PARTE 13 Una Apuesta Peligrosa
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Interesante, pensó Miorine mientas bebía el resto del caldo del vaso desechable. El ramen instantáneo fue perfecto para relajar a Nagisa, podía notarlo en su semblante menos nervioso y su estado de pánico no tan evidente. No quiso hacer más preguntas al menos hasta que ambas terminaran de comer, no quería que Nagisa se atragantara como solía sucederle.
"Gracias por la comida", agradeció Nagisa mientras dejaba el envase en el bote de basura colocado en una esquina. Nagisa era familiar con el desastre del dormitorio de Miorine, pero al menos el invernadero lo mantenía impecable y no había un sólo rastro de tierra ni hojas en el metálico suelo. Todo brillaba gracias a los constantes cuidados de Miorine, ahora con ayuda de Suletta. Al notar que Miorine también tiraba su basura y volvía a su lado, tomó aire de manera profunda.
"Puedes hablar, te escucho", dijo Miorine, procurando un tono tranquilizador, serio, pero que denotaba confianza y confidencialidad.
"Yo..." Nagisa se llevó una mano a la nuca y se rascó furiosamente el cabello. "No es que no me guste tener a Honoka cerca, hemos estado cerca e incluso he dormido en su cama cuando no puedo volver a Earth House antes del toque de queda", comenzó a explicar. "Es sólo que últimamente... Bueno, después del asunto de Elan Ceres, sus acercamientos hacen que me sienta rara y... Y no debería ser..."
"¿Porqué no?" Indagó Miorine con el mismo tono calmado de voz. "No tiene nada de malo, tú sabes que es normal que gente del mismo sexo se relacione de manera sentimental", y no pensaba ponerse ella misma de ejemplo por mucho que ya hubiera besado a Suletta. O quizá no era mala idea ponerse de ejemplo pero sin traer a Suletta a la conversación. Suficiente tenía con su prometida Poniendo ojos enamorados cada que estaban a solas. "Mírame a mi, a mi padre no le importa si me caso con una mujer o con un hombre, pero personalmente prefiero a una mujer, no le tengo mucha estima a los hombres".
Fue el turno de Nagisa de ceder a su curiosidad. "¿Porqué no? Hay chicos lindos y muy amables".
"En la Tierra seguramente, pero todos los hombres en mi vida son unos perfectos imbéciles que creen tener derecho de hacer lo que quieran conmigo, mi padre el primero de ellos", explicó Miorine ahora con visible enojo. "Ya conoces a los Jeturk, esos animales no son mejores que mi padre, y aunque tuve a alguien a quien consideré un amigo, al final dijo que no cumplía con sus expectativas de grandeza y no dudó en dejarme de lado. Ser la hija del presidente del Grupo Benerit sólo atrae a oportunistas", la princesa de la escuela se cruzó de brazos. "Por eso me siento tranquila teniendo a Suletta como Holder y a ustedes dos como amigas. También aprecio a los miembros de Earth House, pero no es como si fuera muy cercana a ellos".
Nagisa sonrió por lo bajo, un poco avergonzada. Sus propios problemas no sonaban tan terribles cuando tenía enfrente a una persona cuya simple existencia era complicada, alguien que afortunadamente se encontró con chicas entrometidas que sólo han querido ayudarla.
Con la realización de que sus propios problemas tenían soluciones más simples y que todo lo que pasara sería porque ella así lo querría, decidió ser sincera con Miorine.
"Como te estaba diciendo, todo se siente raro desde el asunto de Elan Ceres", continuó Nagisa, ahora jugaba sus propios dedos entre sí mientras miraba al suelo. Sentirse nerviosa era normal. "Cuando Honoka toma mis manos o puedo sentirla muy cerca, mi cuerpo se tensa, siento algo en el estómago y mi corazón se pone raro".
Miorine le miró con interés. "¿Te sientes incómoda? ¿Sientes desagrado por lo que experimentas?"
"No puedo decirte que sí, pero definitivamente puedo asegurarte que no. Sólo se siente mucho", Nagisa no sabía explicarlo de otra forma.
La princesa de la escuela asintió. "¿Has tenido novio antes?" La única respuesta de Nagisa fue ponerse roja hasta las orejas. "Oh, entiendo, no has tenido ninguno".
"¡Hey!"
"Eso explica porqué no puedes sopesar lo que estás experimentando".
Nagisa apretó los labios antes de mirar a un lado, ahora avergonzada. "¿Y qué puedo hacer?"
"Podría decirte que simplemente te dejes llevar, pero entonces te vas a quedar petrificada", dijo Miorine para sí misma mientras pensaba en la situación. Ayudarla no sólo era por el bien de Nagisa, también por el bien de Honoka y su sensible corazón. "Así que mi mejor consejo sería que no lo pienses demasiado".
"¿Eh?" Nagisa frunció el ceño, confundida. "Suena complicado", sobre todo porque ella se conocía y sabía que tendía a pensar demasiado las cosas como si de un deporte se tratara.
"Sólo toma las cosas con calma, acércate tú a Honoka y trata de reconocer si su cercanía te causa desagrado o no, y si es el caso, te prometo que ella tomará distancia si se lo dices".
"¡Pero no quiero que se aleje!" Exclamó Nagisa sin querer. Al darse cuenta que gritó, se tapó la boca con ambas manos. "Lo siento", se disculpó de inmediato, su voz opacada por la pena.
Miorine levantó una ceja, se notaba divertida. Nagisa en serio era un desastre. "De acuerdo, entonces te puedo prometer que Honoka es muy paciente y comprensiva. Mientras no le des un No definitivo, ella no se alejará", era lo único que la princesa de la escuela podía decirle a la piloto. No podía creer que Suletta, teniendo menos experiencia socializando con gente de su edad, avanzara sin siquiera dudarlo y ya estuvieran en la fase de besos de su relación.
Sin embargo, las palabras de Miorine hicieron que algunas luces de la cabeza de Nagisa se encendieran, para enseguida mirar a la chica con sus mejillas ardiendo por un violento rubor. "Estás diciendo que Honoka... Que ella..." Nagisa tragó saliva. No que fuera totalmente ajena a esas muestras de cariño de Honoka y a los sentimientos detrás de estos pero... Pero ahora que Miorine se lo estaba confirmando de alguna manera.
"Pensé que ya te habías dado cuenta, supongo que Honoka es sutil cuando quiere serlo", comentó Miorine mientras iba por unos tomates maduros, un par solamente, y se los daba a Nagisa. La chica parecía pensar mejor cuando tenía algo en la boca y el estómago. "Tampoco ha querido ser agresiva en sus demostraciones de afecto, ella sabe que te gustan los chicos, el asunto con Ceres lo confirmó".
"Él no me gustaba, sólo lo admiraba y lo consideré como a un amigo, pero eso fue todo", aclaró Nagisa de inmediato mientras recibía los tomates y miraba uno antes de darle una mordida. Recordar cómo el tipo la engañó no hablaba bien de ella. Pasó el jugoso bocado antes de seguir. "Siempre me han gustado los chicos, pero sólo Honoka hace que me sienta rara".
"Eso no es malo", aclaró Miorine.
Nagisa pensó un poco en eso. Miorine tenía razón, tampoco es que fuera un asunto tan grave, simplemente alguien que no era un chico le estaba despertando sentimientos especiales. "Tienes razón".
"Escucha, sólo déjate llevar, Honoka no se alejará a menos que se lo pidas o que realmente no quieras nada con ella", repitió Miorine con seriedad. "Lo que sí me gustaría pedirte es que no la lastimes con tu indecisión. Dale un sí o un no, ella lo aceptará, sólo no juegues con su paciencia".
La piloto ahora se mostraba graciosamente ofendida. "¡Nunca lo haría!"
"Bien, porque Honoka es mi amiga, la conozco, y tiende a guardarse cuando algo la afecta porque no le gusta preocupar a la gente. Me ha ayudado mucho durante todo éste tiempo sin pedir nada a cambio", aclaró Miorine. "Te aprecio, Nagisa, también eres mi amiga, pero espero que entiendas porqué soy tan protectora con Honoka".
Nagisa comprendía las palabras de Miorine, sobre todo en la parte donde decía que Honoka se guardaba las cosas para no molestar a nadie, ella misma vivió eso cada vez que le preguntaba a la mecánica sobre su lesión y ésta le daba evasivas. Y todo para no preocuparla, distraerla y provocar que Nagisa se lesionara por culpa de alguna distracción.
"Entiendo. Te prometo no darle rodeos a Honoka. Cuando tenga una respuesta clara, se la diré".
Miorine asintió. "Te lo encargo. No sólo por el bien de Honoka, también por el tuyo, eres un desastre".
La piloto suspiró de manera pesada antes de devorar el tomate que le quedaba en las manos con dos grandes mordidas. "Lo sé".
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Delling estaba francamente sorprendido luego de revisar los movimientos de las empresas más pequeñas del grupo Benerit. Era un trabajo importante, tenían que monitorear que dichas empresas mantuvieran las ganancias y el crecimiento esperado según los planes de negocios y expansión que ellas mismas prometían. Había algunas que no cumplieron y que serían cortadas de raíz en la siguiente junta del Consejo.
Pero había un movimiento curioso de parte del Instituto Vanadis y la empresa Seven Stones. No que lo tuvieran prohibido, pero que los Earthian estuvieran ayudando en algo tan fútil como contenedores de víveres mejorados era algo extraño.
Pero el asunto pasó de extraño a llamativo y luego a sorprendente.
Esos contenedores sobrepasaban por mucho los que se usaban actualmente. El hombre notó de inmediato que ya había un registro de patente a nombre de Seven Stones, y serían ellos quienes absorberían los gastos de transporte para llevar víveres a Mercurio, al sitio más abandonado de la Esfera Terrestre.
Y la Holder actual era Mercuriana.
Todo tenía sentido.
El hombre sonrió fugazmente por lo bajo. Mientras que Seven Stones no se metiera directamente con su hija, Delling podía tolerar que hicieran negocios con los Mercurianos. Sabía que Miorine estuvo en ese asunto pero fue lo suficientemente lista para no incluir su nombre en los registros y contratos. A Delling, desde luego, no le molestaba que la Holder actual fuera una bruja de Mercurio, sólo se trataban de un montón de mineros y una empresa dedicada a la medicina a la que debía mantener en lo más bajo pero sin dejarla escapar del Grupo Benerit.
Incluso si la Mercuriana se casaba con su hija, entre ambas no tendrían suficientes activos que las hicieran socios mayoritarios. Miorine ya no tendría nada qué ver con tomar la silla de la presidencia a futuro y nadie podría usarla para acceder a ésta.
Según los documentos, la finalidad del proyecto de los contenedores mejorados era la de dotar a Mercurio de la misma comida de buena calidad a la que todos en la Esfera Terrestre podían acceder. Los Mercurianos no eran los clientes exclusivos pero sí los prioritarios en caso de futuras mejoras de los contenedores. Los miembros del Grupo Benerit eran bienvenidos a comprar los contenedores cuando quisieran. No había nada más escondido en esas líneas.
Y considerando los planes de crecimiento de las colonias espaciales, esos contenedores serían perfectos. Eran más baratos y más prácticos que los que actualmente se usaban, sólo un terco se negaría a comprarlos.
"Bien jugado, hija", murmuró Delling.
Mientras Miorine no se hiciera de suficiente ingenio y armas para salir de ese lugar por cuenta propia, no podría dejarla ir. La heredera de Seven Stones pondría a Miorine en la mira, pero la Mercuriana no, y eso era lo mejor para ella.
Delling ya tenía a un buen candidato para tomar su lugar en la presidencia del grupo, pero necesitaba jugar bien sus cartas en los siguientes meses para que nadie pensara que casarse con Miorine sirviera de algo. Después de todo, le prometió a Notrette cuidar de su hija, y la única manera que Delling tenía de hacerlo era volverla más fuerte e independiente. Alguien alejada de él, porque eso sólo le traería problemas.
~o~
Honoka se sentía curiosa ante la nueva estrategia de los Jeturk. Los pilotos de Jeturk House habían estado retándolas a Nagisa y a ella en las últimas dos semanas de manera continua, agotando los duelos permitidos por el Comité.
Suletta, por su lado, ya de por sí tenía su agenda ocupada de duelos para las próximas semanas, pero Guel Jeturk se las arregló para meterse en la fila, cosa que molestó a más de un alumno y no temía echárselo en cara. Pero Guel ya no tenía tiempo (su hermano tampoco) y no podía esperar su turno de nuevo, si esa semana no lograba recuperar el título del Holder, su padre los sacaría de la escuela y eso sería vergonzoso no sólo para ellos, también para la empresa familiar.
El par de hermanos lograron retar a duelo a Samaya y a Yukishiro para el mismo día, era su última oportunidad. Lauda iría primero y le pediría a la Earthian irse de Asticassia, mientras que Guel tenía otros planes que no requerían a la Mercuriana lejos. Mientras volviera a ser el Holder podía pedir lo que quisiera, ¿verdad?
En la sala del Consejo de Duelos, Shaddiq tenía al par de hermanos, a Yukishiro y a Samaya reunidos para el protocolo previo al duelo. Los demás miembros del Consejo se mostraban poco contentos por tener que ceder a la influencia de los Jeturk y permitirles pelear antes que los otros estudiantes que ya habían pedido sus turnos, pero no había mucho que ellos pudieran hacer, no contra los Tres Grandes.
"Primero tú, Lauda Neill, has tu reto", indicó Shaddiq, por dentro notando que esos chicos ya estaban a nada de caer en la total desesperación. Gracias a algunos miembros de Grassley House, Shaddiq pudo enterarse que en Jeturk House se rumoraba que el gran jefe (Vim Jeturk) había amenazado con sacar a Guel y a Lauda de Asticassia si seguían perdiendo ante esas chicas. Si perdían de nuevo, estarían lo suficientemente desesperados para escuchar su plan, sólo esperaba tener suerte y lanzarles el salvavidas antes de que Vim cumpliera su amenaza.
"Honoka Yukishiro, te reto a un duelo", declaró Lauda con voz fuerte, sonaba claramente molesto.
"Acepto", Honoka no sonaba muy emocionada con ese duelo. Estaba curiosa, sí; sospechaba que planeaban algo, desde luego, pero se sentía respaldada por Nagisa en caso de que otra vez terminara misteriosamente lesionada antes del duelo.
"Si gano, quiero que tu piloto y tú se vayan de la escuela", fue la fuerte apuesta de Lauda.
Honoka suspiró discretamente con visible fastidio. Algo le decía que el asunto era en serio, ésta vez era serio, así que jugó fuerte. "Y si yo gano, quiero tu MS y que nunca más vuelvas a participar en un duelo en ésta escuela".
Lauda soltó una risa parca y aceptó. Si perdía entonces quedaría fuera de la escuela, así que entregar un MS al que ya no le daría uso no le importaba.
"Guel, Samaya, sus turnos", indicó Shaddiq y los dos se colocaron cerca de él. "Sus apuestas".
"Si gano, quiero que Suletta Samaya deje Earth House y se una a Jeturk House", pidió Guel sin trastabillar.
Suletta mostró un gesto sorprendido, y no sólo ella, el resto de los presentes en la sala también. La chica sacudió la cabeza, lista para hacer su petición. Siempre pedía cosas para Earth House pero ésta vez debía pensar en algo más definitivo justo como Honoka.
Y si no lo cumplían, entonces quedarían muy mal parados ante todos.
"Si gano, también quiero el MS y que el señor Jeturk no vuelva a retar a nadie por la mano de Miorine Rembran", dijo sin dudar, igualmente tomando por sorpresa a todos.
"¿Y ésta vez sí lo van a cumplir o papi los salvará de nuevo?" Preguntó una burlona Secelia en voz alta.
"Si ganamos, no tendremos que preocuparnos por eso", dijo un molesto Lauda.
"Y si no ganan, entonces no creo que puedan quedar más mal ante los demás alumnos y los miembros del Grupo Benerit", agregó Honoka mientras revisaba su Agenda Escolar, le contaba a Miorine lo que ambas apostaron en sus respectivos duelos. "Supongo que no habrá nada más humillante que los socios e inversores los vean como individuos no-confiables".
Guel y Lauda estuvieron a punto de responder algo, pero Shaddiq chocó sus palmas entre sí con fuerza, claramente buscando calmar los ánimos. "Alea iacta est", dijo en voz alta, sellando con eso las apuestas acordadas. "El duelo entre Honoka Yukishiro y Lauda Neill serán a las 17 horas, y el duelo entre Guel Jeturk y Suletta Samaya será apenas termine ese duelo. El lugar elegido será el campo de prácticas número 1", indicó. "Ahora retírense y prepárense, por favor".
"Vámonos, Suletta", pidió Honoka con más calidez y la Mercuriana pronto le dio alcance. Las dos tomaron primero el ascensor, lo último que Honoka necesitaba era estar en un espacio cerrado con los Jeturk. "Están desesperados", dijo la mecánica sin más.
"Lo noté. Lo que no sé es porqué me quiere en Jeturk House, pensé que me querrían fuera de la escuela", porque al menos eso era lo que casi todos apostaban, como si hubiera mérito en sacarla de Asticassia. "Si yo perdiera sí me iría de la escuela, yo sí cumplo mi palabra".
"Yo también, pero ellos no", Honoka se llevó una mano al mentón. "No sabemos si Jeturk vaya a usar la IA de nuevo, pero sí sospecho que Lauda Neill tiene un plan contra mi, por algo han estado enviando a pilotos de Jeturk House uno tras otro".
"¿Crees que use alguna IA también?"
"No me sorprendería, pero si pretende usar los datos de mis últimos duelos, entonces sólo tengo que tomarlo por sorpresa", dijo la mecánica con calma.
"Tienes razón, sólo hay que adaptarse", Suletta asintió con firmeza y los puños apretados. Ambas salieron del ascensor camino al invernadero donde sus compañeras les esperaban. "No voy a perder, se lo prometí a la señorita Miorine".
Honoka al fin sonrió. "Exacto, lo prometiste".
De pronto, Suletta se sonrojó y comenzó a jugar sus dedos entre sí. "Quiero seguir siendo su Prometida".
"Entonces no dejes que nadie te gane. Sólo faltan unos pocos meses para su cumpleaños, sé fuerte hasta entonces y ya nadie podrá retarte ni pelear por su mano".
Suletta tomó aire antes de mirar a Honoka con seriedad. "Y si llegara a pasar, que alguien me gane", no quería pensar en ello pero tampoco estaba de más considerar esa posibilidad, esos chicos parecían desesperados. "Yo... Por favor, pelea y vuelve a ser su Prometida hasta que yo esté lista. Prometo retarte, ganar y volver a estar al lado de mi Prometida".
Honoka no podía creer que alguien tan pura y entregada como Suletta pudiera existir. Alguien tan enamorada... Sonrió y tomó las manos de Suletta con cariño. Y vaya que las manos de Suletta eran grandes.
"Entonces soy yo quien no debo perder para cumplir esa promesa, y soy una persona de palabra", respondió Honoka con una sonrisa. "Me encargaré de Lauda Neill, tú has lo que debas hacer contra Guel Jeturk".
"¡Sí!"
Y con ese trato, ambas fueron al invernadero.
Miorine estuvo de acuerdo con la apuesta de su Prometida pero se molestó ante la petición de Jeturk de llevarse a SU Suletta a Jeturk House. Nagisa tampoco parecía contenta con la audacia de Lauda Neill de querer a las dos fuera de la escuela, pero no era como si pudieran negarse, no con esos chicos consentidos siempre saliéndose con la suya.
"Iré a preparar a White", dijo Honoka apenas notó que tenía una hora antes del duelo.
"Te ayudo", se ofreció Nagisa de inmediato.
"Gracias".
El par de Earthians se retiraron luego de una breve despedida.
"Yo debo ir a Earth House, debo pedirle a mis amigos que preparen a Calibarn", Suletta estaba lista para otro duelo, no quería perder a su Prometida. Antes de irse, miró a Miorine con sus ojos suaves antes de tomar sus manos. Aunque Honoka tomó sus manos antes y era cálida, las manos de Miorine eran distintas y eso le gustaba mucho. "Nadie me ganará, seguiremos siendo Prometidas".
Miorine no pudo contener una sonrisa pequeña, sus dedos se enredaron con los de Suletta. "¿De verdad quieres casarte conmigo?"
Suletta se puso roja y tragó saliva. "Primero quiero ser tu novia de manera apropiada y... Y... Um... Conquistarte como es debido. Y quiero que salgas de aquí y puedas vivir en la Tierra y... Bueno, como Vanadis tiene un contrato con Seven Stones entonces... Entonces puedo ir a la Tierra también y..."
"Vaya arrogancia la tuya", Miorine no evitó que su sonrisa se hiciera más grande. Tomó a Suletta por el cuello de su chaqueta, la hizo inclinarse lo suficiente para poder besarla. "Ya haremos planes después de mi cumpleaños, hasta entonces no te atrevas a perder".
"N-No, señorita Miorine, no perderé..."
"Bien. Ahora vamos a que prepares a Calibarn".
Se corrió la voz más pronto que tarde sobre lo que apostaron los Jeturk contra Samaya y Yukishiro y todos se mostraron interesados en el duelo. Lo que los alumnos querían saber era si los hermanos cumplirían con el duelo, o si de nuevo serían salvados por el dinero y la influencia de la compañía de su padre justo como la vez pasada.
Lamentablemente, a comparación de Suletta que tenía a Earth House apoyándola en los preparativos, Honoka debía hacer casi todo por su cuenta. Ahora contaba con el apoyo de Nagisa, pero no es como si Nagisa pudiera ayudarla a hacer un ajuste a los sistemas de White, esos menesteres requerían los conocimientos de un mecánico como lo era la misma Honoka. Ambas estaban en la cabina del MS White, Honoka sentada en el asiento del piloto y Nagisa a un lado viendo lo que ella hacía.
A mencionar que Nagisa se tomó esos días para pensar en lo que platicó con Miorine, sobre ser directa con Honoka y no dejarla en el limbo. Se lo debía por todo lo que Honoka y su familia seguían haciendo por ella.
Aunque hablar con Honoka sobre sus sentimientos en conflicto justo antes de un duelo serio no era la mejor de las ideas. Lo que debía hacer era desearle suerte, darle ánimos, apoyarla, demostrarle que confiaba en sus habilidades y asegurarle que la seguiría sin importar el resultado del duelo.
Sí, eso debía hacer.
"Pase lo que pase, te prometo que te seguiré", dijo Nagisa con seriedad mientras Honoka revisaba el sistema de White con su Tablet.
La mecánica sonrió. "Gracias. No pretendo perder, estás haciendo buenos avances en la escuela y no seré yo quien termine con todo. Yo aún tengo mucho que aprender aquí".
Nagisa sonrió. "Tú eres más lista que una IA, si ese tipo usa una, no podrá superarte".
"Eso es lo que quiero pensar, seré cuidadosa. White tiene armas a larga distancia que podrán ser de ayuda si no tengo oportunidad de pelear cuerpo a cuerpo", Honoka suspiró. "Ahora me siento nerviosa por el duelo... Creo que es porque la apuesta te involucra a ti. No debo perder", dijo de repente, se notaba preocupada.
La respuesta de Nagisa fue inmediata, acunó las manos de Honoka entre la suyas con firmeza, aunque la hiciera soltar la Tablet y ésta cayera en su regazo.
"Vas a ganar", dijo Nagisa con seguridad, estrechando las manos de Honoka. "Eres lista, eres terca y eres un volcán en erupción, ese tipo no podrá ganarte sin importar cuántas trampas haga".
"Nagisa..."
"Es normal que estés nerviosa, me sorprendería más que no lo estuvieras", la piloto tomó aire. "No dejes que te ganen antes de comenzar el juego".
"Ese es un consejo muy interesante", pudo responder Honoka apenas parpadeó dos veces y era consciente de lo que pasaba. Las manos de Nagisa en serio eran cálidas, eso era lo que pasaba justo en ese momento.
"Eso solía decir la capitana de mi equipo cuando yo era novata", explicó Nagisa con una sonrisa, no soltaba a su futura jefa. "Sólo juega y adáptate. Nadie va a morir ni nada así, simplemente regresaremos a la Tierra y eso no va a detenernos de llegar a Júpiter, ¿verdad?"
Honoka finalmente sonrió. "Tienes razón, tampoco perderemos contacto con Miorine y Suletta".
"Perder tampoco es TAN malo. Pero no pienses en eso, sólo has lo que te gusta más".
"Aprender", respondió la mecánica de inmediato.
"Seguro que aprendes mucho peleando contra una IA entrenada, si es que ese chico la usa".
"Apuesto a que usará una, por algo han estado mandando pilotos de Jeturk House contra nosotras todo éste tiempo".
"Y tú eres la jefa, es normal que te quieran fuera primero".
"Gracias, Nagisa, me siento mejor", y fue la misma Honoka quien rompió el contacto entre sus manos. Sabía que Nagisa hizo ese gesto para calmarla y hacerla sentir mejor, como que ella misma ha hecho eso con Suletta. "Será mejor que termine los preparativos de White", de inmediato recuperó su Tablet y siguió trabajando.
Nagisa asintió sin agregar más, sus manos ya extrañaban las de Honoka pero no era el momento de provocarle confusión alguna, no cuando tenía un importante duelo por delante, un duelo que determinaría la estadía de ambas en Asticassia. Aún así, quería darle algo más a Honoka, algo qué esperar, una razón para que sintiera más ánimos.
"Cuando regreses de tu duelo, um, ¿te gustaría que viéramos alguna de mis películas favoritas?" Propuso Nagisa de repente. "Me gustan las películas de samuráis".
"A mi también", respondió Honoka sin dejar de trabajar, se podía ver una sonrisa en sus labios. "Mi película favorita es La Espada Solitaria".
La sonrisa de Nagisa se hizo más grande. "¡La mía también!"
"Hace mucho que no veo una película, así que sí, me encantará ver una película contigo".
"¿En la cabina de Black? ¿En una salida?"
"Hecho".
Y con eso, ambas quedaron contentas.
~o~
Lauda terminaba de alistarse, el arma de su Dilanza estaba lista también, una enorme maza en forma de hacha. La IA acababa de correr una simulación de diversos escenarios donde el Dilanza superaba al MS White. El chico se sentía confiado. Ya era momento de salir, el duelo estaba a nada de comenzar.
El campo de prácticas era accidentado, lleno de rocas y obstáculos naturales. Un escenario perfecto para sacar lo mejor de la movilidad de los MS.
El MS White y el MS Dilanza se presentaron en el campo de batalla. En la enorme cúpula aparecieron los números de ambos mientras hacían el juramento de protocolo. Todos los alumnos estaban atentos al duelo, las apuestas estaban bastante igualadas considerando que Lauda estaba desesperado y Yukishiro seguramente no querría irse de la escuela junto con su compañera piloto.
"Fix Release", sonó la voz de Shaddiq por los altoparlantes y ambos MS comenzaron a pelear.
Justo como Honoka lo supuso, sus primeros disparos láser fueron evadidos de manera automática por el Dilanza de Lauda, lo que confirmaba sus sospechas sobre una IA. La mecánica decidió que debía medir el tiempo de reacción de la IA, parecía ser más rápida a comparación de la IA de Guel Jeturk.
"Honoka, podrás con esto", sonó la voz de Miorine por el comunicador.
"Podré con esto", respondió Honoka y frunció el ceño con fiereza. Una sonrisa igualmente fiera se dibujó en sus labios. "Tengo que ver una película con Nagisa". Pudo escuchar la risa de Nagisa. "Y tengo mucho trabajo por hacer todavía, hay muchos temas que debo aprender, así que no pretendo salir de Asticassia hasta graduarme".
"¡Así se habla, señorita Honoka!" La animó Suletta.
"Has lo tuyo, Honoka, tenemos que ver La Espada Solitaria".
"¡Sí!"
Por su lado, Lauda se mostraba casi complacido al ver que Yukishiro era cautelosa, clara señal de que entendía la peligrosidad de su Dilanza y la IA asistente. A comparación de su hermano, Lauda no tuvo problema en adaptarse a la IA y a trabajar con ésta de manera más suelta.
A sabiendas que su padre estaba viendo el duelo desde su oficina, el chico quería mostrar lo mejor de sí.
"¡Te tengo!" Era hora de atacar.
Lauda permitió que la IA tomara control del Dilanza y comenzara con un ataque de precisos láseres para mantener al MS White a distancia. Honoka hacía lo propio bloqueando los láseres con veloces movimientos, no tardó en notar el patrón de los disparos, y también como estos se adaptaban a su velocidad conforme trataba de evadirlos.
"Nada mal", murmuró Honoka mientras apretaba sus manos en los mandos. Pero la pasión de un piloto era algo que no se podía replicar de manera artificial. Aumentando la potencia de los propulsores de White, Honoka rápidamente comenzó a cerrar la distancia entre ambos.
Lauda pidió a la IA priorizar los láseres para mantenerla alejada, pero el denso material del MS de la Earthian era muy resistente y hacía poco y ningún daño. La antena, desde luego, seguía intacta.
"¡No vas a ganar, sucia Earthian!" Era hora de hacer uso de su mejor arma. Empuñando el hacha con ambas manos, el Dilanza comenzó a atacar al MS White con pesados y aplastantes hachazos, White evadía los ataques moviéndose apenas. Y al tenerlo tan cerca, Honoka decidió atacar con sus movimientos especiales cuerpo a cuerpo, pero la IA del Dilanza leyó el patrón y se alejó antes de que sucediera nada.
Pero Honoka no pensaba rendirse todavía, siguió persiguiendo a Lauda y de nuevo el intercambio de láseres comenzó. Conforme los segundos y los minutos pasaban, Honoka finalmente tuvo una idea aproximada de cuánto tiempo se tomaba la IA en adaptarse a los cambios de estilo de combate.
Estaba lista para el contraataque.
Por su lado, el ahora confiado Lauda se las arreglaba para trabajar a la par de la IA. El chico tenía sus dotes como piloto, talento que quedaba opacado ante la grandiosidad de su hermano. Ese detalle no le molestaba a Lauda, no cuando tenía la oportunidad de demostrar sus habilidades.
"Es hora de que te vayas de regreso a esa sucia roca, Earthian", masculló un sonriente Lauda, y su sonrisa perdió un poco de brillo al notar que el MS White se movía hacia él a toda velocidad. Siguió con la estrategia de alejarla con los láseres pero ella no paraba de avanzar. Con la quijada tensa, Lauda soltó un hachazo para mantenerla alejada, pero para sorpresa suya, el MS detuvo la hoja del hacha con sus metálicas manos mientras resistía el resto del impacto con mucha solidez.
"¡Genial! ¡Justo como lo hizo el samurái Jin cuando detiene la espada del Magistrado!" Exclamó Nagisa con emoción y tomó control del comunicador. "¡Honoka, el ataque de las Mil Hojas de Cerezo!" Exclamó Nagisa, obviamente haciendo referencia a la película.
"¡Sí!"
Aprovechando la cercanía, Lauda estuvo a nada de activar todos los láseres de su Dilanza, sólo para ser sorprendido por el MS White arrebatándole su arma y usándola para escudarse de los láseres mientras cargaba contra él. La IA alistó al Dilanza para evadir, pero Lauda de pronto notó que el MS White se agachaba hasta casi tocar suelo, el hacha aun en manos, para enseguida soltar un corte hacia arriba que empujó con fuerza al Dilanza. La IA no tuvo tiempo de recalibrar.
Lo siguiente fue White alcanzando directamente la antena ajena y arrancándola antes de que el Dilanza pudiera tocar suelo siquiera.
El resultado era innegable. Se sumó una victoria a Honoka y una derrota a Lauda.
El chico soltó un grito de frustración, enfurecido, y sin pensarlo desactivó los controles de seguridad de su MS para saltarse los límites requeridos por la escuela y deshacerse de una vez por todas de esa Earthian. Honoka supo entender la situación y activó los escudos de inmediato.
"¡Lauda, no!" Gritó Guel al recibir la alerta en su Agenda Escolar.
"¡No dejaré que ella arruine nuestras vidas!"
"¡No seas idiota, si rompes los protocolos de la escuela y la hieres de gravedad, meterás en problemas a nuestra compañía!" Advirtió el mayor de los hermanos. "¡Todos te están viendo!"
Lauda volvió a gritar de frustración y golpeó el tablero de control varias veces, apagando el MS de paso cuando su Agenda cayó de la base.
Por su lado, Honoka suspiró de alivio al ver de la que se había salvado. No supo que tenía el corazón en la garganta hasta que intentó tragar saliva. Ese chico en serio tenía problemas, muchos problemas.
"Desocupen el campo de prácticas para que el siguiente duelo pueda llevarse a cabo", indicó Shaddiq por los altavoces. Todos los del Consejo vieron lo que estuvo a nada de suceder y que, por suerte, no sucedió. De haber salido un sólo disparo del Dilanza, habría provocado un alud de problemas para todos, comenzando por los Jeturk.
"Ni siquiera yo caería tan bajo", murmuró Número 4 en su papel de Elan Ceres.
"Oye, Shaddiq, ¿esta vez sí se irán de la escuela? Eso fue peligroso", se quejó Secelia.
"La decisión no depende de nosotros", respondió Shaddiq con seriedad. Esos idiotas arruinarían sus planes como siguieran haciendo tonterías, sólo les quedaba ver la batalla entre Guel y Suletta.
No necesitaban otra sorpresa.
CONTINUARÁ...
