DISCLAIMER: Los personajes de The Loud House y Spider-Man no me pertenecen. Son propiedad de sus respectivos dueños y cualquier uso que se les dé aquí no busca remuneración alguna. Esta historia está escrita con fines lúdicos.
J0nas Nagera: Darcy tiene una enfermedad terminal y le queda poco tiempo de vida, por ello Lisa está tan desesperada por curarla, lo que la llevará a utilizará métodos cuestionables. Conozco tres historias con la misma temática que estoy utilizando aquí, entre ellas "La niña que murió amando a spider-man", muy desgarradora, por cierto.
GylmarGeniusCat: Siempre se me hizo gracioso que en las distintas adaptaciones de spider-man jamás hagan mención respecto a que Peter Parker y Spidey tengan la misma voz, supongo que sencillamente la gente no es capaz de relacionar a ambos individuos como uno solo por lo distinto que actúan, al igual que la mayoría de allegados a Lincoln que no pueden visualizarlo como spider-kid, se les hace imposible y eso nubla su juicio, por lo que descartan toda pista y hecho obvio. Spider-man está dispuesto a hacer sacrificios por los que ama, pero no puede aceptar el dolor cuando son sus seres queridos los que se tienen que sacrificar, algo que a Lincoln también le ocurre. Desgraciadamente hay sucesos en la vida que ni un superhéroe ni una súper genio pueden controlar. Conozco tres historias con esta temática y estoy tomando elementos de todas ellas para este arco, entre ellas la que tú mencionas. Lisa está tan enfocada en encontrar una cura para Darcy que eso la llevará a utilizar métodos cuestionables, lo que aprovecharé para introducir a un villano.
Alphared45667 y Pedro Alonso Buby Huayanay Zam: se me hizo poco original contar el origen de spider-kid en el primer capítulo, así que comencé con un héroe en proceso de construcción pero que ahora recordará su origen, lo que lo ayudará a replantearse sus razones para ser spider-kid.
Capítulo 11: ¡Orígenes! Parte 1
-Tendréque ocultar mi nombre y otros detalles Darcy (para ustedes lectores no) pero te hablaré de cómo fue que obtuve mis poderes:
Pizzas, hamburguesas y papas con doble queso, sándwiches de mantequilla de maní, jalea y mostaza, helados de pistacho, vainilla y chocolate. Apenas y podía creer todo lo que había en la mesa, la saliva se me hacía agua de tan solo ver aquel manjar frente a mí, sin pensarlo un solo momento, comencé a devorar como si no hubiera comido en toda mi vida. Los padres de mi mejor amigo, lejos de molestarse por mi falta de modales en la mesa, me miraban al igual que Clyde con una sonrisa:
- ¡Lo siento! - me disculpe sonriendo sin recordar que tenía la boca llena de comida, por lo que no debió ser la imagen más agradable de ver.
-No te disculpes Lincoln, ¡hoy es un día especial y podemos hacer una excepción! - contestó el señor Howard con una sonrisa.
- ¿Y seguro que no necesitas nada más? - preguntó Harold.
- ¡No se preocupen!, mis padres ya acondicionaron mi habitación para que pueda regresar-
Intenté decir aquello con la mayor tranquilidad posible, pero pude ver como los señores McBride apretaron sus puños con furia contenida, su relación con mis padres no había quedado en los mejores términos y yo lo sabía bien. No quería que el ambiente se tensara, pero era casi imposible que eso no ocurriera, aunque los padres de mi amigo sabían bien que yo ya no quería hablar del tema:
-De cualquier forma, puedes venir cuando gustes a la casa o quedarte a dormir- dijo el señor Harold.
-Eres como un hermano para Clyde y un hijo para nosotros, considérate un miembro de esta familia- añadió el señor Howard.
Sus palabras me hacían sentir apreciado, ellos eran como una segunda familia para mí, de hecho, si era muy meticuloso, quizá convivía más con Clyde que con mis hermanas, sobre todo en los últimos meses ya que…. el sonido de un teléfono llamo mi atención de inmediato:
-Ustedes disculparan, pero debemos regresar al trabajo- mencionó el señor Harold para después salir con Howard de la casa a toda prisa.
Industrias McBride llevaba la delantera en cuanto a innovación tecnológica, los papás de Clyde cada vez tenían más trabajo y era comprensible, pero aquello le afectaba a Clyde, quien tenía sus labios apretados en una línea fina:
- ¿Quieres ir al arcade? - pregunté en tono bajo.
Clyde asintió y ambos fuimos juntos al arcade, llevarlo en su silla de ruedas era algo complicado las primeras veces, aunque con el tiempo me fui acostumbrando, Clyde estaba frustrado por no poder caminar aún, trataba de entenderlo pues no debía ser nada fácil estar atrapado en una silla de ruedas sin poder desplazarte de forma libre y depender de otros, pero yo estaba seguro de que pronto volvería a tener movilidad en sus piernas ya que el tratamiento que le administraban sus padres estaba teniendo buenos resultados, aunque era un proceso lento. Estábamos cerca del arcade cuando pude distinguir a la distancia al grupo de bravucones de nuestra escuela, ¡rayos!, si no era ya suficiente con soportarlos en la primaria, ahora nos los encontrábamos en la calle:
- ¿Qué tal si venimos después Clyde? - sugerí con una risa nerviosa.
No crean que era un cobarde, es solo que…. siempre fui un enclenque, jamás vencí a mi hermana Lynn en las luchas, no me llamaban la atención los deportes y por eso nadie me quería en su equipo durante las clases de educación física, no tenía ningún músculo en el cuerpo y mis brazos parecían dos delgados fideos que se romperían al más mínimo esfuerzo. Intente alejarme con Clyde, quien parecía asustado de que nos descubrieran, lamentablemente, por muy sigilosos que fuéramos, un chico en silla de ruedas y otro de cabello blanco eran muy llamativos, por lo que en cuanto los bravucones nos vieron comenzaron a perseguirnos. Empuje la silla de Clyde con toda mi fuerza y comenzamos a movernos, aunque la distancia entre los bravucones y nosotros cada vez se acortaba más y más, yo me estaba quedando sin aliento y pequeños calambres comenzaron a atacar mis pantorrillas:
- ¡Déjame Lincoln!, estoy seguro de que a mí no me harán nada y tú podrás escapar, solo soy una carga para ti- me dijo Clyde al ver que cada vez íbamos más lentos.
-Ace Sevvy nunca abandonaría a alguien que lo necesita, ¡sujétate bien! -
Era algo arriesgado, pero no había otra forma, un plan poco racional se formuló en mi cabeza más rápido que nunca antes, cambie la dirección en la que iba la silla para que nos acercáramos a una bajada:
- ¿Estás loco? - me gritó Clyde.
-Literalmente mi apellido es Loud-
La silla de ruedas fue adquiriendo mayor velocidad por lo que con un poco de dificultad logré montarme en su parte trasera antes de que me dejara, ambos caímos a toda velocidad, el viento golpeaba mi rostro despeinando mi cabello y obligándome a entrecerrar los ojos, además de miedo, debo confesar que estaba emocionado:
- ¡No quiero ver!, ¡no quiero ver!, ¡no quiero ver! - repetía una y otra vez mi copiloto tapándose los ojos.
Esos tontos nunca nos atraparían, o al menos así hubiera sido si una llanta de la silla de Clyde no se hubiera salido de su lugar, provocando que cayéramos de cara en el pavimento, ¡ahora sí estábamos en problemas!, la adrenalina corría por mis venas y lo único que tenía en mi mente en ese momento era poner a salvo a Clyde, por lo que lo cargué y comencé a correr hacia un pequeño callejón en donde pensé que podríamos escondernos, por desgracia mis suposiciones no se cumplieron ya que terminamos acorralados en un callejón sin salida, el pánico se empezó a apoderar de nosotros y cuando intenté regresar por donde habíamos entrado, mi miedo se hizo realidad: Chandler y sus amigos bloqueaban nuestra única salida. Mi respiración era agitada, mis rodillas temblaban y mis brazos me ardían, pero tenía una idea clara en la cabeza; no permitiría que lastimaran a Clyde. Chandler adquirió una pose de pelea y yo intenté imitarla, aunque por la risa de sus amigos debí verme muy ridículo y poco amenazante. Chandler comenzó a provocarme y después de decidirlo, me lancé hacia él, tal vez no le ganaría, pero al menos no se iría ileso. Llevaba años fastidiándome y aquella furia me dio el coraje para atacar. ¡Mala elección!, el ya preveía que yo hiciera eso por lo que logró derribarme al suelo fácilmente, cuando reaccioné, sus amigos me obligaban a levantarme jalándome de mis adoloridos hombros mientras me instaban a seguir peleando a menos que fuera un cobarde, sus comentarios golpeaban en lo más profundo de mi orgullo, sabía que no tenía por qué demostrarle nada a nadie pero quería por lo menos una vez en mi vida vengarme por las humillaciones de Chandler, así que apague mi uso de razón e hice caso a mi instinto primitivo, apretando mis dientes y volviendo al combate. A pesar de mis esfuerzos, Chandler volvió a derribarme;
- ¿Aún quieres pelear? - me preguntó con un obvio tono de burla.
Quizá creyó que ya no me levantaría y una voz en mi interior me instaba a quedarme en el suelo, pero mi sangre hervía, por lo que tomé desprevenido a mi rival y me levanté tan rápido como pude al mismo tiempo que le propinaba un golpe con toda mi fuerza en su cara de chico popular. Pero después de aquello, en vez de aprovechar su confusión inicial para continuar atacándolo, mi cuerpo se paralizó por alguna razón, tiempo que aprovechó para recuperar la compostura y limpiarse la poca sangre que salía de su labio inferior por motivo del golpe. Vi en ese momento como su mirada se tornó en una de odio total y se dirigió hacia mí en una avalancha de golpes y patadas tan rápidas que mi cerebro simplemente no era capaz de procesar, lágrimas de rabia y frustración amenazaron con salir de mis ojos, pero no sería un Niño llorón, no me permitiría darles otro motivo para que se burlaran de mí, mientras Chandler me golpeaba, mi mente no dejaba de regañarme por no haber aceptado las clases de defensa personal a las que Lynn me había invitado tiempo atrás, serían muy útiles en esta situación. Poco a poco mi cuerpo comenzó a adormecerse y mi cerebro me exigía relajarme a pesar de la tunda que me estaban propinando, poco a poco cada uno de mis músculos adoloridos ya no lo hacían. Clyde suplicaba que me dejaran en paz e incluso pude distinguir como uno de los amigos de Chandler intentaba convencerlo de que ya era suficiente escarmiento, pero él sencillamente no se detenía, Chandler me tomó por el cuello de mi camisa y cuando estaba a punto de darme el golpe de gracia, alguien lo sujetó de la muñeca para impedir que me golpeara:
-Escuchen, será mejor que se alejen de aquí o les dejare las caras tan irreconocibles que sus familias tendrán que comparar sus registros dentales para identificarlos, ¿entendieron? - dijo en tono amenazante pero preocupantemente tranquilo Ronnie Anne.
- ¡Ya llegó la morenita a defender a su noviecito!, será mejor que te vayas si no quieres que te dejemos como a Lincoln- amenazó Chandler mientras él y todos sus amigos la rodeaban.
Debía levantarme para ayudarla, no permitiría que la lastimaran solamente porque me estaba defendiendo, pero un punzante dolor en mis costillas me impedía levantarme:
-Cuando lleguen al hospital, ni se les ocurra contarle a mi mamá que quien los noqueó fui yo- dijo Ronnie sonriendo mientras sacaba de uno de los bolsillos de su sudadera una calceta llena de mantequilla congelada con la que empezó a golpear sin piedad a Chandler y sus amigos, quienes huyeron ante su incapacidad de hacerle frente. Inmediatamente vi como su semblante cambió por uno de preocupación mientras se acercaba a mi:
- ¿Estas bien Linc?- preguntó ella.
Para ese instante yo ya no contenía más mis lágrimas, me sentía tan inútil en ese momento, lo menos que quería hacer era verla a los ojos, el peso de mi vergüenza hundía mi rostro. Quería mostrarme como alguien fuerte frente a Ronnie, pero ciertamente me veía totalmente indefenso. Fue entonces que ella empezó a aplicar alcohol con ayuda de una venda sobre las heridas de mi cara, el dolor por el intenso ardor me obligó a verla a los ojos:
- ¿Siempre cargas con un botiquín de primeros auxilios en tu mochila? - pregunté para romper el silencio.
-Mi mamá es enfermera, ¿o ya lo olvidaste tonto? - me respondió con una pequeña sonrisa, aunque su cara reflejaba dolor, pensé que quizá la habían lastimado, pero estaba ilesa.
Al poco tiempo pude levantarme, pero cojeaba de la pierna izquierda, enserio me odiaba a mí mismo por ser tan débil y que otros tuvieran que actuar para defenderme. Comencé a recoger las cosas de mi mochila que habían caído al suelo por mi pelea, o mejor dicho masacre, procurando esconder lo más rápido que pude mis ridículos e infantiles cómics de Ace Sevvy para que Ronnie no los viera. Pude reparar la silla de ruedas de Clyde y los tres nos dirigimos al parque para tranquilizarnos después del incidente con Chandler, llegamos a una pequeña banca de metal a la orilla de un pequeño lago y nos pusimos a arrojar piedras, rompiendo la tranquilidad del entorno. Los tres reíamos como viejos amigos mientras teníamos una competencia, Ronnie siempre ganaba al lanzar la roca más lejos, en poco tiempo Clyde se quedó dormido, el tratamiento que recibía por su enfermedad lo agotaba demasiado, Ronnie y yo seguimos arrojando piedras por unos minutos hasta que ambos decidimos sentarnos inconscientemente un poco lejos de Clyde. Ninguno de los dos decíamos nada, solo nos limitamos a ver el paisaje; los frondosos árboles, los niños jugando y las llamativas formas que adquirían las nubes:
-Así que tienes los nuevos números de Ace Sevvy, pensé que se habían agotado, ¿cómo los conseguiste? - me preguntó ella sin dirigirme la mirada, ¡rayos!, esa niña era muy observadora y me era difícil ocultarle algo, sabía que no valía la pena mentirle.
-Desde que la editorial tomó mi idea sobre "El mazo completo" recibo cada mes los números más recientes…. ¿no me crees un nerd por eso o sí? -
- Tienes buenas notas, nunca rompes las reglas, no te juntas en la escuela con los populares, ¡por supuesto que eres un gran nerd! - desvíe mi mirada de ella ante su respuesta, mejor no hubiera preguntado, aunque ella comenzó a reír, lo que captó mi atención- pero eso no tiene por qué ser malo. ¡Siempre quieres ayudar a las personas, aunque no siempre logres ayudar a todos y esa es una cualidad que todo héroe debe tener! Tal vez vivir en un mundo con súper personas sea imposible, pero ojalá todas las personas fuéramos como tú-
Sus palabras me habían conmovido, mi mamá siempre me dice que constantemente me infravalorarme cuando ciertamente los demás no lo hacían, si eso era cierto o no era una incógnita, pero en el caso de Ronnie ahora veía que se cumplían aquellas palabras, no me importaba lo que opinara toda la escuela de mí, ¡solo me importaba lo que pensara ella!
-Lo que hiciste hace rato fue muy dulce- le dije sonriendo y con la intención de hacerle un cumplido- ¡Ahu!- me quejé ante un golpe que me dio en el brazo.
-No empieces con cursilerías Lincoln Loud-
Ambos comenzamos a reír, sería de los últimos momentos que pasaríamos juntos antes de que….
- ¡Debo irme torpe!, no he empezado a guardar mis cosas para la mudanza- nos despedimos chocando el puño, me quedé mirándola mientras se alejaba corriendo hasta que no pude distinguir su figura en el horizonte.
Ella se iba, ¡se iba de Royal Woods!, no estaba feliz con la idea, pero por lo que veía ella sí, así que no debía enterarse que me dolía el que se fuera, ¡estaría bien en la gran ciudad con su familia! y aquello era suficiente para mí, al menos eso traba de hacerme creer. Tras unos segundos, volteé la mirada hacia donde estaba Clyde, debíamos volver a su casa, pero en cuanto lo hice, no lo encontré dormido, sino mirándome con una gran sonrisa:
- ¿Y para cuándo la boda? - me preguntó con la intención de incomodarme, algo que logró fácilmente.
- ¿No se suponía que estabas dormido? - pregunte cruzado de brazos.
-Ustedes dos se ríen muy fuerte tortolitos-
-Mejor te llevo a casa- dije para cambiar de tema.
-De hecho, Romeo, quería pedirte que me hicieras el favor de llevarme a industrias McBride, olvide entregarle algo a mis padres-
- ¿Y no se los puedes dar cuando lleguen a casa? - preguntó con la esperanza de que la respuesta fuera afirmativa. El lugar donde trabajaban sus padre estaba muy retirado, su casa era la opción más fácil.
- ¡Es algo urgente!, por favor Lincoln-
Todo mi cuerpo me exigía a gritos que descansara, lo único que quería era dormir, desgraciadamente mi corazón de pollo difícilmente me dejaba responder con un "no", más cuando se trataba de mi mejor amigo que había estado a punto de morir.
-Está bien Clyde, ¡vamos! -
Aquella sencilla respuesta sellaría mi vida para siempre…. llegamos a un enorme edificio, por más que veía hacia arriba no alcanzaba a ver dónde terminaba, parecía que su cima tocaba las nubes, era el edificio más alto de Royal Woods. Ya antes había estado ahí, pero siempre que regresaba me quedaba sin palabras. Nuestra ciudad era muy simple si se les comparaba a las grandes urbes del país, pero industrias McBride fácilmente podía competir con los impresionantes rascacielos de Nueva York. Era un gran contraste con el resto de la ciudad que captaba rápidamente la atención de los visitantes. Ciertamente si no fuera porque a los señores McBride les gustaba llevar una vida sencilla y poco llamativa, tal vez Clyde y yo ni siquiera seríamos amigos por pertenecer a diferentes clases sociales. Al ingresar, parecía un niño en dulcería, había muchas personas, yo era del grupo de los que tenían más preguntas que respuestas; había muchas personas que encajaban en el estereotipo de científicos (llevaban bata blanca, un gafete con su nombre y era raro quien no llevara lentes por leer tanto seguramente) y que guiaban grupos que venían de visita de distintos puntos del Estado. Claramente el diseño arquitectónico por fuera y dentro de las instalaciones era una innovación de la ingeniería humana, el ambiente era sutilmente más fresco por dentro que por fuera, el aroma era como el que respiras cuando abres un libro nuevo y siempre había una voz generada por inteligencia artificial que hablaba acerca de qué Industrias McBride era pionera en varias ramas de la tecnología moderna y que apenas se conocían los bordes del potencial humano, haciendo hincapié en que aún faltaba mucho por descubrir. Sin duda, el siguiente paso de la evolución humana vendría de aquel lugar, Clyde debía estar muy orgulloso de sus padres.
-Puedes dejarme aquí Lincoln- me dijo Clyde cuando llegamos a una misteriosa habitación.
Clyde siempre esquivaba las preguntas que le hacía sobre el trabajo de sus padres, aunque debo confesar que mi curiosidad sobre el tema aumentaba día tras día. Pero en aquella ocasión, no me encontraba con ánimos de nada, por lo que solo asentí y me despedí de mi mejor. Tenía mil y una preguntas en la cabeza, pero ciertamente estaba fastidiado por todo lo que había vivido y el hecho de que los pasillos de las instalaciones eran semejantes a laberintos no contribuían a que me relajara. Para empeorar las cosas, mi vejiga estaba llena y debía atender al llamado de la naturaleza cuanto antes, había como 100 pisos en ese edificio, no podía ser tan difícil encontrar un baño cercano, ¿cierto? ¡Falso!, efectivamente, había baños, pero todos de mujeres, al tener diez hermanas, entiendo que se necesiten más baños para damas en cualquier lugar, pero ¡esto era el colmo! Sentía como lo que había sido agua por la mañana presionaba las paredes de mi vejiga produciéndome una necesidad de descargar urgentemente o mancharía mi pantalón. Mire con cuidado que no hubiera nadie en el pasillo que pudiera verme y como si mi vida dependiera de ello entre a descargar como cascada, sin duda era una de las cosas más gratificantes de la vida, solo espero que ustedes nunca hayan tenido que detenerse a mitad del proceso, como en mi caso ya que….,
- ¡Pervertido! -
- ¡Hay un pervertido! -
-No, no, no, yo solo… yo solo-
No pude justificarme ya que varias mujeres comenzaron a perseguirme, no era ni de cerca el mismo miedo que le podía llegar a tener a mis hermanas cuando se enojaban conmigo, pero no enfrentaría su furia, lo bueno de ser un enclenque es que puedes correr muy rápido, por lo que logré adelantarme a mis verdugas y esconderme en una habitación para que me pasaran de largo, solo debía esperar unos minutos para asegurarme que el peligro había pasado y volvería a casa. Estaba tan agitado y la luz era tan poca que no me había dado cuenta que estaba en una habitación no muy grande, pero en donde había varias arañas de diferentes colores y tamaños contenidas en lo que parecían ser pequeños frascos de cristal, ¡seguramente Leni estaría muerta de miedo!, decidí hechas un vistazo, después de todo era amigo del hijo de los dueños, ¿qué me podían hacer?, ¿llamarme la atención? Comencé a apreciar a las arañas, aquellos increíbles organismos vivos que aterraban tanto a la gente, ganándose el tener una fobia para ellas solitas. Jamás había entendido aquel miedo hacia las arañas, eran tan interesantes e increíbles a mi parecer que, si Leni no les tuviera pavor, seguramente tendría una como mascota (como si no tuviéramos suficientes). Me acerqué a lo que parecía ser un pequeño panel de control en donde había una libreta con diagramas de cada una de las arañas en la habitación. Estaba leyendo acerca de una en particular que tenía la habilidad de detectar los peligros segundos antes de que ocurriera, una habilidad a la que la explicación denominaba como "sentido arácnido", pero entonces escuché que alguien se acercaba, creyendo que se trataba de mis verrugas, me puse nervioso y por accidente, en un intento por esconderme, oprimí un botón que empezó a palpitar: poco a poco las arañas cayeron sobre mí, en mi desesperación me puse a apretar todos los botones del panel de control hasta que se liberó un gas que las fumigo a todas, o al menos eso pensé, ya que creyéndome a salvo, no me di cuenta que una estaba caminando sobre mi mano y que después procedió a morderme, produciéndome un dolor que comenzó a expandirse a mi brazo, hombro y rápidamente a todo mi cuerpo, mi mano comenzó a contraerse como si tuviera artritis y el lugar de la mordedura a hincharse, furioso, golpe a la pobre araña la cual solo se estaba defendiendo. Después de ello me sentí mareado, con la cabeza apunto de explotar, además de que me costaba trabajo mantener el equilibrio, una vez por curiosidad me pregunté cómo se sentía estar bajo los efectos del alcohol, pues aquella araña me dio la respuesta, confundido, logré salir de industrias McBride y caminé para alejarme de ahí lo más rápido que podía en mi lamentable estado, no quería que me regañaran por matar a las arañas. Seguramente tenía fiebre y mi vista era borrosa, debía ir a un hospital cuanto antes (o quizá no sobreviviría para una octava temporada de mi serie), mi visión era borrosa por lo que comencé a frotar mis ojos mientras caminaba para poder ver el camino, cuando finalmente mi vista se aclaró noté que estaba en medio de la calle y que un automóvil venía hacia mí a máxima velocidad. No sé cómo lo hice, pero cuando me di cuenta estaba adherido al muro de un edificio cercano, ¿cómo lo había hecho? Sentía en mis manos y la planta de mis pies una sensación semejante a sí pequeñas espinas salieran de mi piel, aunque no era muy doloroso, si era bastante incómodo. El problema ahora era como me despegaría del muro antes de que alguien me viera, intentaba liberarme pero mis manos simplemente parecían como si estuvieran pegadas con una especie de súper pegamento, comencé a tirar con mayor fuerza hasta que finalmente me solté pero iba a caer al suelo, por lo cerré mis ojos pensando que sería mi fin, ¡no había forma de sobrevivir a una caída tan alta!, mis manos se tensaron y entonces algo así como una cuerda salió de mi muñeca y se adhirió a otro edificio, salvándome la vida pero impactándome contra un cartel gigante que promocionaba Flips. Ok, ok, ok, en ese momento yo al igual que ustedes quería saber qué rayos me estaba pasando, pero traía lo que yo imaginaba era similar a una resaca, por lo que solo quería dormir. Llegué a casa y sin dar muchas explicaciones a mi familia y asegurándome de que no vieran mi ojo morado, subí a mi habitación y caí como tronco a mi cama, cubriéndome completamente con mi cobija. Al día siguiente, abrí los ojos y pensé que todo lo anterior había sido un sueño, debía dejar de leer tantos cómics de superhéroes, pero al intentar abrir la perilla de mi cuarto esta se rompió, para confirmar mis sospechas y que no se trataba de una broma de Luan, intenté arrojar una cuerda o telaraña de mi muñeca y tras varios intentos finalmente lo logré, descubrí que requería la presión exacta de mi tercer y cuarto dedo contando desde mi pulgar para no lanzar por accidente una telaraña cuando cerraba el puño. Desde que aprendí a leer cómics y conocía a Ace Sevvy tuve el tonto sueño de convertirme en un súper héroe, obviamente era imposible pero una parte de mi seguía abrigando una mínima esperanza de ello, cada vez que me ponía mi traje de Ace Sevvy me sentía genial y ahora quizá tenía la oportunidad de realizarlo. Comencé a dibujar varios modelos de trajes, quería parecerme a Ace Sevvy y quizá adoptar su nombre, solo me preocupaba que me fueran a demandar por derechos de autor. Aún era temprano, por lo que nadie en mi casa estaba despierto, salvo por Lily que quería que jugara con ella, pero después de sobornarla con una barra de chocolate que tenía guardada en caso de emergencias (uno nunca sabe cuándo la va a necesitar viviendo con diez hermanas lunáticas). Llegue a toda prisa a un viejo depósito de chatarra donde sabía que podría practicar mis nuevas habilidades sin que alguien me viera, pensé que estaría adolorido por el día anterior pero honestamente me sentía genial, como si por mis venas corriera energía de sobra, de hecho, ya no tenía ningún moretón que delatara mi pelea con Chandler. Empecé por dominar eso de adherirme a los muros, debía relajarme para poder despegarme, luego practiqué lo de las telarañas, según la fuerza que ejercía podía variar el tamaño y la forma de la telaraña, tras medio día de práctica logré construir una telaraña con patrones geométricos finos como si una araña la hubiera tejido. Era muy ágil, podía realizar acrobacias como todo un profesional sin mucho esfuerzo, también quise medir mi fuerza y vaya que estaba impresionado, levantaba objetos que antes ni de chiste hubiera soñado con cargar, Lynn estaría celosa si pudiera verme, aunque ella había logrado su condición con puro esfuerzo y yo por el piquete de una araña, creo que no sería muy justa la comparación. Regresaba a casa tras un largo día de entrenamiento con mis habilidades refinadas cuando noté que un camión iba a máxima velocidad mientras que unas patrullas intentaban alcanzarlo sin mucho éxito. Debía intervenir, pero ni siquiera tenía listo mi traje de Ace Sevvy para actuar, sin embargo, no podía quedarme de brazos cruzados sin hacer nada mientras unos lunáticos ponían en riesgo la vida de decenas de civiles, por lo que debía actuar rápido. Había aprendido en los cómics que era indispensable mantener mi identidad secreta no solo para protegerme a mí, sino a mis seres queridos, por lo que necesitaba cubrir mi rostro de alguna manera. Lo que estoy a punto de hacer no es algo que me enorgullezca mucho, pero creo que en aquellas circunstancias es justificable lo que estaba a punto de hacer. Escalé hasta la cima de un edificio y ya en la azotea comencé a tomar "prestados" de un tendedero; un pasamontaña color rojo en el que solo eran visibles mis amenazantes ojos y una chamarra color azul para esconder mi clásica camisa naranja. La ropa aún no se había secado por completo pero era un buen traje casero, caminé hasta la orilla del edificio y dispare una telaraña hacia el otro edificio: el corazón me iba a mil por hora y mi respiración era agitada, había tratado de evitar esto en mi entrenamiento, solo rogaba que la telaraña no se fuera a romper, no soporte la tentación y por una fracción de segundo mire hacia abajo, tiempo suficiente para que el vértigo se apoderara de mí, fue ahí que descubrí mi nuevo miedo a las alturas. Tragué saliva con dificultad y tras un largo suspiro, me lancé sin pensarlo una segunda vez para no arrepentirme, todo mi peso cayó sobre mis brazos los cuales comenzaron a arderme, pero aun así me aferré a mi telaraña con toda mi fuerza, estaba a punto de chocar por lo que lanze otra telaraña y cuando terminó mi miedo inicial, logré desplazarme por los aires con algo de torpeza. Ignorando el pánico que sentía, realmente era sensacional y una experiencia única columpiarme por los edificios y ver a las personas como hormiguitas mientras que mi cuerpo se flexionaba de una manera sobrehumana que, sin mis nuevos poderes, sería imposible para mí. Logré estar por encima de las patrullas rápidamente y después de unos segundos ya estaba arriba del camión, mis pies estaban adheridos a la sección del cargamento para no caer y comencé a gatear hasta llegar al lugar donde se encontraba el chofer, sin embargo, una fuerte punzada en mi cabeza provocó que notara a tiempo y con los ojos tan abiertos como platos que el copiloto asomaba el torso de su cuerpo por una ventana y que había sacado una metralleta para dejarme como coladera, sin importarle que fuera un niño empezó a dispararme, el sonido de las balas provocó que pensara que ese sería mi fin pero entonces me di cuenta que era capaz de esquivar los disparos sin mayor problema, mi cuerpo se movía prácticamente por sí solo pues antes de que mi consciente reaccionara ya estaba fuera de peligro. Aproveche la sorpresa del sujeto para tomar su arma con una telaraña y arrebatársela antes de que se lastimara así mismo o a alguien más. Pero su reacción fue muy diferente a la que yo esperaba ya que en vez de asombrarse por mis habilidades simplemente me sonrió, nuevamente la punzada en mi cabeza o sentido arácnido me alertó y vi que estaba a punto de impactarme contra un puente peatonal, confiando en mis nuevas habilidades, tomé impulso hacia atrás y corrí a toda velocidad para dar un salto en el que sentí como los tendones de mis piernas se estiraban como resortes y así atravesé el puente peatonal con una gran voltereta con la cual llegué al frente del camión aterrando a los malhechores, procedí a lanzar telaraña sobre el vidrio para obstruir la vista del conductor y antes de que chocara, logré construir una red en base a cálculos mentales hechos a las prisas por lo que debía confiar que sería lo suficientemente resistente para detener el camión. Por un momento, la telaraña comenzó a desgarrarse por la tremenda velocidad del tráiler, pero finalmente lo detuvo. Los dos ladrones intentaron escapar sin que me diera cuenta, pero antes de que pusieran un pie fuera del transporte, los envolví en telaraña:
-Tonto mocoso, ¡bájanos de aquí!, ¿acaso no sabes para quién trabajamos? - me gritó uno de los tipos mientras forcejeaba para liberarse.
No estaba seguro de si responderle o no, pero Luan siempre dice que, para romper la tensión en el ambiente, un buen chiste puede animar hasta al más amargado:
-Tranquilos, la telaraña se biodegrada en una hora, tiempo suficiente para que los lleven a una cómoda celda-
Al principio era muy malo para ser sarcástico, pero ahora no (sigue siendo malo para contar chistes, pero actúen como si de verdad les dieran risa):
-Cuando me libere vas a ver desgraciado…- no pudo continuar hablando por que le tape la boca con una telaraña.
-Cuidado con el vocabulario, ¡este es un fanfic para toda la familia! -
- ¡BRAVO NIÑO ARAÑA! - aquel gritó y una fuerte oleada de aplausos me hizo mirar a mi alrededor, donde había decenas de personas rodeándome a una distancia segura, varios sostenían su celular para filmar lo que había pasado.
¡Genial!, yo quería realizar mi primera acción heroica con mi traje de Ace Sevvy, pero ahora todos me llamaban Niño araña, aquel nombre no sonaba muy heroico que digamos, sin embargo, debo admitir que en base a mis poderes ese nombre era más apropiado, aunque no me gustara mucho. Lance una telaraña y me aleje de ahí ya que comenzaba a sentirme hostigado con las miles de preguntas que me hacían las personas, cuya euforia me aturdia. Mientras me alejaba, la gente celebraba y hasta pude oír como me vitoreaba hablando entre sí, aquello me enorgulleció y no pude evitar alegrarme, llegué a un edificio cercano y mis piernas se derrumbaron como una torre de naipes para después dar un gran suspiro de alivio como si hubiera estado conteniendo el aire todo este tiempo.
Llegue a mi casa con un hambre tal que podría comerme un caballo entero, (bueno no tanto), lo único que tenía en la cabeza era asaltar el refrigerador y mientras lo hacía, oí un gran grito de la sala, con un enorme emparedado en las manos, me acerqué para saber lo que ocurría y pude notar que mis hermanas veían el televisor, al principio creí que se trataba de "El barco de los sueños" pero en cuanto vi la pantalla no pude evitar sonrojarme: el encabezado decía "Niño araña detiene persecución y salva a decenas de civiles", se mostraba una y otra vez diferentes grabaciones hechas con celular desde distintos ángulos mi combate contra aquellos delincuentes en alta definición con porras de fondo. Debo confesar que en mi mente me visualizaba a mí mismo más heroico, pero en las filmaciones mis movimientos se veían torpes e improvisados, aunque a mis hermanas no parecía importarles, pues tenían caras de bobas que no despegaban la vista del televisor:
- ¿Están bien chicas? - pregunté dándole una gran mordida a mi emparedado.
- ¿Vieron sus ojos?, ¡parecían tan adorables! - dijo suspirando Leni.
¿Adorables?, ¡nada de eso!, mi mirada era atemorizante, podía infundir miedo a cualquier villano.
-Quisiera que me llevará en sus brazos por toda la ciudad- expresó con una risa perturbadora Luan.
- ¿Qué? - pregunté casi atragantándome con el bocado de mi comida.
- ¿Tendrá novia? - preguntó Lola.
- ¿Novia? - dije alarmado- ¿por qué querrías saber si tiene…
- ¿Cuántos años tendrá? - preguntó Lori.
Estaba comenzando a incomodarme cuando alguien me habló:
-Oye Linc, ¿vas a comerte ese emparedado? - me preguntó Lana.
- ¡Es todo tuyo! - confesé, había perdido el apetito.
Subí a mi habitación y me aseguré de que nadie me siguiera. Después de aquella situación tan extraña, solo me preguntaba una cosa, ¿habría visto Ronnie el video?, no me importaba lo que pensaran mis hermanas, sino lo que opinará ella, me sentí tentado a llamarla para pregúntale, pero seguramente estaría muy ocupada con lo de la mudanza, recordar aquello me llenó de una gran tristeza que ni los elogios en las redes sociales por las acciones de spider-kid me levantaron el ánimo. Me detuve entonces a mirar a la pequeña Rochelle (el huevo que tuvimos que cuidar Ronnie y yo en una ocasión):
-No te preocupes hija, llamaremos a tu madre todos los días para molestarla- dije sosteniendo el pequeño huevo.
Ok, tal vez no sería Ace Sevvy. pero pensándolo mejor, spider-kid no era un mal nombre después de todo. Mis patrullajes en los días siguientes se volvieron más constantes, ayudaba a quien lo necesitara y al ser una ciudad tan pequeña, podía recorrer Royal Woods varias veces al día con ayuda de mis telarañas, no había misión imposible o insignificante para spider-kid. Debo confesarles que Royal Woods ya no es lo que solía ser, los índices de delincuencia e inseguridad se habían incrementado significativamente desde el cambio de gobierno, por ello, me sentía con la misión de hacer que las personas se sintieran a salvo nuevamente, que sintieran que alguien las estaba protegiendo sin importar lo peligroso que fuera. Era el centro de atención en todos los medios de comunicación, ¡la estrella del momento! Mis acciones heroicas generaban sensación entre las masas y mis índices de popularidad y likes aumentaban día tras día, lo sé por qué revisaba las distintas redes sociales a diario una, dos, cinco o hasta diez veces. Ignoraba los comentarios negativos y solo me enfocaba en los positivos, los que aclamaban a su apuesto libertador, cientos de títulos comenzaron a asociarse a la figura de spider-kid. Podía decir sin equivocarme que la vida era buena, spider-kid se había ganado el corazón de la ciudad que ahora podía presumir de ser la única en el mundo que contaba con un súper héroe de verdad, además de que cada vez perfeccionaba más mis habilidades arácnidas, a donde sea que iba, la gente me pedía autógrafos y que me tomara fotos con ellas, me convertí en el ejemplo a seguir de grandes y chicos en un tiempo relativamente corto. Todo tipo de mercancías como juguetes para niños, canciones, ropa, etc, etc, etc. estaban dedicados al chico araña. Yo antes era el impopular incapaz de defenderme solo y a los que quería, ahora era el símbolo que cobijaba a los débiles. Sin embargo, no sabía que pronto me enfrentaría a mi primer súper villano, quien resultaría ser mi mejor amigo.
Continuará….
