DISCLAIMER: Los personajes de The Loud House y Spider-Man no me pertenecen. Son propiedad de sus respectivos dueños y cualquier uso que se les dé aquí no busca remuneración alguna. Esta historia está escrita con fines lúdicos.

Pedro Alonso Buby Huayanay Zam: admito queno era mi principal opción, pero creo que fue una buena elección.

-¿Cuánto tiempo voy a tener que seguir haciendo esto?- preguntó spider-kid mientras se columpiaba de edificio en edificio, pero no iba solo, pues aquella mañana antes de clases tenía a dos pequeñas acompañantes.

-El tiempo que quieras que nuestros padres y Lynn sigan sin conocer tu identidad secreta- advirtió Lola sujetándose con fuerza del cuello de su hermano mientras cerraba los ojos y apoyaba su cabeza en su hombro.

-¡Vamos Linky!, es muy divertido columpiarse contigo hasta la escuela- añadió Lana.

Dando un gran suspiro de fastidio, Lincoln tuvo que aceptar a regañadientes la propuesta de sus pequeñas hermanas, desde que habían ayudado a salvar la vida de Stella y descubierto quien estaba bajo la máscara del protector de Royal Woods no lo habían dejado de acosar con múltiples preguntas, el chico realmente no había estado con el mejor humor, pero ¿cómo podía decir que no a los ojitos de cachorro de sus pequeñas rubias?. Spider-kid se detuvo en un edificio cercano a la primaria:

-¿No nos llevarás hasta la escuela?- cuestionó la pequeña mecánica.

-Sería muy sospechoso que spider-kid las llevará hasta las puertas del instituto Lana- contestó el peli blanco.

-Bueno, pero vendrás por nosotros cuando sea la hora de la salida- amenazó la rubia de prendas rosas.

-Ya veremos Lola…. ¡ya veremos!- contestó el chico con un tono de voz poco amigable.

Cuando las gemelas se marcharon, Lincoln se apresuró a llegar a la secundaria, últimamente se había esforzado por tratar de mejorar en la escuela para no levantar más sospechas a sus padres, quienes habían comenzado a cuestionarlo sobre sus múltiples desapariciones. El chico corría a toda velocidad por los pasillos para llegar a su salón cuando chocó con una pelirroja, lo que provocó que todos sus libros se callaran al suelo:

-¡Fíjate por donde vas raro!- se limitó a decir Cristina mientras se alejaba de Lincoln, quien se quedó en el suelo del pasillo recogiendo sus cuadernos.

Desde que Lincoln se había enterado que el papá de Cristina era el Rey, su trato con ella se había vuelto más cauteloso y es que en los últimos días, el humor de la chica se había vuelto insoportable, nadie se quería acercar a ella. El chico intentaba recoger sus cuadernos, pero estando todos regados en medio de un pasillo de secundaria no lo hacía una tarea fácil de llevar a cabo, todos pisaban sus cosas o golpeaban su rostro con sus mochilas, cuando El Niño por fin terminó su proeza e iba a incorporarse, chocó contra alguien que provocó que sus cosas se volvieran a esparcir por todo el pasillo. El peli blanco empezó a irritarse por la situación, pero cuando vio de quien se trataba se puso un poquito nervioso:

-Lo… lo siento Ronnie yo…..- mencionó Lincoln mientras recogía sus útiles escolares.

La chica lo observó por un instante con sus mejillas un poco coloradas por lo incómodo de la situación y comenzó a ayudarlo, los movimientos de ambos eran tan torpes que en algún momento las manos de ambos se tocaron, produciendo una sensación de descarga eléctrica al sentir la calidez del otro que rápidamente los hizo separarlas de forma abrupta.

-Será mejor que tengas más cuidado para la próxima patético- advirtió Ronnie para guardar la apariencia, ya que algunos chicos se les habían quedado mirando.

-Sss…. si- se limitó a contestar el chico.

-Y ¿a dónde vas?- preguntó la chica para romper la tensión entre ambos, y es que desde que Stella había regresado a Filipinas, ciertamente ella no sabía cómo debía ser su trato con Lincoln.

-A laboratorio, ¡es lunes!-

-No, ¡hoy es jueves!-

-¡¿Es jueves?!-

-¿Qué te pasó en la cara?-

-¿Qué?-

-En el ojo-

-Ha, he…. me caí de la cama-

-Se ve muy mal, ¿viste a un doctor?, porque tengo algodón y alcohol en mi mochila-

3 minutos después, Ronnie trataba el ojo morado de Lincoln en una banca de madera de la escuela ... .apartada del resto de chicos.

-¿Siempre cargas con un botiquín de primeros auxilios?, ¡ay!- se quejó Lincoln por el dolor en su ojo.

-Mi mamá es enfermera ¿o ya lo olvidaste perdedor?, ella me obliga a llevarlo siempre en caso de que algún patético se caiga de la cama y termine con un ojo morado-

-De todas formas, es muy considerado de tu parte- mencionó el chico con una sonrisa un poco burlona por el hecho de que la ruda Ronnie estuviera preparada para atender a un herido.

-¡No te burles o te dejaré el otro ojo igual!- amenazó la mexicana agitando su puño cerrado.

En ese momento, las tripas de Lincoln comenzaron a rugir:

-¿Chandler te volvió a quitar el almuerzo?- preguntó la mexicana y sin que el chico tuviera tiempo suficiente para contestar, ella sacó lo que parecía ser un tipo de emparedado de su lonchera- ¡espero te gusten los pambazos!.

Ambos niños comenzaron a degustar el platillo, no había mejor experiencia que comer al lado de tus seres queridos.

-Oye Ronnie me preguntaba si….-

-¡No hables con la boca llena!-

Después de tragar el bocado y un poco avergonzado, Lincoln prosiguió:

-¿Quieres acompañarme a…?.

En ese momento el mundo dejó de girar para Ronnie, ¿la invitaría a una cita?, la sola idea la ponía sumamente nerviosa, provocaba que sus manos sudaran y que su corazón comenzara a latir más rápido hasta el punto de que sentía que se le salía del pecho:

-... bueno, como sabrás el padre de Clyde falleció hace una semana y él no se ha encontrado muy bien, quería visitarlo para animarlo un poco y bueno… pero si estás muy ocupada-

-Déjame pensar…. ¿ir a la pista de patinaje después de clases o desperdiciar mi tarde con el cuatro ojos y el patético?... ¡está difícil!-

-No tienes por qué….-

-¡Solo bromeó!-

Después de clases, ambos chicos se dirigían a la residencia McBride, Los dos evitaban mirarse fijamente, pero aquello no impedía que platicaran sobre sus planes de vida después de la preparatoria:

-Quisiera ir a la escuela de arte en Nueva York para poder convertirme en el dibujante oficial de los cómic de Ace Savvy ¿y tú que harás?-

-La verdad no lo sé…. ¡no suelo pensar mucho en el mañana!- contestó ella.

-Estoy seguro de que serías una excelente luchadora como tu peleadora favorita… ¡lluvia!-

-¡Tormenta!, ¡TORMENTA!, ya te lo repetí mil veces Lincoln Loud!-

-Lo siento, sabes que no soy fan del deporte…pero, si tú fueras la Estrella no me perdería ninguno de tus combates, aunque me vería tentado a entrar al ring si alguien te golpeara-

Ronnie comenzó a reír descontroladamente..

-¿Qué es tan gracioso?- preguntó el peli blanco levantando una ceja.

-Nada…. es solo que te imagine con tu traje de Ace Savvy huyendo en el ring- contestó La Niña sin poder contener la risa.

Lincoln hizo un puchero por la respuesta, lo que provocó que ella riera más fuerte, pronto Lincoln se unió a su risa y en unos pocos minutos, el estómago comenzó a dolerles, justo antes de llegar a la casa de Clyde, quien se encontraba en el antiguo estudio de su padre empacando todo en cajas con excesiva brusquedad:

-Hola amigo- saludó el peli blanco ingresando al cuarto junto a Ronnie.

-¿Qué?, Ah… Hola Lincoln… Hola Ronnie, ¿qué hacen aquí?-

-Pues…. solo queríamos pasar para saludar y saber si necesitabas un poco de ayuda-

-Estoy bien… solo estoy guardando las cosas de papá en el ático, cada vez que mi papá Harold las ve se pone a llorar- contestó Clyde.

-Será mejor que comencemos- dijo animoso Lincoln.

-Yo iré llevando las cosas al ático, ¡no creo que sus enclenques brazos puedan cargar tantas cajas!- mencionó Ronnie mientras comenzaba a mover las cajas ya empaquetadas.

Horas después, Lincoln y Clyde se encontraban guardando las pertenencias del difunto Howard, ambos intercambiaban una que otra palabra de vez en cuando hasta que el chico de anteojos se detuvo a apreciar una antigua foto en la que Howard le enseñaba a Clyde a andar en bicicleta, Lincoln se acercó lentamente y colocó su mano en el hombro de su amigo:

-Lamentó que todo esto no sea más rápido Lincoln-

-No, no, ¡entiendo!, estás reviviendo muchos recuerdos-

-Mi padre te quería mucho, ¿sabes?, ¡siempre fuiste como un segundo hijo para él- hablaba Clyde mientras le enseñaba otra foto a Lincoln en la que aparecían los cuatro juntos en una guerra de nieve.

Pero Lincoln no podía mirar a Howard en la foto, sino al duende verde:

-Lo más importante es que sabias que te quería Clyde-

-Sabes que, ¡creó que ya trabajamos bastante por hoy!, vayan a la heladería, ¡yo los alcanzo en un rato!-

-Clyde, si quieres estar solo lo comprendo-

-Solo necesito tiempo para digerir todo esto-

-¿Clincoln McLoud por siempre?- preguntó Lincoln levantando su puño.

-Clincoln McLoyd por siempre- contestó Clyde chocando el puño de Lincoln.

Minutos después, Lincoln y Ronnie Salían de la heladería comiendo dos grandes helados de chocolate:

-Tu amigo tiene mucha ira reprimida- rompió el silencio Ronnie.

-Si… ¡no lo envidio!-

-Pero mira quien habla, hace poco que perdiste a tu abuelo y que Stella se marchó, pero en los últimos días no has pensado en otra cosa que en ayudar a tu mejor amigo-

-No me crees un blando nerd por eso, ¿o sí?-

-Tienes buenas notas, nunca rompes las reglas a propósito, no te juntas con los populares ¡claro que eres un nerd!- Lincoln desvío la mirada, pero ella, al notar esto, sonrió y después de una pausa continuó hablando- pero eso no tiene por qué ser malo, ¡siempre quieres ayudar a las personas, aunque no logres ayudar a todos!, tal vez seas un enclenque pero ojalá todo el mundo fuéramos como tú, ¡no se necesitaría de súper héroes!-.

-También fue muy dulce de tu parte en ayudarnos- mencionó Lincoln como un cumplido- ¡ahu!- se quejó por el dolor en su brazo por el golpe que acababa de recibir.

-No empieces con cursilerías Lincoln Loud, será mejor que me vaya, ¡luego nos vemos torpe!- comentó Ronnie antes de marcharse.

Spider-kid se balanceaba entre los edificios a máxima velocidad, había prometido a su hermana Lynn Junior ayudarla a entrenar y sabía muy bien lo que podía pasar si no llegaba a tiempo a su entrenamiento, sin embargo, el pánico en el puente de Royal Woods provocó que se detuviera, aquel lugar le traía malos recuerdos ya que en el su amada Stella y hermanitas casi habían muerto a manos del duende, había intentado evitar ese sitio pero el deber era el deber, tal vez si se apresuraba podría llegar a tiempo al entrenamiento. Cuando llegó al puente, las personas salían de sus vehículos y los dejaban atrás sin importarles el dinero que les había costado pagar por ellos, el miedo y el caos estaba en los ojos de los civiles, spider-kid preguntaba la causa, pero todos estaban muy apresurados corriendo por sus vidas como para detenerse y atender las cuestiones del chico. Pero no hizo falta mucho tiempo para obtener la respuesta, ya que el firme pavimento comenzó a fragmentarse sumiendo a varios automóviles en el proceso, una nube de polvo entonces cubrió todo y de las entrañas de la tierra salió lo que parecía ser un…. ¿tentáculo mecánico?. Poco después se reveló la figura de una chica un poco mayor que Lincoln que tenía cuatro brazos mecánicos adheridos a la espalda, la adolescente llevaba lentes que cubrían sus ojos y tenía puesta una bata de científica de color verde fosforescente:

-Hola spidey-

-¿Hola?, disculpa ¿te conozco?- interrogó Lincoln a la desconocida, por alguna razón por su tono de voz la chica parecía conocerlo, aunque él no recordaba haberla visto antes.

-¿Qué le hiciste al doctor Howard?-

Aquel nombre…. aquel nombre que lo perseguía en todas sus pesadillas, en los últimos días lo habían acusado por su muerte en todos los medios de comunicación, había decidido ignorar todos los comentarios negativos como las demás críticas hacia la figura de spider-kid, pero ahora había alguien potencialmente peligrosa enfrente de él cuestionándolo al respecto, el chico enmudeció y ante su falta de respuesta ella lo tomó como un reto:

-¿Quieres jugar conmigo?- en ese momento la castaña levantó dos de sus brazos mecánicos y las tres puntas que se desprendían de cada uno de ellos comenzó a moverse a gran velocidad en forma de hélice- ¡si te niegas a hablar tendré que rebanarte en pedazos!.

Ella procedió a atacar al chico, quien rápidamente comenzó a esquivar los ataques de los tentáculos hasta que uno de estos amarró su cuerpo, inmovilizándolo para después empezar a azotarlo contra el pavimento bruscamente y en repetidas ocasiones sin intención de detenerse:

- ¿Crees que tus mediocres poderes arácnidos son rivales de mis indestructibles brazos hidráulicos?-

Spider-kid ató una telaraña a un poste para impedir seguir siendo golpeado pero la lunática de los tentáculos utilizó uno de sus brazos para cortar la telaraña:

-Tus patéticas acrobacias no me impresionan arácnido- dijo la chica mientras acercaba al héroe hacia ella con uno de sus brazos.

-Normalmente las chicas me adoran, pero…. toma telaraña- spidey arroja telaraña a los ojos de la chica para impedirle ver y poder liberarse- necesitas un nombre, qué tal ¡pulpa genio!.

El comentario no pareció agradar a la adolescente, quien reinició el ataque contra spidey arrojándole múltiples objetos con ayuda de sus brazos.

-No, ¡qué tal octopus!, a mí me agrada y ¿a ti?- preguntó el chico antes de casi ser empalado por un tentáculo, el cual sí fue capaz de perforar un automóvil- esperó que el dueño tenga seguro.

-¿Es que nunca te callas?, el parloteo no va con la inteligencia enano- cuestionó furiosa la castaña.

-Me ayuda a aligerar la tensión-

Spider-kid procedió a amarrar a toda velocidad con suficiente telaraña los dos brazos mecánicos que sostenía a octopus entre sí para que perdiera el equilibrio y así poder atarla e inmovilizarla:

-¡Pagarás por esto artrópodo de cuatro extremidades!-

-No entendí lo que me dijiste porque apenas lo estoy aprendiendo en la escuela, pero tomando en cuenta el contexto y por las dudas, tu mamá. Ahora ¿quién eres tú?-

Octopus intentaba golpear a spidey con sus brazos humanos pero era incapaz de alcanzarlo:

-Oye… oye, hasta que dejes de querer matarme, no te liberare ahora ¿por qué me atacaste?-

En ese momento el sentido arácnido de Lincoln se activó y al poco tiempo escuchó un sonido familiar que le puso la piel de gallina al instante: los rebotes de una pequeña esfera de metal chocando contra el piso se hicieron presente hasta que esta se detuvo y una tremenda explosión destruyó parte de lo que hasta ahora había permanecido intacto del puente. Pronto una risa se robó la atención de todos, el autor no era otro sino un duende cuyo vestuario y piel eran de un color fuego vivo:

-¿Señor Howard?- preguntó spidey ante la impresión, ¿acaso no había muerto?.

El duende rojo parecía estar a punto de atacarlo cuando, octopus presionó un botón de su cinturón que la teletransporto fuera de ahí, en cuanto ella se desvaneció, el duende rojo procedió a hacer lo mismo:

-Esto se está poniendo cada vez más loco-mencionó Lincoln volteando a ver a los lectores.

En ese instante la policía llegó:

-Mi adorable público está aquí, lo siento chicos, ¡hoy no firmo autógrafos!- comentó spider-kid antes de marcharse de ahí.

Clyde terminaba de guardar algunas cosas en las cajas cuando algo desató su ira, la razón: un periódico cuyo encabezado era "Spider-kid involucrado en la muerte del científico Howard McBride", el chico no pudo contenerse más y comenzó a lanzar objetos a diestra y siniestra por todo el estudio para intentar desahogarse, hasta que uno de esos objetos atravesó el espejo de la habitación, intrigado, Clyde atravesó el espejo que al parecer era en realidad una entrada a un cuarto oculto. Todo era oscuro y Clyde caminaba con un poco de miedo por el tétrico pasillo que tras unos segundos lo condujo hasta lo que parecía ser un laboratorio secreto. Clyde miraba cada artilugio con admiración y confusión, lo que no sabía era que unos brillosos ojos amarillos lo veían desde las sombreas mientras una sonrisa yacía en aquel rostro inerte, Clyde casi choca contra una máscara que estaba sobre un soporte, pero no era cualquier máscara, era la del duende verde, ¿acaso podía ser que su padre Howard era….. Clyde retrocedió por el impacto de tal revelación, era mucho información que su cerebro no era capaz de digerir, pronto chocó contra un gigantesco estante lleno de bombas calabaza, lo cual confirmó sus sospechas, pero en el estante también había un pequeño compartimento en el que estaban varios cilindros de cristal cuya etiqueta decía: "globulina verde". El chico tomó un frasco entre sus manos, ¡ahora todo tenía sentido!, spider-kid había asesinado a su padre en su último enfrentamiento, una parte de él se negaba a reconocerlo, pero ahora no había espacio para la duda con toda la evidencia frente a sí.

Continuará..