PARTE 9 La Trampa
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Esa IA lo hacía sentirse extraño. Su Dilanza respondía de manera acorde a los ataques de su oponente, evadía cualquier ataque que llegara a producir un daño, calculaba el nivel de amenaza de cada movimiento y procuraba la mejor arma según el momento, y Guel a momentos tenía que soltar los controles al ver cómo se movían solos, cómo priorizaba otra arma en lugar de usar la que él había elegido. Todos en Jeturk House lo animaban a grandes voces, para ellos era bueno tener a Guel de regreso y ganando, incluso Lauda se sentía contento de ver que usaba la IA que su padre ordenó.
Nunca era bueno retar la autoridad de Vim Jeturk, sus hijos lo sabían mejor que nadie.
Pese a lo raro que fue ese duelo para alguien que gustaba de estar en control en todo momento, al final se sintió bien ver que una victoria se sumaba a sus puntos. Guel miró las derrotas que mostraba el panel y frunció el ceño, esas derrotas fueron culpa de Yukishiro, ella ensució sus números perfectos, pero aún no era momento de retarla, no hasta que tuviera permitido pilotear de nuevo. Mientras, debía pasar por el otro importante obstáculo: la Mercuriana.
Quizá con la IA podría sobrepasarla. Y siguiendo esa lógica, si podía derrotar a la Mercuriana, entonces Yukishiro no sería problema. Al final, Guel salió con una sonrisa de la cabina del Dilanza. Sus compañeros de Casa lo recibieron con ovaciones y aplausos.
Earth House vio el duelo mientras comían algo, Miorine y Honoka estaban ahí también, de hecho Miorine llevó tomates con los que Aliya hizo sándwiches para todos. Ojelo cometió el error de apostar por el oponente de Guel Jeturk y perdió.
"¿Soy yo o el señor Jeturk piloteó de forma rara?" Preguntó Suletta luego de pasarse un bocado de su comida, estaba confundida, ese duelo fue raro.
"Lucía distinto al duelo que tuvo contigo", comentó Nagisa, que también notó la diferencia.
"Nosotros hemos visto a Jeturk pilotear muchas veces y ese no parecía ser él", dijo Nika. "Usó el arma exacta en todas las ocasiones, y todos sabemos que su puntería no es la mejor, prefiere los combates cerrados".
Miorine suspiró. "¿Usó una IA, verdad?"
"Se nota", asintió Honoka.
"¿Eso es legal?" Preguntó Nagisa, entre sorprendida y preocupada.
"Sí, forma parte de muchos sistemas de navegación, sobre todo de transbordadores y estaciones espaciales", explicó Honoka. "Ayudan a detectar amenazas de impacto y dan sugerencias para que la tripulación humana a cargo evalúe la situación y dé con una solución adecuada. También sirve para dejar los sistemas en piloto automático cuando las condiciones son ideales, que son los momentos perfectos para minimizar el estrés y evitar el cansancio crónico de la tripulación".
"Oooh", dijeron varios de los presentes al mismo tiempo, sorprendidos por el dato.
"Eres muy lista, Honoka", Nagisa sonrió y soltó una risa pequeña mientras devoraba otro sándwich.
"¿Entonces está bien usar eso en un MS?" Fue el turno de una molesta Chuchu de preguntar. "¿Cuál es el punto de pilotear entonces si una IA puede hacerlo mejor?"
"Jeturk no lo hizo mejor", fue la inmediata respuesta de Miorine. "El piloto que se enfrentó a él no era tan bueno, incluso sin una IA lo hubiera derrotado".
"La IA sólo es un asistente, así debe de usarse y no como Jeturk lo acaba de demostrar", continuó Honoka, ahora seria. "Una IA de pilotaje decide las acciones en base a un algoritmo alimentado por estadísticas y movimientos predeterminados, pero no puede responder a la pasión, la destreza natural e incluso el miedo y la voluntad de vivir de un humano", su voz iba tomando volumen. La especialidad de Honoka era explicar los temas que le apasionaban. "El detalle, la entrega, el coraje de no rendirse incluso cuando las probabilidades están en contra y encontrar soluciones inesperadas, es lo que hace a los humanos mucho mejores para pilotear. Si una IA ve que una acción tiene sólo un 20% de probabilidad de ser exitosa, entonces decide desecharla, mientras que una persona ve ese 20% y decide que vale la pena intentarlo. Incluso si es sólo del 1%, lo intentamos. Es por eso que las personas viven en el espacio ahora, porque hubo quienes se aferraron a ese 1% de probabilidad".
"Me encantas, en serio", dijo Chuchu con una sonrisa apenas recuperó el habla. "Ahora tengo ganas de ir a practicar con mi Demi".
"No comas ansias, Chuchu, no podemos ir a las zonas de prácticas cuando queramos, tenemos ya nuestros horarios reservados", Nika le dio un empujoncito con el hombro a la joven piloto para apaciguar su entusiasmo.
"Oh, entonces haré más ejercicio apenas llegue el equipo de gimnasio".
"Yo también necesito hacer más ejercicio", dijo Suletta con alegría. "Podemos salir a correr temprano antes de clases".
"Me encanta la idea, apúntenme", se sumó Nagisa de inmediato.
"Gracias por la comida", Miorine se puso de pie mientras se limpiaba la boca con una servilleta. Los sándwiches de Aliya eran buenos, pero admitía que le gustaba mucho más cuando Honoka cocinaba. "Nosotras debemos ir a trabajar en el proyecto".
"Hora de trabajar. Gracias por los sándwiches, estuvieron deliciosos", dijo Honoka con amabilidad y también se alistó para salir de Earth House.
"Las acompaño, por si necesitan mover algo pesado", se ofreció Suletta de inmediato. "¡Gracias por los sándwiches, señorita Aliya".
"También voy, es mi trabajo ayudar a mi futura jefa", Nagisa pronto se unió al pequeño grupo, se colocó junto a Honoka para caminar a su lado, ni siquiera lo pensó. "¡Nos vemos en la noche!"
~o~
Durante el siguiente par de semanas hubo avances sustanciales en el proyecto de los contenedores. Ambas chicas se decidieron por un sistema de sellado al vacío en combinación con bajas temperaturas, eso ya se usaba en alimentos actuales y estaba comprobado que funcionaba sin comprometer de manera severa el sabor y la textura de la comida. El punto ahora era minimizar el gasto de energía de los contenedores, por lo que ya estaban trabajando en ello.
El equipo de gimnasio de parte de Seven Stones llegó una semana después y fue Nagisa quien lo recibió, Honoka estaba ocupada trabajando y eso lo agradeció por una sencilla pero poderosa razón: ahí venía el cargamento de ramen que pidió y... ¡En serio que los padres de Honoka eran tan desprendidos! Tuvo que pedirles a los chicos de Earth House que le permitieran guardar el cargamento en el almacén, y a cambio podían comer el ramen que quisieran. Ellos aceptaron sin pensarlo.
Nagisa, como lo prometió, le dio nuevas marcas y sabores de ramen a Miorine para que los probara, pero Miorine quería comerlos junto con Nagisa y ésta felizmente aceptó.
"Wow, éste está delicioso", dijo Miorine mientras comía uno que tenía carne de ternera.
"¡Lo sé! Es uno de mis favoritos, sabía que te iba a encantar", dijo Nagisa con alegría. "Los otros sabores de la misma marca saben muy bien también".
Ambas se encontraban en el invernadero. Honoka estaba ocupada haciendo sus ejercicios de terapia física bajo la supervisión de Suletta. Tampoco que pensaran ocultar que comían ramen, pero era divertido hacerlo en secreto sólo por esa vez.
"Cenaré uno diario hasta que se me acaben los que me diste", dijo Miorine entre bocados.
"Cuando se te acaben, dime, me mandaron suficiente para alimentar a Earth House por meses", comentó Nagisa con picardía.
Ambas siguieron comiendo en silencio, Nagisa fue la primera en terminar de comer. "Debo ir a ver cómo va Honoka".
"Ve, anda. Sé que Suletta no la dejará exigirse demasiado, pero de todos modos ve", Miorine se tomaba su tiempo para comer y saborear su ramen.
"¿Te mando a Suletta cuando acaben?"
"Por favor".
Nagisa levantó ambos pulgares en respuesta y salió corriendo del invernadero camino a Earth House. Pero como comenzaba a hacerse una agradable costumbre, Elan Ceres apareció en su camino.
"Hey, hola", saludó la piloto con una sonrisa que seguía siendo nerviosa. ¿En serio ese chico tenía interés en ella como para darse oportunidades para verla? ¿Aunque fuera por minutos solamente? El solo pensamiento la hacía sentir algo en el estómago, una sensación desconocida pero agradable.
Elan movió la cabeza a manera de saludo y agradeció que ésta vez Nagisa decidiera detener su paso, detestaba tener que moverse a la par para hablar. Y el chico también agradecía que la Earthian buscara oportunidades para andar por su cuenta en la escuela.
"La última práctica que tuvieron fue bien", comentó Elan para abrir la plática, a momentos era él quien debía abrir la boca, podía notar el nerviosismo en la piloto como para ser ella quien hablara primero.
"Sí, estoy mejorando bastante gracias a mis amigas, son grandiosas y no puedo ni debo quedarme atrás", respondió Nagisa, contenta. "Además, Suletta dice que se divierte mucho practicando conmigo entre sus duelos".
"Sí, se le apilaron los duelos en estos días, pero sólo puede tener un máximo de dos duelos a la semana, según las reglas del Comité", agregó el chico Ceres. Y también recordaba, casi divertido, cómo Jeturk llegó diciendo que quería retar a la Mercuriana y tuvieron que decirle que se formara y esperara a que estuviera libre.
La fama de Suletta como piloto estaba subiendo poco a poco. Aún se mencionaba que era una Bruja pero el Gundam Calibarn siempre se mantenía dentro de los parámetros y en sus últimos duelos lograron hacerle un poco de daño, lo que quería decir que la chica no era invencible y eso animó a muchos a retarla.
"Me alegra que no me reten", dijo Nagisa con alivio.
"Sólo no descartes la posibilidad, puede suceder", comentó Elan. "Pero no creo que tengas problemas, también tienes habilidad", y el chico detestaba admitir que las habilidades de Misumi eran soberbias, la forma en la que piloteaba al MS Black estaban por fuera de todos los manuales de pilotaje y eso, lamentablemente para todos los demás, estaba ayudando a Suletta Samaya a mejorar sus habilidades también.
"Gracias, doy todo mi esfuerzo".
Elan la miró de reojo y decidió probar suerte. "¿Y cómo va tu jefa con su recuperación?"
"Va muy bien, pronto le darán el alta médica y podrá pilotear de nuevo, sólo espero que no busquen retarla tan pronto".
"Será bueno ver de nuevo en acción a su MS".
"Lo mismo digo, será genial cuando se pueda unir a las prácticas, Honoka es fantástica y he aprendido mucho de ella", Nagisa no se veía a sí misma, pero su gesto se suavizaba más y adoptaba una calidez genuina al mencionar a Honoka.
Elan sí lo notó. Era perfecto para su plan.
"Me encantaría practicar contigo alguna vez", comentó casualmente el chico.
La propuesta hizo que Nagisa lo mirara con sorpresa y los ojos bien abiertos. Elan supo que ella cayó en la trampa y siguió atacando.
"No hay muchos oponentes en la escuela que valgan la pena", murmuró el chico.
Nagisa sintió un rubor en sus mejillas y se llevó una mano a la nuca en clara señal de nervios, comenzó a reír de torpe manera. De pronto Elan estaba demasiado cerca de ella. La respiración de Nagisa casi se detuvo.
Mientras tanto, no muy lejos de ahí, Honoka y Suletta iban camino al invernadero, terminaron antes con los ejercicios cuando Suletta notó que Honoka se estaba cansando un poco más rápido que de costumbre. Sus músculos seguían ganando fuerza pero lo mejor era que no se forzara demasiado. Fue Suletta quien la detuvo y sugirió que comieran algunos tomates, Honoka aceptó y ambas iban camino al invernadero.
"Unos días más y podrás pilotear otra vez", dijo Suletta con emoción y una sonrisa enorme. "Me encantaría aprender más movimientos tuyos no sólo en video".
"Nagisa y tú tienen un gran instinto y se adaptan muy rápido, no sé qué tanto sea capaz de enseñarles a pilotos tan capaces. Chuchu tiene un talento latente también, espero serle de ayuda", respondió Honoka mientras hacía algunos movimientos circulares con su brazo para relajar su hombro luego del ejercicio.
"Eres de mucha ayuda, señorita Honoka, además estás ayudando con lo de los contenedores para mi planeta".
"Espero que podamos finalizar el proyecto para antes de que salgamos de la escuela", el asunto del ahorro de energía y de fuentes de energía alterna para los contenedores aún le comía la cabeza a la chica. "Pero incluso si no es posible, te prometo seguir trabajando en ello".
Suletta se quedó pensando un poco en eso. "¿Qué crees que pase con la señorita Miorine luego de su cumpleaños?"
Honoka sonrió. "Serás oficialmente su Prometida y nadie más podrá pedir su mano por medio de duelos, pero al final sólo pasará lo que Miorine quiera. Hasta el momento el gran jefe no se ha molestado porque tú seas la Holder, lo que quiere decir que aprueba su matrimonio", y estuvo a punto de agregar que seguramente Delling Rembran lo aceptaba porque la empresa Vanadis tenía pocos activos a comparación de cualquier otra empresa del Grupo Benerit, los Rembran seguirían teniendo el control de todo. Honoka sospechaba que Miorine pensaba lo mismo y dudaba mucho que quisiera tomar el liderazgo del Grupo. "Si te preocupa el tema, puedes hablarlo con Miorine".
Suletta asintió. "A mi me alegra que puedas regresar con Nagisa a la Tierra cuando terminen de estudiar".
"Tenemos mucho qué aprender aquí, da igual que no les guste mucho nuestra presencia a los demás. Pude haber aprendido lo suficiente en casa pero..."
"Avanza y ganarás dos", dijo Suletta de repente y notó que Honoka le miraba con curiosidad. "Si hubieras decidido quedarte en la Tierra, no tendrías problemas con los demás en la escuela, no habrías tenido esa lesión. Hubieras ganado seguridad y calma. Pero como avanzaste..."
La mecánica sonrió. "Entonces estoy ganando más experiencia. Conocí a Miorine, te conocí a ti, ahora tengo a Nagisa e incluso he hecho más amigos como nunca antes, e incluso estoy ayudando a todo un planeta a expandir su población".
"Ganaste más de dos", asintió Suletta con alegría y ambas compartieron una sonrisa más grande.
Avanzaron un poco más hasta entrar al camino bordeado de árboles y de pronto escucharon voces, y una de esas voces era familiar. Era la voz de Nagisa y se escuchaba platicando con alguien.
"Lástima que no sea posible", agregó el chico con todas las intenciones de ver qué respondía Nagisa. "Me gusta platicar contigo pero... No creo que tu jefa te vaya a permitir practicar conmigo".
"A... A mi en serio me encantaría practicar contigo, eres un gran piloto, incluso mis amigos lo dicen y han apostado por ti". Nagisa tragó saliva. "¡De verdad quiero practicar contigo! ¡No necesito el permiso de nadie para practicar con quien yo quiera!"
"¿Porqué estás hablando con Elan Ceres?" Preguntó una sorprendida voz de repente.
La voz de Honoka.
Nagisa respingó y miró a Honoka con unos nervios totalmente distintos a los que estuvo sintiendo hace un momento. Honoka no era la única presente, Suletta estaba con ella y lucía preocupada y sin saber qué decir ante la situación.
"Honoka... Yo..."
"Te dije que no me fiaba de nadie de Peil, ¿porqué estás planeando practicar con él?" Continuó Honoka, ahora genuinamente molesta. Le dejó en claro que no confiaba en nadie de los Tres Grandes, y por lo que alcanzó a escuchar antes de entrar propiamente a escena, no era la primera vez que hablaban, se trataban con mucha familiaridad.
"Señorita Honoka, por favor, cálmate", pidió Suletta, nerviosa pero con gentileza.
Elan tenía la oportunidad perfecta a la mano y no iba a desaprovecharla. "Lo lamento mucho, Misumi, no sabía que tenías prohibido hablarme. Será mejor que me vaya".
Nagisa, en su confusión y nervios, sumado a que Elan dio media vuelta con todas las intenciones de retirarse, la hizo explotar de manera inesperada. Comprendía la desconfianza de Honoka pero Elan no había hecho nada malo hasta ese momento, sólo hablar con ella, sólo dedicarle tiempo cuando tenía oportunidad. Se le hizo injusto que Honoka reaccionara así. La piloto apretó los puños.
"¡Espera, no te vayas!" Le pidió Nagisa a Elan y enseguida miró a Honoka con enojo. "¡No tienes derecho a decirme con quien hablar y con quien no!"
Honoka se sorprendió por la reacción de Nagisa. "No te estoy prohibiendo nada, pero ya te he dicho que no me confío de ninguno de los Tres Grandes".
"¡Él no me ha hecho nada malo!" Alegó la piloto. "¡Sólo hemos platicado y me ha dicho lo buena piloto que soy y que nos gustaría practicar juntos, es todo!"
"¡Se está aprovechando de tu ingenuidad!" Fue toda la respuesta de Honoka y se arrepintió de soltar esas palabras sin pensar, sobre todo la última. Notó el gesto dolido de Nagisa.
Suletta comenzó a jugar sus manos entre sí sin saber qué hacer, mientras que Elan sonrió por lo bajo. Aún no volteaba, y cuando lo hizo, notó el gesto de Misumi. ¡Eso era perfecto!
"Nagisa, yo..." Honoka no pudo ni formular una disculpa.
"¡Vámonos!" Dijo Nagisa con enojo y se llevó a Elan por la chaqueta.
"¡Nagisa, espera!"
Pero Nagisa no esperó. Elan estuvo tentado a mirar cualquiera fuera la cara que puso Yukishiro ante la escena, pero no quería verse sospechoso tan pronto. Oh, si escucharas a tu jefa, pequeña Earthian, pensó Elan sonriendo por lo bajo.
"Lamento haberte metido en problemas", se disculpó el chico apenas estuvieron a una distancia suficiente.
"No te preocupes, esto es asunto entre Honoka y yo", respondió una tensa Nagisa sin detenerse.
Elan frunció un poco el ceño al notar que ella no paraba, de hecho estaba a nada de correr. "Calma, con un descanso estarás bien y te sentirás mejor", el chico sabía que debía mantener el papel un poco más, pero tampoco pensaba dejarse llevar por todo ese desastre. Tomó la mano de Nagisa contra su voluntad y le dio un apretón que trató de ser gentil.
Nagisa frunció el ceño. Esa mano no se sentía como la mano de Honoka, la mano de Elan era más grande y por alguna razón se sintió rara, pero el enojo no le permitió indagar más al respecto.
"Siento lo que pasó. Será mejor que me vaya a descansar".
Elan asintió, aliviado. "No tiene porqué pasar a más éste asunto, Yukishiro es tu superior, no queremos que te mande a casa si tienes desacuerdos con ella".
Ese pensamiento hizo que algo en el estómago de Nagisa se revolviera. "No te preocupes, yo me las arreglaré. ¿Y sabes? Me gustaría mucho practicar contigo".
El chico Peil celebró por dentro. "¿Segura?"
"Estoy tensa y así no podré hablar con ella, tampoco quiero meter al resto de mis amigos en éste asunto, así que una vez que descargue todo lo que tengo, podré hablar con Honoka".
Elan asintió. "¿Está bien si intercambiamos contactos? Para programar la práctica".
Nagisa asintió y se fue a Earth House apenas intercambió contactos con Elan Ceres.
~o~
Miorine no sabía exactamente qué decir a esa situación, nunca había visto a Honoka así. En días anteriores Honoka le contó que a Nagisa le gustaba un chico y que por esa misma razón había decidido no cortejarla y mejor mantener su amistad y relación profesional. Pero las cosas se complicaron mucho cuando la vio con ese chico de Peil. Miorine detestaba a los Peil también, esas brujas eran insufribles y era un secreto a voces que ellos constantemente buscaban robar información y secretos industriales por medio de sus hackers.
Suletta se quedó tan preocupada que le pidió a su Prometida acoger a Honoka esa noche en su cuarto. Miorine accedió sin dudarlo.
"Tu dormitorio es un desastre como siempre", murmuró Honoka luego de un rato de silencio.
"El único desastre aquí eres tú", se defendió Miorine de inmediato. "Ya pasó lo peor, lo único que puedes hacer es disculparte por lo que le dijiste".
"Lo haré", suspiró la mecánica. "Debí decirle más sobre los Peil a Nagisa".
"Tú no sabías que Nagisa hablaba con Elan Ceres", Miorine se encogió de hombros. "Sospecho que nadie en Earth House lo sabe tampoco".
"Yo no quería insultar a Nagisa".
"Lamentablemente eso pasó".
"Y me preocupa que Ceres esté cerca de ella, debe estar planeando algo".
"Y como futura líder de Seven Stones, ya sabes lo que te toca hacer", dijo Miorine con seriedad. Se acercó a Honoka y le dio un golpecito en la frente con uno de sus dedos. La miró con cierta diversión. "No que me guste verte deprimida, pero nunca imaginé que te vería así alguna vez. Ni siquiera cuando me dijiste que ya no cortejarías a Nagisa estabas así".
Honoka estuvo a punto de responder pero entonces recordó de nuevo la razón por la que ya no iba a declararle sus sentimientos a Nagisa. A Nagisa le gustaba un chico... Y si ese chico era Elan Ceres, entonces...
"Debo evitar que Ceres le haga algo a Nagisa".
Miorine frunció el ceño. "Al fin estás funcionando como es debido".
"Por ahora debo darle tiempo a Nagisa para que se calme".
"Sí, eso tiene sentido, Nagisa no cooperará si está enfadada".
"Hablaré con ella cuando sea el mejor momento".
"Anda, descansa, tú también necesitas recuperar tu brillante cabecita si quieres arreglar éste desastre. Y si necesitas ayuda para hacer las pases con Nagisa..."
Honoka sonrió. "No, gracias. Pero si en serio necesito ayuda, serás la primera a la que llame".
Mientras tanto, en Earth House, Suletta le propuso a Nagisa ver algunos programas en la cabina de Calibarn y la chica asintió. Suletta estaba un poco nerviosa y se notaba que quería decir algo para ayudar pero no sabía qué decir, esa situación era totalmente nueva para ella. Nagisa finalmente sonrió, tampoco quería que Suletta se tensara por su culpa. Ambas estaban sentadas contra el muro de la cabina, el asiento podía moverse de su sitio.
"Lamento que tuvieras que ver eso", fue la sincera disculpa de Nagisa, para enseguida murmurar repetidamente un "no puedo creerlo" mientras se llevaba las manos al cabello.
"Fue una situación complicada. A la señorita Miorine tampoco le gusta esa gente, de hecho la detesta", respondió Suletta de manera nerviosa.
Nagisa hizo una graciosa cara de niña regañada. "¿También crees que Elan es malo?"
"No conozco al señor Ceres pero confío en mi Prometida. La señorita Miorine no hablaría mal de alguien de manera injustificada", explicó Suletta rápidamente. "Entiendo porqué estás enojada, pero creo que ellas tienen sus razones para desconfiar".
Las palabras de Suletta calaron en la cabeza de Nagisa con fuerza. Su amiga tenía razón, ninguna de ellas parecía el tipo de personas que hablarían mal de alguien sólo porque sí, pero el asunto de Elan Ceres era aparte. Nagisa frunció el ceño.
"Ella me llamó ingenua, tonta y..."
"Creo que sólo dijo lo de ingenua", aclaró Suletta de inmediato.
"Pues se siente como si me hubiera llamado tonta", se quejó la chica. "Estoy enojada todavía..."
Suletta sonrió. "Veamos el programa que más te guste, te sentirás mejor y podrás hablar con la señorita Honoka después. Ella te aprecia mucho, seguramente querrá disculparse".
Nagisa suspiró. "De acuerdo, veamos algo... ¿Conoces a los Battle Rangers?"
"No".
"Oh, te van a encantar".
~o~
Elan sabía que era cuestión de tiempo para que las chicas se disculparan y ya no pudiera acercarse a Misumi, así que al día siguiente le mandó un mensaje a Nagisa pidiéndole la práctica prometida para antes del toque de queda, en uno de los campos de práctica convenientemente más lejanos.
Nagisa aceptó. Suletta la ayudó a calmarse pero seguía enfadada. Ni siquiera era por el asunto de Elan, era porque Honoka la llamó ingenua. Pero tampoco quería seguir enojada con Honoka, esa sensación era molesta y le costó mucho ignorarla durante las clases que compartían. También fue complicado decirles a sus amigos de Earth House porqué no saludó a Honoka cuando la toparon en las clases. Por suerte, Nika sabía leer el ambiente y calmó los ánimos de Nuno y Ojelo para que dejaran de cuestionarla.
Suletta sí saludó a Honoka, desde luego.
"¿Te la encargo mientras arreglamos esto?" Preguntó Honoka a Suletta y ésta asintió con seriedad.
"Yo me encargo".
"Gracias, Suletta".
Y aunque de manera tensa, las clases del día pasaron y terminaron con normalidad. Honoka aún pensaba en qué cosa podría querer Ceres de Nagisa, y sobre todo pensaba en cómo protegerla de cualquiera fuera el plan del chico Peil. Por supuesto, comprendía la parte de culpa que tenía en el problema y decidió enviarle un mensaje a Nagisa luego de clases. Ya la mecánica se encontraba en su sitio seguro: la cabina de White.
[Me gustaría hablar contigo de lo sucedido. Prefiero decirte todo en persona y no por mensaje.]
Honoka se quedó mirando su agenda de manera atenta por varios minutos y se rindió cuando vio a Nagisa marcada como "En Línea" pero no revisó su mensaje. Debía darle un poco más de tiempo, no habían pasado ni 24 horas del incidente. Un suspiro abandonó el cuerpo de la mecánica y decidió ir al taller, tenía trabajo pendiente y eso le ayudaría a ordenar sus pensamientos, sólo mandó un mensaje más.
[Cuando quieras, dime y hablaremos.]
Justo en ese momento vio el llavero negro y no pudo evitar una sonrisa pequeña. Definitivamente arreglaría las cosas con Nagisa, era su amiga después de todo.
Por su lado, Suletta ya estaba en el taller y ayudaba a Miorine a acomodar algunas cosas. Se notaba desanimada y Miorine supo leerla.
"Ellas estarán bien", dijo Miorine con parsimonia. Al igual que Honoka, trabajaba en el núcleo de energía. Era una lástima que los chicos de Earth House no pudieran ayudarles, Nika en especial sabía mucho de sistemas electrónicos, sólo ella podría hacer funcionar un viejo Demi-Trainer como el de Chuchu.
"Es triste que se pelearan así... Me sentí rara al verlas", murmuró Suletta, organizando los componentes.
"Te sentiste incómoda, es normal. ¿Alguna vez te peleaste con tu hermana?"
"No sé si cuente cuando me hacía llorar luego de ganarme en los juegos. Ella es ocho años mayor que yo".
"No, no cuenta. Me refiero a algo que te hiciera enfadar tanto que no quisieras hablarle", aclaró Miorine, se sentía curiosa al respecto.
Suletta hizo memoria y no tardó en negar. "Mi hermana siempre ha cuidado mucho de mi, le gusta molestarme pero nunca al grado de hacerme enojar".
Miorine sonrió por lo bajo. "¿O sea que eres una niña consentida?" Preguntó con picardía.
Suletta se sonrojó. "¡N-No!"
"Le preguntaré a tu hermana cuando hablemos con tu familia por videollamada".
"¡No seas mala, señorita Miorine! ¡Mi hermana dirá todo para avergonzarme!" Lloriqueó Suletta y de pronto escuchó un sonido que no había escuchado antes: una risa. Una linda risa.
Miorine estaba riendo.
El gesto de Suletta se iluminó al verla reír y no pudo evitar una sonrisa enorme, incluso suspiró.
"Ya lo confirmaremos", dijo Miorine apenas se calmó, siguió trabajando con la seriedad de costumbre. "Y respecto a Nagisa y a Honoka, ellas se las arreglarán, Honoka quiere ser la primera en disculparse".
"¿De verdad es malo que esas personas de la Casa Peil estén cerca de Nagisa?"
"Sí, siempre se mueven cuando quieren conseguir algo", fue la tensa respuesta de Miorine.
~o~
Nagisa por alguna razón se sentía nerviosa, pero tampoco quería fallar a una cita. Una cita... Tal pensamiento sonrojó intensamente a la pobre piloto, que sacudió la cabeza y tomó aire. Sólo sería una práctica y ya, una vez que terminara de tranquilizarse, respondería el mensaje de Honoka, hablarían y ya verían qué pasaría después.
Aún había suficiente luz del horario vespertino, Asticassia siempre estaba en movimiento y muchos MS andaban de un lado a otro, así que no se sintió culpable de quitar el anclaje de Black y subir a la cabina para salir de Earth House aprovechando que todos estaban ocupados. No quiso ir al taller, no con el malhumor que aún cargaba en los hombros. No quería poner incómoda a Suletta y mucho menos a Miorine, comenzando por el hecho de que a Miorine tampoco le gustaba la gente de los Tres Grandes.
Pero Honoka y Miorine no habían visto al Elan que ella conocía, era un buen chico y seguramente tenía un sincero interés en ella si siempre se daba tiempo para hablarle y pasar aunque fuera un rato juntos. Incluso a escondidas. La piloto suspiró y de pronto sonó su comunicador, al ver que era Nika, respondió.
"Hey".
"Hey, Nagisa. ¿Todo bien? Sacaste a Black".
"Sí, quiero practicar un rato, aún me siento tensa y no quiero arrastrar a todos entre mi malhumor. Estaré de regreso para antes del toque de queda, lo prometo".
"De acuerdo, sólo toma la práctica con calma. Si Black llega a tener algún daño, dinos para traerlo de regreso al hangar".
"Lo haré. Gracias, Nika".
La comunicación terminó y Nagisa siguió su camino, decidió silenciar los mensajes, de momento sólo quería disfrutar de una buena sesión de práctica. Elan le mandó un mensaje entre clases para avisarle que había sacado el permiso y debían salir de la zona de pruebas treinta minutos antes del toque de queda. Tampoco iban a quedarse ahí horas enteras, así que Nagisa estaba bien con un rato ahí.
Aunque era raro entrar a un sitio tan vacío, quizá sería más divertido si Chuchu y Suletta estuvieran ahí... Pero Chuchu odiaba a todos los Spacians menos a Suletta y a Miorine. Y no había necesidad de mencionar que Suletta se tomaba cual ley lo que su Prometida decía.
Nagisa sinceramente pensaba que ellas exageraban.
Y sus pensamientos quedaron de lado al no ver el MS Pharact en ningún lado, quien estaba al centro del área era Elan usando su traje de piloto. Nagisa se acercó en Black, lo hizo quedar en una rodilla para poder abrir la cabina y cuestionar a Elan.
"¿Pasa algo malo?" Preguntó Nagisa, preocupada.
"Olvidé que es la revisión mensual de los MS de Peil House", respondió Elan, trató de sonar apenado. "¿Te parece si paseamos un rato en tu Black?"
Nagisa dudó un poco, pero ahí estaba Elan, cuando bien pudo cancelar su encuentro. Agradeció el detalle y aceptó, lo ayudó a subir a la cabina usando la mano de Black. Ya asegurada la cabina, Nagisa hizo andar a Black por el campo de obstáculos.
"Es una máquina maravillosa", dijo el chico mientras miraba todo con genuino interés.
"Lo sé, lo es. Lo ajustaron para mi y hasta el momento lo sigo conociendo, será algo más que un compañero de trabajo, será una extensión más de mi cuerpo y debo conocer a Black a fondo", fue imposible para Nagisa no pensar en Honoka al decir eso. La filosofía de Seven Stones de usar a los MS como algo más que herramientas era una idea con la que se sentía cómoda.
En su ensoñación, Nagisa no percató el fugaz gesto de descontento de Elan.
"Los controles sin duda son únicos", comentó el chico, aún tratando de sonar parco. Su misión era simple, implantar un programa de hackeo que iba a enviar a la Agenda de Nagisa apenas tuviera la oportunidad.
"Lo son, están personalizados. Honoka los..." Nagisa calló. Honoka los sigue mejorando para mi, fue lo que Nagisa no pudo decir. Sacudió su cabeza de esos pensamientos, porque también recordó cuando Honoka la llamó ingenua. "¿Tienes hambre? Tengo un par de vasos de ramen por aquí".
"Me encantaría", respondió Elan y aprovechó cuando Nagisa se puso de pie y sacó la comida de un compartimento bajo. Segundos solamente. Mandó el mensaje a la Agenda de Nagisa y notó que la alarma estaba silenciada. ¡Perfecto!
Era hora de terminar con ese molesto teatro.
Antes de que Nagisa pudiera voltear, Elan fue quien tocó la pantalla de la Agenda de la piloto para abrir el mensaje y, con ello, el programa espía.
Y entonces sucedió, fuertes alarmas sonaron dentro de la cabina.
[ALERTA, INTRUSO.]
[ALERTA, INTRUSO.]
[UN SOFTWARE DESCONOCIDO INTENTA ACCEDER A LA BASE DE DATOS.]
[ACCESO DENEGADO.]
[APAGADO DE EMERGENCIA DEL SISTEMA EN PROCESO.]
Y Black se puso en una rodilla mientras abría la cabina para permitir la salida del piloto.
Nagisa en serio se asustó al escuchar eso y miró a Elan, que lucía molesto.
Y entonces lo comprendió al ver la pantalla de su Agenda que marcaba un mensaje de Elan.
"Tú..."
Elan maldijo por lo bajo y se paró en la orilla de la cabina, miró a Nagisa con un gesto frío, claramente enfadado.
"Supongo que Yukishiro es más precavida de lo que imaginé", dijo, aún molesto. "Y te sugiero no perder el tiempo acusándome, nadie te hará caso y desestimarán la acusación, soy de los Tres Grandes y ustedes dos sólo son un par de intrusas con suerte".
"Honoka tenía razón", Nagisa cayó sentada, sintió náuseas. "Sólo te me acercaste para..."
"Sí, para conseguir datos del sistema de tu MS, pero no lo logré".
Nagisa sintió un nudo en la garganta.
CONTINUARÁ...
