"¡Charles!"
Raven vagó por la mansión, llamando al telepata mientras lo buscaba. Éste le había informado que estaría en la biblioteca, pero ella había estado allí y descubrió que la sala estaba vacía. Caminando lentamente por la mansión, se asomó al estudio que Charles clasificó como su oficina, pero tampoco estaba allí. Entonces una idea de su ubicación llegó a su mente. Enseguida se acercó a la ventana de la oficina y sacudió su cabeza al encontrarlo en el césped del gran patio, arrodillado en la hierba y sin duda ensuciando sus pantalones grises. Sus manos sostenían los brazos de Emily mientras ella permanecía erguida, su espalda contra su pecho mientras él tiraba del arco y la flecha que sostenía.
La rubia se rió por lo bajo mientras su sobrina disparaba una flecha, pero ésta cayó directamente al suelo. Miró cuando Charles se inclinó rápidamente para agarrarla y sujetársela.
No podía negar que Charles era natural con su hija. Emily claramente era la niña de sus ojos y su amor por ella, era inquebrantable. Cuando no estaba enseñando, pasaba su tiempo con ella ya fuera por deporte o lectura, nunca estaba demasiado lejos de ella, menos aún después de lo sucedido días atrás, donde los seguidores de Shaw se la habían llevado. Alejándose de la ventana salió de la oficina y deambuló por la mansión hasta que llegó al patio donde se encontraban Charles y Emily, que la vieron enseguida.
"Raven." Charles se puso de pie, cuando su hermana cruzó los brazos sobre su pecho mientras bajaba la colina hacia él.
"Estaba buscándote pero no sabía dónde estabas al no encontrarte en la biblioteca." explicó Raven mirando a Emily que había dejado caer el arco y la flecha al suelo. "Y me sorprendió verte enseñando a Emily tiro con arco. Pensé que estarían practicando con sus poderes o algo así."
"Bueno, ella quería hacer algo normal." Charles se encogió de hombros con tristeza. "Y sabes cómo lucho para resistirla cuando me mira con esos grandes ojos verdes-"
Raven sonrió, sacudiendo la cabeza. "Charles, ya estás enrrollado en su dedo meñique."
Antes que él pudiera objetar, Emily se acercó a ellos. "Tía Raven, no puedo hacer ésto. Creí que sería más fácil que usar mis poderes."
Raven cruzó una mirada con Charles que se tensó un poco. Claramente había algo que no le estaba diciendo. "Emily, el arco y la flecha no son nada del otro mundo. Estoy segura de que tu papá te enseñará. Aunque-" miró a Charles brevemente antes de inclinarse hacia la niña. "Yo soy mejor en tiro con arco que él."
"No estoy seguro de eso." respondió Charles frunciendo el ceño mientras pasaba una mano por el cabello de su hija que levantó la mirada hacia él. "A tu tía Raven siempre le gusta presumir."
"Oh, ¿en serio?" Raven se cruzó de brazos mirándolo. "Te reto a que pratiques conmigo, así veremos quién es el mejor."
Emily los miró a ambos, esperando que su padre respondiera al reto de su tía, pero en ése momento Hank apareció a la vista.
"Mmm... ¿Charles?"
Charles y Raven giraron ante el sonido de la voz de Hank.
"¿Sí, Hank?" Charles le preguntó, su animó cayendo al ver la expresión seria del chico.
"Tenemos un problema." les informó Hank. "Y creo que les interesará ver algo."
Todos se reunieron en la sala de estar, rodeando la televisión. Erik tomó asiento en uno de los sillones mientras la imagen del presidente estaba en la pantalla del televisor.
Durante días, habían estado monitoreando todos los informes de noticias de radio y televisión. Todos los informes decían lo mismo: el mundo estaba en medio de lo que la gente llamaba: «La crisis de los misiles cubanos»
La gente entraba en pánico, se abastecía de alimentos y practicaba simulacros si se cumplían sus temores de una guerra nuclear. Y todos en la mansión eran los únicos que sabían que Shaw estaba detrás de todo.
«La política de esta nación será considerar cualquier misil nuclear que cruce el embargo que rodea a Cuba como un ataque de la Unión Soviética contra Estados Unidos» decía el presidente.
"Ahí es donde encontraremos a Shaw." dijo Erik, mientras el presidente continuaba.
"¿Cómo lo sabes?" Moira preguntó.
"Dos superpotencias se enfrentan, y él quiere comenzar la Tercera Guerra Mundial." explicó Charles. "No dejará nada al azar."
"Y nosotros tampoco." dijo Erik, mientras se levantaba. "Sugiero que todos duerman bien después de la cena, porque mañana llevaremos la pelea a Shaw. Necesitarán todas sus fuerzas."
Todos salieron de la habitación después de eso, a excepción de Emily y Charles.
"¿Te vas mañana?" ella le preguntó ganándose su atención.
"Así es." Charles afirmó en voz baja.
"¿Puedo ir con ustedes?" Emily preguntó. "Prometo no dar problemas."
Con un suspiro Charles caminó hacia ella, agachándose a su nivel para mirarla a los ojos. "Es demasiado peligroso que vengas con nosotros. Es una misión arriesgada y lo último que haré será arriesgarte, menos ahora." con eso recordó los eventos ocurridos recientemente con el rapto de su hija por parte de Shaw. "Te quedarás con una niñera." no era una idea que le fascinase ya que no podía darse el lujo de confiarle su hija a cualquiera.
"¿Y si pasa algo?" Emily preguntó en voz baja con preocupación. "Y si Shaw te hace algo?"
Charles sonrió levemente antes de levantar su mano para peinar un lado de su cabello con ternura. "Estaremos bien, me aseguraré de eso. No tienes por qué preocuparte. Tengo que hacer esto, para asegurarme de que tu estés bien y puedas crecer feliz." brevemente hizo una pausa. "Quiero asegurarme de eso."
"No quiero perderte." dijo Emily con sus ojos llenándose de lágrimas.
"No vas a perderme." dijo Charles antes de que su hija se inclinara y lo abrazara con fuerza. "Jamás me perderás Emily... Te lo prometo."
Emily gimió aferrándose más contra él, mientras Charles acariciaba suavemente su espalda. "Te quiero."
"Yo igual." respondió Charles con una sonrisa.
Alejándose Emily le dio una mirada seria. "Por favor cuida a los demás y a ti."
Charles río por un momento. "¿Cuando fue que te volviste mandona?" el comentario hizo reír a su hija, mientras él extendiendo su mano movió uno de sus cabellos para ponerlo detrás de su oído. "Todo estará bien... Te lo prometo."
En uno de los cuarto de la mansión...
"Adelante." Raven volteó a ver Hank entrando en su habitación.
"Oye, tengo una sorpresa para ti." Hank se acercó con una cajita en la cual Raven miró dos inyecciones con líquido verde.
Frunciendo el ceño se sentó en un sofá individual mientras que Hank tomó asiento enfrente de ella.
"Aislé el marcador correcto de tu muestra de ADN, el suero funciona como un antibiótico atacan las células que causan nuestra mutación física. No afectará nuestras habilidades solo nuestra apariencia." cuando ella se quedó en silencio, Hank titubeó un poco. "¿Aún quieres hacerlo?"
"¿Debemos escondernos?" preguntó Raven agarrando su mano.
"Tu ya lo haces." aclaró Hank. "Te escondes ahora mismo, como yo he hecho toda mi vida. No quiero sentirme una rareza todo el tiempo, solo quiero lucir-"
"Normal." complementó Raven su oración.
"Si." afirmó Hank agarrando una inyección de la cajita.
"Hank, no." Raven lo detuvo llamando su atención. "Eres hermoso, todo en ti, eres perfecto." ante su titubeo prosiguió para convencerlo. "Miranos, mira lo que hemos logrado en ésta semana. Todo lo que logramos. Somos diferentes pero no debemos intentar encajar en la sociedad. La sociedad debería aspirar a ser como nosotros. Mutante y orgulloso." con eso se transformó en la verdadera Raven, la de color azul.
"Es necesario que te diga ésto, porque aún si salvamos al mundo mañana y los mutantes son aceptados en la sociedad, mis pies y tu forma natural azul, nunca se consideraran hermosos." dijo Hank después de un tiempo con pesar, haciendo que Raven regresara a su forma humana nuevamente. "Luces hermosa ahora." bajando la mirada hacia las inyecciones suspiro. "Necesitamos ésta cura."
Sin decir nada, Raven apartó la mirada sintiendo ganas de llorar. Una vez que él se marchó dejándola sola. Dolida y pensativa agarró la inyección que le dejó y la miró en silencio.
En otra parte de la mansión mientras Emily se encontraba mirando la televisión en compañía de Alex y Sean, Charles y Erik se encontraron jugando una pequeña partida de ajedrez mientras bebían un poco de alcohol en su oficina.
"Cuba, Rusia, Estados Unidos... No hay diferencia." dijo Charles al mover una de las piezas. "Shaw le declaró la guerra a la humanidad, a todos nosotros." acomodándose en su asiento bebió de su copa. "Y debemos detenerlo."
"No voy a detener a Shaw, lo voy a matar." dijo Erik sin mesura, moviendo también una pieza en el tablero. "¿Podrás permitir eso? Siempre supiste porque estaba aquí Charles, y te agradezco lo que hiciste por mí, pero necesito matar a Shaw. Las cosas han cambiado. Lo que empezó como una misión encubierto, mañana la humanidad sabrá la existencia de los mutantes, Shaw, nosotros, no habrá diferencia... Nos temen y el temor se convertirá en odio."
"No si evitamos una guerra." replicó Charles. "No si podemos detener a Shaw, no si arriesgamos nuestras vidas haciéndolo."
"¿Y ellos harían lo mismo por nosotros?" preguntó Erik alzando una ceja.
"Tenemos que demostrar que somos mejores." aclaró Charles.
"Ya lo somos." dijo Erik con ironia. "Somos el siguiente paso en la evolución humana. Lo dijiste tu mismo."
"No, no." negó Charles rápidamente.
"¿De verdad eres tan ingenuo como para pensar que no pelearán contra su propia extinción?" preguntó Erik con incredulidad. "¿O es arrogancia?"
Ésto hizo que Charles levantara la mirada del tablero hacia él. "¿Disculpa?"
"Después de mañana se volverán en nuestra contra y tú no lo ves, porque tu crees que todos son como Moira." respondió Erik.
"Y tú crees que todos son como Shaw." contraataco Charles. "Escúchame muy atentamente, amigo mío... matar a Shaw no te dará paz." moviendo la última pieza del tablero terminó el juego con un jaque mate. Con un suspiro volvió a mirar al doblador de metal. "Marca mis palabras."
"La paz no es una opción." fue la respuesta fría de Erik.
Luego de esa conversación ambos se quedaron en un incómodo silencio. Estaba claro que tanto Charles como Erik habían entablado en todo ése tiempo una poderosa amistad pero claro que a pesar de todo sus ideales no coincidirían y eso sería un problema en el futuro.
"Después de mañana, todos estarán en contra de nosotros..." Erik repitió la frase que había dicho anteriormente y Charles giró sus ojos hacia el nuevamente. "¿Qué crees que ocurrirá cuando estén en contra de mí? ¿De ti? ¿De Raven? ¿Hank?..." Charles bajó la mirada manteniéndose callado. "De Emily..." eso hizo que su amigo lo mirara rápidamente de vuelta.
Charles se quedó en silencio unos minutos. "No pasará." fue lo único que respondió.
"No podrás impedir que la dañen por siempre, Charles." acotó Erik ganándose una mala mirada de su amigo.
"Yo le prometí que no dejaría que nada le pasará." dijo Charles.
"Y no siempre podrás cumplir todas tus promesas." dijo Erik dandole un trago a su bebida.
Negando Charles solo suspiró agotado... y ahí la conversación de aquella noche terminó.
Luego de terminar el tenso juego con Charles, Erik se encontró caminando de regreso a su habitación. Al momento en que entró y cerró la puerta se dio cuenta que no estaba solo.
"Bueno..." dándose la vuelta se encontró con la mirada de una Raven recostada en su cama. "Esto es una sorpresa."
"¿De las buenas?" Raven sonrió coqueta.
"Vete Raven." dijo Erik antes de caminar hacia una pequeña cajonera. "Quiero acostarme."
"Mejor así, ¿no?" dijo Raven tranformandose en una apariencia más adulta de si misma.
Erik la miró en silencio antes de sacudir la cabeza de la idea que había aparecido en su cabeza. "Quizá en algunos años. Prefiero a la verdadera Raven."
Ante eso Raven regresó a su estado rubio normal.
"Dije que a la verdadera Raven." aclaró Erik cruzando sus brazos al frente.
Aunque titubeante Raven cambió a su verdadera apariencia azul.
Erik asintió con admiración en su voz. "Perfecto."
"¿Podrías pasarme mi bata?" preguntó Raven un poco cohibida ahora por su aspecto.
"No tienes que esconderte." dijo Erik caminando hacia la cama para sentarse justo frente a ella. "¿Alguna vez viste un tigre y pensaste que había que cubrirlo?"
"No pero..." Raven titubeó ganándose una sonrisa del doblador de metal.
"Eres una criatura exquisita, Raven." dijo Erik después de un tiempo acortando lentamente el espacio entre ellos. "Toda tu vida el mundo ha intentado domarte. Es hora de que seas libre." con un último impulso alcanzó sus labios, aferrando entonces un lado de su rostro cuando la sintió corresponderle al beso.
Raven en su estado natural miró a Charles el cual se encontró sacado algo del refrigerador.
"Sabes, a veces me pregunto qué hubiera sido de mi vida sino me hubieras encontrado aquí aquella noche."
"¿Qué dices?" preguntó Charles cerrando la puerta del refrigerador para mirarla. "Ahh... ¡Santo cielos, Raven!" dijo al verla en su apariencia azul completamente desnuda. "¿Dónde está tu ropa? Ponte algo, ponte algo de ropa."
"Eso no fue lo primero que me dijiste la primera vez que me viste." replicó Raven buscando sentarse en la mesa. "Pero supongo que las mascotas son más lindas cuando son pequeñas, ¿no?"
"Raven, no sé que te sucede últimamente." Charles se acercó para sentarse frente a ella. "Pensé que estarías de buen humor. Hank me comentó que encontró la solución a sus problemas cosméticos... ¿Me dirás qué te sucede o tendré que leer tu mente?"
"Me prometiste nunca hacerlo." Raven lo miró enseguida desconfiada.
"Hasta hace poco nunca tuve que usar mis poderes para saber qué pensabas, Raven." aclaró Charles un poco dolido.
Mirándolo en silencio, Raven se inclinó más cerca. "¿Sabes, Charles? Solía pensar que seríamos tú y yo contra el mundo. Pero sin importar qué tan mal se ponga el mundo no quiero estar en su contra, ¿no? Quiero ser parte de él." colocandose de pie se encaminó hacia la salida, tropezandose casi con Emily quien en ése momento entraba a la cocina.
"Tía Raven... estás azul." dijo Emily inocentemente con una sonrisa de admiración. "Te ves genial."
Sonriendo, Raven extendió su mano para peinarle el cabello a la niña. "Ojalá muchos pensaran igual que tú, Emily. El mundo sería un mundo mucho mejor." con eso lanzó una mirada molesta hacia Charles antes de regresar su atención a su sobrina darle una pequeña sonrisa más y marcharse por completo.
"¿Por qué dijo eso?" Emily miró confundida hacia su padre.
En respuesta Charles negó con la cabeza enseguida. "Por nada... son cosas de adultos."
Acercándose Emily frunció el ceño. "Ser adulto es complicado."
"No tienes idea." asintió Charles extendiendo su mano para que ella la tomase.
"Bueno, yo no quiero ser adulta." dijo Emily encogiéndose de hombros. "Quiero ser niña para siempre."
Riendo Charles la acercó para darle un fuerte abrazo. "Que más daría yo para que nunca crecieras." dijo frotando su espalda con ternura, quedándose allí por un tiempo antes de alejarse para mirarla. "¿Estás lista para ir a dormir?"
"No." Emily negó haciendo un gesto hacia la puerta. "De hecho quería pedirte permiso para ver un rato más la televisión-"
"No, no." negó Charles enseguida con seriedad. "Estas no son horas para que una niña de tu edad siga despierta."
"Pero no tengo sueño." replicó Emily.
"No importa, ya es hora de dormir." colocándose de pie Charles se inclinó para cargarla. "Mañana tenemos que levantarnos temprano."
"¿De verdad tengo que quedarme mañana?" preguntó Emily una vez que se encaminaron fuera de la cocina hacia sus habitaciones.
"Si Emily, ya hablamos de eso." afirmó Charles. "Mañana te dejaré a cargo de una niñera que Moira me ayudó a buscar para cuidarte mientras no esté. Por lo tanto recuerda no utilizar tus poderes frente a ella."
"Porque se asustaría, ¿verdad?" Emily ladeó su cabeza.
Su pregunta hizo que Charles recordara de nuevo la conversación que había tenido con Raven solo minutos atrás. El temor de los humanos hacia los mutantes era algo que seguía allí, pero no podía dejar de tener la esperanza de que algún día serían aceptados como iguales. "Si, por eso mismo."
"Está bien, prometo no usar mis poderes." dijo Emily quedandose en silencio por un tiempo, antes de volver a mirarlo. "¿Puedo quedarme a dormir contigo hoy?"
Mientras tanto Hank en su pequeño laboratorio se encontró mirando la inyección la cual le daría el aspecto normal que siempre había querido.
Con un suspiro determinado agarró la inyectadora y sin pensarlo dos veces se clavó la aguja en unos de sus pies y esperó ansiosamente por el efecto.
No tuvo que esperar mucho cuando su pie empezó a tomar forma humana. Una gran sonrisa de victoria y logró apareció en su rostro, pero no duró mucho tiempo. Su pie rápidamente regresó a su estado mutado al tiempo que algo más comenzó a afectarlo. Un gemido de dolor escapó de sus labios cuando pelo de color azul empezó a salir por todo su cuerpo que también empezó a cambiar dolorosamente.
Más tarde a mitad de la noche, Charles estaba sentado en la cama mientras leía algunos papeles que Hank le había dado a cada uno esa tarde sobre la información de Shaw y su ubicación. De repente las luces de la habitación comenzaron a parpadear, al mismo tiempo que varias imagenes de fuego y gritos llegaron a su mente. Entonces supo enseguida que Emily estaba teniendo una de sus pesadillas. Desenredandose de las sabanas, se levantó de la cama cruzando la habitación. Al abrir la puerta de par en par, casi chocó con Erik en el camino.
"Supongo que es Emily y sus pesadillas." dijo Erik simplemente.
Charles lo ignoró y solo aceleró el paso hacia la habitación de la niña. Escuchó la voz de Raven y los demás, pero dejó que Erik se encargara de ellos. Terminando de abrir la puerta de su hija, vió como se sacudía de un lado a otro en la cama. Entrando en la habitación, notó que estaba llorando mientras lo llamaba. Claramente su pesadilla era sobre él.
Él coloco sus dedos en su sien para ver su pesadilla, pero sólo visualizó, imágenes de fuego una vez más ardiendo por todos lados con su hija arrodillada en el medio, llamándolo mientras lloraba. Dejándose caer al lado de su cama puso una mano sobre su hombro, tratando de sacudirla de su pesadilla. "Emily." llamó suavemente. "Emily, despierta, está bien, cariño."
Emily se sacudió levemente, antes de abrir los ojos de golpe, y girar en su dirección. "¿Papá?" susurró en voz baja antes de sentarse y envolver sus brazos con fuerza alrededor de él.
Acunándola Charles frotó su espalda en un intento por tranquilizarla. "Está bien, todo fue un mal sueño."
"No podía encontrarte." Emily susurró con los ojos cerrados, intentando apartar las imágenes de la pesadilla de su mente. "Te llamé pero me dejaste sóla."
"Fue sólo un mal sueño." Charles repitió, antes de alejarse del abrazo para mirarla. "Todo fue un mal sueño, Emily. Yo nunca te dejaré sola. Lo sabes, ¿verdad?" él pasó la mano por el suave cabello de su hija hasta que ella asintió con la cabeza.
"Lo se." Emily susurró. "Pero se sintió tan real."
"A veces lo parecen." Charles intentó darle una sonrisa tranquilizadora mientras continuaba acariciándole el cabello. "Pero luego debes recordar que todo es como debería ser cuando te despiertas."
Emily asintió ya más tranquila antes de mirar sus manos. "Estoy harta de tener estos sueños. No quiero volver a dormir."
"Y qué te parece si me quedo contigo por ésta noche." Charles propuso. "Así podremos hablar de lo que tu quieras, hasta que puedas volver a dormir." esperó su respuesta, pero al verla titubear se inclinó un poco extendiendo su meñique hacia ella. "Prometo que mantendré las pesadillas lejos de ti."
Emily miró su mano extendida y sonrió, antes de entrelazar su meñique con el de él. "Bueno."
Dos horas más tarde Raven entró en silencio a la habitación de Emily, viendo a la niña acunada contra el costado de Charles, con su mejilla descansando justo a su lado mientras él mantenía su brazo alrededor de sus hombros. Estaba cubierta por su edredón y su cabello enmarañado se le pegaba a la cara.
"Por fin se quedó dormida." la voz de Raven resonó en la habitación. "¿Cómo está?"
"Durmiendo tranquilamente como puedes ver." susurró Charles para no despertar a la niña. "No le gustó especialmente la idea de volver a dormir después de la pesadilla... Así que le dije que me quedaría con ella por la noche. Tuve que utilizar mi telepatía para ayudarla a dormir sin sueños."
"Bueno." Raven asintió. "Seguro todo fue porque te irás mañana sin ella y le preocupa que algo te suceda."
Charles hizo una mueca antes de asentir. "Si, seguro fue eso." susurró pensativo. Deseaba que fuera sólo por eso y que no fuera algo aludido con lo sucedido días atrás que estaba afectando sus poderes de alguna forma, negativamente.
Raven asintió antes de acercarse a ellos. "Bueno, creo que iré a dormir." se inclinó hacia Emily besándola ligeramente en la frente antes de mirar a Charles. "Tu también deberías dormir un poco, sin duda tendremos un día ocupado mañana."
"Lo haré." Charles estuvo de acuerdo, dándole una ligera sonrisa.
"Bueno." Raven aceptó caminando hacia la puerta. "Buenas noches."
"Adiós." Charles le respondió en voz baja. Cuando la puerta se cerró suspiró agotado. Había intentado dormir, pero la preocupación por los extraños poderes de Emily no lo dejaban. Sus sueños eran extraños y claramente malos. Lo suficiente como para hacer que las luces parpadearan solas. Se movió un poco, para acomodarse mejor en la pequeña cama, con cuidado de no molestar a su hija dormida mientras la observaba en silencio, preguntándose si se estaría preocupando en vano y ella sólo necesitaría tiempo para hacer frente y controlar sus poderes. Después de todo era sólo una niña. Aún le quedaba un largo camino por recorrer... Extendiendo su mano empujó los cabellos enmarañados de la cara de Emily antes de besar su sien con ternura.
