Descargo de responsabilidad: No soy dueño de Naruto.
N/A: ¡Hey! ¡He vuelto! ¿me extrañaron?
Antes que nada, pido disculpas por haberme tardado tanto en subir el capítulo. Para serles sincero, lo he tenido escrito desde hace un tiempo, pero pasaron… muchas cosas que prefiero guardarme. Solo diré que tuve que comprarme una pc nueva y por eso no pude subir el capítulo.
- Hola - (persona hablando)
Hola (pensamiento)
Capítulo 14
- Bueno, eso fue… incómodo… - murmuró Kaori.
- Lo sé, sinceramente no esperaba que fuese así nuestra conversación, esperaba algún tipo de interrogatorio con un Yamanaka o algo por el estilo. Creyeron demasiado fácil en mi historia y no hicieron muchos cuestionamientos, en especial Danzo, esperaba que ese anciano fuese el más difícil de engañar.
- Aun así, dudo que nos dejen tranquilos ahora que saben que estamos aquí.
- Tienes razón, pero es un precio que estoy dispuesto a pagar. Necesito que esos 4 confíen en nosotros, o al menos el hokage. Estoy seguro de que será el más fácil de convencer, y por lo visto se preocupa bastante por Naruto-san, eso es un punto débil que estoy dispuesto a explotar.
- ¿Por qué siento que esto no me va a gustar? – preguntó Kaori.
Solamente la miré mientras un plan comenzaba a formarse en mi cabeza.
*Al día siguiente*
- Buenos días, Danzo-san – dije, mirando al anciano parado en medio del campo de entrenamiento.
Me había despertado debido a un repentino golpe en la puerta de mi departamento y al abrir para ver quien era me encontré con un shinobi con la vestimenta anbu estándar y una máscara en blanco, supe al instante que era un anbu raíz enviado por Danzo. Al preguntarle que necesitaba me dio indicaciones para encontrarme con el halcón de guerra en uno de los campos de entrenamiento más alejados de la aldea.
Ahora que lo pienso, esto podría haber sido tranquilamente una trampa y vine sin pensarlo dos veces…
- Buenos días, Hideki-kun. Es bueno saber que eres puntual, no como tu padre.
Pude escuchar la sutil irritación en sus palabras, pero lo dejé pasar, ya que Aoki podía tener ese tipo de reacción en las personas.
- Si… él no era lo que uno podría llamar "una persona puntual". A no ser que sea una situación de vida o muerte, pero estoy seguro de que no me llamó a este lugar solo para hablar de ellos.
- Eres bastante perspicaz, al igual que tu madre, pero tienes razón, no te llamé aquí para hablar de tus padres.
- ¿Entonces para qué? Dudo que haya sido un pedido del Sandaime ya que no puedo sentir a ninguno de sus anbu cerca o a él para el caso.
Ni siquiera puedo sentir a los anbu de Danzo y eso no me gusta.
- Iré directo al grano. No confío en ti. Siento que escondes demasiadas cosas, y un shinobi leal no haría eso.
Si… supuse que ese era el caso.
- Puede que tengas razón, Danzo-san, pero ambos sabemos que incluso tú tienes algunos secretos que no le cuentas ni siquiera al hokage. Además, no es como si nos conociéramos lo suficiente como para contarte todo sobre mí. Para mí no eres más que el maestro de mis padres y uno de los ancianos de la aldea, no te conozco más allá de lo que he oído de parte de Aoki en algunas ocasiones y alguna que otra cosa que descubrí mientras caminaba por el pueblo.
- Eres inteligente, Hideki, lo has sido desde que eras pequeño, y sólo puedo suponer que tu inteligencia ha ido en aumento, sino no podrías haber sobrevivido tanto en el mundo shinobi sin tus padres para protegerte. Así que déjame ser claro con mis palabras para que no puedas malinterpretarlas de ninguna manera. Si planeas, haces, dices, o siquiera piensas en hacer algo en contra de Konoha, la aldea que tu familia ayudó a crear, la aldea por la que tu abuelo y padres estaban dispuestos a sacrificarse, yo mismo me encargaré de quitarte la vida con mis propias manos. No dejaré que la decendencia de mi sensei manche su nombre y el de su familia.
Oh, así que me invitó a este lugar solo para amenazarme. No esperaba que este anciano fuese capaz de hacer algo así, creí que simplemente me mantendría vigilado, pero en ningún momento se me ocurrió que podría amenazarme directamente.
- Tienes razón, Danzo-san, soy inteligente, y por eso mismo sé que esa no es una amenaza vacía y que tampoco eres alguien a quien me gustaría enfadar. Pero tranquilo, no planeo hacer nada que pueda perjudicar a la hoja, tiene mi palabra.
Al menos no yo…
- Espero que ese sea el caso, pero aun así te mantendré vigilado, al igual que a esa niña Uzumaki. No puedo simplemente dejar que alguien que puede infiltrarse tan fácilmente en los recintos de clanes vague tranquilamente por la aldea.
- ¿Preocupado de que pueda infiltrarse en una de sus bases raíz y encontrar algo que no quieres que vea?
- Cuidado con tus palabras, chico, no soy Hiruzen, no me temblará el pulso si debo matarte para conservar la seguridad del pueblo.
- No lo dudaría ni por un segundo.
- Bien. Ahora debo retirarme, Hiruzen seguramente ha descubierto nuestro pequeño encuentro y enviará a un anbu a buscarte. Recuerda, esta conversación nunca pasó.
Luego de esas palabras Danzo desapareció en un shunshin de hojas.
- Pff... más que conversación lo llamaría tú amenazándome – me quejé a la nada.
Tal y como había previsto Danzo, un anbu apareció en frente de mí poco tiempo después de que él se fuera.
- Senju Hideki, hokage-sama desea verte.
- Pueden llamarme Hideki, ¿sabes? No hace falta que digan mi apellido cada vez que aparecen en frente mío – suspiré.
El anbu no dijo nada y puso su mano sobre mi hombro, luego desaparecimos en un shunshin en dirección a la oficina del hokage.
*En la torre del hokage*
- Oh, Hideki-kun, es bueno verte.
Escuché la voz del anciano poco después de haber aparecido en frente de su escritorio.
- Digo lo mismo, hokage-sama – me incliné un poco ante el hokage.
- Ya te dije que puedes llamarme Hiruzen – suspiró.
- Eso sería una falta de respeto, Sandaime-sama.
- Sería una falta de respeto si me ofendiera, y déjame decirte que no me ofende.
*suspiro*
Que anciano más insistente.
- Está bien, Hiruzen… ¿deseaba verme?
Claro que lo hacía, sino no hubiera enviado al anbu.
- Oh, si, deseaba continuar nuestra conversación de ayer, pero primero déjame preguntarte algo.
- ¿Qué cosa?
- ¿Qué te ha dicho Danzo?
La mirada y la voz del hombre se habían vuelto serias de repente. Era simplemente impresionante como este anciano podía pasar de parecer el típico abuelo amigable a un shinobi endurecido por la guerra.
- Danzo-san solo ha demostrado su preocupación ante mi repentina aparición en la aldea. Se siente… inquieto… al pensar que no le estoy contando algunas cosas sobre mi vida fuera de la aldea.
*suspiro* - Lamento que hayas tenido que pasar por eso, Danzo suele ser increíblemente estricto cuando se trata de la seguridad de la aldea, siente que todos los que no hayan nacido y crecido dentro de los muros de Konoha son enemigos.
- Lo entiendo, y tranquilo, no estoy molesto o algo por el estilo.
- Es bueno saberlo – dijo con una suave sonrisa – Ahora, me gustaría agradecerte por lo de ayer.
¿Ayer? ¿Se refiere a lo de los clanes y los movimientos de Iwa?
- ¿A qué se refiere? – pregunté.
- Ayer nos informaste sobre un chunin que planeaba "castigar" a Naruto-kun, también sobre un anbu que podría haber participado en este ataque. Por lo que Kakashi mencionó, al momento de su llegada había una horda de civiles en los que se encontraban algunos de mis shinobi y los anbu enviados no estaban haciendo nada. Kakashi se encargó de neutralizarlos a todos y traer a salvo al niño a mi oficina.
Oh, se refería a eso…
- ¿Naruto-san se encuentra bien?
- Por supuesto, pero quien sabe lo que le hubiese pasado si no nos hubieses dicho sobre los posibles actos de algunos de mis shinobis.
- Me alegra saber que Naruto-san se encuentra bien, sería una lástima que algo le pasase y el Kyubi terminara siendo liberado en medio de la aldea.
Parece que mi respuesta sacó un poco de lugar al anciano detrás del escritorio.
- Hideki-kun, me gustaría pedirte que ni tú ni Kaori-chan le dijesen nada sobre el Kyubi ni a Naruto-kun ni a nadie de su generación. La vida del niño ya es difícil, pero si se enterara que lleva en su estómago a la criatura que asesinó a muchos de los aldeanos y shinobis del pueblo lo haría creer que es en verdad el demonio que los aldeanos dicen que es.
- Hoka… Hiruzen… ¿me permitiría dar mi sincera opinión al respecto?
- Siento que esto no me gustará – suspiró – Adelante.
- Creo que está tomando la dirección equivocada en cuanto a Naruto-san.
- ¿A qué te refieres?
- Primero que nada, el simple hecho de que su estado como jinchūriki se haya hecho público fue un gran error. Lo único que se logró con eso es que los aldeanos odiaran al niño. Por otro lado, usted es el hokage, la máxima autoridad en este pueblo, lo que significa que nadie puede ir en contra suya cuando toma una decisión. Así que… ¿por qué Naruto-san no se encuentra bajo su cuidado directo? Después de todo, es un activo importante para la aldea, ¿por qué dejarlo viviendo solo en un apartamento? Además, ¿por qué en ese departamento específicamente? Literalmente se encuentra en medio de la zona roja de la aldea. Si mal no recuerdo, Mito Uzumaki, la esposa del primer hokage y primera jinchūriki de la aldea vivió en el complejo del clan Senju luego de mudarse a Konoha. ¿Por qué no dejar que Naruto-san viva en el complejo del clan Senju al igual que ella?
Mis preguntas parecieron incomodar al anciano, pero no estaba dispuesto a dejar que las preguntas que siempre me había hecho mientras veía el anime fueran ignoradas.
- ¿Es acaso este algún tipo de plan para asegurar la lealtad del jinchūriki? Dejarlo solo en un lugar donde todos lo desprecian para luego llegar usted como su salvador y la única persona que en realidad le muestra un poco de aprecio para que el niño se vuelva completamente dependiente emocionalmente de usted y así adoctrinarlo para que ame la aldea y trate de demostrarle a esas personas que lo odian que en verdad no es un demonio.
- ¡Suficiente!
Pude sentir como toda la torre comenzaba a temblar y una gran cantidad de instinto asesino inundaba por completo el edificio. Un sentimiento que no había tenido en mucho tiempo comenzó a invadirme. Era miedo. Un miedo tan grande que había bloqueado por completo todos mis sentidos y no me dejaba hacer más que arrodillarme y temblar. La cantidad de instinto asesino que estaba soltando el hokage era tan grande que no pude evitar pensar en todas y cada una de las formas en las que este hombre podría acabar con mi vida. Sentía como una presión inmensa abordaba mi cuerpo, no podía respirar, no podía moverme o levantar la cabeza, no podía pensar con claridad, lo único que podía hacer era arrodillarme y esperar a que la bestia en frente de mí no me asesinara por mi falta de respeto. No recordaba tener este tipo de reacción desde que sentí el instinto asesino de Yagura cuando liberó dos colas del chakra de su biju, e incluso en ese momento, su instinto asesino no estaba dirigido directamente a mí.
Ee… este… hombre es… un monstruo…
- ¡No dejaré que un niño me acuse de tales actos! ¡No me importa si eres el hijo de Aoki o el nieto de mi sensei!
Parecía que con cada grito que soltaba el enfurecido anciano la cantidad de instinto asesino aumentaba.
- Lo… lo la… lamento…
Logré soltar algunas palabras mientras trataba de que el aire llegara a mis pulmones. Sentía como si estuviera a punto de desmayarme.
De repente el instinto asesino desapareció como si nunca hubiese estado allí. Rápidamente comencé a tomar grandes bocanadas de aire mientras sostenía mi pecho y sentía como si mi corazón estuviese a punto de explotar.
Dios… eso fue horrible… no voy a volver a hacer enojar a este hombre, porque estoy seguro de que, si esta situación se repite, mi cabeza terminará aplastada contra la pared.
*suspiro* - Lamento haber perdido la paciencia así.
Escuché al hombre hablar, pero no podía importarme menos lo que dijese en ese momento, solo estaba tratando de que mis sentidos dejaran de estar alerta y que mi respiración se regulara.
- ¿Qué sucede, hokage-sama?
Repentinamente 6 anbu aparecieron en la sala y 5 me rodearon mientras el restante hablaba con el Sandaime.
- No es nada, Kakashi, pueden retirarse.
Pude sentir la duda en Kakashi y los anbu a mi alrededor, pero luego de unos segundos se fueron, no sin antes ayudarme a ponerme de pie.
Estaba evitando mirar fijamente a los ojos del anciano detrás del escritorio. Aún podía sentir los restos de ese terror absoluto que había envuelto mi cuerpo hace unos pocos segundos.
- Una vez más, lamento haber perdido los estribos así – suspiró el hokage.
- No… yo lamento haberme pasado de la raya, prometo que no volverá a pasar, hokage-sama… - dije mientras me inclinaba.
*suspiro* - Por favor, Hideki-kun, siéntate y hablemos sobre algunas cosas que me dejaron curioso ayer.
- Claro.
Caminé tembloroso hacia una silla cercana y la moví en frente del escritorio del Sandaime, me senté y esperé a que el hombre hablara.
- Muy bien, comencemos con algo fácil. ¿Cómo supiste que Mito-sama fue la primera jinchūriki del Kyubi? Esa es información clasificada que incluso la mayoría de los jefes de clan no saben – preguntó el hombre.
- Mi abuelo lo escribió en uno de sus pergaminos, hokage-sama.
- Hmm… bien. ¿Tienes ese pergamino aquí?
- No, hokage-sama, lo quemé luego de leerlo porque creí que sería peligroso que cayera en manos equivocadas – respondí.
- Está bien, hiciste lo correcto. Ahora, cambiando un poco de tema. Danzo me dijo que cuando eras un niño tenías las marcas distintivas de tu abuelo y padre, también que tu piel era un poco más bronceada que este blanco fantasmal, ¿podrías decirme que te sucedió?
Hmm… ¿debería resumirlo o tratar de darle una explicación detallada? Por ahora vayamos con el resumen.
- Comencemos con mi tono de piel. Mi piel se volvió de este color pálido cuando fui visitado por su estudiante durante mi tiempo en el coliseo, Orochimaru, si mal no recuerdo.
La habitación se quedó en silencio por unos momentos, tenía miedo de que el Sandaime fuese a soltar su instinto asesino nuevamente así que me preparé para escapar.
- ¿Conociste a Orochimaru?
La voz del anciano se había vuelto mortalmente seria, sentía que si decía algo equivocado mi cabeza sería separada de mi cuerpo.
- Así es…
- Por favor, detalla la manera en la que lo conociste.
Pasé cerca de 15 minutos explicándole sobre la relación de Orochimaru y Kakuzu, la razón por la cual había conocido al sannin y el experimento hecho en mi cuerpo con el veneno de serpiente.
- No te importaría que uno de mis ninjas médicos tomara algunas muestras de tu sangre para analizarla, ¿verdad?
Pff… lo dice como si pudiese negarme…
- Claro que no. Es más, siempre he tenido curiosidad en cuanto a lo que el sannin le hizo a mi cuerpo.
- Dijiste que luego de esa experiencia con mi estudiante, conseguiste una forma de curación acelerada, ¿podrías mostrarme?
- Por supuesto.
Acerqué mi pulgar a mi boca y lo mordí dejando que la sangre saliera de él. Le mostré el pulgar sangrante al anciano y vi como sus ojos se elevaban un poco al apreciar como el corte que había hecho en mi dedo se curaba rápidamente.
- Eso se parece bastante a la técnica de curación de mi otra estudiante, Tsunade, y la curación de Hashirama-sensei… ¿qué tanto puedes curarte?
- Una vez fui empalado y crucificado con lanzas de cristal, por lo que me dijeron tardé cerca de 30 minutos en curarme completamente pero aun así no podía moverme libremente al despertar. La herida más profunda necesitó de la ayuda de ninjutsu médico para terminar de sanar ya que estaba sangrando demasiado y puede que muriera antes de que mi curación acelerada hiciese el trabajo.
- ¿Y qué desventajas tiene esta curación acelerada?
- El dolor en mi cuerpo se duplica dependiendo del tamaño y la profundidad de la herida. Por ejemplo: si usted se hiciera un pequeño corte en el dorso de la mano, apenas lo sentiría como un pinchazo. Por otro lado, si yo recibiese un corte en el dorso de mi mano sería como recibir una apuñalada en el mismo lugar.
- Comprendo… ¿has probado los límites de tu habilidad?
- Podría decirse. Durante la guerra civil en Kiri fui capturado y torturado durante días hasta que vinieron a buscarme. Debido a mi curación, las heridas causadas por los torturadores se curaban por completo en algunos minutos u horas, todo dependiendo de que tan molestos estaban ese día – me encogí de hombros - Huesos rotos tardaban alrededor de una hora, cortes en todo el cuerpo solo tomaban minutos, la piel arrancada un poco menos que los cortes, y así con varias cosas. Nunca he probado cortar alguna parte como un dedo o algo por el estilo, pero tengo la teoría de que no podría repararse ya que dejaría de ser parte de mi cuerpo y la herida simplemente cicatrizaría y se convertiría en un muñón. Pero he comprobado que los venenos débiles y somníferos no tienen efecto en mí, al igual que el efecto adverso de las píldoras de soldado.
- Es una lástima que alguien tan joven como tú haya tenido que pasar por todo eso – suspiró - si tan solo hubiésemos llegado antes no tendrías que haber pasado por tan horribles experiencias.
Podía escuchar la culpa, la tristeza, la rabia, la impotencia y la lástima en la voz del anciano. No podía creer que este hombre fuese el mismo que hasta hace unos momentos estaba haciendo temblar la torre con su instinto asesino.
- No es su culpa, Sandaime-sama, es culpa del bastardo que me raptó.
De hecho, siempre le había echado la culpa de todas las cosas malas en mi vida a Kakuzu, mi odio por ese hombre era lo que me mantenía cuerdo incluso en situaciones extremas y mi promesa a mí mismo de matarlo era lo que no me permitía morir.
- Ahora que lo mencionas, ¿podrías decirme como fue que te raptaron?
Creí que ya lo había dicho ayer…
Estuve unos minutos contándole como estuve tratando de escapar de Kakuzu, luego como madre me salvó de Hidan y mi posterior captura por parte del ninja renegado de Takigakure.
- Ya veo… pensé que te estabas saltando algo, pero parece que concuerda con tu historia de ayer y lo que logramos sacarle al otro ninja.
El anciano parecía estar perdido en sus pensamientos por unos segundos, hasta que volvió a hablar.
Espera, ¿cómo que otro ninja?
- Emm… si me permite, hokage-sama, ¿a que se refiere con "otro ninja"?
- Oh, cierto, aun no lo sabes. El otro ninja que atacó el pueblo donde vivías, Hidan, si recuerdo bien, fue capturado y llevado al cuartel de tortura e interrogación. Aunque tomó bastante tiempo, logramos sacarle la suficiente información antes de que quedara en estado de coma.
… ¿acaba de decir que dejaron en coma a Hidan? ¿el Jashinista loco? ¿el mismo hombre que sentía placer al recibir dolor? ¿qué demonios le hicieron?
- Y en cuanto a las marcas en tu rostro…
- Oh, si… ¿me creería si le dijera que me las arranqué?
- …
- …
- ¡¿Qué hiciste qué?!
Si… creo que no fue buena idea contarle sobre eso…
- Bueno… eso… solo corté la piel en donde estaban y las saqué de mi cuerpo… cuando mi curación comenzó a hacer su trabajo no volvieron a aparecer, mi piel se había vuelto completamente lisa…
*suspiro* - Maldita sea niño, harás que me dé un ataque al corazón…
- En mi defensa, estaba en una zona de guerra y no quería que las personas me identificaran por las marcas en mi rostro y mucho menos que lograran encontrar algún tipo de parecido entre el Nidaime y yo.
- Entiendo por qué lo hiciste, pero no quita que haya sido una elección completamente estúpida. Podrías haberte puesto un genjutsu o maquillaje, no hacía falta llegar tan lejos…
Bueno, no negaré que tiene razón, pero en ese momento no se me había ocurrido.
Vi como el anciano sacaba una pipa de su escritorio y comenzaba a fumar.
- Ahora me gustaría saber más sobre tu pequeña amiga Kaori. ¿Cómo se conocieron?
- En el coliseo. Hubo un tiempo donde estuve siendo atacado día y noche, incluso en mi propia celda, así que estaba algo paranoico y un día estando en nuestro tiempo recreativo me quedé solo en lo que llamábamos "el patio". Allí una niña de mi edad en ese momento tocó mi hombro e instintivamente la ataqué pensando que era otro matón. Para resumir todo, la niña me neutralizó y me pidió ser amigos, porque según ella, me estaban molestando por mi cabello y sintió algún tipo de conexión entre nosotros debido a eso.
- Jaja, suena como a una niña que conocí una vez…
Sabía de quien estaba hablando el hokage, pero preferí quedarme callado.
- Ella mencionó que hay más Uzumakis en Kiri, ¿específicamente cuantos Uzumakis conociste con vida?
Esto huele mal…
- No lo sé, tal ve – me encogí de hombros – Eran bastante reservados con los extraños y solo hablaban libremente entre los suyos así que no tuve mucha interacción con ellos a no ser que estuviésemos en misiones de recuperación juntos.
- Interesante… hablas mucho de tu tiempo en Kiri, ¿podrías describírmelo?
- En una palabra: caótico. A cambio de dejarnos vivir en el campamento rebelde nos pedía nuestra cooperación con ciertas misiones, ya sean de eliminación, recolección de recursos, recuperación de rebeldes, etc. Incluso hubo una vez donde "conocí" al Mizukage, Yagura.
- ¿En serio?
La sorpresa era evidente en la voz del hokage.
- Si, el día que vinieron a rescatarme él estaba cerca y tuvo un breve enfrentamiento con la líder de la facción rebelde Terumi Mei.
- ¿Quién crees que tiene más posibilidades de ganar? ¿la facción rebelde o la facción del Mizukage?
- La facción rebelde, sin duda alguna. El Mizukage perdió la confianza de muchos de sus shinobis durante mi tiempo allí, muchos se unían al lado de los rebeldes o simplemente desertaban de la aldea. Por otro lado, Mei-san inspiraba confianza entre sus shinobis, les daba una razón por la cual pelear, les daba una oportunidad de luchar por su nación en contra de un tirano que simplemente los masacraba por sus líneas de sangre.
- Parece que la tienes en muy alta estima – señaló el anciano.
- No lo negaré, es una mujer que te inspira a confiar en ella. No importa cuánto trates de resistirte, tarde o temprano terminas confiando en ella.
- Suena como a una gran líder.
Miré por unos segundos el rostro del Sandaime y pude apreciar la expresión reflexiva en sus ojos.
- ¿Qué pasa con tu tiempo en la capital del rayo y las fronteras de Iwa?
- Cuando Kaori y yo nos fuimos de Kiri, decidimos que iríamos al país del rayo por dos razones, la primera: ella quería conocer el lugar, la segunda: queríamos ver si Kumo se involucraría en la posible guerra entre Konoha e Iwa.
- ¿Y por qué la capital? ¿no hubiese sido mejor buscar en el pueblo?
- Si, pero no podíamos entrar en el pueblo ya que su seguridad era increíblemente estricta y por lo que oímos en la capital siempre fue así, por lo que no era nada nuevo.
- Entiendo. ¿Qué descubrieron?
- Nada interesante. El Raikage estaba siendo el mismo de siempre y no estaba realizando movimientos sospechosos contra ninguna de las dos naciones.
- ¿Y qué pasa con Iwa?
- Iwa ha estado haciendo misiones fuera de su pueblo, reuniendo suministros, entrenando arduamente a su shinobi y se ha visto al jinchūriki de las 5 colas cruzar la frontera con Kusa en 3 ocasiones.
- ¿Aprendiste todo eso en las fronteras de Iwa?
- Le sorprendería las cosas que hablan los comerciantes ebrios…
- Por último, mencionaste haber estado en Suna y la capital del fuego.
- Así es. Como dije ayer, Suna está disgustada con su señor feudal y Konoha ya que el primero le ha estado enviando la mayoría de sus misiones a Konoha. Las personas en el pueblo viven aterrorizadas por el hijo del Kazekage y el pueblo está cada vez más cerca de convertirse en una aldea menor.
*suspiro* - Tendré que ver qué puedo hacer. Ya es malo que Iwa esté realizando movimientos sospechosos, pero que Suna se esté volviendo en nuestra contra es preocupante.
Este hombre suspira demasiado...
- Las situaciones desesperadas siempre terminan con medidas desesperadas – señalé.
- Tienes razón.
- Antes de mencionar sobre mi estadía en la capital del fuego, ¿podría hacer una pregunta?
- Claro.
- Por lo que tengo entendido, su estudiante Jiraiya, uno de los sannin, es un famoso maestro de espías, ¿acaso no le ha dicho nada sobre los movimientos de las otras naciones?
- Podría decirse que no he tenido una buena relación con mi estudiante en un tiempo, si bien sigue siendo leal a la aldea y sigue enviando información, casi siempre se toma su tiempo y mayormente es sobre mis otros alumnos, Orochimaru y Tsunade.
Oh, así que el sapo sabio puede enojarse con su amado maestro, nunca pensé que oiría algo así.
- Lo siento si mi pregunta le trajo malos recuerdos – me incliné un poco.
- No hace falta – me detuvo – Ahora, por favor, cuéntame sobre tu estadía en la capital del fuego.
- Claro. Estuvimos una semana nada más, así que no oímos mucho de interés. La mayoría de los comerciantes y ciudadanos hablaban de la mala salud del señor feudal y que posiblemente uno de sus hijos tomaría el trono.
- Si… la mala salud del señor del fuego no ha sido un secreto dentro del país.
- También oímos que ha habido un incremento en los ataques de bandidos cerca de la capital y que siempre que alguien iba a investigar no se encontraba nada.
- También hemos oído sobre eso. Nosotros mimos hemos enviados a algunos shinobis a investigar al respecto, pero nunca encontraban nada.
- Bueno, eso es todo lo que tengo.
Siento como si hubiese terminado algún tipo de misión de investigación para el hokage y ahora hubiese terminado de relatar mi informe.
- Bien, ¿qué tal si comenzamos con tu evaluación?
- ¿Evaluación? – pregunté.
- Exacto. Planeas convertirte en un shinobi de esta aldea, ¿verdad?
- Si…
- Entonces tendrás una evaluación de habilidad, después de todo, me has contado que estuviste en una guerra civil, así que es fácil suponer que debes estar por encima del nivel de genin.
Tiene sentido.
- ¿Cómo haríamos eso?
- Tendrás un combate completo con uno de mis shinobis – chasqueó los dedos y un anbu apareció en la oficina – Por favor, lleva a Hideki-kun al campo de entrenamiento 15 – le dijo el hokage al anbu.
El shinobi enmascarado solo asintió y en un parpadeo ya estaba a mi lado con su mano en mi hombro, con un shunshin desaparecimos de la oficina con dirección al campo de entrenamiento.
*En el campo de entrenamiento 15*
- Gracias por el viaje – le dije al anbu a mi lado.
Sorprendentemente me respondió con un asentimiento y luego desapareció en una nube de humo.
- Bueno, no esperaba que respondiera en verdad – murmuré.
Incluso luego de que el anbu se hubiese retirado podía sentir una firma de chakra cercana, no era la del anbu, pero era de alguien igual o casi tan fuerte como el shinobi enmascarado. Me tensé esperando un ataque y saqué los cuchillos de trinchera de mi sello.
- Vaya, tienes buenos sentidos, chico.
Escuché la voz de alguien detrás de mí y rápidamente hice un shunshin para alejarme. No podía entender como alguien pudo escaparse de la detección de mis habilidades sensoriales, pero no era momento de bajar la guardia, ya que no podía ver a la persona que había hablado.
- ¿Quién eres? – pregunté, tratando de sentir a mi enemigo.
- Hokage-sama me ha enviado para probar tus habilidades.
No podía sentir ninguna emoción en sus palabras. Supe al instante que la persona con la que estaba hablando era un anbu, y una mujer, si su voz era algo por lo que dejarse guiar.
Seguí hablando con ella para tratar de distraerla mientras trataba de localizar su ubicación exacta.
- ¿Por qué no sales y te presentas así podemos tener un combate justo? – pregunté.
- Niño, el Sandaime me ha dicho que eres un sensor, y por lo que veo, has estado intentando localizarme durante un tiempo y no has tenido éxito, ¿o me equivoco?
Tch, ¿cómo demonios sabe eso?
- Para tu información, también soy un sensor, así que se algunas maneras de esquivar tu detección.
Podía sentir el húmedo aliento de la persona en mi oído mientras habla, era como si hubiese estado detrás de mí todo este tiempo.
Lentamente giré la cabeza y pude ver a una hermosa mujer de piel blanca y cabello color purpura, ojos marrones con delineador negro, labios pintados con un labial de suave color rojo.
No pude mirarla por mucho tiempo ya que instintivamente hice un kawarimi con un tronco cercano y vi con asombro como este era cortado al medio.
Si… no creo que esta sea una prueba fácil…
Desde esta distancia podía ver mejor a la mujer. Era algo alta, debía medir alrededor de un metro setenta. Su cabello purpura llegaba hasta su cintura y llevaba la vestimenta estándar de anbu, exceptuando la máscara, también había una espada en su espalda.
- Tienes un buen tiempo de reacción para un niño - señaló la mujer.
La reconozco, pero no puedo recordar su nombre.
- Déjame presentarme. Soy Yugao, como puedes ver debido a mi vestimenta, soy un anbu, así que me gustaría que no le dijeses nada al respecto si en algún momento nos encontramos por las calles del pueblo.
- Un gusto conocerte, Yugao-san, soy Senju Hideki, pero eso seguramente ya lo sabías, y tranquila, no diré nada sobre tu estado como anbu.
- Bien, entonces comencemos.
Ya la recuerdo. Es la novia del supervisor de una de las fases de los exámenes chunin. Si mal no recuerdo, ese tipo moría a manos de Baki, el Jonin-sensei de los hermanos Sabaku.
Una fuerte sensación de peligro invadió mi cuerpo de repente e instintivamente salté hacia atrás. Si me hubiera tardado unos segundos más, ahora mismo tendría la cabeza rodando hacia el suelo.
Bien, veamos como termina esto.
- Kirigakure no Jutsu – murmuré.
Una densa niebla comenzó a rodear toda la zona a nuestro alrededor haciendo casi imposible ver.
- Interesante… veamos que tan bien te mueves en la niebla.
Escuché la voz de Yugao venir del centro de la niebla. Si fuera un poco más estúpido, trataría de atacarla en el mismo momento que escuché su voz, pero el haber usado esta técnica durante años me volvió competente en su uso. Si bien no estaba al mismo nivel que Zabuza o Haku, al menos podía hacer un buen uso de la técnica.
Hice una señal de mano y activé un sello en mi cuerpo que camuflaría mi presencia y mi chakra por un tiempo, no mucho, pero si el suficiente como para poder hacer algunos cortes en la mujer anbu.
Bendita sea Kaori y su excepcional talento para el fuinjutsu.
Caminé alrededor del anbu, siempre tratando de no hacer ningún ruido con mis pasos o mi respiración. Una vez estuve detrás de la anbu lancé un corte a su cabeza con uno de mis cuchillos de trinchera. Sorprendentemente el ataque llegó a su objetivo, pero aún más sorprendentemente mi objetivo se había esfumado en humo. Seguido de eso una gran corriente de aire invadió la zona, despejándola por completo de la niebla y dejándome a la vista de la mujer que tenía su espada desenvainada.
- Debo admitir que ese fue un movimiento inteligente. Deshabilitaste el sentido de la vista y la percepción de chakra de tu oponente y luego trataste de eliminarlo con un único golpe. Parece que fuiste bien entrenado en las técnicas de asesinato, pero es algo de esperar si estuviste un año en Kirigakure.
- ¿Gracias…?
- Me gustaría saber cómo lograste evadir mis habilidades sensoriales.
- Sería bastante estúpido decirle a mi oponente sobre mis trucos, ¿no crees? – señalé.
Pude ver como una pequeña sonrisa se formaba en su rostro, así que supuse que esto debió haber sido parte de la prueba.
- En efecto, es simplemente estúpido contarle sobre tus planes, técnicas u habilidades al enemigo, algo que los shinobis han estado comenzando a olvidar con el paso de los tiempos, ahora por alguna razón todos explican el funcionamiento de sus jutsus, gritan sus nombres como si fuesen algún tipo de invocación idiota o algo por el estilo. El hecho de que no hayas revelado ninguna información sobre tus habilidades en nuestra conversación, o que hayas evitado decir en voz alta el nombre de tu jutsu, me asegura que al menos eres los suficientemente inteligente como para saber cuándo callar.
- Es bueno saber que al fin alguien me entiende – limpié una lágrima falsa de mi ojo - ¿Ahora qué sigue?
- Probaste ser competente en asesinato y en pensar coherentemente. Ahora vamos con ninjutsu.
Comenzó a hacer señales de manos a una velocidad sorprendente y antes de que me diera cuenta 4 esferas de fuego comenzaron a volar en mi dirección. Rápidamente levanté un muro de agua para cubrirme del ataque de fuego y luego me hundí en el suelo con un ninjutsu de tierra, no sin antes dejar un clon de agua en mi lugar para distraer a mi oponente.
Cuando el muro de agua bajó, la mujer se estaba dirigiendo hacia el clon con su espada imbuida en chakra de fuego. El clon realizó dos señales de manos y soltó una enorme esfera de agua de su boca. Por desgracia la mujer esquivó el ataque utilizando un shunshin y apareciendo detrás de él, en un abrir y cerrar de ojos la espada de la anbu se había clavado en el hombro del clon, así haciéndolo desaparecer.
- Hmm… bien pensado, pero no lo suficiente.
Antes de que pudiera encontrarles un sentido a sus palabras sentí como si algo me elevara hacia arriba a la fuerza, segundos después salí disparado del suelo e interceptado por una patada en medio del abdomen que me envió a volar contra un árbol.
Hugh, eso dolió
- No fue una mala idea, hubiese funcionado si no hubiera podido sentirte nuevamente. Por lo que puedo deducir, la capacidad de bloquear mis habilidades sensoriales es temporal, ¿o me equivoco?
Maldita sea, se agotó el tiempo del sello.
- Puede que tengas razón, o que simplemente haya sido parte de mi plan – me encogí de hombros.
- ¿Plan?
Hice una señal con la mano derecha y una cadena de sellos comenzó a extenderse desde el lugar de donde salí a la superficie. Los sellos rodearon rápidamente a Yugao y la inmovilizaron el lugar en donde estaba.
- ¿Un sello de parálisis? – pensó la mujer.
Bien, creo que fue una buena idea asaltar los suministros de sellos de Kaori antes de venir.
Rápidamente pasé por 7 señales de manos y lancé nuevamente un jutsu.
- Estilo de Agua: Jutsu Dragón de Agua – murmuré, mientras formaba un dragón con las partículas de agua en el aire
Uno de los beneficios de haber nacido como el nieto de Senju Tobirama era que había desarrollado una gran habilidad para el ninjutsu de agua, tanto que podía utilizar las partículas de agua en el aire como fuente para mis jutsus.
El dragón se movió a gran velocidad hacia la Yugao inmóvil, mientras tanto yo cargué mis cuchillos de trinchera con chakra y esperé a ver que hacia la mujer.
- Hum… una habilidad bastante fuerte con la naturaleza de agua, pero era de esperarse del nieto del Nidaime-hokage – *suspiro* - Si ese dragón me golpea me dañará más de lo que me gustaría admitir – pensó la mujer.
*En otra parte*
- Es claramente un descendiente de sensei, ¿no crees, Danzo?
A la distancia se podía apreciar la forma de un niño formar un dragón de agua de la nada y lanzarlo en dirección a la mujer atrapada en el sello.
Danzo solo asintió ante las palabras de su rival.
- Su alineación con el elemento suiton (elemento agua) es claramente un indicio de que es un pariente de sensei, pero no nos dejemos llevar, le queda demasiado por aprender para estar siquiera a su sombra – respondió el halcón de guerra.
*suspiro* - No puedes esperar que un niño de 12 años posea la misma habilidad para la naturaleza de agua que Tobirama-sensei – murmuró el Sandaime.
- Y tú no puedes esperar que alguien que ha estado vagando durante 4 años por el mundo sea leal a la aldea en un abrir y cerrar de ojos – señaló Danzo – A todo esto, ¿Qué planeas hacer con el muchacho? ¿me dejarás llevarlo a root (raíz) como hice con sus padres?
- Me gustaría dejar eso como una última opción. Veremos como avanzan las cosas, si el niño demuestra tener mala voluntad hacia la aldea, tendrás el camino libre para tomarlo, de lo contrario, se formará como un shinobi regular del pueblo.
- ¿Qué tenías pensado?
- Nuestra aldea no ha estado produciendo shinobis poderosos como en años anteriores. Si bien, nuestros ninjas siguen siendo los más fuertes, no hemos producido el mismo nivel de shinobi desde que el joven Itachi se graduó de la academia.
- ¿Planeas transformar al niño en un Itachi?
- No, pero dime, viejo amigo, ¿cuánto tiempo ha pasado desde que un equipo de shinobis poderosos ha salido de nuestra aldea?
El anciano vendado estrechó su único ojo visible ante lo que estaba queriendo decir su rival.
- El último equipo "famoso" que ha producido Konoha han sido tus tres estudiantes, los sannin – respondió Danzo.
- ¿Y antes de eso?
- Antes de ellos, estaba el trio Ino-Shiika-Cho, y antes de ellos estábamos nosotros dos, los estudiantes de Tobirama sensei.
- Exacto. Han pasado años desde que el mundo vio un equipo conformado por poderosos ninjas provenientes de Konoha como nosotros, el trio Ino-Shika-Cho o los Sannin.
- Creo entender a donde quieres llegar con esto.
- El solo hecho de que se mencionaran los nombres de alguno de esos 3 equipos hacía que los enemigos de la hoja temblaran de miedo. El mundo ha olvidado esos tiempos, y ahora el resto de naciones piensan que somos débiles luego del ataque del Kyubi y la masacre Uchiha. Es mi deber como Sandaime recordarles por qué Konoha fue, es y siempre será la aldea más poderosa de las naciones elementales.
- ¿Planeas crear una nueva generación de sannin?
- ¿Yo? No, ya tengo a alguien más trabajando en eso.
- Debes estar muy preocupado por la futura guerra si es que piensas llegar a tales extremos – señaló Danzo.
- ¿Podrías culparme?
- Para nada.
*Con Hideki*
Una gran nube de polvo se levantó cuando el dragón chocó con el lugar en donde debería estar Yugao. Usé un débil jutsu de viento para mover el polvo y ver si mi ataque había tenido éxito.
Mientras la nube de polvo se disipaba comencé a sentir como si un chakra extranjero tratara de invadir mi sistema, rápidamente me deshice del problema soltando una pequeña explosión de chakra, pero mi distracción momentánea fue suficiente para que mi oponente me diera un rápido golpe en la espalda, haciendo que cayera hacia adelante. Antes de que pudiera levantarme para hacer algo, sentí como algo frio se presionaba contra mi garganta, al mirar abajo me di cuenta de que era la punta de una espada.
Supongo que se acabó.
*suspiro* - Me rindo – dije.
- Sabia decisión.
La anbu alejó la espada de mi cuello y extendió una mano para ayudarme a levantar, sin pensarlo demasiado la tomé y con su ayuda me puse de pie.
- Eres bastante hábil para ser un niño – señaló la mujer.
- Gracias, pero es obvio que no soy lo suficientemente hábil como para vencerte.
- Puede que no tengas la fuerza para pelear al mismo nivel que un anbu, pero posiblemente ganarías contra la mayoría de los chunin. Eres astuto, tu habilidad con el elemento agua es bastante buena, por lo que pude observar con mis habilidades sensoriales también tienes unas grandes reservas de chakra y lo más importante, eres joven, aun tienes bastantes años para entrenar y volverte más fuerte.
Vaya, esta mujer me cae bien.
- Muchas gracias, Yugao-san, nunca antes habían alabado tanto mis habilidades.
- No hay de qué, aunque me hubiese gustado ver cómo es tu taijutsu y tu manejo de esos cuchillos, pero supongo que será en otra ocasión.
- Cuando quieras – respondí, con una dulce sonrisa en mi rostro.
La mujer solo asintió y se acercó a mí. Puso su mano sobre mi hombro y desaparecimos en un shunshin de hojas.
*Oficina del Hokage*
Cuando aparecimos en la oficina pude ver a el hokage junto a Danzo, parecían habernos estado esperando.
- Hokage-sama, la prueba de Hideki-san ha finalizado – exclamó Yugao, ahora enmascarada.
¿Cuándo demonios se puso esa cosa?
- ¿Cuál es tu veredicto, Yugao?
- Hideki-san se encuentra por encima del nivel de genin promedio. Diría que se encuentra en el nivel de chunin, pero no pudimos probar su taijutsu, así que lo dejaría en bajo chunin – informó la mujer.
- Gracias por tu ayuda en esto Yugao, puedes retirarte.
- Claro, Hokage-sama.
Se inclinó y desapareció como si nunca hubiese estado en la habitación en primer lugar.
- Y ah…
Mis palabras fueron detenidas por una mano levantada del hokage.
- Espera un momento – dijo el Sandaime.
Me callé y esperé a que siguiera hablando, pero no decía nada, solo me miraba como si estuviese tratando de descifrar un acertijo. Repentinamente, en una nube de humo apareció una Kaori algo golpeada acompañada de un anbu bastante maltratado.
Rápidamente me paré a su lado y comencé a ver sus heridas.
- ¿De qué se trata esto? – exigí saber.
- ¿Cómo le fue? – preguntó Danzo, mirando al anbu.
- Su nivel es de chunin estable, tal vez alto chunin, Danzo-sama.
- Bien. Retírate.
- Si, señor.
Al ver que ninguno de los dos ancianos hablaría, decidí preguntarle a Kaori que fue lo que pasó.
- ¿Qué sucedió? – le pregunté.
- Luego de que te fueras un anbu vino a la habitación y me dijo que el hokage quería hablar conmigo, cuando llegué me preguntó si planeaba convertirme en un shinobi de este pueblo y al decirle que sí, me dijo que tendría una prueba de rango para saber en donde me pondría.
Viejo astuto. Seguramente hizo todo esto mientras hablaba con Danzo...
- Bien, ahora que Kaori-chan también está aquí, me gustaría saber que quieren hacer – dijo el hokage de repente.
- ¿A qué te refieres? – pregunté.
- Según lo que dijeron los anbu quienes estaban encargados de examinar sus habilidades, ambos tienen el rango de chunin, pero me gustaría saber que quieren hacer. ¿Desean comenzar su carrera shinobi en Konoha como chunin, o les gustaría ser puestos en equipos genin para formar relaciones con los nuevos shinobis de la aldea?
Obviamente quiere que elijamos la segunda, ¿sino por qué nos daría la opción en primer lugar? Después de todo, sus anbu dijeron que teníamos el nivel de chunin.
Miré a Kaori por un momento y ambos asentimos en entendimiento mutuo.
- Nos gustaría comenzar nuestra carrera shinobi como genin. Sería un duro golpe para nuestro orgullo subir directamente a chunin sin haberlo ganado en verdad – señalé.
- Además, no nos gustaría que dijesen que nos regalaron el rango por nuestros clanes.
- Excelente – pensó el hokage.
