Su día no hacía más que empezar y ya había pasado por carrusel de emociones, de haberlo sabido que su día seria de ese modo no se habría levantado de la cama para empezar. Ni que decir del chicle masticado adherido a su pantalón, traía entre ceja y ceja al amigo de Chloe quien recién se unió a su grupo a tomar clases en el Colegio Françoise Dupont, ¿Cómo se llamaba?

Ah, sí, Adrien Agreste.

Aquel rubio de ojos verdes fue la inoportuna mancha que marcillo su pantalón junto las chirriantes risas burlonas que venían detrás de este.

Si Chloe lo ínsito o no, Marinette no se preocupó por averiguarlo, simplemente se haría a la idea de que sería otra piedrecilla en el zapato.

Hablando de Agrestes, había uno resguardándose en su casa, quizás si le preguntaba sobre Adrien le ayudaría a maquinar en mejores maneras de tratar con él en lugar de simplemente averiguarlo por cuenta propia.

Tal idea la hizo sonreír a sus adentros incluso cuando el incidente termino con ella creando una barrera entre ambos. No obstante, esta se ensancho en la realidad en plena clase de miss Bustier al saber que Félix no podría negarse si quería que su secreto siguiera a salvo.

Tampoco es como si lo fuera a delatar en primer lugar—jugueteo con su lápiz el cual pasaba distraídamente entre los dedos.

Sus ojos se enfocan en Adrien por tensos segundos, luego los regresa al pizarrón intentando recuperar su foco de atención a la clase cosa que seguía fallando hasta que en un rato más después de tanto intentar, lo consiguió.

Lástima que apunto demasiado poco como para considerar repasar el tema en algún futuro no muy lejano, si lograba complementarlo con lo de Alya, tal vez, puede que tal vez, no esté del todo perdido, aunque para eso habría que esperar a conseguir la libreta de Alya primero.

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Cuando Iván volvió a ser akumatizado recibió otro golpe de realidad, entre esas sus deseos de no volver a ser Ladybug y perseguir a Alya sin demasiado éxito en su casi frenética lucha de que no saliera a grabar con su celular a corazón de piedra que no espero en reanimar a su ejército delante de la extasiada mirada de Alya.

No eran muchos, pero Marinette no podía dejar por olvidado que si el número del ejército de piedra fue menor de lo contemplado se lo debían a la intervención de Chat Nebuleux que fue captado y grabado por algún intrépido ciudadano que no titubeo en subirlo a las redes.

De cualquier modo, aun así, seguirían siendo un problema, y sin la posibilidad de delegar el papel de heroína a Alya no vio más alternativa que orillarse de la vista de todos sin ser detectada con tal de transformarse y posteriormente salir disparada a la acción.

—¡Cuidado!

Una voz familiar resonó, siendo el de Chat Noir que habiendo hecho uso de su báculo intercepta con una patada giratoria al carro de policía con tal de desviarlo de su trayectoria original. En la dirección donde salió el vehículo volando se encontraba Chat Nebuleux con Alya detrás suyo y su respectivo báculo por de frente el cual parecía haber sido utilizado de trampolín.

Marinette estaba segura que en algún punto esos dos realizaron un organizado trabajo en equipo, pero ahora con ella integrándose estaban obligados a cambiar de estrategia.

—¿Te encuentras bien? —al ser el más próximo a ella, Chat Noir pregunto

—Si—asiente Marinette debajo de su disfraz moteado habiéndose sacudido la impresión de ser interceptada por un carro de policía que ahora que reparaba en este se encontraba vacío independientemente de los fallos internos que pudiera tener—Gracias por la salvada de ahora gatito.

Chat Noir por su lado sonríe satisfecho, cuanto Chat Nebuleux abandona a Alya y recoge su báculo con tal de reunirse a la par de ellos.

—Igual me alegra que estes bien Ladybug, sin embargo, aún hay que encargarnos de aquel desastre andante—apunto con la cabeza Chat Nebuleux en dirección a estrafalaria torre parisina.

Marinette parpadea antes de mirar donde Chat Nebuleux apuntada, Chat Noir no tardo en imitarle.

—Oh, ese desastre—comenta Chat Noir como si no representara un problema imposible de solucionar, luciendo bastante confiado al respecto—En ese caso, será mejor que partamos pronto.

—Ya era hora, se me estaban durmiendo los pies de tanto esperar a que se decidieran.

Y tras otro corto intercambio de palabras desalojan el improvisado punto de reunión.

Al estar decididos a terminar con corazón de piedra, unos más que otros, saltos, volteretas, no se hicieron esperar, evitar quedarse atascados con los cables de luz, era parte de su travesía, y en lo que cabe el lugar ideal donde se podía hacer cardio siempre y cuando no ocasionaran algún tipo de destrozo.

En el trayecto Chat Nebuleux aumentaba o disminuía la velocidad, y eso a Marinette le pareció un tanto peculiar, en primera instancia uno pensaría que se debía a que aún no se acostumbraba a sus poderes, pero a medida que se concentraba más en él, parecía que se entorpecía a si mismo con tal de encajar con los inexpertos pasos de ellos.

La pregunta era, ¿a qué se debía tal entorpecimiento?

Quería preguntarle aun sino era el lugar ni el momento para hacerlo, pero temía que se lo tomara a mal y acabara por apartarse, un equipo de tres eran mejor que solo de dos con el peligro constante de que cada quien luchase por cuenta propia.

—¿No les recuerda a ustedes a la película de Godzilla? —comentó Chat Noir de la nada, cansado de permanecer en silencio.

—Un poco—Marinette siente el aire acariciarle el rostro—Me sentiría mas tranquila si esto no fuera la vida real.

—Con la escandalosa hija de papi si lo creo—contesto Chat Nebuleux siguiéndole la corriente—Sus gritos me descalabran los oídos, lo siento por la otra chica prisionera, tendrá que soportarlo hasta que la rescatemos.

—Miauch, que no te oigan, esa es la mismísima hija del alcalde Bourgeois… Además, seguro ella no es mala persona, solo le cuesta hacer amigos.

—Seguro—Chat Nebuleux se esfuerza por no rodar los ojos, Marinette suponía que su reacción se derivaba tras oír el relato de Iván el día anterior y no porque en realidad conociera a Chloe de algún lado—Cuidare mis palabras y comportamiento con ella.

—Bien, bien dejemos esta platica para después, ya estamos por llegar—cuela Marinette un oportuno anuncio justo a tiempo ya que durante su aterrizaje se toparon con los helicópteros, la policía y el alcalde Bourgeois frente a la Torre Eiffel. El tan solo pisar el mismo terreno que ellos imponía un peso sobre ella, aunque estos no eran conscientes de su llegada.

El corazón le latía con fuerza debido a la adrenalina presente, iba abrir los labios, ante el insano impulso por trazar un plan sobre la marcha a sabiendas de que ambos felinos la escucharían sin rechistar. No así, de repente se halla corriendo con tal de atrapar entre sus brazos a Chloe que es arrojada por corazón de piedra cansado de escuchar las exigencias del alcalde Bourgeois. Una parte de Marinette no le agrado ser la encargada de rescatarla, así que cuanto se aseguró de la rubia no se lesiono durante la caída la libera de su agarre.

Creyó haber oído un "no prometí nada" por parte de Chloe, pero hasta eso, se sacude la corta confusión que le provoco, en su lugar va con los oficiales y el policía a cargo Roger Raincomprix que aun con el brazo roto no vacilaba en estar al frente de un adversario que los superaba tanto de tamaño, ni que decir su composición rocosa o la abrumadora fuerza con la cual sin el menor esfuerzo podía destrozarlos.

—¡Alto!, no le disparen, saben que eso lo hará peor.

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Ladybug era más que solo una torpe adolescente indecisa debajo de esa mascara, su actuación inicial no había sido la más idónea, pero tampoco se esperaba que lo fuera, después de todo ella y Chat Noir estaban aprendiendo sobre la marcha; poseía fallos como cualquier otro, flaqueza, debilidad, nada diferente a alguien que se enfrenta a situaciones muy por encima de lo que cree que es capaz de soportar. No así por debajo de eso se encontraba escondido un prometedor potencial que todavía no era capaz de despertar del todo.

Desde su inicial encuentro Félix se había percatado de ello solo que contaba con sus dudas al respecto. No fue hasta ese momento que bajo la guardia que se dio cuenta que la del traje moteado no le perdió el hilo cuando se le olvidaba que contaba con compañeros y estos todavía no eran capaces de igualar su ritmo.

No se lo hizo saber, pero Félix al ser del tipo observador, pudo darse cuenta por cómo se contenía en preguntarle si al caso no lo estaban entorpeciendo dado lo tenso que se mostraba con anterioridad en querer solucionar el caso del akuma de una vez por todas. No así, fingió no comprender su obviedad tallada en el rostro al sentir que era la vía más viable dadas las circunstancias, además de que se sentía en la obligación de no ser el encargado de robarles el trabajo a aquel par, menos si el potencial por despertar de Ladybug podría crear el efecto domino sobre Chat Noir.

Poco le importaba ser el que se quedara atrás.

Si de algún modo se convertía más en una especie de apoyo que podían llamar de en vez en cuando, podría dejar de preocuparse de que lo insistieran en darle cierto grado de protagonismo cuando él no pensaba habitar Paris por demasiado tiempo.

Después de todo vivir en Paris no formaba parte de sus planes.

—Tengo un plan a diferencia de ustedes, háganse a un lado—denegó Roger con movimientos de brazo exagerados desechándolos prácticamente con desdén, aunque prácticamente se dirigía más hacia Ladybug cuanto ella lo corta de cometer semejante tontería de que le dispararan a corazón de piedra—Dejen que los profesionales se hagan cargo, ustedes fallaron.

Félix aun sino era visto por estar más concentrados en Ladybug entrecerró los ojos duramente ante la falta de neuronas del uniformado, cuestionando la falta de madurez que este demostraba al ponerse al tu por tu con un adolescente con superpoderes al cual ya no le veía ningún tipo de utilidad. Conocía a los de su tipo, en el pasado le toco lidiar con aquella calaña de bastardos, el presenciarlo en Paris de nueva cuenta no menguaba su irritación hacia ellos.

Eso no quitaba el hecho de que las palabras de Roger Raincomprix fueran hirientes a tal punto que maximizaban el error de Ladybug como si fuera lo peor de lo peor.

Es un hipócrita en toda la expresión de la palabra—Félix retiene el impulso de sobarse las sienes, estaba a nada de que le doliera la cabeza.

Ojalá le cayera un rayo o lo que sea aquel cabeza dura, sino apuntaría amenazarlo con un cataclismo de por medio.

—Tiene razón—Ladybug se giró a verlos al sentirlos cerca, y Félix creyó verla tambalearse, que el corazón de ella dolía y que una ansiedad desconocida le estaría robando el aliento—Si hubiera capturado el akuma de corazón de piedra la primera vez, nada de esto hubiera pasado. No soy la indicada para este trabajo—se cubre el rostro con ambas manos como si fuera el único lugar donde pudiera desmoronarse.

—No, se equivoca—Chat Noir coloca su mano sobre el hombro de la heroína conduciéndola a mirar con sus propios ojos al alcalde y su hija felizmente reunidos—Sin ti, ella no estaría aquí, y sin nosotros—coloca la otra mano en el hombro restante provocando que Ladybug centre su atención en él—No lo lograrían.

Y ni soñaran con lograrlo, Félix podría asegurárselos, sino lo exteriorizo fue porque arruinaría el momento, su idea era más que lo descubrirían con el tiempo.

—Solo hay que demostrárselos—oye a Chat Noir continuar y con eso el interés sobre la sobre la futura reacción de Ladybug domino por encima de las punzadas que Roger les enviaba—Así que confía en nosotros, ¿de acuerdo?

—Yo…—Ladybug tomo una respiración profunda aun procesando las palabras de Chat Noir viendo entre su conmoción aquel par de ojos verdes rasgados—De acuerdo—aunque esta fue bastante momentánea para la tranquilidad del superhéroe y de Félix por igual pese a que no lo manifestó del todo, menos cuando corazón de piedra comienza a toser sin control y de su boca sale una infinidad de mariposas moradas tomándose solo unos segundos en reagruparse en un singular rostro masculino de aspecto tenebroso.

—Habitantes de Paris escuchen con atención, soy Hawk Moth—hablo la cabeza flotante a nada de que su akumatizado cayera de bruces completamente inerte sobre el basto suelo de metal.

—Por fin te muestras bastardo—Félix mantuvo su mano sobre la base de su báculo presto ante cualquier indicio de confrontación aun si solo se trataba de una imagen barata y parlante del supervillano.

—¿Hawk Moth? —pronunciaron a la vez Ladybug y Chat Noir mientras el sonido de los helicópteros acercándose a la cabeza no se hicieron esperar como el hecho de la imagen que ellos veía lo verían los parisinos a través de sus televisores.

—Ladybug, Chat Noir y Chat Nebuleux entréguenme sus miraculous, los aretes de la creación y los anillos de la destrucción, ya le hicieron suficiente daño a esta gente inocente—demando el portador del miraculous de la mariposa, usando como base el terror ocasionado de excusa con tal de provocar sentimientos de culpa en los jóvenes superhéroes.

Pero en su lugar Ladybug aplaude mientras avanza hacia el frente—Buen intento Hawk Moth, pero sabemos quién es el chico malo aquí, no vamos a cambiar los papeles. Sin ti, ninguna de estas víctimas se hubiera transformado en villano.

De acuerdo, eran muchas sorpresas el día de hoy, si Ladybug decía que descubrió donde se encontraba el One Piece Félix se lo creería. Si buscaba a Chat Noir con la mirada…no, sin ni siquiera buscarlo ya se daba la idea su profunda fascinación por la valentía y determinación de la catarina.

Como sea—suspira Félix sacudiéndose la cuenta de las veces que era sorprendido antes de que se le ocurriera a su cerebro caer en la misma corriente que su compañero felino.

—Hawk Moth—Ladybug se detiene enfatizando el nombre del villano—No importa cuánto tardemos, pero te vamos a encontrar y nos entregaras tu miraculous—señalo para posteriormente correr a medida que mecía su yoyo y daba varios saltos hasta dar en una barra de metal que uso de trampolín donde sale disparada de lleno a la torre—¡Es hora de terminar con la maldad!

Y sucedió, el yoyo fue lanzado tal proyectil, no una, sino varias veces en un vaivén contra las mariposas ante la constante negativa que salía de los labios de Hawk Moth y la mirada asombrada además de expectante del alcalde, Chloe Bourgeois, los oficiales y Roger Raincomprix.

—Ahora nuestro policía Roger no tendrá cara con que mostrarse frente a la coccinelle—comento Félix a propósito luego de colocarse codo a codo con el rubio el cual sufre un ligero bote ante la pronta cercanía.

Su intensión al mencionarlo venía relucirse en dos partes, la primera en despertar de su ensimismamiento a Chat Noir y la segunda era por el afán de burlarse con tal de desestresarse al no ser llamado aun para la acción.

—¿Eh?, si claro—Chat Noir parpadea—Tendrá que hacerlo aún sino la tiene—sentenció

—Eso solo reforzara mi pensamiento sobre él.

—¿A qué te refie? —

—¡Déjenme hacerles una promesa! —exclama Ladybug desde la Torre Eiffel sin ser consciente que eso implicaría distraer a Chat Noir de su pregunta inicial y le ahorraría Félix una detallada explicación sobre su severa examinación sobre el tipo de persona que era aquel incompetente policía que minutos atrás sacudía su único brazo ileso sin control, pero no le ahorraría su tranquilidad si lo involucraban en esa promesa, menos si millones de ojos la veían y oían su habladuría sin perder cada detalle de ello—¡No importa quien intente lastimarlos!, Ladybug, Chat Noir y—

Por favor que no me mencione, que no me mencione—cruzo los dedos mentalmente Félix.

—¡Chat Nebuleux harán todo para protegerlos!

Y al abrir la compuerta secreta del yoyo y liberar en el proceso las mariposas anteriormente moradas Ladybug sella la promesa en una onda explosiva blanca. En las casas y en cualquier lugar donde los parisinos se resguardaban vitoreaban contentos ante tal hazaña, casi en coro los que lo presenciaban en persona le seguían.

Félix en cambio se froto el puente de la nariz exasperado al verse comprometido de verdad como Chat Nebuleux por aquella tonta promesa heroica. Iba a soltar un par de improperios al respecto dentro de su ya de por si agitada cabeza suya cuando algo todavía más absurdo y empalagoso resonó logrando que sus azules de tonalidad grisáceos se abrieran más de lo usual.

Musitó Chat Noir en su fase de tonto enamorado —Woah...A la chica que este detrás de esa mascara la amo tanto.

—Y yo moriré de diabetes por tu culpa sino te controlas—masculló echándose andar no soportando quedarse a su lado, además de evitar cualquier contacto visual que comprometiera su salud mental—¡Estas por tu cuenta gatillo torpe!

—Gatillo… ¿torpe? —Chat Noir repitió por inercia tardando unos segundos en ser consciente de que una había sido agarrado de comidilla, y dos, a Chat Nebuleux no le importo abandonarlo a la menor oportunidad—¡Chat Nebuleux espera!

¿Esperar y quedarse quieto viendo su cara en vergonzosas condiciones?, no gracias, escogía mil veces pelearse con akumas a eso. Pronto lo escucho siguiéndole el paso, así que Félix no relajo su carrera donde Ladybug aguardaba; la velocidad a la que iban era promedio por lo que no se agito, y tampoco lo noto agitado, aunque si bastante competitivo al respecto como si de repente ser el primero fuera una especie de reto a superar.

Le gustaba su entusiasmo, pero, ahí estaba el, pero, esa atracción inmediata por esa coccinelle ocasionaba que se descuidara a sí mismo y los que estaban a su alrededor, y prueba de ello era su tardía reacción cuando se le adelantaron; quizás podría pasar esta, pero si su enamoramiento temprano empeoraba no estaba seguro de ser tan amable con él a la siguiente, menos si sufren bajas durante la caza de akumatizados y todo lo que conllevaba a partir de eso.

Apenas se reunieron en el inconfundible equipo de tres, corazón de piedra se hallaba finiquitando una conversación con su titiritero, de ahí partió, la verdadera batalla por ser el vencedor en cuanto la persona prisionera en aquella grotesca mano conformada de rocas se agitaba desesperada por ayuda.

El suelo tembló cuanto este se reincorporo y Félix no tuvo más que esforzarse demás para no trastabillar, sus compañeros trataron de imitarle mas no corrieron con la misma suerte así que no tuvieron otra alternativa que volverse a levantar luego de que les tendiera ambas manos.

Hubo intercambio de miradas, más nadie se atrevió a comentar nada aun si existiera la posibilidad de comentar sobre cualquier cosa que se les cruzara por la mente. Félix por sí mismo no comento lo incomodo que le parecía dicha acción, por lo que se apresuró a cortarlo segundos antes de que el golem de roca escalara sobre una de las bases de la torre Eiffel y lanzara un llamado a su leal ejército de akumatizados, estos en respuesta repitieron desde uno de los extremos la acción de su líder.

Chat Noir se soltó de su agarre ante la constante vibración con tal de ver la cantidad de enemigos con los que lidiarían y posteriormente girarse exponer la situación desventajosa en la que estaban.

—Estamos rodeados, ¿Qué hacemos?, ¿Cómo atacamos?

—Sabemos dónde está el akuma—recordó Ladybug sintiéndose repentinamente liberada, fría y desprotegida de la mano que le sostenía segundos atrás, aunque esta sensación extraña la paso a segundo plano tan rápido que su corazón y sus emociones ni siquiera alcanzaron a asimilarlo.

—En su puño cerrado, ahí donde lleva a Mylene

—Y es ahí donde hay que concentrarse—atino Félix hasta que su expresión se ilumino al reparar en la obsesión del golem sobre la víctima en cuestión—Hay que usar ese punto a nuestro favor, en…—

—En otras palabras, hay que unirlos, ya que son el uno para el otro—completó Ladybug adelantándose dramatizando la frase enlazando sus manos y pegándolas a su mejilla derecha con aires fantasiosos de un romance que no tardarían en estallar—Solo que todavía no lo saben—apunto risueña a Chat Noir antes de expulsarse fuera de la conversación con ayuda de su yoyo rumbo a la superficie de la torre.

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Adrien no comprendía la extraña cruza de ideas de sus compañeros, pero si las cosas iban a ser así de ahora en adelante confiaría en ellos, a su punto de vista eran los que analizaban antes la situación ya sea en combate o no, aunque su lady tendía a realizar estrategias un tanto rebuscadas, desconocía si Chat Nebuleux iría por las mismas y si con tal de vencer a su adversario elaboraría un plan más complejo y rebuscado que el anterior. Dios, pensar en eso le colocaba la piel de gallina, por otro lado, tampoco le causaba tanta gracia al descubrirse algo celoso de no ser el único en sobresalir a los ojos de la avalentonada catarina, por lo que tan pronto como lo detecto lo desecha pensando que no era el momento ni el lugar de enfrascarse en esa clase de pensamientos.

Y no se equivocó en lo más mínimo ya que, aunque fueran unos segundos, tardo den seguirle el rastro a Ladybug, más en esta ocasión Chat Nebuleux no se le adelanto, sino que espero a que se colocara en marcha. Quiso agradecerle, pero por el constante movimiento que desempeñaban en su ascenso a la parte más estrecha de la torre tuvo que posponerlo, de igual forma ocurrió cuanto pisaron "tierra" y no tardaron en ser rodeados por el ejército de golem además de ser prácticamente obligados a cubrirse los oídos por el ensordecedor grito de su líder.

Vaya combo exasperante.

Si salían vivos de esta en definitiva se lo agradecería más tarde, claro si es que no se le olvidaba o se le ocurría volver a llamarlo gatillo torpe con el afán de molestarlo.

—Ella debe contar con un plan para unirlos—masculla Chat Nebuleux con bastón en mano listo para contrarrestar cualquier ataque.

—Pensaba que tu contabas con alguno bajo la manga—le devolvió Adrien imitando su acción en automático.

—Lo tengo, pero eso implicaría gritarle el plan a Ladybug si me niego a que te quedes con toda la carga de los golem.

—Acaso... ¿Es muy elaborado?

—Posiblemente—el de cabello más largo se encoge de hombros.

Adrien niega con la cabeza ante aquella simpleza pasando a buscar de reojo a la única chica del grupo con el afán de preguntarle cuál era su plan—¡¿Como planeas unirlos más de lo que están?!

Ladybug que estaba en la punta de la torre con los ojos puestos en corazón de piedra acuclillada le oye perfectamente pese a la distancia—¡Usando nuestros poderes! —lo dijo como si fuera lo más evidente del mundo—¡Amuleto encantado!

Simple y sencillo, era lo que se escuchaba, pero la realidad era otra y Adrien lo sabía aun sino veía el elemento que emergió del estrafalario yoyo, lástima que el acabo por descuidar su guardia y uno de los golem aprovecho esa apertura para agarrarle del tobillo y lanzarle con la misma.

El mundo giro, y de repente Chat Nebuleux se mostraba como un borrón escurridizo que toreaba a dos seres de roca, luego de alguna forma ágil Adrien pudo recobrar su movilidad en el aire para colgarse de una de las bases adheridas de la torre y realizar una acrobacia que lo mando arriba de esta a la par que recuperaba su bastón y su único pensamiento fue averiguar cómo usaría Ladybug su amuleto encantado.

—¡¿Sabes lo que haces?! —otra pregunta bastante obvia pero efectiva a su parecer.

—¡Lo averiguaremos muy pronto!

Y otra respuesta muy simple recibió en su lugar, más en esta ocasión Adrien pudo contemplar que cargaba con un paracaídas en la espalda que simulaba las alas contraídas de una catarina.

Luego le siguió una más envuelta de un movimiento zumbante y circular del yoyo. Podía parecer frío, pero no lo era, en cambio se entendía quién sería su desafortunada victima por lo que no demoro en ser proyectado hacia este en un lanzamiento certero que lo rodeo.

Ingenioso—pensó Adrien admirado al ya comprender que en cuestión de nada le tocaría ser el segundo en usar su cataclismo, sin embargo, una pequeña parte de él sintió culpa al recordar que deliberadamente le soltó la carga más pesada a Chat Nebuleux—…Él no me odiara por soltarle toda la carga del ejército de piedra, ¿verdad?

¿Verdad?

Ahora era definitiva que no importaba que le llamara gatillo torpe, le compensaría más tarde.

—Su mano, prepárate—avisa Ladybug siendo ahí que la segunda parte de su estrategia entro en función al tirar del hilo de su yoyo, y con tirar hacía que ambos objetivos se fueran uniendo en un cálido e inusual beso según lo previsto.

Habría sido conmovedor de haber sido otro tipo de historia, o al menos eso creía Adrien antes de que este en reacción soltara a Mylene que desesperada se aferró a uno de los dedos de corazón de piedra permitiendo con eso que el objeto donde se alojaba el akuma cayera. Adrien lo sigue en una mortal caída, de haber sido una persona ordinaria no la contaría, más eso ahora no importaba, sino que durante la caída se encargó de redirigir el objeto a Ladybug y segundos más tarde enterrar su bastón en uno de los huecos de la torre.

Ladybug lo recibe con éxito y destroza el objeto en cuestión liberando con ello el akuma y a Chat Nebuleux de seguir lidiando con el ejército de piedra, esta vez ella estaba plenamente firme en no escapar a la mariposa más el grito de Mylene cayendo y el horror plasmado en Iván que no se quedaba atrás de su princesa torció sus intentos desesperados por remediar su error.

—¡Chat Noir o Chat Nebuleux encárguense de Iván! —ordenó cuando ella se lanzó de picada en rescate de Mylene.

Fueron instantes, pero Adrien al estar mar cerca opta por ser el héroe del adolescente antes de que su agitado compañero sea el encargado de adjuntarse esa carga adicional y le terminase por odiar todavía más.

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—No sabía que ir a la escuela tan fuese "agotador"—una voz conocida la recibe desde el mostrador junto al sonido de charolas apilándose.

—Ni yo que no huyeras en tu primer día de trabajo—responde Marinette devuelta cerrando la puerta tras de sí alzando dirigiendo su mirada al frente, pese a que no lo decía en serio le gustaba el movimiento constante dentro de la panadería—Debes estar muriéndote del cansancio después trabajar codo a codo con mi papá.

—No es tan agotador como parece—el rubio la contradijo en lo que terminaba de acomodar—…De cierta forma mientras me enseñaba sentí como si mi padre volviera a vivir a través de él—pensó, desviando sus ojos hacia ningún punto en particular por cortos instantes antes de llevarse las charolas a su lugar—Aprendo algo nuevo y eso es lo importante.

—Si, lo es—Marinette noto que en el corto silencio que hubo Félix se había apagado momentáneamente y de inmediato se obligó a continuar su conversación con normalidad—El olor a masa molida, mantequilla y demás, te despertaran el apetito sino tienes cuidado—intento que el ambiente no se volviera incomodo, más si una fibra que ella desconocida fue movida por aquel inicialmente despreocupado intercambio de palabras.

—Madame Sabine tambien me lo advirtió—Félix se encoge de hombros habiendo quedado de espaldas—Pero me dijo que no pusiera demasiado énfasis a eso de momento—al final se quitó el delantal prestado, el cual por más que se ciñó a su cintura era evidente que no le favorecía por los intensos nudos que realizo para que los tirantes no se le enredaran entre las piernas.

—Si te lo dijo es por algo, ¿no lo crees?, mi mamá es una persona muy sabia—Marinette juega con los tirantes de su mochila—Escucharla no te hará ningún mal.

—No, pero el peso que he estado manteniendo hasta ahora correrá peligro.

Marinette abrió la boca con intensión de preguntarle si era en serio que se preocupaba por mantener su línea, pero da un bote al observarlo girarse de repente indicándole por medio de señas que estorbaba el paso, lo cual era bastante cierto ya que detrás de la puerta había una persona esperando a ser atendida y no pudo darse cuenta de eso hasta que se giró a corroborarlo.

Apenada no ve mas que ser ella en recibirlo y tratar con él como si jamás se hubiese despegado de la panadería. No había sido complicado, después de todo conocía cada rincón de su entorno y su manera de abordarlos era bastante similar a la de sus padres exceptuando los pequeños desperfectos que sacaba a relucir. Félix no la interrumpió en ningún instante, sino que la dejo desenvolverse y ser él quien aprendiera a través de ella.

Marinette no se dio cuenta de ello hasta que la intensidad con la que era observada peso demasiado sobre su frágil y tenso cuerpo. No supo porque, pero volteo a verlo a sabiendas de que existía la enorme probabilidad de que no le preguntaría la razón por la que no apartaba su atención de cada movimiento o palabra que decía, sin embargo, pronto su cabeza dio un clic al recordar que Félix no estaba ahí para perder el tiempo como cualquier otro joven, sino que su ocupación era la de un aprendiz de panadero y por ende Marinette se encontró en la lista de personas de las que Félix se encargaría de aprender.

—¿Q-Qué paso?, ¿acaso es esta otra forma de molestarme? —logro articular apenas un pequeño rubor se asomo por sus mejillas contra su voluntad.

—¿Te molesta que preste atención tu trato al público? —Félix responde a través de otra pregunta interesado en que pensaran que le molestaría de nueva cuenta.

—Y-Yo…—Marinette se sintió un poco nerviosa de repente—Un poco, ¿quizás? —se apresuro a abandonar el mostrador—Solo no estoy acostumbrada a que aprendan de mí, si eso es todo lo que me vas a preguntar paso a retirarme.

—¿Qué tan?...

—¡Nos vemos! —parte Marinette sin darle margen a continuar, y no se la daría ni hoy, ni mañana y por el resto de los días hasta que el tema se borrara de la mente del británico.

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