PARTE 11 Cuestión de Respeto

~o~

Todos en Earth House felicitaron a Nagisa por su aplastante victoria. Al igual que Honoka, Nagisa tenía un estilo de combate ajeno a todo manual, muy normal al ser un par de Earthians con otro modo de ver y actuar en su vida diaria. También celebraron cuando llegaron los equipos y vehículos prometidos en la apuesta. Esos nuevos equipos serían de mucha ayuda.

Mientras que en Jeturk House todo era un incómodo silencio mientras los mecánicos arreglaban el MS de Lauda y éste, sin poder soportar la vergüenza de haber perdido de esa manera tan estúpida, se encerró en su cuarto. Los llamados de Petra poco efecto tuvieron, la verdad era que nadie podía negar que la derrota fue bastante humillante. Por su lado, Guel miraba el Dilanza de su hermano y cómo los mecánicos hacían su trabajo reparando todo mientras compartían sus opiniones sobre el duelo en forma de murmullos casi mudos.

No había necesidad de escucharlos para saber que opinaban lo mismo que todos los demás, que fue un duelo humillante.

"Maldita Earthian", masculló Guel. Su camino se estaba llenando de tantos obstáculos que era ridículo. ¿Cómo se suponía que recupere a Rembran si la campesina Mercuriana se niega a pelear contra él? Todo era un desastre.

Por su lado, Elan Ceres estaba en video-conferencia con algunos representantes de Peil y no pensaba permitir que le echaran la culpa de la más reciente falla.

"Como podrán ver, el programa no consiguió ni una sola coma de la programación del MS Black", dijo Elan con su parca voz. "La única manera de tratar de hacernos con los secretos de esos MS es por medio de un duelo, y acaban de ver cómo pelea la piloto de Seven Stones".

"Es una rufián violenta justo como Yukishiro", bufó una de las mujeres.

"Si desean que la rete..." Murmuró el chico.

"Aún no, debemos hacerle más ajustes al Pharact si queremos que resista los golpes de esas salvajes", dijo otra de ellas. Aunque hacer más resistente la protección del MS lo haría más pesado y eso comprometería su modo de vuelo.

De pronto, alguien más se unió a la conversación.

"No entiendo la necesidad de seguir enemistándonos con los de Seven Stones", sonó de repente la voz del verdadero Elan Ceres, quien miró al chico con una sonrisa complaciente. "Hola, Cuatro".

"Señor Ceres", saludó el piloto.

"Veo que no te han hecho el trabajo sencillo", dijo Elan, mirando a las mujeres con descontento, para enseguida notar el rostro amoratado de su doble. "Lamento eso, agregaremos un bono extra a tu pago por el daño que recibiste".

"Gracias".

"Y en cuanto al tema importante, lo que yo recomiendo es que por ahora tomes distancia, dejemos que otros peleen contra ellas y nos ayuden a conseguir lo que necesitamos. Jeturk House sigue perdiendo, pero si los ayudamos a enfrentar a las Earthians, entonces podremos conseguir alguno de esos MS".

"Lamento contradecirlo, Señor Ceres, pero Guel Jeturk no es un sujeto brillante", dijo Cuatro de inmediato. "No creo que quiera aceptar nuestra ayuda, es demasiado orgulloso".

"Lo sé, pero su hermano debe estar lo suficientemente humillado como para permitirse coleccionar derrotas como su hermano mayor", Elan se encogió de hombros. "No perdemos nada con que lo sugieras. Cuando estén lo suficientemente desesperados, estoy seguro que considerarán nuestra propuesta".

Nadie del Consejo de Peil podía alegar nada contra ese plan, era bueno y al menos saldrían del radar de Seven Stones, eran los Jeturk los que buscaban la presidencia del Grupo Benerit por medio de la princesa de la escuela, y eran los Peil los que querían sacar a su competencia del camino, ambos lograrían sus objetivos si trabajaban juntos.

"¿Quiere que lo haga a la brevedad, Señor?"

"No, deja que se hagan de un par de derrotas más y luego habla con ellos".

"A la orden".

Y con eso, la conferencia finalizó. Cuatro soltó un suspiro de alivio. Mientras siguiera las órdenes del jefe y cumpliera con sus misiones hasta graduarse, aseguraría una vida tranquila y plena para su madre y podría recuperar su rostro.

~o~

"En serio no puedo creer que conseguiría mi primera victoria así", decía Nagisa con una sonrisa que no se había borrado desde el final del duelo y la celebración posterior a ésta. Se encontraba en el cuarto de Hotel con Honoka, le daba un masaje en el hombro, eso ayudaría a relajar sus músculos. "No lo niego, me gustó ganar".

Ambas estaban sentadas, Honoka en la cama y Nagisa en la silla de escritorio. Honoka usaba shorts ajustados y una camiseta de tirantes, tenía los ojos cerrados por culpa de la agradable y relajante sensación del masaje. Suspiraba cada tanto en señal de alivio.

"Lo hiciste bien, dejaste que tu cuerpo hablara para que Black se moviera como si fueras tú", dijo Honoka luego de apretar los labios al sentir un poco de dolor en un nudo en su hombro. "Justo ahí, por favor".

"Lo sentí, yo me encargo", usando un poco más de fuerza en sus dedos, Nagisa se encargó de deshacer ese nudo que seguramente era doloroso. "Apenas te den el alta médica, practiquemos juntas, seguramente habrá alumnos que han estado esperando para retarte".

"No lo dudes".

Hubo silencio algunos segundos más mientras Nagisa se deshacía del nudo en el hombro de su futura jefa. "¡Listo!"

"Muchas gracias, Nagisa", Honoka se tumbó en la cama mientras pegaba su rostro a la almohada. Estaba cansada, lo admitía. "Será mejor que vuelvas al dormitorio, falta poco para el toque de queda".

Nagisa asintió pero no se movió de la silla. "Oye, Honoka..."

"¿Hmm?"

"Gracias por lo que hiciste por mi", dijo la piloto con voz apenada mientras frotaba sus manos entre sí. "Cuando lo vi con la cara amoratada en la sala del Comité, bueno..." Nagisa sonrió aunque Honoka no la estuviera viendo. "Me sentí vengada".

"Nadie lastima a la gente que me importa y sale sin pagarlo", sonó la voz ahogada de Honoka por culpa de la almohada, no tardó en girar su cabeza para poder ver a Nagisa, tenía una gentil sonrisa en sus labios rosas. "Yo te protegeré, no lo olvides".

Nagisa se sonrojó antes de ofenderse de graciosa manera. "Oye, sé que serás mi futura jefa pero justo ahora eres una mecánica y yo una piloto, se supone que sea yo quien se encargue de éstas cosas de los duelos".

"Oh, ¿de verdad estás jugando la carta de los rangos conmigo?" Honoka sonaba divertida.

"Por supuesto, somos estudiantes del mismo año y mis jefes son tus padres", alegó Nagisa con mucha seriedad y los brazos cruzados, lo que fuera por deshacerse del calor en sus mejillas.

"Bueno, si hablamos de rangos, soy seis meses mayor que tú, así que por edad me toca cuidar de ti por ser mayor", la mecánica recalcó esas palabras con una sonrisa de satisfacción.

"¿¡Eh?!"

"También soy un poco más alta".

"¡Mentira! ¡Demuéstralo!"

Honoka se puso de pie y Nagisa hizo lo mismo. Quedaron frente a frente, había poca y casi ninguna distancia entre ambas.

"Creo que somos de la misma estatura".

"Estoy descalza y tú traes botas".

"¿Uh?"

Nagisa miró hacia abajo y rápidamente se retiró los zapatos. Sí, había un par de centímetros de diferencia. La sonrisa triunfante de Honoka no se hizo esperar. Nagisa la encaró con enfado, sólo para encontrarse con el par de ojos de cielo nocturno de Honoka... Sintió las piernas débiles de repente.

"¿Ves?"

"De acuerdo, suficiente. No quiero que sigamos midiendo y comparando atributos", Nagisa se sentó de manera pesada en la silla.

La piloto no era la única sobrepasada por el momento, Honoka tenía el corazón alborotado mientras su piel aún sentía y resentía (de buena manera) el tacto de Nagisa. Detestaba su decisión de no cortejarla, que el asunto de Ceres saliera mal no quería decir que Nagisa mágicamente fuera a gustar de las mujeres. Lo mejor era dar el día por finalizado y mandarla de regreso a...

Una alarma en las Agendas indicó que el Toque de Queda estaba activo y ya ningún estudiante debía estar fuera del Hotel ni de sus Casas.

"Oh", Nagisa se llevó una mano a la nuca.

"Lamento haberte retenido tanto tiempo, Nagisa".

"Oh, no te preocupes, fui yo quien insistió en venir y en darte el masaje".

"Será mejor que le avises a Martin que te quedarás aquí ésta noche. Te daré ropa para que te puedas cambiar", dijo la mecánica y fue a buscar una muda de ropa limpia para Nagisa. Ya que acababan de comparar alturas y no había necesidad de hacer lo mismo con el resto de sus atributos, para Honoka era claro que Nagisa podría usar cualquiera de sus pijamas.

Por su lado, Nagisa asintió y fue a una esquina del pequeño cuarto para hablarle a Martin, la única respuesta del chico fue un "yo le aviso a los demás, descansa y cuida de ella".

Cuidar de ella...

Nagisa negó con la cabeza y regresó con Honoka. "Listo".

"Ten, date una ducha y ponte esto", dijo la mecánica, mostrándole a Nagisa un lindo camisón rosa y unos pantalones holgados del mismo color.

"Gracias. Y gracias por dejar que me quede".

"No es nada. Las dos cabremos bien en la cama, no me muevo, te lo aseguro".

Nagisa tragó saliva.

La cama.

Sólo había una cama.

Pero quienes no tenían problema en compartir cama eran Miorine y Suletta. Luego de platicar, estudiar un rato y cenar algo ligero, ambas estaban listas para dormir. Suletta seguía emocionada por el duelo de Nagisa y poco pensaba en sus propios duelos pendientes, tenía una larga lista de espera. Ambas estaban acomodadas sobre sus costados, encarándose. Miorine tenía un gesto relajado, Suletta aún tenía energía por culpa de la emoción.

"Pensé que la estructura de un MS no podría ceder de esa manera por un movimiento como el que hizo", comentó Suletta mientras se tapaba con la manta hasta el mentón.

"Bueno, las extremidades de los MS de Seven Stones están más reforzados aunque eso los haga un poco pesados y más complicados de pilotear", explicó Miorine. "Como has visto en los videos de los duelos de Honoka, ella aprovecha los brazos y las piernas de White para atacar cuerpo a cuerpo y... Bueno, ya viste la verdadera potencia de Black".

"Nagisa pilotea mucho mejor a comparación de cuando comenzamos a entrenar".

"Chuchu y tú la ayudaron mucho, no te quites méritos. Además le has aprendido muchas técnicas a Nagisa".

"Y quiero aprender más".

"Anda, ya duerme", Miorine también se cubrió por completo. La luces ya estaban apagadas.

"Me gusta platicar contigo cuando me quedo aquí".

"Oh, de acuerdo. Platícame algo entonces".

Suletta sonrió más, como si eso fuera posible, y comenzó a contarle sobre los programas que veía con Nagisa, le gustaron los Battle Rangers y su favorito era el Ranger Rosa. Miorine la escuchaba con paciencia, con sincero interés y notando con satisfacción cómo Suletta no tartamudeaba como antes, seguramente gracias a toda la socialización a la que estaba expuesta desde que entró a la escuela. Miorine también admitía, no sin sentir una molestia que procuraba ignorar, que Suletta poco a poco se hacía de buena fama entre los estudiantes. Fácil de saber gracias a las apuestas antes de cada duelo.

"Y dijo que veremos la película", dijo Suletta luego de contarle sobre el emocionante programa lleno de explosiones y peleas donde el poder de la amistad triunfaba al final.

"Al menos estás viendo programas de ésta década, lo que sueles ver y leer es de antes del Año Estelar", comentó Miorine y simplemente se pegó más a Suletta y ésta le dio la bienvenida, estaba lista para dormir. Sentir cansancio luego de trabajar en el taller era una sensación bienvenida, el proyecto la tenía pensando en éste, en Suletta y lo que iban a lograr a futuro.

Si tenía que ser sincera, ni siquiera estaba pensando en el asunto de comprometerse con Suletta en cuestión de unos meses. Tampoco pensaba en su padre ni en su escape a la Tierra. ¿Qué estaba pasando?

Muchas cosas, eso era lo que estaba pasando. Suletta Samaya llegó al rescate justo como Honoka lo hizo el año pasado, con la marcada diferencia que Honoka no era bien vista en la escuela y Suletta sólo era considerada una campesina en el mejor de los casos. Miorine se dio cuenta que su tiempo estaba lleno y no había espacio para pensar en asuntos que la estresaban. No que no apreciara la compañía de Honoka, pero ambas estaban solas. Juntas pero solas contra toda Asticassia.

Espero que hagas algo al respecto, Honoka, verte así por ella hace que quiera patearte, pensó Miorine luego de recordar cómo ambas se portaron durante su pequeña reunión antes de que Nagisa fuera retada a un duelo, y también cómo actuaron luego de la victoria. Nagisa se ponía nerviosa cada que percataba la manera en que Honoka la miraba, y Honoka procuraba medirse al notar que ponía nerviosa a Nagisa.

Esas dos eran un desastre andante.

Pensar en eso la animó a acomodarse en una posición mucho más cómoda para ambas: se giró para darle la espalda a Suletta y quedar contra su cuerpo, contra su pecho. Una feliz Suletta la rodeó con sus brazos y la acercó más hasta pegarla completamente a ella.

"¿No te aprieto?" Preguntó Suletta con gentil voz.

"Así está bien", respondió Miorine, contenta con la idea de que Suletta la pegara más a su cuerpo. Contenta con la idea de permitirle a alguien acercarse tanto. Miorine llevaba casi toda su vida ajena al más básico afecto físico, Suletta era la primera persona a la que le permitía tanta cercanía física.

Por su lado, Suletta disfrutaba del abrazo y procuraba la comodidad de su Prometida. Le gustaba cómo olía el cabello de Miorine, así que pegó la nariz al cabello ajeno para poder llenarse de su aroma, incluso respiró hondo.

"Buenas noches, señorita Miorine".

"Buenas noches, Suletta, descansa".

"Tú también".

Las dos descansaron perfectamente bien.

~o~

Nagisa se sentía como una tonta por entrar en pánico ante el pensamiento de compartir la única cama del cuarto con Honoka, para que al final fuera como una pijamada como solía hacer con sus amigas de la escuela. La cama era lo suficientemente amplia para no dormir apretadas, pero sí notó que en algún momento de la noche sus manos se tomaron.

La piloto lo percató primero al despertar, se levantó antes que Honoka porque necesitaba ir al sanitario y sintió una familiar calidez en su mano. El sonrojo la despertó por completo y se tuvo que soltar de Honoka porque en verdad necesitaba levantarse. Nagisa ya no pudo volver a dormir, pasó los siguientes veintiocho minutos contemplando el rostro y la mano de Honoka. No pensaba en nada en particular a decir verdad, se quedó perdida en la visión de su amiga hasta que la alarma sonó.

Nagisa volvió a taparse con la manta al notar que Honoka poco a poco despertaba y lanzaba un lindo y femenino bostezo mientras se sentaba. Cerró los ojos.

"Buenos días, Nagisa", sonó la voz ligeramente adormilada de Honoka.

"Buenos días", la piloto respiró hondo antes de levantarse de la cama. "Gracias por dejar que me quedara".

"Por nada".

"Umm... ¿Debes ir a tu revisión médica después de clases, verdad?"

"Sí".

"Te acompaño".

"De acuerdo".

Nagisa fue a cambiarse la ropa al cuarto de baño y se fue apenas tuvo la oportunidad, con la excusa que debía ir a Earth House por un uniforme limpio. Honoka no dijo nada a eso, sólo se despidió de ella y la miró irse.

"Quizá no fue buena idea tomar su mano anoche", murmuró la mecánica. No pudo resistirse, en medio de la noche despertó porque tenía sed y lo primero que vio fue a Nagisa a su lado. Bebió agua pero aún sentía sed... Una sed que no podía ser apaciguada fácilmente. Notó una de las manos de Nagisa descansando en el espacio entre ambas, su palma estaba hacia arriba y no pudo resistir el deseo de sujetarla.

Y como si de una medicina se tratase, Honoka pudo dormir después de eso.

Sabía que se estaba comportando como una tonta por buscar migajas en una relación que no tenía ni siquiera una línea de salida, pero no podía evitar esos tontos impulsos de su corazón. Suspiró hondo. Lo mejor era alistarse para comenzar con el día que le esperaba. Apenas le dieran el alta médica, sumaría los entrenamientos en los MS a su horario y al menos así tendría menos tiempo de pensar en tonterías.

~o~

El siguiente duelo de Suletta terminó con una aplastante victoria, nunca mejor dicho. Luego de un constante ataque de láseres a distancia, ese MS en especial tenía láseres en todos lados, Suletta pudo acercarse haciendo uso de la agilidad de su compañero. Luego de destruir el par de rifles láser con sus propios láseres, Calibarn levantó al MS rival por encima de su cabeza y lo dejó caer al suelo con mucha fuerza, haciendo un daño severo en importantes circuitos que le impidieron al MS rival volver a levantarse. Bastó con aplastar la antena para dar el duelo por finalizado.

"¡Buen trabajo, Calibarn!" Exclamó Suletta apenas se sumó una victoria más a sus cifras. Se notaba contenta.

[Apuesto a que con todo lo que hemos aprendido de tus amigas, podríamos ganarle a Ericht y a Aerial.]

"¿Tú crees?"

[Podemos intentarlo cuando volvamos a casa.]

"De acuerdo, hasta entonces debemos seguir practicando".

[Nuestro siguiente duelo es contra Guel Jeturk, ¿verdad? Tuvo que esperar tres semanas.]

"Yo no quería aceptar, pero el señor Zenelli me dijo que debía hacerlo, que eran reglas del Comité", el duelo sería en dos días, suficiente tiempo para hacer el mantenimiento de su compañero.

[¿Qué vas a pedir en la apuesta?]

"Me recomendaron que siguiera pidiendo facilidades y materiales para Earth House", Suletta no tardó en sonreír. "¿Has visto lo bien que está quedando Earth House con todas las mejoras? Nagisa es una fantástica constructora".

Y lo que nadie debía saber era que Honoka era la encargada de diseñar y mandar a hacer las mejoras, Nagisa seguía las instrucciones que Honoka le mandaba y usaba los avanzados controles en las manos del MS Black para ayudar con las renovaciones de Earth House, incluso guiaba al resto de los mecánicos. Era importante no mezclar a Honoka con los integrantes de Earth House. Todas las mejoras que se estaban haciendo Nagisa las declaraba como actividades de la Casa, así no metería a Honoka en problemas.

Suletta regresó con sus amigos para celebrar esa victoria con ramen. Eventualmente se enteraron del cargamento de ramen que llegó desde la Tierra y Suletta encontró algunos sabores que realmente le gustaron. Honoka no se enfadó pero sólo cedió una vez a comer ramen con los demás.

Ver a Honoka comer aunque fuera un vaso de ramen instantáneo puso feliz a Nagisa.

Y hablando de Nagisa. Luego del desastroso asunto de Elan Ceres, Nagisa procuraba algo más de mesura en sus interacciones con otros estudiantes. Por lo menos el chico Ceres no se le había vuelto a acercar, detalle que, dolía aceptar, confirmaba el hecho de que él no despertó ni un poco de simpatía por Nagisa.

Y Nagisa trataba de ser aún más cuidadosa cuando la retaban a un duelo.

Luego de su primer duelo contra Lauda Neill de Jeturk House, más alumnos comenzaron a retarla, ya fuera pidiendo que se fuera de la escuela o que entregara su MS. Nagisa tenía un récord de cuatro duelos, todos victoriosos. Tenían que asegurar el siguiente taller para el proyecto de los contenedores.

Según Miorine y Honoka, estaban a nada de lograrlo.

En ese par de semanas, las chicas listas habían estado adaptando en cada contenedor un sistema refrigerante a base de baterías de sodio, de esa manera tendrían un sistema totalmente independiente al de los transportadores espaciales. Además, las baterías eran recargables. El contenedor de prueba que tenían a prueba en ese momento tenía un par de semanas en funcionamiento y habían tenido que hacerle constantes ajustes porque el sistema de refrigeración a momentos se sobrecalentaba. Por supuesto, las chicas debían crear sus propios sistemas refrigerantes para poder conseguir la patente. A Miorine no le molestaba que Seven Stones se llevara el mérito del sistema que estaban creando, Honoka era la que estaba haciendo la mayor parte del trabajo y Miorine de momento estaba documentando todo para los permisos y el registro comercial, que era su punto más fuerte.

"Si aún no comienza a oler a humo, quiere decir que la prueba va bien, ¿verdad?" Preguntó Miorine mientras seguía trabajando en su Tablet, redactando los documentos que necesitarían.

"Según el lector del sistema, ha estado funcionando de manera estable la mayor parte del tiempo, debo seguir atenta a las variaciones para hacer los ajustes necesarios", respondió Honoka, que de momento tenía sus gafas puestas porque estaba trabajando con circuitos pequeños en otros modelos que quería probar, los tamaños de los contenedores eran importantes y cada modelo necesitaría un ajuste personalizado.

"¿Y cuándo le pedirás a Nagisa salir contigo?" Preguntó Miorine sin dejar de escribir en su Tablet.

"Que Suletta esté perdida por ti no quiere decir que los demás tengamos la misma suerte", respondió Honoka sin dejar de trabajar tampoco.

"Creo que trabajar demasiado te está afectando, es obvio que Nagisa siente algo por ti".

"Lo único que siente son nervios cuando me acerco demasiado, sólo logro que se aleje".

"Tampoco tienes que lanzarte encima de ella, pervertida".

Honoka no pudo evitar una pequeña risa. "No lo haré. Nagisa me aprecia y eso es suficiente para mi".

"Bueno, tampoco puedo decir demasiado, sólo sé que se pone nerviosa cuando te acercas demasiado. Quizá soy yo quien malinterpreta esas señales".

"Incluso si no es desagrado lo que Nagisa siente cuando me acerco, tampoco puedo presionarla a darse cuenta y a aceptar lo que realmente siente, por eso debo darle tiempo. No todos podemos entender lo que sentimos o lo que queremos, cada cabeza es un mundo y esas cosas toman tiempo dependiendo de las personas", Honoka no tardó en sonreír. "Por eso me alegra que Suletta sepa lo que siente y no tema demostrarlo, está en muy buenos términos contigo

"Suletta es un libro abierto, no ve la necesidad de esconder nada de lo que siente o piensa", murmuró Miorine con las mejillas ligeramente rojas.

"Y Nagisa es un lindo desastre andante".

"Suerte con eso".

"Gracias".

Por el momento debían concentrarse en el resto de sus proyectos y eso siguieron haciendo, al menos hasta que alguien tocó la puerta del taller con fuerza, alguien que claramente no pertenecía a Earth House. Honoka fue a abrir y se topó con Guel y su séquito. Honoka, desde luego, no los dejó pasar. Miorine rápidamente fue con ella para también impedirle la entrada a ese salvaje.

"¿Qué deseas?" Preguntó Honoka con los brazos cruzados.

"Sólo vine a decirte que después de que tenga mi duelo con la campesina de Mercurio, te retaré a ti. Tengo entendido que ya tienes permiso de pilotear de nuevo y has estado practicando", dijo Guel con seriedad.

Miorine frunció el ceño, Honoka no cambió su gesto.

"No sé si tener un duelo contigo después de que Suletta te gane otra vez sea lo mejor para ti, Jeturk. Incluso si has tenido algunas victorias en éstas semanas, me temo que no eres rival para Suletta", dijo Honoka con mucha tranquilidad y seguridad.

"¡Mi hermano no va a perder contra ella, va a derrotarla!" Alegó Lauda, completamente seguro de ello, después de todo su hermano ya se sentía cómodo con la IA del Dilanza y con eso podría ganarle a la Mercuriana. "Y después nos desharemos de ti".

"Creo que eres el último que puede opinar algo", intervino Miorine con visible malhumor. "Después de todo, Nagisa le voló la cabeza a tu MS con un puñetazo".

Lauda apretó los puños antes de tomar un mechón de su propio cabello y jugar con él en señal de tensión y estrés. A Guel tampoco le cayó el gracia el comentario.

"Cuando me deshaga de los estorbos y seas mía, te enseñaré a respetarnos, Rembran".

"Si algún milagro sucediera y lograras ganar, preferiría saltar al vacío del espacio a casarme contigo".

Guel frunció el ceño y Honoka rápidamente intervino.

"Supongo que ya no puedo negarme cuando incluso Suletta se vio obligada a aceptar tu reto, Jeturk", la mecánica negó un poco con la cabeza, seguía decepcionada de que su plan no funcionara al final y no lograra sacarlo de la escuela. "Tendremos todos los duelos que tu corazón desee".

Satisfecho al ver que Yukishiro ya no iba a atreverse a decirle que no, Guel sacó el pecho de manera presuntuosa. "Con uno bastará, Yukishiro, me desharé de ti y volverás arrastrándote de regreso a la Tierra", y al decir esa amenaza, se le ocurrió la grandiosa idea de aderezar sus palabras apuntando de manera grosera a la chica con su índice derecho... Para enseguida empujarla por un hombro con ese mismo dedo.

Craso error.

Miorine suspiró de fastidio ante lo inevitable. La respuesta automática de Honoka fue sujetarlo por el dedo y torcerlo al grado de estar a nada de romperlo. Guel soltó un grito de dolor y no pudo soltarse, tampoco se atrevió a atacarla con su mano libre, no ante el riesgo de que Yukishiro le rompiera el dedo con un sólo movimiento de su mano. ¡Dolía mucho!

"No me toques, Jeturk", advirtió Honoka, soltándolo de inmediato. "Ahora lárguense de aquí".

Guel y sus acompañantes no dijeron nada más, sólo se fueron a la primera señal de su líder. Miorine y Honoka volvieron al taller hasta que los perdieron de vista.

"No entiendo qué quieren ganar al venir a amenazarnos", murmuró Honoka con enfado, tenía que volver a su trabajo, eso la ayudaría a relajarse.

"Apuesto a que su padre quiere que ellos hagan esas demostraciones estúpidas de poder, ya sabes, para recuperar algo de respeto en la escuela luego de que Suletta y Nagisa los dejaran en ridículo", respondió Miorine, y no que estuviera equivocada.

Guel y Lauda fueron severamente reprendidos por su padre, el mismísimo Vim Jeturk fue a Asticassia a revisar las mejoras en los MS de sus hijos y les hizo saber que no toleraría más fallas. Les dijo que tenían que ganar la mano de Miorine Rembran y recobrar el respeto de todos en la escuela, porque cuando llegaran a la presidencia de la empresa familiar, los socios no les tendrían respeto y mucho menos confianza para hacer negocios con ellos. Tenían que usar todas las ventajas que pudieran.

A sabiendas que sus muchachos no solamente tendrían que derrotar a la Mercuriana, si no a las Earthians de Seven Stones, les dio treinta días para lograrlo. De lo contrario, los sacaría de la escuela y los mandaría a trabajar a las fábricas para que hicieran algo de provecho.

Guel tenía planeado deshacerse de la Mercuriana, mientras que Lauda se encargaría de las chicas de Seven Stones. Ese era el plan.

Todos tenían planes.

~o~

Shaddiq no podía creer el desastroso escenario que se armó ante él, los Jeturk no dejaban de echarse la soga el cuello y los Peil no hacían algo más que sólo seguir con sus intentos de robo de secretos industriales. Si todo seguía así, a él le tocaría hacer todo el tedioso trabajo de deshacerse de la Mercuriana y de las Earthians de Seven Stones. Necesitaba obtener la presidencia del Grupo Benerit y pensó que solamente tendría que dejar que Yukishiro se mantuviera como la Holder por el tiempo suficiente, luego pedir la ayuda de Delling Rembran para ganar todas las ventajas posibles contra Yukishiro para ganarle y volverse el Holder justo antes del tiempo límite. Los Jeturk ya no tendrían oportunidad de retarlo y todo terminaría felizmente con Shaddiq en camino a ser el presidente del Grupo Benerit. Y casado con Miorine, desde luego.

Pero como los Jeturk siguieran así, obligarían a Shaddiq a ajustar sus planes. Por el momento debía darle inicio al duelo entre Guel Jeturk y Suletta Samaya.

"La victoria no la decide el Mobile Suit".

"Ni tampoco la habilidad del piloto".

"El resultado es la única verdad".

"¡Fix Release!"

Decir que todo el cuerpo estudiantil tenía su atención en el duelo no era exagerar. Guel Jeturk había ganado algunos duelos en esos días, no muchos, pero se notaba con los ánimos restaurados gracias a sus victorias. No que estuvieran equivocados, Guel se sentía más cómodo con la IA y en su último duelo contra un tonto que no paraba de burlarse de él, dejó que la IA hiciera casi todo el trabajo.

El Dilanza y el Calibarn avanzaron el uno hacia el otro con el potente empuje de sus propulsores.

Suletta tenía los consejos de Miorine y Honoka frescos en la cabeza: la IA del Dilanza reaccionaría de manera predecible a cualquier ataque registrado, ahí Suletta tendría su oportunidad de contraatacar.

"Vamos, compañero".

[Vamos, Suletta.]

Guel notó que la Mercuriana apuntó su enorme Rod Rifle mientras se movía hacia él. El arma brilló cuando estaban a corta distancia, clara señal del disparo, y la IA decidió esquivar moviéndose hacia la derecha. Pero el Calibarn no disparó, en cambio, empuñó bien el Rod Rifle y con un giro lo usó para golpear al Dilanza por encima de la parte media del cuerpo.

"Mierda..." Masculló Guel mientras tomaba el control y lograba tomar distancia, pero la Mercuriana no pensaba dejarlo descansar, fue de inmediato tras él, ahora parecía preparar uno de sus sables. "Verás lo que tengo para ti, campesina", murmuró el chico y dio la indicación al panel de sacar sus propios sables, pero la IA priorizó la defensiva y disparó los láseres situados en la cabeza para alejar a su oponente antes de recibir el ataque del sable.

Pero el sable nunca salió del compartimento. Fue otro engaño.

El Calibarn usó su Rod Rifle para bloquear los disparos sin detener su veloz marcha hacia el Dilanza. Guel tuvo que aferrarse a los controles ante el violento choque que casi lo hizo caer al suelo, por suerte la IA mantuvo la estabilidad del MS. El siguiente movimiento del Calibarn no se hizo esperar y Guel pronto entendió lo que estaba sucediendo: la Mercuriana era consciente de la IA y estaba aprovechándose del sistema de la misma.

Suletta sabía que la IA evitaría cualquier ataque que deshabilitara al Dilanza, así que debía medir sus acercamientos con cuidado.

"Suletta, no le des tiempo al programa para seguirte el ritmo", indicó Miorine desde el comunicador.

"¡Entendido!"

Los veloces ataques siguieron con Suletta engañando a la IA y Guel frustrándose ante las obvias trampas.

"¡Maldita sea, sólo ataca!" Gritó Guel con enojo y tomó los mandos para poder atacar de frente y dejar de caer en las trampas, pero la IA tenía la prioridad sobre el piloto.

En Jeturk House todos notaron que su campeón tenía problemas, pero sólo Lauda comprendía lo que verdaderamente pasaba en la cabina del Dilanza. No tuvo oportunidad de comunicarse con su hermano, un enfurecido Guel trató de quitar los permisos de la IA y ésta se negó, sólo Vim Jeturk y el personal autorizado podían realizar ese movimiento.

"¡Déjame pilotear!" Guel golpeó el panel de control un par de veces hasta lograr un corto circuito en la IA, y con ello, apagarla. El chico sonrió. "Es mi turno, Mercuriana".

Suletta de inmediato notó el cambio cuando el Dilanza no se movió como ella lo esperaba y en cambio fue a atacar de frente con su par de sables.

[Jeturk está de regreso.]

"Me alegra. No me gusta la idea de pelear contra una IA", comentó la piloto, recordando las palabras de Honoka sobre la pasión y la determinación de un piloto humano, cosa que una IA jamás podría recrear.

El combate fue más veloz a partir de ese momento, pero lamentablemente Guel no estaba listo para las maniobras más nuevas de Suletta. Aprovechando un veloz intercambio de ataques y bloqueos, El Calibarn soltó su enorme arma para tener ambas manos libres.

Lo siguiente que sintió Guel fue cómo el Calibarn aprovechó el veloz movimiento de su Dilanza para sostenerlo por el brazo y usar su propio impulso para azotarlo en el suelo y pisar su antena. Ese movimiento era característico de Yukishiro.

Guel apretó los puños y los ojos luego de ver una victoria más para la Mercuriana, y una derrota más bajo su nombre. Pese a perder, no se sentía tan mal, pudo pelear él y no esa condenada IA. Salió de la cabina y notó que Suletta Samaya hizo lo mismo, había algo que la chica quería expresarle al otro piloto.

"Usted, um... Usted pelea mejor que la IA que ha estado usando", dijo Suletta con total sinceridad. "Buen trabajo, Sr. Jeturk".

Guel sintió un golpe de calor en el pecho.

CONTINUARÁ...