Westchester, Nueva York
El viaje de regreso a Westchester se llenó con un silencio pesado y tenso. Alex tuvo la vergüenza de la muerte de Darwin. Él no había matado directamente a Darwin. Después de todo, fue Shaw quien infundió al hombre una intensa cantidad de energía. Pero fue la energía de Alex. Fue por su ataque, y no pudo evitar sentir culpa.
Sean ni siquiera podía aligerar el estado de ánimo. No tenía fuerzas para intentar descifrar una broma o dos, ni era el momento.
Hank quería decir algo pero, ¿qué podría decirse? La base fue totalizada. Casi todos los agentes estaban muertos. Se habían llevado a Ángel. Darwin había sido asesinado. No era algo que alguien quisiera traer de vuelta.
Raven no podía quitar esas muertes de su cabeza en absoluto. A pesar de la emoción de regresar a casa, no saltaba de alegría.
Emily quien había despertado de nuevo de su corto sueño se quedó como estaba antes. Ella nunca soltó a Charles de la mano.
Charles miró a la niña y le dio un beso en la parte superior de la cabeza. Podía sentir la confusión dentro de ella una vez más, la indecisión, el miedo... La sintió relajarse contra él cuando vio la mansión.
Cuando por fin salieron del auto, se reunieron alrededor del frente de la gran mansión Xavier. Charles sintió la chispa de sorpresa y emoción en el nuevo equipo al ver la estructura. Él sonrió, mirando hacia el edificio. Hogar dulce hogar.
Alejándose unos pasos de los demás, Emily se adelantó para mirar la gran estructura frente a ella con asombro e incredulidad. Para ella la mansión le recordaba a una catedral de alguna manera. El edificio estaba hecho de bronceado. Fueron tres pisos: cuatro en las dos torres que se colocaron en el medio de las paredes laterales. Todas las paredes estaban cubiertas con trabajo de riel de piedra que terminaba en puntos en las esquinas. Las ventanas eran altas y aunque eran estrechas, habían tantas que parecían amplias. Los jardines habrían cabido al menos una docena más de las mansiones, lo que realmente decía algo. Había árboles, ambos abandonados salvajes y recortados en formas ordenadas. El camino de entrada, que rodeaba la mansión, era todo de grava fina.
"¿Esto es tuyo?" Sean logró romper el silencio tan asombrado como el resto.
"No, es nuestro." corrigió Charles, sonriendo mientras se acercaba a Emily para rodearla por los hombros y atraerla a su costado.
"Guau Charles, no puedo imaginar cómo has sobrevivido con todas estas dificultades." dijo Erik chorreando sarcasmo.
"Bueno, fue una dificultad suavizada por mí." djo Raven empujándose entre ellos para envolver su brazo alrededor de Charles que hizo lo mismo por ella dándole un beso en la mejilla. "Está bien... Hora de la gira."
El grupo la siguió y se maravilló del interior casi tanto como se maravillaron con el exterior. Sean soltó un silbido e intentó tocar todo lo que pudo.
Apartándose de nuevo del grupo, Emily resagada comenzó a pasearse tranquilamente por los pasillos. Estaba encantada con todo, más con la biblioteca. Su padre era el dueño de bastantes libros, muchos de ellos primeras ediciones. Los tomos se alineaban en los estantes en orden alfabético y orden de género. Había una gran chimenea y dos cómodas sillas con respaldo de ala que se encontraban cerca del hogar. Algunas sillas adicionales se habían agregado a la mezcla, estaban fuera de lugar con la rica decoración. Pero para ella a su joven edad, todo era perfecto.
Charles que la había seguido en silencio, la miró curioso mientras ella se paseaba en silencio por la biblioteca. "¿Estás bien?" le preguntó sin ocultar la preocupación por su actitud silenciosa.
"Estoy bien." Emily asintió. "Es solo que, nunca había estado en una casa tan grande."
"Bueno, éste es tu nuevo hogar." Charles sonrió. "Ahora déjame ser el primero en mostrarte tu habitación."
Charles la llevó a su habitación, todos en la mansión compartían un pasillo, por si alguien necesitaba algo, pero todos podían elegir una habitación diferente si querían.
La habitación de Emily tenía una gran cama de hierro forjado y muebles de caoba. El baño era opulento, revestido de mármol con una bañera lo suficientemente grande como para caber cómodamente cuatro. Le sorprendía que alguien pudiera vivir con tanta riqueza. "¿En serio ésta será mi habitación?"
"Sí." Charles afirmó frunciendo el ceño al ver la expresión incómoda en la niña. "¿No te gusta?"
Emily se quedó en silencio mirando detalladamente la habitación antes de fijarse en él. "No es eso, es solo que pienso que es muy grande, ¿no?"
Charles no pudo evitar sonreír ante el comentario. "Si eso te preocupa espera a ver las otras habitaciones." acercándose se inclinó un poco a su altura. "No te preocupes en lo grande o lo costoso que es. Es tuya."
"Si es mía, ¿entonces podré decorarla como quiera?" Emily preguntó dándole una mirada de nuevo a la habitación.
"Exactamente." Charles afirmó, ganándose enseguida una pequeña sonrisa de la niña.
"Gracias." Emily susurró en voz baja.
"No tienes que agradecerme." Charles le dijo.
"Ahora que estamos en casa, ¿pasarás tiempo conmigo?" Emily preguntó después de un breve silencio.
"Eh, claro cariño, pero ahora debo ayudar a los demás con sus mutaciones. Pero trataré de estar más tiempo contigo." aseguró Charles a lo que la pequeña solo asintió. "Y también te ayudaré a ti con tu mutación." enseguida la atención de su hija cayó en él. "Raven me contó lo qué pasó con Shaw cuando se fue, que hiciste levitar cosas y abriste portales."
Emily se quedó callada unos minutos con la cabeza baja. "Está bien." respondió sin ánimos. Por un lado quería que su padre la ayudara con su mutación porque esta parecía estar creciendo y ni ella entendía qué le ocurría, pero por el otro sólo quería dejar un poco el entrenamiento y la preocupación de lado y solo pasar tiempo con él. Apenas se conocían y había esperado mucho por conocerlo.
Notando el humor de la niña, Charles detectó algo de frustración en su mente. Odiaba verla triste o desanimada por lo que rápidamente una idea vino a su cabeza que sabía podría levantarle el ánimo. Acercándose la tomó repentinamente de la cintura y la levantó hasta sentarla sobre sus hombros y comenzó a dar vueltas por la habitación mientras sostenía sus manos. Su corazón se agitó en alegría cuando escuchó su risa haciendo eco en la habitación.
Después de un rato finalmente la bajó dejándola caer en su cama donde volteó a verla para ver una sonrisa verdadera en su rostro. "Ahí está." dijo con suavidad. "Esa es la linda sonrisa que me gusta ver."
Aún sonriendo, Emily extendió una de sus manos para posarla sobre la mejilla de su padre. "Creo que empiezo a quererte mucho, papá." susurró sinceramente por lo bajo.
Ante eso la sonrisa de Charles se ensanchó aún más. "Creo que yo también cariño." respondió con diversión y cariño, para luego besarla en la frente. "Ahora descansa un poco, para que después bajes a cenar."
"Bien." Emily aceptó.
Colocándose de pie Charles asintió antes de salir de la habitación dejándola sola.
Ella miró a su alrededor antes de soltar un suspiro y dejarse caer de espaldas en la gran cama. Quería sentirse feliz de tener esa habitación para ella sola, pero no podía dejar de pensar y recordar los hombres que habían muerto. Y de Darwin que había sido asesinado por manos del tal Shaw que le daba mucho miedo.
Muy lejos de Westchester, Shaw se paseaba lentamente de un lado a otro dentro de su submarino con las manos apretadas en puños. Había estado inquieto desde que se había enterado de la llegada de el telépata y sus mutantes, lo que había provocado la captura de Emma. Lo que ahora lo dejaba ciego por completo y un poco vulnerable. En ése momento Azazel se acercó sacándolo de su frustración.
"Quiero que vayas a Westchester y me traigas a la hija del telépata." Shaw le ordenó al mutante rojo.
"Perdón que pregunte, pero... ¿para qué quiere a la niña?" Azazel no pudo evitar preguntar.
"La niña es sólo un daño colateral." Shaw respondió encogiéndose de hombros. "El telépata y sus mutantes me quitaron una parte vital, así yo también le quitare lo que él más ama." se quedó en silencio brevemente dándole la espalda a Azazel. "Vamos a darle donde más le duele." abriendo la botella de brandy en el escritorio se sirvió la bebida. "Charles estará tan desesperado porque le devuelvan a su pequeña hija que se borrará del mapa inmediatamente y ya no tendremos más distracciones e intromisiones." con seriedad volteó a mirar al mutante. "Intenta no fallarme Azazel."
Westchester, Inglaterra
El día siguiente fue el día de entrenamiento. Eso significaba levantarse temprano y trabajar todos. Eso también significaba usar sus habilidades. Emily se acercó junto con Raven que llevaba un uniforme deportivo al igual que los otros jóvenes. Moira y Charles llevaban algo casual de negocios, que estaba fuera de lugar en el mar de grises. Estaban reunidos en una de las salas de estar, esperando que todos llegaran. Una vez que todos lo hicieron, Charles habló.
"Trabajaré con cada uno de ustedes para controlar sus habilidades. Alex, empezaremos contigo. Sean, Hank, Erik, Raven, ustedes seguirán luego. Hoy es solo el comienzo para ver cómo están sus habilidades y ver en qué necesitan trabajar."
"¿Estás seguro de ésto?" Alex preguntó inseguro.
"¿Por qué no estaría?" Charles frunció el ceño.
"No estoy necesariamente en el mejor control de mis habilidades." Alex replicó.
"Es por eso que estamos aquí, Alex. Te ayudaré a aprender a controlarlo." Charles dijo con seguridad.
"Probablemente terminaré cortándote por la mitad como la estatua." Alex murmuró.
"¿Ese fuiste tú?" preguntó Moira con los ojos abiertos. "Cuando dijeron que la rompiste, pensé que la habías roto o algo pequeño."
Alex se encogió de hombros. "No puedo controlarlo."
Charles asintió. "Conozco el lugar perfecto donde puedes practicar, no te preocupes." con eso miró al resto. "¿Alguna otra duda?"
"Sí." Emily intervino levantando su mano. "¿Yo también practicaré como ustedes?"
"Oh, bueno-" Charles titubeó enseguida cruzando mirada con Raven. "Preferiblemente no cariño, al menos no hoy-"
"Puedo entrenar con ella." interrumpió Erik ganandose la atención de todos. "Al menos, hasta que necesites ver qué puede hacer."
"No estoy cómodo con eso, Erik" Charles se negó enseguida mirando a su amigo por un momento antes de desviar su atención a su hija. "Cuando termine con Alex, prometo practicar contigo, así podrás mostrarme todo lo que puedes hacer, ¿sí?"
"Está bien." Emily aceptó encogiéndose de hombros.
"Bien, lo que hagan los demás hasta que entrenemos depende de ustedes." dijo Charles mirando a los demás. "La mansión es suya para recorrer, aunque sugiero que no rompan nada. Varias cosas son antigüedades. Alex, sígueme." hizo un gesto hacia la puerta. Alex se levantó y lo siguió fuera de la habitación.
Soltando una exhalación Charles abrió las puertas del búnker subterráneo de la mansión antes de entrar con un Alex siguiéndolo más antes llevando un maniquí en sus manos. "Mi padrastro se tomó muy en serio la posibilidad de una guerra nuclear. Por eso mandó a construir éste búnker aquí abajo."
"Eso es realmente extraño." susurró Alex echando una mirada a su alrededor.
"Lo es." Charles asintió de acuerdo. "Pero pensé que podríamos usarlo como una especie de rango de práctica." deteniéndose le hizo un gesto al adolescente para que dejara el maniquí frente a ellos. "Déjalo allí por favor... Gracias."
"¿No crees que voy a derretir las paredes?" preguntó Alex con inquietud girando para mirarlo cuando comenzaron a regresar a la puerta de entrada.
"Él mandó a construir este lugar para resistir una bomba nuclear." Charles le dio una sonrisa y una palmada en la espalda para tranquilizarlo. "Creo que puede manejarte, Alex."
Aún inseguro Alex negó con la cabeza. "Sabes, cuando hago esto cosas malas tienden a suceder."
"Eso es porque no puedes controlarlo... Te controla." explicó Charles seriamente. "Por eso estamos aquí, Alex. Es por eso que estamos entrenando."
Deteniéndose a varios metros del maniquí, Alex lo miró por unos cuántos segundos, antes de soltar una exhalación resignada. "Bien, si vamos a hacer ésto tendrás que retroceder."
"Bien." asintiendo Charles retrocedió varios pasos.
Sin embargo Alex negó al volverse hacia él. "No, yo... me refería a que salieras por completo."
"Oh, está bien." Charles se encaminó hacia la salida, deteniéndose antes de cerrar las puertas blindadas. "¿Debería cerrar la puerta?"
"Si." Alex asintió.
Asintiendo de nuevo Charles terminó cerrando la puerta asegurandola desde afuera. Con un suspiro se reclinó contra ella a la espera del término de aquella práctica. "¡Comienza cuando quieras!" gritó al no escuchar sonido alguno desde adentro... Solo pasaron un par de segundos antes de que una alarma seguida de una luz roja titilante en la cima de la puerta blindada le diera el aviso de poder entrar. "Está listo." sonrió abriendo nuevamente los cerrojos. Sus ojos se abrieron grandemente cuando al abrir se encontró con anillos de llamas por todos lados. "¡Oh Dios mío!" moviéndose rápidamente hacia uno de los extintores de la habitación empezó a intentar apagar parte de las llamas. "¡Alex, por el amor de Dios, no te quedes allí de pie!" alertó al muchacho que extrañamente se había quedado petrificado en el mismo lugar en que lo había dejado antes. "¡Agarra un extintor de incendios y ayúdame!"
"¿Por qué me gritas?" Alex preguntó tan pronto salió de su aturdimiento. "Yo te lo advertí." moviéndose se encaminó hacia uno de los extintores.
"Lo siento Alex, pero en un campo podrías haber matado a uno de tus compañeros de equipo." explicó Charles seriamente.
Alex enseguida se detuvo de agarrar el extintor para girar en su dirección. "Tú me pediste que lo intentara." replicó con clara reticencia.
Notando la irritación en su postura y expresión, Charles enseguida supo que sus palabras no había salido exactamente como las había pensado. "Alex eso no es lo que quise decir, lo siento-"
"No quería que te involucraras." interrumpió Alex entre dientes retrocediendo hacia la salida. "No es mi culpa que lo hicieras." sin decir más salió rápidamente dejándo a un Charles contrariado y culpable atrás.
Mientras tanto todos los demás continuaron descansando en la sala de estar, Sean recostado en uno de los sofás. Emily por su parte había salido horas antes de la habitación con dirección al patio queriendo comprobar si era tan inmenso como la casa.
Erik que la había observado irse, decidió seguirla tiempo después mirando brevemente a Raven que hablaba entretenidamente con Moira. Así salió de la habitación siguiendo directamente hacia el patio. Cuando no la encontró, buscó en dirección de la piscina donde por fin dió con ella.
Allí estaba acostada en el césped frente a la piscina mirando hacia el cielo, claramente descansando después de haber corrido por todo aquel inmenso patio. "Creí que estarías practicando con tus habilidades." dijo sobresaltando a la niña que se sentó enseguida para mirarlo.
"Mi papá dijo que lo esperara." dijo Emily encogiéndose de hombros.
"¿Por qué esperar cuando puedo ayudarte?" preguntó Erik con una sonrisa.
"Él dijo que no practicara contigo." Emily replicó poniéndose de pie encarando al hombre. "Además no puedo controlar mis habilidades todavía. Y no quiero hacerte daño."
"Seré capaz de protegerme a mí mismo a diferencia de tu padre, a quien puedes lastimar fácilmente." dijo Erik con seguridad. "Hay mucho metal en el área al que puedo recurrir para defenderme y contenerte si es necesario."
"No lo sé." Emily dijo insegura.
"Confía en mí." insistió Erik con una sonrisa divertida.
Emily dudó de nuevo. No quería desobedecer a su padre, pero sinceramente quería aprender a controlar sus habilidades y no tenerles miedo. "Bien."
Erik sonrió enseguida satisfecho. "Perfecto." dijo movilizando rápidamente varias de las tuberías adyacentes las cuales maniobrando con sus poderes las hizo tan filosas como lanzas, las cuales apuntó en dirección de la niña que se tensó abriendo los ojos con temor.
"¿Qué h-haces?" Emily preguntó con miedo dando un paso atrás.
"Ésto es para ver qué puedes hacer para defenderte." explicó Erik antes de sin previo aviso lanzar las lanzas improvisadas hacia ella.
Emily instintivamente levantó sus manos para frenarlas cerrando sus ojos con fuerza.
Mientras tanto dentro de la mansión, Charles que en ese momento entraba a la sala unos pasos detrás de un Alex todavía molesto, paseó su mirada por todos los presentes notando la falta de dos personas en la habitación. "¿Dónde están Emily y Erik?" preguntó con preocupación.
La respiración de Emily se trabó en su garganta mientras esperaba llegar el dolor. Pero al no sentir el impacto, abrió lentamente sus ojos con miedo y vio que había detenido las lanzas a unos centímetros de ella. Asustada e impresionada miró el arma y después a Erik.
"Eso estuvo bien." dijo Erik, sonriendo con orgullo. "Ahora intenta desviarlas."
"¡No creo poder hacerlo!" dijo Emily forzando las lanzas hacia atrás.
"¡Si puedes!" dijo Erik comenzando a forzar las lanzas hacia adelante.
"¡No, no puedo!" negó Emily con miedo mientras las lanzas continuaban acercándose a ella. "¡Por favor, Erik, no sé cómo hacerlo!"
En ése momento ambos fueron interrumpidos por la voz de Charles que se acercaba apresuradamente al patio, con Raven y los demás siguiéndolo. "¡Erik!" llamó muy molesto y sobretodo horrorizado al ver lo que estaba pasando. Desde el momento que había escuchado los pensamientos aterrorizados de su hija supo quien había sido el causante. "¡¿Qué rayos estás haciendo Erik?!"
"¡No te detengas!" Erik le dijo a la niña que se veía asustada mirando ansiosamente en la dirección donde se acercaba su padre. "¡Mírame Emily, muéstrame que eres digna de tu mutación!"
"¡Erik detente!" gritó Charles con preocupación al visualizar mejor que una de las lanzas improvisadas estaba justo cerca del corazón de su hija. "¡Basta, estás asustandola! ¡Es una niña!"
"¡Cállate, Charles!" gruñó Erik forzando la lanza hacia adelante. "¡Su mutación no se adapta a su edad! ¡Si no hace lo correcto será una inútil toda su vida! ¡Debe controlarlo desde ahora!"
"¡Es mi hija!" dijo Charles acercándose enseguida con ira. "¡Déjala en paz!"
"¡Basta!" Emily le pidió a Erik ahora con lágrimas al ver que la lanza se acercaba cada vez más a su pecho. "¡Detente por favor!"
"¡No lo haré!" negó Erik antes de empujar más la lanza.
"¡Ya basta!" Emily gritó cerrando sus ojos, y dejando al mismo tiempo que la lanza siguiera su camino. Luego hubo silencio. Un denso silencio que lentamente la hizo abrir nuevamente los ojos. Cuando lo hizo vió asombrada a Erik y su padre suspendidos boca abajo en el aire mientras los demás miraban con la boca abierta.
"Emily, necesito que nos bajes." Charles pidió lentamente, pronunciando cada palabra como si estuviera tratando con un hombre que sostenía un arma en la cabeza de alguien.
Mirando alrededor, Emily vió que varias cosas del patio flotaban en el aire, girando como si fueran planetas alrededor de Charles y Erik. Las sillas cerca de piscina, los paraguas, inclusive el agua misma flotaba muy por encima de ellos. Había perdido de nuevo el control de sus poderes. "Y-yo n-no puedo hacerlo."
"¡Controla tus poderes, niña, no dejes que te controlen!" dijo Erik, frunciendo el ceño con enojo por su inseguridad.
Emily intentó bajarlos, pero no pudo. "¡No puedo hacerlo! ¡No puedo bajarlos!" ante su pánico varios de los objetos comenzaron a girar más rápido. Las encuestas de metal creadas por Erik orbitaban tan rápido que terminaron por difuminarse en el aire. Al tiempo su cabello comenzó a flotar alrededor de sí misma mientras cerraba los ojos con fuerza.
"Emily, puedes hacerlo-" Charles comenzó suavemente.
"¡No puedo!" Emily gritó nerviosa haciendo que dos estatuas más explotaran.
"¡Si puedes!" Charles le alzó la voz por primera vez en su vida, llamando su atención enseguida. Notó con cierta impresión como sus ojos destilaban reflejos rojos ligados con su azul natural. Aparte de eso estaba temblando, su cuerpo suavemente convulsionando, mientras su cabello flotaba alrededor de su cabeza, como por energía estática. "Emily." susurró esa vez con voz suave cuando se acercaron lentamente a ella. Extendió su mano, temblando con la fuerza de moverse contra el campo de fuerza telepática que ella había creado a su alrededor hasta que logró acunar su rostro lleno de lágrimas. "Cariño concéntrate en mi voz, puedo ayudarte pero necesito que nos dejes ir... Relaja tu mente y todo estará bien. Confía en mí."
Centrandose en la tranquilidad de su voz, Emily asintió cerrando los ojos una vez más intentando relajar sus pensamientos. Cuando lo logró, segundos después los dos hombres cayeron al suelo. "Lo siento." dijo entre lágrimas al enfocarse en su padre con sus ojos azules, libres de destellos rojos. "De verdad lo siento mucho."
Ante el sollozo desgarrador en la voz de su hija, Charles se levantó lo más rápido que pudo e inmediatamente abrazó a la niña que no paraba de temblar y sollozar sin parar. "Está bien, todo está bien, te tengo." dijo suavemente antes de desviar su mirada molesta hacia Erik. "¡¿En qué pensabas Erik?!" preguntó furiosamente. "¡¿Cómo te atreviste a practicar con ella sin mi permiso?! ¡Sus habilidades necesitan equilibrarse antes de poder usarse!"
"No era mi intención que ésto sucediera." dijo Erik viéndose culpable al ver el estado nervioso en que estaba la hija de su amigo.
"Mejor olvídalo." dijo Charles levantando al mismo tiempo a Emily en sus brazos, que se aferraba a su cuello con fuerza. "Solo, no quiero que te acerques a ella." sin decir más se alejó con la niña en dirección de Raven y los demás que esperaban de lejos.
Emily se encerró en su habitación después del incidente. Charles y Raven habían intentado calmarla y distraerla pero no funcionó. Así decidieron dejarla irse a dormir temprano. Pero de la nada sintió que se le revolvía el estómago de hambre y recordó que no había comido casi nada en la cena.
Se deslizó silenciosamente fuera de la habitación después de haber revisado la ubicación de todos en la mansión. Bajó de puntillas por el pasillo y llegó a la gran cocina. Cuando prendió la luz fue sorprendida por una voz conocida detrás suyo.
"Hola pequeña."
Emily saltó ante el ruido, reconociendo la voz de Erik. "Hola." respondió en voz baja antes de moverse hacia la puerta, su hambre olvidada por completo.
Erik se interpuso en el camino deteniéndola. "Quiero disculparme por haberte asustado. Solo quería ayudarte a controlar tus poderes."
"No necesito tu ayuda, tengo a mi papá para eso." dijo Emily secamente.
"Tu padre no quiere presionarte y quiere ir demasiado lento. Tiene miedo de lo que puedas hacer." dijo Erik agachándose al nivel de la niña. "Tiene miedo que algo como hoy vuelva a suceder."
"Yo también tengo miedo." Emily murmuró. "Perdí el control. Ni siquiera sé porque de pronto mis poderes son tan grandes y porque tengo más mutaciones... Pude haberlos lastimado."
"Entonces déjame ayudarte junto con tu padre." pidió Erik mirándola a los ojos. "Créeme cuando te digo que se mejor que nadie lo que es perder el control de tus poderes. Hace años cuando era niño me sucedió y no fue nada bonito de ver. Pero a diferencia de ti, yo no tuve quien me ayudara." se quedó en silencio esperando que ella asimilara la información antes de volver a hablar. "¿Aceptas mi disculpa?"
Emily lo pensó unos segundos antes de asentir lentamente con la cabeza. "Sí." sonrió levemente. "Supongo que sí."
"Bien." Erik sonrió también antes de levantarse. "Así que creo que bajaste para comer algo, ¿cierto?" cuando la niña asintió el hizo un gesto hacia la nevera. "Entonces no perdamos tiempo. Comamos algo."
Más tarde esa misma noche Emily estaba teniendo un sueño, o mejor dicho una profunda y terrible pesadilla.
Pesadilla
Comenzó con fuego. Ardiente y tan ardiente. Estaba a su alrededor y había gritos. Gritos de dolor y agonía haciendo eco en las llamas. Olía a carne. Carne ardiendo. Y la voz era reconocible en su dolor y miedo.
Charles. Su papá.
Él era visible a través de las llamas, alcanzándola con ojos llenos de reverencia. Y miedo. Como si estuviera mirando a un dios oscuro.
'¡Para! ¡Detente! ¡Detente, por favor! ¡Detente! ¡Por favor! ¡Por favor!'
Gritó él en su cabeza. Su mente pidiendo que todo terminara. Sus gritos se hacían cada vez más fuertes. No podía ver ni oír nada más que él y su dolor.
'¡Detente! ¡Detente! ¡Detente!'
"Papá." fue lo único que pudo pronunciar la niña aterrada ante dicha imagen. "¡Papá!" continuó gritando pero no logró llamar la atención de éste.
"El no responderá." una voz muy conocida detrás de ella llamó su atención.
Emily volteó encontrándose con un gran espejo frente a ella, lentamente se acercó a este viendo que de ahí provenía dicha voz. Cuando lo hizo se sobresaltó al ver que la persona que se reflejaba era nuevamente ella pero su versión se podría decir "oscura" con sus ojos con un color fuego más brillantes que nunca. "¡Déjalo ir!" gritó a dicho reflejo.
Los gritos en agonía de Charles comenzaron a hacerse escuchar cada vez más fuertes esa vez lejos de su mente. "¡Emily! ¡Ya para! ¡Para! ¡Detente!"
Ahí fue cuando Emily entendió todo. ¿Acaso ella era la que estaba haciendo aquello? No podía ser posible... ¡no podía serlo! Con enojo volvió a voltearse a su reflejo oscuro del espejo. "Detente ahora! ¡Déjalo ir!"
"¿Solo a él?" fue lo único que respondió el reflejo antes que comenzaran a escucharse más gritos provenientes de otras personas.
Al voltearse nuevamente Emily se encontró con su padre y los demás mutantes en su mismo estado gritando en agonía.
"¡Emily por favor! ¡Detente! ¡Detente!"
Estaban llorando y gritando, sus mentes y voces hacían eco en agonía mientras el fuego los consumía y podía ver sus caras. Esa misma mirada que su padre le había hecho resonar en cada rostro carbonizado. Reverencia y miedo, como si fuera una entidad divina demoníaca, no la Emily que conocían.
Sintió que su mente se dirigió hacia ellos ardiendo como fuego salvaje y sin su consentimiento, los golpeó y los agarró al suelo, aferrándose a sus cabezas gritando de dolor tanto por el fuego como por la fuerza de su poder.
'¡Nunca!'
Y tan pronto como su voz mental rasgó sus mentes supo que algo estaba mal. Esa voz no era de ella. Lo era, pero no lo era. Sonaba igual, pero había mucho más detrás. Así se alejó de las caras doloridas de los demás mientras agarraban sus cabezas.
Con lágrimas mojando sus mejillas, volteó hacia el reflejo notando que este ahora comenzaba a tener una especie de «transformación» llamas parecían consumirla para luego mostrar unas enormes. Sus ojos estaban rojos como carbones ardientes, ardiendo profundamente en su cara, su piel brillaba desde adentro, su rostro pálido tomando reflejos rojizos haciendo que su apariencia fuera tortuosa y casi demoníaca con sus ojos de color rojo como las llamas, y su cabello ondeaba en un torrente personal invisible, fluyendo alrededor de una manera surrealista.
El reflejo sonrió sombríamente, extendiendo una mano hacia la niña y ella la imitó, levantando la mano para tocar el espejo de cristal. El fuego parpadeó detrás de ella y alrededor y los gritos hicieron eco en el aire. Era un caos por todas partes, pero en el espejo estaba en calma, el fuego congelado, el mundo en silencio.
El reflejo se oscureció de la nada, el cuerpo brillando intensamente oscuro como el fuego negro, y gruñó, la cara girando con odio.
Y luego ese fuego que salió de ella en forma de un gran pájaro, giró en el aire gritando como algo inhumano. Se retorcía y crecía, alas ardientes extendiéndose a medida que se elevaba y se volvía más y más caliente, las llamas danzando violentamente.
Los gritos volvieron y Erik, Charles y los niños estaban carbonizados y quemados. "¡No! ¡No! ¡No!"
Sorpresivamente frente a ella apareció su misma versión oscura envuelta en llamas y antes de que pudiera reaccionar está con solo su mano tomó su cuello quedando frente a frente. Emily comenzó a sentir como si las llamas entraran por su garganta generándole un ardor impresionante pero más que nada sentía como el poder y el odio combinado se apropiaban de su cuerpo. Rápidamente hizo todo lo posible por rechazarlo completamente y resistirse. '¡No!'
El pájaro de fuego la miró con los ojos entrecerrados en pura rabia desenfrenada, y de ella se levantó Emily, su cara demasiado retorcida por el odio. Y extendió su mano corriendo hacia adelante con un chillido, consumiéndola en fuego, calor y odio, y en las llamas escuchó su propia voz oscura con poder dentro gritándole.
'¡Nunca!'
Todos en la mansión se despertaron de inmediato, con gritos desgarrandose de sus gargantas. Todo el mundo estaba fuera de sus cobijas y en el pasillo de inmediato, todavía jadeando en la adrenalina que quedaba del intenso sueño. Ni siquiera podían recordar de qué se trataba, solo calor, fuego y miedo. Al principio, todos pensaron que había sido Charles, pero se sorprendieron al verlo en el pasillo jadeando por aire también. Había dos telépatas en la mansión y si no era él, solo habría una persona que pudiera causar semejante sueño.
Emily.
Los pies de Charles se movieron sobre el frío suelo de madera mientras corría hacia la habitación de su hija, los otros habitantes de la mansión lo siguieron, la confusión y la preocupación se reflejaban en sus ojos, incluso en el estoico Erik.
Alex, siendo el audaz que era, lo detuvo a mitad de carrera, girando la suya para enfrentarlos. "¿Que está pasando?"
"Sí." dijo Sean rápidamente, con voz entrecortada. "¿Qué fue eso?"
Charles apartó su mano suspirando. "Emily." sin decir más se fue de nuevo, corriendo hacia la puerta de su hija golpeando ligeramente antes de intentar abrirla, pero estaba cerrada. "¡¿Emily?!" golpeó de nuevo, con el pánico creciendo en su pecho. Así le gritó en su mente, el miedo del sueño olvidado lo alimentó. «Emily... ¡Cariño por favor respóndeme! ¡Emily!»
Ella no estaba respondiendo a sus llamadas. Emily siempre respondía a sus llamadas. Siempre.
"Apartate." Erik apartó a Charles, agitando su mano frente a la puerta logrando destrabarla con su habilidad. Rápidamente se volteó hacia todos los demás. "Quédense aquí."
Todos asintieron con la cabeza como Erik abrió la puerta y Charles entró a la habitación de su hija cerrando la puerta detrás de ellos. Sus ojos se vieron inmediatamente atraídos por Emily, que estaba sentada en el borde de su cama con la cabeza entre las manos mientras temblaba.
Erik supuso que eran los efectos secundarios de la pesadilla y se preguntó si quizás lo recordaba a diferencia de ellos.
"¿Emily?" Charles se acercó enseguida, tocándola del hombro. Cuando ella levantó la mirada se tensó al ver sus ojos rojos. Antes de parpadear volviendo a su tono verde normal. "¿Estás bien?" preguntó arrodillandose frente a ella.
"Creo que tuve una pesadilla." dijo Emily en voz baja.
"Todos nos despertamos de una pesadilla, la misma pesadilla, y ya que tú y yo somos los únicos telépatas aquí-" Charles se interrumpió buscando su mirada. "¿Recuerdas algo de eso?"
"No realmente." Emily dijo confundida, sacudiendo la cabeza para disipar el recuerdo de su sueño, el destello de un rojo brillante recordándolo. "Solo desperté asustada."
"Bien." Charles aceptó antes de mirar a Erik. "Creo que ya pasó todo. Debemos regresar a dormir."
"¿Te quedarías conmigo?" Emily le preguntó enseguida, no queriendo quedarse sola otra vez.
"Si claro." Charles asintió con una sonrisa antes de mirar nuevamente a Erik.
"Está bien, le diré a los demás que regresen a sus habitaciones." dijo Erik caminando hacia la puerta.
Cuando este cerró la puerta Charles se volteó hacia Emily sentándose a su lado en la cama. "Bien, a dormir jovencita."
"No quiero dormir." Emily replicó. "No creo que pueda, no quiero más pesadillas."
"Debes hacerlo, mañana nos levantaremos temprano para practicar tú y yo y necesitas estar descansada." Charles dijo arropándola. "Tal vez pueda ayudarte con eso."
"¿Cómo?" Emily preguntó al notar la cara de disgusto de su padre.
"Te haré dormir con mis poderes y eso calmará tu mente por completo." respondió Charles.
"Djiste que no te gustaba hacerlo." Emily susurró en voz baja.
"Lo sé pero... quiero que duermas bien." admitió Charles. "Lo necesitas y si, no me gusta para nada usarlo contigo."
"¿Por qué?" preguntó Emily confundida.
"Porque no me gusta obligar a tu mente a dormir, prefiero usarlo cuando es necesario." respondió Charles algo serio.
"Bien, creo que estoy lista." dijo Emily con un pequeño bostezo. "¿Qué hago?"
"Tienes que abrir tu mente y yo haré el resto." Charles dijo apoyándose ahora contra la cabecera.
"Está bien." Emily asintió con un poco de miedo de volver a soñar con ese fuego. "¿Pero y si vuelven las pesadillas?"
"No lo harán, confía en mí." Charles le aseguró. "Es más, me quedaré para vigilarte toda la noche. Y todas las demás que tengas pesadillas."
"¿Eso quiere decir que nunca vas a dejarme?" Emily preguntó confiada y con esperanza. "¿Ya nunca más volveré a sentirme sola?"
"Jamás, amor." le aseguró Charles con una caricia en la mejilla, haciéndola sonreír. "Siempre me tendrás a mí y en ésta casa todos somos una gran familia y como tal nos queremos y cuidamos unos a otros."
"¿Y si algo llegara a pasarme?" Emily quiso saber, para quitarse todos los miedos. "¿Si alguna vez corro peligro?"
"No dudes que seré el primero que te socorrerá." Charles contestó con convicción. "Y sacrificaré lo que sea por salvarte. Ahora duerme tranquila porque ya no tienes nada que temer. Ahora me tienes a mí, y estaré a tu lado siempre para cuidarte."
Emily cerró los ojos tratando de no pensar en nada. Se desconcentró cuando sintió una de las manos de su padre en su frente. "¿No leerás mi mente verdad?" preguntó un poco nerviosa de que viera reflejos de su horrible pesadilla.
"Claro que no." Charles sonrió un poco antes de fruncir el ceño. "¿Estas lista entonces?"
Emily asintió cerrando los ojos de nuevo.
"Bien ya sabes, solo relaja tu mente." instruyó Charles mirando a la niña recostada junto a él.
"Buenas noches papá." susurró Emily por lo bajo.
"Buenas noches linda." dijo Charles antes de meterse en sus pensamientos. 'Duerme.' susurró obligándola a dormirse.
Tan pronto la niña cerró sus ojos, Charles se quedó mirando a su pequeña unos minutos más sin poder despegar su mirada. Ella era su hija, era suya, la primera de las razones por las que estaba haciendo lo que creía correcto. Con una mueca acarició los cabellos de Emily pensando ahora en que sus ojos habían cambiado de color, al parecer era una de sus mutaciones pero no era normal que alguien tan joven tuviera tantas.
No mucho tiempo después Erik entró en la habitación de nuevo, viendo a la niña dormida al lado de Charles. "Lograste que se durmiera."
"Si, es mejor que descanse." Charles murmuró peinando suavemente el cabello de Emily.
Erik frunció el ceño al notar la clara preocupación en su amigo. "¿Qué pasa, Charles?"
"Sus ojos volvieron a cambiar de color." dijo Charles después de un largo silencio.
"Quizás debe ser una de sus mutaciones." respondió Erik encogiéndose de hombros.
"No estoy seguro." negó Charles en tono tenso. "Erik, no es normal que desarrolle demasiadas mutaciones y eso me preocupa."
"Bueno, eres su padre." dijo Erik encogiéndose de hombros una vez más. "Tu mutación es poderosa y tal vez heredó eso de ti." ambos se quedaron en silencio por unos segundos. "No crees que, quizás ella haya desarrollado algún poder de quizás, ¿su madre?"
"No lo sé, tal vez." susurró Charles después de un corto silencio. "Gabrielle muchas veces perdía el control de sus poderes." negando tomó una leve respiración. "Lo cierto es que ella necesita aprender a controlar sus habilidades." murmuró con preocupación. "Tengo miedo de que tenga demasiado poder en ella y eso termine por destruirla."
"Si hay algo que se mi amigo, es que solo tu podrás evitar que eso suceda." dijo Erik con seguridad. "Solo tú puedes ayudarla para que nada le suceda."
"Eso espero." respondió Charles antes de inclinarse y besar la frente de Emily con suavidad. "Me aterroriza que algo malo llegue a sucederle."
