Las Villanas de Saint Michael's
Capítulo 15 – Kurara y Eiko
Casa de Kurara
Es una tarde de fin de semana durante la cual, me encuentro esperando en mi casa a que mi mejor amiga de toda la vida, Udo Eiko, llegue a mi casa para ponernos a trabajar en la siguiente fase de nuestro proyecto del festival escolar para la profesora Sarasa.
Aunque en realidad, hay un motivo más secreto por el cual Eiko vendrá este día, uno el cual sólo conocemos Sakura y yo de momento, pero ya hablaré de eso más adelante.
Por ahora, me pongo de pie cuando el timbre de la puerta principal suena y al abrirla encuentro a Eiko, vestida en su usual ropa casual con su cabello color verde turquesa a la altura de los hombros y mirándome sonriente con sus ojos azules como el mar y la sonrisa gatuna que tanto la caracteriza.
– ¡Yaho! Ya llegué, Kurara.
– Bienvenida, Eiko. Pasa, por favor.
Ya ha pasado una semana desde que estuvo en la enfermería, y tras haber pasado un par de días más descansando en su casa, ha vuelto a ser la misma Eiko energética de siempre.
– Ya tengo todo listo en la cocina, por si gustas ir pasando.
– ¡Seguro! Será mejor que empecemos cuanto antes, aunque ya sabes lo mal que se me da la cocina, la que más sabe sobre esto es Ikue, así que posiblemente acabe sólo ayudándote haciendo lo que me pidas, jaja.
– Descuida, se trata de una receta sencilla, así que confió en que podremos hacerla aún sin Ikue.
– ¡Muy bien! En ese caso comencemos.
Eiko pasa a la cocina mientras yo me pongo a pensar en el verdadero objetivo de este día.
Flashback – La semana pasada
Después de haber pasado unos días recuperándose en su casa, Eiko había vuelto a clases la semana pasada como nueva y alegre como siempre.
– ¡Eiko-chan!
– ¡Ikue!
Al verla, Ikue corre con su querida amiga y la abraza bastante aliviada de verla nuevamente de pie.
Ya que se han separado, Sakura y yo vamos con ellas y la saludo también.
– Me alegra mucho que estés de regreso, Eiko ¿Cómo te sientes?
– Como nueva, mucho mejor gracias al descanso que tuve, muchas gracias, Kurara. Lamento haberlas preocupado y no haber estado con ustedes en estos días. Espero que nadie les haya dado problemas durante mi ausencia.
– Descuida, hace mucho tiempo que ya no tenemos problemas.
Y es que desde Eiko colapsó en el salón de clases y vieron lo mucho que nos preocupamos por ella (especialmente Ikue) las demás chicas se nos habían estado acercando poco a poco durante estos días para saludarnos y preguntarnos ¿Cómo seguía Eiko? Y si regresaría pronto a clases.
Eso me sorprendió incluso a mi misma. Al principio pensé que las chicas se alegrarían al ver caer a una de nuestro grupo de abusivas. Supongo que el vernos de una manera tan vulnerable y preocupadas por nuestra amiga, había hecho que empatizaran un poco con nosotras (tal como se esperaría de las refinadas y educadas chicas de Saint Michael's).
E incluso ahora que Eiko regresa a clases, varias de las chicas a las que hemos molestado durante años, se acercan a ella para saludarla y preguntarle como se siente después de su colapso.
Eiko no sabe cómo reaccionar ante toda esta atención, se siente muy nerviosa al tener tantas chicas a su alrededor, pero afortunadamente ahí esta Ikue con ella para agarrarla y sonreírle, felices de por una vez estar conversando con las demás chicas de una manera no hostil.
Ya que suena la campana nos sentamos en nuestros lugares y durante las clases, Sakura y yo observamos como Eiko e Ikue no se separan en ningún momento, incluso conversando durante las clases.
Observándolas tan juntas y alegres de esta manera, me parece algo increíble pensar en cómo es posible que en todos estos años jamás me haya dado cuenta del gran amor que se tienen esas dos.
Después de todo, siempre hemos sido nosotras tres, el trio de villanas de Saint Michael's. Pero ahora que hemos cambiado y estoy con Sakura, por primera vez me doy cuenta del gran amor que hay entre las dos.
"Debo hacer algo por ellas".
Al terminar las clases, la profesora Sarasa nos da tiempo para que nos pongamos de acuerdo para la siguiente fase del festival escolar, y es hay cuando Sakura y yo ponemos en marcha nuestro plan.
– ¿Así que vamos a poner un puesto de dulces? – pregunta Eiko sorprendida.
– Así es, y para ello, creemos que sería mejor idea si tu trabajas conmigo e Ikue trabaja con Sakura.
– ¡¿Eh?! ¿En serio?
– Pensamos que querrían pasar más tiempo a solas dado que ahora son novias.
– ¿Acaso se pelearon?
Nos preguntan ambas sorprendidas, a lo que les respondemos.
– Para nada, simplemente creemos que si queremos sacar este proyecto adelante, será mejor que no pasemos demasiado tiempo a solas juntas, porque… bueno, ya saben.
Esto último lo digo algo sonrojada lo cual ambas captan de inmediato y también se sonrojan.
– E-Esta bien, no necesitan explicar más jaja.
– Supongo que es lo que pasa cuando el amor es joven jaja.
Comentan ambas tratando de ocultar su sonrojo.
– De acuerdo, entonces ¿Qué es lo que haremos?
– Bueno, para empezar…
Sakura y yo les comenzamos a explicar el plan para el festival escolar, sin llegar a contarles en ningún momento el verdadero objetivo de separarlas una de la otra.
La primera parte del plan, ha funcionado.
De vuelta al presente
Así, después de habernos puesto de acuerdo para vernos el fin de semana, Eiko llega a mi casa para ponernos a trabajar en nuestra parte del proyecto.
– Muy bien, entonces ¿Qué es lo que tenemos que hacer?
Pregunta Eiko después de amarrarse un mandil a la cintura y ponerse un gorro para cabello en la cabeza.
– Haremos una simple receta de hornear galletas con chispas de chocolate. No debería tomarnos mucho tiempo.
– ¡De acuerdo! Tú sólo dime que hacer y haré lo que sea, Kurara.
– D-De acuerdo, por ahora comencemos preparando la masa para las galletas. Junta un poco de harina, agua y azúcar en este molde en lo que yo parto el chocolate, por favor.
– ¡Seguro!
Eiko hace de inmediato lo que le digo y mientras comenzamos a preparar las galletas, mi hermana mayor, Inatori Rushia, baja de su cuarto para saludarnos.
– Hola Kurara, y buenas tardes… ¿Eiko-chan?
– Así es ¿Qué onda, Rushia?
– Es "Rushia Onee-chan" para ti ¿O ya olvidaste que yo las cuidaba a ambas desde que eran niñas? Ahora que lo pienso, Kurara me contó que estuviste enferma. ¿Ya te sientes mejor?
– Como nueva. Estamos preparando galletas para el festival escolar.
– Y ¿Sólo están ustedes dos?
– Así es.
– Ara, ahora entiendo el aire tan extraño. Casi no te reconozco.
– ¿Lo dices por el delantal y la gorra para el cabello?
– Podría serlo, casi nunca vistes algo como eso, pero más bien lo decía porque no veo a Ikue a tu lado ¿Dónde está? ¿Acaso no es ella la que sabe cocinar de las tres?
– Así es, pero ella esta en casa de Sakura ayudándola a hacer chocolates – le contesto.
– Ara, ya veo. Bueno, no las interrumpo más. Avísenme cuando las galletas estén listas para venir a darles el visto bueno.
Antes de irse, Rushia toma una de las barras de chocolate de la cocina, por lo que le reclamo.
– ¡Oye, devuelve eso! Las necesitamos para las galletas.
– Seguro puedes conseguir más, buena suerte.
Dicho eso Rushia regresa arriba a su cuarto mientras va comiendo su chocolate.
"Ya verá al rato en el baño cuando me vengue".
Una vez a solas me pongo a pensar en lo que Rushia dijo. Hasta a ella se le hizo raro ver a Eiko sin Ikue a su lado. Debo hacer algo para que Eiko se comience a dar cuenta de sus sentimientos hacia Ikue, pero ¿Qué puedo hacer?
"¿Quizás funcionará si le platico un poco sobre mi relación con Sakura?" Supongo que no pierdo nada por intentar, así que le platico.
– ¿Te platiqué que el otro día salí con Sakura al parque? Fue muy divertido.
– Oh ¿En serio? Que bien por ustedes.
Me contesta con una sonrisa inocente. Debo seguir presionado.
– También el otro día fuimos a la plaza, al centro comercial y también hemos pasado mucho tiempo a solas juntas en la escuela.
– Lo sé, lo he visto, las dos se ven muy felices juntas.
– Sí, así es.
No esta funcionando, parece que realmente no tienen ningún interés en hablar de lo romántico conmigo. ¿Será que no me tiene tanta confianza?
Decido ser un poco más directa con ella, aunque tampoco demasiado para que no se de cuenta de mis intenciones.
– Me alegra mucho que ya te sientas mucho mejor, Eiko. Ikue estuvo muy preocupada por ti durante todos estos días.
– Sí, lo sé.
– Todos los días, Ikue llegaba preocupada diciendo "Ojalá Eiko se recupere pronto, quiero ver que regrese a la escuela y vuelva a ser la misma de antes" y esas cosas.
– ¿En serio?
– Sí, de verdad te extrañó mucho.
– Mmmhh…
Aunque no lo dice, veo que Eiko comienza a incomodarse un poco con la conversación. Empiezo a pensar que quizás toqué un tema sensible para ella, pero no puedo echarme para atrás. Así que le pregunto.
– Y tú ¿También extrañaste a Ikue los días que estuviste en casa?
– Seguro, aunque ayudó mucho que fuera a visitarme a mi casa.
– ¿Uh? ¿Ella fue a visitarte?
– Así, todos los días ¿No se los dijo?
– Ninguno. De haberlo hecho, habríamos ido con ella también para visitarte.
– Gracias, me alegra mucho escuchar eso. Aunque también... me alegró mucho pasar esos días con Ikue. De verdad... alegraba mucho mi día cuando la veía llegar.
– Eiko-chan.
Antes de que pueda preguntar algo más, veo como Eiko aprieta su puño y con unas pequeñas lágrimas en su rostro, me confiesa.
– Parece que la preocupé demasiado ¿No es cierto? Lamento mucho haberla hecho sentir así, yo en verdad no quería…
Claramente esta muy molesta consigo misma por haber hecho preocupar a Ikue de esa manera, por lo que antes de que pueda decir algo más, voy con ella y la abrazo por la espalda para calmarla.
– Tranquila, Eiko, no pasa nada. Ya estás mejor e Ikue también esta muy contenta de que te recuperaras, así que no te preocupes tanto por ella. Seguro que si fue a visitarte todos estos días, es porque realmente le importas... y mucho. Demasiado diría yo.
– Kurara... sí. Ella realmente... es muy buena. Es mucho mejor que nosotras dos – comenta siendo consciente de las maldades que hemos hecho en el pasado.
Ya que se ha recuperado, le paso un pañuelo para que se limpie y le digo.
– ¡Ya sé! ¿Qué te parece si le preparas una tanda especial de galletas a Ikue? Como agradecimiento por haberte cuidado y preocuparse el tiempo que estuviste enferma ¿Qué te parece? Seguro que eso la alegrará mucho.
– Sí, claro...
Contesta en principio sarcástica a modo de broma como suele hacer. Pero al ver que hablo en serio.
– Espera ¿Lo dices en serio? Quiero decir... claro que me encantaría hacerlo, pero… ya sabes que no soy muy buena en la cocina, y ella…
– Tranquila, Eiko, te ayudaré, confía en ti.
– Kurara – ya con sus ánimos de siempre recuperados, me responde – ¡De acuerdo, vamos a hacerlo, Kurara! Preparemos una tanda de galletas que alegren mucho a Ikue.
– De acuerdo.
Ya con sus ánimos recuperados, Eiko hace lo que le digo con más ganas que nunca, ahora ya no tanto motivada por hacer lo que le digo, sino ahora motivada por algo mucho más fuerte, algo que aunque quisiera, ni siquiera yo podría controlar.
Aunque no se de cuenta de ello, ahora Eiko está siendo motivada por el amor.
