DISCLAIMER: Los personajes de The Loud House y Spider-Man no me pertenecen. Son propiedad de sus respectivos dueños y cualquier uso que se les dé aquí no busca remuneración alguna. Esta historia está escrita con fines lúdicos.

GylmarGeniusCat: En la historia trato de darles un desarrollo de personaje a todas las hermanas. Me parece que Lori se ha vuelto una mejor persona en las nuevas temporadas de The Loud House. El simbionte provoca que Lincoln actúe de manera irracional y amplifica las emociones negativas de Lincoln, mientras que reduce las cualidades como la paciencia o el autocontrol. Alguien hará entrar pronto en razón a Ronnie, pero ella actúa así más por el dolor que le produce el no poder estar con Lincoln y tener que saber que él ahora tiene a Stella. Cuando tomamos malas decisiones, no solo nos lastimamos a nosotros mismos, sino también a nuestros seres queridos.

J0nas Nagera:

Capítulo 21: Había muchos detalles en las primeras temporadas en los que yo notaba injusticias alrededor de la figura de Lincoln, la dinámica ha cambiado un poco en las nuevas temporadas en ese sentido a mi parecer. A veces repudiamos lo que somos por presión social y en Lincoln esto ocurre al cambiar su color de cabello.

Capítulo 22: El hombre araña nunca mata a sus enemigos, aunque ha tenido la posibilidad en otras ocasiones, a diferencia de otros héroes a los que no les molesta asesinar si la situación lo amerita. Industrias McBride oculta muchos secretos.


Capítulo 24: ¡Una sonrisa gris!

- ¿Po qué? - preguntó un pequeño Lincoln de un año a su hermana Luan, pero ella no le contesto.

Luan estaba muy enojada, su padre jamás la había regañado en sus cinco años de vida, había decidido mirar el televisor para intentar tranquilizarse, pero no había nada interesante en ningún canal, ¡como siempre!, de todas maneras no iba a prestar mucha atención, ya que las palabras de su padre inundaban sus pensamientos, ¡quería estar sola!, ¡quería un poco de paz! aunque pedir eso en una familia con seis hijos era imposible, ya que al poco tiempo noto que su tonto hermanito estaba sentado junto a ella en el sofá. Luan simplemente se limitaba a ignorarlo, no estaba de humor para lidiar con el consentido de la casa, si de por si cuando nació Lynn Junior sus padres ya no le prestaban tanta atención como antes, ahora con el nacimiento del único hijo varón todos estaban maravillados con él, incluso sus hermanas se peleaban para ver a quien le tocaba cuidarlo. Luan no entendía qué hacía tan especial a aquel bebé, simplemente era un enano que tenía cabello blanco como el de su abuelo, ¡nada más! Era un bebé común y corriente, gracias a él sus hermanas ya no querían jugar más con ella. Y ahora su pequeño rival estaba junto a ella, intentando entender los chistes de la película que se transmitía en televisión. Luan no soportó más y se fue corriendo a su habitación, donde pensaría que ese niño la dejaría en paz.

-Señor Cocos ¡ya no lo aguanto más!, está en todos lados, ¡solo quiero que las cosas vuelvan a ser como antes de que él naciera! -

Luan inició un diálogo con su muñeco ventrílocuo, quien comenzó a regañarla por pensar en esas cosas. Al final del día era su hermano y no importaba lo hostigoso que pudiera ser. El monólogo fue interrumpido por la risita de un bebé, quien tenía una gran sonrisa con un hueco entre sus pequeños dientes de leche. Lejos de molestarse como otras veces por que el bebé hubiera invadido su privacidad, Luan estaba sorprendida de que lo hubiera hecho sonreír, jamás había logrado que sus hermanas se rieran sinceramente por sus chistes. Pero aquel pequeño estaba frente a ella sin poder dejar de reír, jamás lo había notado, pero su hermanito tenía la sonrisa más hermosa del mundo, una risa que llenaba su corazón de ternura y alegría. El bebé se sentó en el piso con sus ojos llenos de ilusión, esperando a que su hermana continuará su acto con el señor Cocos y aplaudiendo con sus pequeñas manitas. Poco después, ambos estallaban en carcajadas, tratando de cubrir sus bocas para no hacer mucho ruido, pero ver que el otro intentaba sin éxito dejar de reír, no lo hacía nada fácil. Pronto ambos lloraban de la risa mientras se abrazaban, el resto de las hermanas llegó por el ruido y las conmovió profundamente la escena, Leni tomó una fotografía para congelar el momento y después Luan realizó su acto de ventrílocuo, pero en lugar del señor Cocos, era Lincoln quien ocupaba el lugar de la marioneta, algo que hacía reír a todas las hermanas. Aquel día Luan comprendió que no tenía razones para tener celos de su hermano, simplemente había un nuevo integrante en la familia que había llenado de dicha el corazón de todos con su nacimiento y ahora Luan había aprendido a amar la sonrisa de su dulce Linky.

- ¡Lincoln Albert Loud vuelve acá jovencito!, no hemos terminado de hablar- el gritó de su madre regresó al Luan al presente.

-Pues yo sí- le contestó el pelinegro a su madre mientras subía las escaleras.

- ¡Obedece a tu madre! - gritó el señor Lynn.

-Les haré caso cuando me consigan una habitación de verdad y no un patético armario- contestó el chico azotando su puerta.

Luan estaba con Lily en su habitación preparándose para mañana, que era el día de las bromas. Sin embargo, el ambiente en la casa Loud era muy tenso y todo a causa de uno de sus integrantes. Desde hace algunos días Lincoln se comportaba de forma extraña: estaba de mal humor todo el tiempo, todas las hermanas habían intentado hacerlo entrar en razón, pero él solamente las menospreciaba y se iba a la calle, por más castigos que sus padres le pusieran el no hacía caso.

- incon malo- dijo la pequeña bebe.

-No Lily, nuestro hermano es el chico más noble que conozco, simplemente está atravesando una etapa difícil, pero verás que pronto volverá a ser el mismo- contestó la comediante a su hermanita acariciando su cabeza.

Sin embargo, Luan no podía decir que en las palabras de Lily no había algo de verdad, conocía a Lincoln y esa manera de ser tan enojado no era propia de él, definitivamente ya no era la persona que le había enseñado a ser optimista aún en los peores escenarios, aquel amigo que la acompañaba a sus presentaciones para fiestas infantiles y aquel hermano que la animaba a no renunciar a su pasión sin importar lo molesta que pudiera ser para él. Luan veía en Lincoln a alguien que ya no era feliz y eso la aterraba, ¿cómo podría ser feliz ella una vez más sin la sonrisa que más amaba en el mundo?

- ¡Oye Lily!, sé que hemos preparado durante semanas nuestro maratón de bromas para mañana, pero qué te parece si hacemos algo diferente solo por este año, para animar a nuestra familia-

Al día siguiente, Lincoln bajaba las escaleras de forma apresurada, debía huir antes de que Luan iniciará con sus fastidiosas bromas, por lo que se había levantado antes que nadie, pero al salir de su casa quedó congelado al ver quien estaba en la acera:

- ¿Ya no tienes nieve en el tejado he? - preguntó con una gran sonrisa el hombre mayor.

-Abuelo, ¿qué haces aquí? - preguntó confundido El Niño mientras cerraba la puerta de su casa.

- ¿Ya no recibes a tu viejo con un abrazo? -

-Creo que ya estoy grande para eso- contestó con algo de fastidio Lincoln.

-Con que mi pequeño nieto ahora es un hombre, y al adulto no le molestaría pasar un día de diversión con este anciano ¿o sí? -

Lincoln pensaba pasar todo el día patrullando la ciudad hasta que anocheciera, pero la cara de su abuelito parecía querer en verdad pasar un buen rato con él, por lo que después de un largo suspiro, aceptó sin inconvenientes.

- ¡Vamos todos al búnker de Lisa! - gritó Lana a sus hermanas.

-No la he visto salir de nuestra habitación, es nuestra oportunidad- mencionó Luna.

- ¿Dónde están los demás? - preguntó Lynn Junior.

- ¡Ya no hay tiempo!, debemos protegernos ahora mismo- contestó gritando Lola.

Lola, Lana, Lynn Junior y Luna corrían con desesperación hacia la entrada de la casa, pero Luan ya las estaba esperando ahí:

- ¡No nos lastimes! o al menos que no sea en la cara, pronto tendré un concurso de belleza- suplicaba Lola cubriéndose la cara.

- ¡Chicas!, no voy a hacerles bromas este año- dijo Luan en tono tranquilo.

-No le crean, es la misma técnica que utilizó el año pasado, seguro que Lily está esperando a que nos confiemos para atacar- decía Lynn Junior mientras observaba a todos los lados buscando alguna trampa.

- ¡Niñas!, esta vez es en serio. Seguramente han notado el comportamiento extraño que ha tenido Lincoln últimamente, por lo que he decidido cancelar el día de las bromas de este año-

Luna, Lynn Junior, Lana y Lola comenzaron a tranquilizarse. Mientras que Lori, Leni, Lucy y Lisa que estaban en la cocina se acercaron:

- ¿Y qué tienes pensado hacer Luan? - preguntó Lori con curiosidad.

-Pedí la ayuda de Pop-Pop para entretener a Lincoln, pero debemos darnos prisa si queremos sorprenderlo- dijo en tono de capitana Luan.

- ¿Creen que deberíamos decirles a las chicas sobre... eso? - preguntó susurrando Leni a Lori, Lucy y Lisa.

-Considerando las pocas opciones que tenemos, opino que una pequeña fiesta podría hacer entrar en razón a nuestro hermano- contestó Lisa en voz baja.

- ¡Oigan ustedes!, dejen de parlotear y manos a la obra- les gritó Lynn Junior a las hermanas que conocían la identidad secreta de spider-kid.

Carritos chocones y todo tipo de juegos eran las actividades en las que abuelo y nieto pasaban el tiempo juntos, pero llegó el momento en que el cuerpo les pidió una recarga:

-Dos hamburguesas de queso extra grande con papas fritas y dos malteadas de chocolate con salsa picante- pedía Albert a la mesera que los atendía- ¿tú que vas a ordenar Lincoln?, ¿Lincoln?

El chico miraba por la ventana sin prestar atención a su entorno, hasta que su abuelo movió su hombro:

- ¿No quieres comer nada? -

- ¡Ah!, no gracias-

- ¡Tonterías!, necesitarás energía para la revancha en el tiro con láser, tráigale lo mismo, pero sin salsa, mi nieto a veces es muy delicado-

La mesera terminó de tomar la orden y después se marchó de ahí un poco extrañada. Lincoln estaba sin ánimos para hablar, pero en cuanto llegó la comida dio una pequeña sonrisa y después de dudarlo unos minutos, comenzó a disfrutar del banquete hasta reventar, su estómago le dolía y no pudo evitar eructar, este fue tan fuerte que llamó la atención de algunos clientes:

-Lo siento- se disculpó el chico un poco avergonzado.

-Si, ese eructo fue patético, ahora te enseñaré cómo hacerlo- Albert eructo tan fuerte que ahora sí, llamaron la atención de todo el restaurante.

Ambos comenzaron a reír sin contenerse para después salir de ahí e ir directo al toro mecánico. Por mucho que Lincoln intentó superar a su abuelo, el toro lo arrojó como trapo viejo, pero lejos de lamentarse, en verdad comenzaba a divertirse alado de Pop-Pop. Después fueron a la batalla de láser donde a ambos los descalificaron en cuestión de segundos, después de esa humillante derrota subieron a todos los juegos mecánicos de la feria, donde Lincoln gritó hasta quedarse sin voz. Por unos minutos el chico volvió a sonreír y lejos de parecer un amargado, parecía un simple Niño de 12 años intentando ganarle a su abuelo en cada competencia que se les ocurría, pero sin mucho éxito. Después de un largo día de diversión, el pelinegro y su abuelo regresaron a la residencia Loud y se quedaron en la acera.

-Gracias abuelito, ¡fue uno de los mejores días de mi vida!, luego nos vemos- se despedía muy alegre Lincoln.

-De hecho, amigo, quisiera hablar contigo si no te importa- dijo el hombre mientras tomaba el hombro de su nieto.

- ¡Claro!, te escucho- contestó un poco confundido el muchacho.

- ¿Que te está pasando? -

- ¿Por qué lo preguntas? -

- Tus padres y hermanas están muy preocupados por ti, dicen que ya no te reconocen, que te has vuelto un gruñón violento. Tu Mamá dice que peleas en la escuela- mencionó Albert en un tono serio.

-Están así porque ya no les permito tratarme como su saco de boxeo, ¿ya olvidaste cuando me dejaron durmiendo afuera de la casa sin poderme quitar ese traje de ardilla? -contestó con fastidio y molestia el chico.

-Jamás voy a poder olvidar eso, tu padre y yo seguimos sin hablarnos por ello y le dije a tu madre que, si algo así ocurría de nuevo, podría olvidarse de que tiene un padre. Se que sufriste mucho durante esos días y por ello me preocupa, no quiero que guardes rencor en tu corazón Lincoln, ya que este actúa como un veneno que se apodera de nosotros y sin darte cuenta te convierte en un ser horrible. Te lo digo por experiencia propia-

-Yo estoy bien, ellos son los del problema, ¿o acaso tú también piensas que soy una mala persona? - preguntó el pelinegro cruzándose de brazos y dándole la espalda a su abuelo.

- ¡Por supuesto que no!, eres un chico maravilloso, inteligente y siempre haces lo correcto, aunque no sea el camino más sencillo, eso te convierte en el mejor nieto del mundo, aunque …. sé que estás cambiando física y emocionalmente, yo pase por lo mismo a tu edad-

-No creo que sea igual-

-Lincoln, estos son los años en que un hombre se convierte en la persona que será por el resto de su vida, ¡fíjate en lo que te conviertes!, el hecho de poder hacer algo no te da el derecho moral a hacerlo, no lo olvides: "Un gran poder conlleva una gran responsabilidad". - terminó de decir Albert con una sonrisa a su pequeño nieto y sosteniéndolo del hombro.

- ¿Temes acaso que me convierta en un criminal?, ¡deja de preocuparte por mí!, hay algo diferente, yo sabré salir como siempre lo hago y solo, ¡estoy cansado de que todo el mundo me sermonee! -

-No quise sermonearte Lincoln y sé que no soy quién para decirte algo, pero…-

-Pues qué bueno que lo entiendes viejo decrépito, no sé cómo pude pensar que solo querías pasar un buen rato conmigo sin algo a cambio- Lincoln se va corriendo a su casa.

El chico abrió la puerta de su hogar, pero todas las luces estaban apagadas, por lo que tropezó con un juguete de Lily que estaba en el suelo y no vio:

- ¡Rayos! - se quejó el chico desde el suelo.

-¡Bienvenido!- gritaron todos los Louds al mismo tiempo mientras las luces se encendían.

- ¿Qué rayos pasa aquí? - preguntó el pelinegro mientras se levantaba y observaba el lugar adornado como solo Leni sabía hacer.

- ¿Dónde está Pop-Pop? - preguntó Lana.

-No estoy de humor para una broma grupal- dijo el chico.

- ¡Esto no es una broma Linky!. Es una reunión para celebrar la convivencia familiar- dijo Leni.

-Pues qué bonito, pero ¡yo no soy parte de esta familia! - mencionó furioso el chico.

-No digas eso hijo- le pidió su madre con lágrimas en los ojos.

-Tú no tienes derecho a llamarme hijo desde que creíste lo de la tonta superstición de Lynn, de hecho, ninguno de ustedes puede llamarse mi familia- gritó furioso Lincoln quien comenzó a subir las escaleras.

-Oye, te estás comportando como un patán, Luan organizó esta fiesta para ti, mínimo podrías agradecerle- le contestó una Luna enojada mientras lo detenía.

Lincoln se soltó con enojo del agarre de su hermana y se dirigió hacia donde estaba Luan, para arrebatarle al señor Cocos:

- ¡Muchas gracias hermanita! - dijo con sarcasmo el chico mientras comenzaba a destruir el muñeco de su hermana.

Luan lo miró con un profundo miedo y lágrimas en los ojos, la escena era terrorífica, su hermanito asesinaba con sadismo a su mejor amigo, quien la había acompañado durante casi toda su vida y que le daba una sensación de compañía cuando estaba sola. El pelinegro se marchó de ahí en cuanto terminó y Luan solamente se inclinó para llorar mientras recogía los pedazos de su muñeco. El resto de la familia fue directo hacia la comediante para intentar consolarla, pero esta no aceptó el cobijo. Lincoln estaba en su habitación temblando de la ira, demasiadas emociones cruzaban por su cabeza: ira, dolor, culpa y sobre todo tristeza. Un torbellino que lo sacudía, comenzó a derramar lágrimas, pero rápidamente se regañó a sí mismo por ser tan débil, comenzando a golpear su cabeza contra la pared hasta que su frente empezó a sangrar. Se miró en su pequeño espejo por instinto, era una herida poco profunda que seguramente no dejaría cicatriz, aunque en ese momento, por una fracción de segundo vio cómo su rostro se distorsionaba para tomar la forma de un ser espantoso que tenía unos enormes ojos blancos en forma de flamas con los que veía hasta el interior de su alma, además de una boca cuyos dientes eran triangulares y terriblemente afilados. La criatura rugía con tal potencia que asustó al niño, quien cayó al suelo de la impresión, no por lo horripilante que era, sino porque esa abominación era en lo que se estaba convirtiendo.

Continuará...