Todos en la mansión se despertaron de inmediato, con gritos desgarrandose de sus gargantas. Todo el mundo estaba fuera de sus cobijas y en el pasillo de inmediato, todavía jadeando en la adrenalina que quedaba del intenso sueño. Ni siquiera podían recordar de qué se trataba, solo calor, fuego y miedo. Al principio, todos pensaron que había sido Charles, pero se sorprendieron al verlo en el pasillo jadeando por aire también. Había dos telépatas en la mansión y, si no era él, solo habría una persona que pudiera causar semejante sueño.

Hayley.

Los pies de Charles se movieron sobre el frío suelo de madera mientras corría hacia la habitación de su hija, los otros habitantes de la mansión lo siguieron, la confusión y la preocupación se reflejaban en sus ojos, incluso en el estoico Erik.

Alex, siendo el audaz que era, lo detuvo a mitad de carrera, girando la suya para enfrentarlos. "¿Que está pasando?"

"Sí." dijo Sean rápidamente, con voz entrecortada. "¿Qué fue eso?"

Charles apartó su mano suspirando. "Hayley." y sin decir más se fue de nuevo, corriendo hacia la puerta de su hija golpeando ligeramente. Sin respuesta. Intentó abrirla, pero estaba cerrada. "¡¿Hayley?!" golpeó de nuevo, con el pánico creciendo en su pecho. Así le gritó en su mente, el miedo del sueño olvidado lo alimentó. '¡Hayley! ¡Cariño por favor respóndeme! ¡HAYLEY!'

Ella no estaba respondiendo a sus llamadas. Hayley siempre respondía a sus llamadas. Siempre.

Erik apartó a Charles, agitando su mano, abriendo la puerta con su habilidad. Rápidamente se volteó hacia todos los demás. "Quédense aquí."

Todos asintieron con la cabeza como Erik abrió la puerta y Charles entró a la habitación de su hija cerrando la puerta detrás de ellos. Sus ojos se vieron inmediatamente atraídos por Hayley, que estaba sentada en el borde de su cama, con la cabeza entre las manos mientras temblaba. Erik supuso que eran los efectos secundarios de la pesadilla y se preguntó si quizás lo recordaba a diferencia de ellos.

Charles se acercó enseguida, tocándola del hombro. Cuando ella levantó la mirada se tensó al ver sus ojos rojos. Antes de parpadear volviendo a su tono verde normal. "¿Estás bien?"

"Creo que tuve una pesadilla." dijo Hayley en voz baja.

"Todos nos despertamos de una pesadilla, la misma pesadilla, y ya que tú y yo somos los únicos telépatas aquí..." Charles se interrumpió. "¿Recuerdas algo de eso?"

"No realmente." Hayley dijo confundida, sacudiendo la cabeza para disipar el recuerdo de su sueño, el destello de un rojo brillante recordándolo. "Solo desperté asustada."

"Bien." Charles aceptó antes de mirar a Erik. "Creo que ya pasó todo. Debemos regresar a dormir."

"¿Te quedarías conmigo?" Hayley le preguntó a Charles.

"Si claro." Él asintió antes de mirar a Erik.

"Está bien. Le diré a los demás que regresen a sus habitaciones." Erik dijo caminando hacia la puerta.

Cuando este cerró la puerta Charles se volteó hacia Hayley. "Bien, a dormir jovencita."

"No quiero dormir." Hayley replicó. "No creo que pueda."

"Debes hacerlo. Mañana nos levantaremos temprano para practicar tú y yo. Y necesitas estar descansada." Charles le dijo arropándola. "Tal vez pueda ayudarte con eso."

"¿Cómo?" Hayley preguntó.

"Tienes que abrir tu mente y yo hare el resto." Charles dijo sentándose en la cama sentado en el colchón a su lado, apoyándose contra la cabecera.

"Está bien." Hayley asintió con un poco de miedo de volver a soñar con ese fuego. "¿Pero y si vuelven las pesadillas?"

"No lo harán. Confía en mí." Charles le aseguró. "Es más, me quedaré para vigilarte toda la noche. Y todas las demás que tengas pesadillas."

"¿Eso quiere decir que nunca vas a dejarme?" Hayley preguntó confiada y con esperanza. "¿Ya nunca más volveré a sentirme sola?"

"Jamás, amor." le aseguró Charles con una caricia en la mejilla, haciéndola sonreír. "Siempre me tendrás a mí y en ésta casa todos somos una gran familia y como tal nos queremos y cuidamos unos a otros."

"¿Y si algo llegara a pasarme?" Hayley quiso saber, para quitarse todos los miedos. "¿Si alguna vez corro peligro?"

"No dudes que seré el primero que te socorrerá." Charles contestó con convicción. "Y sacrificaré lo que sea por salvarte. Ahora duerme tranquila porque ya no tienes nada que temer. Ahora me tienes a mí, y estaré a tu lado siempre para cuidarte."

Hayley cerró los ojos tratando de no pensar en nada. Se desconcentró cuando sintió una de las manos de su padre en su frente. "¿Qué haces?"

"Voy a utilizar mi habilidad para ayudarte a dormir." Charles dijo.

"¿No leerás mi mente verdad?" Hayley preguntó un poco nerviosa.

"Claro que no." Charles sonrió un poco antes de fruncir el ceño. "¿Estas lista entonces?"

Hayley asintió cerrando los ojos de nuevo. Dejando que Charles usara sus poderes en ella obligándola a dormirse.

No mucho tiempo después Erik entró en la habitación de nuevo, viendo a la niña dormida al lado de Charles. "Lograste que se durmiera."

"Si, es mejor que descanse." Charles murmuró peinando suavemente el cabello de Hayley.

Erik frunció el ceño al notar la clara preocupación en su amigo. "¿Qué pasa, Charles?"

"Sus ojos cambiaron de color." dijo Charles después de un largo silencio.

"Debe ser una de sus mutaciones..." respondió Erik encogiéndose de hombros.

"No lo creo." Charles dijo en tono tenso. "Erik, no es normal que desarrolle demasiadas mutaciones."

"Bueno. Eres su padre." Erik dijo encogiéndose de hombros una vez más. "Tu mutación es poderosa y tal vez heredó eso de ti."

"Ella necesita aprender a controlar sus habilidades." Charles murmuró. "Tengo miedo de que tenga demasiado poder en ella y eso termine por destruirla."

"Si hay algo que se mi amigo, es que solo tu podrás evitar que eso suceda." Erik dijo con seguridad. "Solo tú puedes ayudarla para que nada le suceda."

"Eso espero." respondió Charles antes de inclinarse y besar la frente de Hayley con suavidad.


Al día siguiente Charles paso casi toda la mañana entrenando a los chicos. Empezando por Alex y terminando con Hank.

Como le había prometido a Hayley la llevó para practicar con ella en los jardines. Aunque al principio se tornó a la defensiva.

"Vamos Hayley, muéstrame tu habilidad." Charles le pidió de nuevo.

"No." Hayley se negó de nuevo. "No quiero."

"¿Porque no?" Charles le preguntó, aunque ya sabía la respuesta, pero quería escucharla de ella. "Ayer estabas ansiosa por practicar conmigo."

"Eso fue ayer." ella le dijo sin mirarlo. "Hoy no quiero. Tengo miedo."

"¿De qué?" Charles presionó.

"De hacer algo mal. Siempre pierdo el control." Hayley susurró mirando al suelo. "No creo que sea como los otros mutantes."

Charles se inclinó hacia adelante, arrodillándose frente a ella. "No, no lo eres. Eres muy especial, Hayley." él sabía eso. Nunca había conocido a nadie como ella, y conocía a muchos mutantes. Pero ella también era muy inestable, y probablemente él era el único que podría ayudarla.

Hayley suspiró pensando en las palabras de su padre. "Especial es solo una linda palabra para..."

"¿Para decir raros? O ¿locos?" Charles interrumpió haciendo una pequeña mueca. "Sí. A veces para eso se usa." ante la expresión triste de la niña cambio el rumbo de sus palabras. "Pero a veces es una palabra que se usa para descubrir a personas sobresalientes o increíbles o que tienen cualidades..." él colocó su mano en su mejilla haciendo que lo mirara a los ojos. "Tienes dones Hayley." cuando ella no dijo nada intentó con otra cosa. De su suéter sacó una pluma y se la tendió. "Hagamos algo, te daré esta pluma ¿sí? Es algo que... de hecho... solo tenlo." dijo él dándoselo. Ella lo recibió mirando la pluma brevemente antes de buscar su mirada con una pregunta en sus ojos. "Es un regalo. Podrías elegir hacer un bonito dibujo con eso o podrías usarlo para sacarle los ojos a alguien... Pero en cualquier caso sigue siendo una pluma. Sólo es un regalo. Y lo que decidas hacer con tu regalo eso sólo depende de ti. Y si quieres usarlo para hacer cosas buenas, pues te ayudaré..."

Hayley miró de nuevo la pluma en sus manos y sonrió ligeramente antes de mirarlo a los ojos. "Tampoco eres como los demás mutantes."

Charles rio un poco antes de negar con la cabeza. "No, supongo que no." su hija le sonrió un poco, así que decidió preguntar una vez más. "Entonces, ¿practicamos?"

La sonrisa de Hayley murió enseguida. "No."

"Bueno." Charles asintió lentamente. "¿Por qué no?"

"Rompo las cosas papá." Elizabeth le dijo después de un silencio corto. "Viste lo que hice ayer. No quiero que pase de nuevo."

"Mira te diré una cosa. Si rompes algo, lo que sea, lo arreglaré." Charles le dijo tratando de tranquilizarla.

"No creo que todo." Hayley replicó mirando al suelo de nuevo.

"Yo te puedo ayudar Hayley." Charles puso su mano en su barbilla inclinándola hacia arriba para que lo mirara a los ojos. "Puedo ayudarte para que jamás tengas que volver a romper nada."

Hayley se quedó en silencio un tiempo antes de hablar. "¿Crees que puedas arreglarme?"

"No." la expresión de Charles se volvió neutra. "No, porque no estas rota."

"¿Estás seguro?" Hayley le preguntó de nuevo no muy convencida.

"Confía en mí." Charles le pidió ahora dándole una ligera sonrisa.

Hayley dudo un poco, pero asintió al final. Ella le mostró una de sus mutaciones que era abrir portales. Aunque sólo alcanzaba el tamaño de una pelota de golf para él era impresionante.

"Tengo algo realmente genial que mostrarte." Hayley le dijo con una pequeña sonrisa más confiada al ver el orgullo en los ojos de su padre. "Mira ésto." Ella usó su poder para levantar el agua fácilmente de la fuente. La cantidad de líquido transparente pareció expandirse a medida que usaba su mente para hacer que el agua se convirtiera en una gran esfera, dejándola flotar en el aire.

Tan pronto como Charles abrió la boca para hablar, una sonrisa apareció en el rostro de la niña que intencionalmente, parpadeó, soltando el orbe de agua que había bordeado la fracción más que necesitaba para estar donde había estado posado sobre la cabeza de su padre. Ella dio un paso atrás justo antes de que el chapoteo se uniera a sus oídos y sintiera unas gotas de agua brevemente en su cara.

Cuando miró a su padre no pudo evitar reír al ver que estaba parpadeando el agua de sus ojos azules, su oscuro cabello enmarañado y pegado a los lados de su rostro. Su simple chaqueta liviana ahora estaba mojada.

Charles parpadeó, apartando un poco su cabello húmedo de sus ojos, haciéndolo sobresalir en diferentes ángulos. "Eso no fue divertido."

"Si lo fue." Hayley contestó entre risas alejándose antes de voltearse decidiendo correr. Una parte de ella no estaba segura de cuál sería la verdadera reacción de él, si enojarse o... ¿qué otra cosa podría ser? Después de todo, sólo lo había rociado con agua.

'Hayley, no te alejes de mí.' la clara voz británica de su padre sonó en la cabeza de Hayley, pillándola con la guardia baja lo suficiente como para que su ritmo se desacelerara.

Charles la alcanzó enseguida, sus brazos envolviéndola por detrás antes de alzarla y dar vueltas con ella haciéndola gritar mientras reía.

Sin ellos saberlo Raven los observaba desde la casa con una sonrisa tierna en su cara, feliz de que padre e hija estuvieran uniéndose cada vez más.


Más tarde después de practicar y sobretodo de jugar con su padre, Hayley se había tomado un rato libre para una merienda, mientras Charles retomaba sus practicas con Alex. Se quedó dormida en su cama leyendo la mente de todos, sin que se dieran cuenta, mientras esperaba que su padre quedara libre de nuevo, y pasar más tiempo con él. Cuando despertó enseguida busco la mente de su papá, encontrándolo ya desocupado. Con una sonrisa, rápidamente se levantó de la cama, y corrió fuera de la habitación, camino al estudio de Charles.

Mientras tanto Charles estaba sumido en sus pensamientos, un poco preocupado, por los poderes de Hayley, que aún no se habían desarrollado por completo y ya sentía la magnitud y la fuerza de ellos, aún ella siendo tan jóven.

"¡Papá!"

La voz de su hija lo sacó de sus pensamientos, haciéndolo levantar la vista del escritorio detrás del cual estaba sentado, al mismo tiempo que la niña se apresuró a su estudio, cerrando la puerta detrás de ella. Una sonrisa apareció en su rostro cuando corrió hacia él y se sentó en su regazo.

"Oye." él pasó la mano por las ondas del cabello de la niña antes de levantarla y arrojarla al aire. "¿Qué haces corriendo por los pasillos?" preguntó, levantándola y tirándola sobre su hombro antes de girar en el acto haciéndola chillar.

"Dijiste que después que practicaras con Alex podíamos salir y jugar." Hayley dijo mientras Charles la apoyó en la silla de su escritorio y ella mantuvo sus manos sobre sus hombros.

"Y te llevaré afuera más tarde." prometió Charles. "Pero tengo que practicar con Sean ahora."

"¿Y por que Erik no le enseña?" Hayley se quejó, haciendo reír a Charles de su tono molesto.

"Porque Erik es muy malo enseñando a los demás." dijo Charles tomando a Hayley nuevamente haciéndola girar por la habitación mientras ella reía. "Más tarde saldremos a jugar cuando haya terminado de practicar con Sean."

Cuando Charles bajó a Hayley ella le tendió su dedo meñique. "¿Lo prometes?"

Charles sonrió enrrollando su meñique con el de ella. "Te lo prometo."

"Bueno." Hayley dijo, antes de sonreír. "Iré a buscar a Hank o a la tía Raven. Tal vez ellos quieran jugar."

Charles la vió correr y abrir la puerta justo cuando Raven estuvo a punto de entrar en la habitación. Estaba en su forma azul, su cabello rojo cayendo sobre sus hombros y ligeramente torcido. Rápidamente se transformó en su yo rubio antes de notar a su sobrina. "¿Y qué está pasando aquí?" preguntó con voz suave.

"¿Por qué ya no eres azul, tía Raven?" Hayley le preguntó.

"Porque..." dijo Raven arrastrando las palabras. "Soy muy inteligente y puedo cambiar... así..."

Raven cambió a su verdadero ser azul una vez más haciendo reír a Hayley. Raven no pudo evitar sonreír mientras su sobrina no se inmutaba por su yo azul. Si tan sólo todos reaccionaran de la misma manera.

"¿Qué estás haciendo ahora, tía Raven?" Hayley le preguntó.

"Creo que nada." dijo Raven. antes de fruncir el ceño. "¿Por qué preguntas?"

"¿Me preguntaba si querías venir a jugar conmigo?" Hayley pidió. "Mientras mi papá termina de enseñarle a Sean."

"Ah bueno..." Raven tartamudeó un poco, pero Hayley la interrumpió.

"Y podemos decirle a Hank que juegue con nosotras." Hayley dijo tomando la mano de Raven.

Raven miró a Charles por algo de ayuda, pero él se encogió de hombros ligeramente con una sonrisa, que ella le regresó con una mueca antes de mirar a su sobrina. "Esta bien. Vamos a buscar a Hank."

"¡Genial!" Hayley dijo dando un pequeño brinco.

Charles observó en silencio mientras Hayley arrastraba a Raven y esta la complacía. Una vez que se fueron su mente regresó a su pensamiento anterior, con los poderes inestables de Hayley. Y en buscar alguna manera de ayudarla.


Ésa noche estando Charles en su estudio, la puerta se abrió ligeramente revelando a Hank con la mano de Hayley en la suya mientras la niña estaba en su pijama, con los ojos muy abiertos y el cabello enredado alrededor de la cabeza. Al verla Charles se movió apresuradamente hacia ella. "Oye, ¿qué pasó?"

"Se quedó dormida en el laboratorio." explicó Hank. "Ella... bueno... tuvo una pesadilla y estaba asustada. Quiso venir contigo."

"Cariño." Charles le habló suavemente a Hayley, inclinándose mientras la niña movía los brazos hacia arriba, deseando ser levantada. Él hizo lo que le pidió, sus brazos sosteniéndola debajo de sus piernas mientras ella descansaba su cabeza en su hombro, cerrando sus ojos con fuerza, dejando que sus brazos se envolvieran alrededor de su cuello.

"No hay nada de qué asustarse." le prometió Charles. "Todo está bien ahora."

"No quiero dormir." Hayley susurró aún aferrada a su cuello. "No quiero que las pesadillas vuelvan."

Charles suspiró antes de alejarse un poco del abrazo para mirarla. "¿Y si te leo una historia, hasta que te dé sueño? ¿Eso te gustaría?"

Hayley asintió sonriendo enseguida. Charles le regresó la sonrisa e inclinándose besó un lado de su cabello antes de mirar a Hank. "La llevaré a su habitación, hablaremos después." le dijo al chico que solo asintió. Ambos habían quedado en hablar sobre las extrañas pesadillas que Hayley había estado teniendo. Sopesando sobre posibles traumas causados por las cosas que había tenido que ver siendo tan joven.

"Adiós Hank." Hayley se despidió del joven extendiendo su pequeña mano hacia él.

"Duerme bien Hayley." Hank le sonrió agarrando su mano en la suya.

Hayley le sonrió antes de envolver sus brazos en el cuello de Charles una vez más, mientras él la llevaba a su habitación.

Más tarde Hayley estaba sentada en su cama, vestida con su pijama a cuadros mientras Charles colocaba su libro en la estantería después de haber terminado de leerle una historia.

"Papá." ella lo llamó mientras se acostaba.

"¿Si?" Charles preguntó al sentarse en el borde de la cama, tirando de las sábanas hasta su barbilla antes de que apartara su cabello de su cara y le sonriera.

"Escuché los pensamientos de Hank hoy." admitió Hayley. "Estaba pensando en la tía Raven."

Resistiendo el impulso de suspirar, Charles se obligó a asentir con la cabeza. Él le sonrió y continuó acariciando su cabello suavemente mientras Hayley lo observaba con esos ojos que nunca podría negar. "¿Y cómo te sentiste al escuchar sus pensamientos?"

Hayley se encogió de hombros torpemente, abriendo la boca y luego cerrándola, mordiéndose el labio inferior. "Creo que bien, pude detenerme antes de entrometerme sin su permiso."

"Eso es genial." dijo Charles un poco orgulloso. "Eso es una señal de que estás aprendiendo lentamente a controlar tus poderes."

Hayley asintió antes de desviar la mirada, y Charles supo que quería preguntarle algo pero no sabía cómo hacerlo.

"¿Quieres decirme algo más?" él le preguntó.

Hayley dudó un poco pero asintió. "¿Crees que mi tía Mariana vendrá a verme algún día?"

"No lo sé, Hayley." Charles le respondió seriamente. "Tu tía está muy ocupada. Pero sabes que te quiere, y cuando menos lo esperes vendrá a visitarte."

"La extraño." Hayley afirmó en voz baja. "También al tío Richard."

"Lo sé." dijo Charles. "Y sé que ellos también te extrañan muchísimo."

"Tú nunca me dejarás, ¿verdad?" Hayley preguntó de repente.

Charles sacudió la cabeza, inclinándose más hacia ella, pellizcando su nariz ligeramente. "Nunca, nunca, nunca." Hayley rio de la sensación de él moviendo su nariz. "Te quiero mucho y nunca me iré a ningún lado."

"Bien." Hayley bostezó.

"Ahora duerme un poco." Charles la urgió. Con un beso final en su frente, la dejó dormir, apagando la luz en su camino.