DISCLAIMER: Los personajes de The Loud House y Spider-Man no me pertenecen. Son propiedad de sus respectivos dueños y cualquier uso que se les dé aquí no busca remuneración alguna. Esta historia está escrita con fines lúdicos
GylmarGeniusCat: Lori y Bobby siguen siendo novios, la computadora debió haber cambiado la expresión que coloque y hasta ahora que me dices me di cuenta. Lynn Junior quiere mucho a Lincoln, incluso me atrevería a decir que por lo mostrado en la serie en mi opinión son los hermanos más cercanos, Lynn como dice la opening de la serie "con un choque o empujón demuestra su amor" pero a veces ella no sabe medirse y exagera, Lincoln en cambio sabe controlarse más. Le han hecho la oferta a Spider-man de trabajar para la mafia a cambio de dinero en los cómics, que yo sepa nunca ha aceptado o si lo ha hecho es por que lo engañaron, pero tampoco estoy seguro.
Alphared45667: A veces no sabemos qué tan importante puede ser una persona en nuestra vida hasta que sentimos el miedo de perderla. Como en el capítulo "De vuelta allá" donde al final Lincoln reconoce extrañar a Ronnie aunque en todo el capítulo ni siquiera él mismo lo sabía.
J0nas Naguera: Ya extrañaba tus comentarios, la verdad en un principio no tenía planeado mencionar como Lincoln había obtenido sus poderes o si lo hacía sería muy breve, pero después lo pensé mejor y creo que le faltaría algo a la historia si solo me saltaba el origen. Me cuesta mucho describir las peleas, es por ello que a veces son cortas o simples, pero intentaré para las próximas expandirme un poco más en las batallas.
—
Capítulo 21: ¿Negro o blanco?
Spider-kid iba a tomar el dinero pero el Rey cerro bruscamente el maletín en sus narices:
-Un momento arañita, primero debo cerciorarme de que serás obediente: te pondré aprueba este mes, si te comportas, un maletín más grande lleno de billetes será para ti-
El chico miro con molestia al hombre, le daba repulsión tan solo pensar que existían seres humanos a quienes no les importara aplastar a otros si con ello podían lograr sus fines egoístas y lo peor de todo era que muchas de esas personas eran quienes controlaban el poder y dinero en el planeta. Lincoln en verdad quería golpear a aquel sujeto y quitarle el maletín, ¿en serio sería capaz ese sujeto de derrotarlo si ahora tenía el súper traje?. El chico prefirió marcharse de ahí, después de todo, si el rey no cumplía su parte del trato vendría a quitarle aquel maletín aunque fuera a un cadáver, antes de irse, el rey le mencionó algo que impactaría la cabeza del niño, no porque no lo supiera sino por el contexto en que se lo decía:
- "Un hombre que quiere ser bueno entre tantos que no lo son labrará su propia ruina"- el jefe de la mafia hablaba mientras movía unas piezas de ajedrez.
-¿Maquiavelo?- preguntó el pequeño con curiosidad.
-Veo que si les enseñan algo útil en la escuela pública después de todo- el hombre tira una torre de las piezas contrarias a la suyas.
Spider-kid se marchó de ahí pensando en aquella frase, ¿de verdad era posible ser bueno en un mundo corrupto?, ¿se podía combatir el mal con un bien tan débil y mínimo?. O quizá era necesario combatir fuego contra fuego. Probablemente no todo era blanco o negro como el pensaba, tal vez existían tonos grises después de todo. El chico regresaba a su hogar cuando escuchó el grito de su profesora Agnes, quien estaba siendo asaltada. Spider-kid llegó en el momento justo para detener a los ladrones, pero uno de ellos toma a la mujer y la amenaza con un cuchillo cerca del cuello:
-Será mejor que te largues Niño sino quieres que...-
Lincoln no le da tiempo al ladrón de pensar y rápidamente envuelve la mano con la que sujetaba el cuchillo en telaraña, después estampa al ladrón contra la pared:
-¿Alguna vez aprenderán?, cada día estoy más cansado de lidiar con basura como tú- gritaba el peli blanco mientras amenazaba con golpear al ladrón, después de todo, Lincoln estaba seguro de que algún ladrón le había disparado a Ronnie Anne, por lo que era necesario empezar a enviar una advertencia a todos aquellos que se sentían con el derecho de atacar a gente inocente, pero al mirar los ojos del ladrón percibió el mismo miedo que observó en los de su hermana Lynn minutos antes, por lo que decide solo capturar al villano en telaraña para que la policía lo arreste cuando llegue- la próxima vez que te vea no terminarás en presión, sino en un hospital.
Spider-kid le entrega el bolso a su profesora, quien lo toma de inmediato y sale huyendo de el:
-Si quiero que la gente confíe en mí de nuevo debo ir a una de las raíces del problema-
En la casa de Clyde, este practicaba RCP con sus padres:
-Papas ya les dije que spider-kid es un héroe, ¿por que siguen insistiendo en que es un ladrón?- rezongaba Clyde mientras intentaba salvar a un maniquí de práctica.
-Cariño, nosotros más que nadie estamos agradecidos con spider-kid por haberte salvado en dos ocasiones, pero lo vimos claramente robar el acelerador de dilatación temporal del tiempo, esa tecnología en las manos equivocadas podría convertirse en un arma de destrucción masiva- le contestaba Howard.
-Pero papá, recuerdas que durante el último tornado en Royal Woods desapareció nuestro cinturón que permite cambiar de apariencia a voluntad, ¿que tal si alguien lo encontró e inculpó a spider-kid?-
Clyde había postergado innecesariamente esta plática por que tenía dudas de expresarlo a sus padres, pero ayer que spider-kid lo había ayudado a regresar otra vez a la normalidad (aunque él no lo recordaba bien pero para eso servían las noticias) cobro el valor para expresar su hipótesis a sus padres, quienes últimamente pasaban demasiado tiempo en el trabajo y no convivían tanto tiempo con él como antes.
-Cielo, quizá nuestro bebé tenga razón, tal vez nos apresuramos a los hechos, además spider-kid sería incapaz de robarnos, el ayudó ayer a nuestro pequeño a pesar de todo- tomaba la palabra Harold.
-¿Y apenas se dan cuenta?- preguntó con molestia spider-kid, quien se encontraba colgado boca abajo de la pared.
-H...hola- saludaron nerviosos el matrimonio McBride.
-Desde su tonta acusación, mi reputación se ha ido a la cloaca y media ciudad ha intentado atraparme por la recompensa- expresaba el héroe con furia.
-De verdad lo sentimos, esta misma tarde tenemos una conferencia de prensa y nos retractaremos, además de ofrecerte una disculpa pública- mencionaba el señor Howard con terror en sus palabras.
-Esperó que así sea o la próxima vez no lo exigiré de forma tan amable- amenazaba spider-kid a la familia mientras se marchaba de ahí.
Lincoln se sentía terrible por hablarle así a los padres de Clyde, quienes siempre lo habían ayudado y prestaban atención cuando sus padres no lo hacían. Pero si quería limpiar su nombre debía tomar medidas extremas; por lo menos ahora las amenazas habían funcionado y no había tenido que recurrir a los golpes. Aunque lo cierto era que a cada edificio por el que se columpiaba, no podía dejar de ver los rostros de miedo de Lynn, el ladrón, Clyde e incluso Mysterio. También era cierto que Lincoln extrañaba su viejo traje rojo y azul, aquel que su hermana le había hecho con tanto cariño, pero quizá el cambio de traje era lo mejor, así los ladrones le tendrían miedo y tal vez dejarían de robar a los indefensos. El chico comenzaba a desarrollar una visión interesante acerca del respeto, si no lo ganaba con buenas acciones tal vez lo conseguiría a través del miedo y poder, pero sin que la gente lo odie.
El chico regreso a su casa, estaba muy estresado y le dolía la cabeza por el hambre, tan solo quería comer algunos waffles si es que sus hermanas no se los habían comido ya. Pero al llegar vio que sus dos padres lo esperaban muy enojados:
-Lincoln ve y siéntate en el sofá ahora mismo- le ordenó su madre en un tono tan frío que el chico de verdad se asustó.
Los siguientes quince minutos, sus padres se la pasaron regañandolo por el incidente con Lynn Junior, el peli blanco casi estaba seguro que sus hermanas los estaban espiando desde el primer piso. ¿Por que siempre a él le tocaba la peor parte?, ¿porque si él hacía algo lo regañaban pero cuando alguna de sus hermanas cometían un error no le decían nada?, ¿por que no castigaban a Luan por sus bromas o a Lisa por sus experimentos y los daños que provocaban?. Al chico le costaba escuchar lo que decían sus padres, ¿en verdad tenían derecho a regañarlo cuando casi no pasaban tiempo con el?. Lincoln bien sabía que sus padres debían trabajar mucho, mantener a once hijos no es fácil, pero el había notado hace tiempo que era al hijo al que menos atención le prestaban, además de que el siempre tenía que ayudar a sus hermanas con cada una de sus actividades sacrificándose casi siempre por ellas y sus padres jamás le habían agradecido al menos una vez por ello. El peli blanco se perdió en sus pensamiento y comenzó a ignorar a sus padres, al menos hasta que vio con sorpresa que su padre levantó el brazo para golpearlo, Lincoln bien sabía que ningún golpe lo lastimaría, pero por instinto cerró sus ojos y se protegió con sus manos, era la primera vez que su padre le levantaba la mano:
-¡Lynn!- gritó la señora Rita deteniendo el brazo de su esposo.
Lincoln vio cómo su padre tomaba aire y acariciaba su cabeza intentando tranquilizarse, unos segundo después:
-¡Pórtate como un hombre y discúlpate con tu hermana!- ordenó en tono más tranquilo el señor Lynn.
Lincoln se levantó del sofá y comenzó a subir las escaleras con pesadez, mientras lo hacía, escuchaba como las puertas de las habitaciones de sus hermanas se cerraban de golpe. Lincoln finalmente llegó a la habitación de Lucy y Lynn Junior, iba a tocar la puerta pero ¿por qué rayos debía disculparse?, ¿cuantas veces su hermana no lo había golpeado o pateado?, aún tenía cicatrices que ella le había provocado. Sin embargo, fue más su corazón de pollo que su enojo, con resignación Lincoln tocó la puerta de sus hermanas, esperó 1, 2, 5 minutos y no había respuesta. Lincoln se sentó apoyando su espalda sobre la puerta y tras dar un suspiro muy largo:
-Lynn, sé que estás sentada sobre la puerta, por favor abre-
Continuó sin haber respuesta:
-Voy a esperar aquí hasta que estés lista para hablar. No tengo planes para esta tarde, así que tomate el tiempo que necesites pero quiero hablar contigo cara a cara-
Lynn Junior estaba sentada de la misma forma que Lincoln y la única que los separaba era la puerta. La deportista sentía un dolor más grande en su corazón que el que tenía en el rostro, lloraba con la excusa de que el golpe había sido muy doloroso pero lo que en verdad la hacía sufrir era que su hermanito menor la hubiera golpeado. Ella solo quería que su hermano aprendiera a defenderse, a Lincoln siempre lo habían molestado por ser un chico muy ingenuo y pacifico, algo que molestaba a todas sus hermanas pero en especial a ella. Aún recordaba una vez en que:
Flashback:
-¡Linky!, ¡Linky!- gritaba una Lynn de ocho años, quien buscaba a su hermano con desesperación.
Lincoln solía juntarse mucho en el recreo con ella, aunque el no lo quisiera admitir era por que lo molestaban y al lado de su hermana se sentía seguro. Pero en aquella ocasión el peli blanco no había ido con Lynn, por lo que la chica se preocupó y comenzó a buscarlo por toda la escuela, no era muy difícil encontrar a Lincoln por que era el único Niño con el cabello blanco. Sin embargo, su hermanito no se encontraba en ningún salón o en el patio, solo le faltaba un lugar a donde buscar a su hermano pero al que ella tenía prohibido entrar: el baño de chicos, motivo de leyendas y un misterio para cualquier niña de su edad. Por mas vergüenza que la castaña tuviera, se armó de valor y tras algunos reclamos de otros niños por haber entrado,encontró a Lincoln quitándose pintura negra de su cabello con un pedazo de papel.
-¡Lincoln!, ¿qué ocurrió?- preguntó la mini deportista casi gritando.
El chico la volteó a ver, estaba al borde de las lágrimas y tenía las mejillas rojas por la vergüenza:
-Nada...solo intentaba un cambio de estilo- respondió el peli blanco con vergüenza.
-¡No me mientas Lincoln!, ¿quien te hizo esto?- le gritó Lynn mientras lo tomaba de los hombros.
-Fue... fue... Chandler y sus amigos- confesó sin aliento el chico mientras lágrimas de enojo salían de sus ojos.
Eso fue suficiente para romperle el corazón a Lynn. Todos en la casa Loud sabían que Lincoln podía ser muy sensible en lo que respecta a su cabello, no solamente en la escuela sino a cada lugar al que iba la familia la gente hablaba del peculiar cabello de Lincoln, mientras que El Niño solo intentaba ignorarlos o esconderse detrás de sus padres, hermanas o usar una gorra para que no vieran su cabello. Lynn sabía lo crueles que podían ser los niños ya que ella había vivido en carne propia las burlas por no ser la típica niña delicada, pero con el tiempo había aprendido a ignorar los comentarios hirientes haciéndose de una personalidad ruda. Ver a su hermanito así fue suficiente para ella, así que fue directo al salón de arte y tomó dos enormes botes de pintura negra y tras unos minutos de búsqueda encontró a Chandler y sus amigos, a quienes sin pensarlo mucho les vacío la pintura encima de sus cabezas, ensuciando a los niños.
-¡Si vuelven a burlarse de mi hermanito tendrán que vérselas con trituradora y... máquina de dolor!- gritaba Lynn enseñando sus puños.
-¿Qué está pasando aquí?-preguntó cruzado de brazos el director Huggins.
-Director, ¡esa niña grande es muy mala!, nos baño en pintura- lloraba Chandler mientras señalaba a Lynn.
-¿Y por que no le cuentas por qué lo hice?- le gritó furiosa Lynn.
-¡Suficiente! joven Loud, acompáñeme al área de detención- ordenó con tono severo el director.
El director llevó a la pequeña a la dirección mientras Chandler y sus amigos se reían de ella y le sacaban la lengua. Lynn Junior esperaba sentada en detención a que terminara su castigo. Estaba frustrada pero al menos había defendido a su hermano y eso era lo que realmente le importaba. En ese momento escuchó como la puerta se abría, pensaba que era el director quien vendría a seguirla regañando, pero grande fue su sorpresa cuando apareció un pequeño Lincoln de seis años con unas llaves en la mano.
-¡Lincoln!, ¿qué haces aquí?-
-¡Vine a rescatarte del terrible ogro hermana!- gritó con entusiasmo el peli blanco.
-¿Cómo es que conseguiste las llaves de aquí?-
-No subestimes al Niño del plan- contesto con aires de grandeza Lincoln.
La Lynn Junior actual no pudo evitar sonreír tras recordar aquello, aunque al final los atraparon y llamaron a sus padres, el hecho de saber que siempre contaría con su hermanito la llenaba de alegría. Y tras pensarlo, Lynn decidió abrir la puerta para escuchar a su hermano, quien cayó de espaldas por no esperar que su hermana abriera la puerta tan rápido y se quedó mirando a Lynn hacia arriba con una risa nerviosa y luego se levantó:
-Tienes un minuto antes de que te saque a golpes- le gritó Lynn para hacerse la fuerte.
-Escucha, en verdad lamento lo que te hice, no se por que actúe así, supongo que estaba tan desesperado por lo que le ocurrió a Ronnie Anne que no estaba pensando claramente y entiendo que estés enojada y que no quieras hablarme hasta que cumpla la mayoría de edad pero..- decía el chico mirando hacia el suelo para evitar ver a los ojos a Lynn.
Lynn Junior lo veía cruzada de brazos y con una expresión enojada, la chica tomó la puerta y se la cerró en la cara a Lincoln, quien empezó a marcharse de ahí decaído. Pero tras sólo dar tres pasos la puerta volvió a abrirse:
-¡Qué buen derechazo tienes!- dijo Lynn Junior mientras le sonreía a su hermano.
Lincoln volvió la mirada y le sonrió al entender que su hermana lo había perdonado:
-¡Aprendí de la mejor!-
-Pero no lo vuelvas a hacer o te daré una patada en donde nunca podrás tener hijos- amenazaba Lynn en broma mientras le aventaba una almohada a Lincoln.
Lincoln se la devolvió de regreso y ambos iniciaron una batalla de almohadas y después comenzaron a reír como cuando eran más pequeños. Era un momento perfecto para Lynn Junior, pues ahí comprendió que a pesar de que su hermano ya no la necesitara tanto, continuaba amándola y eso jamás cambiaría. Por su parte, Lincoln estaba feliz de tener una hermana como Lynn, que a pesar de ser tan ruda jamás la cambiaría porque se había encariñado con cada aspecto de la personalidad de su hermana.
-Oye Lynn, ¿quieres que juguemos baseball afuera de la...- en ese instante comienza a darle un dolor insoportable en la cabeza a Lincoln que lo hace caer al suelo mientras se quejaba por el dolor.
-Linc, ¿qué tienes?- preguntó preocupada Lynn.
-Nada... creo que solo ha sido un día complicado, iré a tomar una ducha para relajarme- se levantó Lincoln con un poco de dificultad y se dirigió al baño.
Lynn Junior se quedó muy preocupada por Lincoln, jamás había visto esa expresión de dolor en su rostro. Lincoln tomaba una ducha y con cada gota de agua se sentía un poco mejor, terminó de bañarse y comenzó a vestirse con su simbionte. Luego se miro en el espejo y miro con desprecio su cabello blanco recordando cada burla que le había provocado en el pasado y ser el bicho raro a donde quiera que fuera. Si quería darse a respetar no podía permitirse tener ese tipo de cabello, no importaba que sus hermanas lo intentaran consolar diciéndole que el color de su cabello lo hacía especial y que si los demás se burlaban de él era por que le tenían envidia por que el color del cabello de ellos era ordinario. Por lo que decidió tomar un tinte negro que se encontraba entre los artículos del baño y comenzó a ocultar el blanco de su cabeza. Unos minutos después el resultado no era tan malo, de hecho le agradaba.
-¡Lincoln!, apresúrate- lo interrumpió su hermanita Lola, tocando a la puerta.
-¡Bien!, aquí vamos- Lincoln salió del baño y vio que adelante de él había una gigantesca fila compuesta por sus diez hermanas, quienes al verlo, pusieron los ojos como platos extendidos y sus bocas estaban tan abiertas que parecía que tocarían el piso, era tanta la impresión de las chicas que hasta se les olvidó el por que estaban formadas. Ninguna respiraba, parpadeaba o comentaba nada, algo que incomodó un poco al peli blanco (corrección, pelinegro), pero al ver que su hermanita menor era la más confundida, se acercó a ella:
-Lily, ¡soy Lincoln!, me veo distinto pero soy yo- dijo el chico mientras cargaba a la bebe.
Ver a aquel Niño de camisa negra y cabello negro confundía a la pequeña, no se parecía a su hermano pero la voz era idéntica y el amor que veía en sus ojos por ella no había cambiado en lo absoluto. Lo miro por un par de segundo más y después le sonrió con una juguetona risa:
-¡Icon!- dijo su hermana mientras le apretaba las mejillas a su hermano.
En ese instante todas las demás salieron del transe cuál alarma:
-¿Qué rayos le dijiste Lynn?- preguntó molesta Leni.
-¡Yo no le dije nada!, quizá fue Luan con otra de sus bromas tontas- intentó defenderse la deportista.
-A mi no se me había ocurrido una broma así, aunque ahora tengo una nueva idea para el día de los inocentes- dijo la comediante con una sonrisa escalofriante.
Todos los hermanos la vieron con un poco de miedo y después de tragar saliva con dificultad voltearon a ver a Lincoln de nuevo, esperando una explicación:
-Quería verme diferente, eso es todo- respondió algo nervioso el único hermano varón mientras se encogía de hombros.
-Pero ahora no podrás ser nuestro copito de nieve- mencionó un poco decaída Leni.
Al ver que su hermano se estaba incomodando, Luna intervino:
-¡Pues yo creo que ese estilo si rockea!- dijo Luna mientras simulaba tocar la guitarra.
-Bueno yo tengo que ir al baño o habrá un accidente en el pasillo-hablo Lana mientras se colaba al WC.
-¡Oye!, ¡era mi turno Lana!- le gritó enfurecida Lola mientras tocaba la puerta del baño como si su vida dependiera de ello.
Todas las hermanas comenzaron a discutir entre sí para defender el lugar que tenían en la fila antes de la sorpresa de Lincoln. El chico aprovechó para escurrirse hasta su habitación, ya que en serio estaba muy cansado y necesitaba dormir, no le importaba que no hubiera comido nada en el día, los párpados le pesaban demasiado. Sin embargo, cuando estaba apunto de descansar su padre entró a su habitación y lo despertó:
-Campeón, ¡te traje waffles!- mencionó el adulto mientras se sentaba alado de su hijo.
Lincoln seguía un poco avergonzado y enojado con su padre, por lo que le dio la espalda:
-¡Cambiaste tu cabello!, estoy seguro de que a Ronnie Anne le encantará cuando despierte-
-Estoy saliendo con Stella papa, Ronnie Anne solo es mi amiga- dijo con un tono de fastidio el chico mientras volteaba a ver a su padre- espera ¿como sabes lo de Ronnie?.
-Lori me lo contó y quería disculparme por haberte levantado la mano… debí haberte escuchado en vez de gritarte- respondió el adulto sintiéndose culpable.
-Creo que todos necesitamos que nos perdonen de vez en cuando- mencionó en tono tranquilo Lincoln mientras devoraba los waffles que su padre le había traído.
-Tienes razón hijo, aunque también olvidó lo difícil que puede ser para ti ser el único varón entre diez chicas- decía el señor Lynn mientras agitaba el pelo de su hijo- estaba pensando en acompañarte mañana a visitar a Ronnie Anne al hospital y llevarle a su familia mi lasaña especial-
-Pero y ¿el restaurante?-
-Tú hermana Luan y Lori se ofrecieron a atenderlo mientras yo te acompaño-
-¡Gracias papa!, significa mucho para mi!-
-No hay de qué hijo, ahora descansa- se retiró de la habitación el señor Lynn con el plato que antes tenía waffles.
Continuará...
