Agosto

"Agosto es el mes donde las despedidas se convierten en promesas, y los nuevos comienzos florecen en el corazón."

Qué divertido que siempre que pensaba en agosto, lo relacionaba con aeropuertos. Obviamente, había tomado aviones en otros meses del año, pero si lo pensaba bien, agosto era el mes con más visitas al aeropuerto. Recordaba que un agosto se había despedido de Daphne Hastings en un aeropuerto. Un agosto había acompañado a su jefe, Simon, a un aeropuerto. Y ahora, estaba en el aeropuerto de Melbourne esperando a que Phillip llegara con sus dos pequeños sobrinos.

El bullicio del aeropuerto era el mismo de siempre: maletas rodando, anuncios por altavoces y despedidas entre lágrimas o sonrisas. Pero para ella, esta vez era diferente. Esta vez, era una bienvenida.

Hace un par de días había despedido a Colin, justo ahí mismo, y ahora estaba esperando a que el único pedazo pequeñito de su familia viniera a visitarla. Llegó a la puerta de salida para los vuelos internacionales y, mientras esperaba, su celular vibró con un mensaje de texto. No necesitaba verlo para saber quién era: Eloise. "Pen, ¿ya llegaron? Recuerda que mañana tenemos museo a las 8 a.m. Avísame si necesitan hacer algún cambio. Mantenme informada de todo. EB"Sonrió. Eloise siendo Eloise.

"¡Tíaaaaaa!" gritó Oliver, corriendo a toda velocidad mientras Amanda lo seguía con la misma emoción. Penélope apenas tuvo tiempo de prepararse antes de que se le lanzaran encima como un par de torbellinos.

"¡Mis niños!" Se arrodilló para abrazarlos y besarlos con una sonrisa enorme y levantó la mirada para saludar a Phillip, quien llegaba conteniendo la risa ante el desorden de sus hijos.

"¿Segura que quieres quedarte con estos dos alborotadores por un mes?" preguntó Phillip con una ceja levantada y una sonrisa burlona. "Porque si cambias de opinión, yo feliz me devuelvo en el próximo vuelo."

Amanda y Oliver le sacaron la lengua a su papá y Penélope rio a carcajadas.

"Cállate, fastidioso." Se rio mientras lo abrazaba. "Amo el ruido que vienen a hacer en mi vida. ¿Qué les parece si vamos a comer pizza mientras me cuentan cómo les fue en el viaje?"

La verdad es que la próxima vez que volteó a ver el teléfono era tarde, muy de noche. Los chicos ya estaban dormidos y ella no podría mantener los ojos abiertos por más de dos minutos. Alcanzó a enviarle un mensaje a Colin con un escueto: "Te amo, ¡los niños van al museo mañana!" Y ya, el cansancio no la dejó hacer más nada.

"Señora, déjeme rectificar: ¿los tickets para el estanque de pelotas son para un adulto y dos niños?"

"Sí, por favor." Penélope respondió con una sonrisa encantadora y resignada. Ahí estaba ella, comprando boletos para que Amanda y Oliver disfrutaran del estanque de pelotas… con Eloise.

Siempre había sabido que su mejor amiga tenía energía ilimitada, pero este nivel de conexión con los niños nunca lo había visto. Eloise, con su risa contagiosa, había conseguido que los dos pequeños se encariñaran con ella en tiempo récord.

"Listo, torbellinos." Les dijo a los tres. "Ya pueden quitarse los zapatos y tirarse en el mar de pelotas de colores."

"Eloise, estoy muy seguro de que no vas a poder contra mí." Dijo Oliver con una sonrisa ladeada. "En casa yo era el mejor en la guerra de pelotas."

"Cállate, Oliver, que sin mí no ganarías nada y aún no sé si estoy contigo o con Eloise." Replicó Amanda. Oliver la vio con cara de ofensa.

"Y yo puedo comprarle un gran e inmenso helado de muchos sabores a quien esté en mi equipo." Respondió Eloise retadora, sonriendo y haciéndole un guiño a Amanda.

"¿Y me dejas maquillarme contigo?" preguntó Amanda, tratando de hacer algún tipo de negociación.

"Y te llevaré de compras para que tengas un brillito de labios parecido al mío." Concretó Eloise.

Oliver ahogó un grito de derrota. "Si mi papá estuviera aquí, seríamos él y yo contra ti y mi hermana. Como una batalla familiar."

Penélope suspiró. Eloise la sorprendía muchísimo. Estaba actuando como si fuera la mamá de esos niños que acababa de conocer. De lejos, era como si les imprimiera vida.

Un texto de Colin interrumpió su pensamiento: "Entrando a una reunión importantísima. Te amo. ¿Cómo estuvo el museo?"Esto de que Tailandia estuviera cuatro horas atrás hacía que fuera más difícil coincidir con él. Si bien habían logrado textearse, entre los niños y el trabajo de Colin, no había escuchado su voz en más horas de las que hubiera querido admitir. Suspiró de nuevo. "Te amo y extraño mucho más. Todo perfecto en el museo, ahora piscina de pelotas. ¿Estás seguro de que Eloise es una persona adulta?" Dos check marks, pero ninguna respuesta. Suspiró otra vez. Ojalá Colin llegara pronto.

Al llegar al apartamento, se encontró con que Phillip había organizado todo y hecho la cena. ¡Qué eficiencia de primo político! Sonrió.Los niños le contaron todos los detalles a su papá y entre los tres lo hicieron comprometerse al picnic que Eloise había planeado para el próximo domingo.

"Creo que Eloise es el nombre más popular en esta casa." Dijo Phillip, sentándose en el sofá una vez que los niños se quedaron dormidos.

"Sí, no sé cómo lo logró, pero la forma en la que esos niños conectaron con ella fue asombrosa." Le dijo Penélope con una sonrisa. "Tienes que conocerla. Es una persona con muchísima energía, pero tan firme, de convicciones tan profundas y reales. Y luego verla con los niños, con tanto amor, como una niña más… mi mejor amiga es la mejor."

"Mis hijos no son fáciles, Pen, lo sabes. Les cuesta portarse bien, les cuesta conectar con la gente por todo lo que pasó con Marina, con mi hermano… y nunca los había escuchado hablar de nadie como los escuché hablar hoy de Eloise. No creo que hablaran así de mí siquiera… Claro que necesito conocer a Eloise. La admiro."

Penélope rio. "Jajajaja, la vas a amar, lo sé."

Sancionó la conversación ofreciéndole un vino, sintiendo que, de alguna forma, agosto traía consigo más que despedidas: traía nuevas historias que apenas comenzaban.

El domingo llegó con un sol radiante y un cielo despejado, el clima perfecto para un picnic. La brisa cálida movía suavemente las copas de los árboles, y el parque estaba lleno de familias disfrutando del día. Penélope llegó con los niños primero, cargando una manta grande y algunos bocadillos, pero cuando vio a Eloise acercarse, comprendió que su amiga había llevado la idea de picnic a otro nivel.

Eloise traía consigo una canasta que parecía demasiado grande para un solo día. De ella sobresalían baguettes envueltas en papel de estraza, un termo inmenso con limonada casera y un par de frascos con mermeladas de colores vibrantes. Amanda y Oliver soltaron una exclamación emocionada al ver la cantidad de comida y corrieron hacia ella: "¡Eloise!"

Creo que podríamos alimentar a medio parque con todo lo que trajiste —comentó Penélope, riendo mientras le ayudaba a colocar las cosas sobre la manta.

La comida es la clave de cualquier gran reunión —respondió Eloise con una gran sonrisa—. Y si sobra, pues cena para todos.

Cuando intentó levantarse después de dejar la comida en la manta, se enredó con ella y casi cae pero unos fuertes brazos la sostuvieron y sorprendida volteó a ver y quedó perdida en un par de ojos avellanas profundos que la veían con sorpresa.

Penélope y Nancy se miraron complices cuando después de un par de segundos, Eloise y Phillip seguían en la misma posición, como perdidos en ellos mismos. Reaccionaron únicamente cuando escucharon a los niños reírse cerca de ellos.

Oh! Lo siento mucho! – dijo Eloise evidentemente sonrojada

Phillip sonrió. – Mucho gusto, Phillip Crane

Eloise Bridgerton- le respondió y se dieron la mano, y de nuevo fue mágico.

Realmente el dia estaba siendo cada vez mas maravilloso y sorprendente. Penélope estaba realmente disfrutando de la situación, ¿Cuántas veces Eloise les había dicho, a ella y a Nancy sobre que no creía en la química instantánea? Y ahí estaba ella.

Lo que comenzó como una conversación casual sobre la comida que había preparado Eloise se transformó en un diálogo fluido, casi hipnótico, como si fueran viejos amigos poniéndose al día después de mucho tiempo. Phillip parecía genuinamente fascinado con la facilidad con la que Eloise hablaba de cualquier tema, desde historia hasta películas infantiles. Si le preguntaran a ella, justo verlo a el era lo que mas le sorprendia, no es que el fuera inaccesible, pero era reservado, y no conectaba fácilmente con las personas. Sin embargo, ahí estaba, riéndose con Eloise como si se conocieran de toda la vida, se veía como 20 años mas joven, si es que eso fuera posible. Eloise, por su parte, se mostró intrigada por la vida de Phillip y los niños, preguntando con interés sincero sobre sus dinámicas familiares, sus gustos y experiencias.

¿Qué opinas de eso amiga? – le dijo Nancy

Estoy tratando de no hacerme ilusiones pero realmente amaría que surgiera algo ¿ y tu que crees?

Estoy tan enamorada de Julian que amaría que mis mejores amigas fueran tan felices como yo – respondió Nancy con una sonrisa tierna en su rostro – sé que tu no te cambias por nadie ahora que estás con Colin y amaría que Eloise experimentara por fin este tipo de amor

Amarían eso, no podría estar más de acuerdo con Nancy. Phillip era como su hermano y Eloise, también. Dos de sus personas favoritas en el mundo ¿Juntos? Sería un sueño. Y nunca estarían mejor Amanda y Oliver que con Eloise, quienes a propósito ya venían corriendo desde el lago, ella genuinamente alcanzó a creer que hacia su dirección pero no, pasaron por su lado directo a Eloise y Phillip.

¡Eloise! ¡Eloise! – le dijo Oliver, tienes que venia a ver unos patos con sus bebes paticos

Si Eloise – dijo abrazada a su papá - ¡Vamos a verlos todos juntos! ¡Vamos Papi!

Y los vio juntos, amaba la foto que se hizo en su memoria, Eloise con Oliver de una mano, sonriendo como tonta y Phillip viéndola fascinado, con amanda en sus brazos caminando hacia el lago y de verdad deseó que ese fuera el futuro de su amiga, feliz, lleno de amor y brillante.

Tengo que tomarle una foto a esto y enviársela a Julian, acaba de decirme que muere por ver a Eloise con niños.

El cambio de tema fue drástico y tuvo que parpadear para entender la idea que le surgió en la cabeza ¿Nancy y Julian se estaban texteando durante la reunión?

Amiga pero ¿Julian y Colin no están en una importante reunión que no puede ser interrumpida? – le preguntó y no le gustó el vacío que sintió

Si, pero Julian ha estado texteandome todo el tiempo, creo que porque Colin está allí el se da el lujo de distraerse conmigo – Dijo Nancy con vergüenza reflejada en su rostro.

Ojala Colin se distrajera también con ella. Lo extrañaba un monton. ¡Vuela Agosto! Pensó, necesito que mi amor también esté aquí conmigo.