el no hubiera matado a Futsu y Jiro, yo no habría hecho esto.
- ¡Maldita sea Akiro! ¡Eran malditas peleas a muerte! ¡¿Cómo demonios esperas que se deje vencer?! – gritó Kaori.
- Además, todos en el patio vimos como Oyashiro usaba su kekkei genkai para obligar al número 10 a matar a tu hermano, así que no puedes culparlo de nada – dijo Haku.
- ¡Cállate! ¡Oyashiro-sama nunca haría algo así! ¡El cumplió mi petición de cuidar de Futsu, nunca rompería su palabra haciendo que esta escoria lo mate! ¡Estoy seguro de que debió haber sido otro de sus malditos genjutsus! – gritó mientras me señalaba.
*suspiro* - Escúchate a ti mismo Akiro, solo dices eso porque no quieres creer que ese hombre en verdad es malvado – dijo Haku, negando con la cabeza.
- No me interesa si la estúpida muerte de tu hermano es culpa de Hideki o Oyashiro, lo único que me interesa es que no dejaste de atacar a mi único amigo en este maldito agujero incluso cuando se encontraba herido en la enfermería – gruñó Kaori mientras un gólem comenzaba a formarse del suelo.
- ¡No sé que demonios le ves a este idiota! ¡Yo soy mejor! ¡Tengo hombres para comandar, tengo un amo que me da dinero para sobornar a los guardias, soy el número 3 maldita sea! ¡Por qué lo prefieres a él y no a mí! – gritó Akiro.
- Porque él no es tan cobarde como para necesitar enviar matones a matar a alguien porque sabe que si pelea de frente morirá, porque el no me trata como un premio, porque el no ideó un estúpido plan para que todos se alejaran de mí para luego llegar y hacerme creer que es una buena persona, ¡Porque el si quiere ser mi amigo y no meterse en mis malditos pantalones! ¡Lo prefiero porque él es mucho mejor que tú! – gritó Kaori mientras hacía que su gólem atrapara a Akiro con su mano.
Uy, eso debió doler…
- Kaori, es suficiente – dijo Haku posando su mano sobre el hombro de la niña molesta – No hace falta que te ensucies las manos con basura como esta.
- Tch, lo que digas – escupió mientras lanzaba a Akiro contra una pared y deshacía el gólem.
- Ustedes dos váyanse si no quieren morir y llévense a esa escoria con ustedes – les dijo Haku a los dos matones sobrevivientes.
Los matones no lo pensaron dos veces y se levantaron para recoger el cuerpo inconsciente de su líder y salir corriendo.
Una vez que los matones se fueron de la enfermería, Suigetsu entró con una sonrisa divertida en su rostro y me miró aun en el suelo.
- Pareces cómodo – me dijo.
- No puedo quejarme, al menos no fui lanzado contra una pared por un gólem gigante hecho de roca – respondí.
- Oh, Hideki, lo siento, me había olvidado de ti – dijo Kaori, acercándose a mí y ayudándome a levantarme.
- No importa, estoy seguro de que si no hubiera llegado ahora mismo no sería más que otro cadáver.
- Déjame ayudarte, sé algo de curación – dijo Haku, ayudando a Kaori a ponerme en una cama.
- Número 2, ¿podrías ir a buscar a un enfermero? – preguntó la niña.
- Claro.
Suigetsu salió de la enfermería cerrando las puertas detrás suyo.
- Muy bien Hideki-san, ¿puedes decirme que tienes? – preguntó Haku.
- ¿Aparte de dolor en todo mi cuerpo y piernas? Creo que nada.
- Hmm… parece que varias de tus costillas del lado derecho se han roto y el bisturí no hizo mucho – dijo el adolescente mientras pasaba su mano envuelta en un aura de color verde sobre mi cuerpo.
- Es bueno saber que solo tengo algunos huesos rotos y un agujero en cada pierna– bromeé.
- Podría haber sido peor si no hubiese llegado a rescatarte – dijo Kaori mientras inflaba su pecho con orgullo.
- Je, creo que debería agradecértelo.
Estiré mi mano y acaricié su cabello rojo y desordenado.
- Gracias Kaori, si no fuese por ti ahora mismo parecería un rallador de queso – le di una pequeña sonrisa, tratando de ocultar la sangre en mi boca.
- Oh, si, alágame más – respondió.
Fue interesante ver como se sonrojaba hasta casi tomar el mismo color de su cabello.
Wow, creí que eso solo ocurría en el anime…
Escuché una pequeña risita a mi lado y me giré para ver a Haku.
- ¿Divertido? – pregunté, dejando de acariciar la cabeza de Kaori.
- Algo – se encogió de hombros.
- ¡Oye! – exclamó la niña.
- ¿Qué sucede? – pregunté.
- No dejes de acariciar mi cabeza – hizo un puchero.
- Está bien – dije, mientras volvía a acariciar su cabeza.
Ver la cara de satisfacción de la niña a la que llamaba amiga al recibir caricias en su cabeza me recordaba bastante a cuando acariciaba la cabeza de mi hermanita en mi otra vida… eso llenaba mi corazón de algo similar a la alegría. Esta niña era una fusión de mi padre de esta vida y mi hermanita de mi otra vida, un sentimiento fraternal recorrió mi cuerpo y no pude evitar que una pequeña sonrisa se formara en mi rostro.
Creo que podría acostumbrarme a esto.
Kokuangyo no Jutsu: Jutsu del Portador de la Oscuridad
Yōton: Shaku Garyūgan no Jutsu: Elemento Lava: Jutsu Corriente de Rocas Abrasadoras
Shunshin: Jutsu de Cuerpo Parpadeante
Suiton: Suidan no Jutsu: Elemento Agua: Jutsu Bala de Agua
Yōton: Gōremu: A este lo inventé, se supone que significa: Elemento Lava: Gólem
