04/06/24

DISCLAIMER: Los personajes de The Loud House y Spider-Man no me pertenecen. Son propiedad de sus respectivos dueños y cualquier uso que se les dé aquí no busca remuneración alguna. Esta historia está escrita con fines lúdicos.

Alphared45667: Aun así, Ronnie no se siente cómoda aprovechando la ruptura de Lincoln y Stella para intentar entablar una relación con el peli blanco.

Capítulo 37: El enemigo de mi enemigo

Cuando era pequeño, a Lincoln le encantaba gatear, aun cuando ya había aprendido a caminar él prefería andar en cuatro extremidades y fingir junto a Lynn Junior que ambos eran monos que se movían por toda la casa mientras Luan los perseguía grabándolos y sin poder dejar de reír por las "monadas" de sus hermanos. Cuando Lily nació, fue Lincoln el encargado de "enseñarle" a gatear y durante algunos semanas ambos gateaban juntos por toda la casa hasta que Lori le ordenó al peli blanco que se comportara como un chico de su edad o un día la terminaría avergonzando en una de las improvisadas visitas de Bobby a la casa Loud. Luan salió de sus pensamientos cuando su hermano cayó abruptamente del techo mientras gateaba en el techo de la habitación de Lisa.

-Esto es muy extraño- dijo Lisa mientras se rascaba la cabeza como signo de confusión- según mi examen médico te encuentras bien-

-Quizás aún siga débil- contestó Lincoln mientras se levantaba, pero inmediatamente después de eso, un pastel se estampó en la cara del chico sin previo aviso.

-No, ¡su sentido arácnido tampoco funciona!- mencionaba Luan mientras intentaba sin éxito disimular la risa por cómo había quedado su hermano.

-Al menos te acordaste que prefiero el pastel de zanahoria en la cara hermana- mencionaba un poco enojado Lincoln mientras limpiaba su rostro.

-Ahora que lo recuerdo- dijo Lucy apareciendo detrás del chico, quien se asustó y no pudo evitar soltar un grito "poco masculino"- en tu enfrentamiento contra el elfo naranja volador observé que tus poderes fallaron por un instante.

-Ya les dije que no se preocupen tanto chicas- contestaba el peli blanco mientras se colocaba su ropa de civil por encima de su traje de spider-kid.

-¿Has tenido pesadillas o tienes alguna pena hermano mayor?- preguntó Lisa en tono indiferente.

Luan la volteo a ver con mirada reprobatoria, todas sabían que el chico estaba deprimido desde que terminó con Stella, pero Luna había prohibido hablar del tema frente a Lincoln, sin embargo, a Lisa se le había olvidado por completo.

-Pues la verdad, desde que me mordió aquella araña he tenido por lo general pesadillas. Además de que tengo que atrapar al lunático del planeador antes de que ataque de nuevo- contestó el chico mientras peinaba su cabello con su mano.

-No creo que sea buena idea que spider-kid aparezca mientras tus poderes están fallando Linc- aconsejó en tono serio la comediante y mirando fijamente a su hermano.

-Tranquila Luan, ¡tendré cuidado!, ya una vez fallaron mis poderes y terminaron volviendo-concluyó el peli blanco con una sonrisa dirigida a sus tres hermanas y tomando su mochila para salir de la habitación no sin antes decir-Será mejor que bajemos a desayunar o se nos hará tarde para la escuela.

Luan, Lucy y Lisa permanecieron quietas en sus lugares no muy convencidas de las palabras de su hermano.

-¿Y qué vamos a hacer?- preguntó Lucy.

-Lincoln odia que experimente con él por lo que la información que poseo al respecto es mínima, pero por lo que puedo observar, nuestra unidad fraternal número seis tiene complicaciones con sus poderes debido a que el nivel de Dopamina en su organismo es insuficiente para realizar sus funciones heroicas de la manera apropiada- contestó la pequeña científica.

-Y en inglés, ¿eso que significa pequeña cuatro ojos?- preguntó el señor Cocos.

Lisa levantó la vista con exasperación preguntándose ¿Qué pecado había cometido para vivir rodeada de tanta ignorancia?

-Que nuestro hermano está triste y como consecuencia sus poderes están fallando- contestó la segunda hija menor de la casa Loud.

-¡Tiene sentido!, desde que Lincoln terminó con Stella su aura es muy negativa- añadió la gótica.

-Entonces la solución es volverlos a juntar y ya- expresó Lisa.

-¡No podemos!- se limitó a decir Luan cuya expresión se volvió triste.

-¡Claro que podemos!, la fórmula que desarrolle para enamorar hará que esos dos tortolitos estén tan enamorados que ni siquiera tengan tiempo para comer por estar juntos- contestó muy animada Lisa.

-El problema no es el amor…. espera, ¿para qué creaste una fórmula de amor?-

-¡Ahhhhh... ¿diversión?- se limitó a contestar la pequeña genio con una sonrisa un poco perturbadora.

No muy convencida, Luan continuó hablando:

-Lincoln no está con Stella para protegerla, El Capitán Zahu se lo hizo prometer antes de…. antes de morir-

Las tres chicas se quedaron de brazos cruzados y mirando al techo por un par de segundos sin decir nada. Sin importar cuán efectiva afuera la fórmula de Lisa, sin importar cuántos poemas se supiera Lucy que pudieran enamorar hasta el corazón más duro, sin importar cuántos chistes se supiera Luan para conquistar a cualquier chica, ninguna de las tres hermanas podía ayudar a su hermano y aquello las frustraba, odiaban en verdad verlo tan decaído.

-¡Vamos a desayunar mejor!- dijo sencillamente Luan, el mundo continuaba girando y ningún historia cursi de amor por muy empalagosa que fuese cambiaría aquello.

La mayoría de las personas disfruta de tomar su desayuno de forma tranquila para iniciar de la mejor manera su día. En la casa Loud y sobre todo en la Mesa de Los niños aquello era simplemente imposible, lo cierto era que Lincoln ya no pertenecía a aquella mesa, desde que había cumplido 12 años sus padres le habían ofrecido estar con ellos en la mesa de los grandes, pero el chico ya se había acostumbrado a las quejas de Lucy acerca de que los vegetales tienen sentimientos, a las explicaciones de Lisa acerca del contenido nutricional de los alimentos y a los berrinches de Lily por no querer comer sus vegetales, sin olvidar las innumerables guerras de comida de cada mañana, no era como muchos imaginaban su desayuno perfecto pero para el peli blanco lo era y es que desde que había decidido tomar el manto de spider-kid había renunciado a ser un niño para comportarse como un héroe y el estar junto a sus hermanas tenía un recordatorio constante de que no estaba prohibido divertirse. Aunque aquel día la mesa de los pequeños estaba particularmente tranquila, tal vez se debía a la costumbre de haber comido toda la familia juntos durante un tiempo hasta que Lynn Junior rompió la mesa grande, lo que les había enseñado a sus hermanas menores a comportarse o por lo menos eso creía Lincoln hasta que:

-Lincoln!, dile a Lola que suelte la leche de fresa- exigió la hermana mecánica sin la intención de soltar el frasco que contenía el Preciado líquido.

-Soy una princesa y las princesas nos servimos primero- contestó Lola sujetando con toda su fuerza el recipiente de leche para evitar que su gemela mayor se lo arrebatara.

-¡Suéltala!-

-¡Ya quisieras!-

Lincoln intentó poner orden en las mesa, después de todo era el mayor allí, pero antes de que pudiera hacer algo, sus hermanas menores derramaron el líquido sobre sus ropas:

-¡Mira lo que hiciste!- gritó furiosa la princesa rosa.

-¿Ahora que le pondré a mi cereal?- se quejó Lana.

-Traeré un trapo- dijo Lincoln levantándose de la mesa.

-No es necesario Linky, iremos a cambiarnos- mencionó Lola con una gran sonrisa.

-¿Están seguras?, estamos a punto de irnos- dijo el peli blanco.

-Tengo un vestido preparado en caso de emergencias, estaremos listas en un santiamén, ¡vamos Lana!- comentó Lola mientras tomaba a su gemela de la muñeca y literalmente la arrastraba.

-A mí no me importa irme así a la escuela- mencionó Lana en un intento de que Lola la dejara en paz, lo cual no tuvo éxito.

Ambas gemelas llegaron a su habitación, donde Lola se apresuró a cerrar la puerta:

-¡Date prisa o tendremos que caminar a la escuela!- advirtió Lana con tono de fastidio.

-Olvida eso, ¡escucha!, ¿no has notado que Luan, Lucy, Lisa y sobre todo Lincoln han actuado más extraño de lo habitual?-

-Bueno somos la casa con reputación de locos, ¿Qué es lo que esperabas?-

-Escucha Lana, algo traman esos cuatro, hace unos días Luan dijo que había un secreto que no le correspondía contármelo y debes ayudarme a averiguarlo-

-¡No crees que estás exagerando las cosas Lola!, digo ¿Qué secreto pueden tener nuestros hermanos? y si realmente fuera algo importante ya lo sabríamos, ¿no te parece?, aquí en la casa Loud es prácticamente imposible tener secretos, es como si las paredes fueran de papel-

-¿Recuerdas el pacto de gemelas?-

-Vamos en verdad vas a utilizar el pacto de gemelas para...

-Siempre nos debemos apoyar sin importar que tan difícil o ridícula sea la petición de la otra-

-Está bien te ayudaré- dijo con un gran suspiro de fastidio Lana-si estuviste dispuesta a manchar tu vestido debe ser muy importante para ti, pero a cambio me permitirás tener más mascotas en nuestra habitación-

A Lola aquella idea le parecía asquerosa, pensar en aquellas serpientes, ranas, lagartijas con su piel babosa, pero…. era más su curiosidad que su asco por lo que aceptó, después de todo, dos cabezas pueden resolver mejor un misterio que una sola, ¿o no?

Lincoln se encontraba escribiendo y dibujando en su libreta un plan para vencer al par de duendes, necesitaba neutralizarlos a la brevedad, por lo que había decidido ignorar la aburrida clase de Historia de la profesora Agnes para aprovechar el tiempo y trabajar en algo realmente importante. En ese momento sin embargo una idea o más bien una persona ocupó todo espacio en su cerebro, sin darse cuenta el chico comenzó a dibujar a Stella sobre los trazos de su plan. Lincoln se consideraba a sí mismo como alguien sin un talento especial como el de sus hermanas salvo el tener poderes, pero no los había conseguido por su cuenta, pero lo cierto es que el peli blanco tenía un gran talento para dibujar, no por nada pensaba dedicarse de adulto a dibujar cómics de su héroe favorito Ace Savvy. Lastimosamente aquel talento no fue bien visto por su profesora y menos durante su clase, por lo que tomó el cuaderno del chico bruscamente sacándolo de sus pensamientos:

-¿Así que mi clase te parece aburrida Lincoln?- preguntó molesta la profesora.

-No, para nada señora Agnes- en ese momento el chico maldijo el hecho de que su sentido arácnido le avisara de la presencia de súper villanos, pero no de su profesora, quien en aquel momento era más peligrosa que cualquiera de sus archienemigos.

-Muy bien, entonces pasa enfrente y explica a toda la clase tu dibujo-

-Pero…,

-Sin peros joven Loud, a menos que quiera que vuelva a llamar a sus padres-

Con aquella amenaza el chico no tuvo más opción que hacer caso a la instrucción de su profesora por más vergüenza que tuviera, Chandler se burlaba mientras que Clyde miraba a su amigo con una notoria preocupación. Tras un largo suspiro, Lincoln levanto con manos temblorosas el dibujo que había hecho sobre Stella, el cual era una obra maestra que con una capa de color fácilmente podría rivalizar con la Mona Lisa (Bueno, tal vez exagere). Todos los compañeros de Lincoln admiraban el dibujo a excepción de dos chicas: Stella bajo su mirada por la vergüenza que le producía el hecho de que todos la observaban y Ronnie Anne arrugaba una hoja de papel en la cual había estado trabajando durante toda la clase.

-Ahora Lincoln, en castigo, tendrá que escribir un ensayo para mañana contestando a la pregunta ¿Para qué sirve la Historia?, ¿entendido?-

Lincoln asintió con la cabeza y regresó a su asiento totalmente avergonzado, aunque fingió prestar atención a la clase, era claro que su mente estaba en otro lugar. Por fin había llegado la hora que a todo Niño hace feliz: la hora en que terminan las clases. El peli blanco caminaba al lado de su mejor amigo intentando pasar desapercibido, pero parecía que ya toda la escuela se había enterado de su dibujo.

-Tranquilo amigo, estoy seguro de que se les olvidará en una o dos semanas- intentó tranquilizarlo Clyde.

-¿Que se les olvidará?, Cristina aún no me habla por el video que subí en el que besaba una foto suya-

-Pero no creo que Stella te dejé de hablar por dibujarla-

Clyde veía que su amigo realmente estaba decaído y no era porque toda la escuela lo señalaba:

-¿En serio crees que fue la mejor decisión haber terminado con Stella?- le preguntó Clyde mientras lo detenía.

Aquella pregunta dejó sin palabras a Lincoln, ¿había hecho lo correcto?, hasta ahora no había dudado en que mantener a Stella lejos de él era lo mejor para ella, pero ¿y si no era así?, la situación los afectaba a ambos y ¿acaso en estos momentos de duelo no era cuando Stella necesitaba aún más a su novio? La boca del peli blanco se movía, pero no salía voz alguna de su garganta y cuando por fin parecía que iba a decir algo, ambos chicos fueron arrojados al suelo por una Ronnie Anne que marchaba arrojando humo por las orejas:

-¿Y ahora qué fue lo qué pasó?- preguntó confundido Clyde, quien volteó a ver a su amigo que también parecía estar procesando en su cabeza la situación.

-No lo sé, con la charla que tuvimos ayer creí que ya todo estaba bien entre nosotros, ¡de verdad no puedo entender a las niñas!-

Ante el comentario, Clyde comenzó a reír...

-¿Qué es tan gracioso?- preguntó Lincoln.

-El hecho de que vives rodeado de chicas y aun así no las entiendas- contestó Clyde mientras ayudaba a Lincoln a levantarse.

-No le faltes el respeto al Gurú de las chicas he…- añadió el peli blanco a lo que ambos comenzaron a reír por recordar aquella ocasión en la que pusieron un negocio creyendo que Lincoln sabría dar buenos consejos para comprender la mente femenina, algo que no salió muy bien que digamos….

-Bueno debo irme, industrias McBride recibirá a unos inversionistas y debemos causar una buena impresión- contestó el chico de anteojos antes de irse corriendo.

Lincoln comenzó a caminar rumbo a su casa, normalmente se iría con Lynn Junior, pero ella estaba entrenando para un próximo torneo, poco después Lincoln vio a Stella a tan solo unos metros de él. El peli blanco tomó aire para intentar hablar con ella, quizá no podrían ser novios, pero tal vez sí amigos. Por desgracia para nuestro albino favorito, los súper villanos tienen una especie de sentido arácnido que les indica cuándo es el momento más inoportuno para aparecer. El duende verde ataco la limusina en la que estaba Cristina y la había secuestrado:

-¿Acaso voy a tener que salvar a cada chica que alguna vez me ha gustado?- se preguntó a sí mismo el peli blanco mientras corría a un callejón para colocarse su traje.

Cristina lloraba mientras colgaba de un cable del planeador del duende verde quien solo reía de forma macabra hasta que una telaraña tapó su boca:

-¡Lo siento, pero ya tengo bastante con una risa lunática en casa como para soportar otra!- comentó spider-kid mientras lanzaba un golpe al duende, quien lo detuvo fácilmente con una mano y con la otra se quitó la telaraña.

-¿Sigues vivo aún?-

-Vivito y coleando- contestó spider-kid mientras se lanzaba a atacar al duende.

-Bueno podemos arreglar eso fácilmente- dijo el duende mientras pelea en su planeador contra spider-kid.

El duende intentó golpear al chico, pero este se agachó y con una patada desvió el centro de gravedad del duende, provocando que este cayera y que el planeador comenzara a perder el equilibrio.

-¿Ahora te dedicas a secuestrar niñas duende?- preguntó El Niño mientras ataba las muñecas del duende con sus telarañas.

-Ambos queremos al Rey fuera del negocio y esta niña es la clave para lograrlo-

-¿A qué te refieres?-

En ese momento el duende rompe las telarañas del chico y lo toma de su traje, arrancándole los únicos tres bellos en el pecho que tenía.

-Veme en la vieja refinería en una hora y quizá la chica sobreviva- dijo el duende antes de lanzar a spider-kid.

Spider-kid rápidamente recuperó el control y comenzó a perseguir al duende verde, quien le arrojaba bombas calabaza que en varias ocasiones estuvieron a punto de freír al chico. Cristina había sido el primer interés amoroso de Lincoln y aunque era muy bonita ella jamás le había prestado atención, pero no por ello dejaría que un lunático con piel verde la secuestrara, ¿a que se refería el duende cuando dijo que Cristina era la clave para deshacerse del Rey? El pequeño vigilante estaba a punto de alcanzar al villano cuando de pronto sus muñecas dejaron de lanzar telarañas, provocando que el chico cayera abruptamente en un callejón, recibiendo uno que otro moretón.

-¿Por qué justo ahora?- se preguntó a sí mismo el peli blanco mientras veía como el duende se alejaba con Cristina.

No había tiempo que perder, debía iniciar de nuevo la persecución o podría ser el fin de Cristina y no estaba dispuesto a cargar con otra muerte en su conciencia, Lincoln comenzó a escalar el muro, pero por unos momentos comenzó a perder el agarre, aunque finalmente lo recuperó, desgraciadamente el duende y Cristina ya no eran visibles.

-Tendré que ir a la vieja refinería, sé que el duende quiere tenderme una trampa, pero no puedo dudar con la vida Cristiana en juego- se decía así mismo el chico para darse valor mientras que rogaba porque sus poderes no lo fueran a abandonar.

Poco después El Rey ingresaba a su oficina e intentaba comunicarse con el chofer de su hija quien ya debería haber llegado de la escuela:

-¡Lo siento, pero Cristina está ocupada en estos instantes!- mencionó el duende verde saliendo de la nada y arrojando la banda para la cabeza de la chica- pero no te preocupes, el duende sabe cuidar muy bien a sus rehenes.

-¿Dónde está?- preguntó con frustración el Rey.

-Veme en la vieja refinería en 30 minutos-

-Reconozco una trampa cuando la...- el Rey no pudo terminar de hablar por porque el planeador del duende rompió una de sus ventanas para recoger a su dueño.

-Pero eso lo hace divertido, además ¿qué otra opción tienes?, ah y ni se te ocurra llevar a alguno de tus fenómenos mutantes contigo si quieres que a tu hija no le llegue a faltar ninguno de sus dedos al final del día- amenazó el duende antes de reír y marcharse de ahí-

Poco después, el Rey ingresaba a la vieja refinería rompiendo la puerta de la misma, al caminar un poco por el lugar, vio que su hija estaba colgada sobre un contenedor de hierro derretido.

-¡Muestra tu asquerosa cara verde!- ordenó el Rey.

En ese momento un lazo amarró rápidamente al Rey dejándolo inmóvil y sin poder reaccionar a tiempo:

-¡No creas que vas a venir a dar órdenes!, aquí yo soy el jefe y si quieres que tu hija salga en una pieza de este lugar me entregaras una copia de tu base de datos!- mencionó el duende mientras hacía una aparición dramática.

El Rey lo observaba apretando los dientes, sabía que aquellos códigos le darían información valiosa sobre varios puntos estratégicos de la frontera entre Estados Unidos y Canadá, pero por otra parte su hija estaba en peligro, el Rey siempre había considerado que la vida humana tenía poco valor, o al menos eso creía, ya que ahora que se trataba de la vida de su hija, por lo que comenzó a reconsiderar su perspectiva. En ese momento, sin embargo, el Rey observó que spider-kid gateaba sobre el techo con la mayor cautela posible para poder salvar a Cristina, odiaba admitirlo, pero jamás se había alegrado más por ver a aquel mocoso, debía distraer al duende a toda costa.

-¿Crees que le temo a un bufón disfrazado de Halloween?, no puedes temerle a lo que no respetas. No olvides que todo el que me estorba termina en una fosa común- gruño el Rey.

-Cuando esta ciudad me pertenezca quedaras enterrado en las cenizas de la historia-

Spider-kid había llegado al lado de Cristina quien se alegró mucho al verlo, el héroe comenzó a liberarla, pero entonces su teléfono lo delató:

-¿Por qué no lo puse en modo avión?- se recrimina así mismo Lincoln.

El tono de la llamada fue suficiente para alertar al duende quien comenzó a atacar al chico con rayos de electricidad que salían de sus guantes. Mientras que el Rey logró liberarse y se dirigió al panel de control de la refinería para salvar a su hija, aunque el duende ya se había anticipado a ello por lo que un contenedor de hierro fundido derramó su contenido en forma de lava para acabar con el Rey, quien se vio acorralado por el fuego.

-¡Supongo que el enemigo de mi enemigo se vuelve mi amigo!- dijo Lincoln dirigiéndose al lector antes de lanzarse a salvar al Rey, spider-kid se desplazaba con sus telaraña mientras sostenía al Rey con su mano izquierda.

Sin embargo, el duende lanzó una cuchilla para cortar la telaraña y provocar que ambos cayeran sobre una pequeña plataforma:

-¡Bienvenidos a la refinería del terror del duende verde!- dijo el tipo de piel verde mientras arrojaba un sin fin de bombas calabaza hacia el Rey y spider-kid, quienes sólo podían correr para evitar los ataques.

El duende logra electrocutar a spider-kid para después intentar atravesarlo con las cuchillas de su planeador, pero el Rey logra salvar al chico en último momento.

-¿Gracias?- mencionó confundido spider-kid, ¿acaso uno de sus enemigos acababa de salvarlo?

-Elimina al duende o al menos desenmascararlo y estaremos a mano- se limitó a decir el Rey.

-Disculpa, ¿Quién te salvó del hierro derretido hace unos instantes?- se quejó El Niño.

Mientras el duende enfrentaba a spider-kid, el Rey logró llegar al panel de control para liberar a su hija.

-No permitiré que sea tan simple- gritó el duende intentando atacar a Cristina, lo cual fue impedido Gracias a una patada de spider-kid que logró tirar al duende verde de su planeador y envolverlo en telarañas.

-Papá- dijo llorando la chica mientras envolvía a su padre en sus brazos llena de alivio.

-Todo está bien mi pequeña, ¡ya no llores!, debemos irnos- le mencionó el Rey mientras la levantaba en brazos y corría hacia la salida a toda velocidad.

-¿Que pasara con spider-kid?- preguntó Cristina.

-Él puede cuidarse solo- se limitó a contestar al Rey ya que su prioridad era su hija.

Padre e hija salían de la refinería y subían a un pequeño helicóptero para marcharse de ahí.

-Abrocha bien tú cinturón hija- dijo el Rey para después utilizar el rayo de su helicóptero para bloquear la única salida de la refinería.

-¿Por qué hiciste eso papá?, ¡spider-kid sigue adentro!- le recriminó Cristina.

-Hija, hay que librar a Royal Woods de esos dos locos- le contestó en tono serio su padre.

-La próxima vez que des una fiesta duende, trae bocadillos y tus invitados no se irán tan rápido- le dijo spider-kid a su enemigo mientras buscaba otra forma de salir de ahí.

-Que descortés de mi parte, ¡pero al menos traje regalitos!- le contestó el duende liberándose de las telarañas de spider-kid y lanzando una bomba calabaza al techo, lo cual desencadenó una lluvia de bombas que caían sin dar una oportunidad para escapar.

-Yo y mi enorme bocotá- dijo Lincoln volteando al lector mientras intentaba esquivar las bombas de su enemigo, quien sin darle tiempo de reaccionar lo arrolló con su planeador y lo sacó de la refinería antes de que esta explotara por completo atravesando una pared.

-Quisiera jugar más tiempo contigo spider-kid pero tengo un helicóptero que alcanzar- el duende utilizó un misil de su planeador para envolver el cuerpo del pequeño héroe en una capa de gel y llevarlo atado de su planeador con una cadena sin que Lincoln pudiera liberarse- ahora veamos que se rompe primero, mi burbuja de gel o tu patético cuerpo de preadolescente.

El duende comenzó a arrastrar al chico y a impactarlo contra todo lo que encontrará en su camino. Al ver que spider-kid seguía resistiendo el duende cambio de táctica:

-ESO no nos enseñó nada, tal vez se requiera de una prueba más drástica- el duende procedió a elevarse a una altura desde la que se podía apreciar gran parte de la ciudad- Feliz aterrizaje mocoso araña- dijo el villano entre risas mientras soltaba al chico.

-Más vale que funcione- el chico logra sacar sus manos de la capa de gel que lo envolvía y construyo alrededor de sí una esfera de telaraña para amortiguar su caída, lo cual contra todo pronóstico funciona al momento de chocar contra el suelo y la fricción generada lo libera de la capa de gel del duende- bien, el dolor por mis costillas rotas es señal de que estoy vivo.

Cristina estaba incómoda al saber que su padre podía llegar a ser tan cruel, sospechaba que estaba metido en negocios turbios, pero jamás imaginó que podría llegar a tanto y lo peor de todo es que aun sabiendo eso, ¡no podía dejar de amarlo!, desde que su madre había muerto él era todo lo que le quedaba en la vida. Tomó a su padre de la mano y le dedicó una pequeña sonrisa a lo que él le dio un pequeño beso en la frente. Pocos eran los momentos en los que ambos compartían tiempo de calidad de padre e hija, pero cuando lo hacían eran los mejores desde el punto de vista de Cristina. Tal vez su padre era un jefe de la mafia, pero estaba segura de que ningún padre en la tierra amaba más a su hija que su padre. El momento, sin embargo, fue interrumpido por un objeto volador que se acercaba a máxima velocidad. El Rey comenzó a atacar al duende con el misil de su helicóptero, pero este era inútil ante la velocidad del duende, quien arrojó una bomba de humo para evitar que el Rey pudiera ver hacia el exterior. En medio de la confusión y el pánico de Cristina quien miraba en todas las direcciones, el duende verde rompió con brusquedad la puerta del helicóptero y ató al Rey para llevárselo como rehén.

-¿No contabas con mi súper fuerza ni mi cable de titanio verdad Rey de pacotilla?- preguntó entre risas el duende mientras se alejaba de ahí en su planeador y con el Rey como "pasajero".

Cristina había caído en el pánico total al no saber conducir el helicóptero que caí y no poder encontrar el piloto automático. No obstante, spider-kid ingresó a este y tomó a Cristina para sacarla del helicóptero y evitar una tragedia, ambos caían desde una gran altura y no había un edificio cercano para que spider-kid pudiera lanzar una telaraña, por lo que spider-kid formó con sus redes una especie de paracaídas.

-Tranquila señorita Cristina, todo estará bien- intentó tranquilizar Lincoln a la chica quien no dejaba de llorar sobre su hombro.

-Tienes que salvarlo spider-kid ¡POR FAVOR!- suplico la chica.

¿Quién lo diría?, si Cristina ahora fuera la novia del peli blanco sería yerno de uno de sus mayores enemigo, ¡excelente giro argumental si se tratara de una película! Lincoln no esperaba que algún día tendría que rescatar a uno de sus rivales, pero las lágrimas de Cristina habían borrado toda duda del corazón del chico, ya que El Rey además de jefe de la mafia también era padre, y no era justo para Cristina quedar huérfana por culpa de los errores de alguien más.

-Haré todo lo posible por rescatarlo, ¡le doy mi palabra!- contestó el chico ante la petición de la chica.

—-

-Ronnie, ¡Ronnie!, ¡RONALDA!- gritó su abuela del otro lado de la computadora sacando a la mexicana de sus pensamientos.

-¿Qué ocurre?- preguntó gritando la chica.

-Has estado distraída toda la videollamada mija, ¿estás bien?- preguntó la señora Rosa.

-Si, solo estoy un poco cansada abuelita, no fue el mejor día-

-¿Estás comiendo bien?, te ves muy flaca, ¡sabía que debías quedarte en México con nosotros!- le recriminó Rosa.

-Ya lo discutimos Rosa, tenemos respetar la decisión de Ronnie de regresar a Royal Woods- la regaño Héctor a lo que Rosa fingió molestia, pero Ronnie sabía que su abuela en realidad estaba triste.

-Yo también te extraño abuelita, espero ir pronto a México o que ustedes puedan visitarnos para probar de nuevo tus tamales-

-Mi pequeña mujercita de doce años, si tu cumpleaños número 12 fue en México tal vez podamos ahorrar para visitarte en tu cumpleaños número 13, hasta entonces, ¡te daré mi receta secreta para los tamales de zarzamora!

-Yo también quiero saludar a Ronnie- dijo entrometiéndose en la conversación Sergio, el Loro de la familia.

-Yo también- gritó el pequeño Carl haciendo reír a Ronnie Anne.

Tras una agradable conversación con sus abuelos y el resto de su familia en México, Ronnie fue a su cuarto donde se tiró a su cama mientras escuchaba música con audífonos para tranquilizarse, en verdad extrañaba a su familia y se lamentaba por haber decidido no quedarse con ellos cuando fueron a México a celebrar su cumpleaños número 12, pero lo cierto es que extrañaba a un patético peli blanco y si de por si su relación ya no era la misma desde que se había mudado a Great Lakes City, ¿cómo sería si se quedaba en México?... y lo peor es que todo había sido inútil, Lincoln ni siquiera había notado en la mañana que llevaba la sudadera amarilla de Royal Woods que el mismo peli blanco le había regalado en una de sus visitas, pero ¿desde cuándo le importaba a Ronnie lo que pensara Lincoln de su ropa? Como sea, el patético había dibujado a Stella en clases y aquello le producía tristeza a Ronnie, sacó una hoja arrugada de su mochila y la desdobló, revelando que en ella había un pequeño corazón que rodeaba las iniciales "L and R". Las lágrimas comenzaron a mojar el pequeño dibujo de Ronnie quien se durmió abrazando aquella hoja de papel. En sus sueños, la mexicana visualizó aquel momento en el que salvó a spider-kid de ser ahogado por el duende verde, cuando lo sacó a la orilla, el vigilante no respiraba por lo que black cat tuvo que darle respiración boca a boca, ¡aquellos labios!, aquellos labios eran tan dulces como los de Lincoln y le producían la misma calidez en el pecho y la cara. Ella se vio tentada a quitarle su máscara y ver quien estaba bajo el manto de protector de Royal Woods, pero antes de que pudiera hacerlo notó que spider-kid reaccionaba, por lo que se marchó de ahí por la vergüenza de haberlo besado. Sin darse cuenta, ya no era sólo Lincoln quien ocupaba un lugar en el corazón de la mexicana.

Continuará...