Al día siguiente luego del desayuno, Charles dejó a Emily para que se prepara para el día mientras él abría su día con los entrenamientos con Sean a quien había elegido para ayudar con sus poderes mientras su hija se preparaba.
En compañía de Moira se encontraron en una parte alejada de la mansión parados a unos metros de una rejilla llena de ventanillas las cuales Sean tenía la tarea de quebrar una por vez. Como esperaba en el primer intento terminó rompiendo todas las ventanas. Negando se quitó las orejeras de seguridad. "Eso estuvo bien, fue muy impresionante. Pero ahora es importante que aprendas a controlar lo que estás haciendo." con eso señaló hacia el ventanal. "Lo que estás haciendo es increíble." elogió al muchacho. "Estás golpeando un tono con ondas de sonido que tienen la misma frecuencia de resonancia como el vaso. Por eso se rompe." levantando su mano se tocó su garganta para hacer énfasis. "Pero ésto, es como cualquier otro músculo en el cuerpo... Puedes controlarlo." la expresión incrédula y un poco burlona del pelirrojo lo hizo sonreír antes de palmearlo en el hombro para continuar el entrenamiento. "Bien, esta vez intenta una frecuencia más alta, mucho más alta."
Aún mirándolo con incredulidad Sean se dirigió a él. "No hay vidrio."
"¿Qué dices?" Charles preguntó quitándose un lado de las orejeras para escucharlo.
"Dije que no hay vidrio." repitió Sean.
"Confía en él." intervino Moira llamándo su atención. "Es un profesor."
Compartiendo una sonrisa con ella, Charles volvió a colocarse las orejeras mientras Sean se preparaba para seguir con el entrenamiento. Lo que no había esperado era que al momento en que el pelirrojo siguiera su petición de gritar en una frecuencia más alta tanto él como Moira comenzaran a sentir náuseas. Sin poder contenerse ambos terminaron cayendo al suelo seguidos segundos después de un aturdido Sean.
"¿Qué fue lo que pasó?" preguntó Sean pasando las náuseas.
"Aparentemente fueron los fluidos en el canal auditivo interno." explicó Charles lo mejor que pudo pasando lentamente las náuseas. "La interrupción del sonido causa náuseas." con una de sus manos lo palmeó en el brazo. "Bien hecho."
Luego del entrenamiento con Sean, Charles continuó con Hank esperando que Emily apareciera para empezar con ella como le había prometido.
Lo que no sabía era que Emily, en lugar de buscarlo se había quedado en su habitación sentada en el suelo dibujando, intentando con ello distraer su mente de la pesadilla de la noche anterior que se repetía una y otra vez. Un ligero golpe de la puerta la sacó de sus pensamientos. Al voltear encontró a Charles mirándola con sus manos dentro de sus bolsillos delanteros.
"¿Puedo saber que hace la pequeña Emily?" preguntó Charles acercándose lentamente donde se encontraba la niña sentada y sin problema alguno también se sentó en el suelo con ella. "Te estuve esperando largo rato para practicar, pero no llegaste." con eso bajó su mirada hacia la hoja de dibujo frente a Emily. "¿Son rosas?" preguntó con una sonrisa.
"Si." Emily asintió pasándole el dibujo para que lo mirara mejor. "Son como las que están plantadas en el jardín delantero." ante la risa de él, sonrió. "¿Quieres dibujar tu también?"
"Mmm no creo poder superarte." respondió Charles alzando una ceja. "Dibujas bastante bien para tu edad."
"El tío Richard me enseñó." dijo Emily con orgullo. "Y ya que estás aquí, no te escaparás fácilmente de dibujar conmigo." riendo en conjunto, ella se colocó de pie dirigiéndose a la pequeña mesa de su cuarto donde tomó dos hojas antes de volver al lugar donde estaba con su padre y le entregó una de ellas. "Bien, tienes que dibujar algo de la habitación, no importa si queda mal." explicó mirandolo con una sonrisa. "No puedes hacer trampa."
Ante eso Charles rodó los ojos burlón. "Está bien, pero te advierto, era el peor en la clase de arte." dijo antes de comenzar a dibujar.
Ambos que habían localizado un objeto comenzaron a dibujarlo, dejando toda la habitación en un total silencio. Eso fue hasta que Emily le hizo falta uno de sus lápices el cual cuando lo halló con su vista éste se encontraba lejos de ella. Por unos minutos se quedó mirándolo, antes de finalmente alzar su mano y concentrarse en éste queriendo que dicho objeto se moviese hacia ella.
Charles alzó su vista en ese momento notando aquello. Lentamente dejó su dibujo para mirarla algo serio e intentar ayudarla. «Concéntrate Emily» le dijo a la niña telepáticamente. «Tienes que concentrarte únicamente en ese objeto y piensa en lo que quieres hacer con él» ella había logrado mover cosas antes, pero solo parecía lograrlo cuando sus emociones estaban a flor de piel. De lo contrario parecía tener dificultad para hacerlo a voluntad.
Como siempre Emily le hizo caso a las palabras de su padre, por lo que finalmente cuando menos se dio cuenta el lápiz estuvo en el aire sin ocasionar daños alrededor.
«Excelente cariño, ahora, intenta traerlo hacia ti» Charles volvió a hablarle en su mente.
Con un suspiro, Emily intentó hacer que el lápiz se acercara a su mano. Poco a poco éste se fue acercando pero a mitad de camino la imagen de la pesadilla que había tenido la noche anterior invadió su mente desconcentrandola de su poder. Debido a ello el lápiz terminó rompiendose de repente en el medio antes de caer al suelo. Con frustración por perder de nuevo el control, cerró su mano molesta antes de bajar su brazo.
"Oye tranquila." dijo Charles mirándola atentamente. "Estuvo bastante bien."
"Si, nada terminó roto." susurró Emily por lo bajo, antes de fijarse en el dibujo de su padre. Lo que sacó una pequeña risita divertida de ella. "¿Qué es eso?"
Charles miró de su dibujo a ella, frunciendo el ceño ante sus risas. "Oye, te advertí que no dibujaba tan bien como tú."
"No, no lo haces." dijo Emily entre risas.
Fingiendo estar ofendido, Charles dejó su dibujo en el suelo antes de mirarla. "Bueno señorita Picasso, ya que es tan buena pintando, quizás deba comprarte unos lienzos. Así algún día podrás hacer un cuadro para mí que pueda colgar en mi oficina."
"¿Qué son lienzos?" preguntó Emily confundida, antes de fruncir más el ceño. "¿Y qué es Picasso?"
Negando con la cabeza esa vez fue el turno de Charles de reírse. "No importa, te lo explicaré luego." dijo sacudiendo su mano. "Por ahora, mejor concentremonos en las prácticas."
"De hecho, ¿podrías continuar con alguno de los chicos?" ofreció Emily enseguida, levantándose al mismo tiempo del suelo. "Creo que iré a comer algo." dijo frotándose el estómago fingiendo tener hambre. "Quedé con hambre."
"¿Segura que se debe solo a eso-?" Charles comenzó a preguntar, pero en ése momento ella salió corriendo de la habitación dejándolo prácticamente con la palabra en la boca. "Obviamente no se trata solo de eso." susurró para si mismo. Lo sabía porque había sentido el temor aparecer en su mente mientras ella había intentado atraer aquel lápiz a su mano extendida. Algo sucedía, algo que no quería decirle. Y sospechaba que todo se derivaba con lo sucedido con Erik y la pesadilla de la noche anterior. Con un suspiro se colocó de pie y salió de la habitación decidiendo dejarla tranquila por el momento. Ya tendrían la oportunidad de hablar con mas tranquilidad.
Así pasó casi el resto de la mañana entrenando al resto de los chicos. Continuando con Erik y terminando con Alex. Cuando acabó con éstos por fin llegó el tiempo de practicar con su hija tal como se lo había prometido, solo que había un problema, ahora no sabía dónde se había metido.
Con ello se encontró caminando por los pasillos de toda la mansión en busca de ella, hasta que se topó con Raven.
"Charles, ¿todo bien?" le preguntó Raven al verlo distraído.
"Si." respondió Charles mirando alrededor de su hermana. "Oye, ¿has visto a Emily?"
"No." Raven frunció el ceño. "La última vez que la vi fue en el desayuno." ante el suspiro del telepata ladeó su cabeza. "¿Buscaste en la biblioteca o en el jardín?"
"No, tal vez esté en la biblioteca." dijo Charles pensando por un momento antes de darle un asentimiento. "Gracias Raven." alejándose comenzó a buscar por la biblioteca pero no encontró a nadie. 'Donde se metió ésta niña.' pensó con cierta preocupación.
Sin él saberlo Emily se encontraba en el jardín, más que nada casi en la entrada muy cerca de las rejas que daban hacia una carretera de frente a un pequeño bosque. Se encontraba jugando y juntando algunas plantas más obligándose a dejar de pensar en la pesadilla de la noche anterior. Hubiese continuado pero la voz de su padre en su mente la sobresalto.
«Emily, ¿dónde estás?» preguntó su padre telepáticamente, a lo que la niña recordó rápidamente que ése día practicaria con él. Dejando las plantas en el suelo salió corriendo enseguida a su encuentro pautado.
Por fin cuando Charles encontró a su hija, la llevó para practicar con ella en los jardínes traseros alejados de la atención de los demás. Aunque al igual que esa mañana se tornó a la defensiva.
"Vamos Emily, muéstrame tu habilidad." Charles le pidió de nuevo.
"No." Emily se negó de nuevo. "No quiero."
"¿Por qué no?" Charles preguntó, aunque ya sabía la respuesta, pero quería escucharla de ella. "Ayer estabas ansiosa por practicar conmigo."
"Eso fue ayer." ella le dijo sin mirarlo. "Hoy no quiero."
"Y puedo saber, ¿por qué?" cuando la niña mantuvo su mirada baja, Charles pudo sentir su miedo una vez más. "Emily, ¿sabes que puedes decirme lo que sea verdad?"
Emily asintió levemente, mirándolo brevemente. "Yo solo... tengo miedo."
"¿De qué?" Charles presionó.
"De hacer algo mal. Siempre pierdo el control." Emily susurró mirando al suelo de nuevo.
"Es por eso que estamos aquí." dijo Charles. "Para ayudarte a controlar tus poderes."
"No creo que funcione." susurró Emily sin mirarlo. "No creo ser normal como los otros mutantes, papá."
"No, no lo eres." Charles se inclinó hacia adelante, arrodillándose frente a ella. "Eres mucho más especial, Emily." él sabía eso. Nunca había conocido a nadie como ella, y conocía a muchos mutantes. Pero ella también era muy inestable y probablemente él era el único que podría ayudarla.
Emily suspiró pensando en sus palabras. "Especial es solo una linda palabra para-"
"¿Para decir raros? O, ¿locos?" Charles interrumpió haciendo una pequeña mueca. "Sí, a veces para eso se usa." ante la expresión triste de la niña cambió el rumbo de sus palabras. "Pero a veces es una palabra que se usa para descubrir a personas sobresalientes o increíbles o que tienen cualidades." con eso colocó su mano en su mejilla haciendo que lo mirara a los ojos. "Tienes dones Emily." cuando ella no dijo nada intentó con otra cosa. De su suéter sacó una pluma y se la tendió. "Hagamos algo, te daré ésta pluma, ¿sí? Es algo que... de hecho... solo tenlo." dijo dándoselo. Ella lo recibió mirando la pluma brevemente antes de buscar su mirada con una pregunta en sus ojos. "Es un regalo. Podrías elegir hacer un bonito dibujo con eso o podrías usarlo para sacarle los ojos a alguien... Pero en cualquier caso sigue siendo una pluma. Sólo es un regalo y lo que decidas hacer con tu regalo eso sólo depende de ti. Y si quieres usarlo para hacer cosas buenas, pues te ayudaré."
Emily miró de nuevo la pluma en sus manos, sonriendo ligeramente antes de mirarlo a los ojos. "Tú tampoco eres como los demás mutantes, papá."
Charles rio un poco antes de negar con la cabeza. "No, supongo que no." su hija le sonrió un poco, así que decidió preguntar una vez más. "Entonces, ¿practicamos?"
La sonrisa de Emily murió enseguida. "No."
"Bueno." Charles asintió lentamente. "¿Por qué no?"
"Rompo cosas papá." Emily dijo después de un silencio corto. "Viste lo que hice ayer. No quiero que pase de nuevo."
"Mira te diré una cosa. Si rompes algo, lo que sea, lo arreglaré." Charles dijo tratando de tranquilizarla.
"No creo que puedas arreglar todo." Emily replicó mirando al suelo de nuevo.
"Yo te puedo ayudar Emily." Charles puso su mano en su barbilla inclinándola hacia arriba para que lo mirara a los ojos. "Puedo ayudarte para que jamás tengas que volver a romper nada."
Emily se quedó en silencio un tiempo antes de hablar. "¿Crees que puedas arreglarme a mi también?"
"No." la expresión de Charles se volvió neutra. "No, porque tú no estás rota."
"¿Estás seguro?" Emily le preguntó de nuevo no muy convencida.
"Confía en mí." Charles le pidió ahora dándole una ligera sonrisa.
Emily dudó un poco, pero asintió al final. "Entonces, debo mostrarte algo." dijo alejándose un poco casi hasta llegar al centro del jardín con Charles a su lado. "Desde hace días descubrí que puedo abrir portales." con sus palabras le mostró aquella mutación.
Aunque éste portal sólo alcanzó el tamaño de una pelota de golf para Charles fue impresionante.
"Tengo algo realmente genial que mostrarte." dijo Emily con una pequeña sonrisa más confiada al ver el orgullo en los ojos de su padre. "Mira ésto." así usó su poder para levantar el agua fácilmente de la fuente. La cantidad de líquido transparente pareció expandirse a medida que usaba su mente para hacer que el agua se convirtiera en una gran esfera, dejándola flotar en el aire.
Tan pronto como Charles abrió la boca para hablar, una sonrisa apareció en el rostro de la niña que intencionalmente, parpadeó, soltando el orbe de agua que había bordeado la fracción más que necesitaba para estar donde había estado posado sobre la cabeza de su padre. Ella dio un paso atrás justo antes de que el chapoteo se uniera a sus oídos y sintiera unas gotas de agua brevemente en su cara.
Cuando miró a su padre no pudo evitar reír al ver que estaba parpadeando el agua de sus ojos azules, su oscuro cabello enmarañado y pegado a los lados de su rostro. Su simple chaqueta liviana ahora estaba mojada.
Charles parpadeó, apartando un poco su cabello húmedo de sus ojos, haciéndolo sobresalir en diferentes ángulos. "Eso no fue divertido."
"Si lo fue." Emily contestó entre risas alejándose antes de voltearse decidiendo correr. Una parte de ella no estaba segura de cuál sería la verdadera reacción de él, si enojarse o... ¿qué otra cosa podría ser? Después de todo, sólo lo había rociado con agua.
«Emily, no te alejes de mí» la clara voz británica de su padre sonó en la cabeza de Emily, pillándola con la guardia baja. Lo suficiente como para que su ritmo se desacelerara.
Charles la alcanzó enseguida, sus brazos envolviéndola por detrás antes de alzarla y dar vueltas con ella haciéndola gritar mientras reía.
Sin ellos saberlo Raven los observaba desde la casa con una sonrisa tierna en su cara, feliz de que padre e hija estuvieran uniéndose cada vez más.
Pasados unos minutos jugueteando, ambos Xavier se calmaron y ahora estaban sentados en el pasto. Emily estaba sentada entre las piernas de su padre con su espalda recostada en el pecho del mismo mirando el inmenso jardín con grandes árboles alrededor.
"Sabes, ¿ése árbol que está allí?" Charles señaló un árbol a lo lejos que era bastante grande. "Ese lo plantó mi abuelo cuando era pequeño y me gustaba columpiarme de sus ramas."
Sin decir nada Emily levantó su rostro clavando su mirada en su padre que cuando la miró soltó una risa.
"¿Qué?" preguntó Charles riendo, pero la niña no respondió. Sin embargo cuando entendió el significado de su mirada soltó un suspiro. "¿Quieres ir no?"
"Adivinaste." dijo Emily con una sonrisa divertida.
Sonriendo, Chales se paró junto con ella tomándola de su mano. Así la llevó hacia ese viejo árbol que se había mantenido bastante bien a pesar de los años y que tenía unos pequeños lugares para subir a éste.
Emily enseguida se soltó de la mano de su padre y comenzó a treparse con algo de ayuda de Charles. Sin embargo ella se negó a recibirla hasta que se pudo parar en una gran rama a unos centímetros del suelo. Allí se sentó en la rama mientras que Charles se quedó parado mirándola.
"Ven, intenta columpiarte." dijo Charles acercándose y levantando sus brazos.
"No, me caeré." dijo Emily cambiando su sonrisa a una cara un tanto con miedo.
"Tranquila, yo te tengo." Charles aseguró aún con sus brazos levantados, pero la niña continuó mirándolo insegura. "Si te caes yo te atraparé linda."
"¿Lo prometes?" preguntó Emily sin soltar su inseguridad.
"Lo prometo." dijo Charles.
Asintiendo, Emily comenzó a moverse hasta que quedó colgando con sus brazos sosteniéndose a la rama aunque con dificultad.
"Eso es, ahora intenta moverte hacia adelante y atrás." le indicó Charles.
"Voy a caer." dijo Emily algo asustada. Sin aguantar más cayó pero Charles la atrapó aunque él también cayó al suelo.
Ambos se levantaron y se miraron entre ellos antes de comenzar a reír.
"Te dije que te atraparía." dijo Charles tocando la punta de la nariz de su hija con su dedo. "Supongo que ya debemos regresar."
Emily hizo una mueca molesta, sabiendo que eso significaba compartir el tiempo de su padre con los demás una vez más. "Supongo que si."
"Buen trabajo Hank, gracias." dijo Charles cuando Hank terminó de poner la cinta en uno de los maniquís mientras él se movía para colocarse en un lado y el joven científico en el otro lado. "Bien Alex, quiero que le des a la X e intenta no pegarme a mi, se buen muchacho."
Alex lo miró con incredulidad. "¿Estás seguro?"
"Muy seguro." dijo Charles a lo que Hank se alejó un poco más del maniquí.
Concentrándose, Alex canalizó toda su energía dándole en la X del maniquí.
Al ver ésto Charles sonrió victorioso al igual que Alex.
"¿Aún soy un payaso?" preguntó Hank en dirección del chico.
"Si Hank, sigues siendo un payaso." aseguró Alex seriamente. "Pero buen trabajo."
Más tarde después de practicar y sobre todo de jugar con su padre, Emily se había tomado un rato libre para una merienda, mientras Charles retomaba sus prácticas con Alex. Se quedó dormida en su cama leyendo la mente de todos sin que se dieran cuenta, mientras esperaba que su padre quedara libre de nuevo, y así pasar más tiempo con él. Cuando despertó horas más tarde, enseguida buscó la mente de su papá encontrándolo para su emoción, ya desocupado. Con una sonrisa rápidamente se levantó de la cama y corrió fuera de la habitación, caminando al estudio de Charles.
Mientras tanto Charles estaba sumido en sus pensamientos, un poco preocupado por los poderes de Emily que aún no se habían desarrollado por completo y ya sentía la magnitud y la fuerza de ellos, aún ella siendo tan jóven.
"¡Papá!"
La voz de su hija lo sacó de sus pensamientos, haciéndolo levantar la vista del escritorio detrás del cual estaba sentado, al mismo tiempo que la niña se apresuró a su estudio cerrando la puerta detrás de ella. Una sonrisa apareció en su rostro cuando corrió hacia él y se sentó en su regazo.
"Oye." él pasó la mano por las ondas del cabello de la niña antes de levantarla y arrojarla al aire. "¿Qué haces corriendo por los pasillos?" preguntó, levantándola y tirándola sobre su hombro antes de girar en el acto haciéndola chillar entre risas.
"Dijiste que después que practicaras con Alex podíamos salir y jugar." Emily dijo mientras Charles la apoyaba ahora en la silla de su escritorio y ella mantuvo sus manos sobre sus hombros para apoyarse.
"Te llevaré afuera más tarde." prometió Charles. "Pero tengo que practicar con Sean ahora."
"¿Y por qué Erik no le enseña?" Emily se quejó, haciendo reír a Charles de su tono molesto.
"Porque Erik es muy malo enseñando a los demás." dijo Charles tomándola nuevamente, haciéndola girar por la habitación mientras ella reía. "Más tarde saldremos a jugar cuando haya terminado de practicar con Sean."
Cuando Charles bajó a Emily ella le tendió su dedo meñique. "¿Lo prometes?"
Charles sonrió enrrollando su meñique con el de ella. "Te lo prometo."
"Bueno." dijo Emily antes de sonreír. "Iré a buscar a Hank o a la tía Raven. Tal vez ellos quieran jugar."
Charles la vió correr y abrir la puerta justo cuando Raven estuvo a punto de entrar en la habitación. Estaba en su forma azul, su cabello rojo cayendo sobre sus hombros y ligeramente torcido. Rápidamente se transformó en su yo rubio antes de notar a su sobrina. "¿Y qué está pasando aquí?" preguntó con voz suave.
"¿Por qué ya no eres azul, tía Raven?" Emily le preguntó.
"Porque-" dijo Raven arrastrando las palabras. "Soy muy inteligente y puedo cambiar... así..." enseguida cambió a su verdadero ser azul una vez más haciendo reír a Emily. No pudo evitar sonreír mientras su sobrina no se inmutaba por su yo azul. Si tan sólo todos reaccionaran de la misma manera.
"¿Qué estás haciendo ahora, tía Raven?" Emily le preguntó.
"Creo que nada." dijo Raven antes de fruncir el ceño. "¿Por qué preguntas?"
"¿Me preguntaba si querías venir a jugar conmigo?" Emily pidió. "Mientras mi papá termina de enseñarle a Sean."
"Ah b-bueno-" Raven tartamudeó un poco, pero Emily la interrumpió.
"Y podemos decirle a Hank que juegue con nosotras." dijo la niña tomando la mano de su tía.
Raven miró a Charles por algo de ayuda, pero él se encogió de hombros ligeramente con una sonrisa, que ella le regresó con una mueca antes de mirar a su sobrina. "Esta bien, vamos a buscar a Hank."
"¡Genial!" dijo Emily dando un pequeño brinco.
Charles observó en silencio mientras Emily arrastraba a Raven y esta la complacía. Una vez que se fueron su mente regresó a su pensamiento anterior con los poderes inestables de Emily y sobre todo en buscar alguna manera de ayudarla.
Ésa noche estando Charles aún en su estudio, sintió que la puerta se abrió ligeramente revelando a Hank con la mano de Emily en la suya mientras la niña estaba en su pijama, con los ojos muy abiertos y el cabello enredado alrededor de la cabeza. Al ver el miedo en sus ojos se movió apresuradamente hacia ella. "Oye, ¿qué pasó?"
"Se quedó dormida en el laboratorio." explicó Hank. "Ella... bueno... tuvo una pesadilla y estaba asustada. Quiso venir contigo."
"Cariño." Charles le habló suavemente a Emily, inclinándose mientras la niña movía los brazos hacia arriba, deseando ser levantada. Él hizo lo que le pidió, sus brazos sosteniéndola debajo de sus piernas mientras ella descansaba su cabeza en su hombro, cerrando sus ojos con fuerza, dejando que sus brazos se envolvieran alrededor de su cuello. "No hay nada de qué asustarse." le prometió en voz baja. "Todo está bien ahora."
"No quiero dormir." Emily susurró aún aferrada a su cuello. "No quiero que las pesadillas vuelvan."
Charles suspiró antes de alejarse un poco del abrazo para mirarla. "¿Y si te leo una historia, hasta que te dé sueño? ¿Eso te gustaría?"
Emily asintió sonriendo enseguida. Charles le regresó la sonrisa e inclinándose besó un lado de su cabello antes de mirar a Hank. "La llevaré a su habitación, hablaremos después." le dijo al chico que solo asintió. Ambos habían quedado en hablar sobre las extrañas pesadillas que Emily había estado teniendo últimamente. Sopesando sobre posibles traumas causados por las cosas que había tenido que ver siendo tan joven.
"Adiós Hank." Emily se despidió del joven extendiendo su pequeña mano hacia él.
"Duerme bien Emily." Hank le sonrió agarrando su mano en la suya.
Emily le sonrió antes de envolver sus brazos en el cuello de Charles una vez más, mientras él la llevaba a su habitación.
Más tarde Emily estaba sentada en su cama, vestida con su pijama a cuadros mientras Charles colocaba su libro en la estantería después de haber terminado de leerle una historia.
"Papá." ella lo llamó mientras se acostaba.
"¿Si?" Charles preguntó al sentarse en el borde de la cama, tirando de las sábanas hasta su barbilla antes de que apartara su cabello de su cara y le sonriera.
"Escuché los pensamientos de Hank hoy." admitió Emily. "Estaba pensando en la tía Raven."
Resistiendo el impulso de suspirar con incomodidad Charles se obligó a asentir con la cabeza. Él le sonrió y continuó acariciando su cabello suavemente mientras Emily lo observaba con esos ojos a los que nunca podría negarle nada. "¿Y cómo te sentiste al escuchar sus pensamientos?"
Emily se encogió de hombros torpemente, abriendo la boca y luego cerrándola, mordiéndose el labio inferior. "Creo que bien, pude detenerme antes de entrometerme sin su permiso."
"Eso es genial." dijo Charles un poco orgulloso. "Eso es una señal de que estás aprendiendo lentamente a controlar tus poderes."
Emily asintió antes de desviar la mirada, y Charles supo que quería preguntarle algo pero no sabía cómo hacerlo.
"¿Quieres decirme algo más?" él le preguntó.
Emily dudó un poco pero asintió. "¿Crees que mi tía Irene vendrá a verme algún día?"
"No lo sé, Emily." Charles respondió seriamente, recordando la última conversación que habían tenido. "Tu tía está muy ocupada. Pero sabes que te quiere y cuando menos lo esperes vendrá a visitarte."
"La extraño." Emily afirmó en voz baja. "También al tío Richard."
"Lo sé." dijo Charles. "Y sé que ellos también te extrañan muchísimo."
"Tú nunca me dejarás, ¿verdad?" Emily preguntó de repente.
Charles sacudió la cabeza, inclinándose más hacia ella, pellizcando su nariz ligeramente. "Nunca, nunca, nunca." Emily rio de la sensación de él moviendo su nariz. "Te quiero mucho y nunca me iré a ningún lado."
"Bien." Emily bostezó.
"Ahora duerme un poco." Charles la urgió antes de con un beso final en su frente dejarla dormir, apagando la luz en su camino.
Al día siguiente Emily luego de vestirse para el día se encontró hablando con su tía Raven quien peinaba su cabello con suavidad.
"Tía Raven." Emily llamó la atención de su tía. "¿De qué hablaban Hank y tú ayer? El parecía estar más rojo que una manzana."
Ante eso Raven soltó una pequeña sonrisa divertida. "Ah pues... hablamos de... parejas." dijo con un pequeño encogimiento de hombros. "Como la que tú tendrás algún día."
Ninguna de las dos se dio cuenta que Charles entraba en la habitación para buscarlas para desayunar. "¿Disculpa?" preguntó llamando la atención de Raven, mientras Emily hacia un gesto de tapar su risa. "No, eso definitivamente no."
"Oh vamos Charles, no seas papá celoso." dijo Raven riendo.
Emily miró a su padre riendo ante tal tema el cual parecía fastidiarlo. "¿Algún día tendré novio?" preguntó con una sonrisa siguiéndole la broma a su tía.
"Claro." dijo Raven sonriendo.
"No." negó Charles rápidamente acercando con su brazo a su hija atrayéndola hacia su pecho. "No lo creo, aún eres una niña... mi niña."
"No por mucho." respondió Raven con una sonrisa.
"Está bien, ya basta." dijo Charles cambiando de tema. "Ya deberíamos estar en el comedor." con eso comenzó a hacerle cosquillas a Emily quien reía desesperadamente a la vez que intentaba salirse de su agarre.
"¡Basta!" dijo Emily entre risas.
"No te escaparás pequeña." dijo Charles mientras continuaba.
Emily enseguida buscó ayuda en su tía. "¡Refuerzos!"
Riendo Raven tomó a la niña liberandola de su padre. Entonces ambas se miraron entre ellas para luego mirar a Charles.
"Oh no." soltó Charles al ver a las dos chicas las cuales se abalanzaron sobre él y fue quien terminó atacado por una gama de cosquillas.
Más tarde Emily se encontró sentada en la entrada del patio, mirando a su padre comenzando una lección con Hank.
En ése momento Raven apareció sentándose al lado de la niña. "¿Que haces sentada aquí tu solita? Creí que estarías jugando."
Emily hizo una mueca antes de mirar a su tía. "No me gusta jugar sola, me aburro muy rápido." dijo antes de mirar hacia su papá y Hank. "Además papá me dijo que haríamos algo divertido cuando terminara con Hank."
"Estoy segura de que tu papá hará lo que te prometió." prometió Raven. "Pero él tiene que enseñar a Hank ahora y no creo que termine muy pronto... ¿Por qué no vamos al centro comercial en su lugar? Tú y yo solas. Necesito comprar algunas cosas."
"¿Sólo nosotras dos?" Emily sonrió enseguida.
"Mmm." Raven asintió sonriendo también. "Y de paso podríamos pasar por el parque cómo te prometí que iríamos días atrás... ¿Te parece bien?" "¡Si!" dijo Emily emocionada antes de mirar hacia Charles quien sin ella saberlo había estado escuchando la conversación. "¿Crees que papá me dejará ir?"
«Claro que sí» la voz de Charles apareció en su mente. «Ve con Raven y distraete un poco. Quizás ella te compre un poco de chocolate si tienes suerte. Nos divertiremos cuando regreses»
Emily sonrió mirando en la dirección de su padre que desde la distancia la compensó con una sonrisa propia. «Esta bien» dijo mentalmente antes de mirar a su tía. "Mi papá ya me dió permiso."
"Perfecto, ve a cambiarte y nos iremos." instó Raven, sonriendo luego cuando su sobrina corrió adentro de la mansión.
Después de estar listas y de despedirse de Charles y los demás, Emily y Raven salieron de la mansión, emocionadas por pasar un tiempo juntas solo ellas dos. Visitaron casi todas las tiendas de ropa, de juguetes, accesorios y por último pasaron una asombrosa tarde en el parque del mismo edificio.
Emily como cualquier niña de cinco años jugó y jugó en los juegos del parque donde compartió con otros niños, corriendo y riendo mientras su tía la observaba atentamente sentada en una banca con una sonrisa. Se sentía bien escapar un poco de los muros de la mansión, que Emily saliera de aquellos muros y conociera a otros pequeños de su misma edad.
"¿De veras crees que volare ésta vez?" Banshe miró a Charles mientras subía a lo más alto de la antena.
"Totalmente." Charle sonrió. "Confió en ti."
"Estoy emocionado." Banshe estaba más que nervioso, luego miró a Charles. "¡Voy a morir!"
"Bien, mira, no te obligaremos a hacer nada que no estés-"
"Déjame ayudarlo." Erik se acercó a Banshe empujandolo.
"¡Erik!" recriminó Charles, sin embargo su atención se centró en Sean quien logrando acomodarse al llegar al bosque gritó haciendo que con las ondas supersonicas lo elevaran del suelo hasta el cielo y bajar nuevamente.
Erik sonrió satisfecho, alzando una ceja luego cuando recibió una mirada reprochante de su amigo. "¿Qué?" se encogió de hombros. "Sabes que pensábamos lo mismo."
Centro comercial Westchester
Cuando el tiempo pasó, Raven compró helados para las dos como último regalo de ese día antes de regresar a casa.
"Es bueno pasar tiempo juntas, ¿no crees?" Raven le preguntó más tarde a Emily, mientras comían los helados.
"Si." Emily asintió, antes de mirar alrededor. "Sabes tía Raven, es la primera vez que me siento que pertenezco a algún lado. Amo a mi tía Irene y a mi tío Richard, pero se que empezaron a temerme cuando se manifestaron mis poderes y aunque no querían lastimarme no podían evitar hacerme sentir diferente." se quedó en silencio luchando con no dejar salir las lágrimas que se acumularon en sus ojos. "Pero con ustedes, en especial con mi papá y contigo, me siento normal. Que por fin estoy en casa."
"Y siempre será así." Raven le afirmó a su sobrina con lágrimas en los ojos también. Ambas sonrieron levemente, antes de que ella sacudiera su cabeza. "Bueno, creo que ya deberíamos regresar antes de que se haga más tarde y tu padre nos grite por eso." le dijo, a Emily ayudándola a limpiarse de cualquier resto de helado en su cara.
Mientras, Emily miró a la gente que caminaba alrededor de las tiendas frente al parque, cada una con pensamientos diferentes. No fue hasta que vió una sombra familiar en la esquina que miró a Raven. "Tía Raven, allí está el mutante rojo que nos atacó la otra vez."
"¿Qué?" Raven frunció el ceño volviéndose hacia donde Emily miraba. Efectivamente allí estaba el mutante rojo llamado Azazel parado a unos largos metros de ellas mirándola fijamente con una sonrisa. Por alguna obvia razón sospechaba que su presencia no significaba nada bueno. Sin apartar la mirada del mutante se puso de pie y enseguida estiró su mano hacia la niña. "Emily, agarra mi mano, tenemos que irnos ahora." dijo tratando de mantener la calma. "No te sueltes por nada del mundo, ¿entendiste?"
Asintiendo Emily hizo lo que le dijo, agarrando la mano de Raven con fuerza. Por los pensamientos de pánico de su tía, sabía que la presencia de ése mutante no era nada bueno.
Enseguida Raven comenzó a alejarse con Emily aferrada a su mano, entremezclandose entre la gente, sin dejar de mirar atrás, hacia el mutante rojo que extrañamente se había quedado en su lugar, sólo mirandolas irse.
"Tía Raven, ¿qué sucede?" Emily preguntó corriendo al mismo paso que su tía, ambas dirigiéndose donde habían dejado el auto estacionado. "¿Por qué está él aquí?"
"No lo sé, pero debemos irnos ahora." Raven respondió con voz temblorosa mirando hacia atrás de vez en cuando. "Tranquila, iremos con Charles, todo estará bien... Solo no sueltes mi mano."
De repente un estruendo, seguido de una fuerte rafaga de viento activó las alarmas del edificio, alborotando a la multitud que empezó a correr despavorida de un lugar a otro. Cuando Raven y Emily cruzaron una esquina donde estaba el auto, casi gritaron al ver al mutante rojo parado allí con cara orgullosa mientras lo hacía.
Raven movió su mano apresuradamente empujando a Emily fuera del camino, cuando el mutante rojo intentó agarrarla de un brazo. Con un movimiento lanzó un golpe hacia éste que lo esquivó, desapareciendo de la vista por unos segundos y reapareciendo a una distancia. "¡Emily corre!" le dijo a la niña, cuando el sujeto empezó a acercarse a ellas de nuevo.
Emily se quedó unos segundos paralizada, hasta que por otro empujón de su tía se dio la vuelta, huyendo sin una dirección específica. No hubo dado dos pasos cuando una ráfaga de viento la empujó hacia atrás, mandándola al suelo. Cuando abrió los ojos vió al mutante que controlaba el viento parado a unos pasos de ella. Poniéndose de pie rápidamente se dió la vuelta para correr en la dirección opuesta pero el mutante se aferró a uno de sus brazos atrayendola a él y sin complicar más las cosas le inyectó un sedante en el cuello.
Por su parte Raven que había compartido algunos golpes con el mutante rojo, se sobresalto cuando de repente éste desapareció una vez más dejándola confundida mirando alrededor buscándolo. Un pequeño ruido detrás de ella la hizo volverse y no pudo evitar soltar un gemido, al ver al mutante rojo con una gran sonrisa, al lado de otro que en sus brazos llevaba a una Emily inconciente. "No." susurró con voz temblorosa antes de correr apresuradamente hacia ellos, pero fue demasiado tarde. Ambos le sonrieron cínicamente antes de desaparecer llevándose a Emily antes que pudiera alcanzarlos.
"¡Emily!" ella gritó su voz quebrandose al final por las lágrimas que comenzaron a salir de sus ojos. Por un momento sintió que todo a su alrededor, todo el ruido y el alboroto comenzó a desvanecerse hasta que reaccionó dándose cuenta de lo que pasaba, se habían llevado a su sobrina. ¿Qué le harían? ¿Que podían querer con ella? Pero sobretodo como le diría a Charles que había dejado que se llevaran a su hija. "¡Emily!" gritó con una voz desgarradora. "¡No no no! ¡Emily!"
Westchester (Mansión de Charles)
Completamente ajeno a lo que había sucedido, Charles se encontró en su práctica del día ahora con Erik a quien llevó a uno de los balcones con miras hacia la distancia.
"¿Ves eso?" señaló hacia la gran antena apostada a varios kilómetros de donde estaban. "Intenta girarlo hacía nosotros."
Aunque incierto, Erik se acomodó estirando sus brazos para canalizar con todas sus fuerza su poder para mover la antena. Sin embargo por más que se esforzó no sucedió nada. La antena no se movió.
Sabes, creo que la verdadera concentración reside en alguna parte entre la ira y la serenidad." explicó Charles, antes de subir su mano dejando a mitad de camino mientras lo miraba. "¿Te importa si yo...?" cuando su amigo negó se permitió entrar en su mente.
Tan pronto lo hizo vió todos los lugares en la mente de Erik hasta que se detuvo en un recuerdo donde estaban los padres de Erik festejando su cumpleaños. La madre acarició la mejilla de su hijo quien pudo sentirlo en la realidad mientras su yo joven agarraba la mano de su mejilla para besarla con nostalgia, tristeza y amor.
Con un suspiro Charles salió de la mente de Erik al igual que este quien lo miró con lágrimas corriendo por sus mejillas.
"¿Qué acabas de hacerme?" preguntó Erik.
"Accedí al rincón más brillante de tu sistema de recuerdos." explicó Charles aún conmovido por lo que había visto. "Es un recuerdo muy hermoso, Erik, gracias."
"No sabía que aún lo tenía." susurró Erik con incertidumbre.
"Hay mucho más en ti de lo que crees." Charles aseguró. "No solo odio e ira, también hay bondad. La sentí y cuando puedas acceder a todo eso poseerás un poder que nadie podrá igualar. Ni siquiera yo." extendiendo su mano palmeó su hombro. "Vamos, inténtalo de nuevo."
Con lágrimas todavía cayendo de sus ojos, Erik estiró su mano y usando todas sus fuerzas hizo que la antena se moviera esa vez al mismo tiempo que hizo girar su mano.
Asintiendo, Charles sonrió acercándose para abrazar a su amigo quien le regresó el gesto sintiéndose victorioso.
"¡Charles!"
Ese grito hizo que ambos se separaran del abrazo para mirar a una Moira con expresión exasperada y preocupada en su rostro acercarse corriendo a ellos.
"¡Charles, es Raven! ¡Dice que es urgente!"
