A veces, se dice que se puede vivir una vida entera en un solo segundo. Así fue para Nesta Archeron. Esa noche, después de que Cassian le arrojara a la cara la dura verdad: «Todos te odian», su vida cambió para siempre.
Tras sufrir un accidente, Nesta es transportada a otro mundo. Mientras que en Prythian solo transcurre un día desde su accidente, para Nesta pasan 84 años. Durante esos años, Nesta se convence de que Prythian fue solo un sueño de su mente infantil. Se convierte en la directora del hospital de Houston, una renombrada cirujana y neonatóloga. Nesta viaja, baila y vive su vida al máximo, logrando todo lo que se propone.
Sin embargo, en el momento en que está muriendo de vieja, despierta de nuevo en Prythian. Ahora, Nesta debe enfrentarse a la confusión de no saber qué vida fue real y cuál fue un sueño.
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¿Cuánto cambiaría ACOSF si la noche que Cassian le dijo que todos la odiaban ella hubiese tenido un accidente, un accidente que la tuvo fuera de combate en Prythian por una noche, pero esa noche significó una vida de 84 años en nuestro mundo? Si la Nesta que despierta luego de su caída es una Nesta que tuvo una vida humana completa en un mundo como el nuestro y no en un mundo como Prythian, ¿Cómo sería diferente su historia? Así nació esta historia.
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Capítulo 1
Se dice que a veces se puede vivir una vida entera en un solo segundo. Así fue para Nesta Archeron. Esa noche, después de que Cassian le arrojara a la cara la dura verdad: «Todos te odian», había ido a la biblioteca buscando algo que hacer, pero no importa hasta qué altas horas de la noche trabajara, nada lograba hacer que el dolor de su pecho se apagara. Si todos la odiaban… ella misma se odiaba, para ser justos. Así que, cuando salió de la biblioteca, volvió a esas escaleras, desesperada por respirar, sintiendo que se ahogaba. Comenzó a bajar las escaleras sin pensarlo, siguió incluso cuando su cuerpo rugió de dolor, siguió hasta que sus pies cedieron y entonces cayó… Esta vez no trató de agarrarse a nada, incluso… incluso sintió cierto alivio mientras cerraba los ojos. Sintió cada golpe en las escaleras, el profundo dolor fue liberador en cierta forma. Lo sintió, incluso ese fuerte golpe en la parte posterior de su cabeza. Fue ese el que la llevó a la oscuridad y Nesta Archeron abrazó esa oscuridad, la aceptó.
«Todos te odian»
Sí, ella lo sabía, ella misma también se odiaba, más de lo que nadie podría odiarla. Fue su último pensamiento.
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Nesta Archeron pensó que había muerto en esa caída por las escaleras, por eso se sintió confundida cuando vio un techo blanco sobre su cabeza. Por el rabillo del ojo vio unas cortinas rosas flotando por el viento que las mecía y, al levantar la cabeza, vio la sonrisa dulce de una niña de mejillas rosadas que la miraba con entusiasmo.
—Nesta, Nesta, prometiste que hoy me llevarías al parque. Vamos, vamos —la niña vibraba de emoción.
—Fernanda, no ahogues a tu hermana, al menos dile buenos días —se escuchó la voz divertida de una mujer, una mujer muy hermosa entrando a la habitación. La niña se sonrojó y entonces besó la mejilla de su hermana.
—Buenos días, Nesta, te amo, hermana mayor. Papá dijo que nos llevaría en coche al parque —le contó sonriente.
Nesta estaba confusa, demasiado confusa, demasiado desubicada en el entorno desconocido.
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Nesta estuvo confundida durante años luego de aquella mañana en un mundo que no conocía ni entendía, con una familia que la amaba: Elena y Fernanda, sus hermanas, y unos padres que adoraban a las tres. Un mundo que ni los cuentos de hadas podían imaginar, lleno de ciencia y matemáticas, electricidad y libertad.
Nesta había sido muy agresiva cuando llegó, estaba aterrada de este lugar. Pero su familia nunca perdió la paciencia con ella. Su familia la amaba, le daban su espacio pero siempre estaban para ella. Los psicólogos ayudaron mucho, estos sanadores mentales de este mundo que nunca juzgaron sus desvaríos. Los medicamentos también la ayudaron a mantener la calma al principio. Y un día, un día Nesta se sintió más ella que nunca antes. Los horrores de Prythian, Hybern, de la guerra, de su antigua familia, todo quedó atrás. Nesta se convenció de que todo fue una pesadilla. Una pesadilla que retorcía los personajes de sus hermanas Fernanda y Elena. De sus padres. Cassian… nunca existió, solo era un príncipe oscuro como los de los Dark Romance que le gustaba leer… no era real.
A medida que creció lo aceptó. Cuando fue a la universidad, solo recordaba a veces y ligeramente, con un toque de diversión, aquel mundo de fantasías que había inventado en su imaginación cuando era una niña, donde ella era una antihéroe como Deadpool. Se reía de eso y le contaba a sus hermanas si estaba de humor.
En la universidad se decidió por la carrera de medicina. En su tiempo libre danzaba y hacía yoga, eran las cosas que más disfrutaba. Eso y sus amigos y su familia. A Nesta le gustaba su vida. Nesta no se arrepintió ni un solo día de esos 85 años en que vivió su mejor vida. Nunca se casó ni tuvo hijos, pero porque nunca conoció al indicado. No le importó porque aunque nunca conoció al amor de su vida, tuvo hermosos sobrinos que la consideraban la tía más cool, la tía rica y divertida. Y Nesta hacía buen honor a ese título.
Nesta se mudó a la casa de su sobrina mayor a los 80, para vivir con su hermana Fernanda, la más joven, que insistía en que vivieran juntos. Elena se les unió un año después. Su dulce sobrina cuidaba de ellas y sus otros sobrinos siempre pasaban por la casa a ayudar en cualquier cosa. La vejez no detuvo a Nesta de divertirse ni a ella ni a sus hermanas, vivieron sus mejores años dorados.
La noche que Nesta finalmente partió de este mundo, luego de una gran vida, de haber sido la directora de Cirugía Neonatal del Hospital Central de Houston, Texas, de haber viajado, de haber vivido a sus anchas sin ningún arrepentimiento, lo hizo en la cena del domingo familiar. Estaba sentada en el balancín del porche con un libro que a sus viejos ojos le costaba mirar aún con sus lentes y con la letra enorme del libro. Miró de reojo, uno de sus sobrinos se encargaba de la parrilla, otro estaba correteando detrás de los niños, sus sobrinos-nietos. Elena tenía a uno de los niños sobre sus piernas. Mientras Fernanda escuchaba la historia que le contaba uno de sus nietos mayores. Su sobrina favorita miró a Nesta mientras hablaba desde su celular y le lanzó un beso a su tía. Nesta rió y cerró los ojos solo para descansar un rato sus cansados ojos.
Nunca los volvió a abrir… no en este mundo. No, Nesta los volvió a abrir en un mundo que una vez consideró una construcción de su imaginación…
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Nesta sintió dolor en todo su cuerpo, no había sentido un dolor así desde… nunca, ni siquiera cuando la artritis torturaba su viejo cuerpo. Levantó sus ojos confusos viendo un techo de "madera" sobre su cabeza y, a su lado, un macho que se veía preocupado. Nesta miró curiosa al hombre joven, guapísimo, tanto que no parecía humano, ningún humano podía ser tan hermoso, con poderosas alas negras y orejas puntiagudas.
—¿Cassian? —susurró confundida. Sí, era él, el hombre de sus sueños, su imaginario amor de su niñez. Elena y Fernanda se reirían muchísimo cuando les contara a su edad que había vuelto a soñar con su hombre imaginario. Nesta sonrió, extendiendo su vieja mano adolorida para tocar a Cassian, su perfecta creación, la creación de su imaginación era aún mejor de lo que su vieja memoria recordaba. Pero entonces vio su mano, ya no era vieja ni arrugada, sus dedos ya no eran nudosos por la artritis. Se levantó con sus músculos gimiendo de dolor.
—No te muevas, esa sí fue una caída mala. Fue una locura, Nesta.
—Cállate —le ordenó a su hombre imaginario—. ¿Qué caída? ¿De qué hablas? —le miró extrañada—. ¿Esto es la muerte? —preguntó curiosa—. No sé, esperaba otra cosa de la muerte, no volver a una casa y a un hombre que creé en mi imaginación cuando tenía como 11 años —comentó mirando a su alrededor—. ¿Y por qué duele? La muerte no debería doler —dijo tan confundida. Uno de sus sobrinos era diácono y otra de sus sobrinas era wicca, y todo lo que decían los dos sobre la muerte era pura basura. Ahora que Nesta estaba en la suya, podía decirlo con toda seguridad.
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Este fanfic no va a tener Bashing a ningún personaje. Solo siento que Nesta merece mas, mucho mas, así que Nesta va a sanar en sus propios términos. Nesta ya no es mas la muchacha arrancada de la humanidad y convertida en hada hace un par de años que no sabe que esta haciendo con su vida. Esta Nesta es una vieja que vivió una vida satisfactoria durante mas de 80 años. Es una mujer que es una vieja un tanto cascarrabias de tanto en tanto. Aunque aun con sus 84 años humanos sigue siendo mas joven que los 500+ de todas las hadas que la rodean. Veamos que pasa.
